LINEAMIENTOS GENERALES DE EVALUACIÓN, AUTOEVALUACIÓN Y HETEROEVALUACIÓN DE CENTROS EDUCATIVOS - Ministerio de Educación
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VICEMINISTERIO DE SuPERVISIÓN, EVALuACIÓN Y CONTROL DE LA CALIDAD EDuCATIVA LINEAMIENTOS GENERALES DE EVALUACIÓN, AUTOEVALUACIÓN Y HETEROEVALUACIÓN DE CENTROS EDUCATIVOS Santo Domingo, 2021
Viceministerio de Supervisión, Evaluación y Control de la Calidad Educativa Lineamientos Generales de Evaluación, Autoevaluación y Heteroevaluación de Centros Educativos Septiembre 2021
Título original: Lineamientos de procedimientos de evaluación, autoevaluación y heteroevaluación de centros educativos ISBN: 978-99934-43-89-6 Autor Rafael Emilio Bello Díaz Elaboración de módulo Federico Llinás Guzmán Marileidy Rodríguez Alba Asesor tecnológico Jimmy Lambertus Compaginación Mildred Quezada Diagramación y diseño Félix Rinaldi Gómez Dirección de Medios Educativos Corrección de estilo Víctor Antonio Gómez Dirección de Medios Educativos Edición Primera edición, Ministerio de Educación de la República Dominicana Septiembre 2021
AUTORIDADES Luis Rodolfo Abinader Corona Presidente de la República Raquel Peña Vicepresidenta de la República Roberto Fulcar Encarnación Ministro de Educación Rafael Bello Díaz Viceministro de Supervisión, Evaluación y Control de la Calidad Educativa
Contenido PRESENTACIÓN 07 INTRODUCCIÓN 09 1. EVALUACIÓN DE CENTROS EDUCATIVOS 13 2. AUTOEVALUCIÓN INSTITUCIONAL 15 2.1. Objetivos de la autoevaluación institucional 15 2.2. Fundamentos de la autoevaluación institucional 16 2.2.1. La autoevaluación como eje central en la mejoría de los procesos 19 2.2.2. Creando la cultura de autoevaluación de centro 20 2.2.3. Planes de mejora: Diseño y desarrollo de los planes de mejoramiento 22 2.2.4. Aprendizaje organizacional 24 2.2.5. Autoevaluación del centro educativo como medida para subir su calidad 25 3. COMPONENTES DE LA AUTOEVALUACIÓN INSTITUCIONAL 28 3.1. Gestión directiva y administrativa 28 3.1.1. Planeación y dirección estratégica 29 3.1.2. Convivencia 29 3.1.3. Participación 29 3.1.4. Comunicación 29 3.1.5. Recursos educativos 30 4. GESTIÓN ACADÉMICO-PEDAGÓGICA 31 4.1. Componentes: pedagógico, curricular, didáctico y evaluativo 31 4.1.1. Formación en ciudadanía 31 4.1.2. Fomento, desarrollo y fortalecimiento de las capacidades del personal docente 32 4.1.3. Gestión de la comunidad educativa 32 4.1.4. Pertinencia al contexto, proyección a la comunidad y relaciones interinstitucionales 32 4.1.5. Seguimiento a egresados 33 4.1.6. Prevención de riesgos 33 5. OBJETIVOS DEL PLAN DE MEJORA 34 5
6. PLAN DE ACCIÓN 36 6.1. Objetivos del plan de acción de acuerdo al Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa (SINEACE, 2010). 36 6.2. Implementación del plan de acción institucional: Metodología básica 37 6.3. Características institucionales a tener en consideración por el plan de acción 37 6.4. Una evaluación institucional: Armonizar la mirada externa e interna 42 6.5. Construir la capacidad interna de mejora 44 7. MARCO COMÚN DE EVALUACIÓN CAF 2020 47 7.1. Proceso de autoevaluación y mejora 51 7.2. Evaluación CAF 2020 52 7.3. Cómo evaluar: El sistema de puntuación 69 7.4. Mejora de las instituciones educativas aplicando el modelo CAF 2020 73 7.5. Planificación inicial de la autoevaluación 74 CONCLUSIONES 79 REFERENCIAS 81 6
PRESENTACIÓN Las instituciones educativas enfrentan una gran diversidad de factores propios de su realidad. La autoevaluación institucional se posiciona como estrategia fundamental y estructural que permite a la comunidad educativa identificar y revisar la coherencia entre la organización de la institución educativa, sus prácticas, el logro de los aprendizajes de los estudiantes, las realidades que la circundan y los propósitos transformadores propios del proceso educativo. Este es, por tanto, el punto de partida para la generación de alternativas que debe asumir el centro educativo, las cuales van dirigidas a mejorar, mantener y fortalecer los avances que se han logrado. La autoevaluación da paso a la construcción de un plan de mejora institucional que posibilita a los centros educacionales plantear metas e indicadores integrados, acciones focalizadas y responsables, que instauran una dinámica de gestión conjunta y propician un seguimiento sistemático de este para afrontar de manera pertinente los desafíos y lograr cambios significativos en las prácticas de gestión y pedagógicas, en los aprendizajes, en los objetivos institucionales y en la dinamización del proyecto educativo (Bolívar, 2016). Ahora bien, se hace difícil introducir la autoevaluación de una forma sistemática en los centros educativos porque no existe una cultura evaluadora bien establecida y estructurada y porque la evaluación es uno de los campos más amplios, complejos y problemáticos, educativamente hablando, puesto que en él encontramos toda clase de aspectos que influyen en el funcionamiento y rendimiento de un centro educativo. 7
De ahí la importancia de este manual introductorio a la cultura de la evaluación educativa en la República Dominicana auspiciado por el Ministerio de Educación. Además, la evaluación de las instituciones educativas busca la mejora constante de los estándares de calidad de la educación. En consecuencia, el proceso evaluativo aplicado a una institución académica nos permite obtener un juicio valorativo acerca de las cualidades y los méritos. De esta forma la evaluación muestra información que permite determinar un carácter diagnóstico, en la medida que se evidencian las condiciones y recursos con los que cuenta una institución. También tiene un componente de progreso continuo que se fortalece a través de la sistematización de los procesos. En consecuencia, se distinguen tres grandes áreas sobre las que la evaluación toma decisiones: el material de instrucción, los individuos y la regulación administrativa. Por consiguiente, el proceso de evaluación comprende las condiciones en que se desarrollan las acciones, los medios disponibles, la normativa, así como la política educativa. Dr. Rafael Bello Díaz Viceministro de Supervisión, Evaluación y Control de la Calidad de la Educación 8
INTRODUCCIÓN La evaluación es un proceso sistemático y complejo que muestra muchas configuraciones. (Gairín, 2002) considera que “la evaluación es un proceso reflexivo, sistemático y riguroso de indagación para la toma de decisiones sobre la realidad, que atiende a su contexto, las situaciones, atiende tanto a lo explícito como a lo implícito y se rige por principios de validez, participación y ética” (pág. 2). Esto indicaría que se visualiza la evaluación sistemática como un proceso de investigación, acción que integra a todos los actores de la organización educativa de manera sistémica, integral y democrática. Por lo tanto, constituye una parte importante del proceso de enseñanza y aprendizaje, así como del centro educativo y tiene un papel protagónico en el desarrollo de las actividades que le son propias para la mejora continua de la calidad educativa. Dentro de los propósitos de esta herramienta están servir de ruta metodológica para orientar a las instituciones educativas en la revisión y el análisis sistemático de sus realidades, limitaciones y fortalezas para plantear alternativas que conlleven a obtener óptimos procesos institucionales en el marco de la dinamización del proyecto educativo. Revisar y analizar el nivel de desarrollo de la gestión escolar: directiva y administrativa, académico-pedagógica y de comunidad. Focalizar el quehacer institucional hacia el logro de los aprendizajes de los estudiantes y dar referentes para la proyección institucional hacia el mejoramiento. Evidenciar el seguimiento que la institución realiza a los diferentes componentes de la gestión escolar y a sus indicadores; y, no menos importante, promover un ambiente 9
escolar pertinente para que la comunidad educativa participe y promueva alternativas de mejora en la calidad educativa (San Fabián y Granda, 2013). Las instituciones educativas poseen características específicas, no son solo edificaciones donde se trabaja o se estudia; más bien, es un conjunto de personas y bienes cuya finalidad es prestar el servicio de la educación. Asimismo, es un espacio donde ocurren los procesos de enseñanza–aprendizaje orientados por principios de equidad de oportunidades y convivencia de la comunidad multicultural. Para los niños, jóvenes y adolescentes el centro educativo es también un espacio lúdico donde, además de aprender y desarrollar sus competencias, construyen relaciones de amistad y afecto con sus pares. Entre las características que poseen los establecimientos educativos que mejoran continuamente encontramos que: • Tiene altas expectativas sobre las capacidades y el éxito de todos los estudiantes. • Un establecimiento educativo con buenos resultados y que mejora continuamente. • Está seguro de que sus estudiantes pueden aprender. • Organiza las actividades pedagógicas para estimular a los estudiantes y fomentar su gusto por aprender. • Identifica sus fortalezas y debilidades a partir de evaluaciones, lo que permite el diseño de estrategias para la recuperación de los estudiantes que no han alcanzado los aprendizajes esperados. 10
• Trabaja para que todos los estudiantes obtengan buenos resultados, por lo que establece estrategias para disminuir las diferencias entre quienes tienen altos y bajos desempeños. • Sabe hacia dónde va. Tiene un plan de estudios concretos y articulado. • Define y articula los contenidos de las áreas para que todos los estudiantes desarrollen sus competencias. Divulga el plan de estudios para que todos sepan qué se va a trabajar. Ofrece muchas oportunidades para aprender. • Busca nuevas maneras de hacer las cosas para que sus estudiantes aprendan con interés y motivación. • Tiene claro que no debe limitar su trabajo a la simple adquisición de conocimientos básicos, sino asegurar que los estudiantes aprendan permanente y autónomamente, y puedan transferir lo que aprendieron a otras situaciones y contextos. • Utiliza enfoques metodológicos y didácticos flexibles que permiten que cada estudiante aprenda colaborativamente teniendo en cuenta sus características, estilos y ritmos de aprendizaje (Villegas Sánchez et al., 2005). Un programa de calidad total supone e implica un cambio de actitud en todas las personas que intervienen tanto en el proceso educativo como en las actividades de apoyo a este. Asimismo, un análisis y reflexión profunda y seria acerca de sus funciones y deberes, de su propósito y de la forma en que éstas contribuyen al logro de los objetivos institucionales, destacando que las instituciones evolucionan en forma solidaria 11
y comprometida cuando todos los miembros que las conforman se sienten partícipes y corresponsables de un proyecto común: la transformación de la institución educativa como vía para el logro de la calidad total. La calidad no solo se refleja en los resultados obtenidos, sino también en la optimización de los proc esos, idoneidad de recursos y calidad de productos. 12
1. EVALUACIÓN DE CENTROS EDUCATIVOS La calidad educativa es una de las expresiones más utilizadas actualmente en el ámbito educativo, como el punto de referencia que justifica cualquier proceso de cambio o programa de acción. Conseguir centros eficaces es uno de los objetivos de la política educativa como elemento esencial de calidad (Bolívar, 2016). En este marco, la evaluación de centros representa un medio para un fin: lograr centros eficaces y de calidad a través de un sistema que nos permita controlar, valorar y tomar decisiones en un proceso continuo y sistemático que facilite un desarrollo progresivo en el logro de los objetivos y de este modo avanzar y construir una educación de calidad, como meta final (IPEBA, 2014). En los últimos tiempos se asiste a un proceso de evaluación que trasciende el ámbito de los aprendizajes. Se produce un cambio fundamental, de tal manera que, aunque los aprendizajes siguen ocupando un papel prioritario con nuevas alternativas y avances producidos por las aportaciones metodológicas, se amplía el campo de evaluación abarcando sistemas, resultados, procesos, práctica docente, profesorado, en los centros educativos (Bolívar, 2003). 13
Por una parte, a nivel macroeducativo la evaluación de los sistemas educativos experimenta un notable desarrollo. Se considera, no obstante, la necesidad de que estos procesos se universalicen, para lo cual es preciso generar y extender una cultura evaluativa entre los miembros de la comunidad educativa que enfatice por encima de todo el carácter formativo de ella. En este sentido, deberían promoverse los procesos de autoevaluación de los centros, en los que la comunidad educativa debe tener una clara implicación, de manera que las decisiones puedan ser adoptadas (Zúñiga, 2003). 14
2. AUTOEVALUCIÓN INSTITUCIONAL La autoevaluación institucional se dinamiza como una propuesta de carácter cualitativo que le posibilita a la comunidad educativa identificar y revisar la coherencia entre la organización del centro educativo, sus prácticas y el logro de los aprendizajes de los estudiantes. Asimismo, recoge aspectos de la gestión escolar para identificar, analizar y priorizar los que ameritan atención y que inciden en el mejoramiento institucional, sobre todo en el componente académico-pedagógico. De esta manera, la autoevaluación se convierte en una oportunidad para propiciar el mejoramiento de la calidad educativa de cada institución en particular y del sistema educativo en general. En consecuencia, la autoevaluación es entendida como un sistema de trabajo para autoevaluar la gestión escolar privilegiando la gestión académica y, con esto, fortaleciendo el propósito fundamental de la escuela (Bolívar, 2016). 2.1. Objetivos de la autoevaluación institucional De acuerdo con Brenes (2011), entre los objetivos de la autoevaluación institucional se encuentran: • Identificar y debatir con la comunidad educativa sobre fortalezas y oportunidades de mejora del centro educativo. 15
• Socializar y argumentar a la comunidad educativa las evidencias que dan cuenta de las dinámicas de la gestión escolar. • Revisar y analizar el nivel de desarrollo de la gestión escolar: directiva-administrativa, académico-pedagógica y de comunidad. • Reflexionar y comprender las fortalezas y oportunidades de mejora para una pertinente caracterización del centro educativo. • Comprender y analizar las causas internas que pueden dar origen a las oportunidades de mejora identificadas. • Focalizar el quehacer institucional hacia el logro de los aprendizajes de los estudiantes y ofrecer referentes para la proyección hacia su mejoramiento. 2.2. Fundamentos de la autoevaluación institucional La autoevaluación institucional comprende aspectos agrupados en componentes que se distribuyen en tres gestiones: Académica Directiva - - Comunidad Pedagógica Administrativa Cada gestión y su aspecto tienen una ponderación distinta de acuerdo con su nivel de desarrollo institucional, esta ponderación y nivel responden al propósito de focalizar los 16
aspectos académicos y pedagógicos como principales puntos de referencia de la transformación institucional desde una propuesta inclusiva, coherente con un enfoque sistémico que integra los demás aspectos de la gestión escolar (Bonami, 2005). Cuando hacemos referencia a la autoevaluación nos referimos a un tipo concreto de evaluación frente a otros como la heteroevaluación, la coevaluación o la triangulación. La heteroevaluación se refiere a la evaluación externa. La coevaluación, por otra parte, consiste en llevar procesos valorativos de forma que participen todos aquellos que son objeto de valoración, así como personas ajenas. Por último, la triangulación se utiliza para establecer contrastes desde diferentes perspectivas. La evaluación es un proceso que busca información para determinar el valor de algo y poder tomar decisiones. Es un proceso de diálogo, comprensión y mejora. Consiste en establecer criterios y aplicar instrumentos de medida, tanto de conductas o procesos, así como también de productos educativos. En estas tres vertientes, tanto del educador como de los educandos, esta actividad siempre será realizada para incidir en los procesos de forma que mejoren los resultados o productos (Bolívar Antonio, 2016). La autoevaluación es una evaluación interna que sirve para mejorar la práctica docente de los profesores, la investigación en la propia acción, el intercambio de opiniones y experiencias, reglas y teorías (Nieto Cano, 2003). Parte de la necesidad ante un problema y a partir de ahí se pasa por la evaluación, el desarrollo y la consolidación de los aspectos necesarios para solucionarlo. Actualmente se intenta que la evaluación sea un proceso continuo, que evidencie de manera permanente los resultados de todo el sistema facilitando las razones de los aciertos o fracasos. Por supuesto, es necesario establecer de antemano 17
las variables y criterios de la evaluación del centro (Buendía & Hidalgo, 2006). Necesitamos centros educativos no solo eficaces, sino también eficientes, que nos lleven a una funcionalidad real y positiva de todo nuestro sistema de enseñanza, al mismo tiempo que se rentabilizan los recursos en una sociedad cada vez más competitiva. Para conseguir esto es necesaria una evaluación constante y sistemática. Por consiguiente, está justificada en todo momento. Pero la evaluación es un proceso difícil y son muchos los factores y elementos que inciden en una adecuada evaluación, tales como: Documentos Actividades Agentes y Actores del Proceso Partiendo de esta base teórica de la evaluación, la autoevaluación supone una reflexión, mejora, establecimiento de criterios, variables, porque mejora la práctica y la calidad de la enseñanza y es el único medio de fundamentar el desarrollo profesional y llevarlo a cabo desde una autonomía personal, siempre atendiendo a tres campos fundamentales: a) El resultado de nuestro trabajo. b) Los procedimientos y las estrategias didácticas empleadas. c) El modelo de conducta profesional y personal. 18
Cardona Andújar (2002) la entiende como un compromiso de colaboración mutuo que, asumido por todos y cada uno de los miembros de una institución escolar, se orienta hacia un diagnóstico completo o parcial del funcionamiento de esta y el conjunto de propuestas razonadas para su correspondiente mejora. La gran diferencia entre la evaluación y la autoevaluación es el agente evaluador. En la evaluación es externo, mientras que en la autoevaluación es interno (Calatayud Salom, 2008). 2.2.1. La autoevaluación como eje central en la mejoría de los procesos A los alumnos se les exige, cada vez más, nuevas habilidades sobre tecnología, crítica, discusión, y para que lo consigan es necesario que el docente esté preparado para esto. Es preciso un cambio de actitudes en el mundo de la educación comenzando por la propia administración educativa y su relación con las políticas educativas. La implantación de la autoevaluación supone una coordinación de todos los ámbitos de actuación de un centro escolar. Para esto debe tener establecido: a) La situación inicial de la que se parte. b) Los indicadores a evaluar durante el proceso que ayuden a comprobar la influencia de la ayuda educativa. c) Valorar y autovalorar el grado de autonomía conseguido por los alumnos y por todos los elementos de la comunidad; debe ser lo más completa posible, suministrando información de calidad (Cardona, 2012; Laordon, 2004). 19
La cultura autoevaluadora engloba otros aspectos positivos como: a) Potenciar el ejercicio de colaboración como metodología para la mejora de los docentes. b) Demandar la puesta en escena del pensamiento divergente. c) Llevar a la consolidación de la cultura contextual de cada centro. A lo que apunta (Gairín Sallán, 2002) es a clarificar la comprensión de lo que pretende hacer: proveer información sobre aspectos de la institución. Impulsar el diálogo y la participación y promover el intercambio de experiencias. 2.2.2. Creando la cultura de autoevaluación de centro El uso de modelos de valor añadido que intentan evaluar los procesos educativos es cada vez más frecuente (Martínez Arias, 2009) y, hoy en día, resulta imprescindible que los centros educativos se autoevalúen y den cuenta de sus resultados y de sus procesos, de tal manera que su camino a seguir sea mejorar día a día. Es decir, que integren la evaluación institucional como parte de su cultura propia. Considerar la autoevaluación como instrumento o vehículo de avance supone abordarla como instrumento de reflexión y análisis de la práctica, así como de desarrollo profesional e institucional. La autoevaluación, por tanto, debe estar orientada a al mejoramiento efectivo de la práctica educativa (Díaz-Vicario, 2010). Para avanzar, como indican Mañú y Goyarrola (2011), es preciso concretar un plan de adelanto y una de las principales herramientas de gestión de 20
la calidad es el reconocimiento público de las actuaciones de mejora (García García, 2010). Las características más relevantes en un plan de renovación son las siguientes: • Debe contemplarse como un compromiso entre el centro educativo y todas sus partes interesadas; es decir, se establece un compromiso del centro consigo mismo. • De su desarrollo cabe esperar, junto a sus resultados sustantivos, una mejora en la gestión educativa y en el conocimiento del centro como organización; sus condiciones fundamentales tienen que ver con la necesidad manifiesta de introducir adelantos en la dinámica del centro, para lo que resulta imprescindible una actitud positiva hacia los cambios. • Debe estar precedido de un diagnóstico explícito de la situación de partida del centro con relación al área o áreas prioritarias, relativas tanto a los aspectos de gestión como a los estrictamente educativos (Díaz Frida, 2007). Esta cultura autoevaluadora engloba otros aspectos positivos como son: a) Potenciar el ejercicio de colaboración como metodología para la mejora de los docentes. b) Demandar la puesta en escena del pensamiento divergente. c) Llevar a la consolidación de la cultura contextual de cada centro. d) Impulsar el diálogo y la participación, y promover el intercambio de experiencias. 21
La identificación de las áreas de mejora ha de ser objetiva y apoyarse en hechos o en resultados mediante la utilización de los instrumentos adecuados. Los objetivos de avance han de ser realistas, concretos, evaluables y alcanzables en un curso escolar. Debe explicitar los objetivos, los procedimientos y las actuaciones previstos para su cumplimiento y un plan para su seguimiento y evaluación. Debe implicar a las personas, desde una orientación participativa y bajo el impulso asociado a un liderazgo efectivo por parte de la dirección del centro. Es decir, la actuación es compartida y es de destacar la importancia de un adecuado liderazgo. Suele provocar la satisfacción colectiva de formar parte de un equipo humano comprometido, capaz de convertir los desafíos en oportunidades. Debe obtener un reconocimiento interno y de la administración educativa, proporcional a la voluntad y el esfuerzo puestos en juego y a los resultados obtenidos (Duro; Nirenberg, 2010). 2.2.3. Planes de mejora: Diseño y desarrollo de los planes de mejoramiento En el trabajo en equipo, como señalan Mañú y Goyarrola (2011), es necesario que los profesores colaboren en departamentos académicos y con otros grupos de trabajo; por esto es beneficioso establecer un equipo de manera formal, con el objetivo de trabajar en la misma dirección, teniendo una identidad y trabajando con pautas que facilitan el trabajo en común. Debe ser un conjunto de profesores con formación en herramientas para la resolución de problemas/construcción de soluciones y con nociones de dinámica de grupos. Formarán parte del equipo por voluntad propia, estarán convencidos de la posibilidad de la mejora continua y poseerán un deseo de superación personal y una motivación elevada (Escudero, 2007). 22
Para que un equipo funcione necesitamos normas básicas que regulen su funcionamiento. Así, una figura clave dentro del equipo es el de la persona coordinadora, que debe ejercer un liderazgo sobre el grupo; su misión consiste en hacerlo avanzar hacia la solución del problema planteado para seleccionar y priorizar acciones de adelanto a partir de un proceso de diagnóstico (Espineira Muñoz y Ziemer Marcos, 2012). Dentro de los elementos de planes de mejora podemos considerar: • Redefinición de las áreas: Formulación de objetivos: un área de mejora es un aspecto de la organización. • Definición de indicadores: Un indicador puede definirse como un elemento informativo de un determinado aspecto de la realidad con el objetivo de servir de fundamento para elaborar juicios sobre este. La tendencia general es buscar indicadores causales de calidad sobre los cuales se pueda incidir para perfeccionarla (Flórez, 2007). • Formulación de objetivos: El equipo de mejora, ya con un conocimiento más ajustado del problema, tendrá que formular los objetivos específicos de la acción. Análisis de las áreas que necesitan avanzar: un plan de mejora genera una estructura provisional. Se entiende por planificación el proceso mediante el cual el plan se descompone en actividades elementales y se organizan, en el tiempo y en el espacio, los recursos necesarios para la realización del proyecto. Los objetivos de esta planificación son los siguientes: analizar las actuaciones del plan de mejora, subdividirlas en etapas, 23
fases, tareas; elaborar un plan de acción que permita su realización; preparar un marco que permita controlar el desarrollo del plan de mejora (García, 2005). 2.2.4. Aprendizaje organizacional La cultura de autoevaluación supone un componente esencial en el desarrollo de la organización que potencia el aprendizaje organizacional, según las pautas de acción consensuadas, introduciendo cambios en función de necesidades detectadas; son organizaciones que aprenden (Murillo, 2008). Como proceso evaluativo que se impulsa y se inicia en el centro escolar supone un medio para el intercambio, el encuentro o la ayuda, y eso favorece procesos de autorreflexión (Murillo, 2008), permitiendo clarificar la comprensión de lo que se pretende hacer como: proveer información sobre aspectos de la institución, generar un conocimiento más profundo sobre su realidad, impulsar un análisis reflexivo de lo que se realiza en el centro; facilitar los niveles de coordinación; impulsar el dialogo y la participación; promover el intercambio de experiencias y el desarrollo institucional (Gairin, 2009). La autoevaluación es un proceso complejo que supone una acción reflexiva y valorativa sobre una serie de aspectos organizativos, curriculares, contextuales, de gestión que interactúan para lograr la calidad del centro (Landi y Palacios, 2010). El proceso de autoevaluación interinstitucional de la mejora efectiva de la práctica. Si la evaluación ha de conducir al cambio los protagonistas han de poder intervenir sobre la realidad. La comunidad educativa debe tener un alto sentido de responsabilidad hacia la tarea docente para desarrollar procesos participativos de revisión. La adopción de una actitud 24
positiva hacia la reflexión, el análisis de las propias actuaciones y flexibilidad en referencia a los cambios del centro educativo (Gaeton, 2008). Con la evaluación institucional es posible detectar los niveles, las actitudes, las relaciones o comportamientos que ponen de manifiesto dificultades, problemas, conflictos e irregularidades. El estudio de estos permite decidir un orden de prioridades, la toma de decisiones de mejora y la posterior evaluación parcial, localizada en tales aspectos de manera detallada. Por tanto, es conveniente utilizar este instrumento evaluador en situaciones institucionales con la intención de progreso para la recogida de información (IPEBA, 2014). La calidad de la educación se entiende como la relación entre la eficiencia en los procesos, la eficacia de los resultados y la relevancia de estos procesos y resultados con las expectativas y demandas sociales, es decir, el impacto y el valor de sus contribuciones con respecto a las necesidades y problemas de la sociedad. La calidad de la educación no solo incluye las nociones tradicionales de la enseñanza e investigación de alto nivel y la de un nivel académico superior en los estudiantes, sino también la importancia de la educación y la investigación en la vida contemporánea y futura de los estudiantes. Se debe buscar una mayor coherencia entre las funciones de la educación y las necesidades de la sociedad (Leitwood, 2009). 2.2.5. Autoevaluación del centro educativo como medida para subir su calidad La evaluación educativa trata de constatar los cambios que se producen en el estudiante, la eficacia de los métodos y de los recursos empleados, la adecuación de los programas y planes 25
de estudio y todos los demás factores que pueden incidir en la calidad educativa. El establecimiento de métodos de evaluación y diagnóstico del sistema educativo proporciona un conocimiento preciso de los cambios cualitativos y cuantitativos que se producen en el proceso de enseñanza-aprendizaje, brinda unos fundamentos firmes en la toma de decisiones por las autoridades educativas e informa a los centros y maestros sobre su propio funcionamiento, contribuyendo así a mejorar su práctica educativa (Gutiérrez, 2004). La evaluación educativa consiste en la reflexión valorativa y sistemática acerca del desarrollo y el resultado de las acciones emprendidas. La evaluación representa una doble aportación a la calidad de la educación impartida en los centros educativos. Por una parte, es una función que ofrece a los responsables la información, los datos en que se deben basar las decisiones de mejora; por otra, implica una determinada filosofía, una concreta actitud tanto en el profesorado como en los alumnos, esencial para el perfeccionamiento no solo profesional en los profesores y académico en los alumnos, sino también personal. Esta autoevaluación impulsada desde la comunidad educativa puede servir al centro escolar como autorregulación de su actividad y como garantía para ofrecer una mejor calidad de enseñanza. Esta evaluación educativa ha de ser una evaluación formativa (Hopkins, 2008). La autoevaluación puede ser total o parcial, según las exigencias temáticas, la disponibilidad de tiempo en la solución de problemas. Puede analizar resultados de los estudiantes, de cómo se organizan los horarios, de cómo son las relaciones, de cómo se distribuye el espacio, de cómo se trabaja con distintos métodos. Por lo que se define dicha evaluación como: un proceso sistemático de recogida de datos incorporado al 26
sistema general de actuación educativa, que permite obtener información válida y fiable para formar juicios de valor acerca de una situación. Estos juicios, a su vez, se utilizarán en la toma de decisiones consecuente con el objeto de mejorar la actividad educativa valorada. Toda evaluación está inmersa en lo que se conoce como estrategia de cambio. Hay un consenso general en pensar que la evaluación es el primer paso para promover cambios positivos en las instituciones (INEE, 2015). 27
3. COMPONENTES DE LA AUTOEVALUACIÓN INSTITUCIONAL Bajo la perspectiva y lógica de un enfoque sistémico y para que se haga visible la calidad en la gestión escolar se proponen en la estructura de la autoevaluación los siguientes componentes: 3.1. Gestión directiva y administrativa Se refiere al liderazgo administrativo y de direccionamiento que conduce a la comunidad educativa a trabajar de manera aunada a través de las distintas instancias democráticas y bajo principios y valores comunes por el cumplimiento de la misión, objetivos y metas del establecimiento educativo (Lukas, 2004). Por lo tanto, confiere a un número de decisiones y acciones necesarias que sustenten y posibiliten el curso del proceso de educación de calidad. Esta gestión se ocupa de asignar de manera eficiente los recursos humanos, físicos y financieros del centro educativo para el desarrollo de su misión, de tal modo que pueda diseñar, revisar y comunicar las políticas y las estrategias para alcanzar los resultados académicos esperados en coherencia con su proyecto educativo. “Los establecimientos educativos son organizaciones de actividad académica, social y cultural, incluyentes por naturaleza y que tienen como propósito la formación integral de los estudiantes” (LLECE, 2008). 28
A continuación, se proponen cinco elementos de la gestión directa o administrativa. 3.1.1. Planeación y dirección estratégica Se centra en la forma de gestionar el establecimiento educativo para desarrollar capacidades, articular procesos, consolidar y dinamizar el proyecto educativo mediante propuestas inclusivas y de mejora que orienten las acciones escolares hacia el logro de los propósitos y las metas definidas por la comunidad educativa. 3.1.2. Convivencia Hace alusión al tipo de relaciones que se establecen entre los miembros de la comunidad educativa y su entorno y a la manera como se tramitan los conflictos propios de las relaciones humanas en el marco de la promoción de los derechos, deberes y el respeto a la diversidad (Medina Figueroa, Vera Noriega, Bueno Castro & Calderón González, 2018). 3.1.3. Participación Se refiere al grado de involucramiento de los directivos, maestros, estudiantes, familias y comunidad en los diferentes procesos de la escuela para dinamizar y consolidar el proyecto educativo. 3.1.4. Comunicación La comunicación, tanto interna como externa, se refiere al conjunto de estrategias y medios para difundir la información concerniente al funcionamiento del centro educativo, al logro de los objetivos propuestos, al desarrollo de buenas prácticas y a las oportunidades de mejora identificadas (Ministerio de Educación, 2014). 29
3.1.5. Recursos educativos Se refiere al presupuesto, al conjunto de medios didácticos y espacios institucionales dispuestos para el aprendizaje. 30
4. GESTIÓN ACADÉMICO- PEDAGÓGICA Conjunto de procesos para definir y orientar los componentes pedagógico, curricular, didáctico y evaluativo; la formación integral y el desarrollo y fortalecimiento de las capacidades del personal docente que consoliden las prácticas pedagógicas. Dentro de los elementos de la gestión académico-pedagógica se encuentran las siguientes: 4.1. Componentes: pedagógico, curricular, didáctico y evaluativo Focaliza los aspectos misionales del centro escolar. Alude a la estrategia pedagógica y evaluativa; a la manera como estas se articulan con los lineamientos, directrices nacionales y locales dentro de contextos específicos; al desarrollo y consolidación de la práctica pedagógica; al papel que maestros y estudiantes desempeñan en la construcción y apropiación del aprendizaje y la formación (Mora, 2008). 4.1.1. Formación en ciudadanía Indaga por los mecanismos que tiene el establecimiento educativo para orientar la formación en ciudadanía, entendiéndose ésta como el conjunto de dinámicas cotidianas y proyectos que se desarrollan para fomentar el trabajo colaborativo, los deberes y 31
derechos, el trámite pacífico de los conflictos y las estrategias que se tienen para formar ciudadanos capaces de analizar y aportar en procesos colectivos (Moriña, 2008). 4.1.2. Fomento, desarrollo y fortalecimiento de las capacidades del personal docente Da cuenta de las acciones sistemáticas que realiza el centro escolar para fortalecer la gestión pedagógica, el desempeño profesional, el sentido de pertenencia y compromiso proactivo de los maestros. Asimismo, promueve las comunidades de aprendizaje para estudiar y analizar los aspectos metodológicos, didácticos y de investigación necesarios para cualificar las prácticas docentes y obtener mejores resultados en los aprendizajes (Muñoz Cantero y Espiñeira Bellón, 2010). 4.1.3. Gestión de la comunidad educativa El centro educativo como referente social y cultural de la comunidad define, mantiene y hace seguimiento a su interacción con el medio social y productivo donde está inscrito. Tiene la capacidad para realizar lecturas pertinentes de los contextos de la comunidad del área de influencia, identificando los problemas y las fortalezas de su entorno para realizar alianzas y consolidar estrategias de interacción (Nieto Cano, 2003). 4.1.4. Pertinencia al contexto, proyección a la comunidad y relaciones interinstitucionales Se refiere al conjunto de estrategias y alianzas que realizan los centros educativos con base en el reconocimiento del contexto. La escuela revisa su relación y participación en la construcción del tejido social (Orihuela, 2002). 32
4.1.5. Seguimiento a egresados Los egresados contribuyen a la proyección social del centro escolar. Es importante darles seguimiento para contrastar sus desempeños académicos, laborales y sociales con la propuesta educativa. 4.1.6. Prevención de riesgos Se refiere a la consolidación del plan de gestión escolar del riesgo en el que se ejecutan estrategias para detectar, prevenir y mitigar riesgos naturales, físicos y psicosociales que pueden afectar las dinámicas propias del centro educativo. 33
5. OBJETIVOS DEL PLAN DE MEJORA Establecer prioridades institucionales para el mejoramiento o fortalecimiento de la gestión escolar. Articular con los aspectos priorizados en la autoevaluación institucional, metas, indicadores, tiempos y recursos que estructuren la adecuada implementación y ajuste del proyecto educativo en particular y de la gestión escolar en general. Ratificar con la comunidad educativa el compromiso conjunto frente al mejoramiento y fortalecimiento institucional como principios básicos de corresponsabilidad. Estructurar y dar seguimiento sistemático de metas, indicadores, tiempos y recursos definidos para el adelanto continuo. Perfeccionar la gestión escolar para alcanzar prácticas pedagógicas que conduzcan al logro de la calidad educativa (Rué, 2011). a) Estructura y descripción de los aspectos del plan de mejora. El plan de mejora comprende diversos aspectos que corresponden a una estructura integrada de diseño y seguimiento. Referentes del resultado de la evaluación: diseño de metas. La herramienta 34
integrada ofrece dos alternativas para la construcción de metas en el plan de mejora. Dispone metas preestablecidas para que el centro escolar (Sahberg, 2009). b) Seguimiento, metas e indicadores. Para la metodología de la herramienta los indicadores son la referencia que permite observar y medir el avance en el logro de la meta. Es una expresión cuantitativa verificable objetivamente en cuanto al cumplimiento de un objetivo, producto o meta (San Fabián y Granda, 2013). c) Implementación del plan de mejora institucional. De acuerdo con la estructura y descripción de los aspectos que conforman el plan de mejora su diseño debe ser liderado por el director con la participación del equipo de gestión, maestros, estudiantes, padres-tutores, personal administrativo y egresados, entre otros, para analizar, determinar y gestionar las metas, vigencias de las metas, evidencias que den cuenta de los resultados de las metas, responsables de seguimiento a metas e indicadores (SEP, 2006). 35
6. PLAN DE ACCIÓN El plan de acción es una estrategia de gestión donde se determina el planteamiento de actividades, recursos, responsables, tiempos y seguimientos definidos de manera consecuente por el mismo centro escolar para el logro de las metas programadas en el plan de mejoramiento e innovación. 6.1. Objetivos del plan de acción de acuerdo al Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa (SINEACE, 2010). Definir y realizar acciones específicas para el mejoramiento o fortalecimiento de la gestión escolar. Detallar y gestionar los diferentes tipos de recursos requeridos para el desarrollo pertinente de las acciones propuestas. Sustentar ante la comunidad educativa la inversión de recursos para la ejecución del plan de mejora llevado a la realidad mediante el plan de acción. Establecer seguimiento de las acciones, recursos, responsables, entre otros, que aseguren el desarrollo pertinente de lo proyectado por el centro educativo. Asegurar la articulación entre acciones, recursos, tiempos y responsables con las metas y vigencias establecidas en el plan de mejora para facilitar la adecuada implementación y ajuste del proyecto educativo. 36
6.2. Implementación del plan de acción institucional: Metodología básica De acuerdo con la estructura y descripción de los aspectos que conforman el plan de acción, su diseño debe ser liderado por el director con la participación del equipo de gestión, maestros, estudiantes, padres-tutores, personal administrativo y egresados para analizar, determinar y gestionar las actividades, vigencias de las actividades, responsables de la realización de las acciones programadas (Valeirón, 1996). 6.3. Características institucionales a tener en consideración por el plan de acción - Apoya y aprovecha el talento de su equipo de docentes. Un establecimiento educativo con buenos resultados y que mejora continuamente: Incentiva la conformación de comunidades de docentes, así como su trabajo profesional y creativo. Abre espacios para que los docentes trabajen colaborativamente en el diseño de sus clases, los proyectos transversales, las actividades extracurriculares y las evaluaciones de los aprendizajes. Propicia el intercambio sistemático de experiencias y la búsqueda conjunta de soluciones a los problemas encontrados. Fomenta la investigación y la identificación de las prácticas más apropiadas para lograr más y mejores aprendizajes. Tiene ambientes de aprendizaje apropiados. Cuenta con espacios físicos y dotaciones: salones, laboratorios, bibliotecas, aulas múltiples, canchas, zonas verdes, cafetería, áreas específicas para la dirección y la administración del plantel, mobiliario y equipos, los cuales facilitan la accesibilidad a los procesos de enseñanza, aprendizaje y participación (Zúñiga, 2003). 37
- Hace un uso apropiado y articulado de los recursos para la enseñanza y el aprendizaje. Gestiona la disponibilidad oportuna de los recursos pedagógicos: libros de texto, bibliotecas, laboratorios, materiales audiovisuales, aulas de informática, software educativo, materiales artísticos y deportivos, entre otros. Reconoce que la evaluación permite conocer sus avances y dificultades además de los elementos que contribuyen a identificar las estrategias para superar estas últimas. Usa los resultados de las evaluaciones de primaria y media del Ministerio de Educación para identificar sus fortalezas y debilidades. A partir de estas ajusta el plan de estudios y las actividades didácticas, diseña acciones de recuperación, complementa la formación de los docentes y revisa sus propios mecanismos de evaluación (Santos, 2000). - Usa el tiempo adecuadamente. Un establecimiento educativo con buenos resultados y que mejora continuamente: Prevé el uso del tiempo en cada jornada y se encarga de que este sea respetado. Ofrece un ambiente favorable para la convivencia. Posibilita el establecimiento o el fortalecimiento de buenas relaciones entre sus integrantes en los diferentes espacios: aulas, lugares de recreo, actividades culturales y deportivas, salón de profesores, entre otros. - Acepta que hay un vínculo muy estrecho entre las emociones y el aprendizaje. Tiene un manual de convivencia en el que están presentadas las reglas básicas de interacción, los derechos y deberes de cada integrante de la comunidad educativa, así como los mecanismos para lograr su cumplimiento. Promueve el desarrollo personal y social. Genera acciones que mejoran el bienestar de estudiantes y docentes en concordancia con sus características 38
individuales y su contexto familiar y sociocultural. Conoce las necesidades y requerimientos específicos de sus estudiantes, lo que le permite definir las acciones más apropiadas de orientación, prevención y apoyo, así como identificar las instituciones especializadas más adecuadas para prestar este tipo de servicios. Articula acciones con los padres y tutores y otras organizaciones comunitarias (Ruiz, 1999). - Prepara a sus estudiantes para continuar sus estudios postsecundarios o para tener buenas oportunidades laborales. Un establecimiento educativo con buenos resultados y que mejora continuamente: Garantiza a todos sus estudiantes que la educación que brinda es pertinente para que puedan seguir estudiando o, si así lo desean o necesitan, para ingresar al mercado laboral con buenas oportunidades. Conoce las exigencias del sector productivo en cuanto al perfil de trabajadores que solicitan las empresas. En la actualidad, los empleados deben tener capacidad para manejar diferentes clases de información, comunicarse, solucionar problemas, gestionar proyectos individuales y colectivos, negociar, tomar decisiones, aplicar las tecnologías de información y comunicación, y manejar un segundo idioma (Romero, 2001). - Tiene un modelo organizativo basado en el liderazgo del director y en el trabajo en equipo. Cuenta con un director responsable del desarrollo del centro educativo, que lidera y orienta todos los procesos. Tiene un equipo directivo, docente y administrativo encargado de gestionar diferentes actividades. Promueve el trabajo en equipo para que los docentes y directivos se involucren en proyectos y tareas comunes, reflexionen sobre sus prácticas y desarrollen 39
sus capacidades para comunicarse. Dispone de mecanismos de apoyo. Participa en redes para compartir ideas y buenas prácticas, además de discutir y resolver problemas. En éstas cuenta con instituciones externas que acompañan los procesos y ayudan a organizar, comprender e interpretar ideas para contribuir a una mejor toma de decisiones (Rey y Santamaría, 2000). - Utiliza información para tomar decisiones. Un establecimiento educativo con buenos resultados y que mejora continuamente: Dispone de registros actualizados sobre aspectos como la asistencia y las causas de ausentismo de los estudiantes, los resultados académicos de los alumnos, el uso efectivo del tiempo escolar y de los recursos para la enseñanza y el aprendizaje, el manejo de los problemas de convivencia. Sabe que los cambios sostenibles requieren tiempo. Crea capacidad en todos sus colaboradores para afrontar las dificultes. Hace un seguimiento sistemático para detectar el estado de las cosas (Murillo, 2008). Por tanto, la evaluación institucional produce en cada escuela información y conocimiento o evidencias que aportan a la toma de decisiones para mejorar la gestión escolar. Así mismo, las autoevaluaciones deben estar respaldadas por una orientación metodológica que permita la reflexión conjunta, con modalidades de dinámicas grupales y espacios para consensos sobre variables e indicadores relevantes. Cabe aclarar que la autoevaluación se constituye además en un paso previo e insumo relevante para la evaluación externa facilitando la sinergia entre ambos enfoques. En las escuelas secundarias es importante brindar espacios adecuados para la participación de los adolescentes. La formación de sujetos para la 40
participación es un proceso vinculado al ejercicio de ciudadanía, que se va desarrollando en torno a las prácticas de convivencia en la familia, en las instituciones y en la sociedad en general. En relación con los adolescentes esto se hace posible a través de acciones intencionales por parte de los adultos, fundadas en procesos que propicien su protagonismo y que los consideren interlocutores aptos y válidos para intervenir en los asuntos que los afectan en su vida cotidiana. Al generar esos espacios de participación de los adolescentes se promueve tanto el desarrollo de competencias cognitivas como intrapersonales e interpersonales. Además, es enriquecedor conocer y tomar en cuenta las opiniones de los estudiantes acerca de su escuela (Mora, 2008). Consultarlos supone involucrarlos en procesos de intercambio de opiniones y propuestas, en los que estos asuman un rol protagónico y sientan que su voz es escuchada, sin que esto implique dar curso a todas sus propuestas, sino que estas sean sujetas a un análisis de factibilidad. Un sistema educativo de calidad tiene: objetivos curriculares relevantes y compartidos. Eficacia, es decir, que logra acceso universal, permanencia y egreso de los estudiantes acorde con los objetivos de aprendizaje previstos. Impacto, en términos que los estudiantes adquieran capacidades y conductas duraderas, orientadas a una vida en sociedad, una ciudadanía plena, una adecuada inserción en el mercado laboral y a la continuación de estudios superiores. Eficiencia, o sea, que cuenta con recursos humanos y materiales suficientes y los aprovecha de la mejor manera posible (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España, 2001). Equidad, es decir, que toma en cuenta la desigual situación de los estudiantes y las comunidades en que estos y sus familias viven y brinda apoyo especial a quienes lo requieran. 41
Pasando a considerar cada escuela como unidad puede decirse que un centro escolar brinda educación de calidad si se cumplen las siguientes características: Logra que todos sus estudiantes aprendan lo que tienen que aprender. Posee objetivos de enseñanza pertinentes y actualizados, plasmados en un proyecto educativo. Implementa estrategias para prevenir el fracaso y la deserción escolar. Logra el acceso, la permanencia y el egreso de los estudiantes de acuerdo con los objetivos de aprendizaje programados. No discrimina y trabaja la diversidad. Brinda apoyo especial a quienes lo necesitan. Fomenta y posibilita el desarrollo integral de los adolescentes. Genera un clima escolar favorable y respetuoso. Propicia un entorno protector de los derechos de los adolescentes (Martin Bris, 2002). 6.4. Una evaluación institucional: Armonizar la mirada externa e interna Se puede entender la evaluación institucional como un proceso que integra la evaluación externa y la interna o autoevaluación, considerando que dicha conjunción es una tarea prioritaria. Se habla de evaluación institucional como una evaluación de la institución que contemple las dos dimensiones o que integre las dos caras del proceso de evaluación, un espacio de confluencia entre la evaluación externa (eficacia) y la autorrevisión basada en la escuela (mejora). Por lo cual se entiende que la evaluación institucional es un espacio de confluencia entre la evaluación externa, dirigida a la eficacia, y la autorrevisión, basada en la escuela, más orientada a la mejora (Bolívar, 2003). 42
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