LOS HOMBRES QUE DECLARARON NUESTRA INDEPENDENCIA EL 9 DE JULIO DE 1816
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LOS HOMBRES QUE DECLARARON NUESTRA INDEPENDENCIA EL 9 DE JULIO DE 1816 Nuestra patria existía desde el fondo de la colonia. Nació oficialmente el 25 de mayo de 1810 con la instalación de la Primera Junta de Gobierno y obtuvo su carta de ciudadanía el 9 de julio de 1816 cuando desde el Congreso de Tucumán los representantes de las Provincias Unidas en Sud América, mediante la firma del Acta de la Independencia, le otorgaron su partida de nacimiento. Cabe entonces, reflexionar sobre quiénes fueron aquellos hombres que el polvo de los tiempos casi ha sepultado injustamente en el olvido. Sus nombres desde entonces han tenido una evocación permanente mediante la designación de calles y lugares salientes en todos nuestros pueblos y ciudades. Pero no basta con eso. Pocos de nuestros ciudadanos tienen idea de quiénes fueron los portadores de esos nombres y la gigantesca trascendencia que han tenido en la construcción de los cimientos de nuestra nacionalidad. Esta publicación tiene como objetivo, además del homenaje que aquellos congresales eternamente se merecen, evocar a todos y cada uno de ellos mediante una pincelada de su figura, de su persona, o de algún rasgo saliente de su obra para mantener eternamente vivo su recuerdo. El historiador Enrique de Gandia en una publicación de julio de 1941 del Diario La Nación, entre otras cosas dice: “Los hombres de Tucumán aparecen en su mayoría con frecuencia olvidados en la historia argentina. Ellos dieron nacimiento a nuestra patria. La posteridad en vez de grabar sus nombres con letras de oro sobre una placa inmensa los ha envuelto en injusta ignorancia. Su memoria hoy sobrevive por haber firmado el Acta de la Independencia. Los libros de historia recuerdan sus nombres en conjunto. Los historiadores han sido deslumbrados por el brillo del Congreso en la hora augural de la declaración. La importancia de la obra
hizo olvidar el mérito de los artífices. Cuando no se leen los documentos originales es fácil equivocarse en la estimación del valor de aquellos hombres. No debe olvidarse que todos ellos representaban la parte más selecta de su provincia. Eran abogados, sacerdotes, de cultura amplia y profunda formados en los claustros de maestros europeos. El nivel de las universidades del nuevo mundo no era inferior a las del antiguo. Entre los años 1750 y 1810 se imprimieron en las universidades de Chuquisaca, Caracas, Chile y Córdoba más de cien mil tesis. Además las conquistas liberales y constitucionales de Estados Unidos influían en los congresales. Los hombres de Tucumán eran muy jóvenes. Cuando la revolución los llevó al Congreso eran los dirigentes del país, dueños de una amplia cultura, conocedores de todas las doctrinas filosóficas y políticas de la época, soñaron una patria grande y unida, pero las rivalidades y enconos de la hora echaron al olvido los sueños de los veintinueve que juraron el 9 de julio y de los que no pudieron jurar. Mientras los generales llevaban la libertad y esplendor de nuestras armas a otros territorios, las discordias se encendían en el nuestro. Los hombres de Tucumán volvieron a sus ciudades con una tristeza muy grande en el alma. Habían hecho una patria que el odio y la incomprensión ensangrentaban. Unos se alejaron para siempre; los demás se arrojaron a la lucha con la esperanza de salvar la unidad, la constitución, el derecho. Y así murieron, sin haber alcanzado la recompensa y la gloria que la patria les debe.” Bibliografía: Publicaciones de los diarios La Prensa y La Nación entre los años 1940 y 1966 del archivo de apuntes de Rogelio Bracamonte, padre del autor..
FIRMANTES DEL ACTA DE LA INDEPENDENCIA DIPUTADOS POR EL ALTO PERÚ José Severo Malabia José Andrés Pacheco de Melo Pedro Ignacio de Rivera Mariano Sánchez de Loria José Mariano Serrano DIPUTADOS POR BUENOS AIRES Tomás Manuel de Anchorena José Darregueyra y Lugo Esteban Agustín Gascón Pedro Medrano Juan José Paso Antonio Sáenz Fray Cayetano J. Rodríguez DIPUTADOS POR CATAMARCA Miguel Antonio Acevedo José Antonio Colombres DIPUTADOS POR TUCUMÁN José Ignacio Thames Pedro Miguel Aráoz DIPUTADOS POR CÓRDOBA Eduardo Perez Bulnes Gerónimo Salguero José Antonio Cabrera Miguel Calixto del Corro * DIPUTADOS POR CUYO Tomás Godoy Cruz Juan Agustín Maza Francisco Narciso Laprida Fray Justo Santa María de Oro DIPUTADO POR LA RIOJA Pedro Ignacio de Castro Barros DIPUTADO POR JUJUY Teodoro Sánchez de Bustamante DIPUTADO POR SAN LUIS (LA PUNTA DEL VENADO) Juan Martín de Pueyrredón* (*) No firmaron el Acta por haber estado ausentes el 9 de julio
DIPUTADOS POR EL ALTO PERÚ JOSÉ SEVERO MALABIA (Charcas) Nació en Charcas en 1787, falleció en la misma ciudad en 1849. Doctorado en jurisprudencia en la Universidad de San Francisco Javier de Charcas, participó en el movimiento revolucionario de Chuquisaca del 25 de mayo de 1809. Actuó de lleno en los sucesos políticos de su época. Electo diputado al Congreso de Tucumán, fue defensor del proyecto de monarquía constitucional. De destacada actuación en el mismo, juró la Independencia de 9 de Julio de 1816. Fue un jurista de relieve que culminó su carrera como ministro de la Suprema Corte de Justicia de Bolivia. JOSÉ ANDRÉS PACHECO DE MELO (Potosí) Nació en Salta en 1779, falleció en Buenos Aires en 1833. Estudió teología en Córdoba y fue cura de campaña en Potosí, por la que representó en el Congreso de Tucumán en 1816. Fue compañero de escuela de Güemes, con quien mantuvo una sólida relación toda su vida, apoyándolo en su lucha armada contra el poder realista. En Tucumán fue partidario del sistema monárquico y, al redactarse el proyecto de Constitución Nacional, impulsó que se consignara enfáticamente la igualdad de derechos y dignidad de los indios y los demás ciudadanos y serían todos regidos por las mismas leyes. PEDRO IGNACIO DE RIVERA (Cochabamba) Nació en Mizque, Cochabamba, en 1753, falleció en Buenos Aires en 1833. Se recibió de abogado en Charcas y en las milicias alcanzó un alto grado. Actuó en el movimiento revolucionario de Chuquisaca de 1809 por lo que fue perseguido por los realistas. Al regresar a su ciudad fue elegido diputado a la Asamblea de 1813 y luego al Congreso de Tucumán. Por ser el Congresal de mayor edad, debió tomar juramento a su primer Presidente. En el Congreso fue partidario del sistema monárquico. Fue un permanente precursor y colaborador de los ejércitos revolucionarios. Clausurado el Congreso en 1819, quedó en Buenos Aires ejerciendo su profesión de abogado.
MARIANO SÁNCHEZ DE LORIA (Charcas) Nació en Charcas en 1774, falleció en Puno en 1842. Se doctoró en jurisprudencia en la Universidad de su tierra natal, participó activamente en la revolución del Alto Perú de 1809. Brillante orador, fue designado Diputado al Congreso de Tucumán, perteneciendo al mismo luego de su traslado a Buenos Aires en 1817 y hasta terminar su mandato. Después de enviudar regresó a su tierra, renunció a todos sus bienes e ingresó al sacerdocio llegando a ser canónigo de la Catedral de Charcas, donde desde su histórico púlpito revivió sus famosas arengas patrióticas. JOSÉ MARIANO SERRANO (Charcas) Nació en Charcas en 1788, falleció allí en 1851. Se doctoró en jurisprudencia en la Universidad de su tierra. Estaba radicado en Tucumán cuando sus paisanos lo designaron su representante de la Asamblea de 1813. De allí continuó como Diputado al Congreso de Tucumán donde fue su primer Secretario, cargo compartido con Juan José Paso. No estuvo de acuerdo con la idea de los otros Congresales del Alto Perú que propiciaban un sistema monárquico ejercido por la dinastía incaica. Fue quien propuso que los documentos de la declaración de la independencia fuesen escritos también en los idiomas Aimara y Quechua. Al pronunciarse la Independencia de Bolivia fue quien presidió la Asamblea que declara la existencia de la nueva república. Cuando se retiró presidía la Suprema Corte de Justicia. En 1841 ejerció la primera Magistratura de su país. Antes en Argentina había sido colaborador del gobernador Aráoz en Tucumán y del General Arenales en Salta.
DIPUTADOS POR BUENOS AIRES TOMÁS MANUEL DE ANCHORENA Nació en Buenos Aires en 1783. Falleció en su ciudad natal en 1847. Perteneciente a una distinguida familia porteña estudió abogacía en Charcas. Regresó luego de la Revolución de Mayo como colaborador del General Belgrano. Fue elegido diputado del Congreso de Tucumán oponiéndose al proyecto monárquico, donde expuso ideas adversas y bien fundamentadas por las características de nuestro territorio. Con el correr del tiempo permaneció en Buenos Aires, llegando ser Ministro de Juan Manuel de Rosas. JOSÉ DARREGUEYRA Y LUGO Nació en Lima en 1770. Falleció en Buenos Aires en 1817. De niño vivió en Buenos Aires, volviendo a Perú para graduarse en Charcas de abogado. Fue revolucionario de Mayo de 1810 participando del grupo de agitadores llamados “chisperos” y luego funcionario de la Primera Junta como redactor de la “Gaceta”. Era miembro del Poder Judicial cuando lo designaron congresal en Tucumán. Desde el comienzo de las sesiones fue un activo impulsor de la inmediata declaración de independencia. Enfermó poco después de la jura regresando a Buenos Aires en 1817 con el traslado del Congreso a esa ciudad. Fallece a poco de llegar seguramente con motivo del agotamiento causado por el viaje. Fue la primera y lamentable baja de Tucumán a los 47 años de edad. ESTEBAN AGUSTÍN GASCÓN Nació en Oruro (Alto Perú) en 1764, falleció en Buenos Aires en 1824. Se doctoró en derecho en la Universidad de Charcas siendo uno de los promotores de la Revolución de 1809. Por el apoyo que proporcionó al Ejército del Norte antes de la Batalla de Salta, el General Belgrano lo designó Gobernador de esa provincia. Tras las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma se radicó en Buenos Aires, donde vivió en su niñez. A pesar de no ser porteño fue designado diputado por esa ciudad al Congreso de Tucumán donde tuvo una brillante actuación en temas claves para el futuro de la organización nacional. Luego de la jura de la independencia, el Director Supremo Pueyrredón lo designó titular de la cartera de Hacienda creando entonces la primera institución crediticia denominada “Caja de Fondos de Sudamérica”. Al concluir con la actuación pública se dedicó al ejercicio de su profesión hasta su muerte.
PEDRO MEDRANO Nació en Buenos Aires en 1760. Falleció en la misma ciudad en 1840. Cursó sus estudios secundarios en el Colegio Montserrat en Córdoba, doctorándose en leyes en la Universidad de Charcas. Regresó a Buenos Aires para dedicarse al ejercicio de su profesión. Adhirió de inmediato a la causa de Mayo siendo designado para una Fiscalía. Junto con los conjueces Sáenz, Gascón y Anchorena fue uno de los autores del Estatuto Provisional para la Dirección y Administración del Estado. Luego fue elegido representante ante el Congreso de Tucumán, ocupando la presidencia provisional al iniciar sus sesiones el 24 de marzo de 1816. Luego de la jura de la independencia el 9 de julio, propuso el agregado de “y toda otra denominación extranjera” a continuación de “sus sucesores y metrópoli” en el Acta fundacional de nuestra patria. Al trasladarse el Congreso a Buenos Aires ocupó funciones políticas alineadas al Gobernador Rosas. Era hermano del Obispo Mariano Medrano, de distinguida actuación episcopal y política. JUAN JOSÉ PASO Nació en Buenos Aires en 1778 y murió en la misma ciudad en 1833. Por su actuación política significó la figura más emblemática que concurrió al Congreso de Tucumán ya que fue el único representante que participó en todos los cuerpos colegiados desde la Revolución de Mayo donde se inicia como secretario de la Primera Junta de Gobierno. Continúa en la Junta Grande, y posteriormente se desempeña como miembro del Primero y Segundo Triunviratos subsiguientes. El 22 de mayo fijó su ponencia de que la revolución no era una gestación propia de Buenos Aires sino que asumía la representación de todas las provincias en su calidad de hermana mayor hasta que las mismas pudieran enviar sus representantes. Estudió abogacía en Córdoba, doctorándose después en Charcas y en Lima. Su experiencia de hombre de leyes y su probidad profesional le dieron un inmenso prestigio en las instituciones que contaron con su presencia. Hombre indispensable en todos los gobiernos, diplomático en las más conflictivas misiones, gobernante y consejero. Confiaba en el porvenir de la patria y a ella le dedicó su vida y su ilustración.
FRAY CAYETANO RODRÍGUEZ Nació en San Pedro (Buenos Aires) en 1758, ingresó a la orden franciscana en 1777 y falleció en Buenos Aires en 1823. Se inicia en el convento franciscano de su pueblo, luego continúa en Buenos Aires como novicio y concluye con su ordenación sacerdotal en Córdoba. Regresa a Buenos Aires donde se consagra al magisterio y al ministerio de su orden. Fue maestro de Mariano Moreno y su gran admirador. Activo colaborador de la Revolución de Mayo en el terreno del pensamiento por lo que fue designado como primer bibliotecario. En 1813 fue elegido diputado por Buenos Aires a la Asamblea Constituyente que le encarga la tarea de ser su “redactor”. Junto con Vicente López y Planes fue requerido por su condición de poeta de fama para escribir los versos del Himno Nacional, proyecto al que renunció como acto de grandeza al leer las estrofas de los “Eternos Laureles” escrito por su colega. Finalizada la tarea de la Asamblea de 1813 fue nuevamente elegido como congresal en Tucumán donde también se le da la tarea de ser el “redactor del Congreso”, gracias a cuya incansable pluma la Nación goza de todos los diarios de sesiones y actividades del histórico cuerpo colegiado. Fue un brillante orador que se destacó por sus inolvidables actuaciones llenas de talento y probidad. Por todas sus virtudes la patria le debe un reconocimiento eterno. ANTONIO SÁENZ Nació en Buenos Aires en 1780. Fallece en la misma ciudad en 1825. Se doctora en Teología y Leyes en la Universidad de Charcas obteniendo a sus 21 años su título de abogado. Como religioso fue secretario capitular del cabildo eclesiástico, cargo que concluye por injusta resolución del conflictivo Obispo Lué. Tuvo activa participación en la Revolución de Mayo. Posteriormente representó a San Luis en la Asamblea del año 13 y a su término fue elegido por Buenos Aires como diputado al Congreso de Tucumán. Entre sus iniciativas estuvo la de dar al Estado un Director Supremo y una diversa cantidad de temas inherentes a la Constitución que regiría los destinos del nuevo estado a partir de la urgente proclamación de su independencia. Terminado su mandato tuvo el privilegio de ser el organizador, fundador y primer Rector de la Universidad de Buenos Aires en agosto de 1821, bajo el gobierno del General Martín Rodríguez siendo entonces su ministro de gobierno Bernardino Rivadavia. Falleció muy joven, a los 45 años de edad, cuando la patria tanto esperaba de su talento.
DIPUTADOS POR CATAMARCA MANUEL ANTONIO ACEVEDO Nació en Salta en 1770. Falleció en Buenos Aires en 1825. Luego de su ordenación sacerdotal en Córdoba continuó como cura párroco de Belén (Catamarca) hasta que fue designado por esa provincia como diputado en el Congreso de Tucumán. En esa misma ciudad tuvo el privilegio de celebrar la misa de la ceremonia inaugural donde pronunció la memorable oración patriótica. Su actuación estuvo signada por su posición de adoptar un sistema de gobierno monárquico-incaico para la nueva nación, en consonancia con los diputados del Alto Perú. Terminada su actividad en el año 1819, fue elegido nuevamente diputado para el Congreso Constituyente de 1824, donde lo sorprende la muerte. JOSÉ EUSEBIO COLOMBRES Nació en Tucumán en 1778. Muere en 1859 en la misma ciudad. Estudió en la Universidad de Córdoba donde se doctora en derecho canónico y se ordena sacerdote. Fue un entusiasta adherente de la Revolución de Mayo. Designado cura párroco en Piedra Blanca (Catamarca), fue elegido representante por esa provincia al Congreso de Tucumán donde además ejerció su ministerio sacerdotal. También fue propulsor del cultivo de la caña de azúcar transformándose en el pionero de dicha industria: puso en marcha diez ingenios. Participó activamente de los avatares políticos a partir de la anarquía del año 20 y sufrió su destierro. De regreso a Tucumán, el gobierno de la Confederación lo propone para ocupar el cargo de Obispo, al que no puede acceder por su fallecimiento a los 80 años de edad.
DIPUTADOS POR CÓRDOBA JOSÉ ANTONIO CABRERA Nació en Córdoba en 1768 y muere en la misma ciudad en 1820. Descendiente del fundador de Córdoba estudió abogacía en su Universidad, graduándose como licenciado en Derecho. En los prolegómenos de la Revolución de Mayo prestó con sus familiares abierto apoyo a la causa, vinculándose a notables personalidades como Pérez Bulnes y el Deán Funes. Pese a sus contactos con la línea de Artigas por la cual Santa Fe y las provincias del Litoral no concurren al Congreso de Tucumán, Cabrera fue designado representante por Córdoba junto con del Corro, Pérez Bulnes y Salguero por impulso del gobernador José Javier Díaz. Ya en el Congreso, debido a su tendencia artiguista, fue protagonista de discordancias que culminaron después de la jura que suscribieron todos los cordobeses, con el alejamiento de sus bancas, cuando éste se trasladó a Buenos Aires. Luego de esos episodios se retiró a su actividad privada y profesional hasta su fallecimiento en su Córdoba natal. MIGUEL CALIXTO DEL CORRO Nació en Córdoba en 1775, falleció en la misma ciudad en 1851. Cursó estudios en la universidad local graduándose de Doctor en Teología. Ejerció su actividad clerical y catedrática en el Obispado de esa Diócesis. Fue precursor de las ideas de la Independencia haciendo propaganda que alarmó al gobernador Gutiérrez de la Concha. Después de la Revolución de Mayo actúa activamente en la causa de la libertad siendo elegido diputado ante el Congreso de Tucumán en sustitución del Deán Funes que había renunciado. Inició sus actividades con su inauguración del 24 de marzo pero a los pocos días fue comisionado para resolver un entredicho con Artigas y otros asuntos que le impidieron estar presente para suscribir el Acta de la Independencia el 9 de julio de 1816. Retirado del Congreso regresó a Córdoba ocupándose en dos oportunidades del prestigioso cargo de Rector de la Universidad. Luego continuó con su cátedra y contracción a su ministerio religioso hasta que por su ceguera debió limitarse a sus sermones y panegíricos de las principales festividades de la Iglesia y a la sagrada oración hasta su muerte.
EDUARDO PÉREZ BULNES Nació en Córdoba en 1785, falleció en la misma ciudad en 1851. Su familia estaba emparentada con el general chileno Manuel Bulnes, presidente de esa república hermana entre 1841 y 1850. Cuando se produce la Revolución de Mayo inicia su actividad pública incorporándose a un regimiento de milicias formado para apoyar el movimiento producido en Buenos Aires ya que en Córdoba halló tropiezos para su adhesión por estar radicados en la misma Liniers y otras figuras emblemáticas que apoyaban a la monarquía española. Luego de los lamentables sucesos del fusilamiento, Córdoba se alista con fervor en la causa de Mayo. Ante el llamado a enviar representantes al Congreso de Tucumán es designado diputado. Inicia su actividad en la primera sesión y jura el 9 de Julio la independencia pese a mostrar serias desobediencias por su adhesión a la política de Artigas. Termina su mandato por la disposición del traslado del Congreso a Buenos Aires. A continuación tiene una activa participación en las luchas internas adhiriendo al general Paz que derrota al Gobernador Bustos y luego, al ser hecho prisionero su jefe supremo, Pérez Bulnes desaparece del escenario hasta su muerte. LUIS GERÓNIMO SALGUERO DE CABRERA Y CABRERA Nació en Córdoba en 1763, falleció en Chuquisaca en 1840. Al igual que el congresal José Antonio Cabrera también era descendiente del fundador de Córdoba. Ingresó al Colegio Montserrat prosiguiendo luego Derecho Civil en la Universidad de Córdoba donde egresó como licenciado. Fue partidario de la Revolución de Mayo actuando en la política local. Al asumir el gobierno provincial el coronel José Javier Díaz, de raíz hondamente artiguista, colabora asumiendo la cartera de Hacienda. En 1816 deja su cargo para incorporarse al Congreso de Tucumán como uno de los cuatro representantes por esa provincia, donde funcionaba desde 1621 la famosa Universidad de San Carlos. Cuando se produce el traslado del Congreso a Buenos Aires, Salguero fue el único cordobés que acompañó la medida. Al finalizar su mandato se reintegra a su provincia como legislador. Luego de otras funciones públicas, por controversias con el gobernador López Quebracho se radica en Chuquisaca donde termina sus días.
DIPUTADOS POR CUYO FRANCISCO NARCISO DE LAPRIDA (SAN JUAN) Nació en San Juan en 1786. Falleció en 1829. Estudió en Buenos Aires y se graduó de abogado en la Universidad San Felipe de Santiago de Chile. Fue legislador, ministro y gobernador. Retirado de su provincia natal fue designado representante ante el Congreso de Tucumán junto con Fray Justo Santa María de Oro. Le cupo el privilegio único e irreversible de ser su Presidente el 9 de julio de 1816 cuando se declara nuestra independencia, teniendo entonces sólo 30 años de edad. Al igual que todos los diputados por Cuyo, era un leal intérprete de los objetivos de su gobernador el general San Martín, que se encontraba en Mendoza organizando el Ejército de los Andes, con el gran proyecto de cruzar la cordillera en el próximo verano en calidad de jefe del Ejército de un país soberano. Finalizada su actividad en el Congreso se radicó en Buenos Aires ejerciendo su profesión y ocupando distintas funciones. Regresó a San Juan cuando se desarrollaban las luchas internas y su ciudad se veía amenazada por las invasiones de los hermanos Aldao y Facundo Quiroga. Se incorpora entonces con el grado de cabo a un batallón de voluntarios llamado “El Batallón del Orden”. En un enfrentamiento llamado “Del Pilar” cerca de Mendoza, es herido a degüello víctima de la montonera en septiembre de 1829 -a los 42 años de edad- y su cadáver jamás encontrado. Así murió Laprida, creyendo en la posibilidad de construir una patria libre, ignorando tal vez la magnitud de su propia grandeza. FRAY JUSTO SANTAMARÍA DE ORO (SAN JUAN) Nació en San Juan en 1772 y falleció allí mismo en 1836. A los 17 años se vinculó a la orden dominicana y se trasladó a Chile donde cursó sus estudios teológicos. Viaja a Europa en misión oficial de la orden y allí lo sorprenden los movimientos revolucionarios de América del Sur. Se dice que allí lo conoce a San Martín. Luego regresa a Chile y por desavenencias políticas debe refugiarse en San Juan. Allí se reencuentra con el entonces Gobernador de Cuyo que prepara silenciosamente la gran empresa continental. Cuando se produce el llamado para el Congreso de Tucumán, acompaña a Laprida como Diputado. Por su actuación puede decirse que salva la república en aquellas horas mediante su firme determinación de rechazar cualquier intento de adoptar, luego de proclamada la Independencia, un sistema monárquico, que contaba con los auspicios de una gran mayoría, incluso apoyada por el mismo Belgrano. Es entonces cuando el fraile esclarecido pronuncia aquellas palabras que ha recogido la historia. Sin exaltarse exterioriza
su gran convicción republicana. Para su juicio, la monarquía no es para estas tierras de América ni se adapta a las ideas ni a los sentimientos de sus hijos que él tanto conoce y humildemente concluye que si el Congreso adopta la forma monárquica sin consultar previamente a los pueblos, pedía permiso para retirarse. Esta resolución en un hombre de tanto prestigio conmueve a los diputados que declinan su postura. La personalidad de Oro se agranda ante su pueblo y la historia. En los años que siguen hasta su muerte en 1836, realiza infinidad de obras patriótico- religiosas motivado en los primeros tiempos por su gran pasión sanmartiniana. En 1830 se lo consagra Obispo de San Juan constituyéndose en el primer Obispo de San Juan y el primer Obispo Diocesano de Cuyo. TOMÁS GODOY CRUZ (MENDOZA) Nació en Mendoza en 1791 y falleció en la misma en 1852. Estudió en la Universidad de San Felipe en Santiago de Chile donde se graduó de Bachiller, en Sagrados Cánones y en Leyes. Regresa a Mendoza donde trabaja en su profesión y en el comercio. Al tener que enviar representantes por esa provincia al Congreso de Tucumán es designado diputado siendo el más joven entre sus colegas con sólo 25 años. Antes, al ser nombrado San Martín gobernador intendente de Cuyo, Godoy Cruz fue un infatigable y leal amigo. Prestó amplia ayuda para el equipamiento del Ejército de los Andes cediendo su casa para establecer allí una fábrica de pólvora. En el Congreso actuó en debates importantes manteniendo una comunicación permanente con San Martín quien le insistía en lograr lo antes posible la declaración de la independencia. ¿Hasta cuándo esperamos esa declaración? El General le preguntaba y Godoy Cruz le respondía que esa declaración “no es soplar y hacer botella”. A lo que nuevamente el Libertador le contesta “es más fácil declarar la independencia que el que haya algún americano que haga una sola botella”. Ese era el tenor del diálogo y la confianza entre esos dos grandes hombres. Al finalizar su mandato regresó a Mendoza y en 1820 fue elegido gobernador. Preocupado por el desarrollo de la industria y el comercio prestó especial atención a la instrucción pública, a la reunión de un Congreso General propuesto por Buenos Aires, a la formación de un ejército, las relaciones exteriores. Debió enfrentar la montonera del caudillo chileno Carrera. Fue historiador, industrial vitivinícola. Forma una biblioteca de 2.000 volúmenes que le obsequió San Martín desde Lima. Su vida fue ejemplar. Su acendrado patriotismo, sus relevantes cualidades y sus eminentes servicios rendidos a la República Argentina lo hacen merecedor de veneración y gratitud de todos sus ciudadanos.
JUAN AGUSTÍN MAZA (MENDOZA) Nació en 1784 en Mendoza, murió en Chancay en 1830. Cursó sus estudios en Mendoza prosiguiéndolos en la Universidad de San Felipe de Santiago de Chile donde egresó como Doctor en Derecho. De regreso a Mendoza el anuncio del movimiento de Mayo lo impulsó a la vida pública celebrando fervorosamente la Revolución. Con la presencia de San Martín entregó sus bienes y esfuerzo a la causa libertadora. Convocado el Congreso de Tucumán fue elegido diputado por ser junto con Godoy Cruz y los sanjuaninos Laprida y Oro uno de los hombres más notables de Cuyo. Este grupo cuyano representaba en el Congreso a los más firmes sostenedores e intérpretes de San Martín que reclamaba la independencia como base de su cruzada emancipadora. Firmó el 9 de julio junto con sus colegas el acta de la declaración sagrada. Regresó a su provincia en 1818, dedicándose a la cátedra de jurisprudencia en el colegio de la Santísima Trinidad y a su profesión. Simultáneamente tuvo actividad política y profesional llegando a ser presidente de la Junta de Representantes de su provincia. En 1830 se produjo una invasión de la provincia por las fuerzas unitarias al mando del Coronel Videla Castillo. Ante esa circunstancia el gobernador y otros funcionarios entre los cuales se encontraba Maza, huyen a la campaña. En una situación poco clara son rodeados por los indios en el paraje denominado Chancay y todos asesinados, entre ellos Maza en un trágico final bastante parecido, por su brutalidad, al soportado por su colega por San Juan, Francisco Narciso Laprida solo diez meses atrás, si bien en filas políticas distintas. JUAN MARTÍN DE PUEYRREDÓN (LA PUNTA DE LOS VENADOS, SAN LUIS) Nació en Buenos Aires en 1777. Muere en Buenos Aires en 1850 en San Isidro. Pertenece a una familia patricia donde los 5 hermanos varones fueron militares, incluso el sacerdote Feliciano. Estudió en París, regresando en 1805. Tiene destacada actuación en las invasiones inglesas donde arma una fuerza militar de su propio peculio denominada con la posteridad Húsares de Pueyrredón. A partir de entonces se transforma en figura indispensable para asumir situaciones políticas graves. Tras expulsar a los ingleses es enviado a España como embajador de la victoria. Regresa con la Revolución de Mayo y es designado para reemplazar al gobernador Gutiérrez de la Concha, recientemente sentenciado junto con Liniers, Allende y otros. Luego del triunfo de Suipacha es destinado al Alto Perú como presidente de la Real Audiencia de Charcas. Luego asume brevemente un lugar en el Primer Triunvirato, oportunidad cuando arriba San Martín a estas tierras en 1812. Con su relevo por influencia de San Martín es confinado en San Luis donde en
una histórica reivindicación el entonces gobernador de Cuyo lo designa congresal ante el Congreso de Tucumán, cargo que abandona cuando el 3 de mayo en el primer acto trascendente de Congreso es designado Director Supremo de la Nación. Por ese motivo junto con Del Corro, estuvo ausente el 9 de julio no pudiendo entonces firmar el Acta Inmortal. Es indudable que accede a tan elevado cargo por la disimulada pero eficaz influencia de San Martín, gobernador de Cuyo, que se encontraba allí para iniciar su plan estratégico continental en el verano de 1817 cruzando la Cordillera con el flamante Ejército de los Andes. Para ello nuestra patria debía ser independiente y soberana, objetivo que se logra el 9 de julio de 1816. Lo subsiguiente era la organización del ejército y su logística que quedaba a cargo del poder político en manos de Pueyrredon, que duró en el cargo hasta 1819, oportunidad en que el Congreso trasladado desde 1817 a Buenos Aires termina sus sesiones, aprueba y jura la Constitución que jamás entró en vigencia por las luchas intestinas generadas por la anarquía de 1820.
DIPUTADO POR JUJUY TEODORO SÁNCHEZ DE BUSTAMANTE Nació en Jujuy en 1778. Murió en Santa Cruz de la Sierra en 1851. Estudió abogacía en la Universidad de Charcas participando activamente del movimiento revolucionario de 1809. Producida la Revolución de Mayo de 1810 en Buenos Aires y posteriormente invadidas las provincias del norte por el ejército realista, regresa a Jujuy donde establece estrechas relaciones con Belgrano, quien lo nombra auditor del Ejército Auxiliar del Alto Perú. San Martín y Rondeau lo mantuvieron en el cargo en sus sucesivas jefaturas. Electo por la provincia de Jujuy, se incorpora al Congreso de Tucumán al inicio de sus sesiones participando de la histórica jornada del 9 de julio donde firma el Acta de nuestra Independencia. Continuó en su banca con el traslado a Buenos Aires. Fue partidario de la monarquía y tuvo relaciones dificultosas con el General Güemes, que actuaba exitosamente en la jurisdicción de su provincia. Ante la anarquía y la guerra civil que se implanta en nuestro territorio, emigra a Bolivia para no caer víctima de las persecuciones y atropellos que sufrieron los patriotas más distinguidos. Lo sorprende la muerte cuando se desempeñaba como Director del Colegio Mayor de Santa Cruz de la Sierra. DIPUTADO POR LA RIOJA PEDRO IGNACIO DE CASTRO BARROS Nació en La Rioja, en el pueblo de Chuquis (que actualmente lleva su nombre) en 1777. Falleció en Santiago de Chile en 1849. Se doctoró en teología y derecho en la Universidad de Córdoba donde también se ordena sacerdote. Ejerce sus actividades intelectuales y pastorales en Córdoba y La Rioja. Cuando se produce la Revolución de Mayo adhiere con gran entusiasmo patriótico. Su provincia lo designa como representante a la Asamblea de 1813 y posteriormente congresal a Tucumán donde tiene una destacadísima actuación por su personalidad rigurosa y descollante gracias a sus virtudes morales e intelectuales y a la forma de su elocuencia. Le tocó ser Presidente del Congreso cuando se designó al diputado Pueyrredón como Director Supremo a quien le tomó juramento. Al declararse la independencia el 9 de julio de 1816 se lo designó para pronunciar en el templo la oración celebratoria. Terminada su tarea en el Congreso realizó numerosas actividades tanto intelectuales como pastorales. La Universidad de Córdoba lo designó Rector en dos oportunidades. Las luchas intestinas de las cuales ningún patriota escapó, lo sometieron a la cárcel y al exilio tanto en Uruguay como en Chile donde formó parte de los claustros de la Universidad de San Felipe cuando lo sorprendió la muerte.
DIPUTADOS POR SALTA JOSÉ IGNACIO GORRITI Nació en Jujuy en 1770, falleció en Chuquisaca en 1835. Perteneciente a una acaudalada familia jujeña, cursó estudios junto con su hermano Juan Ignacio en el Colegio Montserrat de Córdoba. Terminado su ciclo allí se traslada a la Universidad de Charcas graduándose de abogado a los 20 años de edad. La inesperada muerte de su padre lo obliga a regresar a su provincia para atender los intereses familiares. La presencia de los primeros ejércitos de la Revolución que cruzaban por su campo le ofreció la posibilidad de iniciar una acción patriótica honerosa y valiente ofreciendo sus bienes a la causa de la libertad. Organizó una partida de baqueanos que denominó “Patriotas Decididos” que se incorporaron al ejército de Belgrano y a las huestes de Güemes. Actuó en las Batallas de Las Piedras, Tucumán y Salta. Por sus antecedentes y patriotismo, Salta lo eligió diputado al Congreso de Tucumán en donde le cupo una actuación brillante. Fue impulsor de una forma de gobierno monárquica pues coincidía con Belgrano en que era la más aconsejable para el país en esa circunstancia, ya que resultaba políticamente mejor la idea de llamar a ocupar el trono a un príncipe Inca para atraer indios a la causa de la Revolución. A mediados de 1817 renunció al Congreso porque creía que sus servicios serían más útiles al país luchando militarmente al lado de Güemes, a quien lo ligaba una gran amistad y comunión de objetivos. Al ser invadida su provincia por el ejército español salió en persona a resistirlo y con su heroísmo singular logró rendir toda la vanguardia enemiga incluyendo a su jefe, por lo que se transformó en militar. Ocupó dos veces el cargo de gobernador de Salta. Su gestión sujeta a las exigencias de la guerra fue realmente ejemplar. Las luchas internas lo obligan a Gorriti a emigrar a Bolivia donde muere en Chuquisaca en un estado de absoluta pobreza pero rico por el legado de su nombre. MARIANO BOEDO Nació en 1782 en Salta. Falleció en Buenos Aires en 1819. Estudió abogacía en la Universidad de Charcas y en 1804 fue secretario de la Real Audiencia. Fue condiscípulo de Mariano Moreno. En 1810 apoya con fervor la Revolución de Mayo. Participó activamente en el teatro de operaciones militares establecido en su provincia por lo cual Belgrano al retirarse de Tucumán le encomendó el gobierno y la tesorería de la Ciudad de Salta con el encargo de proteger la inmigración. En 1815 al ser nombrado el General Güemes gobernador de la provincia de Salta, lo designó su representante para solucionar litigios con la provincia de Jujuy cuando el enemigo
español amenazaba invadir por tercera vez el territorio de las Provincias Unidas. Boedo terminó exitosamente su misión, luego fue elegido diputado junto con Gorriti al Congreso de Tucumán actuando como su vicepresidente el 9 de julio. Su tarea fue brillante con participación en históricos debates. Trasladando su asiento a Buenos Aires e impedido de regresar a Salta porque su salud no le permitía recorrer las 300 leguas en carreta, queda en esa ciudad donde fallece a los 37 años. La patria sufrió una lamentable pérdida por todo lo que prometía en su bien. DIPUTADOS POR SANTIAGO DEL ESTERO PEDRO LEÓN GALLO Nació en Santiago del Estero en 1779, falleció en Tucumán en 1862. Estudió en el Colegio Montserrat de Córdoba hasta ordenarse sacerdote obteniendo además su título de maestro de filosofía. De regreso a su provincia ejerce el sacerdocio en el curato de Loreto junto al párroco doctor Uriarte, compañero después de banca en el Congreso de Tucumán. Desde el principio de la Revolución de Mayo participó de sus ideales y principios. Hombre de inteligencia, luminoso y brillante orador. El 9 de julio firmó el Acta de la Independencia. Luego de terminadas las sesiones y de regreso a su provincia participó en los interminables conflictos que se produjeron allí con suerte a veces azarosa. En 1838 quedó a cargo del gobierno de la diócesis de Santiago. Poco antes de morir se retiró a la ciudad de Tucumán dejando para la posteridad un ejemplar recuerdo. PEDRO FRANCISCO DE URIARTE Nació en Santiago del Estero en 1758, falleció en Loreto en la misma provincia en 1839. Se ordenó presbítero y doctor en Cánones en la Universidad de Santiago de Chile. En 1787 hallándose en Buenos Aires se incorpora a la orden franciscana. Al crear el curato de Loreto en su provincia natal fue nombrado su primer cura, cargo que ocupó durante toda su vida por espacio de más de medio siglo. Al producirse la Revolución de Mayo fue designado para representar a su provincia en la Junta Grande. Luego, con la instalación del Congreso de Tucumán fue elegido diputado junto con Gallo. Acompaña su traslado a Buenos Aires hasta su disolución en 1820. Luego de haber participado activa y eficientemente durante toda su labor regresa a Santiago donde participa de las luchas internas. Uriarte murió con avanzada edad, fue un sacerdote, legislador y educador distinguido, serio, severo, de vida austera, bondadosa, generosa y patriota.
DIPUTADOS POR TUCUMÁN JOSÉ IGNACIO THAMES Nació en Córdoba en 1761, falleció en Tucumán en 1832. Cursó sus estudios en su ciudad natal egresando de la Universidad doctorado en derecho y teología en 1784. Como presbítero, el doctor Thames pasó a ejercer su ministerio en Tucumán y posteriormente en Salta, en cuya catedral ocupó la dignidad de canónigo. En 1816 fue designado por Tucumán como diputado en el Congreso que allí mismo se inauguraba junto con el presbítero Pedro Miguel Aráoz. Su actuación fue descollante multiplicada por su situación de dueños de casa ante todos sus colegas. Juró el 9 de julio manteniendo una posición monárquica. Trasladado el organismo a Buenos Aires acompañó su desplazamiento hasta su renuncia a fines de 1818. De regreso fue diputado en la provincia durante el gobierno de Bernabé Aráoz. Se dedicó activamente a solucionar el conflicto con Santiago del Estero y a preparar los medios de defensa ante la guerra civil que estalló entre esas dos provincias. Luego se retiró a la vida pastoral y privada hasta su muerte. Se lo cuenta entre los hombre más probos y patriotas de nuestra historia. PEDRO MIGUEL ARÁOZ Nació en 1759. Se doctora en teología en la Universidad de Córdoba en 1782. Perteneciente a una tradicional familia tucumana, el apellido Aráoz figura en los hechos culminantes de la historia colonial. Era sobrino del General Aráoz de Lamadrid y del gobernador Dr. Benjamín Aráoz. Luego de doctorarse en Córdoba dictó filosofía en el Colegio Carolino de Buenos Aires regresando a su tierra para ejercer su ministerio sacerdotal en la Catedral de Tucumán. Conquistó prestigio por sus dotes oratorias. Su llegada coincide con la Revolución de Mayo cuya causa abrazó con fervor. Al arribo de la primera expedición del Ejército Auxiliar del Alto Perú bajo el mando de González Balcarce, le prestó firme colaboración. Luego, con el mando de Belgrano, fue uno de los que contribuyeron a sostener una expedición con el aporte de hombres, armas, ganado y múltiples elementos para incrementar la capacidad de su ejército. Lo hizo junto con sus hermanos Bernabé y Diego. Fue uno de los impulsores de la desobediencia de Belgrano a continuar con su repliegue hacia el interior y en lugar de ello, mantener su posición para librar su triunfal batalla el 24 de septiembre de 1812, que cambió el curso de nuestra historia. Nombrado el Dr. Aráoz capellán de la milicia de los Dragones Tucumanos, acompaña a su regimiento en la Batalla de Salta el 20 de febrero de 1813, mereciendo que el General
Belgrano lo recordase especialmente en el parte de Batalla. Posteriormente fue designado ante el Congreso de 1816 donde con Thames, además de su labor legislativa, debieron actuar de anfitriones ante sus distinguidos colegas. El 9 de julio firma el Acta de la Independencia. Trasladado en 1817 a Buenos Aires, renuncia definitivamente a fines de 1818. Regresa a su provincia para participar activamente de la vida política redactando el periódico denominado el “Tucumano Imparcial”. La desgraciada guerra civil desatada durante el año 20, donde Tucumán entró en guerra con Salta y luego con Santiago del Estero, provocó situaciones lamentables entre las que cabe mencionar el derrocamiento y muerte del gobernador, su hermano Bernabé. Falleció en 1832. La presente nota es una colaboración de autoría del asociado Cnl (R) Arístides Bracamonte
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