EL TRABAJO DOMÉSTICO NO REMUNERADO EN LA ECONOMÍA
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EL TRABAJO DOMÉSTICO NO REMUNERADO EN LA ECONOMÍA Fabiola Campillo* Este trabajo parte de la revisión de dos escuelas económicas: la neoclásica y la marxista y muestra cómo, desde ángulos opuestos, las dos corrientes de pen- samiento que iluminaron la economía de fines del siglo XIX y el XX, lograron tener los mismos supuestos conceptuales sexistas y recrearon la exclusión pa- triarcal en el trabajo doméstico femenino. * Socióloga colombiana. Especialista en desarrollo rural de la Sorbonne, Francia. Fue responsa- ble de los temas de género, mujer y desarrollo para los países de América Latina en la FAO y el Instituto Interamericano de Cooperación Agrícola. En la actualidad es consultora interna- cional para varias agencias de cooperación de Naciones Unidas y también no gubernamenta- les. Presidenta de Consultorías FUTURA. 98 NÓMADAS
Introducción Las necesarias interrelaciones a la otra economía, la del cuidado y entre las dos economías hacen que la reproducción. Se da una mirada a Las mujeres del mundo se en- medidas de política en la esfera los principales enfoques económicos cuentran en la encrucijada entre la macroeconómica tengan efectos en de los últimos tiempos, el de la teoría participación en la producción eco- la esfera microeconómica y al mismo neoclásica y el del marxismo, para nómicamente remunerada –opcio- tiempo, las relaciones sociales en la descubrir que a pesar de tantos ele- nal para algunas y necesaria para la esfera microeconómica, condicionen mentos en que son divergentes, cuen- sobrevivencia para la gran mayoría– la respuesta de la población a las me- tan con aspectos comunes en la y el trabajo para garantizar la repro- didas de carácter macro. En concre- consideración del trabajo doméstico. ducción biológica y social de los to, las relaciones entre mujeres y El principal es el de no conectar la miembros del hogar. Es la separación de los trabajos encrucijada entre la calle para la producción y para y la casa. En la primera, el cuidado con la desigual- los espacios para ellas son dad e inequidades entre todavía restringidos y hombres y mujeres. discriminados. En la se- gunda, el trabajo es arduo, La primera parte in- no reconocido, pero se troduce el concepto de acompaña de legitimidad actividades o trabajo do- social. méstico, realizado en el ho- gar, por miembros del hogar La economía real se y para satisfacer necesidades mueve en dos ámbitos, el de los mismos, sin pasar por de la economía de la pro- el mercado. Es realizado, en ducción y el de la econo- todo el mundo, mayori- mía del cuidado, la tariamente por las mujeres reproducción y el bienes- quienes garantizan tanto la tar de las personas. Como reproducción biológica de bien lo define Diane la especie y la unidad fami- Elson “Tenemos dos eco- liar, como la reproducción nomías: una economía en social de los miembros de la la que las personas reci- misma. A diferencia de la ben un salario por produ- biológica, que atiende al cir cosas que se venden en proceso de dar vida, pro- los mercados o que se fi- crear y hacer crecer a los nancian a través de seres, la reproducción social impuestos. Esta es la econo- incluye no sólo la alimen- mía de los bienes, la que tación de los miembros del todo el mundo considera “la Fabricante de instrumentos musicales, Colombia. Foto O. Jordán hogar, sino elementos no economía” propiamente materiales que conforman dicha, y por otro lado tenemos la hombres, de diferentes edades y con la socialización: la transmisión de va- economía oculta, invisible, la eco- intereses diversos, explicará el com- lores, identidades y roles, el desarro- nomía del cuidado” (Elson 1995). portamiento social que es posible pre- llo de capacidades y habilidades para Lo que las diferencia es que el tra- ver o los efectos diferenciados que las desempeñarse en la vida, las normas bajo que se realiza en la segunda no políticas macro pueden generar. de comportamiento, etcétera. es remunerado, no se contabiliza y, sobre todo, es realizado principal- Este trabajo pretende mostrar No se considera en este ensayo mente por las mujeres del mundo, cómo la economía de la producción, el trabajo doméstico remunerado sin distinción de edad, raza o etnia. o mejor sus pensadores, perciben o no pues en la medida en que es NÓMADAS 99
transado en el mercado, hace parte 1. Elementos que jeres en unidades económicas adi- de la economía productiva. Conti- definen el trabajo neradas, como el de demostrar la núa en la segunda parte con una doméstico fuerza pecuniaria de su unidad so- revisión de los principales enfoques cial mediante un notable consumo económicos, señalando los puntos Son varios los y las autoras que improductivo (Veblen 1954: 68 ci- en común con respecto a las rela- han tratado de delimitar y estable- tado por Koch). ciones de género. cer la naturaleza del trabajo domés- tico. Ya desde inicios de siglo hubo Las tareas que no se remune- La tercera parte discute acerca referencias a este trabajo, siempre ran pero que potencialmente de los efectos de la disociación en- asociadas al estatus de la mujer. Ulla podrían serlo tre una y otra economía, efectos que Koch (1996) descubre dos ensayos tienen resultados aún más En una etapa poste- desalentadores en la des- rior, la consolidación del igualdad de género. Di- proceso de industrializa- chos efectos se refieren a ción hizo posible la sepa- la transferencia de valor ración neta entre los de la economía producti- espacios económicos para va a la reproductiva, a las la producción de mercan- oportunidades diferencia- cías en las fábricas y el das que tienen mujeres y espacio de la casa para la hombres para entrar y per- producción de bienes y manecer en los mercados servicios para el consumo de trabajo, al trabajo pro- de los miembros del ductivo que se esconde en hogar. Margaret Reid el trabajo doméstico y por introdujo un estudio pio- tanto se subestima, al di- nero sobre el trabajo seño de políticas y progra- doméstico en 1934, mas sociales y a los “Economic of Household registros estadísticos. Production”, en el cual de- finió así esta categoría: “la La cuarta parte presen- producción en el hogar ta algunos intentos de consiste en esas activida- medición del trabajo no des no remuneradas que remunerado, indicando ci- son llevadas a cabo por y fras de la magnitud del para sus miembros; acti- mismo que se oculta en los vidades que podrían ser sistemas actuales de cuen- reemplazadas por bienes tas nacionales. En la de mercado o servicios quinta se incluyen consi- pagados, si circunstancias deraciones sobre el proble- tales como ingreso, con- ma en el contexto actual diciones del mercado o de globalización económi- Carniceros, mercado de Saint-Honoré, París, 1968. Foto H.C.B. inclinaciones personales ca y se cierra con una con- permitieran que el servi- clusión sobre lo imprescindible de del economista Veblen sobre la ins- cio fuera delegado en alguien fuera incluir el trabajo de la economía del titución matrimonial y los roles de del grupo del hogar” (citado por cuidado y el bienestar en cualquier las mujeres, publicados hace un si- Gardiner 1996: 148). paradigma de desarrollo que tenga glo “The barbarian status of women y entre sus postulados la equidad y la the Economic theory of women’s dress”. El trabajo doméstico incluye el eficiencia económica. Veblen se refiere al papel de las mu- cuidado de los niños y las niñas, de 100 NÓMADAS
los ancianos de ambos sexos, la lim- Características de lugar y forma miembros del hogar al trabajo o la pieza de la casa y sus alrededores, el del trabajo doméstico escuela, la recolección de agua y de cuidado de la ropa, la transformación leña para proveer energía a los hoga- de alimentos, el transporte de niños Luisella Goldschmidth-Cler- res en comunidades rurales. y niñas, y las compras relativas a to- mont ilustra las características comu- (Goldschmidt-Clermont 1987). das estas tareas. Es realizado princi- nes al trabajo doméstico: el sitio de palmente por mujeres: esposas, la casa y sus alrededores inmediatos Un trabajo artesanal madres, hijas, amas de casa y cuenta son el principal lugar de producción con la contribución de los miembros y consumo; el trabajo es suplido por El trabajo doméstico difiere del dependientes que están en el hogar, miembros del hogar, mayoritaria- trabajo denominado económico, no cuando su edad y condición de sa- mente por mujeres y niños(as); los sólo por el hecho de que no se remu- lud les permite nera, sino por la realizarlo. naturaleza y for- ma que asume el En la distin- proceso de gene- ción entre la rar bienes y servi- parte de las acti- cios para que los vidades domés- consuman los ticas que es miembros del ho- económica y la gar sin pasar por que no lo es, el mercado. Es la Reid introdujo el forma como se or- llamado criterio ganiza, sin una de “tercera per- división de tareas sona”, en lo que fijas, con secuen- fue respaldada cias y horarios más tarde por flexibles, depen- otras economis- diendo de las tas. Según este oportunidades de criterio, si una manejo del tiem- actividad del ho- po y gustos de gar puede y es quienes lo con- delegada a un(a) ducen y la no trabajador(a) estandarización asalariada, la del proceso y sus actividad debe productos, lo que considerarse lo hace artesanal económicamente Colombia, 1960. Foto E. Pérez Arbeláez (Todaro y Galvez productiva. 1997). El trabajo bienes y servicios son directamente doméstico es definido así por algunas Como se ve, esta definición se consumidos por miembros del hogar autoras como un trabajo de carácter centra en el enfoque de que lo eco- o de la comunidad sin mediar tran- artesanal, aunque contenga elemen- nómicamente productivo es lo que se sacciones monetarias. tos de progreso tecnológico. monetiza, independientemente del valor que pueda tener el servicio o Existe otro tipo de actividades Otros elementos se relacionan bien generado, para resolver necesi- que se relacionan cercanamente con con las condiciones en que se realiza dades. Esta manera de abordar el pro- las actividades domésticas en conte- el proceso de trabajo: En primer lu- blema se mantendrá hasta los años nido, modo de producción y desti- gar, él o la trabajadora no están sepa- setenta. no, tales como el transporte de los rados de los medios de producción ni NÓMADAS 101
sujetos a una división técnica del tra- “por medio de la producción de mayor nivel de desarrollo, bajo; conservan en todo momento el valores de uso que no se venden pero aún en este caso queda control y dirección del proceso. En en el mercado, el trabajo domésti- un remanente del trabajo do- segundo lugar, su campo de acción no co mantiene una mercancía que se méstico que realizan las mu- es fácil de determinar, pues en algu- transa o se transará en el merca- jeres en su hogar; nas tareas se confunde con expresio- do” (Ibid: 132). c) utilizando equipos y tecnolo- nes de afecto y valores como gía que ahorran tiempo pero solidaridad, altruismo, protección a Aunque, como ya dijimos, la no eliminan el trabajo ni des- los más frágiles, todo lo cual ayuda a mayor parte del trabajo doméstico lo cargan la responsabilidad. entender que este trabajo tenga rela- realizan las mujeres en los hogares, Estas dos últimas formas re- ción con la economía de quieren ingresos sufi- mercado, por medio de vín- cientes para realizar la culos ideológicos. Por últi- sustitución. mo, tampoco hay una separación de las funciones Amplios grupos de de dirección y coordina- mujeres en sociedades ur- ción, de un lado, y las de banas de América Latina, realización práctica de bie- como en el caso de las ciu- nes y servicios, de otro. dades capitales de Chile, Perú y Bolivia, han inven- Del valor de uso al valor tado formas comunitarias de cambio de sustitución del trabajo doméstico no contenidas En una óptica marxista, en la lista anterior, como De Barbieri (1975) hace los denominados “come- énfasis en que el objeto prin- dores populares” y “ollas cipal del trabajo doméstico comunes”, las cuales no es atender a las necesidades son otra cosa que nuevas de consumo individual de formas de sobrevivencia las personas que integran el que conjugan el trabajo hogar y asegurar el mante- doméstico y el productivo nimiento, reposición y re- fuera del hogar. Lo que producción de la fuerza de muchos saludan como un trabajo. Pero a diferencia de gran progreso organizativo algunos bienes y servicios de las mujeres, y lo es, que pueden satisfacer estas Construcción del edificio Empire State, N. Y., 1931. Foto Hine también puede ser visto necesidades de manera so- como una forma colecti- cializada (salud, alimentación en es- este trabajo puede ser sustituido me- va, más eficiente, de paliar la crisis y cuelas, etc.) se realiza en la esfera diante diferentes formas: eludir la responsabilidad estatal. privada. Para la autora, en tanto no son bienes que pasan por el mercado, a) contratando trabajadoras y En síntesis, estamos frente a un se consideran valores de uso, trabajo trabajadores domésticos, caso trabajo de tipo artesanal, que se rea- útil, pero no creador de valor. típico de las sociedades del liza en los hogares y por sus miem- mundo en desarrollo donde bros, vinculado al mercado como Como veremos más adelante hay abundancia de mano de insumo para la venta de otro produc- en la revisión de la consideración obra a bajo precio; to, la fuerza o capacidad de trabajo, del trabajo doméstico en las teo- b) adquiriendo mercancías en el regulado por mecanismos ideológicos rías económicas, las feministas mercado, lo que es más gene- y valorativos, al que no se le asigna marxistas ponen el acento en que ralizado en sociedades con valor sino sólo en tanto puede ser sus- 102 NÓMADAS
tituido con bienes y servicios prove- transables en el mercado nacional o transferencia a la economía de mer- nientes del mercado. internacional. cado, se incluyó en la agenda del movimiento de las mujeres. En la III La no remuneración se deriva de Conferencia, celebrada en Nairobi, 2. El trabajo las dos anteriores (no se ve ni se cuen- en 1985, el plan de acción adoptado doméstico ta), pero esencialmente tiene que ver por los gobiernos y denominado “Es- en las principales con: trategias de Nairobi para el Avance corrientes de la Mujer”, recomendó hacer es- económicas • la creación de identidades de fuerzos para medir y reflejar en las género basadas en la actual estadísticas y cuentas nacionales, las Los estudios y debates de las mu- división del trabajo: hombre contribuciones no remuneradas de las jeres sobre la división sexual del tra- productor-mujer reproductora mujeres a la agricultura, la produc- bajo estimada como el eje de la y consumidora, hombre traba- ción de alimentos, la reproducción y subordinación de género, las actividades domésticas. han llamado la atención sobre tres elementos carac- Pero antes de estos terísticos del trabajo do- señalamientos de las mu- méstico: su invisibilidad, su jeres, ¿cómo abordó la teo- no contabilidad y su no re- ría económica el trabajo muneración, todos los cua- doméstico? Dos son los les tienen relación entre principales enfoques econó- sí. micos que han iluminado el desarrollo de la economía: La invisibilidad está re- la economía neoclásica y la lacionada con la aprecia- marxista. Ambos enfoques ción de las actividades del han dejado por fuera de su hogar como la expresión análisis el meollo central “natural”, por extensión, del trabajo doméstico, aun- de las funciones reproduc- que por razones y supuestos tivas femeninas. La ideo- teóricos distintos. logía patriarcal logró incluir y legitimar en los Quienes han revisado roles de las mujeres, con- en detalle la evolución de sideradas ante todo madres Colombia, c. 1945. Foto E. Pérez Arbeláez las teorías económicas a la o productoras biológicas luz de las consideraciones que procrean, dan a luz y amaman- jador en lo público y econó- de género (Elson; Gardiner; Benería, tan, todas las actividades de cuidado mico-mujer trabajadora en lo Koch, Feldman, entre otras), en- de los miembros del hogar y su re- privado y doméstico; cuentran rasgos comunes entre los producción social. • la abundancia de la mano de dos grandes enfoques, en lo que se obra para desempeñar el tra- refiere a las motivaciones, los su- La no contabilidad tiene que ver bajo doméstico y su flexibili- puestos, el uso de tiempo y la toma con lo anterior y con la considera- dad casi infinita para ajustarse de decisiones. ción de que lo que no produce direc- a los cambios en el entorno ta/riqueza, no se registra como un macroeconómico. En cuanto a las motivaciones proceso económico. De aquí que se desarrollen sistemas contables orien- Desde la II Conferencia Mundial La Nueva Economía Doméstica tados a unidades típicamente econó- sobre la Mujer, en Copenhague en que surge en los Estados Unidos con micas, en tanto su propósito es la 1980, el tema del trabajo doméstico Moncer y Becker en los años sesen- producción de bienes y servicios como espacio de subordinación y ta, antecedidos por Reid en los trein- NÓMADAS 103
ta, señala que la motivación altruis- especialización de las tareas ente ración de plusvalor para quien se ta en el hogar contrasta con la moti- mujeres y hombres en las esferas de apropia de ese trabajo y sus resultados. vación por el propio interés en el mercado y de lo doméstico, a su vez, mercado. Este enfoque supone que los redunda en una mayor productividad A partir de la aplicación de la miembros del hogar eligen la división para ambos (Gardiner 1996). dicotomía valor de uso/valor de cam- del trabajo entre estas dos esferas, con bio al estudio del trabajo doméstico, el fin de maximizar el uso del tiempo. Como lo señala Feldman (1992) se generaron tres posiciones divergen- estos argumentos implican que com- tes en el Debate sobre Trabajo Do- Por su parte, la teoría marxista partir los roles y obligaciones socia- méstico adelantado por economistas sobre el trabajo doméstico, supone les es menos eficiente que la división marxistas en los años setenta: a) el que la solidaridad de clase que se ma- del trabajo entre la casa y el mercado. trabajo doméstico genera plusvalor, terializa en la esfera do- por lo cual las amas de casa méstica se opone a los están vinculadas al proceso intereses de clase que im- de acumulación de capital primen y dan dinámica al y son agentes importantes mercado. Mientras en éste en la lucha de clases; b) el las relaciones de poder trabajo doméstico no gene- condicionan la explota- ra plusvalor y por lo tanto ción de los trabajadores y las mujeres tienen un po- los beneficios que puedan tencial revolucionario recibir por el trabajo rea- limitado; c) el trabajo do- lizado, en la economía de méstico es un modo de pro- lo doméstico predominan ducción separado, no principios de solidaridad capitalista pero subordina- de clase que suponen in- do al capitalismo (Koch tereses comunes de los 1996). miembros del hogar (Gar- diner 1996). En la perspectiva de la teoría marxista, los trabaja- En cuanto a dores no tienen otra alter- los supuestos nativa que vender su fuerza de trabajo para ganarse la En la Nueva Econo- vida, en un contexto de mía Doméstica, el supues- explotación al que se le to central es que el puede hacer resistencia des- provecho que se deriva al de el hogar donde los inte- garantizar el consumo en reses son comunes. Como el hogar compensa el sa- lo señala Koch, este enfo- crificio de no participar en que supone que las mujeres el mercado de trabajo. El son amas de casa en hoga- Taquígrafa, Colonia, 1928. Foto A. Sander denominado “costo de res de asalariados y que las oportunidad” del trabajo se acompa- El argumento más importante en familias que devengan uno o más sa- ña de otras hipótesis asociadas: que la teoría marxista es el de que el tra- larios constituyen una unidad de in- las tareas relativas al cuidado de los bajo que no pasa por el mercado, ge- tereses comunes en cuanto a la miembros del hogar se realizan de nera tan sólo una utilidad social, un distribución y uso de la remuneración manera más eficaz en el hogar que valor de uso, que difiere sustantiva- recibida. Quienes anotaron que en las en el mercado; que existen diferen- mente del que se mercantiliza, que unidades familiares se vive una per- cias intrínsecas de productividad en- conlleva un valor de cambio y con- manente lucha de intereses entre sus tre hombres y mujeres; que la tribuye económicamente a la gene- miembros sobre la magnitud y divi- 104 NÓMADAS
sión del trabajo doméstico, así como Dos elementos centrales de la Tal vez el asunto más escondido sobre el uso de los ingresos, parecie- desigualdad de género quedaron por en estos enfoques es que el control ron no encontrar mucho eco en los fuera en estas teorías: en ningún caso de ambos, decisiones y beneficios, lo economistas marxistas. se puso en duda la elasticidad de la tienen principalmente los hombres, jornada, simple o doble, realizada por con lo cual el supuesto distributivo Sobre el uso del tiempo las mujeres; las negociaciones sobre se invalida. Estudios de todo tipo de la división del trabajo se realizan en organizaciones, desde las ONGs has- En la teoría neoclásica, el tiem- la esfera privada, espacio en el que ta la banca internacional, han con- po de trabajo es un bien escaso que los hombres cuentan con una posi- firmado que hay dos brechas en este se regula entre los miembros del ho- ción ventajosa. terreno. La primera es entre quienes gar y los espacios de producción y re- tienen y no tienen acceso a los re- producción, atendiendo siempre al En cuanto a las decisiones cursos, decisiones y beneficios; la se- criterio de eficiencia. En la teoría y beneficios dentro del hogar gunda, entre quienes tienen acceso marxista esta regulación pero no tienen control. En tiene que ver con la la primera hay una exclusión abundancia de fuerza de total de quienes no partici- trabajo, la fuerza de reser- pan, en la segunda una ex- va y con la capacidad de clusión parcial; ambas negociación de la clase conducen a restricciones en trabajadora. Pero en am- los derechos de las mujeres. bos casos, históricamen- te, esa regulación sólo se Sesgos de género en los materializó en la esfera de enfoques económicos la producción para el mercado. Implícitamen- En una revisión de la te se supone que el tiem- evolución histórica del estu- po de las mujeres es de dio del trabajo doméstico, una infinita flexibilidad. Koch encuentra que este evolucionó desde los co- Trabajadores y patro- mienzos de la industrializa- nos han negociado his- ción, cuando el problema del tóricamente el tiempo de trabajo fuera del mercado es- trabajo por una unidad taba relacionado con el de salario recibido. En el Sabanalarga, Colombia, 1960. Foto E. Pérez Arbeláez estatus de las mujeres y su caso de las trabajadoras grado de independencia de no remuneradas, la negociación dis- En la economía neoclásica, las la sociedad, pasando por la consoli- curre en la esfera privada y, por lo decisiones se basan en criterios de dación del desarrollo industrial, en tanto, en apariencia no es objeto de eficiencia y como tal, son positivas la cual las mujeres llegan a ser consi- regulación por las instituciones pú- para todos los miembros del hogar. deradas principalmente consumido- blicas. En las sociedades capitalistas En la economía marxista el criterio ras –en la teoría neoclásica–, hasta la tecnología parece haber sido la central es el del sacrificio por el sala- épocas recientes en las que el movi- forma de ahorro en el tiempo del tra- rio recibido y lo importante es resis- miento de mujeres se centró en el bajo no remunerado; en las socialis- tir a la explotación global de la estatus productivo de las mujeres y tas, la socialización de servicios familia. Una vez más, se asume que en responder a la pregunta de ¿cuáles públicos para el cuidado de miem- existe consenso de intereses en los son las causas de la opresión de las bros del hogar (guarderías, unidades miembros del hogar y que los benefi- mujeres? de salud, comedores en lugares de cios recibidos por el trabajo remune- trabajo, por ejemplo) y provisión de rado se distribuyen de manera Se puede apreciar en el debate, bienes por el Estado. igualitaria. al interior de los dos enfoques y no NÓMADAS 105
entre ellos en torno al trabajo domés- mente de los insumos impu- que tengan. Los estudios de- tico, que no existe un vínculo que tados al proceso de produc- muestran que esos costos son ligue conceptualmente la división del ción de bienes y servicios en diferenciados para mujeres y trabajo entre hombres y mujeres y el el hogar. Al ser las mujeres hombres y están condiciona- problema de la subordinación de las quienes realizan mayorita- dos por las oportunidades últimas a los primeros. Por ello, el riamente este proceso, su desiguales de educación, dis- trabajo no remunerado puede man- trabajo es desvalorizado eco- ponibilidad de tiempo y roles tenerse invisible, no contabilizado y nómica y, por consiguiente, adscritos para cada género. no retribuido económicamente. socialmente, dando lugar a e) Que los hogares están formados relaciones de subordinación por, al menos, un trabajador La crítica a estas dos escuelas y discriminación, contrarias asalariado y otros miembros de pensamiento reveló al (mujeres y niños) depen- menos cinco sesgos de dientes del ingreso por éste género: generado. Este supuesto que pudo ser válido en ciertos a) Que la motivación momentos históricos y en para realizar el tra- determinados segmentos de bajo doméstico no población, se ha demostra- remunerado dentro do irreal en la segunda mi- de los hogares es tad de este siglo con el única y compartida proceso creciente de in- por todos los miem- corporación de las muje- bros del hogar, llá- res al mercado de trabajo mese altruismo para y el incremento sosteni- garantizar la efi- do de hogares con jefatu- ciencia, en un caso, ra femenina. o solidaridad de cla- se, en el otro. b) Que los beneficios 3. Efectos de la división entre del trabajo trabajo doméstico y doméstico no trabajo remunera- remunerado do y los ingresos en manos obtenidos por quie- de las mujeres nes realizan este último, son distri- Mantener el trabajo buidos equitativa- doméstico no remunerado mente por los en manos de las mujeres y miembros del ho- los menores, tiene efectos gar. Esto entraña que se relacionan con sub- una concepción sidios a la producción para del hogar como Aquila degli Abruzzi, 1952. Foto H. Cartier-Bresson el mercado, oportunidades unidad monolítica, diferenciadas por género en igualitaria y armónica de in- a las condiciones de igualdad el mercado laboral y los ingresos, la tereses de esos miembros, sin del supuesto usado. orientación y la forma de organización consideración de su condi- d) Que los miembros del hogar de los servicios sociales, el ocultamien- ción de sexo y edad. son libres para optar por el tra- to de algunos tipos de trabajo produc- c) Que sólo tiene valor lo que bajo doméstico o remunerado, tivo y el mantenimiento de rígidos se comercia, independiente- según el costo de oportunidad conceptos de trabajo y empleo. 106 NÓMADAS
3.1. Subsidio a la acumulación que mientras exista un con- posibilidades de acceder a los secto- del capital tingente de trabajadoras no res más dinámicos del empleo, de tra- pagadas e invisibles, los sala- bajar la jornada completa y de no El primer efecto es el de subsidiar rios se regularán tan solo por interrumpir la vida laboral, de incre- la producción para el mercado. Esto la oferta y demanda de la fuer- mentar sus niveles de entrenamien- se realiza de varias maneras: za de trabajo que se realiza to, son restringidas frente a las de los fuera del hogar, en la calle, hombres. Durante décadas, los res- a) El trabajo doméstico subven- como si no existiera una re- ponsables de las decisiones del hogar ciona al sector empresarial en lación de interdependencia consideraron sin utilidad enviar a las el segmento no pago de la entre ambos dominios del niñas a la escuela, ya que no se pre- fuerza de trabajo. Al contar trabajo. veían perspectivas de inserción en el con el trabajo mercado laboral y, por lo abundante y en tanto, no retribuirían la in- casos excedente versión con ingresos adicio- de la mano de nales en el futuro. obra femenina, en especial las amas Las tareas domésticas in- de casa, hay una clinan la balanza desfavora- transferencia de blemente en el acceso de las valor, de la eco- mujeres al mercado de tra- nomía de la casa bajo. Según la CEPAL, a la economía de “mientras el nivel de parti- mercado; cipación en el mercado la- b) En condiciones boral de los hombres que son de crisis, las amas jefes de hogar fluctúa entre de casa se ven 80% y 90%, el de las muje- obligadas a re- res es de 40% a 60%, en las forzar la inten- zonas urbanas”. (CEPAL sidad del trabajo 1995). doméstico para amortiguar los Los datos de la OIT ana- efectos de la pér- lizados por Rangel de Paiva dida en el poder Abreu indican que “no obs- adquisitivo de los tante ciertos avances de la salarios (Torres participación femenina en 1977); esto sigue el trabajo de la región siendo cierto aún (América Latina) las muje- en los casos de res siguen representando, de mujeres que tra- hecho, la mayor proporción bajan fuera del de personas implicadas en Quindío, Colombia, 1999. Foto O. Jordán hogar; ocupaciones más precarias c) Su efectos sobre los salarios. 3.2. Oportunidades diferenciadas de los sectores formal e informal “ Como lo destaca De Barbieri para la ubicación y permanencia (Abreu 1995: 86). en su artículo “Notas para el de hombres y mujeres en los mer- estudio del trabajo de las mu- cados de trabajo No es claro pues que el acceso al jeres: El problema del traba- trabajo en la calle, modifique las ata- jo doméstico” es el “efecto Sin duda al asignar a las mujeres duras con el trabajo doméstico. Como depresor” sobre los salarios la responsabilidad principal del cui- lo anota Helen Safa con ocasión de que tiene dicho trabajo, ya dado de los miembros del hogar, sus un estudio comparativo realizado en NÓMADAS 107
tres países caribeños, Cuba, Puerto recorte sobre los nuevos ingresos 3.3. Organización de los servi- Rico y República Dominicana, “en generados. cios y políticas sociales, sobre los parte, el confinamiento de las muje- cimientos invisibles del trabajo res a la casa ha sido reemplazado por Los sesgos de género en las doméstico la segregación ocupacional, que per- oportunidades laborales se hacen mite a las mujeres una representación más agudos en los últimos años en El Estado no considera la posibi- limitada en el lugar de trabajo en ocu- los que las crisis económicas y los lidad de socializar una serie de servi- paciones femeninas que son a menu- cambios sociales han generado un cios de la esfera doméstica porque do una extensión de sus roles aumento significativo de los existe el colchón de amortiguación a femeninos, aún en profesiones tales hogares del mundo en los que la la satisfacción de necesidades huma- como la enseñanza y la enferme- única responsabilidad en su con- nas que representa el trabajo no pa- ría”(Safa 1995: 177). ducción económica la tienen las gado en el hogar. La mayoría de las mujeres. La jefatura femenina de políticas públicas se formulan hoy No es enton- con el supuesto ces gratuito que implícito de que la mayor partici- el Estado tiene pación de las la obligación de mujeres se dé en llenar el vacío la base de la pi- que las mujeres rámide ocupa- no pueden cum- cional y que sus plir porque cada condiciones de vez más tienen contratación y que o eligen tra- remuneración bajar por fuera tiendan a ser más del hogar. desventajosas. Así, algu- Adicionalmen- nas políticas te, en tiempos de sociales inclu- crisis, las amas de yen en su jus- casa se ven en- tificación los frentadas a un di- cambios que se lema complejo: generan cuan- salir al mercado Fabricando unas piernas de muñeca, 1936. Foto L. W. Hine do las mujeres porque los ingre- dejan de aten- sos del hogar no son suficientes y si- hogares en América Latina se der las labores domésticas (niñez multáneamente, extender la acerca a un 25% en los 90, alcan- desatendida, drogas entre adoles- inversión de tiempo para el trabajo zando cifras más elevadas en paí- centes, deserción escolar, etc.), doméstico porque se han transferi- ses como Honduras y El Salvador. lo que en algunos casos culpa- do al hogar la producción de bienes Según la Comisión Económica biliza a las mujeres por fenóme- y servicios que antes prestaba el Es- para América Latina, “la extrema nos sociales producto aparente de tado. Esto último puede paliarse, pobreza, particularmente en las su desatención al hogar, en lugar como sucede mayoritariamente en zonas urbanas, afecta sobretodo a de hacer énfasis en que los servi- sociedades en desarrollo en las cua- los hogares en los que no hay un cios sociales deben responder a les hay abundancia de fuerza de tra- cónyuge varón y en que la jefa del los derechos que tienen todos los bajo para realizar remuneradamente hogar debe encargarse de las ta- seres humanos a iguales oportu- las actividades domésticas, con la reas domésticas, además de apor- nidades y beneficios y a satisfa- contratación de empleadas y em- tar los recursos para su sustento”. cer sus necesidades en un contexto pleados, pero ello tiene un efecto de (CEPAL 1995: 70). de igualdad. 108 NÓMADAS
En el marco de la privatización y bajo agropecuario, incluyendo las desarrollo de la agricultura y las so- la delegación de actividades de ser- actividades que no habían sido con- ciedades rurales. vicios a organizaciones de la socie- sideradas como trabajo por parecer dad civil, se produce otro recargo de una extensión del trabajo doméstico Como lo demuestra con no poco funciones desde el Estado hacia el o por subestimación del trabajo fe- humor y mucho realismo Marylin trabajo voluntario que, se presume, menino por parte del o la informan- Waring, en muchos países del Tercer no cuesta y es realizado por mujeres y te, habían dejado de contabilizarse Mundo, el estiércol es recolectado, otros miembros de las comunidades como trabajadoras cerca de 5.5 mi- tratado y transportado por las muje- por motivaciones altruistas del mis- llones de mujeres de las zonas rura- res y constituye un elemento clave mo tenor de las del trabajo domésti- les. Oficialmente, ellas aparecían en su economía, por su condición de co. Es otra de las formas de abaratar registradas como inactivas en las es- fertilizante y combustible para coci- las tareas de bienestar que correspon- tadísticas oficiales. (Kleysen y Cam- nar. La leche, las pieles, la carne y den al sector público. pillo 1996). todos los derivados animales se in- cluyen en las cuentas nacionales, 3.4. El trabajo pero el estiércol productivo es dejado por fue- escondido ra, a pesar del en el trabajo valor económico doméstico que pueda tener. En Nepal, se ha En las unida- estimado en 8 des productivas millones de to- no totalmente neladas anuales empresariales, de estiércol con- como las unida- sumido como des de produc- combustible, lo ción campesinas, que puede signi- las comunidades ficar enormes indígenas, los ahorros en la im- negocios del sec- portación de tor informal de la combustible. economía, mu- ¿Quién paga ese chas actividades ahorro en las ar- Colombia. Foto O. Jordán estrictamente cas del Estado? productivas y vinculadas al mercado, En Pakistán, donde el índice ofi- (Citada por CIID 1998). no son contabilizadas ni considera- cial de participación económica de das trabajo por aparecer como una ex- las mujeres en la agricultura era sólo La combinación de la producción tensión del trabajo doméstico. Tal es del 7%, el Banco Mundial reestimó de mercancías con el espacio domés- el caso de la cría de animales meno- esta cifra en 73%, con base en el cen- tico es también fuente de un elevado res o la huerta de frutales, de la parti- so agrícola de 1981. Con los datos subregistro del trabajo femenino. Es- cipación de mujeres y niños en tareas oficiales se había omitido el trabajo tudios sobre el sector informal han de cosecha y desyerbe, o de la tienda de una cifra cercana a 12 millones de generado datos e indicadores al res- de la esquina que requiere del traba- trabajadoras agrícolas. (Citado por pecto. Para dar un ejemplo, en Bra- jo de varios miembros de la familia. British Council 1995). Si la tenden- sil, más del 50% de las empleadas en cia parece ser la de ir poco a poco pequeños establecimientos del sector Un estudio realizado por el IICA encontrando, de millones en millo- urbano realiza su trabajo en un con- y el BID en 18 países de América nes, a las trabajadoras rurales perdi- texto doméstico (Abreu 1995: 86). Latina demostró que al reestimar la das, habría de esperarse un cambio Ello puede dar como resultado que la participación de las mujeres en el tra- radical en las políticas orientadas al actividad no se declare ni se registre NÓMADAS 109
como económica, que se considere mas, espacios y procesos de trabajo ción femenina en activas e inactivas pero subestimadamente como una que no seguían esas pautas. Mante- según que produzcan o no bienes y ayuda para producir otras mercancías. ner estos conceptos, de manera rígi- servicios orientados al mercado. El Por otra parte, el trabajo que queda da, significó enviar al rincón asunto está en creer que las mujeres oculto, no es imputado a los costos vergonzante al trabajo usado en las que trabajan fuera del hogar no se de producción de las unidades eco- formas no industriales de producción. ocupan de las actividades domésticas. nómicas que componen el sector in- Un estudio realizado en la Argenti- formal de la economía, con lo cual Este factor es causa y efecto del na por Feijóo y Jelin, demostró que hay una distorsión en la dinámica del mantenimiento de la división del tra- si se agrega el tiempo de trabajo de- sector y en los ingresos que podría bajo entre los sexos como un hecho dicado a las tareas domésticas, “las generar. Por la vía de precios por natural al que se le asignan especiali- mujeres con trabajos remunerados debajo de los valores reales, estas uni- dades cuasi biológicas. Causa porque tienen una jornada laboral de 13 dades no empresariales están hacien- al no registrarse como trabajo, se jus- horas y una semana de trabajo de 91.3 do también una horas” (BID transferencia de 1996: 23). valor al resto de la sociedad. Sin embar- go, se han reali- Aun cuando zado avances en las estadísticas este terreno. Un incluyen la cate- estudio de Anker goría de “ayu- y Hein (1987), dante familiar incluye una tipo- sin remunera- logía de defini- ción”, lo cierto es ciones de mano que miembros de de obra que va de los hogares pue- lo remunerado a den no ser in- lo compuesto por cluidos en ella, remunerado y no especialmente remunerado, en las mujeres si se la cual se registra declaran amas de la definición de Burdeus, 1918. Foto L. W. Hine casa o carecen de la OIT como la elementos para medir en horas o días tifica ideológicamente que las muje- más incluyente para las actividades el trabajo realizado para la produc- res –en esencia desocupadas– las ni- no remuneradas en manos de las mu- ción de mercancías que se venden. ñas y los niños ayuden a los hombres jeres. Esta definición reza así “perso- a realizar, de la manera más eficiente nas cuyas actividades generan 3.5. Se mantiene una rígida de- posible, las labores que originan los productos y servicios, independien- finición de los conceptos de tra- ingresos monetarios del hogar. Efec- temente de que estos se vendan o no, bajo y empleo to porque lo invisible carece de la que deberían incluirse en las estadís- fuerza necesaria para cambiar las nor- ticas sobre la renta nacional” (Anker Los conceptos de trabajo y em- mas y enfoques que orientan el regis- y Hein 1987: 17). pleo usados por la economía se han tro y evaluación de las actividades formulado en el contexto de proce- económicas. Como se puede apreciar, no es sos industriales, urbanos, con una ele- posible develar la invisibilidad del vada organización del trabajo y con Otro aspecto importante es el aporte que realiza el trabajo domésti- claras formas de contratación entre de que las estadísticas y los análisis co sin modificaciones sustantivas en patronos y trabajadores, aún cuando económicos, en general, parten de un las estadísticas sobre trabajo y empleo en la humanidad han persistido for- supuesto errado al dividir a la pobla- (los conceptos usados, las metodo- 110 NÓMADAS
logías de registro, los informantes se- transporte, en preparación de alimen- mayoría pobre de la población y leccionados, el tipo de tabulaciones tos que antes podían obtenerse pro- para las mujeres. y análisis). También se requiere un cesados, el de niñas que dejan de ir a cambio en los sistemas de cuentas na- la escuela por cubrir las tareas que rea- Los costos sociales de la mayor cionales utilizados (definición de las lizaba su madre, quien ahora trabaja aventura expansionista e integradora unidades que se registran y de los tiempo completo fuera del hogar, etc. de regiones organizaciones y perso- métodos de reportar los valores ge- nas, a través de sofisticados elemen- nerados en la producción de bienes y tos tecnológicos cuyo uso se servicios). 4. Cambios democratiza a velocidad vertiginosa, en el contexto son grandes: una menor remunera- 3.6. Una comprensión inadecua- económico, ción de los y las trabajadoras vía la da de las consecuencias de las ¿cambios en la reducción y precarización del empleo políticas macro en los niveles economía del (según la OIT, el 30% de la fuerza micro cuidado? laboral del mundo la constituyen personas que es- Al ignorar tán desempleadas las actividades o subempleadas), no remunera- el embate a las das, subestimar conquistas y logros las remuneradas sociales, la reduc- y obviar las ción y privati- transferencias zación de la de tiempo entre seguridad social y los hogares y el una creciente mercado, la concentración de economía pre- los ingresos. Se- senta una gún el Banco visión incom- Mundial, en la re- pleta e inade- gión de América cuada de las Latina el 20% más consecuencias pobre recibe el 4% de las políticas del ingreso, mien- macro en los Bogotá, 1970. Cortesía Cinep tras el 10% más hogares y, a su rico concentra el turno, en las relaciones entre muje- No cabe duda que los cambios 60% del ingreso, una de las distribu- res y hombres. ocurridos en los años noventa se re- ciones más desiguales del planeta (ver flejan en la división del trabajo, la Minsburg 1997). Vale recordar que Los estudios sobre las consecuen- intensidad y la modalidad del tra- un contingente enorme de mujeres cias sociales de las reformas econó- bajo doméstico. La llamada están ubicadas en ese 20%, fenóme- micas señalan que, en general, los globalización de la economía, ca- no que ha dado lugar a la llamada estratos más bajos pagan un costo racterizada por la expansión de las “feminización de la pobreza” mayor por los recortes en el gasto pú- empresas transnacionales, la expan- blico y se benefician menos de la li- sión global del capital financiero y Uno de los cambios más notorios beralización de la economía. Pero lo el crecimiento del intercambio co- es el relativo a los sistemas de pro- que han destacado menos es que la mercial de bienes y servicios, junto ducción y la demanda de mano de economía del cuidado se recarga, se con la conformación de bloques re- obra. Según Van Osch, los nuevos hace más intensiva en tiempo: el cui- gionales comerciales, se ha acom- sistemas de producción han genera- dado a enfermos, en desplazamien- pañado de varias condiciones do una nueva estructura en la pirá- tos a pie por el encarecimiento del sociales poco favorables para la mide del empleo: en la base, el NÓMADAS 111
trabajador no calificado con puesto res están excesivamente representa- reproducción y la realizan las muje- fijo va siendo sustituido por “una das. En casi todas las regiones del res. Numerosos estudios han demos- masa heterogénea multi-insertable, mundo el trabajo de las mujeres au- trado una carga adicional que se con situaciones laborales inestables mentó, pero sus condiciones de in- transfiere hacia ellas: el cuidado de y con una presencia creciente de las serción al mercado de trabajo son mas los enfermos que antes contaban con mujeres y otros grupos sociales dis- desfavorables. atención hospitalaria, el cuidado de criminados”, por razón de origen niños y niñas al recortar servicios de (inmigrantes) o de raza y etnia (Van Los recortes de presupuesto a la guardería infantiles y jornadas de Osch 1996: 26); el estrato interme- provisión de servicios sociales, por tiempo doble en las escuelas o al pri- dio de trabajadores calificados tien- modificaciones en las prioridades de vatizar esos servicios, por ejemplo. de a reducirse entre otras razones por el cambio tec- Todos estos cambios, en nológico con la incorpo- ausencia de modificaciones ración de sistemas más sustantivas a la división del “inteligentes” y menos de- trabajo, significan para las pendientes de decisiones mujeres: humanas; en la cima de la pirámide, se expande un a) enfrentar restricciones segmento compuesto por para sustituir trabajo domés- personas altamente califi- tico por bienes y servicios en cadas, encargadas de la el mercado; planificación, coordina- b) estar obligadas a inten- ción y control de proce- sificar la producción y trans- sos que muchas veces van formación de bienes en el allende de fronteras na- espacio doméstico ante la cionales. “La antigua pi- incerteza e inestabilidad del rámide se transforma así trabajo y los ingresos que en un perfil de “reloj de provienen de la calle; arena”, en el cual las ma- c) recrear viejos hábitos de yores oportunidades para servicios de cuidado que ya las mujeres están en la habían salido del hogar; base de la pirámide, en es- d) ampliar el número de pecial en la proliferación horas/día trabajadas; de empresas de zonas fran- e) sufrir el deterioro de las cas y maquilas que son la condiciones de salud física “nueva palanca para la in- y mental. serción de las economías periféricas en el proceso Pero no todo es negati- de globalización” (Ob. cit: vo en la coyuntura actual. 27). Algunas estudiosas indican que en países industria- Las diferencias de gé- Bali, 1949. Foto H. Cartier-Bresson lizados, las mujeres están nero tienden a expresarse respondiendo con mejor en forma polarizada entre la capa de asignación del gasto público, es uno capacidad de ajuste a los cambios la- trabajadores altamente calificados y de los aspectos más claros de la polí- borales, dada la flexibilidad en jor- con ingresos elevados, en su mayoría tica de ajuste estructural. Esta pro- nadas y organización del tiempo que hombres, y la periferia creciente de puesta económica no presta atención han adquirido en su doble condición trabajadores no calificados, con em- explícita a aquellas actividades que de productoras y reproductoras. Así pleos inestables en la cual las muje- se realizan en la esfera social de la Gardiner (1995) informa que en In- 112 NÓMADAS
glaterra, la desregularización laboral oposición al trabajo no regulado y no más en la calle. Este escenario puede y la inestabilidad en el empleo es vi- remunerado que ejerce en la esfera hacer posible una división del traba- vida mejor por las mujeres, con es- doméstica, a pesar de sus altos costos jo flexible que combine tareas en el trategias más flexibles. Los hombres, sociales, podría eventualmente re- ámbito doméstico y responsabilida- dice la autora: “han sido vencidos orientar la distribución del trabajo des laborales en el ámbito público, más que las mujeres por la cultura de entre mujeres y hombres. Ellas y ellos siempre y cuando se acompañe de: la dependencia de los puestos de tra- se ven obligados cada día más a tra- a) estrategias para elevar y expandir bajo y de las mujeres para que los bajar con jornadas flexibles, períodos la conciencia de los desbalances de atiendan” (Gardiner 1995: 167). no fijos y sin garantías de seguridad, género y sus posibles soluciones; b) por lo cual parcialmente se equipa- medidas concretas para contabilizar Como hipótesis se y remunerar el trabajo plantea, la realidad lo dirá, realizado en la esfera que los hombres necesita- doméstica. rán la flexibilidad y auto- suficiencia que las mujeres se han visto obligadas a Conclusión desarrollar; ¿este elemen- to, sumado a la disponibi- Tras demostrar la cerca- lidad de tiempo libre, dada na e interdependiente rela- la flexibilidad del trabajo, ción del trabajo doméstico puede apoyar una mejor no remunerado con la di- distribución de las tareas námica de la economía pro- doméstica entre todos los ductiva y su condición de miembros del hogar? fuente de inequidad entre los géneros, se hace obvio El Instituto Families que cualquier paradigma de and Work, de New York, desarrollo humano que se en un estudio nacional de pretenda, equitativo y sos- los cambios en la fuerza tenible, debe incluir el laboral, detectó que los tema de modificaciones hombres han aumentado sustantivas al reconoci- en casi una hora al día su miento y tratamiento de la participación en quehace- economía de la reproduc- res domésticos y que “el ción social y el cuidado de tiempo que las mujeres las personas. casadas que trabajan em- plean en esas mismas ac- Una primera razón tividades se redujo en guarda relación con propó- media hora” (“¿Qué pasó sitos de equidad y derechos con la famosa guerra de los Linotipista. Foto L. W. Hine que son ineludibles en el sexos? The Wall Street contexto actual. Reconocer Journal, Americas, en el Periódico La ran sus condiciones de relacionarse y retribuir el trabajo a quien lo reali- Nación, 20-03-98, Costa Rica). con la casa y la calle como espacios za está consignado en todas las cartas de trabajo. Lo que hace unos años era y documentos sobre derechos huma- La eliminación del trabajo asala- impensable, hombres pasando media nos aprobadas a nivel internacional. riado, estable y ampliamente protec- jornada en casa o tres meses entre un Los derechos económicos han pasa- tor de los individuos, como trabajo y otro, se ha vuelto una reali- do a ser considerados derechos cen- paradigma del trabajo que las perso- dad que se acompaña con la otra cara trales tanto en las declaraciones que nas debían obtener en la vida, en de las mujeres trabajando cada vez emergen de la Conferencia de Dere- NÓMADAS 113
chos Humanos en Viena (1993) Acción de la IV Conferencia sobre Hace cien años, ningún hombre de como de la Cumbre Social realizada la Mujer en Beijing (1995), cambios gobierno se habría atrevido a afirmar en Copenhague (1995). radicales frente al trabajo doméstico que viviríamos en un mundo en el no pagado: cual todas las mujeres, los indígenas Otra razón se refiere a la necesi- y las personas de piel negra, votaran dad de eficacia de las orientaciones a) de la invisibilidad a la visibilidad y fueran elegidas. Vivimos en él. Hace de política económica. Al garantizar en todas las esferas: encuestas cincuenta años, era inimaginable una una adecuada interpretación de la y censos, sistemas de cuentas sociedad en la cual las mujeres con- realidad económica, porque los da- nacionales, en el lenguaje con trolaran sus cuerpos y la reproducción tos están completos y reflejan lo que la denominación e identifica- biológica. Esas sociedades se expan- sucede en lugar de lo que se acostum- ción correcta de las amas de den por doquier. Hace solo veinticin- bra creer, se apoya una más adecuada casa como trabajadoras, etc. co años ningún legislador se habría toma de decisiones, con previsiones b) en los sistemas de cuentas atrevido a proponer una modifica- confiables sobre los efectos de las me- nacionales, incluyendo: la ción en los códigos penales respecto didas macroeconómica que se universalidad del registro a la violencia sexual contra las mu- adoptan. sistemático en todos los países; jeres en el hogar y la comunidad, que el paso de las cuentas satélites a dejara de catalogarla como un delito Por último y no menos importan- las cuentas centrales; contra el honor para definirla como te, por razones de sostenibilidad hu- c) en la sociedad, dar el salto de un delito contra la persona y castigar mana. El final del siglo XX ha la sustitución a la correspon- al agresor por ello. Hoy, la mayoría demostrado el uso irresponsable que sabilidad. Pasar del trabajo do- de las legislaciones han cambiado o la humanidad ha hecho de todos los méstico pagado a otras están en proceso de cambio y los agre- recursos: agua, aire, bosques, etc. En mujeres, a la conciencia y res- sores, aún si son miembros de la fa- la totalidad de los casos, había un ponsabilidad de compartir – milia, pueden ir y en muchos casos elemento común: la abundancia del mujeres y hombres– los costos, van, a la cárcel. recurso y la presunción de no extin- la gestión y los beneficios de ción. Pero la presunción era incorrec- la economía del cuidado y la En el tema que nos ocupa, emerge ta. Algo similar sucede con el trabajo reproducción social; entonces la siguiente inquietud para doméstico no remunerado de las d) del voluntariado a la remu- quienes se ocupan de la teoría y el mujeres, parece infinitamente elás- neración: en el gasto público, diseño de modelos de desarrollo: ¿es tico, pero pueden haber señales de identificar y desarrollar meca- la inequidad de género en la econo- agotamiento. En condiciones de per- nismos –directos o indirectos– mía una de las últimas barreras para sistencia y ensanchamiento de la de remuneración económica eliminar? Todo parece indicar que sí. pobreza, como las actuales, se produ- al trabajo que realizan las mu- ¿Es ella imposible de sortear? ce un deterioro progresivo de las con- jeres en el hogar. diciones físicas y mentales de las mujeres en los estratos pobres e Estos puntos generan polémica y indigentes, quienes deben enfrentar en general se enfrentan con argumen- Bibliografía la doble carga del trabajo en la calle tos acerca de la dificultades técnicas y la casa. que entrañarían dichos cambios, lo ABREU, Alice Rangel De Paiva, “Améri- ca Latina: Globalización, género y tra- cual es compresible. Requieren de un bajo”, en: Todaro, Rosalba; Rodríguez, En este contexto, un nuevo pa- proceso largo y progresivo. Sin em- Regina (ed.) El trabajo de las mujeres en radigma de desarrollo que promueva bargo, no por dificultades técnicas, el tiempo global, Santiago de Chile, 1995, 222 p. y aliente la igualdad y la equidad en- la humanidad ha dejado de realizar tre los géneros debería inducir, ade- grandes cambios políticos ante la pre- ANKER, Richard; HEIN, Catherine, Me- dición de las actividades económicas de la más de los derechos fundamentales sión de las mujeres por sus derechos. mujer, OIT, Ginebra, 1987. conquistados por las mujeres en las Este, como tantos otros grandes cam- BANCO MUNDIAL, Toward Gender últimas dos décadas y consignados bios, responden a decisiones en el Equality: The role of public policy. adecuadamente en la Plataforma de ámbito político y no tecnocrático. Development in Practice, USA, 1995. 114 NÓMADAS
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