Políticas de rentas y reformas laborales en España
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Políticas de rentas y reformas laborales en España * JESÚS FERREIRO APARICIO ** 1. INTRODUCCIÓN mediados de los ochenta, la aplicación de L diversas reformas laborales sustituyó a la a globalización económica es el argu- política de rentas como base de la política eco- mento más frecuentemente utilizado nómica. No obstante, la intensidad de estas cuando se plantea la imposibilidad de reformas ha tenido como consecuencia una resolver los problemas de desempleo median- excesiva segmentación del mercado de traba- te políticas de demanda. La visión según la jo, fuente a su vez de diversos problemas tan- cual son elementos institucionales los que ex- to de naturaleza micro como macroeconómi- plican las elevadas tasas de desempleo y/o la ca, lo que está en la raíz de las últimas refor- ralentización en la creación de empleo, apo- mas aplicadas en el mercado de trabajo para yada en la comparación de los diferentes re- corregir tales desequilibrios. sultados en materia de empleo entre Estados Unidos y Europa, lleva a defender la aplica- ción de reformas laborales con objeto de au- 2. EL FENÓMENO DE LA mentar la flexibilidad del mercado de trabajo. GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA En este planteamiento, la moderación sala- rial, que puede conseguirse de manera con- La globalización económica, en su vertien- sensuada mediante políticas de rentas volun- te financiera, es considerada como la princi- tarias, no es un elemento suficiente para pal restricción que impide la aplicación de mejorar los resultados en materia de empleo. políticas macroeconómicas nacionales autó- Necesariamente debe ser complementada, nomas. Este fenómeno no es nuevo: sus posi- cuando no sustituida, por reformas laborales bles consecuencias negativas ya se manifes- que mejoren la eficiencia en los mercados de taron en el pasado con una virulencia similar trabajo eliminando las restricciones institu- a la presente, tal y como ocurrió durante la cionales que lo hacen excesivamente rígido. Gran Depresión y durante la crisis de finales del s. XIX (Aglietta, 1995; De Bernis, 1987). La economía española constituye un buen ejemplo de este tipo de estrategias. Desde A principios del siglo XX la internacionali- zación de los mercados financieros se hallaba sometida a las reglas del patrón-oro. La inter- * El presente trabajo se integra en el marco de un nacionalización económica era relativamente proyecto de investigación financiado por la Universidad generalizada, siendo escasas las áreas que del País Vasco (código proyecto: 1/UPV 00032.321- quedaban al margen de este proceso. Ade- HA-8062/2000) más, dicha globalización tenía lugar en un ** Departamento de Economía Aplicada V. Univer- sidad del País Vasco. contexto de prosperidad generalizada en las REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46 15
INFORMES Y ESTUDIOS principales economías. La integración econó- las europeas, las políticas de rentas (Roma- mica constituía un elemento favorecedor de nis, 1975), centradas en el control de los sala- ese clima de prosperidad económica, por lo rios. La razón de su aplicación era la imposi- que en modo alguno podía considerarse a bilidad de lograr simultáneamente los objeti- aquella como una restricción al crecimiento vos de equilibrio interno (pleno empleo y esta- económico sino más bien como un elemento bilidad de precios) y equilibrio externo (equi- dinamizador de este. La Gran Depresión librio en la balanza de pagos y estabilidad de transformó radicalmente esta situación. La los tipos de cambio) debido a la presión sala- internacionalización de los mercados de capi- rial que desencadenaría una situación de ple- tales actuó como un mecanismo de transmi- no empleo. sión de la crisis exportando a terceros países los episodios de inestabilidad desarrollados Tras la crisis monetaria de finales de los en mercados financieros nacionales. La des- años sesenta, el sistema de tipos de cambio regulación de las relaciones financieras inter- fijos, como ocurrió en la Gran Depresión, se nacionales desencadenada tras la ruptura del abandonó en favor de los tipos de cambio fle- patrón-oro, fue un elemento desencadenante xibles en la creencia de que estos aislarían a y agravante de la crisis que padecieron las las economías nacionales de las perturbacio- distintas economías nacionales. Los países nes exteriores, posibilitando la aplicación de optaron por estrategias nacionales de gestión políticas económicas autónomas. En este nue- de la crisis cuyo resultado fue agudizar aún vo escenario, los mercados financieros sufren más la situación de deterioro económico. El un proceso de continua y sostenida integra- resultado final fue una drástica reducción en ción ausente de regulación, lo que permite los intercambios comerciales y financieros hablar de la existencia de un «no-sistema nacionales y la extensión de fórmulas regio- monetario internacional» caracterizado por la nales de salida de la crisis. ausencia de reglas sobre los procesos de corrección de los desequilibrios exteriores y de Esta inestabilidad duró hasta los Acuer- creación de liquidez internacional, dando dos de Bretton Woods. En ellos la idea de la lugar a un crecimiento de las transacciones internacionalización económica volvió a financieras internacionales que no se corres- abrirse paso integrada en una estrategia glo- ponde con el de las transacciones reales. Por bal de relanzamiento de la actividad econó- último, otro rasgo distintivo de la globaliza- mica y de consecución de altos niveles de ocu- ción es la creciente internacionalización de los pación a escala internacional. Sin embargo, procesos productivos, reflejado en el creci- la dimensión financiera del proceso de inter- miento de las operaciones de inversión directa nacionalización económica quedó al margen extranjera, fenómeno que, aunque no surge de esta liberalización (Rojo; 1994, Eichengre- en esta época, sí que es en este periodo cuando en et alli, 1995) por considerarse que la liber- conoce un desarrollo más acelerado, con un tad plena de los movimientos de capital podía crecimiento desde principios de la década de constituir un obstáculo para la estabilidad los ochenta que triplica el crecimiento de las económica, el crecimiento y el pleno empleo. exportaciones mundiales y que cuadriplica la Solamente regulando de forma estricta y res- tasa de crecimiento del output mundial. trictiva los movimientos internacionales de capital se garantizaba la compatibilidad de la existencia de estrategias autónomas naciona- les de crecimiento con un entorno de crecien- 3. CONSECUENCIAS PARA LA POLÍTICA te integración económica. ECONÓMICA En este nuevo contexto aparecen en las Este proceso de globalización ha generado economías occidentales, principalmente en tanto un incremento en la inestabilidad eco- REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46 16
JESÚS FERREIRO APARICIO nómica internacional (resultado del riesgo Esta es una de las claves para comprender sistémico derivado de la desregulación de los la periódica sucesión de fases de estabilidad y movimientos financieros) como un descenso de inestabilidad financiera y real. A corto pla- en la eficacia de las políticas económicas. Los zo, los fundamentos que garantizan la credi- sistemas de flotación controlada han sido bilidad de la estabilidad cambiaria son de incapaces de aislar a las economías del exte- naturaleza nominal (tipos de interés, tasas rior y de permitir la aplicación de políticas de inflación, etc.). Sin embargo, a largo plazo económicas autónomas. La flotación de los esos fundamentos son de naturaleza real tipos de cambio no sólo se ha revelado como (crecimiento económico, tasas de desempleo, un instrumento ineficaz en este sentido sino competitividad, balanza de pagos, etc.), facto- que la volatilidad de las paridades cambia- res que determinan la sostenibilidad y la rias ha introducido un nuevo elemento de compatibilidad internacional de las políticas inestabilidad en el sistema. El resultado es nacionales en el largo plazo. La trampa en que muchos países, fundamentalmente euro- que se hallan los países que sufren una falta peos y latinoamericanos, han optados por de convergencia real y nominal con los países aplicar tipos de cambio fijos para evitar tal líderes es la necesaria aplicación de similares fuente de inestabilidad, bien sea a través de políticas a las del país líder para conseguir la la dolarización o del establecimiento de estabilidad cambiaria. Sin embargo, la apli- currency-boards o mediante procesos de inte- cación de tales medidas no tiene porqué ser gración monetaria , como en el caso de la eficaz para corregir sus desequilibrios, pudiendo incluso acentuarlos. Esta ineficacia UEM. de la política económica conduce a un nuevo En la práctica, la opción escogida para futuro periodo de inestabilidad cambiaria garantizar una cierta estabilidad cambiaria tanto por la no corrección/acentuación de sus es la subordinación de la política económica desequilibrios económicos como por la necesi- nacional, sobre todo de la política monetaria, dad de adoptar una política económica diver- a la orientación general de la política de un gente con la del país líder. país líder, lo que debería permitir obtener Los problemas derivados de la desregula- una ganancia en términos de credibilidad y ción financiera se agravan por la financiación sostenibilidad del sistema (De Grauwe, exterior de los desequilibrios internos de los 1994). Sin embargo, tal práctica tiene un cos- países, principalmente los déficit públicos. te en términos de soberanía económica nacio- No podemos olvidar que la globalización de nal. La supervivencia del acuerdo cambiario los mercados financieros ha sido, en parte, depende de la generación de unos «funda- potenciada por los propios gobiernos, con el mentos» económicos que garanticen a los propósito de aumentar la eficacia en el fun- mercados la necesaria estabilidad del siste- cionamiento de los mercados de capitales ma, lo que en la práctica significa aplicar polí- como instrumento de asignación de recursos ticas económicas miméticas para conseguir para así acceder en las condiciones más ven- unos resultados económicos similares a los tajosas posibles a la financiación de ciertos del país líder 1. desequilibrios (Allen, 1994; Rojo, 1994), prin- cipalmente los presupuestarios. Por otra par- 1 El resultado sería una mayor sincronía de los ciclos te, la inestabilidad que caracteriza a los mer- cados de capitales y los efectos negativos económicos nacionales y una más rápida transmisión de cualquier shock de demanda generado en un país integrante del acuerdo cambiario. Esto convierte a cual- quier fluctuación nacional de la demanda, sobre todo da compensación en forma de una menor posibilidad las surgidas en los países «grandes» en simétrica para el de la generación de shocks asimétricos de demanda o conjunto del sistema, sin que se produzca una adecua- de shocks de oferta (Kenen, 1995). REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46 17
INFORMES Y ESTUDIOS inducidos sobre las economías reales (cuyo rios para reducir la dependencia financiera mecanismo de transmisión son los efectos nacional de los mercados de capitales y prote- sobre los tipos de cambio y los tipos de interés ger a la economía nacional de las perturbacio- y, en definitiva, sobre las condiciones de acce- nes que aparezcan en tales mercados, así so a la financiación interior y exterior) se como para posibilitar una reducción de los acentúan cuando la dependencia de los mer- tipos de interés reales que acelere la activi- cados de capitales exteriores es muy elevada dad económica a través del estímulo de la (Secretaría General Técnica, 1995a). El inversión privada. El resultado final de este tamaño de los déficit públicos y de los stocks proceso es la pérdida de autonomía de las vivos de deuda pública (ponderados por la políticas de demanda. Los objetivos de la vida media de la deuda pública y por la pro- actual política macroeconómica ya no son porción de deuda en manos de no residentes) internos sino «externos», proporcionando un son factores clave en la dimensión alcanzada marco estable para el funcionamiento de los por dicha inestabilidad (Navascués, 1994). Se mercados financieros internacionales. Ade- establece así una doble relación de causali- más, aparecen nuevas fuentes de inestabili- dad en la generación de inestabilidad: de los dad económica que son acompañadas de una déficit públicos a los mercados de capitales y creciente incapacidad de las políticas de de los mercados de capitales a los desequili- demanda tradicionales para corregir los des- brios presupuestarios 2. equilibrios que padecen las economías occi- dentales y para facilitar la reactivación eco- Esta estrategia no carece de costes. Entre nómica. las condiciones que garantizan un acceso estable a los mercados financieros está el garantizar a dichos mercados la rentabilidad 4. RESPUESTAS A LA PÉRDIDA DE de dichos préstamos, lo que implica la gene- AUTONOMÍA EN LAS POLÍTICAS ración de un marco de estabilidad macroeco- NACIONALES DE DEMANDA nómica basado en la estabilidad de precios (la cual permitiría garantizar la rentabilidad El actual proceso de globalización econó- real de dichas operaciones al eludir la pérdi- mica ha reducido tanto la posibilidad como la da de poder adquisitivo derivada de la infla- eficacia de las políticas de demanda autóno- ción y de la devaluación/depreciación de la mas. La respuesta a la pérdida de autonomía moneda). Por lo tanto, resulta indispensable de las políticas de demanda nacionales ha una política monetaria antiinflacionista. sido triple: la coordinación de las políticas de Pero no sólo la política monetaria ha perdido demanda nacionales (cuyo estadio más avan- autonomía con el fin de posibilitar un funcio- zado es la creación de uniones monetarias), la namiento estable de los mercados de capita- aplicación de políticas de rentas, y, finalmen- les. También la política presupuestaria la ha te, la implantación de políticas de oferta, cen- perdido, al verse obligada a centrarse en la tradas fundamentalmente en las reformas reducción de los desequilibrios presupuesta- laborales. El objetivo de las uniones monetarias es 2 No podemos olvidar los efectos de la globaliza- eliminar las restricciones surgidas como ción financiera sobre los déficit públicos al imponer a resultado del proceso de globalización finan- los países una reducción en la imposición sobre las ren- ciera (Gros y Thygesen, 1992; Knoester et al, tas del capital ante el temor a una fuga masiva de capi- tales a otras zonas con mejor tratamiento fiscal así como 1992; Wyplosz, 1995). Las uniones moneta- por los efectos negativos generados sobre los tipos de rias intentan proteger a las economías inte- interés que se traducen en un mayor peso de la carga grantes generando un espacio económico de intereses y del déficit público. autónomo y homogéneo donde aplicar políti- REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46 18
JESÚS FERREIRO APARICIO cas de demanda autónomas para el conjunto duales o de las empresas individuales. En el de la unión gracias a la reducción de la depen- caso de las políticas de rentas consensuadas, dencia comercial y financiera del exterior y al la moderación salarial es el resultado de un aumento de la vinculación entre oferta y consenso entre los agentes sociales (pudiendo demanda domésticas. estar presente el gobierno), obligando por igual a todas las unidades productivas y a Por su parte, las políticas de rentas y las todos los trabajadores. Sin embargo, en el reformas del mercado de trabajo son respues- caso de las reformas laborales la moderación tas nacionales, centradas en factores domés- salarial es un resultado indirecto, consecuen- ticos como los procesos de determinación cia de los efectos ejercidos por una serie de salarial y los factores institucionales de los reformas institucionales (cambios en la mercados de trabajo. Políticas de rentas y estructura de la negociación salarial, en las reformas laborales comparten el objetivo de modalidades de contratación, en los costes de moderar el crecimiento salarial. Esta mode- despido, en la movilidad geográfica o funcio- ración salarial puede ser «suave», permitien- nal, etc.) sobre los procesos de determinación do crecimientos salariales positivos en térmi- salarial. nos reales pero inferiores al crecimiento de la productividad, o «dura», lo que implica creci- Las reformas laborales cubren un espectro miento salarial nominal inferior a la tasa de de aspectos propios de la legislación laboral y inflación. En ambos casos, aunque con distin- del sistema de relaciones laborales que están ta intensidad, el resultado final es un descen- más allá de las posibilidades de actuación de so en los costes laborales unitarios reales la política de rentas, aun cuando estas pue- (CLUR), lo que permite disminuir los precios den incluir algunos de estos aspectos en los y/o incrementar los beneficios empresariales, acuerdos que acompañan a la directriz sobre en función de la traslación del descenso en los crecimiento salarial, actuando como compen- CLU nominales a los precios. Las razones de sación de los costes implícitos en los acuerdos la moderación salarial pueden ser diversas: de moderación salarial (Ferreiro y Gómez, frenar la tasa de inflación o bien ganar com- 1994). En cualquier caso, las reformas labo- petitividad frente al exterior. Este argumen- rales moderan el crecimiento salarial al inci- to, propio de las economías abiertas y peque- dir sobre los elementos determinantes del ñas (precio-aceptantes), puede ser comple- equilibrio de fuerzas entre trabajadores y mentado con la necesidad de una moderación empresarios, responsable en última instan- salarial que compense los efectos negativos cia del crecimiento salarial. Por tanto, mien- generados sobre los excedentes empresaria- tras que en las políticas de rentas la modera- les consecuencia de la aplicación de políticas ción salarial es directa e inmediata, en el caso de demanda restrictivas, fundamentalmente de las reformas laborales el efecto de estas monetarias. reformas sobre los salarios depende del tipo de medida aplicada y del equilibrio de fuerzas Las diferencias entre ambas políticas radi- entre empresarios y trabajadores-sindicatos. can en las medidas. Mientras en las políticas de rentas el instrumento es un acuerdo cen- Por otra parte, debe tenerse en cuenta que tralizado que establece las directrices de cre- las políticas de rentas son voluntarias, lo que cimiento salarial para el conjunto de la eco- implica la existencia de cesiones, de variada nomía vinculando el crecimiento salarial al naturaleza, para alcanzar un acuerdo sobre crecimiento de la productividad a escala crecimiento salarial. Por el contrario, las nacional, en las reformas laborales, al menos reformas laborales no necesariamente tienen en el caso español, se ha tratado de vincular porque ser consensuadas. El gobierno, los crecimientos salariales a los incrementos actuando por vía legislativa, puede modificar de productividad de los trabajadores indivi- las reglas que rigen los procesos de determi- REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46 19
INFORMES Y ESTUDIOS nación salarial y el sistema de relaciones desequilibrios. La tasa de inflación se redujo laborales, lo que permite eludir los costes desde el 24,5% de 1977 hasta el 8,6% de 1986, derivados de un proceso de negociación que gracias a una moderación salarial que ocasio- conduzca a una solución de consenso. Ahora nó un descenso de los salarios reales de 9 pun- bien, el hecho de que las reformas laborales tos (Comisiones Obreras, 1989). Sin embargo, impliquen cambios de naturaleza institucio- a pesar del éxito en la lucha contra la inflación, nal, afectando al comportamiento de los como puede observarse en el Gráfico 1, las agentes tanto más cuanto más profundas políticas de rentas fueron sustituidas por las sean dichas reformas, implica el que el resul- reformas laborales como instrumentos de tado final de las reformas laborales sea lucha contra la inflación y el desempleo. Las incierto, dependiendo de las reacciones de los causas de esta sustitución son diversas. Por un agentes (empresarios y trabajadores) ante lado, razones de tipo económico (los escasos esos cambios institucionales y de los efectos a resultados en la lucha contra el desempleo), de largo plazo de esas reacciones. tipo instrumental (las políticas de rentas no podían actuar directamente sobre los costes no salariales, que se suponían negativos para la 5. LAS POLÍTICAS DE RENTAS EN competitividad empresarial), o incluso de tipo ESPAÑA político, derivadas de las dificultades para mantener el consenso necesario entre los La coincidencia del inicio de la crisis y la agentes sociales y el gobierno para la volunta- llegada de la democracia en 1977 hizo de las ria moderación salarial, sobre todo a raíz de la políticas de rentas la principal política de ges- aplicación de una política presupuestaria res- tión de la crisis. El consenso político entre los trictiva que frenaba el crecimiento de los gas- agentes sociales y políticos para reforzar el tos sociales, principal fuente de compensación proceso democrático se trasladó a la arena de la moderación salarial (Ferreiro y Gómez, económica fomentando la aplicación de una 1995). Pero la principal razón se encuentra en política consensuada basada en las políticas los planteamientos teóricos según los cuales de rentas. El principal objetivo era el control los desequilibrios macroeconómicos eran el de la inflación y la recuperación de los benefi- resultado de factores institucionales del mer- cios empresariales mediante la moderación cado de trabajo español que generaban una salarial. El resultado fue la firma de cinco excesiva rigidez del mismo. Según esta con- pactos de política de rentas: los Pactos de la cepción sólo mediante una mayor flexibiliza- Moncloa (firmados en 1977 y con validez para ción del mercado de trabajo podría reducirse la 1978), el Acuerdo Marco Interconfederal (fir- inflación y el paro, para lo cual debería dise- mado en 1980 y con vigencia para el periodo ñarse un nuevo mercado de trabajo, incompa- 1980-81), el Acuerdo Nacional de Empleo (fir- tible con el modelo de corte socialdemócrata mado en 1981 con vigencia para 1982), el que posibilitaba la aplicación de las políticas Acuerdo Interconfederal (firmado en 1983 y de rentas voluntarias. con vigencia para ese mismo año), y el Acuer- Tal y como se muestra en el Gráfico 1, los do Económico y Social (firmado en 1984, con buenos resultados en materia de control de la vigencia para 1985 y 1986) 3. inflación alcanzados con la puesta en práctica Las políticas de rentas resultaron un ins- de las políticas de rentas hasta mediados de trumento eficaz para corregir determinados los ochenta no se correspondieron con los negativos registros de desempleo, de aquí la necesidad aducida de una reforma laboral 3 Para un análisis detallado de dichos pactos, véase que permitiese combinar el control de la DE LA VILLA (1985), ZARAGOZA (1988) y ROCA (1993). inflación con una mejora en el desempleo. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46 20
JESÚS FERREIRO APARICIO GRÁFICO 1. TASAS DE PARO E INFLACIÓN (%) Fuente: Instituto Nacional de Estadística 4 6. LAS REFORMAS LABORALES EN des de organización productiva o a incremen- ESPAÑA 5 tos temporales en la demanda. El Estatuto de los Trabajadores aprobado en 1980 dibujó un mapa de relaciones labora- 6.1. La reforma laboral de 1984 les de corte socialdemócrata, donde se esta- blecieron como rasgos más significativos del La primera reforma laboral se aprobó en mercado de trabajo español la configuración 1984. Dicha reforma contó con el apoyo inicial como norma del contrato estable, el reconoci- del sindicato Unión General de Trabajadores miento de los sindicatos y de la negociación (UGT). De hecho, la reforma laboral, centrada colectiva, y el establecimiento legal de límites en la ampliación de los contratos laborales de a la jornada de trabajo. En materia de contra- duración determinada y en la extensión de su tación laboral, el Estatuto de los Trabajado- uso a puestos de trabajo estables, formaba res se basaba en el principio de causalidad, parte del contenido del Acuerdo Económico y según el cual los contratos laborales indefini- Social aprobado ese mismo año. La reforma dos debían ser utilizados para empleos de laboral de 1984 quebró el principio de causali- naturaleza permanente, mientras que, de dad permitiendo la utilización de contratos manera excepcional, podían utilizarse con- temporales en puestos de naturaleza perma- tratos de duración determinada o temporales nente, aun cuando limitaba la duración máxi- para empleos temporales ligados a necesida- ma de la mayoría de estos contratos a 3 años. De esta forma, la reforma trataba de modifi- car la vía de entrada de los trabajadores a las 4 Datos de la pagina web del INE: http://www. empresas: el trabajador sería inicialmente ine.es contratado con un contrato temporal el cual 5 Para un análisis más detallado del contenido de las sería posteriormente convertido en indefinido. reformas laborales, véase ALVAREZ (1996), Consejo Eco- nómico y Social (1996, 1998), FLÓREZ (1994) y ROJO El objetivo de la reforma de 1984 era dotar (1998). de mayor elasticidad a la demanda de traba- REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46 21
INFORMES Y ESTUDIOS jo, aprovechando las fases de expansión del no de estimular ni la flexibilidad salarial ni la ciclo económico para crear más empleos, que- flexibilidad funcional interna de las planti- brando la tendencia de destrucción de empleo llas (Alvarez, 1996). que se registraba desde el inicio de la crisis: la tasa de paro habían pasado desde el 5,7% del Aunque la reforma de 1984 contribuyó a cuarto trimestre de 1977 hasta el 21,1% del acelerar la creación de empleo, apoyada por cuarto trimestre de 1984. Aun cuando había una fase expansiva del ciclo económico, como un acuerdo generalizado de que era la crisis puede observarse en el gráfico 2, sin embargo, económica, centrada en el sector industrial, la extensión generalizada de los contratos la principal causa del paro y del proceso de temporales pronto empezó a generar una serie destrucción de empleo, se creía que la refor- de problemas (Segura et al, 1991) los cuales ma laboral podía paliar el problema del des- condujeron a la aprobación en 1992 de la Ley empleo. Para ello se consideraba necesario de Medidas Urgentes sobre Fomento del flexibilizar el mercado de trabajo eliminando Empleo y Protección por Desempleo. El objeti- las restricciones y rigideces que el Estatuto vo de la Ley era doble: reducir las prestaciones de los Trabajadores planteaba sobre los ajus- por desempleo y endurecer las condiciones de tes de plantilla debido a la generalización de acceso al mismo para reducir el déficit público los contratos indefinidos y a los supuestos generado en gran medida por el coste de elevados costes de despido. Así, la reforma dichas prestaciones (Bentolila y Dolado, 1993 optó por fomentar la flexibilidad laboral y 1994), y desincentivar la contratación tem- externa, alterando los procedimientos de poral estimulando la contratación indefinida entrada y salida de las plantillas, de tal for- en determinados colectivos (jóvenes, mujeres ma que los ajustes se concentraran en los tra- y desempleados mayores de 45 años). Además, bajadores temporales. No hubo intento algu- en 1993 la longitud máxima de algunos con- GRÁFICO 2. TASAS DE CRECIMIENTO DEL PIB REAL Y DEL EMPLEO ASALARIADO Fuente: Instituto Nacional de Estadística. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46 22
JESÚS FERREIRO APARICIO GRÁFICO 3. TASAS DE TEMPORALIDAD (%) Fuente: Instituto Nacional de Estadística. tratos temporales pasó de 3 a 4 años, al tiem- doble. Por un lado, los contratos temporales po que se aprobaron incentivos para los con- reducían los costes de ajuste de las plantillas tratos indefinidos a tiempo parcial. en situaciones de recesión, atacando al núcleo de trabajadores insiders, es decir, trabajado- Como se comprueba en el Gráfico 3, la res indefinidos protegidos de la amenaza de reforma de 1984 dio paso a una profunda seg- despido por, entre otros factores, indemniza- mentación del mercado de trabajo entre tra- ciones en caso de despido (Lindbeck y Sno- bajadores con contrato indefinido y trabaja- wer, 1988). El descenso en los costes de despi- dores con contrato temporal. Estos últimos do permitiría adaptar las plantillas ante los alcanzaron en 1995 tasas del 34,8% en el con- cambios en la demanda elevando el nivel de junto de la economía y del 40,7% en el sector empleo a largo plazo, ya que se planteaba que privado. El elevado ascenso de las tasas de ante los altos costes de despido las empresas temporalidad se debe tanto al incremento en no incrementaban sus plantillas durante las las cifras de trabajadores temporales como a expansiones por el temor de ver aumentados la destrucción de empleo permanente, la cual los costes de despido de los trabajadores inde- se mantuvo hasta 1995: desde 1987 hasta finidos en la siguiente recesión (Buechte- 1994, en el conjunto de la economía española mannn, 1993; Serrano et al, 1998). La susti- se destruyeron 881.200 empleos indefinidos tución de trabajadores indefinidos por tempo- aumentando el empleo temporal en 1.560.600 rales tendría este propósito. Téngase en personas, mientras que en el sector privado cuanta que el Estatuto de los Trabajadores se destruyeron 975.900 empleos indefinidos estableció la existencia de indemnizaciones (el 18,9%) creándose 1.382.900 empleos tem- por despido 6, excepto para los despidos obje- porales. La generalización de los contratos tempo- 6 En el caso de despidos individuales nulos e impro- rales tenía como objetivo acelerar la creación cedentes 45 días de salario por año trabajado con un de empleo. El mecanismo de transmisión era máximo de 42 mensualidades; para despidos individua- REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46 23
INFORMES Y ESTUDIOS tivos por razones disciplinarias (o de la resci- mientos salariales (Jimeno y Toharia, 1993; sión voluntaria del contrato por el propio tra- Bentolila y Dolado, 1994; Revenga, 1994; bajador). Por el contrario, la finalización de Varios Autores, 1994), proceso que se acentuó los contratos temporales no daba lugar a en una situación en la cual las empresas con- indemnización alguna (excepto en el caso de centraban las ganancias de productividad en los contratos de fomento de empleo, abolidos los trabajadores de alta cualificación los cua- en 1994, los cuales incorporaban una indem- les disfrutaban de un mayor porcentaje de nización de 12 días de salario por año traba- contratos indefinidos (Serrano et al, 1998; jado). Consejo Económico y Social, 1998). El segundo mecanismo de transmisión Analizando conjuntamente los datos de los guardaba relación con la brecha salarial exis- gráficos 2 y 4, en donde se presentan los incre- tente entre trabajadores indefinidos y tempo- mentos salariales medios pactados en los con- rales. Los datos de las encuestas sobre distri- venios colectivos, los cuales, de acuerdo con bución salarial elaboradas por el Instituto los modelos insider-outsider, reflejarían los Nacional de Estadística para los años 1988, intereses y condiciones de los trabajadores indefinidos, se comprueba como durante el 1992 y 1995 (Instituto Nacional de Estadísti- periodo 1989-93, en el marco de un escenario ca 1992, 1995, 1997) reflejan un profundo caracterizado por un fuerte incremento de la diferencial entre ambos colectivos: si en 1988 tasa de paro, que aumenta en 6,5 puntos, los la ganancia media de un trabajador temporal salarios pactados en convenio aumentan en era el 57,7% de la ganancia de un trabajador términos reales acumulados 6,9 puntos, y ello indefinido, en 1992 ese porcentaje era del a pesar del efecto moderador ejercido por los 59,4% y en 1995 el 44,8%. Debe tenerse en salarios de los trabajadores temporales, lo cuanta, además, que la brecha salarial cam- que indica un efectivo incremento en el poder biaba de acuerdo con las categorías profesio- de negociación de los trabajadores indefini- nales, siendo mayor en el caso de los trabaja- dos. dores de mayor cualificación. Aunque el crecimiento de la productividad Ahora bien, el efecto moderador sobre los hacía que el crecimiento de los costes labora- costes salariales generado por la brecha sala- les unitarios reales fuese negativo se creía rial entre trabajadores indefinidos y tempo- que el comportamiento salarial de los traba- rales quedó anulado por el poder de negocia- jadores indefinidos era la principal causa del ción que el crecimiento de los trabajadores repunte inflacionista acontecido desde 1988. temporales concentró en los trabajadores El reconocimiento de que la moderación sala- indefinidos. Como plantean las teorías insi- rial ejercida por los contratos temporales der-outsider y de los salarios de eficiencia, el había alcanzado sus límites, llevó al gobierno incremento en el número de trabajadores socialista a ofrecer a los sindicatos en 1991 y temporales incrementó el poder de negocia- 1992 un nuevo pacto de política de rentas ción de los trabajadores indefinidos y, por lo admitiendo crecimientos salariales por enci- tanto, su capacidad de obtener mayores creci- ma de la inflación. En ambos casos, se produ- jo un rechazo rotundo por parte de los sindi- catos 7. les objetivos 20 días de salario por año trabajado con un máximo de 12 mensualidades; para despidos colectivos autorizados la indemnización es negociada entre sindi- catos y empresarios (en caso de no haber acuerdo es 7 Además de por considerar que los crecimientos determinada por un juez) con un mínimo de 20 días de salariales no estaban detrás de los problemas de infla- salario por año trabajado y un máximo de 12 mensuali- ción y paro de la economía española, el rechazo sindi- dades. cal a la política de rentas se explicaba por el coste polí- REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46 24
JESÚS FERREIRO APARICIO GRÁFICO 4. INCREMENTO SALARIAL PACTADO EN CONVENIO Y TASA DE INFLACIÓN (%) Fuente: Instituto Nacional de Estadística y Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales 8. La mayor elasticidad en la función de de los trabajadores indefinidos permaneció demanda de trabajo ejerció sus efectos per- inalterado: entre 1992 y 1995 mientras que versos durante la crisis de principios de los las ganancias medias de los trabajadores noventa. De igual forma que la expansión temporales cayeron en términos reales un económica vino acompañada de un intenso 25%, las ganancias medias de los trabajado- proceso de creación de empleo, la recesión del res indefinidos se incrementaron en términos trienio 1991-93 condujo a la práctica desapa- reales un 4%, y ello a pesar de que en el sector rición del empleo creado durante la anterior privado se había producido entre 1991 y 1994 fase de expansión: en el bienio 1992-1993 en una destrucción de 709.500 empleos indefini- el sector privado se destruyeron 618.200 dos (el 10,6% del empleo indefinido existente empleos asalariados (un 8,6% del empleo asa- en 1990). lariado existente en el sector privado en 1991). Fue esta combinación de rechazo frontal sindical a una nueva experiencia de política Sin embargo, a pesar de la intensa des- de rentas, de mantenimiento del poder de trucción de empleo, el poder de negociación negociación salarial de los trabajadores inde- finidos y de la necesidad de corregir los efec- tos perversos generados por una excesiva tico que supuso al sindicato UGT su participación en temporalidad en el empleo asalariado, lo que todos los acuerdos de política de rentas, lo que favore- condujo a la segunda reforma laboral aproba- ció al sindicato CC.OO. el cual sólo participó en dos de da el año 1994. ellos, y por la creencia de que el aumento de la influen- cia sindical que supuso la huelga general de 1989 les permitiría impedir al gobierno socialista la aprobación de una nueva reforma laboral o bien que, si fuera apro- 6.2. La segunda reforma laboral de 1994 bada, su fuerza les permitiría eludir los efectos de la misma. En 1994 se acometió la reforma más inten- 8 Datos tomados de su página web: http://www. sa del mercado de trabajo español. Esta refor- mtas.es REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46 25
INFORMES Y ESTUDIOS ma desplazó hacia la negociación colectiva gráfica de los trabajadores en respuesta a una serie de aspectos clave de las relaciones cambios organizativos, tecnológicos o econó- laborales regulados hasta la fecha mediante micos de las empresas. disposiciones legales. Tras la reforma estaba la idea de que el mercado de trabajo español El segundo grupo de medidas se centró en seguía siendo muy rígido y que la reforma de los procesos de determinación salarial. Así, se 1984 sólo lo había flexibilizado en el margen, intentó dar un mayor peso a los componentes al no reducir el poder negociador de los insi- variables de los salarios, con objeto de que estos guardaran una mayor relación con las ders. El objetivo de la reforma era que las circunstancias de la empresa o del trabajador, relaciones laborales se adaptaran de manera determinándose este componente variable automática a las características y situaciones por los acuerdos que alcanzasen las partes en de las empresas, vinculando la evolución cada momento de la negociación colectiva, al salarial con las condiciones reales de las quedar eliminada la garantía de consolida- empresas y elevando la productividad ción de esos complementos para años futuros. mediante una mejor utilización de las horas El objetivo de esta medida era romper el efec- contratadas, todo ello dentro de un nuevo to imitación existente en la negociación sala- marco institucional diseñado de común rial adaptando la evolución salarial a las con- acuerdo entre las partes con un mínimo de diciones concretas de cada agente. intervención estatal. Además, para eliminar el efecto imitación, Mientras que la reforma de 1984 tenía la reforma laboral estimulaba la descentrali- como objetivo estimular la creación de zación en la negociación colectiva. Tras esta empleo, la reforma de 1994 tenía como objeti- actuación estaba la hipótesis de que cuanto vo central reducir la inflación reduciendo los más centralizada o descentralizada sea la costes laborales unitarios. Para ello se actua- negociación colectiva mayor es la conexión ba en una doble dirección: moderando la evo- entre crecimientos salarial y productividad y, lución de los salarios, actuando sobre el mar- por tanto, mejores serán los resultados co institucional de fijación de los salarios, y macroeconómicos en materia de desempleo e adoptando medidas para incrementar la pro- inflación (Bruno y Sachs, 1985; Calmfors y ductividad. En relación con este último grupo Drifill, 1988; Jimeno, 1992; Blanchard y de medidas, la reforma permitió que la nego- Jimeno, 1994; Milner y Metcalf, 1995). Par- ciación colectiva aprobara la distribución tiendo de la base de que desde el fin de las irregular de la jornada laboral, relajando las políticas de rentas el grado de coordinación y limitaciones hasta entonces existentes sobre centralización de la negociación colectiva la duración máxima de la jornada diaria o había disminuido (Revenga, 1994), de que la semanal. El objetivo era concentrar el tiempo estructura de negociación mayoritaria era de efectivo de trabajo en periodos coincidentes tipo intermedio donde los convenios domi- con los picos de producción, distribuyendo a lo nantes eran de ámbito sectorial provincial e largo del año los periodos de descanso coinci- interprovincial, y, finalmente, de que los diendo con las fases de menor actividad. Otra incrementos salariales pactados en dichos medida en este campo se relacionaba con la niveles intermedios eran superiores a los clasificación profesional y la movilidad fun- aprobados en los convenios de empresa o en cional de los trabajadores. La reforma facilitó los sectoriales nacionales, la reforma de 1994 una definición más flexible de la prestación optó por una negociación colectiva descentra- laboral pactada, superando los esquemas de lizada fomentando los convenios de empresa. clasificación subjetiva de los trabajadores e impulsando la polivalencia en el puesto de Con este propósito, la reforma de 1994 trabajo. Además, impulsó la movilidad geo- incorporó dos modificaciones sustanciales. La REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46 26
JESÚS FERREIRO APARICIO primera, conocida como «cláusula de descuel- negociar en niveles superiores al de la empre- gue» (utilizada durante las políticas de ren- sa, donde su influencia es mayor (Miguélez, tas), posibilitaba a las empresas el no aplicar 1995; Führer, 1996). De aquí, que los sindica- el aumento salarial pactado en los convenios tos hayan potenciado la negociación en ámbi- de nivel superior si ese incremento dañaba la tos superiores al de la empresa. Aunque en el situación económica de la empresa. Hasta espíritu de la reforma de 1994 estuviera el entonces, los convenios colectivos de ámbito potenciar la negociación descentralizada, la inferior no podían acordar peores condiciones acción sindical ha podido contrarrestar dicha que las establecidas en los convenios de ámbi- pretensión. to superior. La segunda atañe a la «ultraacti- vidad del convenio vencido»: la reforma trató Aunque la reforma de 1994 no consiguió de impedir la consolidación de los beneficios alterar la estructura de negociación colectiva alcanzados por los trabajadores en cada con- en la dirección deseada, sí tuvo, ayudada por venio, de tal forma que en cada negociación la crisis del periodo 1991-1993, un significati- «el reloj se pusiera a cero», siendo las circuns- vo impacto moderador sobre los precios y los tancias presentes de las empresas las que salarios. Como se constata en la Tabla 1, des- determinasen las condiciones laborales y de 1994 se produce una evidente moderación salariales del momento. salarial. El resultado es, como se observa en el Gráfico 5, una quiebra de la relación entre Sin embargo, la reforma de 1994 no consi- crecimiento económico e inflación, de tal for- guió los resultados esperados. Los convenios ma que la expansión económica de mediados colectivos de empresa han ido perdiendo y finales de los noventa convive con un perio- importancia en favor de los convenios de do de baja y sostenida inflación. ámbito superior: si el porcentaje de asalaria- dos cubiertos por convenios de empresa en Los efectos de la reforma de 1994 sobre la 1989 era el 20,9%, en 1994 esa tasa era el moderación salarial y sobre el control de la 13,6% y en 2000 el 11,7%. Este movimiento, inflación no deben ocultar, sin embargo, la al ir acompañado de un progresivo, aunque existencia de una serie de consecuencias lento, retroceso de los convenios de ámbito negativas inducidas tanto sobre el propio intermedio y de un aumento en el peso de los mercado de trabajo como sobre el conjunto de convenios sectoriales nacionales, desde el la economía, que, como analizaremos más punto de vista macroeconómico no debiera adelante, se encuentran en la raíz de la terce- suponer ningún problema. Sin embargo, des- ra reforma laboral que se aprobó en 1997. de la perspectiva del equilibrio de fuerzas entre sindicatos y empresarios el resultado Como recoge el Gráfico 3, la tasa de tem- no es simétrico (Ferreiro y Gómez, 1994). poralidad en el sector privado alcanzó en Dada la baja afiliación sindical, los sindicatos 1995 el 40,7%. Esta segmentación laboral se españoles han apostado tradicionalmente por vio acentuada por dos fenómenos adicionales. TABLA 1. TASA DE CRECIMIENTO REAL (%) DE LAS GANANCIAS MEDIAS MENSUALES Fuente: Elaboración propia. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46 27
INFORMES Y ESTUDIOS GRÁFICO 5. TASA DE INFLACIÓN Y DE CRECIMIENTO REAL DEL PIB (%) Fuente: Instituto Nacional de Estadística. El primero guarda relación con la extensión tiva de un trabajador a tiempo parcial era el de los contratos a tiempo parcial. La reforma 70% del correspondiente a un trabajador a jor- de 1994 promovió la utilización de los contra- nada completa. El impacto de los contratos a tos a tiempo parcial para dotar de mayor fle- tiempo parcial es todavía mayor ya que si bien xibilidad al mercado de trabajo permitiendo un contrato a tiempo parcial se definía como una gestión más eficaz de la mano de obra, lo un contrato de duración inferior a la jornada que, supuestamente, redundaría en un incre- completa, sin embargo, los trabajadores a mento de la productividad. Así, los ocupados tiempo parcial podían hacer horas extras sin a tiempo parcial han pasado de suponer límite alguno, lo que implicaba una jornada 665.100 personas (el 5,7% de la población laboral similar a la completa. Además, la pro- ocupada) en el II trimestre de 1987 a tección social de estos contratos era inferior a 1.286.400 personas en el IV trimestre de 2002 la de los contratos a jornada completa. Esta (7,9% de la población ocupada). De hecho, en situación se mantuvo hasta noviembre de el año 2002 el 20,9% del total de nuevos con- 1998 cuando el gobierno y los sindicatos UGT tratos fueron a tiempo parcial (2.985.800 con- y CC.OO. alcanzaron un acuerdo para mejorar tratos a tiempo parcial). las condiciones de trabajo de los trabajadores a tiempo parcial, estableciendo un límite del La extensión de los contratos a tiempo par- 77% de la jornada completa, limitando la posi- cial tiene implicaciones adicionales. La mode- bilidad de hacer horas extras a los trabajado- ración salarial registrada desde 1994 se debe res indefinidos a tiempo parcial, obligando a en parte a la brecha salarial entre los contra- los empresarios a efectuar un preaviso con una tos a tiempo parcial y los contratos a tiempo antelación de siete días a los trabajadores completo. De acuerdo con el índice de Costes implicados sobre el momento y la duración de Laborales elaborado por el INE en el IV tri- las horas extras a efectuar, y, finalmente, ele- mestre de 2002 el coste salarial por hora efec- vando la protección social de esos contratos. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46 28
JESÚS FERREIRO APARICIO Por otra parte, la segmentación del merca- ringer y Piore, 1985; Akerlof y Yellen, 1996), do de trabajo entre trabajadores temporales e porque los trabajadores temporales y a tiem- indefinidos se vio incrementada por el po parcial están menos motivados y menos aumento en la rotación laboral derivada de la implicados en la gestión empresarial y en la reducción en la duración de los contratos tem- viabilidad a largo plazo de la empresa. En porales. La Tabla 2 muestra la evolución des- segundo lugar, porque la corta duración de de 1995 de los nuevos contratos temporales los contratos temporales dificulta las mejoras clasificados por su duración. Además de las en la productividad a través del «learning-by- elevadas cifras de contratos temporales, des- doing». Y, finalmente, porque muchos empre- taca la práctica inexistencia de contratos sarios han utilizado los contratos temporales temporales superiores a un año y los elevados como única herramienta para aumentar la porcentajes de contratos de duración inferior competitividad, olvidando otro tipo de medi- a tres meses y de contratos de duración inde- das (inversión en bienes de equipo, inversión terminada, siendo estos tipos de contratos los en I+D, intangibles, racionalización de la únicos que ganan en peso dentro de la contra- mano de obra, etc.) de mayor efectividad a tación temporal. En este sentido, la aproba- largo plazo (Alvarez, 1996; Bentolila y Dola- ción por parte de la reforma de 1994 del fun- do, 1994; Consejo Económico y Social, 1996, cionamiento de las Empresas de Trabajo Dirección General de Política Económica y Temporal, las cuales contratan directamente Defensa de la Competencia, 1997; Ministerio trabajadores para ponerlos a disposición de de Industria y Energía, 1995; Revenga, 1994; las empresas usuarias, ha tenido un profundo Segura et al, 1991). impacto sobre la reducción en la duración de Los estudios empíricos refuerzan esta los contratos temporales. Téngase presente visión (Serrano et al, 1998; Banco de España, que los contratos de puesta a disposición de 1998). El patrón de competitividad de la las empresas de trabajo temporal han pasado mayoría de empresas españolas se basa en de ser 301.344 contratos en 1995 (el 4,1% de bajos salarios y en el uso intensivo de contra- los contratos temporales nuevos) a 1.819.281 tos temporales. Aunque a corto plazo este contratos en 2002 9. modelo de competitividad y de mercado de La segmentación laboral ha generado efec- trabajo ha generado efectos positivos, los tos perversos sobre el conjunto de la econo- efectos a largo plazo no son tan evidentes por mía, tanto desde una perspectiva micro como varias razones. Primero, porque las empresas macroeconómica. La extensión de los contra- que adoptan esta estrategia padecen una tos temporales ha afectado negativamente a fuerte competencia de otras empresas (nacio- la productividad laboral y a la competitividad nales y extranjeras) que adoptan la misma empresarial, induciendo un patrón de compe- estrategia, lo que lleva a un proceso perma- titividad de dudosa eficacia en el largo plazo nente de recorte de costes salariales. Segun- por tres razones. En primer lugar, de acuerdo do, porque estas empresas se sitúan en secto- con la teoría de los salarios de eficiencia (Doe- res de demanda media y baja no pudiendo competir en sectores de demanda alta, donde el patrón dominante de competitividad es de 9 Las elevadas cifras correspondientes a la prórrogas valor añadido, y donde la clave de la competi- de contratos temporales reducen aun más la duración tividad son factores como la innovación, dise- media de los contratos temporales: en 2002 se firmaron ño, productividad, conocimiento, etc., en don- 1.811.315 prórrogas, 1.847.132 en 2001, 1.931.964 en 2000, 2.725.609 en 1999, 4.092.477 prórrogas en de se necesitan trabajadores permanentes de 1998, 3.648.264 en 1997 y las 2.999.243 prórrogas de alta cualificación. Un mercado de trabajo con 1996 (datos procedentes del Instituto Nacional de Em- altas tasas de temporalidad puede impedir pleo). un cambio hacia una estrategia de competiti- REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46 29
INFORMES Y ESTUDIOS 10 Página web: http:// www.inem.es REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46 30
JESÚS FERREIRO APARICIO vidad valor añadido, forzando a esas empre- La explicación de tal incertidumbre se sas a competir en mercados de demanda baja, encuentra en la ruptura del esquema de rela- lo que puede ser negativo para el crecimiento ciones laborales que, al incrementar la incer- a largo plazo. Tercero, porque la moderación tidumbre sobre el futuro, dificultaba a los salarial implica un freno al consumo familiar agentes la planificación a largo plazo de sus y a la demanda doméstica. decisiones de consumo y ahorro (Ferreiro y Serrano, 1996, 1998). Las reformas laborales, Junto a estos efectos microeconómicos, al precarizar las relaciones laborales en un existen problemas de naturaleza macroeco- marco de elevado desempleo e intensa des- nómica conectados con los cambios inducidos trucción de empleo, y al tener un efecto depre- sobre el patrón de consumo y ahorro privado. sivo sobre los salarios de los trabajadores A mediados de los noventa diversos estudios temporales y a tiempo parcial, contribuyó a oficiales detectaron que la expansión no reducir el horizonte temporal de planificación venía acompañada del esperado crecimiento de las decisiones de gasto y ahorro familiar. del consumo privado, con el consiguiente fre- El resultado fue la reducción del consumo y el no ejercido sobre la demanda agregada y la aumento del ahorro. Por su parte, la incerti- creación de empleo (Dirección General de dumbre sobre el futuro a medio y largo plazo Previsión y Coyuntura, 1995; Secretaría reduce el incentivo de los agentes a endeu- General Técnica, 1995b; Consejo Económico y darse: sólo cuando las expectativas sobre el Social, 1996). La causa del freno en el consu- largo plazo y los incrementos de renta se con- mo era un aumento en el ahorro por motivo solidan, en definitiva cuando se consolida un precaución vinculado a la creciente incerti- nuevo esquema institucional y de relaciones dumbre padecida por los agentes privados estructurales, la incertidumbre sobre el futu- que generaba un mercado de trabajo excesi- ro se reduce, frenándose el ahorro por motivo vamente segmentado. GRÁFICO 6. TASAS DE CRECIMIENTO REAL DEL PIB Y DE LOS ACTIVOS Y PASIVOS FINANCIEROS Fuente: Banco de España. 11 Página web: http:// www.bde.es REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46 31
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