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GEOGRASTUR Asociación dedicada a la divulgación de la Geografía El espacio periurbano en Corvera: Los Campos y Las Vegas Autor: Alfonso Suárez Rodríguez Uviéu/Oviedo, 2021
ÍNDICE INTRODUCCIÓN. OBJETIVOS Y JUSTIFICACIÓN DEL TRABAJO ...................... 1 ¿POR QUÉ PERIURBANO? ........................................................................................... 3 EL BASTIDOR NATURAL Y EL ESTRATO RURAL DEL PAISAJE COMO CONDICIONANTES DEL DESARROLLO URBANO ................................................. 7 LOS CAMPOS Y LAS VEGAS: DOS MODELOS DE DESARROLLO DIFERENCIADOS ........................................................................................................ 13 El estallido de la segunda mitad del siglo XX: de las promociones de casas baratas al barrio bloque ............................................................................................................... 15 Luces y sombras en el cambio de siglo: de las conquistas democráticas a las contradicciones de la burbuja inmobiliaria ................................................................. 19 El desarrollo reciente: la urbanización ordenada y la proliferación de nueva vivienda y equipamientos como forma de dinamización .......................................................... 24 LA SITUACIÓN ACTUAL: LOS PROBLEMAS URBANOS Y LA BÚSQUEDA DE LA SOSTENIBILIDAD ................................................................................................. 29 CONCLUSIONES .......................................................................................................... 34 BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES ..................................................................................... 36 Bibliografía ................................................................................................................. 36 Fuentes y recursos electrónicos .................................................................................. 37
INTRODUCCIÓN. OBJETIVOS Y JUSTIFICACIÓN DEL TRABAJO El presente trabajo, centrado en describir y analizar el paisaje de las parroquias corveranas de Los Campos y Las Vegas/Les Vegues con su entorno (poniendo el foco especialmente en los barrios homónimos), busca dar los primeros pasos para un futuro estudio sobre este sector de la franja periurbana de Avilés, un territorio apenas estudiado pero que ofrece un amplio abanico de las distintas realidades presentes en las áreas de borde de las ciudades. En efecto, su diversidad de usos del suelo, de edificaciones y las diferentes formas de difusión del crecimiento, hacen de este reducido espacio un lugar con una composición muy rica e interesante, a medio camino entre lo urbano y lo rural. Se ha conformado a partir de una presión urbanística entre la improvisación y el planeamiento que, si bien ha sido más o menos constante a lo largo del tiempo, no ha borrado el estrato de base, sino que ha superpuesto y yuxtapuesto unos usos intensivos y extensivos muy diferentes según la época. Tales motivos, unidos al hecho de que el área de estudio es el entorno del que procedo, hacen que la finalidad de esta pequeña investigación presente un gran objetivo: el dar a conocer una parte del concejo de Corvera, integrada en la periferia más alejada de Avilés y caracterizada por su muy dinámica evolución, donde la sobreimposición de elementos propios de la ciudad sobre un territorio tradicionalmente agrario ha generado fuertes contrastes entre las características de los paisajes rurales y urbanos. Cabe destacar, no obstante, que el trabajo aquí expuesto no busca plantear el estado de la cuestión sobre las áreas periurbanas. Si bien tal concepto aparece reflejado en su título, este debe entenderse en su sentido más flexible, como necesidad de establecer una categorización del área de estudio, con la que definir este espacio de ocupación discontinua y fragmentada en la que entran en contacto (y a menudo, en conflicto) la periferia urbana con los ámbitos de dominante rural o natural. Se trata de un trabajo retrospectivo, con el propósito de identificar y dar sentido a los distintos estratos temporales que aquí se encuentran a través del análisis de los elementos heredados, de desentrañar los componentes visibles que configuran su paisaje actual. Se considera, en definitiva, el peso de las pervivencias de distintos periodos, su articulación espacial y su valor, además de realizar un acercamiento a los contrastes y tensiones entre ellas y los problemas de su conservación y gestión. 1
Para la consecución de tales objetivos, se ha decidido seguir un orden cronológico a lo largo de los distintos capítulos, con el que se exponen las cuestiones citadas partiendo desde el estrato rural primitivo hasta las actuaciones urbanizadoras más recientes. En ello ha resultado fundamental el reconocimiento de campo para efectuar conteos, realizar fotografías e identificar los distintos componentes y unidades del paisaje. Pero también ha sido igualmente importante el manejo de la documentación urbanística municipal (Plan General de Ordenación, Catálogo Urbanístico, Informe de Sostenibilidad Ambiental) y de distintas fuentes y recursos con los que poder obtener un conjunto de distintas figuras y estadísticas referentes a la zona de estudio, que han permitido enriquecer y mejorar el trabajo. Del mismo modo, se ha realizado la correspondiente revisión de la bibliografía disponible (fundamentalmente, la Tesis Industria y espacio urbano en Avilés de Morales Matos, la obra Entrevías, Corvera de Asturias: medio siglo de evolución y progreso (1954-2004) del corverano José Ramón Rodríguez Fernández y el capítulo correspondiente a Corvera e Illas de Mangas Villa y Miguel González, integrado en la Geografía de Asturias editada por La Nueva España) que, aunque más bien escasa, ha supuesto un punto de referencia esencial para plantear el primer acercamiento a este estudio de los barrios de Los Campos y Las Vegas y sus alrededores. 2
¿POR QUÉ PERIURBANO? El paisaje es un sistema de gran complejidad fruto de numerosas y diferentes interrelaciones naturales, históricas y socioeconómicas, por lo que resulta difícil establecer una categorización del mismo. Esto se materializa especialmente en el caso de lo que ha venido a denominarse como “periurbano”, calificación elegida en el presente trabajo para designar el espacio aquí tratado y que conviene aclarar y justificar, aunque sea a grandes rasgos, debido a la multitud de enfoques y matizaciones que han venido aportándose a su definición. En efecto, el hecho de que aún no exista una explicación estandarizada sobre lo que se entiende por “periurbano”, pone de manifiesto esta gran dificultad de clasificar correctamente estos lugares, siendo el único punto invariable en las distintas visiones sobre este concepto su peculiar aspecto a medio camino entre los espacios urbanos y rurales (LAMBERT, 2011; WANDL, MAGONI, 2016; KARG, HOLOGA et al., 2019). Fig. 1 – Localización del área de estudio. Un simple vistazo a cualquier imagen aérea del entorno de Los Campos y Las Vegas transmite rápidamente la indefinición característica de este espacio. En él se entremezcla una edificación densa (caso del barrio masivo en Las Vegas, al oeste) con otra más abierta (polígonos de vivienda en open planning de Los Campos, al este) a lo largo de la carretera AS-17 y el ferrocarril San Juan de Nieva-Oviedo, infraestructuras también aprovechadas para la ubicación de distintas actividades (industriales, en el polígono de La Consolación; recreativas, en el campo de golf de la urbanización de Los Balagares). En conjunto, todas estas piezas se superponen a una trama rural preexistente que permanece más o menos fosilizada, creando una apariencia desorganizada a caballo entre lo urbano y lo rural. De hecho, el propio Mapa Topográfico Nacional refleja esa dificultad de establecer una delimitación dentro de esta dispersión urbana, ubicando erróneamente algunos de los principales topónimos de la zona: así, aparece Los Campos rotulado como Las Vegas/Les Vegues; Entrevías/Entrevíes como Los Campos; mientras que el rótulo de Entrevías directamente no señala ninguna población. Fuente: Elaboración propia a partir de Google Earth y el MTN 1:25 000 3
A grandes rasgos, las distintas definiciones dadas vienen a coincidir en que este término designa un lugar de transición (WANDL, MAGONI, 2016) donde las características propias de estos ámbitos se entremezclan a través de una presencia de variados y frecuentemente desorganizados usos del suelo, sin llegar a predominar uno en concreto (HERNÁNDEZ PUIG, 2016). Dicha interrelación estaría motivada, generalmente, por la cercanía a una ciudad consolidada, cuya expansión tiene lugar sobre el territorio circundante y deja como resultado distintas realidades: así, el nuevo espacio periurbano creado puede ser desde un territorio de baja densidad de población, de predominio de las zonas verdes y actividades agrarias, hasta un lugar de pequeños asentamientos y usos industriales, pasando por distintas formas de agrupaciones en núcleos más concentrados, dispersos o lineales (WANDL, MAGONI, 2016; SIMON et al. en KARG, HOLOGA et al., 2019). De este modo, aparece un mosaico de distintos usos residenciales y dotacionales junto con otros industriales, productivos y amplios espacios libres que, a menudo, aprovechan el trazado de importantes infraestructuras viarias para su instalación (WANDL, MAGONI, 2016). El sustrato rural preexistente queda modificado así de forma desigual, a menudo fosilizado en ciertos puntos, haciendo que el conjunto adquiera un aspecto urbano pero carente de sus rasgos tradicionales de límites, intensidad y densidad (INDOVINA, en HERNÁNDEZ PUIG 2016). Estas últimas características justifican también su diferenciación con las zonas suburbanas y la ciudad propiamente dicha: en relación a las primeras, el periurbano presenta una mayor compenetración entre las zonas urbanizadas y naturales o agrarias, mientras que respecto a la segunda muestra una menor densidad edificatoria y funcional (LAMBERT, 2011). Todas estas características, por tanto, vienen a destacar la naturaleza del espacio aquí estudiado, un área de poco más de 300 ha (3 km2) ocupada por los barrios de Las Vegas/Les Vegues y Los Campos y sus contornos. En él se produjo un rápido y desordenado proceso urbanizador a mediados del XX primero, y una actividad constructiva aparentemente más razonada pero también importante en la transición al actual siglo después, que modificarían profundamente este territorio tradicionalmente agrario a raíz de la industrialización de la cercana villa de Avilés. Esta ciudad, que ejerció durante las décadas de 1950 - 1960 como polo de desarrollo y experimentó su mayor crecimiento demográfico y urbano durante tales años, se expandió también hacia 4
los concejos limítrofes como el que aquí se trata, pero no dotó a esta parte corverana de un aspecto homogéneo ni durante esta etapa ni durante el cambio de siglo, cuando la bonanza del sector inmobiliario y la posterior burbuja dieron un nuevo impulso urbanizador. Fig. 2 – Paisaje entre Los Campos y Las Vegas. La suave pendiente que separa ambos barrios, es probablemente el lugar donde más patente resulta la indefinición propia del periurbano y sus característicos contrastes entre los distintos usos y los amplios espacios libres que lo conforman. En primer término, aparecen las praderías delimitadas por sebes, aún cuidadas por sus propietarios (sustrato rural); más al fondo, se encuentra la denominada Plaza Corvera, recientemente construida sobre el conocido “prau de la fiesta” (en clara alusión al lugar de celebración de las fiestas municipales), donde se han instalado varios aparatos de gimnasia al aire libre y se ha comenzado a levantar un nuevo ambulatorio (usos dotacionales); y tras ella, aparecen varios bloques de viviendas junto a las pocas residencias unifamiliares preexistentes, tipología constructiva esta última que, como puede apreciarse ya en la parte más alejada de la imagen (correspondiente con la urbanización de El Bosquín), se ha ido expandiendo progresivamente en los últimos años en forma de adosado (usos residenciales). Fuente: Imagen propia. Así, se distingue una zona donde la intensidad constructiva ha sido máxima, afectando al territorio más próximo a la ciudad y pequeño concejo avilesinos, como ocurre en las urbanizaciones de Los Balagares y La Estrada y, especialmente, Las Vegas, la barriada de mayor densidad de este fragmento periférico, ubicada en el límite administrativo entre Corvera y Avilés. Pero, a partir de aquí, la ocupación irá fragmentándose progresivamente a medida que nos alejamos hacia el este, dando paso a varias piezas dispuestas con una mayor laxitud coincidentes con las poblaciones de Los Campos, Entrevías/Entrevíes, La Rozona y Santa Cruz, pero siempre organizadas en torno a la carretera AS-17. Se crea así una tendencia a la dispersión en mancha de aceite que no desaparece hasta llegar a El Portalgo, donde la barrera topográfica de la pequeña garganta de La Consolación interrumpe esta suerte de continuo urbano que no vuelve a 5
florecer, aunque con mucha menor intensidad, hasta ya alcanzada la capital municipal de Nubleo y el núcleo de Cancienes en el interior del concejo. Un recorrido por la vía ya citada desde Avilés, que une esta ciudad con Oviedo/Uviéu y ha ejercido como espina dorsal del territorio estudiado, termina por afirmar la presencia de la progresiva “degradación” del tejido urbano y la mezcla de usos propia del periurbano. En primer lugar, se encuentra el núcleo de Las Vegas, prototipo del barrio masivo desarrollista de estrechas calles y edificación muy compacta; varios metros más adelante, el espacio se vuelve más abierto y los márgenes de la vía se ven salpicados por bloques de viviendas sueltos y algunos equipamientos (deportivos fundamentalmente), que contrastan con las praderías y las urbanizaciones de vivienda unifamiliar de La Estrada y El Bosquín más alejadas, hasta llegar a Los Campos, donde ya predomina una edificación de polígonos con amplias zonas verdes; y finalmente, una vez abandonado este último barrio, aparecen de nuevo las praderías y se deja notar un cierto aire rural en las pocas viviendas que conforman El Portalgo, las cuales contrastan con las naves del polígono industrial de La Consolación. 6
EL BASTIDOR NATURAL Y EL ESTRATO RURAL DEL PAISAJE COMO CONDICIONANTES DEL DESARROLLO URBANO En lo que respecta al medio físico, las características referentes al relieve y la vegetación apenas difieren de las restantes de Corvera. En todo el concejo la topografía es suave, oscilando las altitudes entre los 20 m de cota mínima en el río Alvares hasta los 365 m del Picu Prietu, su punto más elevado, ubicándose la práctica totalidad del territorio por debajo de los 200 m. De ello resulta un relieve con aspecto alomado y escasas pendientes (algo menos de la mitad del suelo presenta inclinaciones menores del 10%), resultado del modelado fluvial de los pequeños ríos y arroyos que recorren el municipio, y que se hace especialmente patente en el espacio aquí estudiado (MANGAS VILLA, MIGUEL GONZÁLEZ, 1992). En lo tocante a la vegetación, esta se ha visto profundamente alterada a lo largo del pasado siglo, predominando en un porcentaje muy elevado especies introducidas (fundamentalmente eucalipto para su aprovechamiento maderero, que llega a ocupar un cuarto del territorio del concejo) sobre las autóctonas propias de los bosques caducifolios, ocupando estas últimas pequeñas manchas sobre el terreno (riberas de algunos arroyos y ríos, entorno del embalse de La Furta en Nubleo/Nubledo y de L’Escañoriu en la parroquia de Molleda). Es precisamente esta morfología de pequeñas colinas lo que ha favorecido que, ya desde antiguo, se desarrollase en esta zona y en el resto del municipio una densa red de caminos que facilitaría la movilidad tanto interna como dirigida hacia al exterior. A través de ellos se organizó el poblamiento y, muy especialmente, el posterior proceso de industrialización y urbanización, responsable último del paisaje actual (MANGAS VILLA, MIGUEL GONZÁLEZ, 1992). La actividad agrícola y ganadera tradicional, así como el hábitat rural dominante hasta la primera mitad del pasado siglo, se vieron afectados pero no desaparecidos, manteniendo una presencia significativa aunque diluida. Se dejan ver en mayor o menor medida casi en cualquier punto, por lo que el peso espacial de estos elementos supervivientes no debe dejarse de lado para comprender correctamente la realidad actual de este lugar. De hecho, la propia toponimia de la zona de estudio resulta muy descriptiva respecto al origen y el entorno primitivo de sus núcleos de población, tanto en la denominación de las entidades mayores como en la toponimia menor: sirvan de ejemplo los dos barrios principales y con mayor número de habitantes del concejo, Las Vegas y Los Campos, el primero en clara alusión a un terreno llano junto a un río (en este caso el Arlós, que marca el límite 7
entre los concejos de Corvera y Avilés) y el segundo designando un espacio similar, una explanada poco accidentada (GARCÍA ARIAS, 2004)1. Un simple vistazo al plano catastral resulta muy revelador, y permite vislumbrar una serie de huellas en clara alusión a este modo de vida tradicional, las antiguas piezas que conformaban el espacio rural asturiano y los vestigios de su vieja organización. Esto se hace especialmente patente en el núcleo de Santa Cruz y su entorno, que dentro del área estudiada es el que mantiene en mayor medida su componente rural: la pervivencia de un parcelario en longueros, el mantenimiento de cierta actividad ganadera y la disposición diseminada de las construcciones, entre ellas algunas de carácter vernáculo (fundamentalmente hórreos y paneras), son los elementos que aún dejan entrever ese paisaje secular. Aunque el caserío del lugar se encuentra más o menos disperso, presenta una clara organización lineal en torno a la carretera municipal CV-1 y otros caminos Fig. 3 – Santa Cruz y su entorno. Dentro de la zona de estudio, Santa Cruz se presenta como uno de los pocos espacios que aún conservan un cierto aspecto rural, el cual pervive en el mantenimiento de cierta actividad agraria (presencia de ocho explotaciones ganaderas y algunas huertas y cultivos, como el maíz en una pequeña parte de la Llosa), algunos ejemplos de hórreos y paneras (ubicados al este, en la parte más antigua del núcleo) y su atomizado parcelario en longueros (morfología aprovechada para la disposición de las viviendas, como ocurre claramente en el barrio de Sindulfo, al este de las estrechas parcelas). Fuente: Elaboración propia a partir del Visor Cartográfico de la Sede Electrónica del Catastro. 1 En el caso de Las Vegas, cabe destacar que el topónimo actual no aparece hasta época reciente (se adoptaría oficialmente en 1984), siendo hasta entonces La Vegona la denominación tradicional para ese espacio y su caserío identificado como parte de la vecina Villalegre. Así lo refleja la entrada perteneciente a Corvera en la Gran Enciclopedia Asturiana de la década 1970, editada por Silverio Cañada, donde denomina la actual parroquia de Las Vegas/Les Vegues como “Sagrada Familia de Villalegre de Molleda”. Fuentes: Rodríguez Fernández, J. R. (2004); Entrevías, Corvera de Asturias: medio siglo de evolución y progreso (1954-2004) y Gran Enciclopedia Asturiana (1970). 8
menores, formando así una trama ramificada en cuyos brazos el poblamiento se vuelve en ocasiones algo más compacto, como ocurre con el barrio de Sindulfo. La disposición solo se ve alterada en el extremo occidental de Santa Cruz, ya entremezclada con Los Campos, donde la pequeña urbanización de Las Vinadas/Les Binades y los bloques de viviendas del grupo San Ramón crean un evidente contraste morfológico, especialmente en lo que respecta a estos últimos, en cuyo caso se une también una disimetría de las alturas. Es precisamente en el espacio comprendido entre Sindulfo y esta porción de mayor aspecto “urbano” donde se mantiene el parcelario en longueros, todos ellos dedicados a pradería y salpicados por algunos árboles. Dicha morfología, unida a una ausencia generalizada de cierres, sugieren la presencia de una antigua ería, idea que se ve reforzada por la existencia del topónimo La Llosa, hacia el este; lugar aún empleado parcialmente como parcela de cultivo y donde todavía se encuentran varios ejemplos de hórreos, paneras (tres de ellos recogidos en el Catálogo Urbanístico bajo un grado de protección integral) y de construcciones más antiguas como supervivientes de la antigua actividad agraria. No obstante, el caserío es relativamente reciente y no se conserva ningún ejemplo de vivienda tradicional (al igual que en la práctica totalidad de este núcleo); es un hecho indicativo del aumento del nivel de vida de sus habitantes, cuyos nuevos empleos en el sector secundario les permitirían levantar mejores y mayores viviendas. En lo que respecta a los restantes núcleos, estas huellas se reducen a pequeños puntos, normalmente coincidentes con viviendas, hórreos y paneras de antiguas quintanas que afloran entre la trama urbana como fósiles del antiguo terrazgo. En algunos casos han sufrido un fuerte deterioro y abandono o incluso su destrucción, pero en otros tantos aún resisten el paso del tiempo, conservándose intactos hasta hoy como testigos de la intensa y desorganizada urbanización que ha afectado a la generalidad del territorio. En el caso de Las Vegas, donde las características urbanas son más puras, todavía se dejan ver algunas antiguas casas que contrastan con los elevados bloques residenciales (varias de ellas incluso conservando cierto terrazgo), especialmente al borde de la carretera general, así como algunos ejemplos de hórreos y paneras. De entre ellos destacan especialmente dos elementos por su interés y magnitud, que a la vez 9
ponen de manifiesto la contraposición entre el abandono y la conservación del patrimonio etnográfico: la Venta de Villalegre (también conocida como la Casa de Postas), gran casa de corredor en estado ruinoso, y que ha sido objeto en los últimos años de numerosas polémicas ante la posibilidad de su derribo2; y la finca La Perseguida, que por el contrario, conserva en perfectas condiciones una panera decorada y una casa mariñana con corredor, siendo un excepcional ejemplo de las antiguas quintanas que conformaban el actual barrio. Figs. 4 y 5 – Ejemplos de antiguas viviendas (arriba) y de patrimonio etnográfico (panera de casa Xunceo, abajo) en Las Vegas/Les Vegues. La dicotomía entre la buena y deficiente conservación del patrimonio etnográfico y las construcciones heredadas de la antigua sociedad rural, son una constante en esta franja corverana. Tal es el caso de estas viviendas situadas junto a la avenida Principado, aún habitadas y muy bien conservadas, y la maltratada panera de Xunceo, víctima del vandalismo. Fuente: Imágenes propias. Por su parte, en Los Campos apenas se mantienen ejemplos de estas antiguas edificaciones, al contrario de lo que cabría esperar al haber experimentado una menor presión constructiva. En efecto, los vestigios arquitectónicos del antiguo paisaje han sido borrados o se mantienen modificados, destacando únicamente unos contados hórreos junto al caserío más antiguo del núcleo (calles de Anselmo Hulton y del 2 A pesar de aparecer registrada en el Catálogo Urbanístico más reciente (aprobado definitivamente junto con el PGO en 2015) bajo un grado de protección integral, la conservación de la casona ha sufrido un constate tira y afloja durante los últimos años ante las visiones enfrentadas entre los colectivos conservacionistas, que promueven su recuperación (entre ellos La Foz del Pielgu, asociación por la defensa del patrimonio de Corvera en cuya página web trata ampliamente esta polémica); la corporación municipal, que ha buscado proceder a su derribo ya desde la primera década de los 2000 e intervenir en el degradado espacio en que se encuentra (conocido como las Quintanas de Chacón); y su contradictorio propietario, quien al parecer no muestra una posición clara ante su derribo o su restauración. No obstante, tanto la actual propuesta de construcción de una rotonda para mejorar la circulación en la zona y un parking subterráneo, como las anteriores (ya desestimadas) que buscaban masificar el terreno a través de la construcción de 200 nuevas viviendas, no han llegado a ejecutarse, alentado entre otros motivos por los escándalos derivados de los intereses particulares del antiguo concejal de urbanismo, propietario de una de las fincas de la zona. Fuente: La Foz del Pielgu (www.lafozdelpielgu.org/spip.php?article556). 10
Lavadero); aunque siempre con algún elemento discordante como tabiques en la parte inferior en sustitución de los pegollos, subidorias (escaleras) de fábrica con barandillas o canalones y bajantes de plástico. A este respecto cabe señalar el caso de la quintana de Doña María Xusto, conjunto etnográfico más importante de este núcleo y que se vio derribada en 2003 ante la presión inmobiliaria, eliminando así una casa mariñana y una panera decorada en perfectas condiciones (elementos similares a los conservados en La Perseguida) sobre cuyo solar se levantó un bloque de viviendas en 20103; del mismo modo, también debe señalarse la demolición en fechas recientes de una casa de corredor y un hórreo en las cercanías de la carretera general, si bien es cierto que estos presentaban un importante deterioro. No obstante, sí que es muy reseñable el mantenimiento de una pequeña actividad agrícola a través de algunos pequeños huertos Figs. 6 y 7 – Pequeños espacios de terrazgo tras los edificios de la calle Horacio Fernández Inguanzo (arriba) y en la calle del Lavadero (abajo). Si bien en Los Campos la arquitectura tradicional se ha tratado y conservado relativamente peor que en Las Vegas, en cambio aún conserva un buen número de huertas testimoniales, que siguen impregnando el barrio de un cierto sabor rural, especialmente en la calle del Lavadero, cuyo topónimo describe la antigua existencia de la construcción pública. Fuente: Imágenes propias. 3Aunque en el citado año solo fue derribada la vivienda, actuación que supuso la paralización de las obras por parte de la Consejería de Cultura del Principado y una sanción a la constructora, la panera (que ya había sido objeto de vandalismo en esas fechas al haberse arrancado sus puertas y colondras decoradas) se vería reducida a cenizas en 2005 tras un sospechoso incendio, que terminó por acabar con este llamativo conjunto etnográfico y permitiría la urbanización de este espacio posteriormente. Fuente: La Foz del Pielgu (lafozdelpielgu.org/spip.php?article37). 11
para el autoconsumo, los cuales se concentran en el límite con Entrevíes, los alrededores de Las Vinadas, en torno a la calle del Lavadero y en una parte de las traseras de los edificios de Horacio Fernández Inguanzo, donde destaca su peculiar situación justo al borde de las vías del tren. En muchos casos, estos pequeños terrazgos coinciden con las construcciones diseminadas anteriores al despegue urbano, donde sus residentes, aunque ya empleados en los sectores secundario y terciario, mantienen de forma complementaria su antigua actividad agrícola. 12
LOS CAMPOS Y LAS VEGAS: DOS MODELOS DE DESARROLLO DIFERENCIADOS Aunque compartan un pasado común como antiguos espacios agropecuarios y actualmente se encuentren ya prácticamente unidos físicamente, lo cierto es que ambos barrios y sus respectivas parroquias son muy distintos en términos formales y de funcionalidad, por efecto de las diferentes coyunturas socioeconómicas y los cambios experimentados en la concepción del desarrollo urbano a lo largo del tiempo. En el caso del mayor de los núcleos, Las Vegas/Les Vegues, se presenta como un barrio totalmente compacto, de manzanas cerradas y trama fácilmente reconocible en el mapa topográfico o cualquier imagen aérea, pero cuyos límites no son tan nítidos a pie de calle. Si bien por la parte sur es fácilmente visible, ya que la zona construida da paso inmediatamente a un espacio de praderías, en los restantes puntos cardinales se hacen más difusos: por su lado oeste, el río Arlós ejerce como límite administrativo entre esta población y la vecina de Villalegre, en el concejo de Avilés, pero el modesto cauce del curso fluvial hace casi imperceptible esa separación entre ambos núcleos, engarzados físicamente; por la mitad norte, las viviendas de La Estrada apenas se separan unos pocos metros del barrio por la vía de ferrocarril que discurre entre ambos, encajada entre los edificios; mientras que por su lado este, en los terrenos que introducen una discontinuidad con respecto a Los Campos, otrora un amplio espacio libre sin edificar, han aparecido algunos bloques y equipamientos que dificultan el establecer una línea que marque el límite de estas poblaciones. Sus rasgos actuales obedecen a un crecimiento explosivo durante las décadas de 1960 y 1970, favorecido por la llegada de una muy fuerte oleada migratoria necesitada de vivienda pero, sobre todo, debido a la excesiva permisividad de las Corporaciones franquistas, que permitieron la construcción de amplios sectores de suelo sin urbanizar (MORALES MATOS, 1982). Así, de los poco más de 200 habitantes con los que contaba la entonces aldea en 1950, se pasaría a los 10.000 en los años 80, lo que demuestra el crecimiento exponencial de su población a lo largo de tal periodo que lo coronarían como el núcleo más poblado del concejo hasta el día de hoy, contando con casi la mitad de los habitantes totales (7.275 de 15.549 en 2019). Los Campos, en cambio, se articula a lo largo de dos ejes principales: la siempre presente carretera autonómica (denominada aquí simplemente como la “carretera 13
general”), y la larga calle de Horacio Fernández Inguanzo. Ambas se encuentran separadas por una franja de terreno en pendiente muy suave, de unos pocos centenares de metros de ancho, sobre la cual están trazadas las pocas vías restantes (calles de Anselmo Hulton, Mª Josefa Canellada, Pepín de Pría y Carmen Sarmiento) y se dispone toda la edificación, destacando en el centro de este espacio una amplia zona verde. Sin embargo, su delimitación resulta de nuevo confusa al igual que en el barrio vecino: así, si bien por un lado la vía de ferrocarril dibuja una “frontera” más o menos clara que lo separa de los núcleos de Santa Cruz al norte y de Entrevíes al este, por el lado sur y oeste los límites se diluyen, pues la edificación del barrio se entremezcla con la de La Rozona y Las Vegas respectivamente. Su urbanización más tardía (en buena parte concentrada en el cambio al actual siglo) ya no responde a esa tipología de barrio denso, sino que se presenta en forma de amplias manzanas abiertas, donde las zonas verdes adquieren un especial protagonismo y la calidad ambiental se tiene en mayor consideración. Asimismo, la presión demográfica, aunque también importante, ha sido menor en comparación al núcleo vecino, teniendo sus cifras de población su mayor crecimiento a finales de los años 90: de algo menos de 300 habitantes en 1970, pasaría a cerca de los 900 en la década de 1980, cantidad que seguiría en aumento hasta la actualidad, contando con 3.200 habitantes en 2019.4 El desigual crecimiento y la disparidad de los patrones de urbanización y edificación aplicados en ambos núcleos, puede esclarecerse fácilmente estableciendo tres grandes etapas cronológicas: una primera, comenzada a mediados del pasado siglo hasta ya avanzada la década de 1970, en la que se experimentaría el primer gran estallido de forma desigual y acelerada, sobre todo en Las Vegas; una segunda, coincidente con los primeros años del restaurado régimen democrático (década de 1980) y el período de la burbuja inmobiliaria acaecido entre la década de 1990 y principios de los años 2000, en el que la actividad constructora es más racionalizada y limitada pero vuelve a tornarse bastante intensa al final de la etapa; y la actual, cuyo punto de partida puede establecerse desde el comienzo de la última gran crisis económica de 2008, en que este crecimiento se ralentiza sensiblemente y los esfuerzos urbanizadores pasan a centrarse en mejorar la trama ya existente. 4 Datos procedentes del Nomenclátor de Entidades de Población (2019) de SADEI y Rodríguez Fernández, J. R. (2004); Entrevías, Corvera de Asturias: medio siglo de evolución y progreso (1954-2004). 14
El estallido de la segunda mitad del siglo XX: de las promociones de casas baratas al barrio bloque La mitad del pasado siglo supondría para Corvera un punto de inflexión en su estructura socioeconómica y su desarrollo espacial. Al igual que en el vecino concejo de Avilés y los restantes municipios que integran su comarca, la instalación de ENSIDESA en la década de 1950 conllevó un cambio radical en la economía y el paisaje, dando comienzo a un explosivo proceso de industrialización y urbanización sin precedentes (MANGAS VILLA, MIGUEL GONZÁLEZ, 1992). La creación de la empresa siderúrgica a lo largo de la ría avilesina, convertiría a Avilés en uno de los polos de desarrollo de la época, ejerciendo como foco de empleo tanto a nivel regional como nacional. La nueva factoría atrajo una importante oleada migratoria proveniente de las regiones rurales, que engrosarían las filas de los empleados de la fábrica y el restante entramado fabril (antiguas Cristalería Española y ENDASA, Asturiana de Zinc, entre otros) que comenzaba a formar el tejido industrial avilesino, lo que se tradujo en una muy abultada demanda de alojamientos. De este modo, arrancaba así el rápido proceso urbanizador en buena parte de la comarca de Avilés durante las siguientes décadas, basado en una idea de crecimiento ilimitado5 y que, ante la falta generalizada de una adecuada previsión y planificación urbanísticas, dio lugar a un desarrollo desorganizado en la mayor parte de este espacio. Corvera sería uno de los principales municipios afectados por esta nueva actividad constructiva, y dentro de él, Los Campos y Las Vegas/Les Vegues con su área de influencia inmediata (especialmente en este último barrio) experimentarían uno de los cambios paisajísticos más radicales6. Aunque la acción urbanizadora en la comarca se materializó durante los primeros años en la construcción de diversas barriadas 5 La errónea previsión de unas expectativas de crecimiento desmesuradas, basadas únicamente en los altísimos índices de crecimiento poblacional a lo largo de los años 50 y 60 del pasado siglo, se reflejan textualmente la memoria del Plan de Ordenación de 1970 para Avilés: “si se considera que la población total en 1969 es aproximadamente el producto de multiplicar por 3,6 la población existente en 1960, éste resulta ser un índice muy significativo del progresivo crecimiento demográfico de la Villa, que es de esperar no sea interrumpido al verse la totalidad del Municipio incluido dentro de los límites del reciente Polo de Desarrollo designado para Asturias”. Fuente: El Comercio, El Avilés de los 200.000 habitantes, 08/03/2015. 6 Aunque en el presente trabajo se trata únicamente el entorno de Las Vegas y Los Campos, este hecho industrial afectaría también muy especialmente a Trasona/Tresona, donde las grandes instalaciones fabriles atraviesan todo el núcleo, y a Cancienes, en el interior del concejo. En el caso del primero, destaca el pequeño poblado de casas bajas de la Marzaniella, coetáneo al de Llaranes; en el segundo, se realizaría un polígono de más de 100 viviendas dentro del Plan Sindical de la Vivienda de 1954. Fuente: Morales Matos, G. (1982). Industria y espacio urbano en Avilés. Silverio Cañada Ediciones, Gijón. 15
obreras a iniciativa de las principales empresas y el Estado (véase el ejemplo de ENSIDESA con Llaranes, por ejemplo), en el caso de los núcleos aquí tratados esta también corrió en buena medida a cargo de agentes privados, sobre todo en Las Vegas a partir de la década de 1960, quienes al igual que los públicos concentrarían el crecimiento de esta parte de la periferia de Avilés en torno a las principales vías de comunicación. En efecto, la entonces necesidad de acercar la residencia de los trabajadores a los nuevos centros de trabajo industriales, convertiría este espacio atravesado por la carretera Avilés-Oviedo/Uviéu (AS-17) en uno de los principales escenarios de la expansión de la Villa, donde este eje viario pasaría a ejercer como la espina dorsal de todo este nuevo entramado urbano. Tal hecho se refleja ya en los ejemplos más antiguos y más significativos de esta primera etapa en Entrevías/Entrevíes, barriada precisamente aparecida a mediados del siglo pasado. Compuesta por una serie de pequeñas casas unifamiliares y bloques de viviendas de tres alturas, su construcción tuvo lugar en dos promociones consecutivas a través del Patronato Laboral Francisco Franco, quien escogería para su emplazamiento unos terrenos en torno al antiguo “camín a Xixón” cercanos a su intersección con la AS-17 (denominados como “Comunal de Entrevías”), vieja vía que llevaba a la ciudad costera y Figs. 8 y 9 – Ejemplo de las viviendas pertenecientes a la primera promoción de Entrevíes (arriba) y al Grupo cuyo trazado se corresponde Complementario (abajo). Tanto las pequeñas casas parcialmente con la actual calle unifamiliares como los bloques se siguen conservando en muy buen estado, aunque en algunos casos con algunas necesarias Pepín de Pría. Dicho organismo, modificaciones para mejorar sus modestas condiciones originales (cambio de ventanales, ampliación en altura u dependiente del Instituto Nacional horizontalmente de las casas de planta baja, entre otras). Fuente: Imágenes propias. 16
de la Vivienda, se caracterizaría por su naturaleza cooperativista, ofreciendo una buena parte de la financiación de las nuevas residencias a cambio de que sus futuros propietarios participasen en su construcción, quienes las mantendrían en régimen de alquiler hasta amortizar el pago de la vivienda durante los siguientes 20 años (RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, 2004). La primera de las citadas promociones, iniciada en 1952, llevaría al levantamiento del llamado “Grupo Entrevías”, con el que se realizarían las 18 residencias unifamiliares al estilo de las casas baratas del primer tercio del siglo XX: viviendas de una única planta, adosadas y de pequeñas dimensiones, cada una de ellas con un pequeño patio delantero y posterior. La segunda, comenzada en 1954, comprendería la realización de las 36 viviendas que componen los bloques bajo el nombre de “Grupo Complementario Entrevías”, dando lugar junto con las anteriores a una hilera de construcciones en torno al primitivo camino a la que, en los siguientes años, se añadirían las parcelaciones de los terrenos ubicados tras ellas, sobre las que fueron abiertas las calles de Antón de Marirreguera y Pepe Galiana y se edificaron las viviendas unifamiliares que terminan por componer el actual núcleo. Figs. 10 y 11 – Dos vistas de la calle Sebastián Miranda. Esta vía, además de poner de manifiesto los continuos contrastes entre edificaciones propios de toda la zona de estudio, refleja a su vez el distinto estado del caserío más antiguo, cuyo deterioro y abandono generalizado contrasta con la conservación y remodelación de algunas contadas viviendas. Fuente: Imágenes propias. 17
De estos primeros años proceden también, tanto en Los Campos como en Las Vegas, algunos contados bloques y casas terrenas con un estado de conservación desigual, en su gran mayoría situadas al propio pie de la carretera general. En el caso del primero, aún se mantienen habitados los únicos tres pisos conservados de la época y la mayoría de las casas, agrupados en torno a las calles Anselmo Hulton y del Lavadero y salpicando los márgenes de la AS-17; en el caso de las segundas, las construcciones de posguerra se concentran también junto a esta vía, y en las calles Estebanina, Quintanas de Chacón, Arlós y Sebastián Miranda. También están ocupadas algunas viviendas, pero en su mayoría presentan un deterioro más acusado, hasta el punto de conformar enclaves fosilizados y fuertemente degradados. Habría que esperar a las siguientes décadas de 1960 y 1970 para que este crecimiento se produjese de forma verdaderamente intensa, teniendo su máxima y casi exclusiva incidencia en el barrio de Las Vegas. En efecto, durante los citados decenios la antigua aldea experimentará su mayor desarrollo a través de la creación de un plano totalmente nuevo, de manzanas cerradas y calles estrechas, ocupado por bloques residenciales puramente funcionales cuyos únicos contrastes obedecen a las diferencias de alturas entre ellos; Los Campos, en cambio, vería tan solo aparecer algunas nuevas viviendas unifamiliares junto a la AS-17, manteniendo su paisaje relativamente poco alterado. Favorecidas por la falta de delimitación entre suelos aptos y no adecuados para urbanizar, estas nuevas edificaciones aprovecharían en gran medida el amplio espacio libre disponible, apenas accidentado, lo que permitiría así mantener en buena medida el hábitat más antiguo con el que difiere vivamente. De este modo, quedó así compuesta la mayor parte de la trama actual en forma de barrio bloque, característico por la dureza de su aspecto y elevada densidad, y donde el interior de sus manzanas dispone a menudo de una salida a la calle que las convierten en una suerte de plazas públicas, pero no consigue suavizar el conjunto. Bautizadas con nombres tan llamativos como Neptuno o Vistahermosa, no son sino simples explanadas que, aunque permiten un cierto desahogo de las viviendas que las circundan, han sido aprovechadas como aparcamiento todas ellas, provocando que el asfaltado y hormigonado sean los claros protagonistas y su potencial atractivo como espacio público se vea disminuido. 18
No obstante, a pesar de esta evidente falta de calidad ambiental, el núcleo pronto comenzaría a desarrollar un importante y variado comercio local, que lo distanciarían en cierto modo de la generalizada carencia de servicios propia de las barriadas obreras de la época. Así, el núcleo se vería dotado de un cierto peso comercial respecto a las poblaciones más inmediatas como Los Campos, Entrevías o Molleda, a día de hoy todavía dependientes en cierta medida de Las Vegas, lo que le otorgaría una mayor “urbanidad” (entendiéndose esta en el sentido de la funcionalidad y prestación de servicios) de la que en un primer momento podría esperarse respecto a su condición de barrio dormitorio de Avilés. El mantenimiento de esta red de pequeños establecimientos hasta la actualidad, aunque en clara disminución, es un factor muy importante a mantener dentro de los actuales valores de la ciudad sostenible. Fig. 12 – La plaza de Salamanca, en el corazón de Las Vegas. Al igual que la mayor parte de la trama del núcleo, este espacio muestra los rasgos propios del barrio bloque del Desarrollismo franquista: la construcción seriada de viviendas y la presencia de calles y aceras estrechas. No obstante, cabe destacar en este ejemplo concreto la inclusión de un cierto componente verde en forma de algunos pies de árboles, que permiten suavizar su duro aspecto. Fuente: Imagen propia. 19
Luces y sombras en el cambio de siglo: de las conquistas democráticas a las contradicciones de la burbuja inmobiliaria La reinstauración de la Democracia en la segunda mitad de los años 70 llegó a esta parte de Corvera aún en forma de crecimiento. En efecto, ambos barrios siguieron experimentando un incremento demográfico que se traduciría en una expansión de sus planos durante este último tramo de la década a través de la construcción de nuevos bloques residenciales, densificando así aún más Las Vegas y dotando de los primeros rasgos “urbanos” a Los Campos con sus primeras edificaciones plurifamiliares al pie de la AS-17: los edificios Horanso (1974) y Costa Verde (1977) y los grupos Pradera (1975) y Coliseo (1978), cuyos bajos pasarían a albergar y conformar los primeros establecimientos comerciales del barrio. De hecho, fue en este periodo cuando Corvera alcanzó su techo demográfico, obteniendo su máximo en 1981 con algo más de 18.700 habitantes. Sin embargo, las actuaciones más significativas durante esta década y los siguientes años 80 se enfocarían en la dignificación y corrección de las numerosas deficiencias urbanísticas, derivadas de la ya comentada falta de planificación, la primacía de los intereses económicos y privados y la escasa consideración de la calidad ambiental. Al igual que en la generalidad del país en esa época, la propia ciudadanía tuvo un papel muy importante como demandante de las mejoras de la zona (BORJA SEBASTIÀ, MUXÍ MARTÍNEZ, 2004) y pasó a ejercer sus reivindicaciones a través de las primeras asociaciones vecinales como la de “Xuníos”, fundada en 1978 y aún en activo, con alcance a todos los habitantes de la parroquia de Los Campos. Así, a través de la movilización social se consiguen implementar dotaciones e infraestructuras tan básicas como el asfaltado, el alcantarillado o la acometida de agua corriente en algunas viviendas, aún carentes de tal servicio, así como otras igualmente necesarias, como la construcción de los nuevos colegios mixtos en las dos principales poblaciones (el de Los Campos, en 1974, y el de Las Vegas en 1980). Buena prueba de ello la ofrece José Ramón Rodríguez Fernández, cronista oficial del concejo, en cuya obra sobre Entrevías describe las distintas operaciones llevadas a cabo en esta barriada en 1975: El día primero de septiembre de 1975 comienzan las obras de urbanización integral de Entrevías. Al fin se realizaba un proyecto muy reivindicado por los vecinos desde hacía 21 años. Incluía dicho proyecto: una red de alcantarillado doble en todas las calles, instalación de alumbrado público soterrado [...], acometidas de agua corriente con sus correspondientes contadores a cada 20
vivienda o local; bordillos, aceras y sumideros; rebajado, nivelado, afirmado y asfaltado de las tres calles; y la construcción de un nuevo tramo de carretera, para acortar la distancia de salida de Entrevías hacia Santa Cruz, por donde circulan actualmente los autobuses urbanos [...]. Las obras de la urbanización estuvieron prácticamente concluidas en el verano de 1976. (Rodríguez Fernández, J. R. (2004); Entrevías, Corvera de Asturias: medio siglo de evolución y progreso (1954-2004), p. 67). Habría que esperar hasta los últimos años del siglo y los primeros del nuevo milenio para poder hablar de una verdadera reactivación de la expansión urbana, en buena medida explicado por el nuevo impulso al sector de la construcción. A diferencia de la época anterior, ya no será la demanda de vivienda de la mano de obra inmigrada el principal aliciente para la expansión de estos núcleos; al contrario, la crisis del petróleo supuso el inicio de un claro y paulatino declive generalizado del tejido fabril de la comarca, que daría paso a un proceso de desindustrialización, el cual, intensificado por la peculiar situación política de los años de la Transición, dificultó y retrasó la toma de medidas para paliar sus efectos, todavía presentes a día de hoy (CALLEJA PUERTA, 2015). Es más, aunque más tardíamente, la coyuntura socioeconómica desfavorable repercutiría también en un declive demográfico, que llevó a una progresiva disminución de la población desde mediados de los 80 hasta los aproximadamente 16.000 habitantes a inicios de los 2000. La labor de dotación de nuevos equipamientos estuvo determinada por los déficits acumulados durante la fase expansiva, como la inauguración del apeadero de RENFE en Los Campos (1992) o del actual centro de salud de Las Vegas (1995). Pero la promoción de vivienda nueva solo parece explicarse como alternativa para reactivar la economía del concejo, dentro del contexto de la burbuja inmobiliaria. No obstante, la memoria del actual Plan General de Ordenación aduce una causa distinta para esta desaparejada relación entre el creciente número de viviendas y la reducción de la población: la disminución del tamaño de la unidad familiar, acorde a la situación regional, lo que implicaría un aumento del parque residencial. En efecto, el ratio de habitantes por vivienda en Corvera para 1991 era de 3,45 frente al 3,14 para Asturias, los cuales se verían reducidos en los siguientes diez años a 2,96 y 2,76 respectivamente, lo que podría justificar tal crecimiento en la vivienda acorde al mayor número de pequeñas familias. 21
Sea como sea, lo cierto es que la realidad dual de esta etapa se traduce espacialmente en la contraposición entre las dos mayores actuaciones urbanizadoras acometidas en los años 1990 – 2000: la construcción de las viviendas de la calle Horacio Fernández Inguanzo, en Los Campos, operación razonada y adecuada a unas buenas prácticas de sostenibilidad ambiental; y la urbanización de los Balagares en la antigua aldea de Truyés, ejemplo de los nuevos desarrollos de gran impacto paisajístico tan desgraciadamente frecuentes a nivel nacional. Figs. 13 y 14 – Algunas de las viviendas construidas a través del Plan Especial de Entrevías. A diferencia de su barrio vecino, la urbanización más reciente de Los Campos presenta un diseño del hábitat de mayor calidad, en el que la inclusión de zonas verdes ha sido una prioridad. Fuente: Imágenes propias. En el caso del primero, se trata de un área residencial de 450 viviendas (270 de ellas de protección oficial) realizadas a cargo de SOGEPSA, cuya construcción tendría lugar a través del llamado Plan Especial de Entrevías y con el que se procedería a la urbanización de un espacio de más de 100.000 m2 entre el núcleo de Entrevías/Entrevíes y la carretera CV-17. Integrada por un conjunto de bloques abiertos organizados en torno a la calle Horacio Fernández Inguanzo, su construcción pondría de manifiesto una concepción urbanística ya alejada de los planeamientos del barrio masivo, favorecidos por la necesidad de una rápida creación de vivienda y la búsqueda del mayor aprovechamiento posible del suelo; por el contrario, factores como el elevado espacio destinado a zonas verdes y la mejor movilidad gracias al inmediato apeadero de tren y de conexión con las líneas de transporte urbano, denotan una mayor calidad y dignidad del hábitat, que ya no quedaría regido únicamente por los intereses especulativos como 7Véase www.sogepsa.com/blog/portfolio/entrevias-los-camposcorvera/ y Resolución de 3 de marzo de 1993, de la Consejería de Medio Ambiente y Urbanismo, por la que se aprueba definitivamente el Plan Especial de Entrevias-Los Campos (Corvera) (Expediente CUOTA: 1069/1992). 22
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