POESIAS INFANTILES ANTONIO MACHADO

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POESIAS INFANTILES ANTONIO MACHADO
POESIAS INFANTILES

    ANTONIO MACHADO

              Recuerdo infantil

       Una tarde parda y fría
     de invierno. Los colegiales
        estudian. Monotonía
     de lluvia tras los cristales.

       Es la clase. En un cartel
         se representa a Caín
       fugitivo, y muerto Abel,
     junto a una mancha carmín.

     Con timbre sonoro y hueco
    truena el maestro, un anciano
     mal vestido, enjuto y seco,
    que lleva un libro en la mano.

       Y todo un coro infantil
       va cantando la lección:
     "mil veces ciento, cien mil;
      mil veces mil, un millón".

       Una tarde parda y fría
     de invierno. Los colegiales
         estudian. Monotonía
     de la lluvia en los cristales.
Pegasos, lindos pegasos

        Pegasos, lindos pegasos,
         caballitos de madera...

          Yo conocí siendo niño,
        la alegría de dar vueltas
       sobre un corcel colorado,
         en una noche de fiesta.

         En el aire polvoriento
        chispeaban las candelas,
          y la noche azul ardía
      toda sembrada de estrellas.

          ¡Alegrías infantiles
       que cuestan una moneda
       de cobre, lindos pegasos,
        caballitos de madera!

              Las moscas

    El hada más hermosa ha sonreído
 al ver la lumbre de una estrella pálida,
  que en hilo suave, blanco y silencioso
se enrosca al huso de su rubia hermana.

 Y vuelve a sonreír porque en su rueca
  el hilo de los campos se enmaraña.
   Tras la tenue cortina de la alcoba
 está el jardín envuelto en luz dorada.

La cuna, casi en sombra. El niño duerme.
  Dos hadas laboriosas lo acompañan,
    hilando de los sueños los sutiles
   copos en ruecas de marfil y plata.

        Los cantos de los niños
Yo escucho los cantos de viejas cadencias
que los niños cantan cuando en corro juegan
  y vierten en coro sus almas, que suenan,
cual vierten sus aguas las fuentes de piedra:
      con monotonías de risas eternas,
   que no son alegres, con lágrimas viejas

   que no son amargas y dicen tristezas,
 tristezas de amores de antiguas leyendas.

  En los labios niños, las canciones llevan
    confusa la historia y clara la pena;
    como clara el agua lleva su conseja
  de viejos amores que nunca se cuentan.

  Jugando, a la sombra de una plaza vieja,
           los niños cantaban...
   La fuente de piedra vertía su eterno
            cristal de leyenda.

   Cantaban los niños canciones ingenuas,
   de un algo que pasa y que nunca llega:
     la historia confusa y clara la pena.

     Seguía su cuento la fuente serena;
    borrada la historia, contaba la pena.

               Sol de invierno

          Es mediodía. Un parque.
         Invierno. Blancas sendas;
           simétricos montículos
           y ramas esqueléticas.

            Bajo el invernadero,
            naranjos en maceta,
           y en su tonel, pintado
           de verde, la palmera.

              Un viejecillo dice
             para su capa vieja:
          "¡El sol, esta hermosura
         de sol...!" Los niños juegan.

            El agua de la fuente
           resbala, corre y sueña
lamiendo, casi muda,
          la verdinosa piedra.

         GLORIA FUERTES
             Pobre burro

  El burro nunca dejará de ser burro.
 Porque el burro nunca va a la escuela.
  El burro nunca llegará a ser caballo.

   El burro nunca ganará carreras.

¿qué culpa tiene el burro de ser burro?
 En el pueblo del burro no hay escuela.
  El burro se pasa la vida trabajando,
           tirando de un carro,
             sin pena ni gloria,
          y los fines de semana
              atado a la noria.
         El burro no sabe leer,
           pero tiene memoria.
   El burro llega el último a la meta,
       ¡pero le cantan los poetas!

  El burro duerme en cabaña de lona.
       No llámar burro al burro,
    llamarle "ayudante del hombre"
          o llamarle persona.

           La vaca llorona
La vaca está triste,
                   muge lastimera,
                 ni duerme, ni bebe
                ni pasta en la hierba.

                La vaca está triste,
                porque a su chotito
                 se lo han llevado
                   los carniceros
                     al mercado.

                 Está tan delgada,
                  la vaca de Elena,
              que en vez de dar leche,
                       da pena.

         Miedo da a veces coger la pluma

Miedo da a veces coger la pluma y ponerse a escribir,
        miedo da tener miedo a tener miedo,
       yo por ejemplo que nunca temí a nada,
         pudiera ser que un día sintiera frío,
       un frío nuevo que no le da el invierno.
     Es malo que te corten las alas con un palo.
       Es duro que los niños no te entiendan.
       Es bastante difícil ser feliz una tarde
      y lo mejor para sufrir es tener una viña.
 Qué mal sienta la angustia si estás desentrenado.
    Cómo te quema el pelo la gente que te grita.
     Es lamentable y cruel que te roben el aire.
         Afortunadamente esto durará poco
         y lo otro, lo otro puede ser infinito.

         Miedo da a veces coger la pluma

                Ya ves qué tontería,
          me gusta escribir tu nombre,
          llenar papeles con tu nombre,
           llenar el aire con tu nombre;
            decir a los niños tu nombre,
            escribir a mi padre muerto
           y contarle que te llamas así.
     Me creo que siempre que lo digo me oyes.
          Me creo que da buena suerte.
Voy por las calles tan contenta
y no llevo encima más que tu nombre

      RAFAEL ALBERTI
      Me digo y me retedigo

      Me digo y me retedigo.
            ¡Qué tonto!
     Ya te lo has tirado todo.
       Y ya no tienes amigo,
    por tonto. Que aquel amigo
        tan sólo iba contigo
         porque eres tonto.
            ¡Qué tonto!
     Y ya nadie te hace caso,
    ni tu novia, ni tu hermano,
    ni la hermana de tu amigo,
         porque eres tonto.
            ¡Qué tonto!
     Me digo y me lo redigo...

              Vaivén

     Por la tarde, ya al subir;
     por la noche, ya al bajar;
      yo quiero pisar la nieve
        azul del jacarandá.

     ¿ Es azul, tarde delante?
      ¿Es lila, noche detrás?
      Yo quiero pisar la nieve
        azul del jacarandá.

      Si el pájaro serio canta
      que es azul su azulear;
      yo quiero pisar la nieve
        azul del jacarandá.

       Si el mirlo liliburlero,
        que es lila su lilear;
      yo quiero pisar la nieve
azul del jacarandá.

   Ya nieve azul a la ida,
   nieve lila al retornar;
  yo quiero pisar la nieve
    azul del jacarandá.

 Se despertó una mañana

 Se despertó una mañana.
       Soy la yerba,
       llena de agua.
Me llamo yerba. Si crezco,
 puedo llamarme cabello.
 Me llamo yerba. Si salto,
puedo ser rumor de árbol.
Si grito, puedo ser pájaro.
          Si vuelo...
(Hubo temblores de yerba
 aquella noche en el cielo.

    Nana de la cabra

   La cabra te va a traer
   un cabritillo de nieve
  para que juegues con él.

  Si te chupas el dedito,
   no te traerá la cabra
       su cabritillo.

    Nana de la cigüeña

   Que no me digan a mí
 que el canto de la cigüeña
 no es bueno para dormir.

     Si la cigüeña canta
  arriba en el campanario,
    que no me digan a mí
que no es del cielo su canto.
Nana de la tortuga

Verde, lenta, la tortuga.
 ¡Ya se comió el perejil,
 la hojita de la lechuga!

¡Al agua, que el baño está
       rebosando!

        ¡Al agua,
          pato!

 Y sí que nos gusta a mí
 y al niño ver la tortuga
 tontita y sola nadando.

        ¡A Volar!

         Leñador,
     no tales el pino,
      que un hogar
      hay dormido
       en su copa.

    Señora abubilla,
     señor gorrión,
 hermana mía calandria,
  sobrina del ruiseñor;
      ave sin cola,
    martín-pescador,
parado y triste alcaraván;

         ¡a volar,
        pajaritos,
         a la mar!

 Traje mío, Traje mío

  ¡Traje mío, traje mío,
  nunca te podré vestir,
que al mar no me dejan ir!
¡Nunca me verás, ciudad,
   con mi traje marinero;
 guardado está en el ropero,
    ni me lo dejan probar!

¡Mi madre me lo ha encerrado,
   para que no vaya al mar!

     Pregón submarino

 ¡Tan bien como yo estaría
   en una huerta del mar,
   contigo, hortelana mía!
    En un carrito, tirado
 por un salmón, ¡qué alegría
 vender bajo el mar salado,
    amor, tu mercadería!

  ¡Algas frescas de la mar,
         algas, algas!

 El lancero y el fotógrafo

 ¡Quiero retratarme, quiero,
   con mi traje de lancero,
  con mi casco y su plumero,
   y quiero ser el primero!

   Quietecito, quietecito
  con la lanza, el caballero,
  que va a salir, volandero,
  de esta casa, un pajarito.

      ¿Qué pajarito?
    Un pajarito jilguero.

       ¡Pues lo quiero!
      ¡Qué mal lancero!
MARÍA ELENA WALSH
              La bruja

          La bruja, la bruja
        se quedó encerrada
           en una burbuja.
          La bruja, la boba
         con escoba y todo,
         con todo y escoba.
           Está prisionera,
       chillando y pateando
           de mala manera.
       Tiene un solo diente,
           orejas de burro
       y un rulo en l frente.
       Que salte, que ruede,
       que busque la puerta,
        que salga si puede.
         ¡Se quedó la bruja
        presa para siempre
           en una burbuja!

         La vaca estudiosa

       Había una vez una vaca
   en la Quebrada de Humahuaca.
        Como era muy vieja,
muy vieja, estaba sorda de una oreja.
   Y a pesar de que ya era abuela
     un día quiso ir a la escuela.
    Se puso unos zapatos rojos,
guantes de tul y un par de anteojos.
     La vio la maestra asustada
     y dijo: – Estas equivocada.
       Y la vaca le respondió:
   ¿Por qué no puedo estudiar yo?
     La vaca, vestida de blanco,
   se acomodó en el primer banco.
     Los chicos tirábamos tiza
      y nos moríamos de risa.
La gente se fue muy curiosa
       a ver a la vaca estudiosa.
     La gente llegaba en camiones,
       en bicicletas y en aviones.
    Y como el bochinche aumentaba
     en la escuela nadie estudiaba.
      La vaca, de pie en un rincón,
        rumiaba sola la lección.
       Un día toditos los chicos
      se convirtieron en borricos.
    Y en ese lugar de Humahuacala
        única sabia fue la vaca.

          El reino del revés

 Me dijeron que en el Reino del Revés
      nada el pájaro y vuela el pez,
que los gatos no hacen miau y dicen yes
     porque estudian mucho inglés.
 Me dijeron que en el Reino del Revés
         nadie baila con los pies,
que un ladrón es vigilante y otro es juez
        y que dos y dos son tres.
 Me dijeron que en el Reino del Revés
        cabe un oso en una nuez,
  que usan barbas y bigotes los bebés
        y que un año dura un mes.
 Me dijeron que en el Reino del Revés
          hay un perro pekinés
    que se cae para arriba y una vez
         no pudo bajar después.
 Me dijeron que en el Reino del Revés
        un señor llamado Andrés
         tiene 1.530 chimpancés
         que si miras no los ves.
 Me dijeron que en el Reino del Revés
         una araña y un ciempiés
  van montados al palacio del marqués
         en caballos de ajedrez.
           Vamos a ver cómo es
            el Reino del Revés.
BIBLIOGRAFIA
http://www.poemas-de-amor.es/poemas-para-ninos.php

http://www.silvitablanco.com.ar/rafaelalberti/poesiainfantil.htm

http://comunidadescolar.educacion.es/documentos/alberti/alberti5.html

http://www.elbloginfantil.com/poesia-infantil-bruja.html

http://www.google.es/imgres?imgurl=http://proyectolectura.files.wordpress.com/
2007/11/vaca.gif&imgrefurl=http://proyectolectura.wordpress.com/2007/11/07/l
a-vaca-estudiosa-maria-elena-walsh/

http://www.elbloginfantil.com/poesia-infantil-reino-reves.html
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