HÁBITOS ALIMENTICIOS Y DIETAS RELACIONADAS CON LOS TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA
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E.U.I Gimbernat Trabajo Final de Grado Tutora: Dra. Cecilia Brando Garrido HÁBITOS ALIMENTICIOS Y DIETAS RELACIONADAS CON LOS TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA Irene Jalón Sainz 4º Enfermería 28/05/2021
Índice 1. RESUMEN.................................................................................................................................... 5 2. ABSTRACT .................................................................................................................................. 6 3. INTRODUCCIÓN........................................................................................................................ 6 4. JUSTIFICACIÓN ......................................................................................................................... 8 5. OBJETIVOS .................................................................................................................................. 9 6. METODOLOGÍA ......................................................................................................................... 9 7. MARCO TEÓRICO .................................................................................................................. 13 7.1. TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA ............................................. 13 7.2. GÉNERO Y ESTEREOTIPOS ........................................................................................ 14 7.3. IMAGEN CORPORAL ..................................................................................................... 15 7.4. INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN ......................................................................... 17 7.5. TIPOLOGÍA DE PACIENTES ....................................................................................... 19 7.6. ALIMENTACIÓN DE LAS MUJERES ESPAÑOLAS ................................................ 19 7.7. CONDUCTAS ALIMENTARIAS ................................................................................... 22 7.8. DIETA DE LAS PERSONAS CON TCA....................................................................... 23 7.9. PRODUCTOS DIETÉTICOS Y PRINCIPIOS ACTIVOS .......................................... 24 7.10. EFECTOS NO DESEADOS ........................................................................................ 25 7.11. ACTUALIDAD Y NOTICIAS ..................................................................................... 27 8. PROPUESTA DE INTERVENCIÓN .................................................................................... 28 8.1. JUSTIFICACIÓN .............................................................................................................. 28
8.2. OBJETIVOS DE LA INTERVENCIÓN......................................................................... 29 8.3. DISEÑO DE LA PROPUESTA DE INTERVENCIÓN .............................................. 29 9. DISCUSIÓN Y CONCLUSIÓN ............................................................................................... 33 10. BIBLIOGRAFIA.................................................................................................................... 34 11. ANEXOS ................................................................................................................................. 42 ANEXO 1. ESTRUCTURA DE LA ENCUESTA REALIZADA ............................................ 42 ANEXO 2. RESULTADOS GRÁFICOS DE LA ENCENSTA “HÁBITOS ALIMENTICIOS Y SALUDABLES” ......................................................................................................................... 44
HÁBITOS ALIMENTICIOS Y DIETAS RELACIONADAS CON LOS TCA 1. RESUMEN Se ha detectado una sobre información respecto a los Trastornos de la Conducta Alimentaria vinculados a la población adolescente que enmascara los riesgos y problemas reales que puedan tener personas adultas con este tipo de enfermedades. El presente Trabajo de Fin de Grado tiene como objetivo la creación de un vídeo educacional, basado en los hábitos de salud sobre todo alimenticios que tienen las mujeres de edad media, el cual provoque un cambio en sus comportamientos de manera física y mental. La metodología se ha centrado en la búsqueda bibliográfica a través de bases de datos, principalmente Medline y Scielo, de las cuales se ha extraído escasa información debido a la poca investigación respecto a las personas adultas y sus conductas alimentarias en relación con los Trastornos de la Conducta Alimentaria. Para completar y contrastar la información obtenida se ha diseñado una encuesta que nos permite observar y detectar los patrones que más se repiten en la población diana respecto a unos hábitos no saludables, que pueden desencadenar factores de riesgo para los TCA. Por último, gracias a la metodología se ha llegado a la conclusión de que es necesaria la implementación de la herramienta creada para la educación de la población diana respecto a las conductas alimentarias y enseñar y dar visibilidad a los trastornos de la conducta alimentaria y sus consecuencias. Palabras clave: trastornos de la conducta alimentaria (TCA), hábitos alimenticios, mujeres. 5
HÁBITOS ALIMENTICIOS Y DIETAS RELACIONADAS CON LOS TCA 2. ABSTRACT An over-information has been detected regarding Eating Disorders linked to the adolescent population that masks the risks and real problems thar adults with this type of disease may have. The purpose of this Final Degree Project is the creation of an educational video based on health habits, in detail dietary habits, of middle-aged women that it makes a change in their mental and physical behavior. The methodology has focused on the bibliographic search through databases, mainly Medline and Scielo, from which little information has been extracted due to the little research regarding adults and their eating behaviors in relation to Disorders of the Eating behavior. To complete and contrast the information obtained, a survey has been designed that allows us to observe and detect the patterns that are most repeated in the target population regarding unhealthy habits, which can trigger risk factors for eating disorders. Finally, thanks to the methodology, it has been concluded that it is necessary to implement the tool created for the education of the target population regarding eating behaviors and to teach and give visibility to eating disorders and their consequences. Key words: eating disorders, dietary habits, women. 3. INTRODUCCIÓN Los trastornos de la conducta alimentaria tienen gran importancia dentro del total de las enfermedades de salud mental diagnosticadas en la población: trastornos neuróticos, del estado de ánimo, psicóticos y adicciones. Éstas han sufrido un notable incremento en las últimas décadas, quedando en 2015 en 0,19% de 6
HÁBITOS ALIMENTICIOS Y DIETAS RELACIONADAS CON LOS TCA prevalencia para la anorexia nerviosa (AN) y en 0,57% de prevalencia para la bulimia nerviosa (AN). (1) Su estudio y diagnóstico se basa principalmente en niñas y adolescentes, quedando relegados a segundo plano los niños y varones y, sin visibilidad, la edad adulta. Sin embargo, la población adulta debido al estilo de vida, los hábitos alimenticios y los comportamientos sociales se ve muy afectada. Es igual de importante detectar de qué personas se trata como conocer las consecuencias que tienen la alimentación y los hábitos que realizan. A lo largo de la historia, las mujeres se han visto sometidas a la presión de estar guapas para los demás, cuidarse y seguir el canon de belleza que se establecía en la época, por ello la población es casi al completo de género femenino. El objetivo de este trabajo es crear una herramienta educativa para la población adulta femenina con ánimo de qué identifiquen sus conductas de riesgo y las cambien por unas más saludables con pequeños consejos y alternativas para que cada una las incluya de una forma u otra en su vida. Ha sido necesaria una detenida búsqueda en bases de datos, webs, revistas, libros y portales científicos para detectar cómo se comporta la población respecto a su alimentación, cuál es el perfil de población con riesgo de sufrir estas enfermedades y sus características y cuáles son las conductas que nos hacen estar alerta del diagnóstico de estas patologías. Además, para completar la investigación, se ha realizado una encuesta en base a los cuestionarios más relevantes en el tema y la recogida e interpretación de las respuestas obtenidas de mujeres de España. Con ella se observan datos como los motivos por los que la mujer de edad adulta realiza dieta a lo largo de su vida o qué comportamientos y pensamientos tiene a la hora de comer y mirarse en un espejo, los cuales son muy importantes a la hora de realizar el objetivo final del proyecto. 7
HÁBITOS ALIMENTICIOS Y DIETAS RELACIONADAS CON LOS TCA Tras el trabajo previo de este estudio, que empieza siendo descriptivo, se encuentra el diseño de un vídeo educativo que promueve la salud por encima de la estética ofreciendo hábitos saludables. Se puede demostrar que es necesario estudiar a la población adulta en hábitos y conductas de riesgo relacionadas con los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y no acotar estas enfermedades a jóvenes. Se pueden detectar comportamientos para no dejar que, por no tratarse, deriven a este tipo de enfermedades de salud mental. Finalmente, las conclusiones del estudio se recogen en un vídeo educacional dirigido a esta población, el cual permite a los profesionales sanitarios a través de un medio audiovisual guiar y acompañar en la adquisición de hábitos saludables, recordando la importancia de la salud por encima de la estética. 4. JUSTIFICACIÓN Hace seis meses conocí el caso de dos mujeres adultas que seguían una dieta creada por una compañía muy conocida que vende productos adelgazantes, con el objetivo de bajar de peso. Ambas partían de un Índice de Masa Corporal (IMC) muy elevado antes de empezar con su nueva alimentación. Tomaban las barritas saciantes, los batidos proteicos y los sustitutivos de comidas que promocionaban. Pertenecían a un grupo de WhatsApp lleno de mujeres con sus mismas características creado por su coach, empleada de dicha empresa, quien las guiaba en su alimentación diaria y pautaba los productos de la marca a consumir. Desde que empezaron su nueva alimentación hace un año hasta ahora, una ha conseguido bajar 22kg y la otra 17kg. Están muy contentas y actualmente siguen con su nuevo estilo de vida. Esta dieta no es saludable porque los hábitos alimenticios no son buenos, les obliga a omitir una o dos comidas al día por los productos sustitutivos de su marca. 8
HÁBITOS ALIMENTICIOS Y DIETAS RELACIONADAS CON LOS TCA Se indagó sobre el tema y se consideró interesante valorar un problema que es estudiado principalmente en jóvenes y adolescentes, pero no en personas de mediana edad. Se creyó en la posibilidad de que se pueden detectar personas que no están diagnosticadas y que siguen una determinada dieta que no corresponde a sus características de salud o necesidades. El diseño de esta herramienta tiene la finalidad de educar y orientar hacia hábitos saludables en este tipo de población y actuar rápidamente. 5. OBJETIVOS El objetivo de este trabajo de investigación es diseñar un vídeo educativo dirigido a las mujeres de mediana edad que siguen dietas, sobre los riesgos que éstas conllevan y las alternativas saludables existentes en el que se fomente la alimentación saludable y el deporte. 6. METODOLOGÍA En primer lugar, se formuló el problema que en este caso es conocer la relación entre la alimentación elegida por mujeres de mediana edad en España y los riesgos de esta conducta relacionados con los Trastornos de la Conducta Alimentaria. A continuación, la estrategia de búsqueda se desarrolló con el fin de poner en contexto los Trastornos de la Conducta Alimentaria, cómo se detectan, cuál es la clase de alimentación de los pacientes con estos trastornos en comparación con la de la población sana, qué impone la sociedad respecto al cuerpo y la alimentación y cuáles son los efectos de una dieta no saludable. Las fuentes de información incluyen bases de datos científicas como Medline, Scielo y Cochrane, buscadores como Google Schoolar y portales como Dialnet. 9
HÁBITOS ALIMENTICIOS Y DIETAS RELACIONADAS CON LOS TCA El periodo de tiempo que se contempló fue desde 2011 hasta la actualidad. Los filtros seleccionados fueron: Journal Articles, Clinical Trial, english, free full text y middle aged: 45-64 years. Los descriptores utilizados fueron: Feeding Behavior, Eating Disorders y women. También se realizó selección de las citas referenciadas en los artículos de revisión. Seguidamente se creó una encuesta basada en las preguntas más relevantes de cuestionarios oficiales: SCOFF, CIMEC, Eating Attitude Test, BES, TFEQ/EI y EDI, mencionados en el marco teórico, para detectar trastornos como la bulimia y la anorexia nerviosa, conductas alimentarias de riesgo (CAR) y características de estos trastornos. Además, contiene ítems para analizar el aspecto de la persona como la talla y el peso, para calcular el IMC, la edad y otros que ayudan a configurar los hábitos del individuo como el consumo de alcohol, el tabaco y el tipo de dieta. Una vez obtenidos los resultados, se establecieron como criterios de inclusión al género femenino y a las mayores de 25 años. A su vez, los criterios de exclusión fueron los varones, las menores de 26 años y las que ya sufren un TCA, por no entrar dentro de los parámetros del estudio. En cuarto lugar, se realizó un análisis y se desarrolló cuáles son los perjuicios y daños que producen cada una de las dietas y comportamientos más relevantes que se hayan detectado en la población estudiada, en base a los conocimientos adquiridos en asignaturas como “Principios de Nutrición” y “Cuidados de enfermería en Salud Mental” impartidas durante el grado universitario y apoyándose en artículos científicos. Los datos volcados de la realización de la encuesta han sido determinantes para el desarrollo del objetivo del estudio. Se alcanzó una muestra de N=310, dentro de la cual se encuentran 252 mujeres, entre 17 y 76 años. La intervención se realizará sobre 184 mujeres de entre 26 y 65 años (ambos incluidos), que serán nuestra población diana. Entre los criterios de exclusión se encuentran 58 hombres, 66 mujeres menores o mayores 10
HÁBITOS ALIMENTICIOS Y DIETAS RELACIONADAS CON LOS TCA de la edad de intervención (26-65 años) y dos mujeres que fueron diagnosticadas con un TCA, con 23 y 47 años. Curiosamente, se encontraron dos mujeres diagnosticadas en etapas muy diferentes de un TCA. La mujer de 33 años que fue diagnosticada con 23, relata que no se veía bien con un peso elevado para su talla y empezó a dejar de comer, llegando a ingerir tan solo 500kcal al día. Al ver su salud gravemente afectada, decidió no seguir con esas conductas alimentarias y llevar una dieta equilibrada. A raíz de este episodio fue diagnosticada de hipotiroidismo subclínico. Por otro lado, la mujer de 58 años fue diagnosticada con 47, habiendo realizado su primera dieta con 30 y siguiendo una por motivos de salud hoy en día, en la que incluye más de cuatro horas de ejercicio semanal. A su vez, dice haber pasado por una cirugía bariátrica. Los alimentos principales en los que se basan sus dietas han sido mayoritariamente la opción que incluye verduras, legumbres y carne/pescado, la segunda más puntuada ha sido la de “carne/pescado (o ambas)” y sólo cuatro de ellas han mostrado que son vegetarianas. Además, muchas no consumen alimentos como lácteos, pescado, verduras y frutas. El 67% de la muestra ha realizado algún tipo de dieta y el objetivo de casi todas ellas era adelgazar, exceptuando aquellas a las que se les impuso debido al embarazo. Sin embargo, cuando se les pregunta por los motivos que las llevaron a ella, hay más mujeres que tenían una motivación estética y no de salud. A su vez, las edades más comunes con las que empezaron a hacer dieta son entre los 30 y 45 años, sin olvidar casos por debajo de los 25 y encima de los 60. Sólo 10 encuestadas aseguran no conocer a nadie que realice dieta que no sean ellas mismas. En cuanto a las conductas no saludables que tiene nuestra muestra se encuentran las siguientes. 11
HÁBITOS ALIMENTICIOS Y DIETAS RELACIONADAS CON LOS TCA • El 47’8% consume alcohol alguna vez por semana. • El 22’8% fuma alguna vez a la semana. • El 25’5% cambia su estado de ánimo según el resultado de la báscula al pesarse. • El 42’9% se siente culpable cuando consume alimentos “prohibidos”. • El 62’5% come más de lo que debería cuando se encuentra aburrida o estresada. • El 35’8% se fija en el cuerpo de las famosas. • El 19’5% se ve atraída por la publicidad de productos adelgazantes. • El 9’7% quiere ser partícipe de una dieta o consumir productos dietéticos cuando los ve anunciar. • El 18’5% tiene tendencia a comer ciertos productos de manera descontrolada. • El 34% habla con otras personas sobre los alimentos que promueven la pérdida de peso. • En cuanto a la ingesta de productos dietéticos el 14’1% ha tomado algún producto sustitutivo a lo largo de su vida y el 21’7% ha consumido tés para la pérdida de volumen/líquidos. • Justo la mitad de la muestra hace ejercicio por debajo de dos horas a la semana. Por último, respecto a cómo se ven físicamente, del cero al 10, la gran mayoría se puntúa con un seis, siete u ocho, siendo solo seis del total las que se encuentran tan cómodas con su imagen que se otorgan un 10. 12
HÁBITOS ALIMENTICIOS Y DIETAS RELACIONADAS CON LOS TCA Finalmente, se crea el soporte de educación para la salud en base a las conclusiones de todo el conjunto de la investigación aportando soluciones capaces de adaptarse a la población diana. 7. MARCO TEÓRICO 7.1. TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA Los TCA se producen por una alteración en el comportamiento relacionado con la alimentación, el cual lleva a un consumo inadecuado de alimentos produciéndose un deterioro en la salud física y psicosocial del individuo. Actualmente el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-5) contempla la anorexia nerviosa (AN), la bulimia nerviosa (BN), el trastorno por atracón (TA) y los trastornos de la conducta alimentaria no específicos (TCANE) (2). Todas ellas son enfermedades que afectan en un número más elevado a mujeres y generan estudios e investigación dentro del género femenino. Desde una perspectiva general, el número de personas con este tipo de trastorno se ha duplicado en los últimos 18 años pasando de ser de un 3,4% de la población a un 7,8%, los TCA se encuentran entre las tres enfermedades crónicas principales que sufren los adolescentes y la anorexia es la enfermedad mental con mayor tasa de mortalidad (3). En contexto de los TCA en la población adulta, según la epidemiologia del estudio de revisión de Behar (4), el 3’6% de las mujeres entre sus 40 y 50 años experimentaron un TCA en el último año, el 15’3% ha tenido un TCA a lo largo de su vida y menos del 30% se puso en tratamiento. De la muestra, el 54,5% fue diagnosticada con anorexia nerviosa previa y el 36,4% tenía un TCA no especificado. Además, la prevalencia de TCA en mujeres es casi tres veces mayor que en hombres. 13
HÁBITOS ALIMENTICIOS Y DIETAS RELACIONADAS CON LOS TCA 7.2. GÉNERO Y ESTEREOTIPOS El género es una palabra que designa y clasifica a los individuos según los caracteres sexuales con los que nacen, tanto primarios como secundarios, y que los identifican como mujeres u hombres (5). El nexo entre el género y, de lo que hablaremos más adelante, la imagen corporal es el término estereotipo. Los estereotipos, según la Real Academia Española (6), son las imágenes o ideas aceptadas comúnmente por la sociedad. Los medios de comunicación tienen un papel importante en la difusión masiva de los estereotipos que impone la sociedad. Es en ellos donde la publicidad toma protagonismo e ilustra a mujeres esbeltas, seductoras, delgadas y atractivas, ya sea en anuncios televisivos, prensa, marquesinas o folletos, con el mismo fin en todas sus formas, la valoración por parte del sexo contrario. Desde que se crearon, las redes sociales también tienen un papel crucial en los consumidores. Los nuevos trabajos de “influencers” que no existían hace pocos años se llevan gran parte del peso de la responsabilidad de los estereotipos, sin olvidarnos de famosas como cantantes, actrices o modelos. Ellas muestran, en la mayoría de los casos, cuerpos delgados con operaciones estéticas varias e implantes que van acompañadas de un hombre atractivo, tienen viajes de ensueño y son la imagen de campañas de diversos tipos, lo cual conlleva a pensar en el éxito. Numerosas jóvenes tienen por meta alcanzar esa idílica y envidiada vida, pero en realidad son muchas las chicas que tras su fama han decidido contar abiertamente que superaron un trastorno de la conducta alimentaria o que siguen en una lucha diaria (7–9). Ellas desmitifican a las verdaderas mujeres exitosas con una gran carrera profesional, que se cuidan con una alimentación adecuada y ejercitando su cuerpo y que no se exhiben de dicha manera, básicamente porque no se dedican a ello ni promueven el sistema de mujer atractiva para alcanzar el éxito. Actualmente, la presión social que ejercen los cánones de belleza es muy elevada. Puede tratarse con cirugías estéticas que en muchos casos la paciente 14
HÁBITOS ALIMENTICIOS Y DIETAS RELACIONADAS CON LOS TCA cree que es la solución, quedarse en forma de sentimientos de frustración y ansiedad o llegar a derivar en enfermedades como los TCA. No se trata exactamente del mismo modo el culto al hombre. Remontándonos a la historia, éste se asocia a fuerza y poder y el cuerpo de la mujer y su atractivo físico siempre han estado cumpliendo la función de ser para otros. Ellas se han visto obligadas a luchar por integrarse socialmente con un atractivo sexual aun teniendo que dar a luz y amamantar con su cuerpo (10). La cultura, y siempre hablando de la nuestra porque en cada una se establecen patrones diferentes, idealiza un cuerpo que biológicamente puede no ser el mismo. A la vez genera una solución aceptada para cambiarlo, que sería optar por una dieta estricta, influyendo aquí la percepción que tiene cada mujer de su cuerpo, pero que previamente se ha encargado de menospreciar mediante los estereotipos (10). Como se verá más adelante se han creado varias escalas que miden el grado de influencia cultural de las personas en base a la publicidad, la imagen corporal, las relaciones sociales y los modelos estéticos (11). 7.3. IMAGEN CORPORAL La imagen corporal se define como el conjunto propio que cada persona tiene de las experiencias subjetivas y perceptivas no solo del cuerpo sino también de la apariencia. (2) Como se comentará a continuación las mujeres que sufren trastornos en la alimentación no se ven de la misma manera y la percepción de su cuerpo se encuentra distorsionada (12). Como bien es sabido el cuerpo no funciona sin la mente y viceversa, por eso la valoración que hacemos de nuestro cuerpo viene determinada por tres niveles. ► El perceptivo proporciona las dimensiones corporales y una percepción de nuestro cuerpo con relación al de los demás (10). 15
HÁBITOS ALIMENTICIOS Y DIETAS RELACIONADAS CON LOS TCA ► El cognitivo-afectivo crea una visión de lo que percibe. A la persona le nacen emociones que pueden ir desde la aprobación absoluta al inconformismo total (10). ► El conductual, como consecuencia de los anteriores, desarrolla comportamientos: crea hábitos buenos o malos respecto a la alimentación, acepta o rechaza conductas sociales en base a la imagen que proyectan, etc. (10) La dismorfia corporal une los términos de TCA e imagen corporal porque es una característica que acompaña a la clínica de las personas con estas enfermedades. Este concepto describe que el paciente no percibe su cuerpo de manera real y tiende a encontrarle defectos inexistentes. Se encuentra muy ligado a la forma en la que vemos nuestro cuerpo, la cual está influenciada por, como se ha visto en el apartado anterior, la publicidad y los estereotipos (13). Las alteraciones de la imagen son un criterio diagnóstico de los TCA y se pueden valorar en todas las etapas: inicio, mantenimiento y recaída, así como en el pronóstico de la enfermedad (14). Las pacientes en tratamiento, una vez se dan cuenta que padecen una enfermedad mental, aceptan que tienen o tuvieron una imagen errónea de su apariencia. Al mismo tiempo relatan que la propia patología es dueña de sus pensamientos haciendo creer que se está gorda, y creando prácticas alimentarias de riesgo, cuando no se llega incluso ni al normopeso según el IMC (13). Según un estudio sobre la insatisfacción corporal (14), se observa una diferencia significativa entre las personas de la muestra con TCA y aquellas que no los padecen. Las pacientes demuestran mayor nivel de insatisfacción corporal debido a la preocupación por el peso y la imagen corporal, cuya consecuencia es una disminución de la calidad de vida. En concreto, las personas que sufren anorexia nerviosa (AN) consideran que tienen una mejor calidad de vida que las que sufren bulimia nerviosa (BN) o aquellas sin TCA porque no aceptan que el 16
HÁBITOS ALIMENTICIOS Y DIETAS RELACIONADAS CON LOS TCA control de la dieta y la exagerada pérdida de peso sea un problema sino el camino para llegar a los ideales de belleza que consideran. 7.4. INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN En relación con la detección de los TCA, se pueden encontrar diversos cuestionarios con este mismo fin. En la Tabla 1. se clasifican según su objetivo y número de ítems. Los dos más usados en la práctica clínica son los explicados a continuación. El cuestionario SCOFF (Sick, Control, One, Fat, Food Questionnaire) (15) es sencillo y breve y tiene como objetivo realizar un cribado en base a las características que tienen las personas que padecen estas enfermedades. Se compone de cinco preguntas: 1) ¿Usted se provoca el vómito porque se siente muy llena? 2) ¿Le preocupa que haya perdido el control sobre la cantidad de comida que ingiere? 3) ¿Ha perdido recientemente más de 7Kg en un periodo de tres meses? 4) ¿Cree que está gorda, aunque los demás digan que está demasiado delgada? 5) ¿Usted diría que la comida domina su vida? El Eating Attitudes Test: EAT-40 (16), de mayor complejidad y extensión, es el más conocido y utilizado. Junto con el Eating Attitudes Test: EAT-26, que es una versión reducida con menos ítems, pretenden detectar problemas alimentarios en poblaciones sin enfermedad previa (17). Tabla 1: Tabla comparativa de las escalas más relevantes para la detección de los trastornos alimentarios 17
HÁBITOS ALIMENTICIOS Y DIETAS RELACIONADAS CON LOS TCA NOMBRE Y N.º AUTOR/ES AÑO OBJETIVO SIGLAS ÍTEMS Sick, Control, One, Cribaje de personas con un Fat, Food Morgan, Reid y 1999 5 posible trastorno de la Questionnaire / Lacey conducta alimentaria SCOFF(15) Tes de Actitudes hacia la Alimentación Garner y 1979 40 / Eating Attitudes Garfinkel Test: EAT-40(16) Detecta problemas y conductas alimentarias en personas sin enfermedad previa Test de Actitudes hacia la Alimentación Garner y Cols 1982 26 / Eating Attitudes Test: EAT-26 (18) Evalúa las variables externas Cuestionario de culturales que influyen en Influencias del Toro, Salamero 1994 40 adoptar comportamientos Modelo Estético y Martínez para adelgazar y conductas Coporal / CIMEC (19) de riesgo Evalúa características Binge Eating Scale / Gormally, Black, 1982 16 conductuales del atracón y los BES (17) Daston y Rardin sentimientos que provoca Three-Factor Eating Evalúa tres dimensiones: Questionnaire Eating Stunkard y control en la alimentación, 1985 51 Inventory / TFEQ/EI Messick desinhibición e ingesta (17) emocional Garner, Detecta características Eating Disorders Olmstead y 1983 64 específicas psicológicas de Inventory / EDI (17) Polivy los TCA 18
HÁBITOS ALIMENTICIOS Y DIETAS RELACIONADAS CON LOS TCA 7.5. TIPOLOGÍA DE PACIENTES La tipología de pacientes que sufren estas enfermedades es muy clara: jóvenes de entre 15 y 25 años con una pérdida importante de peso en poco tiempo que no se sienten cómodas con su imagen. Resulta complicado dar un diagnóstico certero en pacientes mayores porque los criterios diagnósticos no se cumplen a consecuencia de la edad, además de no existir la misma información a base de artículos científicos. Según un artículo de revisión (4), la aparición de un TCA en edad adulta, entendiéndose ésta por mayores de 25, corresponde a factores predisponentes que se repiten reiteradamente por la conducta del paciente. Algunos de estos factores son la polimedicación o la disminución de la ingesta de agua que provoca la inapetencia de alimentos (20). Con el paso del tiempo y de numerosas investigaciones se ha descubierto que cada vez más estos trastornos se dan en mujeres de edad media, de 40 a 60 años, y que la clínica se asemeja a la que se producen a temprana edad. Las mujeres con más riesgo de padecerlos son las prepuberales y las que se encuentran en la menopausia. Esto se debe a variación de hormonas que se generan en ambas etapas de la vida. A su vez, la causa de este problema se debe a una cronicidad de una patología no diagnosticada a tiempo (4,20). 7.6. ALIMENTACIÓN DE LAS MUJERES ESPAÑOLAS Para determinar la alimentación de las mujeres españolas, el estudio ANIBES (Antropometría, Ingesta y Balance Energético en España) (21) según el perfil calórico, como determinante de la calidad de la dieta, demuestra que tienen un desequilibrio nutricional por un consumo excesivo de proteínas y mucho más elevado que las recomendaciones de la European Food Safety Authority (EFSA) respecto a las grasas y, por el contrario, extremadamente bajo respecto a los hidratos de carbono. Se genera el mismo comportamiento de alimentación que 19
HÁBITOS ALIMENTICIOS Y DIETAS RELACIONADAS CON LOS TCA en los pacientes con trastornos alimenticios por una relación comportamental, como he comentado anteriormente. Las dietas que siguen son las siguientes: ֍ Las dietas hiperproteicas son aquellas que se basan en la ingesta de proteínas por medio de carne y pescado. Un ejemplo es “la dieta de la edad de piedra” que, además permite comer marisco, fruta y verdura, pero no acepta ningún tipo de cereal, lácteo, legumbre o alimento procesado ya que no seguiría la alimentación del paleolítico, que es la base en la cual se sustenta (22). Pueden tener consecuencias negativas para el organismo y a largo plazo provocan obesidad, osteoporosis y alteraciones en la función renal entre otras enfermedades. Su digestión y metabolismo requiere más oxígeno que cualquier otra provocando menor cantidad de oxígeno cerebral, aumento del colesterol, grasas saturadas y ácido úrico. Solamente están indicadas en casos como: síndrome nefrótico, estados infecciosos y colitis ulcerosa, entre otros (23). ֍ Las proteinadas, sin confundirlas con las anteriores, son aquellas que sustituyen las comidas principales por preparados alimenticios. Estas dietas se basan en el aporte proteínas de alto valor biológico para reducir glúcidos y lípidos manteniendo un balance calórico negativo y promueven una pérdida de peso rápida. Existen muchos productos asociados a este tipo de alimentación. Al no ingerir glucosa, aparecen los cuerpos cetónicos provocando psicoestimulación en la persona, por lo que está contraindicada en pacientes con TCA por posibilidad de recaída o embarazadas por tener efectos perjudiciales para el feto. Como consecuencia habitual se encuentra la cefalea y como extrema el déficit de nutrientes (24). ֍ Las dietas carbofóbicas o bajas en hidratos de carbono, no tienen sentido en personas sanas, ya que éstos ayudan a la absorción de fibra, vitaminas y minerales. Además, no hay que padecer por el nivel de azúcar que contengan sino por la carga glucémica de los alimentos (23). 20
HÁBITOS ALIMENTICIOS Y DIETAS RELACIONADAS CON LOS TCA Al restringir los hidratos de carbono se consumen más proteínas y grasas que conducen a un deterioro del funcionamiento del organismo. De menor a mayor gravedad, los efectos secundarios de esta práctica son: náuseas y vómitos, dolor abdominal, cefalea, estreñimiento o diarrea y episodios de pre-síncope (25). ֍ Las dietas excluyentes determinan qué nutrientes se eliminan de la alimentación. Dado que el organismo necesita nutrientes que no puede generar por sí mismo y se proporcionan a través de la dieta, este estilo de alimentación carece de bases nutricionales. Éstas se clasifican en: ricas en proteínas sin hidratos de carbono (y carbofóbicas), ricas en grasa y ricas en hidratos de carbono eliminando lípidos y proteínas (22). ֍ El ayuno intermitente no se considera una dieta en sí, sino un acto cíclico en el que se dejan de consumir alimentos energéticos por un periodo de tiempo que varía según el tipo de ayuno y se establece entre 10 y 12 horas. Biológicamente, es un cambio drástico en el que el organismo pasa de consumir glucosa a ácidos grasos, con sus consecuentes repercusiones. (26) Este tipo de práctica cursa con irritabilidad, sensación de hambre exagerada y falta de concentración en los periodos en lo que no se ingieren alimentos. Por el contrario, se conocen beneficios puntuales de este hábito, aunque no los suficientes como para tener una base de investigación clínica que sea efectiva para promoverlo. Como en toda guía de alimentación se ha de comprobar previamente el estado de la persona, garantizar sus requerimientos nutricionales y estar bajo la supervisión de un profesional. Además, bajo ningún concepto se ha de pautar a personas con TCA, estrés o ansiedad (27) Los inconvenientes que tienen en común este tipo de dietas es la forma en la que actúa el organismo. A consecuencia de semiayunos y de falta de determinados nutrientes, el cuerpo genera energía a través de sus propias 21
HÁBITOS ALIMENTICIOS Y DIETAS RELACIONADAS CON LOS TCA reservas de proteínas. Este hecho provoca una rápida pérdida de peso que no es más que una disminución de los líquidos contenidos en la masa muscular. Este resultado inmediato provoca satisfacción en quien realiza la dieta, pero no durará en el tiempo. Sin embargo, una dieta hipocalórica individualizada, supervisada y controlada por un profesional elimina los depósitos de grasa existentes, manteniendo la masa magra, que es el fin de una buena alimentación cuando el objetivo es la bajada de peso. Asu vez, esta respuesta del cuerpo en tan poco tiempo y con dietas sucesivas produce resistencia a la pérdida de peso (22). Además, dichas dietas provocan alteraciones a nivel del aparato digestivo, como estreñimiento o náuseas, promueven la aparición de astenia, mareos y debilidad en las uñas, entre otros, debido al déficit de micronutrientes, aumentan el riesgo de padecer enfermedades renales, hepáticas, óseas y cardiovasculares, favorecen el efecto rebote y, como problema más relevante, crean sentimientos de frustración que afectan psicológicamente llegando a desencadenar trastornos del comportamiento relacionados con la alimentación, es decir, TCA, enfermedades con peor pronóstico que la obesidad (22). 7.7. CONDUCTAS ALIMENTARIAS Es interesante conocer qué conductas siguen las pacientes diagnosticadas, para detectar las mismas en pacientes aun sin diagnosticar y poder anticiparnos antes de que debuten en complicaciones mayores. Empiezan por restringir alimentos de alto contenido calórico, provocarse el vómito y tomar laxantes y productos dietéticos que promueven la delgadez (28). Se deben detectar a su vez las Conductas Alimentarias de Riesgo (CAR) que no son más que los malos hábitos que adoptan para conseguir su objetivo y que alertan del diagnóstico. Dentro de éstas se encuentran los atracones por sentimiento de no poder controlar lo que comen, el ayuno, la preocupación por subir de peso, la realización de ejercicio desmesurado y el minucioso contaje de calorías (29). 22
HÁBITOS ALIMENTICIOS Y DIETAS RELACIONADAS CON LOS TCA Un estudio de revisión que compara varias investigaciones sobre la anorexia nerviosa saca conclusiones interesantes sobre un diagnóstico tardío de estas enfermedades alimentarias. Las mujeres con un inicio tardío de la enfermedad tienen más síntomas de depresión, han pasado por numerosos eventos graves en su vida provocándoles un estrés crónico, tienen una mayor tendencia a las purgas, desean ser hospitalizadas de manera más rápida, su pronóstico es peor que si se detecta antes la patología y tienen más ganas de empezar un tratamiento (12,28). El hecho de que agilicen su ingreso de manera voluntaria es clínica de diagnóstico, ya que las mujeres sanas por norma general se oponen. Por el contrario, presentan una distorsión de su imagen corporal menor que las más jóvenes (12). 7.8. DIETA DE LAS PERSONAS CON TCA Se debe tener en cuenta qué tipo de alimentación llevan a cabo. Su dieta se caracteriza por una deficiente ingesta de frutas, lácteos, pescado, huevos y verduras y hortalizas, al igual que por un consumo exagerado de carne. Esto caracteriza su dieta como hiperproteica, con un alto contenido de grasas saturadas (hiperlipídica) y baja en hidratos de carbono. El tratamiento de estos pacientes respecto a la alimentación conlleva un aprendizaje en la manera de comer. Aun así según la señora Almeda (30), tienden a elegir aquellos alimentos más consumidos por la sociedad. Se puede ampliar esta información con un estudio qué compara personas sometidas a una de las encuestas de cribaje comentadas anteriormente, la SCOFF. Los que sacan mayor puntuación en esta escala poseen menos niveles de vitaminas, minerales y nutrientes necesarios que los que obtienen una puntuación menor. Esto se debe a que los primeros consumen menos kilocalorías y por ello, no llegan a los niveles de macronutrientes que la OMS considera necesarios para el organismo (31). 23
HÁBITOS ALIMENTICIOS Y DIETAS RELACIONADAS CON LOS TCA 7.9. PRODUCTOS DIETÉTICOS Y PRINCIPIOS ACTIVOS El autoconsumo de productos dietéticos permite la autonomía y responsabilidad de la persona en cuanto a su salud en relación con la comida, pero a su vez no establece el conocimiento de cómo usarlos. Esta es la importancia que adquieren los profesionales sanitarios en cuanto a educación en este ámbito. Los productos dietéticos que más encontramos en farmacias, herbolarios y supermercados son los batidos proteicos, las barritas y los complementos alimenticios. En menor cantidad se encuentran las bebidas llamadas “shot” (chupitos de unos 50-75ml para comenzar el día) con efecto quema grasas o alimentos normales con el adjetivo “dietético” a un precio superior al habitual. Muchos de estos productos están compuestos por vitaminas y ácidos esenciales para el organismo, que se pueden adquirir con una dieta saludable, y otros están fabricados a base de sustancias naturales extraídas de plantas o animales. La mayoría nombran en su evase palabras como: “hipocalórico”, “hiperprotéico”, “reduce la ingesta alimentaria” y “saciante”. Las marcas aprovechan su fama y sacan a la venta dulces “saludables” creando una necesidad de compra innecesaria, simplemente porque “no engordan” como el mismo producto de una marca blanca, por ejemplo. Algunas de ellas recomiendan sustituir una comida por uno de sus productos si se compagina con una dieta hipocalórica y sustituir las tres comidas del día por únicamente tres de sus productos para una dieta exclusiva. Existen unos productos menos comunes que se elaboran a partir de las llamadas “Green Coffee Beans” que aseguran de manera biológica alterar la absorción de glucosa o disminuir la circunferencia corporal (24). El primer proceso provoca la creación de cuerpos cetónicos, que como hemos referenciado anteriormente es la base de una dieta proteinada, la cual conlleva una importante falta de nutrientes si no se controla a tiempo. El segundo recuerda a las prácticas invasivas y altamente perjudiciales para nuestro organismo, que se han dado a conocer por famosas como Cher o Thalía, como 24
HÁBITOS ALIMENTICIOS Y DIETAS RELACIONADAS CON LOS TCA son las operaciones de extracción de las costillas flotantes y la ruptura de estas en su inserción con los cuerpos vertebrales para tener una cintura más estrecha. Todo producto o prinicipio activo que promueva estas prácticas o haga pensar en ellas por los beneficios que dice provocar, no deben ser consumidos (24). La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición elaboró un decálogo para un consumo responsable de los complementos alimenticios, donde enumera, entre otros aspectos a tener en cuenta, que éstos no son en ningún caso sustituto de comidas sino elementos adicionales de la alimentación. Se ha de verificar siempre con un médico si lo que se está tomando es adecuado a su situación de salud. Por último, asegura que con una dieta variada y una buena hidratación no son necesarios (32). Las sustancias más conocidas y de las cuales se componen un mayor número de productos son: el ácido linoleico, ácido graso esencial de la serie Omerga-6 que lo podemos incluir en nuestra dieta mediante los frutos secos, el triptófano, la L-carnitina y la coenzima Q10 que aseguran mejorar el rendimiento físico, el ácido fólico, vitamina que se encuentra en alimentos de hoja verde, la colina utilizada para el rendimiento cognitivo y problemas hepáticos y el guaraná, un estimulante que ayuda en la pérdida de peso (33). Otras menos relevantes que se encuentran en abundancia son: cactinea, garcinia, astaxantina, carotenoide presente en ciertos pescados con propiedades antioxidantes, GCB70, que asegura de manera biológica alterar la absorción de glucosa o disminuir la circunferencia corporal, inulina, berberina que controla el nivel de triglicéridos, letramine, resveratrol (23,33)… 7.10. EFECTOS NO DESEADOS Los efectos no deseados de estos elementos son numerosos. Por ejemplo, el “orlistat®”, principio activo de pastillas adelgazantes de una marca muy conocida, inhibe la acción de las lipasas de manera selectiva y reversible, 25
HÁBITOS ALIMENTICIOS Y DIETAS RELACIONADAS CON LOS TCA imposibilitando que el organismo absorba grasas y vitaminas liposolubles. El problema de esta acción es el efecto rebote que el cuerpo genera cuando se suprimen de la alimentación dichas pastillas y la dieta no ha cambiado, volviendo a aumentar de peso en tiempo récord (25). Sustancias que se mencionaran a continuación, como el tadalafilo, el sildenafilo y la pancreatina, presentes en algunos productos de dietética anunciados como naturales, son en realidad considerados medicamentos por las acciones que realizan en el organismo. El problema se encuentra en el daño que pueden causar si no están especificadas en los componentes del producto, porque están contraindicadas en personas adultas que sufren de hipertensión, problemas cardiovasculares, neuropáticos, cerebrovasculares, hepáticos (34–36)… Las más utilizadas para los llamados quemadores de grasa son la teofilina, la efedrina y la capsaicina, pudiendo todas ellas crear taquicardias, nerviosismo, ansiedad, debilidad severa y alucinaciones, entre otros síntomas. Estas sustancias por medio de una acción digestiva facilitan la digestión de grasas, proteínas y carbohidratos absorbiéndose en forma de aminoácidos y péptidos. El problema viene cuando el cuerpo crea hipersensibilidad y a altas dosis se producen estenosis a nivel del intestino grueso (37). En general, ningún medicamento, entiéndase por estos los principios activos de los que están compuestos, se debe tomar sin la supervisión especializada adecuada, porque los compuestos para bajar de peso en dosis inadecuadas pueden agravar patologías de base o generar accidentes vasculares, hipertensión arterial y pulmonar y hasta episodios maníacos en personas con trastorno bipolar (38). 26
HÁBITOS ALIMENTICIOS Y DIETAS RELACIONADAS CON LOS TCA 7.11. ACTUALIDAD Y NOTICIAS Desde un punto de vista actual, existen noticias impactantes sobre las consecuencias de nuestros hábitos alimenticios, de la relación con nuestra imagen corporal o incluso de la pandemia Covid-19. Son numerosos los productos que retira la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios por riesgos y daños para la salud. Como ejemplos, en 2019 y 2020, se retiraron elementos que contenían pancreatina, sildenafilo y tadalafilo, entre otros (34–36) . Según montes Moreno (39), los preparados herbales de ciertas marcas producen hepatotoxicidad en el organismo, con más casos en mujeres, siendo los más comunes la camelia y la garcinia, citada anteriormente. Además, en julio de este año investigadores de la universidad de Granada hallaron minerales tóxicos en determinados alimentos característicos de las dietas, superando incluso los tolerados por el cuerpo. Entre ellos se encontraban el plomo, el arsénico, el cadmio y el bismuto entre otros, en alimentos como barritas energéticas y tortitas y batidos dietéticos (40). Respecto a la relación con nuestra imagen, España ocupa el octavo puesto en 2020 en cuanto a cantidad de operaciones estéticas realizadas, superando las 447.000 cirugía. En el primer puesto de la clasificación se encuentra el aumento de mamas, seguida de la liposucción, la blefaroplastia, la rinoplastia y la bichectomía (41,42). Del mismo modo, como cualquier intervención quirúrgica se deben asumir posibles riesgos. Los más comunes son el sangrado excesivo, la infección, la necrosis, reacciones adversas a la anestesia, pérdida de sensibilidad en la zona intervenida, edemas o hematomas, entre otros (43). Se han dado a conocer retoques en mujeres famosas de mediana edad que las dejan irreconocibles, como la última aparición de Demi Moore en la Semana de la Moda de París o el rostro de una persona totalmente diferente de Meg Rayan o Melanie Griffith (44). Debido a esto, el 16% de intervenciones que se realizan 27
HÁBITOS ALIMENTICIOS Y DIETAS RELACIONADAS CON LOS TCA son para reparar los resultados de una anterior (42). En algunas ocasiones es demasiado tarde, como el caso de la “Kim Kardashian mejicana”, la influencer de 29 años que falleció debido a una operación de glúteos (45). Desde otra perspectiva, la pandemia Covid-19 también ha influido a su manera. A comienzos de 2021, Montserrat Sánchez Povedano, como psicóloga y especialista en TCA, en una entrevista a un medio de comunicación asegura el aumento de síntomas en personas con enfermedades de salud mental y, por consiguiente, con trastornos de la conducta alimentaria debido a factores como la limitación de las relaciones sociales, la inquietud y el confinamiento debido a la situación del último año. A su vez, confirma que en España y otros países europeos, 9 de cada 10 pacientes diagnosticados confiesan el empeoro de sus síntomas (46). 8. PROPUESTA DE INTERVENCIÓN 8.1. JUSTIFICACIÓN Después de conocer la experiencia de dos mujeres siguiendo una dieta a base de productos dietéticos de una marca de dudosa confianza, como se explica en la justificación del proyecto, y tras haber analizado la bibliografía sobre estudios de mujeres de edad adulta relacionados con los trastornos de la conducta alimentaria y confirmar que la epidemiología se centra en la población menor de 25 años, se ha observado que es un tema el cual no está suficientemente estudiado. Para demostrar que no solo este tipo de población se encuentra en riesgo de sufrir TCA, que se pasan por alto signos de clínica para el diagnóstico y tratamiento de personas de mayor edad y que pueden existir personas sin diagnosticar con hábitos no saludables, se ha optado por la realización de una encuesta para confirmar dicha hipótesis. 28
HÁBITOS ALIMENTICIOS Y DIETAS RELACIONADAS CON LOS TCA Con los resultados de preguntas como “¿Con qué edad recuerda haber hecho dieta por primera vez?” y “¿Cómo de cómoda se siente con su imagen corporal?”, se ha visto que más de la mitad de la muestra de estudio se encuentran en Conductas Alimentarias de Riesgo (CAR). Estos son los tipos de datos en los que se han asentado las bases para la creación del vídeo educacional como objetivo y resultado del proyecto. 8.2. OBJETIVOS DE LA INTERVENCIÓN La creación de este vídeo educativo tiene como objetivo recomendar a las mujeres de entre 30 y 70 años que no estén diagnosticadas de un trastorno de la conducta alimentaria a la adquisición de hábitos saludables para mitigar las conductas de riesgo que existen y derivan a este tipo de enfermedades en esta determinada población. 8.3. DISEÑO DE LA PROPUESTA DE INTERVENCIÓN Tras el estudio realizado previamente en base a la literatura buscada y anteriormente citada y la encuesta propia basada en cuestionarios oficiales para la detección de trastornos de la conducta alimentaria, se marca como intervención educacional una herramienta en formato audiovisual que se explica con detalle a continuación. 8.3.1. ESTRUCTURA El diseño del vídeo consta de tres apartados bien diferenciados. 29
HÁBITOS ALIMENTICIOS Y DIETAS RELACIONADAS CON LOS TCA En primer lugar, se establece contacto con una breve presentación y explicación del objetivo del vídeo. La meta de la primera impresión es captar la atención del usuario para que siga prestando interés. En segundo lugar, se hace partícipe a la persona receptora del vídeo de cuáles son las conductas de riesgo que pueden derivar a una enfermedad si no se controlan a tiempo, así como los riesgos de padecer dichas patologías. Con ellas, el usuario se debe sentir identificado y esperará a las soluciones, alternativas y consejos, que se proponen. Por último, se proyectan las recomendaciones, consejos y pautas a seguir para cambiar los hábitos cotidianos y establecer unos nuevos más saludables. En este apartado se encuentran indicaciones de actividad física para comenzar a mover el cuerpo o para ejercitarlo mejor y pasos para conseguir una dieta equilibrada e hidratación correcta para vernos bien y estar sanos física y psíquicamente. 8.3.2. METODOLOGÍA Para poder llegar al objetivo del trabajo, se ha realizado una búsqueda de la literatura de la cual se ha extraído la conclusión de que las investigaciones basadas en mujeres de edad media que pueden padecer conductas de riesgo las cuales deriven a trastornos de la conducta alimentaria son muy limitadas. Los estudios existentes se centran en adolescentes de entre 15 y 25 años, que tienen una gran pérdida de peso en poco tiempo y que no se ven bien con su imagen corporal. Considerando que una parte de la población susceptible de sufrir TCA no entra dentro de estos límites, ha sido de interés llevar a cabo un estudio sobre esta población. Por este motivo, se ha querido establecer la población a la que va dirigida dicha intervención educacional mediante el diseño personal de una encuesta llamada “Hábitos alimenticios y saludables” (Anexo 1). Consta de 26 preguntas que 30
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