EFECTOS INDIRECTOS DEL COVID-19 SOBRE LA POBLACIÓN MATERNA E INFANTIL EN ANTIOQUIA Y COLOMBIA - Santiago Tobón Yeni Amaya Santiago Gil Cesar ...

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INFORME FINAL
EFECTOS INDIRECTOS DEL COVID-19 SOBRE LA
POBLACIÓN MATERNA E INFANTIL EN ANTIOQUIA Y
COLOMBIA
000000
AUTORES
Santiago Tobón
Yeni Amaya
Santiago Gil
Cesar Herrera FECHA:
Martín Vanegas Marzo 2021
EFECTOS INDIRECTOS DEL COVID-19 SOBRE LA POBLACIÓN MATERNA E INFANTIL EN ANTIOQUIA Y COLOMBIA - Santiago Tobón Yeni Amaya Santiago Gil Cesar ...
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 INFORMACIÓN GENERAL DEL PROYECTO

Nombre: Efectos indirectos del COVID- 19
 sobre la población materna e
 infantil en Antioquia y Colombia.
Objeto: Pronosticar los posibles efectos
 indirectos del COVID-19 sobre la
 población materna e infantil en
 Antioquia.

Vigencia: 09 de noviembre 2020 al 28 de
 febrero de 2021
Alcance geográfico: El proyecto se desarrollará en las
 instalaciones de la Universidad
 EAFIT, en la ciudad de Medellín,
 con análisis de datos a nivel
 regional

Dirección del Proyecto: Santiago Tobón Zapata
Director Innovación: Adriana García Grasso
Jefe de Proyectos: Carolina Gómez Alvis
Tipo de informe: Informe final
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TABLA DE CONTENIDO

 EFECTOS INDIRECTOS DEL COVID-19 SOBRE LA POBLACIÓN MATERNA E INFANTI L EN ANTIOQUIA Y
 COLOMBIA ..............................................................................................................................................................1
1. INTRODUCCIÓN ........................................................................................................... 2
2. REVISIÓN DE LITERATURA .............................................................................................. 4

 2.1 EFECTOS EN EDUCACIÓN .................................................................................................................................4
 2.2 EFECTOS EN SALUD...................................................................................................................................... 10

3. ESTIMACIONES DE MORTALIDAD EN LA POBLACIÓN MATERNA E INFANTIL ...............................16
 3.1 METODOLOGÍA...................................................................................................................................... 16
 3.1.1 Insumos para el cálculo de la reducción de la cobertura de servicios médicos............................ 16
 3.1.2 Regiones y línea base ....................................................................................................................... 19
 3.2 RESULTADOS DE LAS ESTIMACIONES............................................................................................................... 20

4. CONCLUSIONES...........................................................................................................26
5. REFERENCIAS..............................................................................................................27
6. ANEXOS ..................................................................................................................... 1

 6.1 ANEXO 1 ......................................................................................................................................................1
1

ÍNDICE DE GRÁFICOS

Figura 1. Regiones de interés ........................................................................................ 19

ÍNDICE DE TABLAS

Tabla 1. Cambios en los componentes de los servicios médicos .................................... 18
Tabla 2. Muertes infantiles adicionales, tasas anuales por 100,000 habitantes ............... 20
Tabla 3. Muertes infantiles adicionales, términos absolutos para 1, 6 y 12 meses ........... 21
Tabla 4. Muertes maternas adicionales, tasas anuales por 100,000 habitantes............... 22
Tabla 5. Muertes maternas adicionales, términos absolutos para 1, 6 y 12 meses .......... 23
Tabla 6. Variaciones del escenario 2.............................................................................. 25
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 1. INTRODUCCIÓN

La pandemia causada por el COVID-19 ha generado nuevos retos para la construcción de
políticas públicas encaminadas a resguardar la salud en general y la educación de la
población mundial. En especial, han surgido inquietudes sobre lo s efectos en la educación
de niños, y en la salud de la población materna e infantil, como grupos de atención especial
dada su alta vulnerabilidad. Así, esta investigación tuvo dos objetivos: el primero, establecer
en la literatura académica los principales efectos de la pandemia en diversas partes del
mundo en la educación de niños y en la salud de la población materna e infantil. Y el
segundo, estimar los efectos indirectos del COVID-19 sobre la mortalidad de la población
materna e infantil en Antioquia y Colombia. Además, y teniendo en cuenta los efectos
estimados, identificar las estrategias más efectivas para evitar muertes adicionales en la
población materna e infantil causadas indirectamente por el COVID-19. Lo anterior es clave
para optimizar la inversión de recursos y el fortalecimiento de los servicios médicos.

El presente documento se divide en dos partes: en la primera se resumen los resultados de
la revisión de literatura y sus efectos tanto en educación como en salud. En educación, se
identificaron 5 grandes efectos de la pandemia: i) afectaciones inmediatas en el rendimiento
escolar y la atención a clases, con incidencia especialmente en niñas; ii) repercusiones
negativas a largo plazo para el aprendizaje de niños y niñas; iii) cargas adicionales sobre
padres y tutores; iv) limitaciones de las herramientas tecnológicas para suplir la
presencialidad; y v), traslado del contacto entre estudiantes a otros espacios debido al cierre
de escuelas.

Por su parte, en salud se encontraron cuatro efectos importantes: i) aumento de la
mortalidad materna e infantil; ii) menos tratamientos por enfermedades no relacionadas con
el COVID-19; iii) afectaciones sicosociales en niños, niñas y adolescentes; y iv)
afectaciones a la salud sexual y reproductiva. A su vez, en la literatura analizada se
identificaron tres posibles explicaciones a las anteriores afectaciones: i) limitaciones de
acceso a los servicios médicos; ii) suspensión de los programas de vacunación; y iii),
estigmatización de los servicios hospitalarios, personal médico y pacientes.

En la segunda parte del documento se presenta la estimación de muertes adicionales
maternas e infantiles como consecuencia de los efectos de la pandemia generada por el
COVID-19 en Colombia. La estimación tomó como referente la investigación realizada por
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Roberton et al. (2020) y el uso de la herramienta Lives Saved Tool (LiST). 1 La estimación
se sustenta en dos grupos de insumos. En el grupo 1 están los datos asociados a cambios
en los servicios médicos y a la alimentación de la población materna e infantil. En el grupo
2 se analiza la línea base de servicios médicos, alimentación, población y otras
características demográficas de cada región. Teniendo en cuenta los anteriores insumos,
se estimaron tres posibles escenarios que varían según la afectación en los servicios
médicos y la desnutrición.

En general, se encontró que los efectos indirectos del COVID-19 sobre la población materna
e infantil son heterogéneos a lo largo del país, y dependen de la vulnerabilidad de base en
las regiones. Basados en el exceso de mortalidad observado y las muertes por COVID-19,
se estima que el escenario más probable para Colombia es de 4,113 muertes adicionales
en un año: 3,785 infantiles y 328 materna, lo que equivale a 9.3 muertes adic ionales por
cada 100,000 habitantes para un año. Las regiones con mayor afectación probable son La
Guajira, Cesar y Magdalena. En Antioquia, Medellín A.M.2 es una de las regiones con menor
afectación probable: con una estimación de 5 muertes adicionales po r cada 100,000
habitantes, entre maternas e infantiles. El resto de Antioquia, por el contrario, se encuentra
entre las regiones con mayor afectación probable: 13.7 muertes adicionales por cada
100,000 habitantes, entre maternas e infantiles.

El modelo sugiere que para evitar un exceso de muertes infantiles y maternas las
inversiones deben orientarse en primera instancia a fortalecer la planificación familiar, con
un promedio de disminución de muertes adicionales de un 11.6% y un 12.3%
respectivamente. En segundo lugar, se encuentra la atención al parto, con un promedio de
disminución en las muertes infantiles de un 9.4% y un 14.3% para las muertes maternas. Y
en tercer lugar está el fortalecimiento de la atención postnatal y prenatal, con una r educción
de la mortalidad materna en promedio de 7.9% e infantil de 4.4%.

1 Herramienta de modelado matemático que permite estimar el impacto del cambio de cobertura de los servicios médicos
sobre la mortalidad en países de ingresos bajos y medios.
2 Área Metropolitana.
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 2. REVISIÓN DE LITERATURA

En esta sección se resume la literatura académica relacionada con los efectos del COVID-
19 y las medidas asociadas a la emergencia sanitaria sobre resultados en educación y
salud. El análisis se desarrolló en tres etapas. Primero, la búsqueda sistemática de
información en bases de datos académicas indexadas, utilizando palabras clave
relacionadas. Segundo, la búsqueda de literatura gris y documentos aún no publicados, que
por la novedad de la pandemia no habían pasado aún por el proceso de publicación.
Tercero, la organización y análisis de estos documentos.

2.1 EFECTOS EN EDUCACIÓN

Se identificaron cinco grandes efectos de la pandemia: i) afectaciones inmediatas en el
rendimiento escolar y la atención a clases, con incidencia especialmente en niñas; ii)
repercusiones negativas a largo plazo para el aprendizaje de niños y niñas; iii) cargas
adicionales sobre padres y tutores; iv) limitaciones de las herramientas tecno lógicas para
suplir la presencialidad; y v), traslado del contacto entre estudiantes a otros espacios debido
al cierre de escuelas. También se encontraron dos documentos o rientados a dar
recomendaciones de política pública. A continuación, se presentan los principales
hallazgos.

i) Afectaciones inmediatas en el rendimiento escolar y la atención a clases
Kuhfeld et al. (2020) hacen proyecciones sobre los efectos del COVID-19 en las tendencias
de rendimiento estudiantil desde la primavera de 2020, cuando las escuelas cerraron por
primera vez en los Estados Unidos, hasta el comienzo del año escolar 2020 -2021. Los
pronósticos preliminares indican que faltar a la escuela durante un período prolongado tiene
impactos en el rendimiento estudiantil. Además, es probable que al regresar a la escuela
los estudiantes tengan mayor variabilidad en sus habilidades académicas. Las
proyecciones de pérdida de aprendizaje implican que los educadores deben prepararse
para estudiantes que están sustancialmente académicamente atrasados como resultado de
cierres prolongados de escuelas.

El estudio de Sabates, Carter y Stern (2020) utiliza datos longitudinales de estudiantes de
un programa de educación básica complementaria en su transición a escuelas públicas y
gubernamentales en Ghana. Esta transición incluyó un período de tres meses durante el
5

cual los niños no tuvieron acceso a la educación formal. Con respecto a la aritmética, los
resultados muestran una pérdida de aprendizaje promedio del 66% de las ganancias de
aprendizaje anteriores. También se tiene evidencia sólida de brechas cada vez mayores en
la pérdida de aprendizaje de acuerdo con la disponibilidad de actividades de enseñanza y
materiales de lectura en el hogar, con la posibilidad de ayuda por parte de los adultos de l a
respectiva familia y con el esfuerzo de los niños al realizar su trabajo escolar.

Maldonado y De Witte (2020) evalúan los efectos del cierre de escuelas con base en
pruebas estandarizadas en el último año de la escuela primaria en Bélgica. Los datos
cubren una gran muestra de escuelas durante un período de seis años desde 2015 hasta
2020. Se encuentra que los estudiantes de la cohorte 2020 experimentaron pérdidas de
aprendizaje significativas en todas las materias evaluadas, con una disminución en los
promedios escolares de los puntajes de matemáticas de 0.19 desviaciones estándar y
puntuaciones holandesas de 0.29 desviaciones estándar en comparación a la cohorte
anterior. Este hallazgo es válido cuando se tienen en cuenta las características de la
escuela, pruebas estandarizadas en cuarto grado y efectos fijos escolares.

Engzell, Frey y Verhagen (2020) analizan la suspensión de la enseñanza presencial en las
escuelas de los Países Bajos durante la pandemia de COVID-19, encontrando
consecuencias negativas para el aprendizaje de los estudiantes. Los Países Bajos
representan el mejor escenario con un cierre relativamente corto (8 semanas) y un alto
grado de tecnología. Los autores aprovechan el hecho de que los exámenes nacionales
tuvieron lugar antes y después y comparan los progresos realizados durante este momento
con el mismo período en tres años anteriores usando un diseño de diferencia en diferencias.
Los resultados revelan una pérdida de aprendizaje de unos 3 puntos porcentuales o 0.08
desviaciones estándar. Las pérdidas son de hasta el 55% más grande entre los estudiantes
de hogares más vulnerables. El promedio de la pérdida de aprendizaje es equivalente a
una quinta parte de un año escolar, casi exactamente el mismo período en que las escuelas
permanecieron cerradas. Estos resultados implican que los estudiantes hicieron poco o
ningún progreso mientras aprendieron en casa, y sugieren pérdidas mucho mayores en
países menos preparados para el aprendizaje a distancia.

Wieser, Ambel, Bundervoet y Asmelash (2020) realizan un análisis para Etiopía con una
muestra de 3,058 hogares de zonas urbanas y rurales de todas las regiones del país a
través de un cuestionario de 15 minutos que abarca temas como el acceso a las
necesidades básicas, las actividades educativas de los niños durante el cierre de las
escuelas, la dinámica del empleo, entre otros, durante la pandemia del COVID-19. En los
hogares con niños que habían estado en la escuela antes del brote, alrededor del 29% de
los estudiantes de la escuela primaria y el 39% de los estudiantes de la escuela secundaria
participaban en actividades de aprendizaje a distancia. Esto significa que durante los cierres
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de escuelas 7 de cada 10 estudiantes de primaria y 6 de cada 10 estudiantes de secundaria
no tuvieron oportunidad de aprender.

Mohohlwane, Taylor y Shepherd (2020) encuentran en una evaluación de impacto sobre el
regreso a la escuela en Sudáfrica después de la cuarentena obligatoria impartida por el
COVID-19 que las tasas de asistencia a la escuela fueron significativamente más bajas de
lo habitual. La asistencia a la escuela fue mayor entre los alumnos de 12º grado, con un
estimado del 88%. Esto variaba mucho según la situación socioeconómica de los hogares:
entre el 80% de los hogares más pobres, las tasas de asistencia de los alumnos en los
grados “aún no abiertos” oscilaban entre 14% y 19% mientras que se estimaba un 49%
para el 10% más rico de los hogares, incluyendo las escuelas privadas. Esto según los
autores, tiene consecuencias preocupantes por la posible ampliación de las desigualdades
en materia de educación.

Adicionalmente, el documento considera el impacto en la nutrición y el aprendizaje de los
niños como resultado de la pérdida sustancial del tiempo de permanencia en la escuela
durante el año 2020, que va desde el 17% de los días de escuela para el 12º grado hasta
el 43% para el 5º grado y 8°. Alrededor del 25% de los encuestados informaron que un niño
había recibido una comida en la escuela en los siete días anteriores (en comparación con
alrededor del 80% de los alumnos en circunstancias normales). Las pruebas presentadas
sugieren que la reapertura de las escuelas era necesaria y que el regreso gradual pare ce
haber permitido a las escuelas ajustarse a la aplicación de protocolos para evitar l a
propagación del COVID-19 en estos escenarios.

En cuanto a la mayor incidencia del COVID-19 en la educación de las niñas, Malala Fund
(2020) realiza un informe que utiliza los conocimientos de la epidemia del Ébola de 2014-
15 y la crisis financiera mundial de 2008 para comprender las consecuencias a corto y largo
plazo. Argumentan que en el punto álgido de la epidemia del Ébola, Guinea, Liberia y Sierra
Leona cerraron más de 10,000 escuelas, lo que afectó a casi cinco millones de escolares.
Para cuando las escuelas reabrieron sus puertas en 2015, los estudiantes habían perdido
aproximadamente 1,848 horas de educación, que oscilaban entre las 33 semanas de
Guinea y las 39 de Sierra Leona.

Antes del brote en Sierra Leona, la educación de las niñas ya estaba rezagada con respecto
a la de los niños, ya que las niñas adquirían sólo 1.8 años de escolaridad en promedio, en
comparación con el promedio de cuatro años de los niños. Asimismo, en Guinea las niñas
sólo completaron 0.9 años de escolaridad en comparación con el promedio de 2.7 años de
los niños. En un estudio se comprobó que durante el brote del Ébola en Liberia, muchas
niñas se convirtieron en el principal sostén de las familias, lo que comprometió su asistencia
a la escuela incluso si se volvían a matricular cuando la crisis ya había pasado.
7

Esta diferencia de género en el logro educativo es un tema recurrente en los países en que
las niñas se enfrentan a los mayores desafíos. Por consiguiente, la simple pérdida de
incluso seis meses de educación como resultado del COVID-19 tendría un impacto
proporcionalmente mayor en las niñas de los países de ingresos bajos y medios -bajos; en
algunos países, podrían perder hasta el 50% del total de sus años de educación. Incluso
cuando las escuelas abren de nuevo tras una crisis sanitaria, el cambio de las exigencias a
las niñas puede privarlas de una educación prioritaria (Malala Fund, 2020).

ii) Repercusiones negativas a largo plazo para el aprendizaje de niños y niñas
El modelo de Kaffenberger (2020) sugiere que las repercusiones a largo plazo para el
aprendizaje de los niños podrían ser ampliamente negativas. Los estudiantes de tercer
grado de hoy pueden perder hasta 1.5 años de aprendizaje (o más) para cuando lleguen al
grado 10 como consecuencia de su tiempo fuera de la escuela. Los gobiernos pueden, sin
embargo, introducir medidas que mitiguen algunos o todas estas consecuencias. El modelo
sugiere que un esfuerzo de solución inmediatamente después del regreso a la escuela
podría reducir a la mitad la pérdida de aprendizaje a largo plazo para la cohorte de
estudiantes de tercer grado.

López, Behrman y Vásquez (2020) establecen que las pérdidas en los ingresos de largo
plazo por los cierres de programas preescolares debido al COVID-19 pueden resultar
inéditas. Esas disrupciones pueden causar efectos severos temprano en la vida, cuando el
cerebro se está desarrollando rápidamente y es más sensible a los cambios ambientales.
Este estudio simula pérdidas ocasionadas por los cierres de programas preescolares en los
valores descontados de los ingresos futuros, cuando los niños que están en edad
preescolar sean adultos en 140 países. Estas pérdidas son considerables, comparadas con
el gasto gubernamental en todos los niveles de educación en los mismos países. Así, las
políticas deben mitigar los efectos del cierre de programas preescolares para evitar estas
enormes pérdidas.

Azevedo, Hasan, Goldemberg, Iqbal y Geven (2020) realizan simulaciones con datos de
157 países para tratar de prever los efectos adversos del cierre de escuelas por COVID-19
sobre resultados educativos. Encuentran que la pandemia puede llevar a pérdidas de entre
0.3 y 0.9 años de estudio tras ajustar por calidad, lo que va de la mano con el hecho de que
cerca de siete millones de estudiantes de primaria y secundaria podrían desertar de sus
instituciones educativas por pérdidas en los ingresos monetarios de sus familias. Así, se
pronostica que un cierre de escuelas de cinco meses a nivel global puede generar pérdidas
educativas de aproximadamente diez trillones de dólares en valor presente.
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iii) Cargas adicionales sobre padres y tutores
Para Garbe, Ogurlu, Logan y Cook (2020) el cierre de las escuelas como estrat egia para
contener la epidemia de COVID-19 condujo a un rápido cambio al aprendizaje a distancia
que puso más responsabilidad de padres y tutores. Los autores realizan una codificación
temática para analizar las respuestas de los padres con respecto a los principales desafíos
experimentados durante el cierre de las escuelas. Los resultados indican que los padres
estuvieron de acuerdo con la política de cierre de escuelas y en general estaban satisfechos
con el nivel de apoyo brindado por la escuela, pero de scriben desafíos tales como
dificultades para equilibrar las responsabilidades, la motivación de los alumnos y la
accesibilidad y los resultados del aprendizaje.

El estudio de Owusu-Fordjour, Koomson y Hanson (2020) identifica el impacto del COVID-
19 en la enseñanza y el aprendizaje en Ghana. Este reveló algunos desafíos que enfrentan
los estudiantes en el cierre de escuelas debido a la pandemia: los estudiantes no pueden
estudiar de manera efectiva desde la casa, por lo que el sistema de aprendizaje en lí nea es
muy ineficaz. Los padres son incapaces de ayudar a sus hijos sobre cómo acceder a l a
plataforma de aprendizaje en línea, ni pueden supervisar completamente el aprendizaje de
sus hijos en casa sin complicaciones. También se evidenció que la pandemia ha tenido un
impacto negativo en su aprendizaje ya que muchos jóvenes no están acostumbrad os a
aprender de manera efectiva por sí mismos. Las plataformas de aprendizaje electrónico
implementadas también representan un desafío para la mayoría de los estudiantes debido
al acceso limitado a Internet y a la falta de conocimientos técnicos sobre est os dispositivos
tecnológicos por parte de los estudiantes de Ghana.

Brossard et al. (2020) se centran en el papel potencial de los padres en el aprendizaje y su
asociación con las habilidades fundamentales de lectura y cálculo. Parten de la idea que el
53% de los niños de los países de ingresos bajos y medianos no pueden leer y comprender
un texto sencillo al final de la edad escolar primaria. Por otro lado, encuentran que el
COVID-19 está privando a muchos niños de oportunidades de aprendizaje en la escu ela,
en parte por la no disponibilidad de libros para niños en casa y al poco compro miso de los
padres, en particular en las más zonas desfavorecidas. Los autores sugieren que ante el
cierre de escuelas es necesario proporcionar material de lectura y apoyo a los padres y
asegurar que los más vulnerables no se queden atrás.

Tran et al. (2020) estudian los hábitos de estudio de los jóvenes en una ciudad de Vietnam
tras el cierre de escuelas como motivo del COVID-19. En general, encuentran que los
estudiantes de colegios privados dedican más horas al aprendizaje que sus pares de
colegios públicos, lo que puede estar relacionado con el hecho de que también recibían
más ayuda de sus padres comparado con estos últimos. Asimismo, los estudiantes mayores
dedican menos horas al estudio virtual, principalmente porque no requieren el mismo nivel
9

de instrucción que los más pequeños. Sin embargo, no se encuentran diferencias en los
hábitos de estudio entre hombres y mujeres, por lo que se puede afirmar que dichos hábitos
están influenciados en su mayoría por padres y profesores.

iv) Limitaciones de las herramientas tecnológicas para suplir la presencialidad
Biswas et al. (2020) estudian el alcance de programas de educación basados en televisión
en Bangladesh. Si bien el 86% de su muestra es consciente de dichos programas, sólo la
mitad de las personas con acceso a estos deciden usarlos, lo que sucede de manera similar
con los programas de educación en línea (21% tiene acceso y sólo 2% los usan). El tiempo
dedicado al estudio disminuyó tras el cierre de escuelas, lo que puede estar ligado a la
menor capacidad de ayuda de los padres, que es más pronunciada en padres que en
madres.

United Nations International Children’s Emergency Fund (Unicef, 2020) realiza un estudio
sobre los efectos de la pandemia de COVID-19 en los niños y los jóvenes menores de 30
años. La encuesta sobre cómo los niños y jóvenes pasaron su tiempo durante el encierro
reveló que la mayoría de ellos tienen más de cinco horas adicionales de tiempo libre al día.
Sin embargo, el 28% de los encuestados dijeron que no estaban satisfechos con las horas
adicionales, el 32% de los encuestados se sintió indiferente mientras que aproximadamente
el 30% de los encuestados, la mayoría de los cuales son niños y jóvenes menores de 15
años, dijeron que estaban satisfechos con las actividades durante el e ncierro. La mayoría
de las actividades realizadas por el los encuestados eran actividades en línea. Entre las
cinco actividades principales figuran: (i) ver películas en línea/YouTube; ii) Navegación por
Facebook/Twitter; iii) navegación general por Internet; iv) tareas y v) juegos en línea.

v) Traslado del contacto entre estudiantes a otros espacios
Brooks et al. (2020) hacen una revisión de literatura existente sobre niños y sus actividades
y contactos realizados fuera del hogar durante cierres escolares no planificados.
Encontraron evidencia de que la edad de los niños (especialmente los más grandes) y el
desacuerdo de los padres con el cierre de las escuelas fueron predictivos de que los niños
salieran de casa con mayor frecuencia a pesar de la pandemia y de las responsabilidades
escolares. El acuerdo de los padres con el cierre fue generalmente alto, pero algunos no
estuvieron de acuerdo debido al bajo riesgo percibido d e infección y problemas
relacionados con el cuidado de los niños y el impacto financiero. La evidencia sugiere que
una cantidad importante de niños continuó saliendo de casa y manteniendo contacto con
los demás durante el cierre de escuelas a pesar de las recomendaciones de salud pública
para mantener el distanciamiento.
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Recomendaciones de política pública
García (2020) plantea que la actual crisis sanitaria por el COVID-19 ha representado un
choque triple para los niños, niñas y adolescentes: cierre prolongado de escuelas, encierro
por las medidas de confinamiento y pérdida de seguridad económica en los hogares. Este
choque triple tiene repercusiones en el corto y largo plazo que comprometen el desarrollo
de toda una generación. Así, la atención de la emergencia educativa requiere que los
gobiernos centren sus esfuerzos en garantizar el aprendizaje y bienestar de los niños y
adolescentes, y trabajen en cuatro ejes prioritarios: I) planear la reapertura de escuelas con
sentido de urgencia; II) desarrollar una estrategia que asegure el aprendizaje de todos los
estudiantes en medio del nuevo contexto en donde no todas las horas de instrucción serán
de manera presencial; III) mantener el rol protector de la escuela y garantizar servicios que
han sido interrumpidos; y IV), asegurar el bienestar emocional de la comunidad educativa
(profesores, familias y estudiantes). De igual forma, García considera que implementar
estas acciones requiere proteger los presupuestos de educación en la región, promover la
cooperación entre países y la articulación entre el sector educativo y otros se ctores.

Álvarez et al. (2020) presentan las acciones tomadas por los países de América Latina y el
Caribe en cuanto a la continuidad en la prestación del servicio educativo durante el cierre
de las escuelas por COVID-19. De igual forma, se analizan las condiciones sobre las que
partieron los países para impulsar dichas acciones, como de la capacidad de los hogares
de acceder a educación a distancia. Finalmente se presenta una serie de o pciones de
política para responder a la crisis, entre las que se encuentran: I) estrategias para la
continuidad pedagógica; II) estrategias de respuesta para la gestión administrativa de los
centros escolares; y III) aseguramiento de condiciones sanitarias para la reapertura de los
centros educativos.

2.2 EFECTOS EN SALUD

Se encontraron cuatro efectos importantes: i) aumento de la mortalidad materna e infantil;
ii) menos tratamientos por enfermedades no relacionadas con el COVID-19; iii) afectaciones
sicosociales en niños, niñas y adolescentes; y iv), afectaciones a la salu d sexual y
reproductiva. A su vez, en la literatura analizada se identificaron tres posibles explicaciones
a las anteriores afectaciones: i) limitaciones de acceso a los servicios médicos; ii)
suspensión de los programas de vacunación; y iii), estigmatización de los servicios
hospitalarios, personal médico y pacientes. También se encontró un documento orientado
especialmente a plantear recomendaciones de política pública. A continuación, se
presentan los principales hallazgos.
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i) Aumento de la mortalidad materna e infantil

De acuerdo con las proyecciones basadas en escenarios que parten de supuestos en
función de la disrupción del sistema de salud y el acceso a buena alimentación, debido a
los choques causados por la pandemia, es posible concluir que el incremento en la
mortalidad materna e infantil sería devastador para la humanidad. En números, esto
significa un incremento de entre 9.8 y 44.7% en la mortalidad de menores de cinco años, y
en cuanto a la mortalidad materna un incremento de entre 8.3 y 38.6% dependiendo de la
severidad de los escenarios propuestos para 118 países de ingreso bajo y medio analizados
(Roberton et al., 2020).

A su vez, para evaluar el potencial de la pandemia de COVID-19 para causar morbilidad
materna, fetal y neonatal, y otros problemas relacionados con el embarazo, Schwartz y
Graham (2020) revisan los datos publicados sobre aspectos epidemiológicos y efectos
clínicos del SARS, MERS y otras infecciones por coronavirus en mujeres embarazadas y
sus bebés. Las experiencias previas con infecciones por coronavirus en el embarazo
indican que estos agentes son capaces de causar resultados clínicos adversos. Los
coronavirus, que en algunos casos requieren hospitalización, cuidados intensivos y soporte
ventilatorio, pueden provocar la muerte materna en un número pequeño pero significativo
de casos. Estas enfermedades también pueden dar lugar a resultados adversos para el feto
y el lactante, incluida la restricción del crecimiento intrauterino, aborto espontáneo y muerte
perinatal.

ii) Menos tratamientos por enfermedades no relacionadas con el COVID-19

Los estudios sobre efectos del Ébola en África dan cuenta de un impacto profundo y
multidimensional que afecta la atención médica en general. Así, los servicios de atención
de parto experimentaron reducciones del 80% en las zonas afectadas, hubo disminuciones
en las admisiones por malaria en menores de 5 años y la cobertura de vacunación también
se vio impactada negativamente, al igual que la cohesión comunitaria, la educación y el
empleo. Se resalta la importancia de la comunidad internacional en la reconstrucción del
sistema de salud con el fin de solventar estos efectos adversos (Elston, Cartwright, Ndumbi
y Wright, 2017).

iii) Afectaciones sicosociales en niños, niñas y adolescentes

Entre los efectos psicológicos que tiene un confinamiento como la cuarentena se pueden
nombrar el estrés y la ansiedad, con un efecto que dura más en el tiempo para los niños.
Puntualmente, se identifica que para padres e hijos el efecto de la cuarentena g enera
12

efectos traumáticos y requieren de un tratamiento ágil para evitar consecuencias a largo
plazo en la sociedad (Sprang y Silman, 2013).

Acebo, Cobeña y Carreño (2019) estudian el estado de bienestar integral de niños que
fueron expuestos al terremoto del 16 de abril del 2016 en Manta (Ecuador). Se estudiaron
23 niños de 5 años, con señales postraumáticas a consecuencias del terremoto, que fueron
acogidos en un albergue de rescate en la ciudad de Manta. La investigación midió las
categorías: alimentación, salud, cuidado diurno o acceso a educación preescolar, situación
psicosocial, figuras de cuidado y vivienda. Entre otras conclusiones se encuentran que el
21.74% de los niños participantes presentaron alergias, además de alteraciones
estomacales y taquicardia; el 21.74% mostraron señales de un estado de alerta, temores y
alteraciones del sueño; 8.70% reportaron estado de riesgo con sustos permanentes; y el
4.35% recibió tratamiento psicológico intensivo. Se concluye que la mayor afectación
encontrada fue psicosocial. Los resultados reafirman la importancia de un seguimiento
integral familiar en períodos post desastre.

iv) Afectaciones a la salud sexual y reproductiva

Riley, Sully, Ahmed y Biddlecom (2020) plantean que la pandemia de COVID-19 está
teniendo efectos adversos en la cadena de suministro de productos anticonceptivos al
interrumpir la fabricación de componentes farmacéuticos de los métodos anticonceptivos o
la fabricación de los propios métodos, y al retrasar el transporte de productos
anticonceptivos. Según los autores, es posible que se produzcan consecuencias negativas
para las mujeres y sus familias si los servicios básicos de salud sexual y reproductiva se
reducen o se consideran no esenciales durante la pandemia. Además, no actuar y priorizar
la salud sexual y reproductiva durante la fase de recuperación, que puede ser bastante
prolongada, permitiría que estos efectos revirtieran los logros obtenidos durante las últimas
décadas. Independientemente de la magnitud o duración, los impactos pueden sentirse más
agudamente entre poblaciones desfavorecidas.

Teniendo en cuenta los cuatro efectos descritos, en la literatura revisada también se
identificaron explicaciones a las anteriores afectaciones:

i) Limitaciones de acceso a los servicios médicos

Wilhelm y Helleringer (2019) realizaron una revisión sistemática de estudios que
documentan el impacto de los brotes de Ébola en la utilización de la atención médica. En
13

promedio, la utilización de la atención médica disminuyó un 18% durante el período de
propagación de la enfermedad. Las disminuciones en la utilización fueron mayores para la
atención hospitalaria y para los partos que para la atención ambulatoria. Sin embargo,
varios estudios basados en muestras más grandes de instalaciones también observaron
disminuciones en la utilización de la atención médica en todos los aspectos.

Para el oeste de África se encuentra evidencia que durante la pandemia del Ébola el uso
de servicios de salud maternales tuvo un descenso. Al igual que se evidenciaron
disminuciones en los servicios de cuidados prenatales y postnatales, como de servicios de
planificación familiar y vacunación. Todo esto pronostica efectos adversos en la salud de
las madres y los recién nacidos, por lo que se exhorta a mantener el servicio y la frecuencia
de dichos cuidados en esta población en períodos de epidemia (Ribacke, Saulnier, Eriksson
y Schreeb, 2016).

De la misma manera, Sochas, Channon y Nam (2017) analizan el efecto de l Ébola sobre el
alcance de los servicios de salud en Sierra Leona y encuentran que la cobertura en
cuidados prenatales disminuyó en 22% por la epidemia, de la mano con reducciones en
menor magnitud en servicios de planificación familiar, parto en instalaciones y cuidados
postnatales. Esto culminó en al menos 3,600 muertes adicionales en madres e hijos, lo que
permite evidenciar que los efectos indirectos sobre la mortalidad en una crisis con un
sistema de salud precario son iguales de importantes que los efectos directos.

Adicionalmente, para el oeste de África se demostró una ruptura en las relaciones entre el
sistema de salud y las comunidades que condujo a reducciones marcadas y significativas
en la utilización de las instalaciones de salud, que incluyen: admisiones pediátricas por
todas las causas y por malaria, admisiones por maternidad y asistencia en la comunidad.
Se identificó una alta mortalidad evitable por todas las causas (3.4 veces más alta que la
registrada normalmente para el período, 42% de muertes en niños menores a 5 años, 2%
atribuidas al Ébola). Se demostraron impactos negativos en la fuerza laboral de salud, el
liderazgo y la gobernanza del sistema de salud, y la interrupción de los programas y
sistemas de salud. Y se observaron reducciones en la cobertura de vacunación y un
aumento en los embarazos de adolescentes (Elston et al., 2015).
14

ii) Suspensión de los programas de vacunación

Abbas et al. (2020) alertan que los programas nacionales de inmunización a nivel mundial
están en riesgo de suspensión debido al grave sistema de salud restricciones y medidas de
distanciamiento físico implementadas para mitigar la pandemia de COVID-19. De esta
forma, los autores comparan los beneficios para la salud de mantener la inmunización
infantil de rutina en África con el riesgo de contraer COVID-19 a través del servicio de
vacunación de rutina. Las muertes evitadas mediante el mantenimiento de la inmunización
infantil de rutina en África superan el exceso de riesgo de muerte por COVID-19 asociado
con las visitas a la clínica de vacunación, especialmente para los niños vacunados. La
conclusión de este estudio indica que la rutina de inmunización infantil debe mantenerse en
África tanto como sea posible, considerando otros factores como limitaciones logí sticas,
escasez de personal y reasignación de recursos durante la actual pandemia.

En la misma vía, Carter, Tam y Walker (2019) muestran que la demora en la vacunación
puede resultar en la imposibilidad de prevenir muertes que hubieran sido evitadas si la
vacunación se hubiese dado a tiempo. Así, los autores construyen un modelo para evaluar
el impacto del retraso en la vacunación. Se encontró que las muertes evitadas por la
vacunación con y sin demora son comparables en todos los escenarios al contabilizar la
protección de rebaño. En India, la mayor diferencia relativa en muertes evitadas fue
observada a bajos niveles de cobertura y la mayor diferencia absoluta se observó alrededor
del 60% de cobertura de la vacunación. En escenarios de demora moderada, la vacunación
tuvo un impacto modesto en las muertes evitadas en India en todos los niveles de cobertura
o calendario de vacunación. En general, el estudio concluye sobre los posibles aumentos
en muertes evitables si se retrasan los programas de vacunación.

iii) Estigmatización de los servicios, personal médico y pacientes

Strong y Schwartz (2019) exploran los efectos de la estigmatización en los servicios de
salud a los que las mujeres embarazadas, con y sin Ébola, pudieron acceder y recibir
durante un brote de esta enfermedad en África. Se proponen tres formas principales en las
que el estigma operó para reducir el acceso de las mujeres embarazadas a los servicios de
atención médica durante el brote: I) mujeres y sus familiares tenían miedo de ir a los cen tros
de salud por temor a infectarse con el Ébola mientras estaban allí; II) trabajadores de la
salud murieron debido a su exposición ocupacional mientras cuidaban a otros, lo que incidió
para que fueran estigmatizados como portadores o transmisores de Ébo la; y III), a las
propias mujeres embarazadas se les negó los servicios en los centr os de salud debido al
temor de que estuvieran infectadas con el Ébola. Teniendo en cuenta lo anterior, los autores
concluyen que la alta tasa de mortalidad de mujeres embarazadas con Ébola, los drásticos
15

efectos de la epidemia en la fuerza laboral de atención de la salud de los países y las
dinámicas inherentes a los partos se fusionaron para crear una mayor discriminación y
estigma en torno a la búsqueda de atención para mujeres embarazadas.

Recomendaciones de política pública

Castro (2020) realiza estimaciones sobre el impacto de la reducción de la cobertura de los
servicios de salud para alcanzar o mantener las metas del objetivo 3 de la Agenda 2030
para el Desarrollo Sostenible: reducir la mortalidad materna, neonatal y de menores de 5
años y garantizar el acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva. Para
Castro, la pandemia de COVID-19 y su respuesta en América Latina y el Caribe están
dificultando el alcance o el mantenimiento de estas metas, a pesar de que la región estaba
bien encaminada a alcanzarlas. Así, establece que las prioridades urgentes orientadas a la
equidad en salud de la mujer, de la niñez y de la adolescencia durante y después de la
pandemia requieren: I) aumentar el gasto público en salud y en políticas sociales para
controlar la pandemia y favorecer la reactivación y la reconstrucción social y económica; II)
restablecer y reconstruir los servicios esenciales de salud; y III), fortalecer la estrategia de
atención primaria en salud.
16

 3. ESTIMACIONES DE MORTALIDAD EN LA
 POBLACIÓN MATERNA E INFANTIL

3.1 METODOLOGÍA

3.1.1 Insumos para el cálculo de la reducción de la cobertura de servicios
 médicos

Apoyados en el uso de la herramienta Lives Saved Tool (LIST) la estimación toma dos
grupos de insumos:
Grupo 1. Cambios en servicios médicos y alimentación de la población materna e infantil
en dos aspectos:

 • Reducción de la cobertura en los servicios médicos, como consecuencia de la
 afectación a cuatro principales componentes del sistema de salud:

 o Disponibilidad de personal sanitario y médico.
 o Disponibilidad de suministros y equipos.
 o Demanda y uso de servicios sanitarios y médicos.
 o Acceso a los servicios sanitarios y médicos.

 • Un aumento de la desnutrición en los niños. Este aspecto es importante si además
 se tiene en cuenta que el Programa Mundial de Alimentos ha establecido que el
 número de personas que se enfrentan a crisis alimentarias po dría duplicarse a
 causa de la pandemia.

Grupo 2. La línea base de servicios médicos, alimentación, población y otras características
demográficas de cada región. Se utilizaron 19 indicadores (ver Anexo).

A partir de estos insumos se estimaron tres escenarios que varían según la afectación en
los servicios médicos y la desnutrición. En cuanto a la variación de la desnutrición de los
niños, basados en información de los efectos de pandemias pasadas y en info rmes sobre
la pandemia actual, asumimos un aumento del 10%, 20% y 50% respectivamente para los
escenarios. Mientras que, para la variación de los servicios médicos, utilizamos la siguiente
fórmula (Roberton et al., 2020):

 = 1 − [(1 − ) ∗ (1 − ) ∗ (1 − ) ∗ (1 − )]
17

En donde,
C: Reducción en la cobertura del servicio médico
P: Reducción del personal médico
S: Reducción de suministros
D: Reducción demanda de servicios médicos
A: Reducción acceso a servicios médicos

La intención de este cálculo es captar cómo las reducciones de cada componente se
combinan para producir una reducción global de la cobertura. Así pues, diseñamos los tres
escenarios a partir una combinación de cambios nulos (0%), pequeños (5%), moderados
(10%) o grandes (25%), de las cuatro variables de la fórmula anterior bajo los siguientes
planteamientos:

Escenario 1: suponemos pequeñas reducciones en la disponibilidad de personal sanitario
y suministros debido a la reasignación de recursos para la respuesta a la pande mia.
También se suponen pequeñas reducciones en la demanda y el acceso a los servicios
sanitarios habituales por restricciones a la libre circulación de las personas, el miedo a la
infección y a la presión generada por el entorno económico.

Escenario 2: suponemos mayores reducciones en los sistemas de salud debido a la
reducción del personal y de la cadena de suministro. En este sentido, la escasez de
personal tiene un mayor efecto en las intervenciones que requieren atención especializada.
Las cadenas de suministro nacionales se interrumpen debido a los cuellos de botella
locales, lo que da lugar a una menor disponibilidad de anticonceptivos hormonales,
suplementos prenatales y prevención del paludismo, productos básicos para el parto,
vacunas infantiles de rutina y tratamientos para enfermedades infantiles comunes.

Escenario 3: además de las interrupciones en el sistema sanitario, suponemos que los
gobiernos imponen estrictas restricciones de movimiento, obligando a las familias y a los
trabajadores no esenciales a permanecer en casa. Las personas con síntomas respiratorios
o con sospecha de exposición al COVID-19 deben autoaislarse. La falta de confianza en el
sistema sanitario oficial, y el miedo a la infección en los centros de salud, hace que algunas
personas dejen de buscar atención o busquen atención de proveedores alternativos. Las
órdenes de confinamiento conllevan una mayor pérdida de ingresos, una reducción del
poder adquisitivo y la imposibilidad de pagar los servicios. Los desplazamientos se v uelven
aún más difíciles para las personas que dependen del transporte público. Las restricciones
de acceso que siente el público en general también afectan a los trabajadores sanitarios, lo
que dificulta aún más la labor médica.
18

En la Tabla 1 se resumen los cálculos de las reducciones de cobertura de los servicios
médicos en cada uno de los escenarios descritos anteriormente.

 Tabla 1. Cambios en los componentes de los servicios médicos

 Demanda de Acceso a
 Personal Reducción
 Suministros servicios servicios
 médico cobertura
 médicos médicos
 Escenario 1
Planif icación familiar Ninguna Pequeña Ninguna Pequeña 9.8%
Atención prenatal Pequeña Pequeña Pequeña Pequeña 18.5%
Atención al parto Pequeña Pequeña Ninguna Pequeña 14.3%
Atención postnatal Pequeña Pequeña Pequeña Pequeña 18.5%
Vacunación infantil temprana Pequeña Pequeña Pequeña Pequeña 18.5%
Prevención infantil temprana Ninguna Pequeña Pequeña Pequeña 14.3%
Curación inf antil temprana Pequeña Pequeña Ninguna Pequeña 14.3%
 Escenario 2
Planif icación familiar Pequeña Moderada Ninguna Pequeña 18.8%
Atención prenatal Moderada Moderada Pequeña Pequeña 26.9%
Atención al parto Moderada Moderada Ninguna Pequeña 23.1%
Atención postnatal Moderada Moderada Pequeña Pequeña 26.9%
Vacunación infantil temprana Moderada Moderada Pequeña Pequeña 26.9%
Prevención infantil temprana Pequeña Moderada Pequeña Pequeña 22.8%
Curación inf antil temprana Moderada Moderada Ninguna Pequeña 23.1%
 Escenario 3
Planif icación familiar Moderada Moderada Ninguna Grande 39.3%
Atención prenatal Grande Moderada Pequeña Grande 51.9%
Atención al parto Grande Moderada Ninguna Grande 49.4%
Atención postnatal Grande Moderada Pequeña Grande 51.9%
Vacunación infantil temprana Grande Moderada Pequeña Grande 51.9%
Prevención infantil temprana Moderada Moderada Pequeña Grande 42.3%
Curación inf antil temprana Grande Moderada Ninguna Grande 49.4%

 Fuente: elaboración propia
19

3.1.2 Regiones y línea base

Para el análisis se utilizaron las 16 regiones que son el nivel mínimo de agregación con
base en la Encuesta Nacional de Demografía y Salud 2015 (ver Figura 1). Esta clasificación
permite acceder a la heterogeneidad del país y separar los grandes centros poblados
(Bogotá, Medellín A.M, Cali A.M. y Barranquilla) del resto. Además, se evita la
sobrerrepresentación de las zonas más pobladas en los promedios nacionales y se pueden
observar los efectos en las zonas más aisladas y vulnerables como los de Orinoquía y
Amazonía o La Guajira, Cesar y Magdalena.

 Figura 1. Regiones de interés

 Fuente: DANE.

Como se mencionó anteriormente, uno de los insumos utilizados para la estimación es la
línea base de servicios médicos, alimentación, población y otras características
demográficas de cada región. La principal fuente fue la Encuesta Nacional de Demografía
20

y Salud 2015, la encuesta ENSIN: Encuesta Nacional de Situación Nutricional 2015 y
algunos datos de LiST. Sin embargo, es importante mencionar que la línea base tiene el
dato más actualizado posible por lo que en algunas variables la fecha corresponde a datos
anteriores al 2015. En el Anexo 1 se detallan las estadísticas descriptivas para cada región.

3.2 RESULTADOS DE LAS ESTIMACIONES

Como podemos observar en las tablas de los resultados (Tablas 2 a 5), los efectos
indirectos del COVID-19 sobre la población materna e infantil son heterogéneos a lo largo
del país y dependen de la vulnerabilidad de base en las regiones. De igual forma, basados
en el exceso de mortalidad observado y las muertes por COVID-19, estimamos que el
escenario más probable para Colombia es el segundo. En este escenario, se estiman 4,113
muertes adicionales en un año: 3,785 infantiles y 328 materna, lo que equivale a 9.3
muertes adicionales por cada 100,000 habitantes para un año. Las regiones con mayor
afectación probable son La Guajira, Cesar y Magdalena.

 Tabla 2. Muertes infantiles adicionales, tasas anuales por 100,000 habitantes

 Tasa por 100,000 habitantes
 Regiones
 E1 E2 E3
Medellín A.M. 2,0 4,5 16,9
Antioquia sin Medellín A.M. 5,9 12,9 48,4
Guajira, Cesar y Magdalena 8,4 16,4 51,9
Barranquilla A. M. 4,2 8,1 26,0
Atlántico, San Andrés y Norte de Bolívar 3,9 7,8 26,5
Sur de Bolívar, Sucre y Córdoba 4,6 8,9 29,2
Santanderes 5,7 12,2 45,2
Boyacá, Cundinamarca y Meta 2,6 5,6 20,8
Bogotá 4,1 9,2 35,2
Caldas, Risaralda y Quindío 2,6 5,8 21,9
Tolima, Huila y Caquetá 3,8 7,9 26,8
Cali A.M. 1,6 3,4 12,6
Valle sin Cali A.M., ni Litoral 4,3 9,9 39,4
Cauca y Nariño sin Litoral 4,0 9,2 36,9
Litoral Pacífico 3,9 7,5 23,8
Orinoquía y Amazonía 3,8 7,8 27,1
Colombia 4,1 8,6 30,8

 Fuente: elaboración propia
21

 Tabla 3. Muertes infantiles adicionales, términos absolutos para 1, 6 y 12 meses

 Regiones Escenario 1 Escenario 2 Escenario 3
 (Meses) 1 6 12 1 6 12 1 6 12

Medellín A.M. 6 38 75 14 84 167 53 316 631

Antioquia sin Medellín A.M. 11 67 133 24 145 290 91 544 1088

La Guajira, Cesar y Magdalena 22 134 268 44 262 523 138 827 1653

Barranquilla A. M. 7 40 79 13 76 152 41 244 488

Atlántico, San Andrés y Norte de
 6 35 70 12 70 139 39 236 472
Bolívar

Sur de Bolívar, Sucre y Córdoba 12 70 140 23 136 271 74 447 893

Santanderes 16 96 191 34 205 410 126 759 1517

Boyacá, Cundinamarca y Meta 11 63 126 23 136 271 84 503 1006

Bogotá 25 148 296 55 329 658 211 1263 2526

Caldas, Risaralda y Quindío 5 30 59 11 66 131 41 249 497

Tolima, Huila y Caquetá 8 50 100 17 103 206 58 349 697

Cali A.M. 3 19 38 7 41 82 26 154 308

Valle sin Cali A.M., ni Litoral 4 24 47 9 54 108 36 216 431

Cauca y Nariño sin Litoral 7 42 83 16 97 193 64 387 773

Litoral Pacífico 4 24 47 8 45 90 24 143 285

Orinoquía y Amazonía 4 23 46 8 47 94 27 163 325

 Escenario 1 Escenario 2 Escenario 3
TOTAL, COLOMBIA
 1 6 12 1 6 12 1 6 12
(Meses)
 150 899 1798 315 1893 3785 1133 6795 13590

 Fuente: elaboración propia
22

Al hacer énfasis en Antioquia, Medellín A.M. se encuentra entre las regiones con menor
afectación probable: con una estimación de 5 muertes adicionales entre maternas e
infantiles por cada 100,000 habitantes. El resto de Antioquia, por el contrario, se encuentra
entre las regiones con mayor afectación probable: 13.7 muertes adicionales por cada
100,000 habitantes, entre maternas e infantiles.

 Tabla 4. Muertes maternas adicionales, tasas anuales por 100,000 habitantes

 Tasa por 100,000 habitantes
Regiones
 E1 E2 E3
Medellín A.M. 0,2 0,5 1,9

Antioquia sin Medellín A.M. 0,4 0,8 3,1

Guajira, Cesar y Magdalena 0,5 0,9 2,8

Barranquilla A. M. 0,4 0,7 2,1

Atlántico, San Andrés y Norte de Bolívar 0,3 0,7 2,4

Sur de Bolívar, Sucre y Córdoba 0,4 0,7 2,3

Santanderes 0,4 0,8 2,8

Boyacá, Cundinamarca y Meta 0,4 0,8 2,9

Bogotá 0,3 0,8 3,0

Caldas, Risaralda y Quindío 0,3 0,7 2,6

Tolima, Huila y Caquetá 0,4 0,8 2,4

Cali A.M. 0,3 0,7 2,6

Valle sin Cali A.M., ni Litoral 0,4 0,8 3,3

Cauca y Nariño sin Litoral 0,3 0,9 3,6

Litoral Pacífico 0,4 0,8 2,5
Orinoquía y Amazonía 0,3 0,7 2,5
Colombia 0,3 0,7 2,7

 Fuente: elaboración propia
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