ELEMENTOS PARA UNA ECONOMÍA POLÍTICA DEL REPUBLICANISMO: UN ANÁLISIS CRÍTICO DE LA RENTA BÁSICA DE ALASKA
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ELEMENTOS PARA UNA ECONOMÍA POLÍTICA DEL REPUBLICANISMO: UN ANÁLISIS CRÍTICO DE LA RENTA BÁSICA DE ALASKA* TOWARDS A POLITICAL ECONOMY OF REPUBLICANISM: A CRITICAL ASSESSMENT OF ALASKA’S BASIC INCOME SCHEME Recibido: mayo de 2011. Aceptado: septiembre de 2011. David Casassas y Jurgen De Wispelaere Universidad de Barcelona y Université de Montréal Palabras clave: renta básica, republicanismo, libertarianismo, independencia socioeconómica, concen- traciones de poder económico, control democrático Keywords: basic income, republicanism, libertarianism, socio-economic independence, concentrations of economic power, democratic control Resumen: En este artículo presentamos las ideas básicas que subyacen a la teoría política republicana y establecemos una línea de demarca- ción entre la perspectiva republicana y el libertarianismo de izquierdas, el cual tiene en la renta básica de Alaska su plasmación institucional más natural e inmediata. A partir de ahí, abordamos tres conjuntos de problemas que presenta el modelo de Alaska: la falta de una base económica sustancial, la falta de frenos a la acumulación de poder económico privado y la falta de mecanismos de control democrático sobre los procesos de extracción, imposición tributaria y distribución de los recursos naturales. Así, para que el republicanismo pueda hacerlo suyo, el modelo de Alaska debe ser sometido a importantes enmiendas y modificaciones que tienen que ver tanto con su naturaleza intrínseca como con el contexto institucional en el que opera. De este modo, concluimos sosteniendo que, aun cuando el modelo de Alaska puede ser compatible con la perspectiva republicana en un sentido débil, los republicanos deben proceder con cautela a la hora de defender el modelo en un sentido fuerte. (*) Este texto ha sido elaborado en el marco de un proyecto de investigación financia- do por el European Research Council bajo el Séptimo Programa Marco de la Unión Europea (FP7/2007-2013 / ERC / acuerdo nº 249438 – TRAMOD). Una primera versión aparecerá publicada en un libro dedicado enteramente al estudio del modelo de renta básica de Alaska (Widerquist y Howard, 2012a). Queremos agradecer los pormenorizados comenta- rios que hicieron del borrador de este artículo Simon Birnbaum, Michael Howard, Blain Neufeld, Cristian Pérez, Philip Pettit y Karl Widerquist. REVISTA INTERNACIONAL DE PENSAMIENTO POLÍTICO - I ÉPOCA - VOL. 6 - 2011 - [165-192] - ISSN 1885-589X 165
Abstract: In this article we present the basic ideas of republican political theory and demarcate the republican perspective from left- libertarianism, which sees Alaska’s basic income model as its more natural and immediate institutional realization. We then address three sets of problems in the Alaska model: the lack of a substantial economic floor, the lack of limits on great accumulations of private economic power, and the lack of mechanisms of democratic control over the extraction, taxation and distribution of natural resources. For republicans to endorse the Alaska model, it will have to be modified extensively. We conclude that, while the Alaska model can be made compatible with the republican perspective in a weak sense, republicans should be cautious about defending the model in a strong sense. Introducción Desde 1982, cada ciudadano del esta- de todo tipo de procedencias o extrac- do de Alaska recibe una participación ciones demográficas, socioeconómicas igual de las reservas de petróleo del es- y políticas. Tal como Scott Goldsmith tado, que se gestionan a través de un asegura, «plantear hoy en Alaska cual- fondo permanente denominado «Alaska quier medida política que pueda tener Permanent Fund» (APF), en la forma de un impacto adverso, en la actualidad o un dividendo o subsidio anual de alre- en el futuro, en la cuantía del PFD equi- dedor de 1.000 dólares (el llamado vale al suicidio político» (Goldsmith, «Permanent Fund Dividend», PFD) con- 2005: 558). Asimismo, los defensores ferido a cada ciudadano o residente del modelo de renta básica de Alaska acreditado mayor o menor de edad1. El (en adelante, modelo de Alaska) sostie- PFD es el único ejemplo existente en nen que el PFD constituye una política todo el mundo de política económica a altamente igualitarista2, pues confiere a gran escala que combine la imposición todos los ciudadanos y ciudadanas una tributaria sobre un recurso natural no re- participación igual de un recurso natu- novable con la distribución individual e ral que se posee en común, lo que, ade- incondicional de (parte de) la renta acu- más, inmuniza tal esquema de algunos mulada en el fondo soberano constitui- de los intrincados problemas normati- do a partir de los recursos recaudados. vos a los que supuestamente deben El PFD ha demostrado ser un programa hacer frente los programas redistribu- altamente exitoso que ha gozado de un tivos basados en el gravamen de la ren- amplio apoyo por parte de ciudadanos ta personal. Por todo ello, y tal como ve- REVISTA INTERNACIONAL DE PENSAMIENTO POLÍTICO - I ÉPOCA - VOL. 6 - 2011 - [165-192] - ISSN 1885-589X 166
remos más adelante con detalle, el mo- sis para evaluar el modelo de Alaska delo de Alaska constituye un mecanis- desde una perspectiva republicana, los mo distributivo que se ajusta perfecta- tres epígrafes siguientes –3, 4 y 5– abor- mente a los planteamientos de los de- dan, cada uno de ellos, un particular fensores de las teorías de la justicia de conjunto de problemas. Cada uno de carácter libertariano de izquierdas. estos epígrafes sostiene que, para que el republicanismo pueda hacerlo suyo, En este artículo evaluamos las ventajas el modelo de Alaska debe ser sometido e inconvenientes del modelo de Alaska a importantes enmiendas y modificacio- desde la perspectiva del republicanismo nes que tienen que ver tanto con su contemporáneo, una aproximación que, naturaleza intrínseca como con el con- en el mundo anglosajón, se ha asocia- texto institucional en el que opera. De do, fundamentalmente, al trabajo de este modo, en el epígrafe 6 concluimos autores como Quentin Skinner (1992, sosteniendo que, aun cuando el mode- 1998) y Philip Pettit (1997, 2001). In lo de Alaska puede ser compatible con nuce, el republicanismo sostiene que la la perspectiva republicana en un senti- función de un orden político justo es la do débil, los republicanos deben proce- de proteger y promover la libertad repu- der con cautela a la hora de defender el blicana como no-dominación, que es el modelo en un sentido fuerte. tipo de libertad que gozamos cuando vivimos a salvo de (la mera posibilidad de) interferencias arbitrarias por parte 1. El modelo de Alaska y la de los demás. Para los republicanos, el libertad modelo de Alaska quedaría justificado en la medida en que contribuyera a (o, Lo primero que conviene hacer en pun- por lo menos, fuera compatible con) la to a evaluar el atractivo político-institucio- más amplia libertad republicana para nal del modelo de Alaska es preguntar- todos los ciudadanos. Nosotros creemos nos, antes que nada, qué puede justifi- que el PFD adoptado en Alaska suspen- car normativamente (si algo puede ha- de este particular examen por razones cerlo) el hecho de que adoptemos el de lo más importante. modelo en cuestión. Un argumento que Este artículo procede del siguiente modo. nos ofrecería buenas razones para ins- Los epígrafes 1 y 2 presentan las ideas taurar un esquema de política económi- básicas que subyacen a la teoría políti- ca y social como el PFD es el que pasa- ca republicana y establecen una línea ría por afirmar que éste contribuiría, a de demarcación entre la perspectiva re- través de varios e importantes mecanis- publicana y la teoría libertariana de iz- mos, a ensanchar la libertad individual. quierdas, una perspectiva, esta última, Pero el de libertad es un concepto alta- que, bajo nuestro punto de vista, tiene mente complejo y controvertido, y en el en el modelo de Alaska su plasmación ámbito de la filosofía política existe un institucional más natural e inmediata. importante desacuerdo con respecto a Una vez establecido un marco de análi- qué elementos hacen que un esquema REVISTA INTERNACIONAL DE PENSAMIENTO POLÍTICO - I ÉPOCA - VOL. 6 - 2011 - [165-192] - ISSN 1885-589X 167
de política pública promueva verdade- ción lockeana según la cual el mun- ramente la libertad de los individuos do, en su estado inicial «no trabaja- (Carter, Kramer y Steiner, 2008). Por ello, do», no es propiedad de nadie, por lo nuestro objetivo en estos dos primeros que puede ser objeto de apropiación epígrafes es el de presentar brevemen- privada –sujeta ésta, eso sí, a la cláusu- te los valores centrales de la concepción la lockeana según la cual es preciso dejar republicana de la libertad como no-do- «tanto y tan bueno a los demás»4–. Por el minación, que anima nuestro análisis otro lado, los libertarianos de izquierdas crítico del modelo de Alaska, y, también, creen que el mundo es poseído en co- el de comparar el proyecto de justifica- mún y que, por consiguiente, cualquier ción republicano con el propio del uso privado de un recurso del mundo libertarianismo de izquierdas3. exige el pago de un «canon» o «cuota Empecemos con el libertarianismo de de utilización» que, a continuación, debe izquierdas, una teoría de la libertad y de ser distribuida equitativamente entre to- la justicia que echa sus raíces en dos dos los miembros de la comunidad. valores fundamentales. En primer lugar, Como puede deducirse, aquello que la idea de auto-propiedad, que estable- permite a los libertarianos de izquierdas ce, en esencia, que los individuos son presentarse como igualitaristas es el propietarios de si mismos, de su cuerpo paso fundamental que realizan de la idea y de su trabajo, y que tienen un robusto de que el mundo «no trabajado» no tie- derecho moral a no ser interferidos en ne propietario a la idea según la cual aquellas opciones que puedan realizar éste es propiedad común de todos con respecto a qué hacer consigo mis- (Cohen, 1995; Otsuka, 2003)5. mos, con su cuerpo y con su trabajo: en Resulta fácil entender por qué el mode- efecto, hemos de ser libres de ser o ha- lo de Alaska puede ser visto como el cer lo que nos venga en gana, siempre esquema distributivo libertariano de iz- y cuando no interfiramos en los (igual- quierdas por antonomasia: cada vez que mente fundamentales) derechos de se descubre un recurso que es propie- auto-propiedad de los demás individuos. dad de todos –en este caso, el petróleo Por supuesto, para que podamos hacer de los yacimientos de la costa septen- algo en el mundo de forma efectiva, trional de Alaska, pero muchos son los meros derechos sobre nuestros cuerpos bienes y recursos a los que se podría y sobre nuestro trabajo no bastan: de hacer mención en este punto–, está per- forma inevitable, tenemos que hacer uso mitido –y quizás obligado– que se intro- de ciertos elementos materiales perte- duzca un impuesto sustancial sobre el necientes al mundo exterior. Pues bien, uso del recurso y que se destine la re- en este punto entra en juego el segundo caudación resultante a la creación de valor fundamental del libertarianismo. un fondo público que pueda ser reparti- Ocurre, sin embargo, que aquí los do entre todos a través de subsidios de libertarianos se dividen en dos grandes igual cuantía. Tal esquema se adecua a familias. Por un lado, los libertarianos la perfección a la perspectiva libertariana tradicionales se acogen a una concep- de izquierdas, que aspira a lograr altos REVISTA INTERNACIONAL DE PENSAMIENTO POLÍTICO - I ÉPOCA - VOL. 6 - 2011 - [165-192] - ISSN 1885-589X 168
niveles de igualdad sin por ello violar el de izquierdas con la auto-propiedad, por principio de auto-propiedad. En efecto, un lado, y con la igual distribución del los libertarianos de izquierdas creen que valor de los recursos poseídos en común, dicha estrategia, consistente en fiar la por el otro7. El hecho de que tradiciones justicia distributiva a la imposición filosóficas distintas compartan el interés tributaria de un recurso natural –y no en un diseño institucional determinado del trabajo–, presenta una ventaja deci- no es óbice para que ambas tradiciones siva: permite lograr niveles relevantes de mantengan sus propios objetivos norma- libertad como no-interferencia, por un tivos y evalúen el grado de pertinencia lado, y de igualdad, por el otro, sin incu- del diseño institucional en cuestión de rrir en formas de explotación como las acuerdo con tales objetivos normativos que se podrían derivar de la imposición propios. sobre la renta personal (Widerquist y Consideremos ahora una aproximación Howard, 2012b)6. Es por todo ello por lo alternativa, pero igualmente comprome- que decimos que el modelo de Alaska tida con la centralidad del valor de la constituye la plasmación institucional de libertad, a la cuestión de la justificación la teoría de la justicia libertariana de iz- normativa del modelo de Alaska: la ba- quierdas. sada en la noción republicana de liber- Huelga decir, sin embargo, que dicho tad como no-dominación (Pettit, 1997, mecanismo libertariano de izquierdas 2001). El republicanismo es una teoría consistente en gravar el uso de recur- de la libertad que hace de la no-domi- sos naturales y, posteriormente, en dis- nación la pieza fundamental de cual- tribuir esas «cuotas de utilización» –esa quier orden social justo. Dicho de forma recaudación– entre el conjunto de la ciu- resumida, la libertad republicana es dadanía constituye un esquema de po- aquella que gozamos cuando podemos lítica pública perfectamente compatible poner en práctica nuestros planes de con ciertas formas de liberalismo iguali- vida propios sin tener que sufrir tario, de utilitarismo y, por supuesto, tam- interferencias arbitrarias por parte de bién de republicanismo. En otros térmi- otros agentes. Un individuo es objeto de nos, optar por participar de una estrate- interferencias arbitrarias cuando otro gia libertariana de izquierdas no obliga individuo o grupo de individuos está ca- a compartir objetivos libertarianos de iz- pacitado para interferir en sus planes o quierdas: de lo que se trata, finalmente, elecciones sin tomar en consideración es de averiguar hasta qué punto puede los intereses o proyectos que pueda al- interesar, de acuerdo con objetivos (por bergar. De acuerdo con el republica- ejemplo) republicanos, apoyar y ayudar nismo, no es la interferencia per se aque- a promover aquellos mecanismos liber- llo que restringe la libertad de una per- tarianos de izquierdas consistentes en sona, sino la arbitrariedad de la interfe- gravar recursos naturales y en distribuir rencia. En efecto, una interferencia –por la recaudación resultante, unos meca- ejemplo, por parte de las instituciones nismos que, así, sean compatibles con políticas– que contemple y respete los el doble compromiso del libertarianismo intereses y proyectos de una persona no REVISTA INTERNACIONAL DE PENSAMIENTO POLÍTICO - I ÉPOCA - VOL. 6 - 2011 - [165-192] - ISSN 1885-589X 169
puede considerarse lesiva de la libertad y no a las de otros, aquello que aleja a individual en ningún sentido relevante los republicanos, conceptual y norma- del término. Al decir de Pettit (1997: 55), tivamente, de la obsesiva preocupación «un acto es perpetrado de modo arbi- de los libertarianos, de derechas o de trario, podríamos decir, si sólo está su- izquierdas, por la libertad entendida jeto al arbitrium, a la decisión o al juicio, como mera no-interferencia. En efecto, del agente; si el agente está en una po- así como los libertarianos ven en cual- sición en la que puede o no elegirlo, quier forma de intervención del Estado según le plazca. Cuando decimos que una fuente inevitable de interferencias un acto de interferencia ha sido perpe- arbitrarias –con la excepción de aquella trado de un modo arbitrario, la implica- acción estatal que se dirige pura y ex- ción es que, como cualquier otro acto clusivamente al reparto de las citadas arbitrario, ha sido elegido, o no, según «cuotas de utilización» de los recursos le plazca al agente. Y en particular, pues- comunes, pues en este caso el Estado to que estamos hablando de interferen- se limita a corregir violaciones previas cia en la vida de otros, implica que el de los derechos de propiedad–, los re- acto es elegido, o no, sin atender a los publicanos aspiran a que las institucio- intereses o a las opiniones de los afec- nes políticas intervengan no arbitraria- tados. La elección no está obligada a mente en la vida social, precisamente atender a los intereses de los demás, para construir aquellos escenarios so- según los juzgan ellos mismos»8. ciales que permitan la extensión de los Otro aspecto crucial de la noción repu- mayores grados posibles de libertad blicana de libertad radica en el hecho como no-dominación entre el mayor de que la mera posibilidad de la interfe- número de personas posible; que permi- rencia arbitraria es suficiente para que tan, en suma, que el mayor número de la persona deje de ser libre. Cuando la personas posible viva de acuerdo con sus posibilidad de la intervención es suficien- propias razones y no con las de otros9. te para impedir que un agente planee Todos estos postulados descansan en su vida de acuerdo con sus deseos y una descripción del mundo u ontología aspiraciones, éste deja automáticamente social, la republicana, según la cual la de ser independiente o de autogober- vida social se halla atravesada por todo narse, y pasa a gobernar su vida de tipo de vínculos de dependencia. Según acuerdo con las razones de otros: así, el republicanismo, se dan relaciones de dicha persona vive literalmente bajo con- dependencia siempre que los individuos, trol ajeno (Pettit, 1997, 2001). En cual- como consecuencia de un acceso disí- quier caso, es todo este énfasis en la mil a la propiedad o control de los re- cuestión de las «razones», así como el cursos materiales, ocupan posiciones interés puesto en la posibilidad de intro- sociales desiguales, lo que permite que ducir políticamente las condiciones so- unos se encuentren habilitados para in- ciales e institucionales que permiten que terferir arbitrariamente en la vida de los individuos efectivamente vivamos otros. Cierto es que el republicanismo, atendiendo a nuestras propias razones que constituye una teoría de la libertad REVISTA INTERNACIONAL DE PENSAMIENTO POLÍTICO - I ÉPOCA - VOL. 6 - 2011 - [165-192] - ISSN 1885-589X 170
de carácter irreductiblemente social todo ello, el republicanismo no se halla (Pettit, 1993), asume que la realización fundamentalmente comprometido con la de los planes de vida de los individuos «libertad de elegir» – option-freedom– requiere la presencia de los demás en para poder ser o hacer tanto como po- todas las esferas en las que nuestras damos querer ser o hacer, sino con la vidas se desarrollan, esto es, requiere la bien distinta «libertad social» –o agency- coordinación de nuestra acción con la freedom– de vivir la propia vida sin ne- de los demás: al fin y al cabo, el valor de cesitar requerir, a cada paso, el permiso la vida que nuestra libertad ha de hacer de otros individuos o grupos, sean éstos posible se halla íntimamente relaciona- agentes privados o el Estado y sus de- do con el modo en que los demás ac- pendencias burocráticas (Domènech y túan e interactúan con nosotros. Ahora Raventós, 2007; Pettit, 2003)10. bien, el republicanismo no deja ni un Desde sus orígenes, la tradición repu- ápice de duda con respecto a la necesi- blicana ha hecho hincapié en la impor- dad de que las instituciones políticas tancia de los recursos materiales para intervengan, siempre de modo no arbi- la garantía de la independencia trario, para garantizar –o, por lo menos, socioeconómica de los individuos, la favorecer– que esa interacción social se cual constituye una condición necesa- dé en condiciones de ausencia de do- ria, aunque no suficiente, para que és- minación o, lo que es lo mismo, se de- tos logren y consoliden una posición de sarrolle de acuerdo con los intereses y invulnerabilidad social que ha de man- razones de todos los agentes, sin exclu- tenerlos a salvo de cualquier forma de siones de ningún tipo. Efectivamente, dominación que pueda darse en cual- aquello que el republicanismo reivindi- quier esfera de la vida social (Birnbaum ca es una protección institucional robus- y Casassas, 2008; Raventós, 2007). His- ta frente al poder o capacidad de algu- tóricamente, la independencia socioeco- nos individuos o grupos de individuos nómica se hallaba estrechamente vin- de interferir en nuestras vidas sin la de- culada a la propiedad, al hecho de que bida consideración de nuestros intere- el sujeto fuese una persona propietaria. ses y de nuestras razones para optar por Autores republicanos tan distintos como un curso de acción verdaderamente Aristóteles y Cicerón o Harrington y deseado, un curso de acción que, qui- Jefferson compartían la convicción de zás, se torne por ello dificultoso, costo- que sólo los propietarios, que gozan de so o directamente imposible. En suma, un conjunto estable de recursos mate- sólo es ciudadana en un sentido pleno riales –sean éstos dinero, tierras, anima- del término aquella persona que es li- les o incluso esclavos–, pueden llevar bre, aquella persona que es considera- una vida civil verdaderamente libre, pues da un miembro de la comunidad políti- sólo ellos tienen la existencia material ca igual a los demás y que, por ello, se garantizada. Como planteaba el propio ve tan protegida como los demás frente Harrington, «el hombre que no puede a la mera posibilidad de interferencias vivir por su cuenta debe ser un siervo; arbitrarias. Finalmente, nótese que, por pero el que vive por su cuenta puede REVISTA INTERNACIONAL DE PENSAMIENTO POLÍTICO - I ÉPOCA - VOL. 6 - 2011 - [165-192] - ISSN 1885-589X 171
ser un hombre libre» (Harrington, 1992: En resumen, para el republicanismo, el 269). Similares consideraciones confor- acceso a los recursos materiales -esto man el ideal de una «democracia de es, la garantía efectiva, como un dere- propietarios» o «property-owning demo- cho, de una base material que garanti- cracy», ideal que, en la estela del ce nuestra existencia social y económi- republicanismo jeffersoniano, en el mun- ca- constituye una condición sine qua do contemporáneo fue retomado por non para el goce del preciado valor de James Meade: «un hombre con la sufi- la libertad como no-dominación. Todo ciente propiedad posee una mayor fuer- ello parece ofrecer una justificación cla- za negociadora y un sentido de la segu- ra de un sistema que, como el modelo ridad, de la independencia y de la liber- de Alaska, ofrezca a cada ciudadano, tad» (Meade, 1964: 39)11. Asimismo, en la forma de un subsidio universal e conviene destacar el carácter nítidamen- incondicional, una participación igual de te republicano-propietarista de la prime- los ingresos derivados del gravamen ra defensa moderna de una renta bási- impositivo del uso de un recurso de pro- ca: en 1797, Thomas Paine, en su Agra- piedad común. No obstante, una versión rian Justice, abogaba por la introducción republicana de un dispositivo institucio- de una renta básica como mecanismo nal de este tipo presentaría unas carac- para restaurar los derechos de propie- terísticas harto distintas de las del mo- dad sobre los recursos externos que delo que se deriva de los planteamien- muchas personas habían perdido como tos libertarianos de izquierdas. Veamos consecuencia del cercamiento de los por qué. terrenos comunales: «Al considerar la condición de las personas desposeídas, defiendo no un acto de caridad, sino un 2. En qué difieren derecho [...]: la creación de un fondo republicanos y libertarianos nacional a partir del cual se pague a to- de izquierdas das las personas llegadas a la edad de veintiún años la suma de quince libras esterlinas como compensación parcial Antes de adentrarnos en la evaluación por la pérdida de su herencia natural de las características del modelo de ocasionada por la introducción del sis- Alaska desde la óptica del republica- tema de la propiedad privada de la tie- nismo, conviene que nos detengamos rra; y también la suma de diez libras al en el análisis de tres aspectos en los que año, a lo largo de toda la vida, a toda la tradición republicana se aparta de la persona que actualmente haya llegado perspectiva libertariana de izquierdas. a los cincuenta años y a todos aquellos Tales diferencias explican por qué, a que en el futuro lleguen a dicha edad. pesar del interés compartido por repu- [...] Propongo que tales pagos, como ya blicanos y libertarianos de izquierdas en he sostenido, sean hechos a todas las una noción de libertad de carácter so- personas, sean éstas ricas o pobres» cial o agency-based, los primeros no (Paine, 1997: 326-7)12. pueden participar del entusiasmo con REVISTA INTERNACIONAL DE PENSAMIENTO POLÍTICO - I ÉPOCA - VOL. 6 - 2011 - [165-192] - ISSN 1885-589X 172
el que los segundos enjuician el modelo te del fruto de su propio trabajo o activi- de Alaska. dad –por ejemplo, la imposición La primera diferencia tiene que ver con tributaria del uso de recursos naturales las disparidades que presentan las no- respeta este tipo de limitaciones–, los ciones de libertad que republicanos y republicanos pueden adoptar una acti- libertarianos de izquierdas manejan. tud más relajada con respecto a la posi- Pese a que ambas escuelas adoptan una bilidad de gravar un abanico más am- concepción de la libertad centrada en plio de bienes o recursos, siempre y la protección frente a las interferencias cuando la intervención (no arbitraria) de en la agencia individual y no en la mera las instituciones públicas resulte en un expansión del abanico de opciones –por incremento de la libertad republicana ello ambas son nociones de libertad del entre el mayor número de personas po- tipo agency-based, y no choice-based–, sible13. republicanos y libertarianos de izquier- En segundo lugar, pese a que varios das presentan profundas divergencias a defensores de una estrategia libertariana la hora de definir en qué consiste real- de izquierdas de imposición tributaria de mente la libertad (Pettit, 2003). Los liber- los recursos naturales insisten en que el tarianos de izquierdas creen firmemen- modelo de Alaska ha tenido y tendrá un te en la libertad como no-interferencia, impacto positivo en la reducción de la y lo hacen a partir de unos planteamien- pobreza, conviene señalar que, en sen- tos particularmente restrictivos de acuer- tido estricto, el libertarianismo de izquier- do con los cuales cualquier interferen- das no muestra preocupación normati- cia en el libre uso, por parte de cada va alguna por la pobreza. Cualquier uso individuo, de su cuerpo y de su trabajo que hagamos de los recursos externos ha de quedar explícitamente prohibida para combatir la pobreza se encontrará por suponer una violación del principio en todo momento limitado o restringido de auto-propiedad. En cambio, según el por el principio de auto-propiedad y por republicanismo, lo que está en juego y el de igualdad en el derecho de propie- ha de ser considerado normativa y polí- dad del mundo exterior -estos son, re- tico-institucionalmente es el grado en cordemos, los principios que establecen que todos los ciudadanos pueden vivir que aquellos que utilizan recursos ex- sus vidas protegidos frente a cualquier ternos deben pagar un canon o «cuota forma de control ajeno de las mismas, y de utilización» a los demás-. Así, la po- ello bien a menudo requiere interferen- breza importa sólo en la medida en que cias legítimas, esto es, no arbitrarias, por existe una relación directa y clara entre parte de las instituciones políticas. Una ser pobre y haber sufrido una violación implicación importante de esta distinción del derecho a la auto-propiedad o del para el presente análisis radica en el derecho a la propiedad de una parte hecho de que allá donde los libertarianos igual de los recursos del mundo, que son de izquierdas han de limitarse a formas o han de ser de todos. Más allá de estos de política pública que no afecten el dos principios, los libertarianos de iz- derecho de todos a disfrutar íntegramen- quierdas no se hallan conceptualmente REVISTA INTERNACIONAL DE PENSAMIENTO POLÍTICO - I ÉPOCA - VOL. 6 - 2011 - [165-192] - ISSN 1885-589X 173
equipados para interesarse por la pobre- voluntario (Otsuka, 2003). Pues bien, no za14. Así, gravar el uso de los recursos es necesario participar de planteamien- naturales y evitar a toda costa que se tos colectivistas para apreciar los lími- grave el trabajo –en esto consiste el mo- tes de una concepción meramente delo de Alaska– constituye una opción agregativa-atomista de la comunidad segura para los libertarianos de izquier- política en la que la única función de las das, por la simple razón de que ello ga- instituciones públicas sea la de facilitar rantiza que la libertad como no-interfe- la compleja coordinación de la agencia rencia que los libertarianos hacen suya individual (Pettit, 1993, 1997). Este pro- quede fuertemente protegida. Ahora blema se muestra de forma diáfana bien, el impacto en la reducción de la cuando se considera el marco político- pobreza de la política pública que resul- institucional que rodea el PFD de Alaska. ta de este planteamiento es, en el mejor Tal como Goldsmith plantea convincen- de los casos, contingente, y muchos temente, la dotación que reciben todos somos los que creemos que una teoría los ciudadanos de Alaska es percibida de la justicia distributiva debe otorgar a más como un rendimiento gozado aisla- la suerte de los pobres o desposeídos damente que como una partida de gas- un lugar más destacado. En cambio, el to del presupuesto gubernamental, que énfasis del republicanismo en la inde- concierne a todos: «existe entre muchos pendencia material como condición ne- habitantes de Alaska un fuerte senti- cesaria de la libertad social mantiene miento de que los recursos petroleros una relación más estrecha con el objeti- propiedad del Estado les pertenecen a vo de la erradicación de la pobreza. Se- ellos como individuos, no a todos los ciu- gún el republicansmo, la pobreza, en dadanos de forma colectiva» (Goldsmith, todas sus formas –esto es, no sólo en 2005: 558). Obviamente, hay una po- sus formas más extremas–, es directa- derosa razón por la que unos plantea- mente incompatible con la libertad re- mientos excesivamente individualistas publicana como no-dominación, pues la carecen de sentido en un contexto como carestía de unos recursos materiales el del PFD de Alaska: huelga decir que básicos es vista como la causa funda- no hay individuo alguno que pueda to- mental del tipo de vínculos de depen- mar por su cuenta su parte del recurso dencia que se hallan en la base de las directamente de la naturaleza y decidir muy diversas formas de ilibertad (Pettit, unilateralmente cómo utilizarlo. En otras 2006; Raventós, 2007). palabras, la propia decisión de extraer En tercer lugar, pese a su abierta sensi- un recurso, de permitir su uso, de bilidad igualitarista, el libertarianismo de gravarlo y, a continuación, de asignar los izquierdas hace suya la ontología social fondos recaudados en la forma de un propia del individualismo atomista y, en dividendo individual conferido regular- consecuencia, evita comprometerse con mente constituye una decisión colecti- una concepción sustantiva de la socie- va que necesariamente ha de ser toma- dad política o de la comunidad que vaya da por la comunidad política en su con- más allá de la idea del asociacionismo junto. Volveremos sobre este punto en REVISTA INTERNACIONAL DE PENSAMIENTO POLÍTICO - I ÉPOCA - VOL. 6 - 2011 - [165-192] - ISSN 1885-589X 174
el epígrafe 5. Lo que interesa destacar 3. ¿Una base económica? ahora es que una concepción de lo po- lítico de tipo libertariano de izquierdas, esto es, que establezca que la política Es de suponer que, por lo menos de es el resultado de una mera asociación entrada, los republicanos se muestren voluntaria, puede llevar a exagerar los de acuerdo con el modelo de Alaska, aspectos individualistas del modelo de pues éste aspira, fundamentalmente, a Alaska. Pues bien, en este punto el conferir a cada ciudadano una base o republicanismo también ofrece una suelo económico, una suma de renta perspectiva harto distinta de la del regular concebida como el equivalente libertarianismo. En efecto, la libertad a una igual participación de los recur- republicana tiene que ver, inherente- sos naturales de propiedad común mente, con la presencia de ciudadanos (Goldsmith, 2012)16. En efecto, parece libres que deciden conjuntamente la que un esquema de este tipo se adecua constitución de un orden político esta- perfectamente a la pretensión del ble en el cual la libertad republicana de republicanismo de otorgar a todos los cada ciudadano, que se concreta en for- miembros de pleno derecho de la so- mas muy diversas de llevar a la práctica ciedad un nivel básico de recursos ma- los también muy diversos planes de vida teriales que garantice que todos podrán individuales, se encuentra fuertemente desarrollar sus vidas en condiciones de protegida por parte de unas mismas ins- ausencia de interferencias arbitrarias por tituciones colectivas. Cuando los repu- parte de instancias ajenas. Esto resulta blicanos hacen hincapié en el valor de especialmente importante en situacio- la libertad individual, lo hacen siempre nes de pobreza extrema, en las que la sobre la base de un denso tejido de privación lleva de la mano la dependen- interconexiones sociales y desde la con- cia con respecto a los demás para so- vicción de que la libertad individual es brevivir y satisfacer las necesidades más al mismo tiempo libertad social o colec- elementales. Pero la garantía de un suelo tiva, esto es, de que la libertad se sitúa material básico es también fundamen- socialmente en términos de igualdad con tal en punto a fortalecer la libertad de respecto a los demás: no hay libertad aquellos que se enfrentan a circunstan- sin reciprocidad en esa misma libertad. cias menos extremas: en efecto, todos En definitiva, el republicanismo es, en nos hallamos o podemos hallarnos en la esencia, una teoría de la libertad inque- tesitura de tener que adaptar nuestras brantablemente unida a una teoría de la acciones y decisiones a los deseos e in- política15. tereses de otros actores situados en po- Vistos estos tres conjuntos de cuestiones, siciones de mayor privilegio en términos podemos adentrarnos ya en el examen sociales y económicos. Un típico ejem- republicano del modelo de Alaska y de sus plo de ello lo encontramos en las mu- potencialidades como herramienta para la chas formas a través de las cuales un transformación social de interés para otras trabajador asalariado ha de aceptar las áreas geográficas del planeta. interferencias arbitrarias de sus llama- REVISTA INTERNACIONAL DE PENSAMIENTO POLÍTICO - I ÉPOCA - VOL. 6 - 2011 - [165-192] - ISSN 1885-589X 175
dos «empleadores» en el desarrollo de un «punto crítico» en el que un «nivel sus vidas productivas o profesionales -y superior» de libertad republicana se bien a menudo también en los aspectos materializa. Si bien la satisfacción de las más íntimos de sus vidas privadas-. Así, necesidades básicas constituye un ejem- la presencia de una base económica, al plo de «punto crítico» bastante obvio, garantizar una existencia material inde- pues en él pasa a ser posible (o más pendiente, permite mejorar la posición probable) que los individuos abandonen negociadora de los ciudadanos en la o «salgan» de aquellas relaciones socia- esfera económica (Birnbaum y Ca- les que deterioran su libertad, podemos sassas, 2008; Casassas, 2007; Raventós imaginar otros importantes «puntos crí- y Casassas, 2004). ticos» o «esquinas» situados por enci- Pero ¿qué tipo de base económica pue- ma o por debajo del nivel de las necesi- de jugar dicho papel? En este punto con- dades básicas que contribuyan también, viene tomar en consideración varias y de modos harto relevantes, a la am- cuestiones. En circunstancias ideales, la pliación de la libertad republicana. Sea base económica en cuestión debería ser como sea, y de acuerdo con esta inter- suficiente para garantizar plenamente la pretación de la base económica, con- existencia material de una persona, esto viene señalar con claridad que dicha es, para satisfacer sus necesidades bá- base económica no puede ser de un ni- sicas (Goodhart, 2007; Raventós, 2007). vel tan bajo que contribuya sólo de un No obstante, conviene señalar que la modo trivial a potenciar la libertad como noción de necesidades básicas es con- no-dominación de los ciudadanos: la li- trovertida y presenta múltiples dimen- bertad republicana requiere una base siones, y los republicanos aceptan que económica sustancial. la naturaleza exacta de la base econó- En el caso de Alaska, los republicanos mica debe ser adaptada al particular han de aplaudir y aplauden la idea de contexto social en el que un ciudadano un esquema de transferencia de recur- ha de desarrollar su vida. Además, la sos que garantice universal e incondi- relación que media entre la seguridad cionalmente un flujo de renta para to- material y la libertad republicana dista dos los ciudadanos. No obstante, en el de ser simple o lineal. En efecto, la base caso concreto del PFD surgen varias di- económica deber ser concebida como ficultades. Si bien no son insignifican- un bien escalar o step good que contri- tes en términos de capacidad de con- buye a ampliar la libertad republicana sumo, especialmente cuando se gastan de forma discontinua, esto es, a través en bienes duraderos y en otro tipo de de mecanismos que entran en funcio- inversiones para el hogar, 1.200 dólares namiento a través de secuencias vincu- anuales quedan francamente lejos de lo ladas de un modo discreto: el efecto di- que podría suponer una contribución recto de un incremento gradual de la significativa a la libertad republicana. base económica en la libertad como no- Contar con la posibilidad de adquirir al dominación de una persona puede ser final del año esa lavadora de ropa que escaso o nulo hasta que no se alcance tanto hemos echado en falta durante REVISTA INTERNACIONAL DE PENSAMIENTO POLÍTICO - I ÉPOCA - VOL. 6 - 2011 - [165-192] - ISSN 1885-589X 176
tanto tiempo puede ayudar a un hogar do las tarifas de los permisos de explo- en muchos sentidos, pero no conferirá tación de los yacimientos –en la actuali- a un trabajador asalariado el tipo de po- dad, perforar los yacimientos de Alaska der de negociación que precisa para resulta realmente barato–, sea dedican- hacer frente a las exigencias de su po- do una parte superior de los ingresos deroso empleador, ni permitirá a una obtenidos por el APF al pago de los divi- mujer imponer un reparto del trabajo dendos individuales –o combinando am- doméstico y de cuidado más justo y res- bos mecanismos– (Widerquist y Howard, petuoso con sus deseos y aspiraciones17. 2012b). Por otro lado, se podría proce- Cierto es que disponemos de muy poca der «externamente», tratando de incre- evidencia concreta acerca de patrones mentar la base imponible incluyendo en de gasto del PFD de Alaska, pero nos el sistema otros recursos naturales como inclinamos a pensar que el diseño del ciertos minerales, el suelo o todo un esquema como un bono anual satisfe- nuevo abanico de recursos que normal- cho precisamente durante el período mente no se consideran y que podría navideño hace más probable que sea incluir elementos como el espectro de percibido y tratado como un obsequio emisión de contenidos audiovisuales que como parte de la renta regular del (Bollier, 2006) o la propia atmósfera glo- ciudadano18. Esto refuerza la idea de que bal (Howard, 2012). Sin embargo, en el PFD constituye un beneficioso com- este punto conviene señalar tres impor- plemento para el consumo, pero no una tantes dificultades que no pueden es- parte del tipo de base económica que el capar a un análisis republicano de las republicanismo reivindica. Y aunque potencialidades y perspectivas del mo- optar por un pago mensual de unos 100 delo de Alaska. En primer lugar, la aspi- dólares podría contrarrestar la peculiar ración política a ampliar los rendimien- presentación como «bono navideño» del tos del sistema, sea dicha ampliación de actual PFD, ello tendría pocas conse- tipo «interno» o «externo», no debe re- cuencias en ausencia de un incremen- ducirse a un acto de fe ciega en las po- to significativo de la cantidad total del sibilidades existentes de lograr tales ob- dividendo. En definitiva, puede que los jetivos, en particular vista la enorme ciudadanos de Alaska se hallen en una magnitud en que el PFD debería aumen- mejor situación en términos de bienes- tar para llegar realmente a constituir una tar, pero difícilmente se puede afirmar base económica capaz de ampliar de que el PFD los haga más libres en el forma efectiva la libertad republicana del sentido republicano de la libertad como conjunto de la ciudadanía: huelga decir no-dominación19. que tales incrementos de la cuantía A menudo se plantea que conviene no percibida por los ciudadanos requerirían dejarse cegar por el nivel actual del PFD, importantes modificaciones en el funcio- pues se podrían encontrar vías fáciles namiento de mercados y sectores de para hacer incrementar esas cifras. Por actividad enteros, por lo que sería de un lado, se pueden incrementar los in- esperar que quienes pretendieran intro- gresos «internamente», sea aumentan- ducirlas se encontraran con la más fe- REVISTA INTERNACIONAL DE PENSAMIENTO POLÍTICO - I ÉPOCA - VOL. 6 - 2011 - [165-192] - ISSN 1885-589X 177
roz de las resistencias por parte de los capaz de generar todos los deseables actores potencialmente perjudicados. En efectos beneficiosos que le podamos segundo lugar, conviene tener presente atribuir. Esto puede tener sentido cuan- también que no siempre resulta conve- do analizamos las cosas en términos de niente ampliar la base imponible de un poder adquisitivo, pues cualquier incre- sistema como el de Alaska, pues ello mento de efectivo disponible puede implica poner en venta recursos que, por transformarse de un modo relativamen- razones ético-políticas de diversa índole te sencillo en mayor capacidad de com- –por ejemplo, su alto valor social o su pra. Pero las cosas son algo más com- escasez–, se considere necesario man- plejas cuando las analizamos desde la tener desmercantilizados. En tercer lu- perspectiva de la normatividad republi- gar, muchos defensores del modelo de cana. Para que una base económica Alaska y de la renta básica en general promueva de forma efectiva la libertad tienden a pensar que, en lo que respec- republicana, dicha base económica ta a la magnitud del subsidio, «menos debe formar parte de un conjunto más es nada», razón por la cual se muestran amplio de políticas sociales que incluya partidarios de un esquema modesto y elementos igualmente importantes en parcial, incluso no plenamente univer- punto a garantizar la independencia sal e incondicional, capaz sólo de gene- socioeconómica de los ciudadanos rar un pago de cuantía realmente esca- como, por ejemplo, prestaciones en es- sa. Al margen de cuestiones de estrate- pecie como el acceso a una sanidad y a gia y táctica políticas cuya consideración una educación públicas y de calidad, no tiene sentido en este contexto, lo que servicios de cuidado a las personas, conviene aclarar en este punto es que, políticas de empleo, etc. Para utilizar de acuerdo con la perspectiva republi- unos términos inspirados en el debate cana, no existen razones de índole nor- sobre las libertades básicas en Rawls, mativo para dar apoyo a escenarios de podemos distinguir entre la «base eco- este tipo. En efecto, para los republica- nómica» y el «valor de la base económi- nos, tales opciones sólo son normativa- ca» (Daniels, 1989). La «base económi- mente defendibles cuando se cuenta ca» viene dada meramente por la cuan- con expectativas razonables con respec- tía de la asignación. En cambio, el «va- to a las posibilidades de que tal renta lor de la base económica» depende del básica parcial se amplíe hasta alcanzar contexto político amplio en el que tal su versión plenamente desarrollada, asignación se percibe. Así, un PFD in- pues sólo una renta básica plenamente troducido en el contexto de un régimen desarrollada contribuye a fomentar aque- de bienestar de tipo liberal tendrá un llo que el republicanismo realmente valo- impacto distinto en la libertad republi- ra: la libertad como no-dominación20. cana de los ciudadanos que uno intro- Consideremos, finalmente, una última ducido en un contexto abiertamente cuestión. A menudo se habla de la base conservador u otro que se acomode en económica –de la renta básica, en un contexto de naturaleza socialdemó- suma– como si ésta, por sí sola, fuera crata (Esping-Andersen, 1990; Haagh, REVISTA INTERNACIONAL DE PENSAMIENTO POLÍTICO - I ÉPOCA - VOL. 6 - 2011 - [165-192] - ISSN 1885-589X 178
2011). Como puede observarse, tomar llamar un «techo económico». La lógica en consideración el contexto político nos subyacente a este tipo de mecanismo es, permite advertir que una asignación de de nuevo, bastante sencilla. De acuerdo cuantía relativamente (pero no excesi- con el republicanismo, la falta de liber- vamente) reducida ubicada en el seno tad tiene que ver también con la pre- de paquetes de medidas orientados a sencia de grandes desigualdades de garantizar integralmente niveles relevan- poder económico en los más diversos tes de seguridad socioeconómica pue- ámbitos de la vida social. Por mucho que de incrementar la libertad republicana los individuos hayan sido empoderados en mayor medida que un marco institu- a partir de un conjunto básico de recur- cional en el que una asignación de ma- sos conferido incondicionalmente, la yor cuantía constituya el único mecanis- posibilidad de que emprendan caminos mo para el empoderamiento de los más productivos y vitales propios, fundamen- débiles21. En definitiva, los republicanos tados en opciones genuinamente autó- aciertan cuando desconfían de cualquier nomas, se ven cercenadas cuando cier- forma de «fetichismo de la renta bási- tos grupos de actores pueden controlar ca»: es falso que cualquier renta básica a su antojo mercados y economías en- sirva para el progreso de la libertad re- teras, definiendo pro domo sua las re- publicana como no-dominación. Por glas del juego del conjunto –o de ámbi- ello, una evaluación republicana del APF tos decisivos– de la vida social y del PFD debe incorporar un análisis (Birnbaum y Casassas, 2008; Casassas, pormenorizado de aquellas condiciones 2010). En efecto, las grandes acumula- políticas bajo las cuales los republica- ciones de poder económico privado nor- nos hallan razones realmente convincen- malmente se concretan en la capacidad, tes para defender la adopción de un por parte de unos pocos, de constituir modelo como el de Alaska. monopolios y oligopolios; en la introduc- ción de barreras de entrada a los mer- cados; en la fijación predatoria de pre- 4. ¿Un techo económico? cios; en el control privado de recursos estratégicos; en la restricción de la de- mocracia, la autonomía y la autorrea- El establecimiento de una «base econó- lización en el centro de trabajo; y un lar- mica» como garantía de la existencia go etcétera. Así, las grandes desigual- material de los ciudadanos constituye dades que observamos en nuestras so- sólo una parte de la preceptiva político- ciedades de tipo winner-takes-all (Frank institucional republicana. La preocupa- y Cook, 1995) se hallan estrechamente ción con respecto a la promoción de la vinculadas a grandes procesos de con- libertad republicana de los agentes, en- centración del poder económico que, a tendida ésta, como ya se ha visto, como su vez, conllevan grandes diferencias en ausencia de la mera posibilidad de términos de capacidad de incidencia en interferencias arbitrarias, exige también la conformación de la naturaleza del el establecimiento de lo que podríamos espacio social y económico en el que REVISTA INTERNACIONAL DE PENSAMIENTO POLÍTICO - I ÉPOCA - VOL. 6 - 2011 - [165-192] - ISSN 1885-589X 179
nuestras vidas se desarrollan o deberían de desigualdades económicas, pero im- poder desarrollarse. En este contexto, ponen un techo regulador que restringe una base económica como la renta bá- al abanico de cursos de acción al alcan- sica, al garantizar la existencia material ce de aquellos agentes que han logrado del conjunto de la ciudadanía –en el acumular grandes cantidades de rique- caso, claro está, de que tal renta básica za y poder económico, lo que puede te- sea de una cuantía por lo menos equi- ner importantes efectos en términos de valente al umbral de la pobreza–, coad- reducción de la capacidad de interfe- yuva a reequilibrar parcialmente la si- rencia arbitraria por parte de tales agen- tuación, mejorando la posición de los tes en las vidas de los demás ciudada- más vulnerables frente a la posibilidad nos. De hecho, sociedades como la nor- de interferencias arbitrarias y de todo teamericana poseen una larga historia tipo de relaciones de dominación. No de regulaciones orientadas a evitar que obstante, una medida de este tipo re- los actores sociales y económicos más po- sulta a todas luces insuficiente en una derosos erosionen la libertad de los ciudada- sociedad en la que ciertos actores y gru- nos menos favorecidos (Sunstein, 1993). pos de actores logran hacerse con nive- Pensemos, sin ir más lejos, en las regu- les desproporcionados de poder econó- laciones introducidas durante la llama- mico que los habilitan para determinar da «era progresista» y, también, duran- unilateral y arbitrariamente mercados y te la Administración Roosevelt, regula- economías enteras y, en definitiva, los ciones que tenían como objetivo el for- modos de vida del conjunto de la pobla- talecimiento de las bases económicas ción. Por ello, la libertad republicana de la democracia y que pasaban por exige mecanismos adicionales que, sin restringir institucionalmente el conjunto socavar el papel que juegan los incenti- de oportunidades de los actores más po- vos en el seno de economías complejas derosos, potenciales «monarcas econó- y diversas, permitan controlar ciertas micos» (Beard y Beard, 1939). prácticas de los agentes económicos El segundo tipo de «techo» consiste en más poderosos. limitar de forma directa el alcance de Existen dos tipos de «techos» capaces las desigualdades económicas. Sin te- de contener el potencial liberticida de ner por ello que mantener compromiso las grandes desigualdades económicas. alguno con un principio de estricta igual- El primero lo constituyen todas aquellas dad de recursos, los republicanos tie- medidas de carácter «regulador» orien- nen razones para mostrarse preocupa- tadas a evitar que determinadas prácti- dos por la naturaleza y el funcionamien- cas asociadas a la presencia del dinero to de una sociedad en la que un y del mercado penetren en esferas de la «empleador» gane, por ejemplo, 150 vida social que se estime que han de veces lo que gana su empleado medio. quedar libres de toda lógica venal o Este no es el lugar para analizar deteni- mercantil. Tales medidas, auténticas for- damente las ventajas e inconvenientes mas de «bloqueo del intercambio» de cada uno de estos tipos de «techo». (Walter, 1983)22, permiten la presencia Además, los republicanos deberían po- REVISTA INTERNACIONAL DE PENSAMIENTO POLÍTICO - I ÉPOCA - VOL. 6 - 2011 - [165-192] - ISSN 1885-589X 180
der optar por aquel de ellos –o por aque- delo de Alaska podrían sostener que éste lla combinación de ellos– que mejor fun- se mantiene deliberadamente agnósti- cione en una sociedad determinada. Sin co con respecto a la necesidad o no de embargo, parece razonable pensar que, un techo económico, y que si los repu- siempre que haya espacio para que ope- blicanos consideran oportuno introducir- re en una medida razonable la lógica de lo, deberán fundamentar dicha opción los incentivos y para la proliferación de en planteamientos que queden aparte: proyectos productivos de índole bien bien mirado, nada del modelo de Alaska diversa, una estrategia rousseauniana les impide hacerlo. Esta respuesta pue- consistente en evitar ex-ante la forma- de parecer a primera vista plausible, ción de grandes concentraciones de pero si analizamos con esmero, desde poder económico y la consiguiente con- la perspectiva del republicanismo, el vín- solidación de grandes desigualdades de culo que opera entre la base y el techo ingresos y de riqueza puede ser preferi- económicos, nos percataremos de la ble, normativa y político-institucional- necesidad de plantear dos importantes mente, a cualquier intento de reducir ex- problemas al respecto. post las consecuencias negativas de ta- En primer lugar, consideremos una cues- les desigualdades en términos de dete- tión a la que ya se hizo mención en el rioro de las libertades individuales y co- epígrafe anterior: el valor de la base eco- lectivas (Rousseau, 2010). En cualquier nómica depende del contexto político- caso, nada en nuestro examen del mo- institucional en el que el PFD se implan- delo de Alaska anima a pensar que de- te. Pues bien, la presencia o no de un bamos comprometernos necesariamen- techo económico, así como la naturaleza te con un camino u otro. Lo único que del mismo, constituye un elemento deci- interesa subrayar en este punto es que, sivo en la conformación de dicho contex- a nuestro modo de ver, la libertad repu- to. En efecto, el interés normativo y polí- blicana exige no sólo una base econó- tico-práctico que los republicanos otor- mica, sino también un sólido techo eco- garán a una base económica instituida nómico. alrededor de una asignación como el Sea como sea, ¿qué efectos tiene la toma PFD dependerá en gran medida del en consideración del requisito republi- efecto que éste tenga en la correlación cano de un techo económico en nues- de fuerzas –en el poder de negociación– tra evaluación del modelo de Alaska? que medie entre los distintos (grupos o Una respuesta posible a este interrogan- clases de) ciudadanos. Y en este punto te podría consistir en afirmar que esta la cuestión del techo juega un papel cuestión es irrelevante, porque el PFD crucial, pues una sociedad en la que está relacionado sólo con el objetivo de todos los ciudadanos tengan la existen- la base económica, de modo que su cia material garantizada pero en la que naturaleza y funcionamiento es indepen- los (grupos de) actores económicos más diente del hecho de que se introduzca o poderosos logren retener su capacidad no un techo económico de un tipo o de de controlar social y económicamente otro. En efecto, los defensores del mo- los modos de vida de los demás distará REVISTA INTERNACIONAL DE PENSAMIENTO POLÍTICO - I ÉPOCA - VOL. 6 - 2011 - [165-192] - ISSN 1885-589X 181
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