Educación técnica y formación profesional en América Latina - EL RETO DE LA PRODUCTIVIDAD
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SERIE POLÍTICAS PÚBLICAS Y TRANSFORMACIÓN PRODUCTIVA Educación técnica y N° 13 / 2014 formación profesional en América Latina EL RETO DE LA PRODUCTIVIDAD
Educación técnica y formación profesional en América Latina. El reto de la productividad Serie Políticas Públicas y Transformación Productiva N°13 / 2014 Juan José Llisterri, Nicolo Gligo, Oriol Homs y Domenec Ruíz-Devesa
Educación técnica y formación profesional en América Latina. El reto de la productividad. Serie Políticas Públicas y Transformación Productiva Depósito Legal: Ifi432014370465 ISBN Obra Completa: 978-980-6810-67-9 ISBN Volumen: 978-980-7644-19-8 Editor CAF Esta serie es coordinada por la Vicepresidencia de Estrategias de Desarrollo y Políticas Públicas de CAF Luis Enrique Berrizbeitia Vicepresidente Ejecutivo Michael Penfold Director de Políticas Públicas y Competitividad Políticas Públicas y Transformación Productiva consiste en una serie de documentos orientados a difundir las experiencias y los casos exitosos en América Latina como un instrumento de generación de conocimiento para la implementación de mejores prácticas en materia de desarrollo empresarial y transformación productiva. Diseño gráfico: Claudia Parra Gabaldón Las ideas y planteamientos contenidos en la presente edición son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no comprometen la posición oficial de CAF. La versión en digital de esta publicación se encuentra en: publicaciones.caf.com © 2013 Corporación Andina de Fomento Todos los derechos reservados
Contenido Presentación 7 Resumen Ejecutivo 9 Introducción 11 Capital humano, productividad, innovación y crecimiento económico 13 La educación y capacitación del recurso humano como factor transversal de políticas de desarrollo productivo 15 Justificación de la intervención de políticas públicas 17 Tendencias globales que afectan directamente a los retos que enfrenta la formación 19 Los sistemas educativos y de formación profesional 21 Panorama de la capacitación laboral en América Latina 25 Brechas de capacidades en el mercado de trabajo 25 Las Políticas Públicas de capacitación laboral en América Latina y el Caribe 30 La reacción de las empresas 39 Desafíos de los sistemas de capacitación de América Latina 47 Gobernanza y participación de actores en diferentes planos de los sistemas de ETFP 47 Pertinencia 49 Formas de provisión de los servicios de capacitación 59 Calidad de la formación 63 Sistemas de acreditación y certificación 64 Financiamiento 69 Evaluaciones de impacto 75 Bibliografía 77 3
Índice de cuadros, tablas, figuras y gráficos Tabla 1. Porcentaje de empresas que presentan dificultad para llenar vacantes por escasez de talento, según zona geográfica (2013) 26 Tabla 2. Porcentaje de empresas que presentan dificultad para llenar vacantes por escasez de talento. (países seleccionados, 2013) 26 Tabla 3. Cinco principales dificultades para llenar vacantes ofrecidas en las Américas, porcentaje de empresas (2013) 27 Tabla 4. Costa rica: estrategia de las empresas para mejorar la fuerza laboral a 5 años plazo 28 Tabla 5. Las instituciones del modelo tradicional 33 Cuadro 1. SENCE – Chile 35 Tabla 6. Las instituciones del modelo mixto 36 Tabla 7. El salvador: tipos de capacitaciones brindadas por las empresas (porcentajes) 40 Tabla 8. Mecanismos de capacitación (países seleccionados, porcentaje, respuestas múltiples) 40 Tabla 9. Institución utilizada para la capacitación de los trabajadores (países seleccionados, porcentaje, respuestas múltiples) 40 Cuadro 2. Perú: diagnóstico sistema nacional de capacitación (*) baja pertinencia (**) 50 Cuadro 3. El modelo SENAI de prospección 54 Tabla 10. La transición de la escuela al trabajo 56 Cuadro 4. Criterios de éxito de gobernanza de un sistema de formación dual 62 Figura 1. Ejemplo de modularización de las cualificaciones en España 67 Tabla 11. Fuentes de financiamiento y destinos más comunes de los sistemas de capacitación laboral en América Latina 71 Gráfico 1. Chile: franquicia tributaria / número de participantes (1977-2012) 72 5
Presentación La transformación productiva ha sido una de las áreas que CAF, como banco de desarrollo de América Latina, ha promovido como condición necesaria para alcanzar un desarrollo alto y sostenible en la región. La experiencia y la pericia generadas en cada proyecto durante las últimas décadas han permitido a la institución constituirse en un referente latinoamericano en temas de competitividad, gobierno corporativo, desarrollo local y empresarial e inclusión productiva. Las políticas públicas necesarias para impulsar la transformación productiva se basan en el desarrollo de aquellas capacidades orientadas a la implementación de buenas prácticas y en apoyos específicos para la mejora de la gestión empresarial y la productividad. En ese sentido CAF pone a disposición su conocimiento y experticia, brindando un apoyo eficiente a diversos sectores y a la vez generando documentación e investigaciones de casos de éxito relevantes para la región. “Políticas Públicas y Transformación Productiva” consiste en una serie de documentos de política orientados a difundir esas experiencias y casos exitosos en América Latina, como un instrumento de difusión de conocimiento que CAF pone a disposición de los países de la región, para la implementación de mejores prácticas en materia de desarrollo empresarial y transformación productiva. L. Enrique García Presidente Ejecutivo 7
Resumen Ejecutivo Para incrementar la productividad y competitividad de las economías y de las empresas es imprescindible disponer de un capital humano en cantidad y calidad adecuadas, que haga posible la introducción de innovaciones que lleven a esas mejoras de productividad. El presente documento es una revisión de los sistemas de educación y capacitación vocacional y técnica, o Formación Profesional y Técnica (FPT) de América Latina y el impacto que tienen en la capacidad de innovación empresarial de América Latina, enfatizando aquellos aspectos de diagnóstico, de buenas prácticas y de recomendaciones de política que tienen como objeto la mejora de la competitividad empresarial. Palabras clave: Educación técnica, capacitación, formación, capital humano, productividad 9
Introducción Existe un consenso generalizado acerca de la necesidad de aumentar los ritmos de crecimiento económico en los países de la región con el objeto de mejorar la productividad de sus empresas y avanzar en su capacidad de innovar. Igualmente aceptado es el hecho de que para incrementar la productividad y competitividad de las economías y de sus firmas es imprescindible disponer de un capital humano en cantidad y calidad adecuadas, que haga posible la introducción de innovaciones que lleven a esas mejoras de productividad. De esta forma se vislumbran las políticas de formación de capital humano como uno de los pilares clave de la competitividad de las empresas que deben competir en mercados globalizados. Esas políticas solo podrán ser efectivas si se inscriben en una premisa de colaboración público privada en la que se combinen los objetivos de mejora de la productividad de las empresas y de la empleabilidad de los individuos. En ese marco se inscribe la presente revisión de los sistemas de educación y capacitación vocacional y técnica, o Educación Técnica y Formación Profesional (ETFP)1 de América Latina y el impacto que tienen en la capacidad de innovación empresarial de América Latina. De esta forma, el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) incluye entre los programas que componen su estrategia de transformación productiva y competitividad, la educación y capacitación técnica y tecnológica. Efectivamente, los sistemas de ETFP han venido siendo analizados tradicionalmente desde la perspectiva de las políticas educativas y laborales, poniendo el acento tanto en el desarrollo humano como en la mejora de la empleabilidad de jóvenes y desempleados, propugnando la mejora del acceso a la educación y formación a colectivos desaventajados. Menos frecuentes son los análisis del sistema de formación técnica y vocacional desde la perspectiva de las políticas de productividad de las empresas y de la competitividad de la economía. Aunque no es posible ni deseable separar los objetivos de las diferentes políticas sectoriales, el presente documento pretende enfatizar aquellos aspectos de diagnóstico, de buenas prácticas y de recomendaciones de política que tienen como objeto la mejora de la competitividad empresarial. Los sistemas educativos formales tienen como finalidad la transmisión de valores, la socialización en el marco de la ciudadanía y el desarrollo personal, además de la preparación de los jóvenes para entrar en el mercado de trabajo. Por su parte, los sistemas de capacitación (de formación según la terminología usada en algunos países) hacen referencia a la preparación 1 En este documento se va a usar la expresión genérica de Educación Técnica y Formación Profesional como equivalente a Educación y Capacitación Vocacional y Técnica, o Technical and Vocational Education and Training (TVET). 11
de los individuos que ya se encuentran en el mercado de trabajo, básicamente empleados por cuenta ajena. Pero en ambos casos, la formación vocacional y técnica, además de satisfacer las necesidades de los individuos también cumplen un papel respecto a la sociedad, tanto en su plano cívico como en el plano económico y productivo. En definitiva, el cierre de la brecha de productividad del recurso humano en América Latina requiere de la adecuada alineación de una constelación de políticas educativas, laborales, de impulso al emprendimiento y la innovación. Para ello es imprescindible la activa colaboración del sector privado, tanto en el diseño de políticas y programas como en la provisión de servicios de capacitación y en el desarrollo de iniciativas amoldadas a las necesidades de las empresas, que son las responsables de mejorar la productividad, así como las que generan la demanda y el lugar de trabajo de los individuos. Este documento se estructura en cuatro partes. La primera, de carácter introductorio, explica la relación del desarrollo del capital humano con el aumento de la productividad y el crecimiento económico, enmarca el capital humano como factor relevante en las grandes tendencias socioeconómicas globales, justifica económicamente la intervención de política pública, explica la importancia de los sistemas de educación y capacitación técnica desde diferentes perspectivas de las políticas de desarrollo productivo, y revisa la terminología usada para referirse a distintos tipos de formación y capacitación. La segunda parte del documento hace un diagnóstico de los problemas que enfrentan las empresas para contratar al personal que necesitan, revisa las limitaciones que tienen esas empresas para cerrar la brecha existente entre sus necesidades y los sistemas de ETFP dependiendo de las características de las empresas, analiza los modelos de sistemas de capacitación profesional y técnica en América Latina, y revisa algunas de las iniciativas adoptadas por el sector privado en respuesta a la inadecuada atención que recibe de los sistemas de ETFP. La tercera sección se dedica a revisar los principales retos que enfrenta la región, desde su gobernanza y estructura institucional, los factores que afectan a su pertinencia, los mecanismos de provisión de servicios de capacitación, los problemas de la calidad formativa y su vinculación con los sistemas de certificación y acreditación, los diferentes mecanismos de financiamiento de los sistemas de ETFP, y las evaluaciones de impacto y de resultados de dichos sistemas. Finalmente se revisan las conclusiones del documento y se presentan los puntos que deben estar presentes en la elaboración de una hoja de ruta de las reformas de los sistemas de ETFP de América Latina. Esos puntos recomendados constituyen a la vez un menú de acciones que pueden ser apoyadas por entidades y bancos de desarrollo, previa discusión y acuerdo con las autoridades nacionales correspondientes. 12
Capital humano, productividad, innovación y crecimiento económico El crecimiento económico y la competitividad de las empresas dependen de la mejora constante de la productividad, de la que se deriva un impacto positivo en los salarios y beneficios empresariales, lo que redunda a su vez en el aumento del ahorro y la inversión. La productividad representa la optimización de la producción con unos factores determinados. La inversión en equipamiento necesitará ir acompañada en una inversión en capacitación para el manejo eficiente del equipo y de esta manera lograr una mayor cantidad de producto por hora trabajada. También, una inversión para incorporar nuevas capacidades y competencias del recurso humano, incluso sin estar acompañada de inversiones en nuevo equipo, puede generar una utilización más eficiente del equipo existente y por lo tanto un aumento de la productividad de la empresa. Cualquiera de las dos mejoras de la productividad hará que la empresa sea más competitiva, por lo que ésta podrá utilizar el excedente en recompensar a los accionistas y a los trabajadores, aumentando la renta media de la población. Existen evidencias de la relación entre la inversión en capital humano y su impacto en el crecimiento económico tanto a nivel macroeconómico como a nivel de firma. Así, Barro (1991) encontró correlaciones positivas entre los años de educación secundaria y superior y la tasa de crecimiento económico. Esta correlación es más significativas si se examina no solo los años de educación sino su calidad medida mediante las pruebas estandarizadas (PISA), y el crecimiento económico para los 43 países con en que existe información disponible. A nivel microeconómico existe igualmente un abundante cuerpo de literatura que evidencia el impacto de la mejora del capital humano de las empresas en sus resultados de productividad, su repercusión en mejores salarios, y su impacto en la innovación de las empresas. Impacto de la educación y formación en la productividad y los salarios En un trabajo de Psacharopoulos y Patrinos (2004) se mostraron tasas positivas de retorno a las inversiones privadas en educación en una muestra de 98 países. Para estos autores, la evidencia empírica disponible confirma que los cambios en los procesos de producción y en la tecnología originan nuevas demandas de formación, la cual recibe un premio en forma de aumento de salarios. Una inversión de un año adicional de educación proporciona un rendimiento medio del 10 por ciento, siendo América Latina la que experimenta una tasa de retorno más elevada (12 por ciento). 13
Educación técnica y formación profesional en América Latina. El reto de la productividad Diversos estudios muestran la fuerte correlación entre los años de escolarización y los ingresos de los individuos. Cada año de educación formal supone una tasa de retorno de entre el 5 y el 12 por ciento (IADB, 2012). Así, aumentar la educación promedio en un año adicional incrementaría la productividad agregada en al menos un 5 por ciento, con efectos mayores en el largo plazo por medio de su impacto sobre la innovación. En lo que respecta a las inversiones de aquellos que ya se encuentran activos en el mercado de trabajo, de acuerdo con Almeida, Barham y otros (2012) la formación en la empresa está correlacionada positivamente con mayores ingresos salariales. Estimaciones de CEFOP (2010 b) indican que un aumento de 1 por ciento en los días de capacitación de la fuerza de trabajo en las empresas llega a alcanzar incrementos de la productividad de esas empresas hasta en un 3 por ciento. Asimismo, López-Acevedo y Tang (2010) concluyen que la productividad de las pequeñas y medianas empresas participantes en un programa de formación de trabajadores aumentó entre un 7 y 9 por ciento en Chile, un 5 por ciento en Colombia, entre un 5 y un 6 por ciento en México, y entre un 21 y 26 por ciento en Perú. La formación de las empresas a sus trabajadores también ofrece resultados positivos sobre los salarios. Así, Dearden et al. (2000), utilizando un panel de industrias inglesas, estiman que un aumento de 5 puntos porcentuales en la proporción de personas capacitadas en una industria lleva a un incremento de 4 por ciento en el valor agregado por trabajador y un aumento de salarios del 1,6 por ciento. Otros autores encuentran resultados similares en estudios realizados en Estados Unidos, Canadá, y Reino Unido (Almeida, 2012). El capital humano y la innovación en las empresas El crecimiento de la productividad no solamente está relacionado con la disponibilidad de una fuerza de trabajo cualificada, sino también con la inversión que realizan los países y las empresas en innovación, ya sea para generar nuevas tecnologías o para absorber las innovaciones generadas por otros, lo que a su vez requiere disponer del personal formado para explotar estas oportunidades tecnológicas. La relación entre productividad e innovación a nivel de la firma ha sido examinada en los países industrializados (OCDE, 2009) mostrando que las inversiones en innovación y en capital humano afecta positivamente el crecimiento a través del aumento de la productividad total de los factores. En lo que respecta a la innovación a nivel de empresa en América Latina, un estudio referido a Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Panamá y Uruguay, señala que en todos los países las compañías que invierten en innovación tienen una mayor productividad del trabajo que aquellas que no lo hacen, siendo la innovación la clave para que América Latina pueda tratar de cerrar la brecha de productividad con el resto del mundo (Crespi y Zúñiga, 2010). 14
Educación técnica y formación profesional en América Latina. El reto de la productividad Los referidos análisis cuantitativos incluyen las actividades de capacitación entre los distintos conceptos que forman el gasto en innovación y toman en consideración tanto la formación del personal investigador de alta cualificación como del personal técnico. Igualmente, en otro estudio dedicado a examinar el impacto de la inversión en innovación sobre el empleo (Crespi y Tacsir, 2012) se encuentra una correlación positiva entre la innovación de producto y el grado de cualificación de los empleados. Cabe concluir que las inversiones en capital humano son necesarias para aumentar la productividad de la empresa, ya sea a través de la mayor productividad del trabajo (formación de los empleados) o a través de posibilitar los procesos de innovación en las empresas, sin los cuales no sería factible obtener mejoras en la productividad de las firmas. La educación y capacitación del recurso humano como factor transversal de políticas de desarrollo productivo Previamente se ha indicado cómo la educación y la capacitación laboral y técnica han estado enmarcadas en las políticas educativas y laborales cuando también tienen un fuerte contenido e impacto económico directamente relacionado con la actividad productiva. Efectivamente, la formación de un adecuado capital humano está presente en las políticas de desarrollo productivo tomadas desde diferentes ángulos: desarrollo económico; competitividad del entorno; cambio estructural y diversificación productiva; innovación y tecnología; cadenas de valor y clústeres; internacionalización de las empresas; Inversión Extranjera Directa; desarrollo empresarial y de la PyME; y desarrollo económico territorial. En las políticas de desarrollo la cualificación de la fuerza de trabajo está vinculada con el estadio de desarrollo de la economía. En países con renta per cápita reducida, cuya economía se basa en la agricultura de subsistencia, se precisará de una mayor inversión en educación básica para poder iniciar un proceso de industrialización en manufacturas de poca complejidad técnica, o en la extracción de recursos naturales. En una segunda fase de la industrialización, centrada en la producción de bienes de mayor valor añadido, será necesario disponer de una mano de obra más calificada a través de la educación secundaria y universitaria, incluyendo las modalidades técnicas y científicas, y de mecanismos propios de generación de innovación. Finalmente, en la transición a economías post industriales y del conocimiento, será necesario contar con inversiones de capital humano a lo largo de la vida, de modo que los trabajadores puedan adaptarse al cambio y readaptarse a un entorno de tecnologías avanzadas y cambiantes. En un enfoque general de la competitividad, el marco del entorno de los negocios está condicionado por la calidad del recurso humano como un elemento base para la definición de estándares competitivos de las economías. Así, el Global Competitiveness Index elaborado por el World Economic Forum incluye la educación primaria, formación y educación superior, preparación tecnológica y funcionamiento del mercado de trabajo como componentes de 15
Educación técnica y formación profesional en América Latina. El reto de la productividad la competitividad de un país. También la Red Inter-Americana de la Competitividad (RIAC) reconoció entre los diez principios de la competitividad recogidos en el llamado consenso de Santo Domingo (2011) el papel de factores como la educación de alta calidad y la pertinencia; el desarrollo del capital humano y la formación continua para el trabajo; y la innovación. Recientemente, autores como Hausmann, Rodrik, Hwang, Hidalgo, Klinger y otros, han desarrollado todo un cuerpo de literatura que plantea la vigencia de una nueva política productiva basada en el análisis de la dinámica sectorial y de clústeres en la economía globalizada que desembocan en el cambio estructural y la diversificación productiva. Parten de la base de que las economías crecen mediante la actualización de los productos que ya producen y exportan, por lo que los nuevos productos suelen estar relacionados con los ya existentes, partiendo de la base de que es posible utilizar la combinación existente de capital, tecnología y conocimiento, con algunas adaptaciones. Las exportaciones asociadas con niveles de productividad más elevados tienen un efecto claro en el crecimiento, con lo que la internacionalización de la producción opera como factor propulsor del desarrollo económico. Pero para que pueda producirse ese cambio estructural y que la producción pueda desplazarse de actividades de menor a aquellas con mayor valor agregado, es preciso contar con un capital humano capaz de absorber las innovaciones y de transformar la producción a actividades más complejas. Como se vio más arriba, una parte esencial de la inversión en investigación y desarrollo lo constituye el capital de conocimiento acumulado en el capital humano implicado en centros tecnológicos y centros de investigación científica. Pero los procesos de innovación desarrollados por las empresas no siempre se basan en la incorporación de nuevas tecnologías sino que suponen nuevos modelos de negocio, nuevas formas de organizarse y de llegar a los mercados. El capital humano que las empresas necesitan para incorporar procesos innovadores requiere a su vez de capacidad emprendedora que movilice la fuerza de trabajo y recursos financieros para desarrollar nuevos negocios. También, las cadenas globales de valor en las que se encuentran insertas las empresas, incluidas muchas pequeñas y medianas, requieren de una permanente actualización y adaptación de la fuerza de trabajo. Para que las empresas de un territorio dado ganen “ventajas competitivas” a través de la mejora del stock de capital humano, deberán invertir en educación, formación, innovación y servicios de intermediación laboral como señalan Gereffi y otros (2011). Las empresas deben intentar subir hacia arriba (upgrading) la cadena de valor, abandonando las actividades de menor valor agregado, lo que requiere de importantes procesos de innovación y una mano de obra más cualificada y con nuevas competencias. En lo que respecta a la Inversión Extranjera Directa, uno de los factores más críticos para la localización de las inversiones internacionales es poder contar con una mano de obra y capacidades técnicas y profesionales adecuadas a las necesidades de los grupos inversores, normalmente hacen parte de cadenas globales de valor. 16
Educación técnica y formación profesional en América Latina. El reto de la productividad Por su parte, las políticas de desarrollo empresarial y de la PyME, tradicionalmente articuladas en torno a los servicios de desarrollo empresarial y al financiamiento, también requieren de componentes y programas de fortalecimiento de las capacidades de sus recursos humanos. Para las políticas de desarrollo económico regional y local, el dinamismo de los mercados de trabajo y la fuerza de trabajo son críticos. Efectivamente, la movilidad de los factores de producción tiene una considerable restricción cuando se refiere al factor trabajo. Al mismo tiempo, las estrategias de competitividad e innovación en el plano subnacional pasan por la especialización productiva de regiones y municipios, acompañadas de la generación de un capital humano local acorde con las necesidades estratégicas de cada región o municipio. En definitiva, podemos comprobar que la educación y capacitación vocacional y técnica es una herramienta de política pública que abarca diferentes ámbitos y concepciones de las políticas de desarrollo productivo. Como más adelante se verá, esta convergencia de políticas de desarrollo productivo hace recomendable la sólida alineación de actuaciones y programas que tienen que ver con el capital humano. Justificación de la intervención de políticas públicas Si la capacitación de los recursos humanos es altamente rentable puesto que genera ganancias de productividad a nivel de firma, como se vio en secciones precedentes, las empresas deberían invertir todo lo que necesitaran para obtener los beneficios de un capital humano más productivo. Sin embargo, los hechos demuestran que las empresas invierten en sus recursos humanos muy por debajo de lo que debieran debido a la existencia de serias fallas de mercado. En efecto, son varios los factores que generan las fallas de mercado causantes de una inversión sub-óptima por las empresas. Una primera causa es la incertidumbre que tienen las empresas sobre la apropiabilidad de los resultados de la inversión. Efectivamente la educación y la formación son activos de los individuos que las adquieren y pueden llevar las habilidades y conocimientos adquiridos a otra empresa, por lo que su actual empleador tenderá a no invertir de manera óptima en el capital humano de la empresa para evitar que un competidor se apropie de la inversión por él realizada. La particular estructura empresarial de América Latina, en donde existe un alto número de micro, pequeña y mediana empresa, con altos niveles de informalidad, hace que los problemas de fallas de coordinación sean más acuciantes. Como señala el documento Perspectivas económicas para América Latina (OCDE/CEPAL, 2012), las PyMEs, en comparación con las grandes empresas, tienden a contratar personal menos capacitado y a invertir poco o nada en formación e innovación, ya que disponen de menos recursos excedentes. 17
Educación técnica y formación profesional en América Latina. El reto de la productividad Efectivamente, las fallas de mercado en el caso de la capacitación profesional y técnica en las PyMEs son de naturaleza particularmente grave. Además del riesgo de poder no beneficiarse de la capacitación de sus empleados, las PyMEs con frecuencia desconocen el acceso a los sistemas públicos, subsidiados o incentivados de formación profesional de los distintos países de la región. Adicionalmente, la limitación de recursos excedentes, les impide poder establecer sus propios sistemas de capacitación como puede hacer la gran empresa. Finalmente, el frecuente carácter informal de todas o parte de las actividades de las PyME supone una dificultad adicional para que inviertan en la capacitación de su personal. Todo ello hace más justificable la intervención de una política pública de formación profesional y técnica para el personal de las PyME que apunte expresamente a las fallas de mercado que más le afectan. En segundo lugar, los trabajadores deberían invertir en su propia formación si la inversión en capital humano genera rendimientos positivos en forma de mayores salarios, y los individuos deberían optar por adquirir la formación en el mercado. Sin embargo, los mercados de trabajo son altamente imperfectos porque la remuneración salarial no siempre está vinculada a las cualificaciones profesionales sino a factores como la antigüedad en el puesto de trabajo o el grado de sindicación en la plantilla. En tercer lugar, tanto las empresas como los individuos carecen de la información necesaria para tomar decisiones adecuadas puesto que desconocen la rentabilidad que una capacitación específica va a tener en el futuro, ante posibles cambios en los mercados de trabajo y la constante renovación de las necesidades empresariales. Igualmente, existen asimetrías de información entre la demanda constituida por empresarios e individuos respecto a la calidad y utilidad resultante de la formación respecto a las entidades que proveen de esa formación. La educación técnica y la capacitación profesional generan unas economías externas positivas a través del mercado de trabajo, de las que se benefician las empresas y la sociedad en su conjunto. La disponibilidad de una mano de obra altamente cualificada genera unas mejores condiciones para las inversiones productivas y aumentos de la productividad de la economía. Además, fallas de estado y fallas de coordinación hacen que puedan producirse situaciones de monopolio de entes públicos de capacitación, así como carencia de mecanismos que aporten la transparencia necesaria al mercado de servicios de entrenamiento. Por último, cabe mencionar las fallas de mercado y las deficiencias de los mercados financieros que aumentan las dificultades de acceso al crédito, tanto por las empresas como por las personas. Dichas fallas limitan la disponibilidad de recursos económicos para invertir en capacitación laboral, particularmente teniendo en cuenta que dicha inversión genera activos intangibles, como lo son el conocimiento y las competencias que se adquieren con la capacitación, y este tipo de activos no suelen ser tomados como garantías por las entidades financieras. 18
Educación técnica y formación profesional en América Latina. El reto de la productividad Todas estas fallas de mercado son las que justifican y legitiman la acción de la política pública que debiera ir dirigida en primer lugar a la superación de esas fallas y a apoyarse en las fuerzas del mercado, particularmente desde el lado de la demanda, con el objeto de dinamizar el mercado de servicios de formación profesional y educación técnica. Adicionalmente, los gobiernos podrán utilizar mecanismos de estímulo de la formación de recursos humanos para apoyar el logro de objetivos de diversas políticas públicas, tanto las de desarrollo productivo y competitividad como las de equidad e inclusión social. Tendencias globales que afectan directamente a los retos que enfrenta la formación La necesidad del constante reforzamiento y actualización de capacidades de los individuos y organizaciones se ve reforzada por una serie de tendencias globales de gran impacto en el largo plazo que hacen pensar que la relevancia del capital humano no es meramente coyuntural sino que responde a procesos de profunda transformación de la sociedad. Entre esas tendencias se encuentran: la globalización financiera y comercial; el cambio tecnológico; el cambio climático; las migraciones y la urbanización; y la demografía. La globalización. Sin duda el comercio internacional ha profundizado la globalización, lo que ha aumentado la especialización de los países y a su vez contribuido a la mejora de la productividad. El comercio mundial ha crecido a un mayor ritmo que el producto bruto mundial entre 1950 y 2007, cuando se inicia la crisis financiera internacional (World Trade Report, 2008) pero la composición del comercio ha cambiado: se ha observado un aumento de los productos manufacturados frente a los agrícolas y los minerales no combustibles. Asimismo, se ha experimentado un declive de exportaciones de manufacturas de países industrializados y un aumento de las de los países emergentes, tanto en bienes intensivos en trabajo (como por ejemplo industrial textil) como en capital (por ejemplo el sector de la automoción). Los avances en comunicaciones y transportes, y los nuevos métodos de producción, han expandido notablemente el rango de productos exportables, incluyendo los alimentos, y han desconcentrado la producción industrial que se ha desplazado del “centro” a la “periferia”. Lo que el World Trade Report de 2008 nos muestra es que América Latina, excluyendo México, sigue importando mucho más de lo que exporta, al contrario que Asia, lo que significa que la región, fruto de la brecha de productividad, no está aprovechando plenamente sus ventajas comparativas ni las oportunidades de desarrollo industrial y comercial que ofrece la globalización. Las carencias en capital humano e innovación impiden que Latinoamérica escale puestos en las cadenas de valor mundiales pasando a producir bienes y componentes de mayor valor agregado. 19
Educación técnica y formación profesional en América Latina. El reto de la productividad Cambio tecnológico. La velocidad de la incorporación de los cambios tecnológicos a la producción obliga a una constante adaptación de la oferta de formación, lo que no se limita a las TIC (son solo una de las tecnologías de uso múltiple como lo son la biotecnología, la nanotecnología, etc.) En este sentido, un informe de la Rand Corporation (Amy Wang, 2008) alerta sobre las dificultades que un buen número de los países de América Latina pueden encontrar para incorporar, adquirir o utilizar las tecnologías que serán clave en 2020. Esta posición de desventaja en el dominio tecnológico afecta a la localización de inversiones en la región, así como la incorporación de empresas de alto valor añadido a las cadenas globales de valor, en constante transformación tecnológica. Calentamiento global. La lucha contra el cambio climático y los crecientes requerimientos del crecimiento sostenible y de una economía verde requerirá “empleos verdes”, lo que es una gran oportunidad para la cualificación y recualificación de nuevos y viejos trabajadores. La progresiva generalización de las energías limpias y renovables, la necesidad de aumentar la eficiencia energética, reducir emisiones y residuos de todo tipo, permite la creación de nuevos perfiles profesionales, lo que requiere la oferta de la formación adecuada a esta tendencia global que abre la puerta a actividades industriales y de generación de energía de alto valor agregado (es decir, de alta productividad). Migraciones y urbanización. No solamente se han globalizado los flujos de capital y mercancías; también han aumentado las migraciones, aun cuando permanecen numerosas restricciones nacionales a la libertad de circular y al establecimiento por parte de los trabajadores. Este movimiento de trabajadores, con frecuencia de Sur a Norte, pero también entre países del Sur, requiere de atención a sus necesidades de capacitación para adaptarse a los trabajos del nuevo entorno, como también de un sistema de reconocimiento de sus capacidades. En cierto modo ha aparecido una fuerza de trabajo mundial aunque la portabilidad de las competencias y habilidades se ve entorpecida por los problemas de reconocimiento de títulos y certificados y la falta de sistemas de certificación de competencias laborales (adquiridas en el lugar de trabajo). La libertad de movimiento de trabajadores en el entorno de mercados comunes regionales o acuerdos de libre comercio permitiría que el factor trabajo se desplace allí donde sea más productivo. La mayor parte de países ven cómo las migraciones obligan tanto a los estados como a las empresas a desarrollar estrategias para atraer y retener el talento. Una forma particular de migración es la migración interna hacia las ciudades que se observa a nivel mundial y en particular en América Latina. Por primera vez en la historia, desde 2011 viven más personas en las ciudades que en el campo. En todos los países el crecimiento urbano ha conllevado un aumento de un tipo de trabajos como construcción, transporte y todo tipo de servicios que van a seguir requiriendo de nuevas formas de educación y capacitación técnica. 20
Educación técnica y formación profesional en América Latina. El reto de la productividad Cambios demográficos. Al mismo tiempo, los países de la región se encuentran al principio de una transformación demográfica similar a la experimentada en los países más desarrollados consistente en el progresivo envejecimiento de la población. Ello va a hacer más necesario el incremento de la productividad y va a implicar importantes retos para la capacitación de los jóvenes que se incorporan ahora a la fuerza de trabajo pero que van a necesitar de capacitación a lo largo de la vida. Por otra parte, el aumento de la población mayor va a suponer necesidades crecientes de formación y recalificación de adultos, al tiempo que abrirá una serie de oportunidades para la creación de empleos para la atención de la tercera edad, incluyendo la animación socio-cultural, los cuidados médicos de larga duración, el mantenimiento de las residencias de ancianos, etc. Junto a estas grandes tendencias que suponen retos, pero también oportunidades, hay que señalar que la formación, además de atender a los requerimientos de productividad, también debe atender a los de equidad y crecimiento inclusivo. El sistema educativo y de formación, y ETFP debe contribuir a igualar las oportunidades de los distintos grupos y clases sociales, de modo que sus integrantes tengan las mismas posibilidades de encontrar puestos de trabajo decentes, en el sector formal de la economía, bien remunerados, y en entornos laborales de alta productividad empresarial. En cualquier caso, la desigualdad en el acceso a la educación en los países de la región afecta también a la productividad, ya que la exclusión de determinados sectores implica una menor disponibilidad de mano de obra cualificada para las empresas, problema que puede ser especialmente relevante en determinadas áreas geográficas. Los sistemas educativos y de formación profesional La educación se distingue de la formación por no estar destinada exclusivamente al desempeño laboral, al incluir componentes cívicos y socioemocionales. Se entiende que el sistema educativo, además de la formación universal basada en la cultura y valores cívicos y sociales, enfrenta la enseñanza inicial de las personas. Cuando en este documento se hace referencia al sistema educativo se habla principalmente de la enseñanza secundaria superior, y en particular la enseñanza técnica, es decir la enseñanza que debe preparar a las personas para el trabajo. También entra en el campo del sistema educativo la enseñanza post secundaria y terciaria no universitaria, que con diferentes nomenclaturas y regulaciones se imparte en toda América Latina. Por su parte, el sistema de capacitación laboral, o vocacional, o formación profesional, dependiendo de la terminología adoptada en cada país, es la destinada a personas que ya han entrado en el mercado de trabajo y necesitan un aprendizaje progresivo para su mejora y desarrollo profesional. Cuando se habla del continuo del sistema educativo y de formación se hace referencia a dos hechos: primero, que todas las experiencias educativas y formativas tienen un impacto en el grado de cualificación del trabajador, desde la educación preescolar y primaria, hasta la universitaria (en su caso); y segundo, que la formación no se agota con aquella que se recibe 21
Educación técnica y formación profesional en América Latina. El reto de la productividad antes del ingreso en el mercado de trabajo, sino que existe una formación durante la vida laboral, ya sea para actualizar competencias, habilidades y conocimientos relativos al puesto que se desempeña, o bien para adquirir un compendio nuevo que permita desempeñar otra actividad diferente. La educación formal se define como una modalidad de educación institucionalizada e intencionada, organizada por entidades públicas y organismos privados acreditados que, en su conjunto, forman parte del sistema educativo formal del país. Usualmente tiene lugar en centros educativos cuya función primordial es impartir educación de tiempo completo a alumnos y estudiantes, dentro de un sistema concebido como una continua trayectoria de escolarización. En América Latina, dentro de la educación formal, todos los países de la región ofrecen las modalidades técnicas y tecnológicas desde el nivel secundario no obligatorio y, por supuesto, en el nivel superior no universitario y el nivel universitario propiamente dicho. En el nivel secundario no obligatorio, la duración del nivel varía de 4 a 7 años según los países e incluye habitualmente dos ciclos. En América Latina, en general, los programas de educación técnica no constituyen una oferta terminal, es decir, no inhabilitan la continuación de los estudios superiores. En el nivel superior no universitario, la mayoría de los países han desarrollado un conjunto de programas intermedios o “tecnicaturas”, que toman en los países diferentes formatos institucionales y duraciones (de dos a cuatro años). Una de las características de los últimos años es justamente esta diversificación. El desafío pendiente en este nivel de formación es el crecimiento de la cobertura. Actualmente representan una porción menor de la matrícula de nivel superior, siendo la oferta universitaria aún la más demandada. Entre las numerosas explicaciones que puede tener este fenómeno está la baja valoración social de las carreras técnicas. La educación no formal, al igual que la educación formal pero contrariamente al aprendizaje informal, imprevisto o aleatorio, se define como una modalidad de formación institucionalizada, intencionada y organizada por un proveedor de educación. La característica que define la educación no formal es que representa una alternativa o complemento a la educación formal de las personas dentro del proceso de aprendizaje a lo largo de la vida. Atiende a todos los grupos de edad aun cuando no implica necesariamente una trayectoria continua. La educación no formal puede ser de corta duración o de baja intensidad, impartiéndose habitualmente bajo la forma de cursos, seminarios o talleres. En general, la educación no formal conduce a certificaciones que no son reconocidas por las autoridades nacionales o sub-nacionales competentes como equivalentes a la educación formal. En ocasiones no otorga certificación alguna. Sin embargo, es posible obtener certificaciones formales mediante la participación exclusiva en programas específicos de educación no formal. Normalmente este tipo de recorridos formativos no se encuentran bajo el ámbito de los ministerios de educación. Según el contexto nacional, la educación no formal puede cubrir programas que contribuyen 22
Educación técnica y formación profesional en América Latina. El reto de la productividad a la alfabetización de jóvenes y adultos y a la educación de niños no escolarizados, así como programas de enseñanza de habilidades básicas para la vida, de destrezas laborales, o los relacionados al desarrollo social y cultural. Asimismo, incluye iniciativas de capacitación en el lugar de trabajo destinadas a reforzar o adaptar certificaciones y destrezas ya existentes, capacitar para el empleo a personas no económicamente activas y, en ciertos casos, representar trayectorias alternativas a la educación formal. La educación no formal no es sinónimo de formación ya que puede incluir actividades de aprendizaje con fines de desarrollo personal y, por lo tanto, no está exclusivamente vinculada con aspectos laborales, pero la formación para el trabajo o el empleo, y por tanto la ETFP, cuando ésta no es parte de la educación secundaria no obligatoria, sería una modalidad de educación no formal. Dicho de otro modo la ETFP forma parte tanto de la educación formal en su modalidad técnica o vocacional, como de la educación no formal. En América Latina, los sistemas de formación para el trabajo también han crecido en oferta y diversidad. En esta rama han aparecido nuevos actores en el mercado de formación, como las empresas, las organizaciones patronales y de trabajadores o las organizaciones sociales. Todos conforman un complejo mapa de formación donde conviven las diversas ofertas, con distintos grados de institucionalidad y logrando diferentes niveles de articulación y coordinación. Destacan los Institutos Nacionales de Capacitación (INC), dependientes generalmente de los ministerios de trabajo o institutos nacionales con autonomía propia. En general, todas se han visto obligadas a diversificar su oferta académica, ganando más importancia los programas de mayor duración (un año o más) sobre los cursos cortos de capacitación o actualización. Otra tendencia reciente en la oferta de formación de los INC, que tiene relevancia para la población joven, es el surgimiento de distintos esquemas de articulación con la educación secundaria técnica. Una de las experiencias destacadas es la articulación que lleva adelante el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) en Colombia, que permite a los alumnos de la educación técnica acceder a títulos de la institución al tiempo que obtienen la titulación de la educación general. Otra experiencia es el SENAI en Brasil, que ha comenzado a articular los cursos técnicos con la oferta del SESI (también perteneciente al sector industrial, pero que provee servicios sociales), en el marco de la propuesta de integración de la educación general y la ETFP que lleva adelante el Gobierno Federal. Los principales destinatarios son los trabajadores de las grandes empresas, y crecientemente jóvenes de la franja de edad de la educación secundaria no obligatoria. 23
Panorama de la capacitación laboral en América Latina Brechas de capacidades en el mercado de trabajo Dificultades de las empresas para encontrar el personal adecuado La última encuesta sobre escasez de talento de Manpower Group (2013), que se realiza desde el 2006 y que en su última versión consideró a más de 38.600 empleadores en 42 países, incluidos 8 latinoamericanos, reportó que el 35% de las empresas a nivel mundial tuvo dificultades para llenar las posiciones de trabajo ofrecidas como resultado de la falta de candidatos adecuados (Cuadro 2). Las dificultades de contratación de personal son un problema global, y América Latina lo experimenta al igual que el resto del mundo. Las Américas (que incluye a Estados Unidos y Canadá) están cuatro puntos por encima del promedio global. Entre los ocho países latinoamericanos considerados en el estudio, Perú es el que reportó menores dificultades (26%) y Brasil el que más (68%), lo que lo ubica en el segundo lugar a nivel global detrás de Japón. La falta de competencias técnicas y de experiencia están entre las razones más nombradas por las cuales las empresas tuvieron problemas de contratación de personal. Los resultados anteriores son consistentes con la última encuesta a empresas del Banco Mundial (2010), la cual muestra que el 35,8% de las empresas manufactureras en América Latina y el Caribe consideran que la inadecuada formación de la fuerza laboral es un “importante obstáculo” para la operación de las empresas, y que el 12% de las empresas consideran es “el principal obstáculo” (elegido entre un grupo de 15 potenciales obstáculos), siendo en esta última categoría sólo superado por la “dificultad en el acceso a financiamiento” (15%) y por las “prácticas del sector informal” (13,5%). A nivel global de la región, cuando se toma en consideración el tamaño, la propiedad (nacional o extranjera) o la internacionalización (exporta o no) de las empresas, no se dan diferencias importantes en la percepción de estas acerca de que el nivel actual de competencias de la fuerza laboral es un obstáculo importante para su operación. 25
Educación técnica y formación profesional en América Latina. El reto de la productividad TABLA 1. PORCENTAJE DE EMPRESAS QUE PRESENTAN DIFICULTAD PARA LLENAR VACANTES POR ESCASEZ DE TALENTO, SEGÚN ZONA GEOGRÁFICA (2013)2 Zona geográfica Porcentaje Global 35% Américas 39% Asia Pacífico 51% OMF 26% Fuente: (ManpowerGroup,2013) TABLA 2. PORCENTAJE DE EMPRESAS QUE PRESENTAN DIFICULTAD PARA LLENAR VACANTES POR ESCASEZ DE TALENTO. (PAÍSES SELECCIONADOS, 2013) Zona geográfica Porcentaje Japón 85% Brasil 68% Argentina 41% Costa Rica 40% Estados Unidos 39% Panamá 38% México 38% Promedio Global 35% Canadá 34% Guatemala 33% Colombia 30% Perú 26% Irlanda (menor) 3% Fuente: (ManpowerGroup,2013) 2 Américas: Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica, Guatemala, México, Panamá, Perú, Estados Unidos (cerca de 10,000 empleadores). Asia Pacífico: Australia, China, Hong Kong, India, Japón, Nueva Zelandia, Singapur, Taiwán (cerca de 8.600 empleadores). Europa, Oriente Medio y África (EOMF): Austria, Bélgica, Bulgaria, República Checa, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Irlanda, Israel, Italia, Holanda, Noruega, Polonia, Rumania, Eslovaquia, Eslovenia, Sudáfrica, España, Suecia, Suiza, Turquía, Reino Unido (más de 20.000 empleadores). 26
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