LOS HOMBRES QUE DECLARARON NUESTRA INDEPENDENCIA EL 9 DE JULIO DE 1816

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LOS HOMBRES QUE DECLARARON NUESTRA INDEPENDENCIA EL 9 DE JULIO DE 1816
LOS HOMBRES QUE DECLARARON NUESTRA
         INDEPENDENCIA EL 9 DE JULIO DE 1816

     Nuestra    patria existía desde el fondo de la colonia. Nació
oficialmente el 25 de mayo de 1810 con la instalación de la Primera Junta
de Gobierno y obtuvo su carta de ciudadanía el 9 de julio de 1816 cuando
desde el Congreso de Tucumán los representantes de las Provincias
Unidas en Sud América, mediante la firma del Acta de la Independencia,
le otorgaron su partida de nacimiento. Cabe entonces, reflexionar sobre
quiénes fueron aquellos hombres que el polvo de los tiempos casi ha
sepultado injustamente en el olvido.

      Sus nombres desde entonces han tenido una evocación permanente
mediante la designación de calles y lugares salientes en todos nuestros
pueblos y ciudades. Pero no basta con eso. Pocos de nuestros ciudadanos
tienen idea de quiénes fueron los portadores de esos nombres y la
gigantesca trascendencia que han tenido en la construcción de los
cimientos de nuestra nacionalidad.

      Esta publicación tiene como objetivo, además del homenaje que
aquellos congresales eternamente se merecen, evocar a todos y cada uno
de ellos mediante una pincelada de su figura, de su persona, o de algún
rasgo saliente de su obra para mantener eternamente vivo su recuerdo.

      El historiador Enrique de Gandia en una publicación de julio de 1941
del Diario La Nación, entre otras cosas dice: “Los hombres de Tucumán
aparecen en su mayoría con frecuencia olvidados en la historia argentina.
Ellos dieron nacimiento a nuestra patria. La posteridad en vez de grabar
sus nombres con letras de oro sobre una placa inmensa los ha envuelto
en injusta ignorancia. Su memoria hoy sobrevive por haber firmado el
Acta de la Independencia. Los libros de historia recuerdan sus nombres
en conjunto. Los historiadores han sido deslumbrados por el brillo del
Congreso en la hora augural de la declaración. La importancia de la obra
LOS HOMBRES QUE DECLARARON NUESTRA INDEPENDENCIA EL 9 DE JULIO DE 1816
hizo olvidar el mérito de los artífices. Cuando no se leen los documentos
originales es fácil equivocarse en la estimación del valor de aquellos
hombres. No debe olvidarse que todos ellos representaban la parte más
selecta de su provincia. Eran abogados, sacerdotes, de cultura amplia y
profunda formados en los claustros de maestros europeos. El nivel de las
universidades del nuevo mundo no era inferior a las del antiguo. Entre los
años 1750 y 1810 se imprimieron en las universidades de Chuquisaca,
Caracas, Chile y Córdoba más de cien mil tesis. Además las conquistas
liberales y constitucionales de Estados Unidos influían en los congresales.

       Los hombres de Tucumán eran muy jóvenes. Cuando la revolución
los llevó al Congreso eran los dirigentes del país, dueños de una amplia
cultura, conocedores de todas las doctrinas filosóficas y políticas de la
época, soñaron una patria grande y unida, pero las rivalidades y enconos
de la hora echaron al olvido los sueños de los veintinueve que juraron el 9
de julio y de los que no pudieron jurar. Mientras los generales llevaban la
libertad y esplendor de nuestras armas a otros territorios, las discordias se
encendían en el nuestro. Los hombres de Tucumán volvieron a sus
ciudades con una tristeza muy grande en el alma. Habían hecho una
patria que el odio y la incomprensión ensangrentaban.

     Unos se alejaron para siempre; los demás se arrojaron a la lucha
con la esperanza de salvar la unidad, la constitución, el derecho. Y así
murieron, sin haber alcanzado la recompensa y la gloria que la patria les
debe.”

 Bibliografía: Publicaciones de los diarios La Prensa y La Nación entre los
 años 1940 y 1966 del archivo de apuntes de Rogelio Bracamonte, padre
 del autor..
FIRMANTES DEL ACTA DE LA INDEPENDENCIA

                                  DIPUTADOS POR EL ALTO PERÚ

José Severo Malabia           José Andrés Pacheco de Melo                Pedro Ignacio de Rivera

             Mariano Sánchez de Loria                      José Mariano Serrano

                                  DIPUTADOS POR BUENOS AIRES

Tomás Manuel de Anchorena     José Darregueyra y Lugo                    Esteban Agustín Gascón

Pedro Medrano         Juan José Paso           Antonio Sáenz          Fray Cayetano J. Rodríguez

                                   DIPUTADOS POR CATAMARCA

                  Miguel Antonio Acevedo                    José Antonio Colombres

                                    DIPUTADOS POR TUCUMÁN

                  José Ignacio Thames                            Pedro Miguel Aráoz

                                    DIPUTADOS POR CÓRDOBA

                 Eduardo Perez Bulnes                            Gerónimo Salguero

                 José Antonio Cabrera                      Miguel Calixto del Corro *

                                        DIPUTADOS POR CUYO

                 Tomás Godoy Cruz                                 Juan Agustín Maza

                Francisco Narciso Laprida              Fray Justo Santa María de Oro

                                       DIPUTADO POR LA RIOJA

                                   Pedro Ignacio de Castro Barros

                                        DIPUTADO POR JUJUY

                                  Teodoro Sánchez de Bustamante

                        DIPUTADO POR SAN LUIS (LA PUNTA DEL VENADO)

                                    Juan Martín de Pueyrredón*

                                         (*) No firmaron el Acta por haber estado ausentes el 9 de julio
DIPUTADOS POR EL ALTO PERÚ
JOSÉ SEVERO MALABIA (Charcas)

                          Nació en Charcas en 1787, falleció en la misma ciudad en 1849.
                  Doctorado en jurisprudencia en la Universidad de San Francisco Javier
                  de Charcas, participó en el movimiento revolucionario de Chuquisaca
                  del 25 de mayo de 1809. Actuó de lleno en los sucesos políticos de su
                  época. Electo diputado al Congreso de Tucumán, fue defensor del
                  proyecto de monarquía constitucional. De destacada actuación en el
                  mismo, juró la Independencia de 9 de Julio de 1816. Fue un jurista de
                  relieve que culminó su carrera como ministro de la Suprema Corte de
                  Justicia de Bolivia.

                  JOSÉ ANDRÉS PACHECO DE MELO (Potosí)

                        Nació en Salta en 1779, falleció en Buenos Aires en 1833.
                 Estudió teología en Córdoba y fue cura de campaña en Potosí, por la
                 que representó en el Congreso de Tucumán en 1816. Fue compañero
                 de escuela de Güemes, con quien mantuvo una sólida relación toda su
                 vida, apoyándolo en su lucha armada contra el poder realista. En
                 Tucumán fue partidario del sistema monárquico y, al redactarse el
                 proyecto de Constitución Nacional, impulsó que se consignara
                 enfáticamente la igualdad de derechos y dignidad de los indios y los
                 demás ciudadanos y serían todos regidos por las mismas leyes.

                 PEDRO IGNACIO DE RIVERA (Cochabamba)

                         Nació en Mizque, Cochabamba, en 1753, falleció en Buenos
                  Aires en 1833. Se recibió de abogado en Charcas y en las milicias
                  alcanzó un alto grado. Actuó en el movimiento revolucionario de
                  Chuquisaca de 1809 por lo que fue perseguido por los realistas. Al
                  regresar a su ciudad fue elegido diputado a la Asamblea de 1813 y
                  luego al Congreso de Tucumán. Por ser el Congresal de mayor edad,
                  debió tomar juramento a su primer Presidente. En el Congreso fue
                  partidario del sistema monárquico. Fue un permanente precursor y
                  colaborador de los ejércitos revolucionarios. Clausurado el Congreso en
                  1819, quedó en Buenos Aires ejerciendo su profesión de abogado.
MARIANO SÁNCHEZ DE LORIA (Charcas)

                                Nació en Charcas en 1774, falleció en Puno en 1842. Se
                        doctoró en jurisprudencia en la Universidad de su tierra natal,
                        participó activamente en la revolución del Alto Perú de 1809. Brillante
                        orador, fue designado Diputado al Congreso de Tucumán,
                        perteneciendo al mismo luego de su traslado a Buenos Aires en 1817
                        y hasta terminar su mandato. Después de enviudar regresó a su
                        tierra, renunció a todos sus bienes e ingresó al sacerdocio llegando a
                        ser canónigo de la Catedral de Charcas, donde desde su histórico
                        púlpito revivió sus famosas arengas patrióticas.

JOSÉ MARIANO SERRANO (Charcas)

                                 Nació en Charcas en 1788, falleció allí en 1851. Se doctoró
                         en jurisprudencia en la Universidad de su tierra. Estaba radicado en
                         Tucumán cuando sus paisanos lo designaron su representante de la
                         Asamblea de 1813. De allí continuó como Diputado al Congreso de
                         Tucumán donde fue su primer Secretario, cargo compartido con
                         Juan José Paso. No estuvo de acuerdo con la idea de los otros
                         Congresales del Alto Perú que propiciaban un sistema monárquico
                         ejercido por la dinastía incaica. Fue quien propuso que los
                         documentos de la declaración de la independencia fuesen escritos
                         también en los idiomas Aimara y Quechua.

        Al pronunciarse la Independencia de Bolivia fue quien presidió la Asamblea que declara
la existencia de la nueva república. Cuando se retiró presidía la Suprema Corte de Justicia. En
1841 ejerció la primera Magistratura de su país. Antes en Argentina había sido colaborador del
gobernador Aráoz en Tucumán y del General Arenales en Salta.
DIPUTADOS POR BUENOS AIRES
TOMÁS MANUEL DE ANCHORENA

                        Nació en Buenos Aires en 1783. Falleció en su ciudad natal en 1847.
                 Perteneciente a una distinguida familia porteña estudió abogacía en
                 Charcas. Regresó luego de la Revolución de Mayo como colaborador del
                 General Belgrano. Fue elegido diputado del Congreso de Tucumán
                 oponiéndose al proyecto monárquico, donde expuso ideas adversas y bien
                 fundamentadas por las características de nuestro territorio. Con el correr del
                 tiempo permaneció en Buenos Aires, llegando ser Ministro de Juan Manuel
                 de Rosas.

JOSÉ DARREGUEYRA Y LUGO

                         Nació en Lima en 1770. Falleció en Buenos Aires en 1817. De niño
                 vivió en Buenos Aires, volviendo a Perú para graduarse en Charcas de
                 abogado. Fue revolucionario de Mayo de 1810 participando del grupo de
                 agitadores llamados “chisperos” y luego funcionario de la Primera Junta
                 como redactor de la “Gaceta”. Era miembro del Poder Judicial cuando lo
                 designaron congresal en Tucumán. Desde el comienzo de las sesiones fue
                 un activo impulsor de la inmediata declaración de independencia. Enfermó
                 poco después de la jura regresando a Buenos Aires en 1817 con el traslado
                 del Congreso a esa ciudad. Fallece a poco de llegar seguramente con
                 motivo del agotamiento causado por el viaje. Fue la primera y lamentable
baja de Tucumán a los 47 años de edad.

ESTEBAN AGUSTÍN GASCÓN

                           Nació en Oruro (Alto Perú) en 1764, falleció en Buenos Aires en
                   1824. Se doctoró en derecho en la Universidad de Charcas siendo uno de
                   los promotores de la Revolución de 1809. Por el apoyo que proporcionó al
                   Ejército del Norte antes de la Batalla de Salta, el General Belgrano lo
                   designó Gobernador de esa provincia. Tras las derrotas de Vilcapugio y
                   Ayohuma se radicó en Buenos Aires, donde vivió en su niñez. A pesar de
                   no ser porteño fue designado diputado por esa ciudad al Congreso de
                   Tucumán donde tuvo una brillante actuación en temas claves para el
                   futuro de la organización nacional. Luego de la jura de la independencia,
                   el Director Supremo Pueyrredón lo designó titular de la cartera de
Hacienda creando entonces la primera institución crediticia denominada “Caja de Fondos de
Sudamérica”. Al concluir con la actuación pública se dedicó al ejercicio de su profesión hasta
su muerte.
PEDRO MEDRANO

                            Nació en Buenos Aires en 1760. Falleció en la misma ciudad en
                     1840. Cursó sus estudios secundarios en el Colegio Montserrat en
                     Córdoba, doctorándose en leyes en la Universidad de Charcas. Regresó a
                     Buenos Aires para dedicarse al ejercicio de su profesión. Adhirió de
                     inmediato a la causa de Mayo siendo designado para una Fiscalía. Junto
                     con los conjueces Sáenz, Gascón y Anchorena fue uno de los autores del
                     Estatuto Provisional para la Dirección y Administración del Estado. Luego
                     fue elegido representante ante el Congreso de Tucumán, ocupando la
                     presidencia provisional al iniciar sus sesiones el 24 de marzo de 1816.
                     Luego de la jura de la independencia el 9 de julio, propuso el agregado
de “y toda otra denominación extranjera” a continuación de “sus sucesores y metrópoli” en el
Acta fundacional de nuestra patria. Al trasladarse el Congreso a Buenos Aires ocupó funciones
políticas alineadas al Gobernador Rosas. Era hermano del Obispo Mariano Medrano, de
distinguida actuación episcopal y política.

JUAN JOSÉ PASO

                            Nació en Buenos Aires en 1778 y murió en la misma ciudad en
                     1833. Por su actuación política significó la figura más emblemática que
                     concurrió al Congreso de Tucumán ya que fue el único representante
                     que participó en todos los cuerpos colegiados desde la Revolución de
                     Mayo donde se inicia como secretario de la Primera Junta de Gobierno.
                     Continúa en la Junta Grande, y posteriormente se desempeña como
                     miembro del Primero y Segundo Triunviratos subsiguientes. El 22 de
                     mayo fijó su ponencia de que la revolución no era una gestación propia
                     de Buenos Aires sino que asumía la representación de todas las
                     provincias en su calidad de hermana mayor hasta que las mismas
pudieran enviar sus representantes. Estudió abogacía en Córdoba, doctorándose después en
Charcas y en Lima.

        Su experiencia de hombre de leyes y su probidad profesional le dieron un inmenso
prestigio en las instituciones que contaron con su presencia. Hombre indispensable en todos
los gobiernos, diplomático en las más conflictivas misiones, gobernante y consejero. Confiaba
en el porvenir de la patria y a ella le dedicó su vida y su ilustración.
FRAY CAYETANO RODRÍGUEZ

                            Nació en San Pedro (Buenos Aires) en 1758, ingresó a la orden
                     franciscana en 1777 y falleció en Buenos Aires en 1823. Se inicia en el
                     convento franciscano de su pueblo, luego continúa en Buenos Aires
                     como novicio y concluye con su ordenación sacerdotal en Córdoba.
                     Regresa a Buenos Aires donde se consagra al magisterio y al ministerio
                     de su orden. Fue maestro de Mariano Moreno y su gran admirador.
                     Activo colaborador de la Revolución de Mayo en el terreno del
                     pensamiento por lo que fue designado como primer bibliotecario.

                            En 1813 fue elegido diputado por Buenos Aires a la Asamblea
                     Constituyente que le encarga la tarea de ser su “redactor”. Junto con
                     Vicente López y Planes fue requerido por su condición de poeta de fama
                     para escribir los versos del Himno Nacional, proyecto al que renunció
como acto de grandeza al leer las estrofas de los “Eternos Laureles” escrito por su colega.
Finalizada la tarea de la Asamblea de 1813 fue nuevamente elegido como congresal en
Tucumán donde también se le da la tarea de ser el “redactor del Congreso”, gracias a cuya
incansable pluma la Nación goza de todos los diarios de sesiones y actividades del histórico
cuerpo colegiado. Fue un brillante orador que se destacó por sus inolvidables actuaciones
llenas de talento y probidad. Por todas sus virtudes la patria le debe un reconocimiento
eterno.

ANTONIO SÁENZ

                           Nació en Buenos Aires en 1780. Fallece en la misma ciudad en
                   1825. Se doctora en Teología y Leyes en la Universidad de Charcas
                   obteniendo a sus 21 años su título de abogado. Como religioso fue
                   secretario capitular del cabildo eclesiástico, cargo que concluye por injusta
                   resolución del conflictivo Obispo Lué. Tuvo activa participación en la
                   Revolución de Mayo. Posteriormente representó a San Luis en la
                   Asamblea del año 13 y a su término fue elegido por Buenos Aires como
                   diputado al Congreso de Tucumán. Entre sus iniciativas estuvo la de dar
                   al Estado un Director Supremo y una diversa cantidad de temas
                   inherentes a la Constitución que regiría los destinos del nuevo estado a
                   partir de la urgente proclamación de su independencia.

       Terminado su mandato tuvo el privilegio de ser el organizador, fundador y primer
Rector de la Universidad de Buenos Aires en agosto de 1821, bajo el gobierno del General
Martín Rodríguez siendo entonces su ministro de gobierno Bernardino Rivadavia. Falleció muy
joven, a los 45 años de edad, cuando la patria tanto esperaba de su talento.
DIPUTADOS POR CATAMARCA

MANUEL ANTONIO ACEVEDO

                             Nació en Salta en 1770. Falleció en Buenos Aires en 1825. Luego
                     de su ordenación sacerdotal en Córdoba continuó como cura párroco de
                     Belén (Catamarca) hasta que fue designado por esa provincia como
                     diputado en el Congreso de Tucumán. En esa misma ciudad tuvo el
                     privilegio de celebrar la misa de la ceremonia inaugural donde
                     pronunció la memorable oración patriótica. Su actuación estuvo signada
                     por su posición de adoptar un sistema de gobierno monárquico-incaico
                     para la nueva nación, en consonancia con los diputados del Alto Perú.
                     Terminada su actividad en el año 1819, fue elegido nuevamente
                     diputado para el Congreso Constituyente de 1824, donde lo sorprende
                     la muerte.

JOSÉ EUSEBIO COLOMBRES

                            Nació en Tucumán en 1778. Muere en 1859 en la misma ciudad.
                     Estudió en la Universidad de Córdoba donde se doctora en derecho
                     canónico y se ordena sacerdote. Fue un entusiasta adherente de la
                     Revolución de Mayo. Designado cura párroco en Piedra Blanca
                     (Catamarca), fue elegido representante por esa provincia al Congreso
                     de Tucumán donde además ejerció su ministerio sacerdotal. También
                     fue propulsor del cultivo de la caña de azúcar transformándose en el
                     pionero de dicha industria: puso en marcha diez ingenios.

                            Participó activamente de los avatares políticos a partir de la
                     anarquía del año 20 y sufrió su destierro. De regreso a Tucumán, el
                     gobierno de la Confederación lo propone para ocupar el cargo de
Obispo, al que no puede acceder por su fallecimiento a los 80 años de edad.
DIPUTADOS POR CÓRDOBA

JOSÉ ANTONIO CABRERA

                               Nació en Córdoba en 1768 y muere en la misma ciudad en 1820.
                       Descendiente del fundador de Córdoba estudió abogacía en su
                       Universidad, graduándose como licenciado en Derecho. En los
                       prolegómenos de la Revolución de Mayo prestó con sus familiares
                       abierto apoyo a la causa, vinculándose a notables personalidades como
                       Pérez Bulnes y el Deán Funes. Pese a sus contactos con la línea de
                       Artigas por la cual Santa Fe y las provincias del Litoral no concurren al
                       Congreso de Tucumán, Cabrera fue designado representante por
                       Córdoba junto con del Corro, Pérez Bulnes y Salguero por impulso del
                       gobernador José Javier Díaz. Ya en el Congreso, debido a su tendencia
                       artiguista, fue protagonista de discordancias que culminaron después
                       de la jura que suscribieron todos los cordobeses, con el alejamiento de
sus bancas, cuando éste se trasladó a Buenos Aires. Luego de esos episodios se retiró a su
actividad privada y profesional hasta su fallecimiento en su Córdoba natal.

MIGUEL CALIXTO DEL CORRO

                                 Nació en Córdoba en 1775, falleció en la misma ciudad en
                         1851. Cursó estudios en la universidad local graduándose de Doctor
                         en Teología. Ejerció su actividad clerical y catedrática en el Obispado
                         de esa Diócesis. Fue precursor de las ideas de la Independencia
                         haciendo propaganda que alarmó al gobernador Gutiérrez de la
                         Concha. Después de la Revolución de Mayo actúa activamente en la
                         causa de la libertad siendo elegido diputado ante el Congreso de
                         Tucumán en sustitución del Deán Funes que había renunciado. Inició
                         sus actividades con su inauguración del 24 de marzo pero a los pocos
                         días fue comisionado para resolver un entredicho con Artigas y otros
                         asuntos que le impidieron estar presente para suscribir el Acta de la
Independencia el 9 de julio de 1816. Retirado del Congreso regresó a Córdoba ocupándose en
dos oportunidades del prestigioso cargo de Rector de la Universidad. Luego continuó con su
cátedra y contracción a su ministerio religioso hasta que por su ceguera debió limitarse a sus
sermones y panegíricos de las principales festividades de la Iglesia y a la sagrada oración
hasta su muerte.
EDUARDO PÉREZ BULNES

                               Nació en Córdoba en 1785, falleció en la misma ciudad en
                       1851. Su familia estaba emparentada con el general chileno Manuel
                       Bulnes, presidente de esa república hermana entre 1841 y 1850.
                       Cuando se produce la Revolución de Mayo inicia su actividad pública
                       incorporándose a un regimiento de milicias formado para apoyar el
                       movimiento producido en Buenos Aires ya que en Córdoba halló
                       tropiezos para su adhesión por estar radicados en la misma Liniers y
                       otras figuras emblemáticas que apoyaban a la monarquía española.

                               Luego de los lamentables sucesos del fusilamiento, Córdoba se
                       alista con fervor en la causa de Mayo. Ante el llamado a enviar
                       representantes al Congreso de Tucumán es designado diputado.
                       Inicia su actividad en la primera sesión y jura el 9 de Julio la
independencia pese a mostrar serias desobediencias por su adhesión a la política de Artigas.
Termina su mandato por la disposición del traslado del Congreso a Buenos Aires. A
continuación tiene una activa participación en las luchas internas adhiriendo al general Paz
que derrota al Gobernador Bustos y luego, al ser hecho prisionero su jefe supremo, Pérez
Bulnes desaparece del escenario hasta su muerte.

LUIS GERÓNIMO SALGUERO DE CABRERA Y CABRERA

                               Nació en Córdoba en 1763, falleció en Chuquisaca en 1840. Al
                       igual que el congresal José Antonio Cabrera también era descendiente
                       del fundador de Córdoba. Ingresó al Colegio Montserrat prosiguiendo
                       luego Derecho Civil en la Universidad de Córdoba donde egresó como
                       licenciado. Fue partidario de la Revolución de Mayo actuando en la
                       política local. Al asumir el gobierno provincial el coronel José Javier
                       Díaz, de raíz hondamente artiguista, colabora asumiendo la cartera de
                       Hacienda. En 1816 deja su cargo para incorporarse al Congreso de
                       Tucumán como uno de los cuatro representantes por esa provincia,
                       donde funcionaba desde 1621 la famosa Universidad de San Carlos.

                               Cuando se produce el traslado del Congreso a Buenos Aires,
Salguero fue el único cordobés que acompañó la medida. Al finalizar su mandato se reintegra
a su provincia como legislador. Luego de otras funciones públicas, por controversias con el
gobernador López Quebracho se radica en Chuquisaca donde termina sus días.
DIPUTADOS POR CUYO
FRANCISCO NARCISO DE LAPRIDA (SAN JUAN)

                                 Nació en San Juan en 1786. Falleció en 1829. Estudió en
                         Buenos Aires y se graduó de abogado en la Universidad San Felipe
                         de Santiago de Chile. Fue legislador, ministro y gobernador. Retirado
                         de su provincia natal fue designado representante ante el Congreso
                         de Tucumán junto con Fray Justo Santa María de Oro. Le cupo el
                         privilegio único e irreversible de ser su Presidente el 9 de julio de
                         1816 cuando se declara nuestra independencia, teniendo entonces
                         sólo 30 años de edad. Al igual que todos los diputados por Cuyo, era
                         un leal intérprete de los objetivos de su gobernador el general San
                         Martín, que se encontraba en Mendoza organizando el Ejército de los
                         Andes, con el gran proyecto de cruzar la cordillera en el próximo
                         verano en calidad de jefe del Ejército de un país soberano.

         Finalizada su actividad en el Congreso se radicó en Buenos Aires ejerciendo su
profesión y ocupando distintas funciones. Regresó a San Juan cuando se desarrollaban las
luchas internas y su ciudad se veía amenazada por las invasiones de los hermanos Aldao y
Facundo Quiroga. Se incorpora entonces con el grado de cabo a un batallón de voluntarios
llamado “El Batallón del Orden”. En un enfrentamiento llamado “Del Pilar” cerca de Mendoza,
es herido a degüello víctima de la montonera en septiembre de 1829 -a los 42 años de edad-
y su cadáver jamás encontrado. Así murió Laprida, creyendo en la posibilidad de construir una
patria libre, ignorando tal vez la magnitud de su propia grandeza.

FRAY JUSTO SANTAMARÍA DE ORO (SAN JUAN)

                             Nació en San Juan en 1772 y falleció allí mismo en 1836. A los
                     17 años se vinculó a la orden dominicana y se trasladó a Chile donde
                     cursó sus estudios teológicos. Viaja a Europa en misión oficial de la
                     orden y allí lo sorprenden los movimientos revolucionarios de América
                     del Sur. Se dice que allí lo conoce a San Martín. Luego regresa a Chile y
                     por desavenencias políticas debe refugiarse en San Juan. Allí se
                     reencuentra con el entonces Gobernador de Cuyo que prepara
                     silenciosamente la gran empresa continental. Cuando se produce el
                     llamado para el Congreso de Tucumán, acompaña a Laprida como
                     Diputado. Por su actuación puede decirse que salva la república en
aquellas horas mediante su firme determinación de rechazar cualquier intento de adoptar,
luego de proclamada la Independencia, un sistema monárquico, que contaba con los auspicios
de una gran mayoría, incluso apoyada por el mismo Belgrano. Es entonces cuando el fraile
esclarecido pronuncia aquellas palabras que ha recogido la historia. Sin exaltarse exterioriza
su gran convicción republicana. Para su juicio, la monarquía no es para estas tierras de
América ni se adapta a las ideas ni a los sentimientos de sus hijos que él tanto conoce y
humildemente concluye que si el Congreso adopta la forma monárquica sin consultar
previamente a los pueblos, pedía permiso para retirarse. Esta resolución en un hombre de
tanto prestigio conmueve a los diputados que declinan su postura. La personalidad de Oro se
agranda ante su pueblo y la historia.

        En los años que siguen hasta su muerte en 1836, realiza infinidad de obras patriótico-
religiosas motivado en los primeros tiempos por su gran pasión sanmartiniana. En 1830 se lo
consagra Obispo de San Juan constituyéndose en el primer Obispo de San Juan y el primer
Obispo Diocesano de Cuyo.

TOMÁS GODOY CRUZ (MENDOZA)

                              Nació en Mendoza en 1791 y falleció en la misma en 1852.
                       Estudió en la Universidad de San Felipe en Santiago de Chile donde se
                       graduó de Bachiller, en Sagrados Cánones y en Leyes. Regresa a
                       Mendoza donde trabaja en su profesión y en el comercio. Al tener que
                       enviar representantes por esa provincia al Congreso de Tucumán es
                       designado diputado siendo el más joven entre sus colegas con sólo 25
                       años. Antes, al ser nombrado San Martín gobernador intendente de
                       Cuyo, Godoy Cruz fue un infatigable y leal amigo. Prestó amplia ayuda
                       para el equipamiento del Ejército de los Andes cediendo su casa para
                       establecer allí una fábrica de pólvora. En el Congreso actuó en debates
                       importantes manteniendo una comunicación permanente con San Martín
                       quien le insistía en lograr lo antes posible la declaración de la
independencia. ¿Hasta cuándo esperamos esa declaración? El General le preguntaba y Godoy
Cruz le respondía que esa declaración “no es soplar y hacer botella”. A lo que nuevamente el
Libertador le contesta “es más fácil declarar la independencia que el que haya algún
americano que haga una sola botella”. Ese era el tenor del diálogo y la confianza entre esos
dos grandes hombres. Al finalizar su mandato regresó a Mendoza y en 1820 fue elegido
gobernador. Preocupado por el desarrollo de la industria y el comercio prestó especial
atención a la instrucción pública, a la reunión de un Congreso General propuesto por Buenos
Aires, a la formación de un ejército, las relaciones exteriores. Debió enfrentar la montonera
del caudillo chileno Carrera. Fue historiador, industrial vitivinícola. Forma una biblioteca de
2.000 volúmenes que le obsequió San Martín desde Lima. Su vida fue ejemplar. Su acendrado
patriotismo, sus relevantes cualidades y sus eminentes servicios rendidos a la República
Argentina lo hacen merecedor de veneración y gratitud de todos sus ciudadanos.
JUAN AGUSTÍN MAZA (MENDOZA)

       Nació en 1784 en Mendoza, murió en Chancay en 1830. Cursó sus estudios en
                    Mendoza prosiguiéndolos en la Universidad de San Felipe de Santiago de
                    Chile donde egresó como Doctor en Derecho. De regreso a Mendoza el
                    anuncio del movimiento de Mayo lo impulsó a la vida pública celebrando
                    fervorosamente la Revolución. Con la presencia de San Martín entregó sus
                    bienes y esfuerzo a la causa libertadora. Convocado el Congreso de
                    Tucumán fue elegido diputado por ser junto con Godoy Cruz y los
                    sanjuaninos Laprida y Oro uno de los hombres más notables de Cuyo.
                    Este grupo cuyano representaba en el Congreso a los más firmes
                    sostenedores e intérpretes de San Martín que reclamaba la independencia
                    como base de su cruzada emancipadora. Firmó el 9 de julio junto con sus
colegas el acta de la declaración sagrada. Regresó a su provincia en 1818, dedicándose a la
cátedra de jurisprudencia en el colegio de la Santísima Trinidad y a su profesión.
Simultáneamente tuvo actividad política y profesional llegando a ser presidente de la Junta de
Representantes de su provincia.

       En 1830 se produjo una invasión de la provincia por las fuerzas unitarias al mando del
Coronel Videla Castillo. Ante esa circunstancia el gobernador y otros funcionarios entre los
cuales se encontraba Maza, huyen a la campaña. En una situación poco clara son rodeados
por los indios en el paraje denominado Chancay y todos asesinados, entre ellos Maza en un
trágico final bastante parecido, por su brutalidad, al soportado por su colega por San Juan,
Francisco Narciso Laprida solo diez meses atrás, si bien en filas políticas distintas.

JUAN MARTÍN DE PUEYRREDÓN (LA PUNTA DE LOS VENADOS, SAN LUIS)

        Nació en Buenos Aires en 1777. Muere en Buenos Aires en 1850 en San Isidro.
                          Pertenece a una familia patricia donde los 5 hermanos varones
                          fueron militares, incluso el sacerdote Feliciano. Estudió en París,
                          regresando en 1805. Tiene destacada actuación en las invasiones
                          inglesas donde arma una fuerza militar de su propio peculio
                          denominada con la posteridad Húsares de Pueyrredón. A partir de
                          entonces se transforma en figura indispensable para asumir
                          situaciones políticas graves. Tras expulsar a los ingleses es enviado
                          a España como embajador de la victoria. Regresa con la Revolución
                          de Mayo y es designado para reemplazar al gobernador Gutiérrez de
                          la Concha, recientemente sentenciado junto con Liniers, Allende y
                          otros. Luego del triunfo de Suipacha es destinado al Alto Perú como
                          presidente de la Real Audiencia de Charcas. Luego asume
brevemente un lugar en el Primer Triunvirato, oportunidad cuando arriba San Martín a estas
tierras en 1812. Con su relevo por influencia de San Martín es confinado en San Luis donde en
una histórica reivindicación el entonces gobernador de Cuyo lo designa congresal ante el
Congreso de Tucumán, cargo que abandona cuando el 3 de mayo en el primer acto
trascendente de Congreso es designado Director Supremo de la Nación. Por ese motivo junto
con Del Corro, estuvo ausente el 9 de julio no pudiendo entonces firmar el Acta Inmortal.

        Es indudable que accede a tan elevado cargo por la disimulada pero eficaz influencia
de San Martín, gobernador de Cuyo, que se encontraba allí para iniciar su plan estratégico
continental en el verano de 1817 cruzando la Cordillera con el flamante Ejército de los Andes.
Para ello nuestra patria debía ser independiente y soberana, objetivo que se logra el 9 de julio
de 1816. Lo subsiguiente era la organización del ejército y su logística que quedaba a cargo
del poder político en manos de Pueyrredon, que duró en el cargo hasta 1819, oportunidad en
que el Congreso trasladado desde 1817 a Buenos Aires termina sus sesiones, aprueba y jura
la Constitución que jamás entró en vigencia por las luchas intestinas generadas por la
anarquía de 1820.
DIPUTADO POR JUJUY
TEODORO SÁNCHEZ DE BUSTAMANTE

                                Nació en Jujuy en 1778. Murió en Santa Cruz de la Sierra en
                        1851. Estudió abogacía en la Universidad de Charcas participando
                        activamente del movimiento revolucionario de 1809. Producida la
                        Revolución de Mayo de 1810 en Buenos Aires y posteriormente
                        invadidas las provincias del norte por el ejército realista, regresa a
                        Jujuy donde establece estrechas relaciones con Belgrano, quien lo
                        nombra auditor del Ejército Auxiliar del Alto Perú. San Martín y
                        Rondeau lo mantuvieron en el cargo en sus sucesivas jefaturas. Electo
                        por la provincia de Jujuy, se incorpora al Congreso de Tucumán al
                        inicio de sus sesiones participando de la histórica jornada del 9 de julio
                        donde firma el Acta de nuestra Independencia. Continuó en su banca
con el traslado a Buenos Aires. Fue partidario de la monarquía y tuvo relaciones dificultosas
con el General Güemes, que actuaba exitosamente en la jurisdicción de su provincia. Ante la
anarquía y la guerra civil que se implanta en nuestro territorio, emigra a Bolivia para no caer
víctima de las persecuciones y atropellos que sufrieron los patriotas más distinguidos. Lo
sorprende la muerte cuando se desempeñaba como Director del Colegio Mayor de Santa Cruz
de la Sierra.

DIPUTADO POR LA RIOJA
PEDRO IGNACIO DE CASTRO BARROS

                              Nació en La Rioja, en el pueblo de Chuquis (que actualmente
                      lleva su nombre) en 1777. Falleció en Santiago de Chile en 1849. Se
                      doctoró en teología y derecho en la Universidad de Córdoba donde
                      también se ordena sacerdote. Ejerce sus actividades intelectuales y
                      pastorales en Córdoba y La Rioja. Cuando se produce la Revolución de
                      Mayo adhiere con gran entusiasmo patriótico. Su provincia lo designa
                      como representante a la Asamblea de 1813 y posteriormente congresal
                      a Tucumán donde tiene una destacadísima actuación por su
                      personalidad rigurosa y descollante gracias a sus virtudes morales e
                      intelectuales y a la forma de su elocuencia. Le tocó ser Presidente del
                      Congreso cuando se designó al diputado Pueyrredón como Director
Supremo a quien le tomó juramento. Al declararse la independencia el 9 de julio de 1816 se lo
designó para pronunciar en el templo la oración celebratoria. Terminada su tarea en el
Congreso realizó numerosas actividades tanto intelectuales como pastorales. La Universidad
de Córdoba lo designó Rector en dos oportunidades. Las luchas intestinas de las cuales ningún
patriota escapó, lo sometieron a la cárcel y al exilio tanto en Uruguay como en Chile donde
formó parte de los claustros de la Universidad de San Felipe cuando lo sorprendió la muerte.
DIPUTADOS POR SALTA
JOSÉ IGNACIO GORRITI

                                 Nació en Jujuy en 1770, falleció en Chuquisaca en 1835.
                        Perteneciente a una acaudalada familia jujeña, cursó estudios junto
                        con su hermano Juan Ignacio en el Colegio Montserrat de Córdoba.
                        Terminado su ciclo allí se traslada a la Universidad de Charcas
                        graduándose de abogado a los 20 años de edad. La inesperada muerte
                        de su padre lo obliga a regresar a su provincia para atender los
                        intereses familiares. La presencia de los primeros ejércitos de la
                        Revolución que cruzaban por su campo le ofreció la posibilidad de
                        iniciar una acción patriótica honerosa y valiente ofreciendo sus bienes
                        a la causa de la libertad. Organizó una partida de baqueanos que
                        denominó “Patriotas Decididos” que se incorporaron al ejército de
Belgrano y a las huestes de Güemes. Actuó en las Batallas de Las Piedras, Tucumán y Salta.
Por sus antecedentes y patriotismo, Salta lo eligió diputado al Congreso de Tucumán en donde
le cupo una actuación brillante. Fue impulsor de una forma de gobierno monárquica pues
coincidía con Belgrano en que era la más aconsejable para el país en esa circunstancia, ya que
resultaba políticamente mejor la idea de llamar a ocupar el trono a un príncipe Inca para
atraer indios a la causa de la Revolución. A mediados de 1817 renunció al Congreso porque
creía que sus servicios serían más útiles al país luchando militarmente al lado de Güemes, a
quien lo ligaba una gran amistad y comunión de objetivos. Al ser invadida su provincia por el
ejército español salió en persona a resistirlo y con su heroísmo singular logró rendir toda la
vanguardia enemiga incluyendo a su jefe, por lo que se transformó en militar. Ocupó dos
veces el cargo de gobernador de Salta. Su gestión sujeta a las exigencias de la guerra fue
realmente ejemplar. Las luchas internas lo obligan a Gorriti a emigrar a Bolivia donde muere
en Chuquisaca en un estado de absoluta pobreza pero rico por el legado de su nombre.

MARIANO BOEDO

                               Nació en 1782 en Salta. Falleció en Buenos Aires en 1819.
                        Estudió abogacía en la Universidad de Charcas y en 1804 fue
                        secretario de la Real Audiencia. Fue condiscípulo de Mariano Moreno.
                        En 1810 apoya con fervor la Revolución de Mayo. Participó
                        activamente en el teatro de operaciones militares establecido en su
                        provincia por lo cual Belgrano al retirarse de Tucumán le encomendó
                        el gobierno y la tesorería de la Ciudad de Salta con el encargo de
                        proteger la inmigración. En 1815 al ser nombrado el General Güemes
                        gobernador de la provincia de Salta, lo designó su representante para
                        solucionar litigios con la provincia de Jujuy cuando el enemigo
español amenazaba invadir por tercera vez el territorio de las Provincias Unidas. Boedo
terminó exitosamente su misión, luego fue elegido diputado junto con Gorriti al Congreso de
Tucumán actuando como su vicepresidente el 9 de julio. Su tarea fue brillante con
participación en históricos debates. Trasladando su asiento a Buenos Aires e impedido de
regresar a Salta porque su salud no le permitía recorrer las 300 leguas en carreta, queda en
esa ciudad donde fallece a los 37 años. La patria sufrió una lamentable pérdida por todo lo
que prometía en su bien.

DIPUTADOS POR SANTIAGO DEL ESTERO
PEDRO LEÓN GALLO

                                   Nació en Santiago del Estero en 1779, falleció en Tucumán
                          en 1862. Estudió en el Colegio Montserrat de Córdoba hasta
                          ordenarse sacerdote obteniendo además su título de maestro de
                          filosofía. De regreso a su provincia ejerce el sacerdocio en el curato
                          de Loreto junto al párroco doctor Uriarte, compañero después de
                          banca en el Congreso de Tucumán. Desde el principio de la
                          Revolución de Mayo participó de sus ideales y principios. Hombre de
                          inteligencia, luminoso y brillante orador. El 9 de julio firmó el Acta
                          de la Independencia. Luego de terminadas las sesiones y de regreso
                          a su provincia participó en los interminables conflictos que se
produjeron allí con suerte a veces azarosa. En 1838 quedó a cargo del gobierno de la diócesis
de Santiago. Poco antes de morir se retiró a la ciudad de Tucumán dejando para la posteridad
un ejemplar recuerdo.

PEDRO FRANCISCO DE URIARTE

                              Nació en Santiago del Estero en 1758, falleció en Loreto en la
                       misma provincia en 1839. Se ordenó presbítero y doctor en Cánones
                       en la Universidad de Santiago de Chile. En 1787 hallándose en
                       Buenos Aires se incorpora a la orden franciscana. Al crear el curato de
                       Loreto en su provincia natal fue nombrado su primer cura, cargo que
                       ocupó durante toda su vida por espacio de más de medio siglo. Al
                       producirse la Revolución de Mayo fue designado para representar a
                       su provincia en la Junta Grande. Luego, con la instalación del
                       Congreso de Tucumán fue elegido diputado junto con Gallo.
                       Acompaña su traslado a Buenos Aires hasta su disolución en 1820.
                       Luego de haber participado activa y eficientemente durante toda su
labor regresa a Santiago donde participa de las luchas internas. Uriarte murió con avanzada
edad, fue un sacerdote, legislador y educador distinguido, serio, severo, de vida austera,
bondadosa, generosa y patriota.
DIPUTADOS POR TUCUMÁN

JOSÉ IGNACIO THAMES

                             Nació en Córdoba en 1761, falleció en Tucumán en 1832. Cursó
                     sus estudios en su ciudad natal egresando de la Universidad doctorado en
                     derecho y teología en 1784. Como presbítero, el doctor Thames pasó a
                     ejercer su ministerio en Tucumán y posteriormente en Salta, en cuya
                     catedral ocupó la dignidad de canónigo. En 1816 fue designado por
                     Tucumán como diputado en el Congreso que allí mismo se inauguraba
                     junto con el presbítero Pedro Miguel Aráoz. Su actuación fue descollante
                     multiplicada por su situación de dueños de casa ante todos sus colegas.
                     Juró el 9 de julio manteniendo una posición monárquica. Trasladado el
                     organismo a Buenos Aires acompañó su desplazamiento hasta su renuncia
                     a fines de 1818. De regreso fue diputado en la provincia durante el
                     gobierno de Bernabé Aráoz. Se dedicó activamente a solucionar el
conflicto con Santiago del Estero y a preparar los medios de defensa ante la guerra civil que
estalló entre esas dos provincias. Luego se retiró a la vida pastoral y privada hasta su muerte.
Se lo cuenta entre los hombre más probos y patriotas de nuestra historia.

PEDRO MIGUEL ARÁOZ

                                Nació en 1759. Se doctora en teología en la Universidad de
                        Córdoba en 1782. Perteneciente a una tradicional familia tucumana, el
                        apellido Aráoz figura en los hechos culminantes de la historia colonial.
                        Era sobrino del General Aráoz de Lamadrid y del gobernador Dr.
                        Benjamín Aráoz. Luego de doctorarse en Córdoba dictó filosofía en el
                        Colegio Carolino de Buenos Aires regresando a su tierra para ejercer su
                        ministerio sacerdotal en la Catedral de Tucumán. Conquistó prestigio
                        por sus dotes oratorias. Su llegada coincide con la Revolución de Mayo
                        cuya causa abrazó con fervor. Al arribo de la primera expedición del
                        Ejército Auxiliar del Alto Perú bajo el mando de González Balcarce, le
                        prestó firme colaboración. Luego, con el mando de Belgrano, fue uno
de los que contribuyeron a sostener una expedición con el aporte de hombres, armas, ganado
y múltiples elementos para incrementar la capacidad de su ejército. Lo hizo junto con sus
hermanos Bernabé y Diego. Fue uno de los impulsores de la desobediencia de Belgrano a
continuar con su repliegue hacia el interior y en lugar de ello, mantener su posición para librar
su triunfal batalla el 24 de septiembre de 1812, que cambió el curso de nuestra historia.
Nombrado el Dr. Aráoz capellán de la milicia de los Dragones Tucumanos, acompaña a su
regimiento en la Batalla de Salta el 20 de febrero de 1813, mereciendo que el General
Belgrano lo recordase especialmente en el parte de Batalla. Posteriormente fue designado
ante el Congreso de 1816 donde con Thames, además de su labor legislativa, debieron actuar
de anfitriones ante sus distinguidos colegas. El 9 de julio firma el Acta de la Independencia.
Trasladado en 1817 a Buenos Aires, renuncia definitivamente a fines de 1818. Regresa a su
provincia para participar activamente de la vida política redactando el periódico denominado el
“Tucumano Imparcial”. La desgraciada guerra civil desatada durante el año 20, donde
Tucumán entró en guerra con Salta y luego con Santiago del Estero, provocó situaciones
lamentables entre las que cabe mencionar el derrocamiento y muerte del gobernador, su
hermano Bernabé. Falleció en 1832.

    La presente nota es una colaboración de autoría
    del asociado Cnl (R) Arístides Bracamonte
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