ÉTICA Y GOBERNANZA DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN EL ÁMBITO DE LA SALUD - RESUMEN ORIENTACIONES DE LA OMS - de la inteligencia artificial en el ...

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ÉTICA Y GOBERNANZA DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN EL ÁMBITO DE LA SALUD

                            RESUMEN
     ÉTICA Y GOBERNANZA
DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
  EN EL ÁMBITO DE LA SALUD
         ORIENTACIONES DE LA OMS

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ÉTICA Y GOBERNANZA DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN EL ÁMBITO DE LA SALUD
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Ética y gobernanza de la inteligencia artificial en el ámbito de la salud: orientaciones de la OMS.
Resumen [Ethics and governance of artificial intelligence for health: WHO guidance. Executive summary]
ISBN 978-92-4-003744-1 (versión electrónica)
ISBN 978-92-4-003745-8 (versión impresa)

© Organización Mundial de la Salud 2021

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Forma de cita propuesta. Ética y gobernanza de la inteligencia artificial en el ámbito de la salud: orientaciones de
la OMS. Resumen [Ethics and governance of artificial intelligence for health: WHO guidance. Executive summary].
Ginebra: Organización Mundial de la Salud; 2021. Licencia: CC BY-NC-SA 3.0 IGO.

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RESUMEN
La inteligencia artificial (IA) se refiere a la capacidad de algoritmos codificados
en medios tecnológicos de aprender de los datos con el fin de realizar tareas
automatizadas sin necesidad de que una persona programe explícitamente cada
paso del proceso. La OMS reconoce que la IA es muy prometedora para la práctica
de la salud pública y la medicina. La OMS también reconoce que, a fin de aprovechar
plenamente los beneficios de la IA, es preciso abordar los problemas éticos que
conlleva para los sistemas de atención de la salud, los profesionales sanitarios
y los beneficiarios de los servicios médicos y de salud pública. Muchas de las
preocupaciones éticas descritas en este informe son anteriores a la llegada de la IA,
aunque la propia IA presenta una serie de nuevas inquietudes.

El hecho de que la IA pueda favorecer los intereses de los pacientes y las
comunidades dependerá de un empeño colectivo en diseñar e implementar leyes
y políticas éticamente defendibles y tecnologías de IA cuyo diseño tenga en cuenta
los principios éticos. También se presentan posibles consecuencias negativas graves
si quienes financien, diseñen, regulen o utilicen las tecnologías de IA en el ámbito
de la salud no otorgan prioridad a esos principios y a las obligaciones en materia
de derechos humanos. Por lo tanto, las oportunidades y los desafíos de la IA están
inextricablemente vinculados.

La IA puede aumentar la capacidad de los proveedores de atención de la salud para
mejorar la atención al paciente, proporcionar diagnósticos precisos, optimizar los
planes de tratamiento, apoyar la preparación y respuesta frente a las pandemias,
fundamentar las decisiones de las instancias normativas en la esfera de la salud o
asignar recursos en el marco de los sistemas de salud. Para liberar ese potencial, el
personal sanitario y los sistemas de salud deben contar con información detallada
sobre los contextos en los que dichos sistemas pueden funcionar de manera segura
y eficaz, las condiciones necesarias para asegurar un uso fiable y apropiado, y los
mecanismos para la auditoría y evaluación continuas del rendimiento de cada
sistema. Los trabajadores de la salud y los sistemas sanitarios deben tener acceso
a la educación y la formación para poder utilizar y mantener estos sistemas en
condiciones que permitan un uso seguro y eficaz.

La IA también puede empoderar a los pacientes y las comunidades para que asuman
el control sobre su propia atención médica y comprendan mejor unas necesidades
que evolucionan. Para lograrlo, los pacientes y las comunidades deben tener la
seguridad de que sus derechos e intereses no estarán subordinados a los poderosos
intereses comerciales de las empresas tecnológicas ni al interés de los gobiernos en

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la vigilancia y el control social. También es preciso que el potencial de la IA de detectar
riesgos para la salud de los pacientes o la comunidad se incorpore en los sistemas
de salud de una manera que promueva la autonomía y la dignidad humanas y no
desplace a las personas del centro de la toma de decisiones en el ámbito de la salud.

La IA puede permitir que los países con escasos recursos, donde los pacientes suelen
tener un acceso restringido al personal o los profesionales de la salud, superen las
diferencias en el acceso a los servicios de salud. Los sistemas de IA deben diseñarse
cuidadosamente a fin de reflejar la diversidad de entornos socioeconómicos y
asistenciales, y deben ir acompañados de capacitación en aptitudes digitales,
la implicación comunitaria y la concienciación. Los sistemas que están basados
principalmente en datos de personas de países de ingresos altos pueden no ser
de gran utilidad para las personas en entornos de ingresos bajos y medianos. Por
lo tanto, las inversiones de los países en IA y la infraestructura de apoyo deberían
contribuir al establecimiento de sistemas de atención de la salud eficaces, evitando la
IA que codifique sesgos que impidan la prestación de servicios de salud y el acceso a
estos de forma equitativa.

Este documento de orientación, elaborado conjuntamente por la Unidad de Ética y
Gobernanza en el Ámbito de la Salud, dependiente del Departamento de Investigación
para la Salud, y el Departamento de Salud Digital e Innovación, se basa en las
opiniones colectivas de un Grupo de Expertos de la OMS sobre Ética y Gobernanza
de la Inteligencia Artificial en el Ámbito de la Salud, integrado por 20 expertos en
salud pública, medicina, derecho, derechos humanos, tecnología y ética. El grupo
analizó numerosas oportunidades y desafíos en relación con la IA y recomendó
políticas, principios y prácticas para el uso ético de la IA en dicho ámbito, así como los
medios para evitar su uso indebido con el fin de socavar los derechos humanos y las
obligaciones legales.

La IA en el ámbito de la salud se ha visto afectada por la pandemia de COVID-19.
Aunque la pandemia no es un tema central de este informe, ha ilustrado las
oportunidades y los desafíos asociados a la IA en ese ámbito. Se han desarrollado
numerosas aplicaciones nuevas para responder a la pandemia, mientras que otras
han resultado ineficaces. Varias aplicaciones han planteado preocupaciones éticas en
relación con la vigilancia, la violación de los derechos de privacidad y autonomía, la
salud y la desigualdad social, y las condiciones necesarias para la confianza y los usos
legítimos de las aplicaciones que emplean un gran volumen de datos. Durante sus
deliberaciones sobre este informe, los miembros del Grupo de Expertos prepararon
las orientaciones provisionales de la OMS sobre el uso de las aplicaciones de rastreo
de proximidad para el seguimiento de los contactos con COVID-19.

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Principios éticos fundamentales para la utilización
de la IA en el ámbito de la salud
El presente informe respalda un conjunto de principios éticos fundamentales. La
OMS espera que estos principios se utilicen como base para que los gobiernos, los
desarrolladores de tecnologías, las empresas, la sociedad civil y las organizaciones
intergubernamentales adopten enfoques éticos para el uso adecuado de la IA en el
ámbito de la salud. Los seis principios se resumen a continuación y se explican en
profundidad en la sección 5.

Proteger la autonomía humana: La utilización de la IA puede conducir a situaciones
en las que la facultad de adoptar decisiones podría transferirse a las máquinas. El
principio de autonomía requiere que el empleo de la IA u otros sistemas informáticos
no socave la autonomía humana. En el contexto de la atención de la salud, esto
significa que las personas deben mantener el control sobre los sistemas de atención
de la salud y las decisiones médicas. El respeto de la autonomía humana también
conlleva deberes conexos a fin de que los proveedores cuenten con la información
necesaria para hacer un uso seguro y eficaz de los sistemas de IA y de que las
personas entiendan el papel de dichos sistemas en la atención de la salud. También
requiere la protección de la privacidad y la confidencialidad, así como la obtención de
un consentimiento informado válido mediante marcos jurídicos adecuados para la
protección de datos.

Promover el bienestar y la seguridad de las personas y el interés público. Las
tecnologías de IA no deben perjudicar a las personas. Los diseñadores de tecnologías
de IA deberían cumplir las prescripciones normativas en materia de seguridad,
precisión y eficacia para indicaciones o usos bien definidos. Es preciso establecer
medidas de control de la calidad en la práctica y de mejora de la calidad en la
utilización de la IA a lo largo del tiempo. La prevención de daños requiere que la IA no
ocasione perjuicios mentales o físicos que podrían evitarse mediante el uso de otras
prácticas o enfoques alternativos.

Garantizar la transparencia, la claridad y la inteligibilidad. Las tecnologías de
IA deben ser inteligibles o comprensibles para los desarrolladores, profesionales de la
salud, pacientes, usuarios y reguladores. Dos enfoques generales para la inteligibilidad
consisten en mejorar la transparencia de la tecnología de IA y hacer que esta sea
explicable. La transparencia requiere que se publique o documente información
suficiente antes del diseño o despliegue de una tecnología de IA, y que dicha información
facilite consultas y debates públicos significativos sobre la manera de diseñar la
tecnología y sobre cómo debe o no debe utilizarse. Las tecnologías de IA deben ser
explicables conforme a la capacidad de las personas a quienes se dirige esa explicación.

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Promover la responsabilidad y la rendición de cuentas. Las personas necesitan
una especificación clara y transparente de las tareas que los sistemas pueden
realizar y las condiciones en las que pueden alcanzar el rendimiento deseado.
Aunque las tecnologías de IA realizan tareas específicas, incumbe a las partes
interesadas velar por que esas tareas puedan llevarse a cabo y por que personas
debidamente capacitadas utilicen la IA en condiciones adecuadas. La responsabilidad
puede asegurarse mediante la aplicación de la «garantía humana», que implica la
evaluación por parte de los pacientes y los médicos en el desarrollo y despliegue
de las tecnologías de IA. La garantía humana requiere la aplicación de los principios
regulatorios en toda la extensión del algoritmo mediante el establecimiento de
puntos de supervisión humana. Si surgen problemas con una tecnología de IA, se
precisa la rendición de cuentas. Debe disponerse de mecanismos apropiados para la
investigación y la reparación en beneficio de las personas y los grupos que se vean
afectados negativamente por decisiones basadas en algoritmos.

Garantizar la inclusividad y la equidad. La inclusividad requiere que la IA aplicada
a la salud se conciba de manera que aliente la utilización y el acceso equitativos,
amplios y apropiados en la mayor medida de lo posible, con independencia de la
edad, el sexo, el género, los ingresos, la raza, el origen étnico, la orientación sexual, la
capacidad u otras características amparadas por los códigos de derechos humanos.
Las tecnologías de IA, como cualquier otra tecnología, deben compartirse en la mayor
medida de lo posible, y deben estar disponibles no solo para cubrir las necesidades
en los entornos de ingresos altos, sino también teniendo en cuenta los contextos, las
capacidades y la diversidad de los países de ingresos medianos y bajos (PIMB). Las
tecnologías de IA no deben codificar sesgos en detrimento de grupos identificables,
especialmente si ya están marginados. El sesgo es una amenaza para la inclusividad
y la equidad, ya que puede dar lugar a una desviación, a menudo arbitraria, en la
igualdad de trato. Las tecnologías de IA deben minimizar las inevitables disparidades
de poder que se producen entre los proveedores y los pacientes, entre las instancias
normativas y las personas, y entre las empresas y los gobiernos que crean e
implementan tecnologías de IA y quienes las utilizan o dependen de ellas. Las
herramientas y los sistemas de IA deben ser objeto de vigilancia y evaluación para
identificar efectos desproporcionados en grupos específicos de personas. Ninguna
tecnología, sea de IA o de otro tipo, debe apoyar o empeorar las formas existentes de
sesgo y discriminación.

Promover una IA con capacidad de respuesta y sostenible. La capacidad de
respuesta requiere que los diseñadores, desarrolladores y usuarios evalúen de forma
continua, sistemática y transparente las aplicaciones de IA en situación real. Deben
determinar si la IA responde de manera adecuada y apropiada y de acuerdo con

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las expectativas y los requisitos legítimos que se hayan comunicado. La capacidad
de respuesta también requiere que las tecnologías de IA sean coherentes con una
promoción más amplia de la sostenibilidad de los sistemas, los entornos y los lugares
de trabajo en el ámbito de la salud. Los sistemas de IA deben diseñarse de modo que
se reduzcan al mínimo los efectos ambientales y aumente la eficiencia energética.
Es decir, la utilización de la IA debe ser coherente con las iniciativas mundiales
para reducir el impacto humano en el medio ambiente, los ecosistemas y el clima
terrestres. La sostenibilidad también requiere que los gobiernos y las empresas hagan
frente a las perturbaciones previstas en los lugares de trabajo, en particular mediante
la capacitación del personal de salud para que se familiarice con el uso de los sistemas
de IA, así como a las posibles pérdidas de empleos a causa de la utilización de
sistemas automatizados.

Reseña del informe
El presente informe se divide en nueve secciones y un anexo. En la sección 1
se explican las razones que justifican la implicación de la OMS en este tema y se
especifican los destinatarios de las conclusiones, los análisis y las recomendaciones
del informe. En las secciones 2 y 3 se define la IA en el ámbito de la salud a través
de sus métodos y aplicaciones. La sección 2 proporciona una definición no técnica
de IA, que incluye varias formas de aprendizaje automático como un subconjunto
de técnicas de IA. También define los «macrodatos», incluidas las fuentes de datos
que incluyen macrodatos biomédicos o de salud. La Sección 3 proporciona una
clasificación no exhaustiva y ejemplos de tecnologías de IA en el ámbito de la salud, lo
que incluye las aplicaciones utilizadas en los PIMB, en particular para la medicina, las
investigaciones sanitarias, el desarrollo de medicamentos, la gestión y planificación de
los sistemas de salud y la vigilancia de la salud pública, entre otras.

La Sección 4 resume las leyes, las políticas y los principios que se aplican o podrían
aplicarse a la utilización de la IA en el ámbito de la salud. Esto incluyen las obligaciones
en materia de derechos humanos aplicables a la IA, el papel de las leyes y los marcos
de protección de datos y otras leyes y políticas relativas a los datos de salud. En
esta sección se describen varios marcos que recomiendan principios éticos para la
utilización de la IA en el ámbito de la salud, así como el papel que juegan la bioética, el
derecho, las políticas públicas y los marcos regulatorios como fuentes de normas éticas.

En la sección 5 se describen los seis principios éticos que el Grupo de Expertos
identificó como fundamentales para el desarrollo y la utilización de la IA en el
ámbito de la salud. En la sección 6 se presentan los problemas éticos identificados
y examinados por el Grupo de Expertos a los que se pueden aplicar estos
principios éticos rectores, a saber: si debe utilizarse la IA; la IA y la brecha digital;
la reunión y utilización de los datos; la rendición de cuentas y la responsabilidad

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en la adopción de decisiones mediante IA; la adopción de decisiones autónoma;
el sesgo y la discriminación asociados a la IA; los riesgos de la IA para la seguridad
y la ciberseguridad; los efectos de la IA en el trabajo y el empleo en el sector de la
atención de la salud; las dificultades respecto de la comercialización de la IA en el
ámbito de la atención de la salud; y la IA y el cambio climático.

En las secciones finales del informe se identifican medidas jurídicas, reglamentarias y no
jurídicas para promover el uso ético de la IA en el ámbito de la salud, incluidos marcos
de gobernanza adecuados. Asimismo, se proporcionan recomendaciones al respecto.

En la sección 7 se examina la forma en que las diversas partes interesadas pueden
introducir prácticas, medidas y programas éticos a fin de anticipar o cumplir las
normas éticas y las obligaciones jurídicas. Esto incluyen el diseño ético y transparente
de las tecnologías de IA; los mecanismos de participación y el papel del público, y la
demostración de fiabilidad con los proveedores y los pacientes; la evaluación del impacto;
y un programa de investigación para el uso ético de la IA en la atención de la salud.

En la sección 8 se examina la manera en que pueden evolucionar los regímenes de
responsabilidad con la creciente utilización de la IA en el ámbito de la atención de
la salud. Incluye una explicación de cómo se podría asignar la responsabilidad a los
proveedores de atención de salud, los proveedores de tecnologías y los sistemas de
atención médica u hospitales que elijan una tecnología de IA determinada, y el modo
en que las normas sobre la responsabilidad podrían influir en la manera en que los
profesionales utilizan la IA. En esta sección también se examina si los algoritmos de
aprendizaje automático son productos, cómo indemnizar a las personas perjudicadas
por las tecnologías de IA, el papel que juegan los organismos reguladores y los
aspectos específicos de estas tecnologías para los PIMB.

En la sección 9 se presentan los elementos de un marco de gobernanza para la IA en
el ámbito de la salud. La «gobernanza en el ámbito de la salud» se refiere a una serie
de funciones que permiten a los gobiernos y otras instancias decisorias, incluidos los
organismos internacionales en la esfera de la salud, dirigir y adoptar normas con el fin
de lograr objetivos en sus políticas nacionales de salud que favorezcan la cobertura
sanitaria universal. En la sección se analizan varios marcos de gobernanza que se
están elaborando o ya están preparados. Los marcos examinados son los siguientes:
gobernanza de los datos, control y participación en los beneficios, gobernanza
del sector privado, gobernanza del sector público, consideraciones en materia
de reglamentación, papel de un observatorio de políticas y legislación modelo, y
gobernanza global de la IA.
Por último, el informe proporciona consejos prácticos sobre la aplicación de
las orientaciones de la OMS a tres grupos de partes interesadas, a saber, los

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desarrolladores de tecnologías de IA, los ministerios de salud y los proveedores de
atención de la salud. Estas consideraciones solo tienen por finalidad ser un punto
de partida para la adopción de decisiones y los debates específicos en el contexto
particular de las partes interesadas en cuestión.

Si bien los principales destinatarios de este documento de orientación son los
ministerios de salud, también está dirigido a otros organismos gubernamentales,
los ministerios que regularán la IA, los usuarios de tecnologías de IA en el ámbito
de la salud, y entidades que diseñan y financian tecnologías de IA en ese ámbito.
La aplicación de estas orientaciones requerirá una acción colectiva. Las empresas
y los gobiernos deben introducir las tecnologías de IA únicamente para mejorar
la condición humana, y no para objetivos tales como la vigilancia injustificada o
el aumento de las ventas de bienes y servicios comerciales no vinculados. Los
proveedores deben exigir tecnologías apropiadas y utilizarlas para maximizar tanto
las promesas de la IA como los conocimientos especializados de los médicos. Los
pacientes, las organizaciones comunitarias y la sociedad civil deben ser capaces de
hacer que los gobiernos y las empresas rindan cuentas, participen en el diseño de las
tecnologías y las normas, desarrollen nuevas normas y enfoques, y exijan y busquen
transparencia con el fin de satisfacer sus propias necesidades, así como las de sus
comunidades y sistemas de salud.

La IA en el ámbito de la salud evoluciona y cambia deprisa, y se crearán muchas
aplicaciones, aún no previstas, mediante inversiones públicas y privadas cada vez más
cuantiosas. Es posible que la OMS considere la posibilidad de publicar orientaciones
específicas para herramientas y aplicaciones adicionales, y que las actualice
periódicamente a fin de seguir el ritmo de este ámbito que cambia con rapidez.

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ÉTICA Y GOBERNANZA DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN EL ÁMBITO DE LA SALUD

Unidad de Ética y Gobernanza de la Salud
Departamento de Investigaciones en pro de la Salud

Departamento de Salud Digital e Innovación
División del Director Científico

World Health Organization
Avenue Appia 20
1121 Geneva 27
Switzerland

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