Vida y obra del Embajador Alfredo Luna Tobar
←
→
Transcripción del contenido de la página
Si su navegador no muestra la página correctamente, lea el contenido de la página a continuación
“Vida y obra del Embajador Alfredo Luna Tobar” Francisco Carrión Mena* Debo empezar esta breve inter- que a mi condición de Embajador o vención felicitando a la Academia de ex Ministro de Relaciones Exte- Diplomática del Ecuador por haber riores. Gracias por otorgarme este organizado este acto. Nada más ati- privilegio que con certeza podría nado que rendir homenaje y honrar hacerlo mejor otra persona con mu- la memoria de Alfredo Luna Tobar chos más méritos que yo. cuando se cumple un mes de su par- tida. No solamente los historiadores, Reconozco que nunca me imagi- los diplomáticos, los estudiosos de né estar en una situación como ésta. nuestro pasado y de nuestros dere- Hablar delante de un auditorio tan chos y los preocupados por nuestro elevado y numeroso, para enaltecer futuro, sino todos los ecuatorianos, el talento y la memoria de quien para cuando aún nos sentimos de luto, mí fue un referente en mi formación debemos estar unidos en esta ce- profesional, a quien admiré y aprecié remonia de tributo justo y sentido. como ser humano, a quien mucho Resultaba imperativo para quienes le debo pero sobre todo a quien el tuvimos la fortuna de estar cerca de Ecuador entero mucho le debe. No él en algún momento reunimos para soy sino eso: un admirador de Alfre- poner de relieve y recordar a una do Luna que por esas raras e inex- de las cimas del conocimiento y del plicables vueltas que da la vida me amor a la Patria. pone delante de Uds. para decir algo de ese hombre de excepción al cum- De ahí, mi especial reconoci- plirse un mes de su desaparición. miento al Director de la Academia Embajador Alejandro Suárez por in- Esta casa, el Ministerio de Re- vitarme a pronunciar unas palabras laciones Exteriores, no es ni será la en este acto en el que mi presencia misma sin la presencia vital de Al- entiendo que obedece más a mi con- fredo Luna. A pesar de que ya no dición de admirador y, me atrevería la frecuentara tanto en los últimos a decir, de amigo de Alfredo Luna, años como lo hizo por décadas, su * Embajador de carrera del Servicio Exterior. Ex-Ministro de Relaciones Exteriores de la República del Ecuador AFESE 48 227
Francisco Carrión Mena paso por el Servicio Exterior dejó un da formación jurídica adquirida en imborrable recuerdo para quienes la Universidad Católica del Ecuador, abrazamos esta carrera. le llevó a constituirse en un paladín de la defensa de los derechos terri- No creo que haya una genera- toriales del Ecuador. Un referente ción de diplomáticos reciente que indispensable para quienes tuvimos no haya conocido a Alfredo Luna que incursionar en el estudio y la re- Tobar. Algunos habrán tenido la flexión de la historia de los límites suerte de haberlo tratado personal- patrios. Sus conocimientos, reflexio- mente -como es mi caso- y todos, es- nes y argumentos fueron difundidos toy seguro, conocerlo a través de sus a través de escritos, de la docencia, escritos. Pocos serán los que nunca conferencias, documentos de Canci- habrán tenido en sus manos algu- llería, de charlas y simples conversa- nas de sus obras, en particular una ciones. de las tantas ediciones del “Derecho Territorial Ecuatoriano”, esa especie Para llegar a ser sabio Alfredo de Biblia de la historia de límites que Luna debió sumar a su inmensa ca- tanto nos enseñó a conocer nuestro lidad humana y a su sencillez una pasado y nuestros derechos. Esa au- inagotable dedicación a la investiga- sencia física, no obstante, se suple a ción y al estudio. Lector incansable, plenitud con sus ideas y pensamien- explorador de documentos, escudri- tos con su legado de integridad y ñador de archivos, nunca dejó de ejemplo que han contagiado a jóve- interesarse en lo nuevo y en lo que nes y viejos diplomáticos y a todo el siendo antiguo pudiera ser descono- Servicio Exterior como institución cido. No le temió al desarrollo de la en nuestra vocación de servicio a la tecnología y usó con habilidad la Patria. computadora y el Internet para sa- ciar su sed de datos y difundir el re- Alfredo Luna fue un hombre sultado de sus búsquedas a pesar de sabio y generoso pero no por ello decirse de otra generación. Toda esa menos firme en sus convicciones y información acumulada no se cons- creencias. Conocedor como pocos tituía y no se reflejaba en simple eru- de la historia del Ecuador, circuns- dición, que la tenía largamente ate- tancia que le llevó a ser designado sorada, sino en instrumento efectivo como Miembro de la Academia Na- para el análisis y la interpretación cional de Historia, y en especial de que le permitiría descubrir nuevos las peripecias y circunstancias que argumentos para fortalecer la de- llevaron al penoso e injusto cerce- fensa de los intereses nacionales. Su namiento territorial de nuestro país. sabiduría le facilitaba también cono- Ese conocimiento, junto con su sóli- cer y tratar a las personas sin falsas 228
Vida y obra del Embajador Alfredo Luna Tobar poses ni soberbia. Todo lo contrario, y seguir su trayectoria profesional fue de trato fácil, todo amabilidad y nos sentimos ufanos y, sobre todo, cordialidad. agradecidos. Se formó en el campo de las leyes, se graduó de abogado y Para ser generoso, en cambio, de doctor en jurisprudencia, a pesar Alfredo Luna no necesitó estudiar ni de que, salvo un breve paso por la prepararse. Simplemente lo fue, por procuraduría del Municipio de Qui- su estirpe y su nobleza de hombre de to, a comienzos de los años sesenta, bien. no ejerció propiamente la profesión. Su vocación fue distinta: la investi- No ocultó sus valores, los practi- gación, la historia y la serena pero có; no escondió sus conocimientos ni siempre firme defensa de los lindes su experiencia, por el contrario, bus- patrios desde la trinchera de la di- có siempre compartirlos. El egoísmo plomacia. no existió ni en su vocabulario ni en su vida a pesar de que esa actitud -no Es así como buena parte de su puedo dejar de decirlo- no fue siem- vida la dedicó a la indagación, argu- pre bien pagada. La generosidad fue mentación y difusión de los derechos parte de su ser. Yo tuve la fortuna territoriales del Ecuador, tan inicua y de favorecerme profesionalmente de constantemente mutilados a lo largo ella. No le interesó obtener recom- de la historia. No cejó, de modo par- pensas por sus actuaciones, procedió ticular, en su empeño por denunciar siempre como creía que debía hacer- en sus múltiples escritos y conferen- lo sin cálculos ni segundas intencio- cias, con sólidos razonamientos jurí- nes. Fue desprendido, fue un hombre dicos e históricos, el atropello con- bueno. Pero fue también apasiona- tinental cometido en Río de Janeiro do, apasionado de las causas justas y en 1942, cuando después de una desde su integridad luchó por ellas. guerra de agresión e invasión, nues- tro país se vio precisado a suscribir, Alfredo Luna, que nos mira a la bajo la presión de la fuerza militar distancia, tuvo una vida prolífica, in- y la de toda América, el documento tensa y coherente con sus ideas y con que consumaría el más grande des- su amor a la Patria. Ochenta años de pojo territorial. Al mismo tiempo y hacer el bien en todos los campos en de manera paradigmática, Alfredo que incursionó tanto en lo público Luna se dedicó a defender la justicia como en lo privado. Sus familiares y de la causa ecuatoriana y la actua- amigos más próximos deben sentir- ción de su tío el Canciller Julio Tobar se orgullosos de haber estado cerca Donoso, protagonista directo de este de un hombre de excepción. Quie- ingrato episodio. Sus convicciones y nes tuvimos la fortuna de tratarle sus valores humanos probablemente AFESE 48 229
Francisco Carrión Mena son los que le llevaron, concomitan- tarde Jefe de la División de Sobera- temente y de forma admirable, al nía Nacional. No fue ajeno al servi- convencimiento de la necesidad de cio público en otros sectores como llegar a una paz digna y justa con el cuando ejerció el cargo de Secretario Perú. Y así fue como, sin renunciar a de la Presidencia de la República en- sus principios y razonamientos, por tre 1958 y 1960 y el de Secretario el contrario sustentado en ellos, tuvo General de la Administración Públi- una activa y capital participación en ca Encargado. la suscripción de la Declaración de Paz de febrero de 1995 y en la prepa- Podría citar a continuación la ración y desarrollo del arduo proce- extensa lista de condecoraciones y so de negociación que terminó con la distinciones honoríficas que recibió suscripción de los Acuerdos de Paz a lo largo de su vida por parte de de Brasilia en octubre de 1998, cuyo todos los países e instituciones que décimo aniversario se cumple preci- supieron valorar y reconocer su pro- samente en sólo tres meses. fesionalismo y calidad humana, pero no lo voy a hacer pues me temo que La paz que vivimos con nuestro al propio Alfredo Luna, dentro de vecino se sustenta en mucho en el su proverbial sencillez, no le habría trabajo tesonero y a menudo silen- dado mayor relevancia. Creo, sin cioso de Alfredo Luna Tobar. embargo, de mi obligación mencio- nar tres preseas: la Gran Cruz de la Sirvió en el exterior como diplo- Orden Nacional al Mérito, la Gran mático. Tuvo una dilatada y fructífe- Oficial de la Orden de “San Loren- ra carrera en el Servicio Exterior du- zo” y la que ahora merecidamente rante más de cincuenta años después recibe post mortem “Vicente Roca- de haber ingresado a ella en 1950, fuerte”, todas del Ecuador, su Patria, precisamente al llamado en esa a la que entregó su lúcida inteligen- época Departamento de Fronteras. cia y su apasionado esfuerzo. Representó al Ecuador en Buenos Aires, Río de Janeiro y Brasilia, La Tengo el convencimiento de que Habana, Washington, Lima -como el trabajo de investigación y estudio, Consejero y más tarde como Emba- caracterizado por el rigor y la hon- jador-, Caracas, Roma, la Santa Sede dura, superaron su exitosa carrera y Managua con dedicación, altura y pública. La impronta intelectual y patriotismo. En la Cancillería ocupó cultural que nos ha dejado Alfredo funciones de Subsecretario General Luna brilla más que su trajinar pro- en 1971, después de haber ascendido fesional y por tanto está llamada a ese mismo año a la Categoría de Em- perdurar a más en el tiempo. Adicio- bajador, fue Director General y más nalmente a las cuatro ediciones de su 230
Vida y obra del Embajador Alfredo Luna Tobar “Derecho Territorial Ecuatoriano”, militares del Ecuador y del exterior. que ya he citado, y de múltiples fo- Su opinión fue siempre requerida en lletos y artículos sobre esa materia, el ámbito académico para orientar a se preocupó de la defensa de los de- los jóvenes en su formación. rechos marítimos del Ecuador cuan- do publicó el libro “La Doctrina Pero no solamente los estu- Marítima Latinoamericana”. En ese diantes buscaron su erudición y su mismo ámbito dedicó una volumi- criterio. Cancilleres y Presidentes nosa “Historia Política internacional se apoyaron en él para tomar deci- de las Islas Galápagos” publicada en siones en las materias tan sensibles 1997. Hizo y publicó importantes es- como las que él manejaba siempre tudios sobre los derechos ecuatoria- próximas a la soberanía nacional. nos de soberanía sobre la Antártica Me consta, por que lo viví y lo relato y sobre la órbita sincrónica geoesta- como anécdota, cómo el Presidente cionaria en 1982. Como historiador Rodrigo Borja, a fines de septiembre se interesó en la figura del Libertador de 1991, llamó a Alfredo Luna al cuando escribió, en 2005, “Bolívar y Palacio Presidencial para pedirle su Ecuador” en la solidaria vinculación opinión respecto de la propuesta del que existió en la época de la eman- arbitraje papal que expondría tres cipación de España entre nuestro días más tarde en Nueva York. país y el Perú, tema al cual dedicó, en tres tomos, la obra “El Ecuador Pide a Alfredo Luna que venga en la Independencia del Perú”, edita- a mi despacho, me dijo el Presiden- da en 1986; y, en nuestras relaciones te Borja, es la persona que más sabe con el Vaticano cuando publicó “La de derecho territorial en el Ecuador; Misión Diplomática de Sotomayor y quiero comentarle sobre mi presen- Luna ante la Santa Sede”, en 2007. tación en Naciones Unidas y conocer su criterio- Sus escritos estuvieron acompa- ñados por la docencia. Fue catedráti- Recuerdo que después de la co de Derecho Territorial Ecuatoria- explicación del Presidente, Alfredo no en la Universidad Católica y en la Luna le agradeció la confianza dis- Escuela de Ciencias Internacionales pensada y le expresó su complacen- de la Universidad Central, donde cia por su planteamiento. Coincidía dictó también Derecho de los Tra- plenamente con él y le dio argumen- tados y Problemas Internacionales tos adicionales para alentarle a que Contemporáneos. Fue profesor en presente la alternativa del arbitraje la Academia de Guerra del Ejército del Vaticano como fórmula para re- y conferencista invitado en varias solver el problema territorial con el instituciones académicas civiles y Perú. AFESE 48 231
Francisco Carrión Mena Muchos ejemplos similares más, vida, que la sencillez supera larga- estoy seguro, se habrán producido y mente a la vanidad, que la modestia que yo desconozco. Este lo cito por no está reñida con el sano orgullo. que fui testigo. Fue un verdadero ejemplo humano y profesional. Me beneficié como Por lo demás, salvo una que otra persona y como profesional de todas rara excepción, no creo exagerar al esas enseñanzas y ahora lo digo con afirmar que haya habido Ministro de recta satisfacción y, con la eternidad Relaciones Exteriores en los últimos de por medio, le doy las gracias. treinta años de su pertenencia activa al Servicio Exterior que no haya con- En suma y con la mirada pues- sultado a Alfredo Luna sobre tenias ta en el futuro, en la posteridad, los vinculados con la soberanía nacional grandes hombres se distinguen por la antes de tomar alguna decisión im- profundidad de la huella que dejan portante en estas materias. en su tránsito por la vida. La huella de Alfredo Luna es honda y nítida. Les ruego me permitan evocar Dedicó su vida a servir al país a tra- mi relación personal. Tuve la for- vés del estudio de nuestra historia y tuna de tener a Alfredo Luna como a la apasionada defensa de nuestro maestro, no en las aulas universita- espacio territorial con consistencia rias que no son las únicas ni tampo- y serenidad, Su carácter apacible co necesariamente las mejores para no le impedía ser un una persona recibir enseñanzas, sino por más de firme, convencida de sus razones y seis años en el trabajo diario, en el de sus amplios conocimientos. Es Servicio Exterior, siempre en el ám- un desafío, al tiempo que una obli- bito de temas vinculados a la so- gación, para quienes venimos atrás, beranía nacional. Puedo decir con continuar por esa difícil huella de se- satisfacción que creo haber sido su guir que nos ha marcado ese insigne discípulo. Aprendí de él que no es ecuatoriano, sabio y maestro, que quien más alza la voz quien tiene fue Alfredo Luna Tobar. la razón, que solamente quien más estudia se fortalece, que quien más Gracias. lleno está de sabiduría triunfa en la 232
También puede leer