Emilio Martínez, Cronista Oficial de Laviana

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Francisco Trinidad

             Emilio Martínez, Cronista Oficial de Laviana

     La figura del Cronista Oficial es un cargo honorífico que conceden algunos
municipios generalmente como reconocimiento a una trayectoria de estudios y pu-
blicaciones en torno al lugar de referencia, constituyéndose muchas veces en acicate
y estímulo para la consolidación y conservación de la memoria colectiva y para la
profundización en las raíces históricas y su correspondiente divulgación. A diferencia
de otras regiones, Asturias —que, por otra parte, ha contado con figuras como las
de Fermín Canella, Constantino Cabal, Juan Uría Ríu o Joaquín Manzanares en el
cargo de Cronista Oficial de Asturias— no suele ser pródiga en estas distinciones
municipales y no son muchos los municipios asturianos que en la actualidad cuentan
con Cronista Oficial1.
     El concejo de Laviana sólo ha contado, hasta el día de hoy, con un Cronista
Oficial, cargo que desempeñó entre 1950 y 1959 el poeta local Emilio Martínez tras
un nombramiento, a propuesta de algunos vecinos, en lo que parece, más que un
reconocimiento, un acto de beneficencia. La propia solicitud, que se reproduce en el
Apéndice que acompaña a estas páginas y a la que habrá que volver más adelante,
habla bien a las claras de esta condición.

1 Según recuento de mi amigo el erudito avilesino Alberto del Río, al que agradezco la información, sólo cuentan
con Cronista Oficial los concejos de Allande (Antonio García Linares), Avilés (Justo Ureña y Hevia), Cangas de
Onís (Celso de Diego Somoano), Colunga (José Antonio Fidalgo Sánchez), Cudillero (Juan Luís Álvarez del Busto),
Infiesto (Andrés Martínez Vega), Llanes (José Ignacio Gracia Noriega), Nava (Leocadio Redondo Espina), Navia
(Servando Fernández Méndez), Noreña (Miguel Ángel Fuente Calleja), Oviedo (Carmen Ruiz-Tilve Arias), Pe-
ñamellera Baja (Cecilio Fernández Testón), Ribadesella (Lorenzo Cordero Rosete), Siero (Juan José Domínguez
Carazo), Teverga (Celso Peyroux), Tineo (Julio Antonio Fernández Lamuño) y Valdés (Modesto González Cobas
y Juan Antonio Martínez Losada).
Boletín de la Fundación Emilio Barbón

       Emilio Martínez había nacido en        la vez que colaboraba en publicaciones
  Pola de Laviana el 6 de octubre de 1878.    como el Heraldo de Asturias y Crónica
  Hijo de Valentín Martínez García No-        de Asturias; obtuvo algunos premios en
  riega, secretario del Juzgado Municipal     concursos literarios y juegos florales,
  de Pola de Laviana, y de Josefa Suárez      que le granjearon cierta fama en los cír-
  Pérez, fue el menor de doce hermanos,       culos literarios y en 1912 publió Nubes y
  de los cuales Faustino y Graciano pro-      rocío, libro de poemas que tuvo determi-
  fesaron en la orden de San Agustín, la-     nado reconocimiento crítico. Publicó al-
  brándose determinado prestigio en el        gunas otras colaboraciones poéticas en
  mundo de las letras y en el propio de       distintos, entre ellas el famoso Diario de
  su congregación religiosa. Siguiendo el     la Marina donde, durante la guerra civil
  ejemplo de sus hermanos, también Emi-       del 36, colaboró con versos y artículos
  lio ingresó en el colegio de San Agus-      en los que hizo encendida defensa del
  tín de Valladolid, donde no terminó de      bando nacional.
  prender en él la vocación religiosa, de          Su poesía, de inspiración preferen-
  modo que abandonó los hábitos y regre-      temente local y trasfondo instalado en
  só a Laviana en 1898 de donde —tras         la religiosidad popular, asentada sobre
  casi un año de trabajo en las minas del     la horma de la rima —José Luis Cam-
  Meruxal— acabó emigrando a Cuba, si-        pal habla de “tropel de cantos, odas, ro-
  guiendo, también en este caso, el ejemplo   mances, sonetos o décimas”2—, respira
  de otro de sus hermanos, Manuel, que        por las costuras de una ingenuidad pa-
  regentaba una tienda de ropas y sederías    radigmática, fruto quizás de su especial
  en La Habana.                               bonhomía y de su visión de la poesía en
       Allí se estuvo varios años en los      la que el epíteto, el adjetivo alambicado
  que, tras comenzar trabajando tras el       y las metáforas britllantes toman pro-
  mostrador de la tienda de su hermano,       tagonismo frente al pensamiento, como
  acabó siendo administrador del Banco        señaló el crítico literario del “Diario de
  Internacional, en La Habana, que hubo       la Marina” con motivo de la aparición de
  de abandonar tras la hecatombe comer-       uno de sus libros: “El verso de Emilio
  cial cubana de 1920, viéndose forzado a     Martínez es diáfano como un rayo de la
  aceptar un empleo administrativo en la      aurora, espontáneo como el trinar de los
  secretaría del Centro Asturiano.            pájaros y limpio como una fontana en
       Allí en La Habana, siguiendo la        su tierra, la risueña y encantadora As-
  influencia de sus hermanos Faustino y       turias”.
  Graciano, incluso de su propio padre,            Casado con Josefina López Marzoa,
  que pergeñaba algunos versos en sus
  ratos libros, comenzó él mismo a dejar-     2 José Luis CAMPAL, “Emilio Martínez, un poeta
                                              entre Cuba y Asturias”, BIDEA, nº 147, enero-junio
  se arrastrar por la inspiración poética a   1996, págs. 163-178. Esta cita concreta, en pág. 175.

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Emilio Martínez, Cronista Oficial

de origen gallego, regresó con ella a Es-                da tomar en consideración dicho escrito
paña en 1930, instalándose en La Coru-                   y facultar ampliamente al señor Alcalde
ña, y, a la muerte de su esposa, en 1948,                para que le proponga el correspondiente
arrinconado por sus propias circunstan-                  nombramiento, así como la asignación
cias vitales y por las dificultades eco-                 económica que le sea concedida por sus
nómicas, acabó regresando a Laviana.                     trabajos”. Y meses más tarde, el día 24
“Viudo, perdidas sus acciones petrolífe-                 de abril de 1951, en Sesión Ordinaria
ras en México, muertos sus deudos más                    de la Comisión Permanente “se ratifica
cercanos y limitadas sus posibilidades”3,                la propuesta del Señor Alcalde, en uso
vive en la casa de su cuñada Juanita y,                  de las facultades que le fueron conferi-
al fallecimiento de ésta en 1950, con su                 das en sesión de la permanente del día
sobrina-nieta Conrada Fernández, hija                    veintiséis de diciembre último, de fijar
de su sobrino Aquilino.
     En estas circunstancias, en el mes                    El concejo de Laviana sólo
de diciembre de 1950 un grupo de per-                      ha contado, hasta el día de
sonas dirigió una razonada instancia al                   hoy, con un Cronista Oficial,
Alcalde de Laviana en la que se pide que                   cargo que desempeñó entre
se le conceda el cargo remunerado —es                      1950 y 1959 el poeta local
necesario destacarlo, pues suele ser un                         Emilio Martínez
cargo honorífico sin remuneración— de
Cronista Oficial de Laviana con el obje-
tivo de “para que en un periódico, revis-                la retribución mensual de doscientas
ta o semanario que sea, ensalzar la me-                  cincuenta pesetas, al Cronista Oficial de
moria de los que dieron gloria y nombre                  este Concejo Don Emilio Martínez Suá-
al pueblo de Laviana.”                                   rez, cuya subvención percibirá con efec-
     Por esta razón, en la Sesión Ordi-                  tos retroactivos desde primero de enero
naria de la Comisión Permanente del día                  del presente año.”
26 de diciembre de 1950, tras dar lectu-                      Nombrado, pues, Cronista Oficial
ra a la “razonada instancia suscritas por                de Laviana y hasta su fallecimiento el 11
varios vecinos de esta villa” [Laviana] y                de diciembre de 1959, Emilio Martínez
“reconociendo el gran vacío existente en                 dedica sus últimos años a recopilar sus
cuanto al conocimiento de la labor lleva-                versos con vistas a una edición que nun-
da a cabo por los más destacados e ilus-                 ca consiguió y a redactar las biografías
tres lavianenses, por unanimidad acuer-                  de los personajes ilustres de Laviana que
                                                         también quedaron inéditas. José María
3 PÉREZ SILVA, Benigno, en “Prólogo” a Emilio            Martínez Cachero lo recogió en la am-
MARTÍNEZ SUÁREZ, Laviana, hombres, paisajes y            pliación que llevó a cabo de las entradas
letras, Gijón: Monumento Historica Asturiensia, 1985,
pág. XV.                                                 que hubo de completar para la edición

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Boletín de la Fundación Emilio Barbón

  del tomo IV de la obra de Constantino                         na, de la que el bueno de don Emilio era
  Suárez Escritores y artistas asturianos: ín-                  muy devoto.
  dice bio-bibliográfico: [Emilio Martínez]                          Fue esta la razón de que el poeta
  “tiene preparada una serie de biografías                      Alfonso Camín, con quien trabó buena
  de hombres ilustres de ese concejo [La-                       amistad en La Habana, hasta el punto
  viana], que publicará acompañadas de                          de que prologó su libro Sol de ocaso y pu-
  versos pertenecientes a sus libros Nubes                      blicó algunas de sus composiciones en
  y Rocío y Sol de ocaso y de poemas com-                       su revista Norte, lo bautizara como “el
  puestos más recientemente4”. Aunque                           cantor de la Virgen del Otero”. Emilio
  realmente hubieron de transcurrir más                         Barbón, que le dedicó una semblanza
  de veinticinco años hasta que el sacerdo-                     que se reproduce en recuadro, cerró su
  te Benigno Pérez Silva recogió este tra-                      texto reproduciendo aquellos versos de
  bajo en el libro póstumo, de poco más de                      Camín, aunque sin citar su procedencia.
  100 páginas, Laviana, hombres, paisajes y                          En la actualidad, Laviana le recuer-
  letras, aparecido en la colección Monu-                       da mediante una calle en el centro de la
  menta Historica Asturiensia, que alentara                     villa y mediante un retrato firmado por
  el padre Patac, un volumen que se abre                        el pintor local Laga —que suscribe tam-
  con un amable prólogo de Pérez Silva,                         bién las plumillas con los retratos de los
  que recoge breves biografías de fray                          personajes recogidos en su libro Lavia-
  José María Morán, fray Ceferino Gon-                          na, hombres, paisajes y letras— que figura
  zález, Mariano Menéndez Valdés, fray                          junto a algunos de sus biografiados en
  Francisco J. Valdés Noriega, fray Ra-                         el Salón de Plenos del Ayuntamiento de
  món Martínez Vigil, fray Norberto del                         Laviana.
  Prado, Armando Palacio Valdés, Eladio
  García Jove, padre Graciano Martínez,
  Manuel de Jesús Martínez, Maximilia-                                       APÉNDICE I
  no Arboleya, Faustino Martínez, Lucia-
  no López y García-Jove, fray Aurelio
  Martínez, fray Hipólito Martínez y fray                           Sr. Alcalde-Presidente del Excmo.
  Celso García Morán; y que se cierra con                       Ayuntamiento/ de/ POLA DE LAVIA-
  un conjunto de textos y poesías, todos                        NA.-
  ellos relativos a su concejo natal, entre
  los que tiene un especial protagonismo                             Es público y notorio de que el con-
  la Virgen del Otero, patrona de Lavia-                        cejo de Laviana sido siempre rico venero
                                                                de hombres ilustres, por su saber, cla-
                                                                ra inteligencia y rara intuición para las
  4 Cfr. SUÁREZ, Constantino, Escritores y artistas astu-       llamadas Bellas Artes. Novelistas, Filó-
  rianos: índice bio-bibliográfico, t. IV, Oviedo, 1956, pág.
  144.                                                          sofos, Poetas, Pintores, etc., etc, cuyos

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Emilio Martínez, Cronista Oficial

  Retrato de Emilio Martínez, obra de Laga, en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Laviana

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Boletín de la Fundación Emilio Barbón

  nombres traspasaron los umbrales pro-                    de Sesiones de nuestro Excelentísimo
  vinciales y nacionales, han visto la luz                 Ayuntamiento si no tenemos la menor
  del día en nuestro amado terruño. Mon-                   noción de la obra u obras por la mayoría
  tes, ríos, valles, fuentes, fiestas y cuan-              de ellos desarrolladas.
  tos naturales monumentos o artificiales                       Lo apuntado nos lleva de la mano a
  adornan nuestro suelo, son hoy, gracias                  la conclusión de que no debe demorarse
  a nuestros hermanos ilustres, brillantes                 por más tiempo la búsqueda y cataloga-
  joyeles en inspirados párrafos o en subli-               ción de las obras de esos ilustres Hijos
  mes estrofas.                                            de Laviana, aparte de sus biografías lo
       Nuestro pueblo, por mediación de                    más amplias que se puedan.
  sus Corporaciones representativas ¿ha                         Por todo esto, precisa el Concejo de
  sabido apreciar, recoger la obra de sus                  un cronista Oficial retribuido con nom-
  hijos ilustres? Rotundamente decimos                     bramiento legal extendido por nuestro
  que no. Todos oímos hablar, ensalzar                     Ayuntamiento, para que en un periódico,
  esta o aquella obra, nos sabemos de me-                  revista o semanario que sea, ensalzar la
  moria el nombre de su autor; pero de ahí                 memoria de los que dieron gloria y nom-
  no pasamos. Y creemos los abajo fir-                     bre al pueblo de Laviana.
  mantes que debe acudirse a remediar en                        De momento los que esta instan-
  parte tal incuria. ¡Ah! Si catalanes o vas-              cia suscriben conocemos un hijo Ilustre
  cos, valencianos o gallegos, tuvieran a                  para tal menester y merecedor al par, en
  mano con toda su carta de naturaleza un                  grado sumo, de tal cargo: El magnífico
  Palacio Valdés5, un Fray Ceferino Gon-                   poeta Don Emilio Martínez. ¿Tendre-
  zález; un Fray Graciano Martínez o un                    mos acaso necesidad de enumerar en
  Norberto del Prado, qué no harían para                   este documento los méritos y cualidades
  reivindicar sus memorias levantando                      intelectuales y morales que adornan al
  con prodigalidad diversos monumentos                     mencionado escritor? Creemos que no,
  que las perpetuaran. La vieja casona de                  ya que por todos son de sobra conoci-
  Entralgo cuna del ilustre Palacio Valdés,                dos.
  donde vio por primera vez la luz, esta-                       Se trata de un intelectual nuestro,
  ría convertida en atractivo y singular                   hijo de Laviana, que paseó el nombre de
  Museo. De qué nos sirven a los hijos de                  este Concejo cantando las bellezas de
  Laviana esos restos gloriosos si no sabe-                sus rincones en inspiradísimos versos.
  mos ni tan siquiera conservarlos. De qué                 Laviana, el concejo de Laviana, tiene
  nos sirven igualmente esos retratos al                   contraída con Emilio Martínez una deu-
  óleo tan bien hechos, adornando el salón                 da de gratitud. Este fino, selecto y culto
                                                           poeta, cruzó en diferentes ocasiones el
                                                           Atlántico, llevando en su gran corazón
  5 Todos ellos nacidos en el concejo de Laviana (N. del
  E.)                                                      la preciosa carga del optimismo en la au-

                                                                                                132
Emilio Martínez, Cronista Oficial

sencia de su tierra, pulsando su hermosa                  APÉNDICE II
lira para ensalzar el nombre de Laviana
en todos los momentos propicios. En tie-         [Semblanza de Emilio Martínez]
rras hispanoamericanas agotó los años
de su juventud romántica y soñadora,               Con interés siempre creciente y ru-
más atento siempre al culto de las artes      borizándonos al percatarnos de lo mal
y las letras que a la busca del vellocino     que se honra en Laviana a su hijos ilus-
de oro, pero ofrendando siempre las me-       tres, hemos seguido la campaña de pren-
jores flores de su claro intelecto al Con-    sa –iniciada, si mal no recordamos, por
cejo de Laviana.                              José Ramón Alonso, y perseguida por
     Después de una vida laboriosa y          Emilio Díaz, Albino Suárez y alentada
ejemplar, por su desinterés y sacrificio      por Sandalio Suárez, y acaso por otros
en aras de una verdadera y humana con-        que inadvertidamente dejemos en olvi-
cepción de la Libertad y la Vida, se halla    do- a través de la cual se recaban para
entre nosotros este vate inspirado, que si    la memoria del insigne poeta lavianense
en lo físico aparenta un agotamiento por      don Emilio Martínez los honores que no
el paso de los años, en lo espiritual con-    se le tributaron en vida, quizá porque los
serva frescas y lozanas todas sus ener-       habría rechazado, dadas sus acendradas
gías, casi como en sus mejores años.          cualidades de humildad y modestia.
     Este es Emilio Martínez a quien               No olvidamos por ello los mereci-
nosotros aprovechando la ocasión de           mientos que concurrían en el también
hallarse la Excelentísima Corporación         fallecido don Luís Alonso, médico que,
Municipal formada por hombres de              aunque nacido en tierras casinas, dedicó
acendrado cariño hacia el Concejo, pro-       a Laviana todos los desvelos de su ejem-
ponemos para “Cronista del Concejo de         plar vida profesional; pero parece ser
Laviana” en la seguridad de ser atendi-       que a él se le hará, por fin, justicia, lo
dos.                                          cual nos releva de consignar sus muchos
     Pola de Laviana a 27 de diciembre        méritos que otras personas más prepa-
de 1950                                       radas pondrán de relieve.
                                                   Por lo que se refiere a don Emilio
    [Suscriben una docena de firmas,          Martínez, no creemos necesario exten-
algunas ilegibles, pero por lo que pue-       dernos en demasiadas consideraciones
de deducirse de las legibles, todos ellos     para lograr que todos los convecinos
representantes de las “fuerzas vivas” del     conscientes reconozcan que tuvimos en
pueblo]                                       él a uno de los mejores vates asturianos
                                              de los últimos tiempos y que paseó en
                                              triunfo el nombre de Laviana y de todas
                                              nuestras cosas elogiables por los países

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Boletín de la Fundación Emilio Barbón

  de habla española, para volver a vivir sus   admiradores de los países de habla his-
  últimos días en el mismo lugar que le        pana que le tuvieron en vida el aprecio a
  vio nacer y rendir aquí su postrer tribu-    que se había hecho acreedor.- Claro que
  to a la tierra querida.                      existe el peligro de que la recopilación
       Su trato afable y cariñoso le gran-     se haga de modo incompleto y parcial
  jeaba, por otro camino, la simpatía ad-      si se pretende efectuarla con excesivo
  miración de cuantas personas, sin dis-
                                               apresuramiento y sin contar con la co-
  tinciones de ninguna índole, hablaban
                                               laboración de personas suficientemente
  con él, y esto tiene no menos valor que
  sus hermosas obras poéticas, con las que     idóneas y enamoradas de su obra, pero
  indudablemente queda a la misma altura       esos inconvenientes bien pueden obviar-
  que otros ilustres hijos de Laviana, que     se desde ahora.-
  no fueron pocos, afortunadamente.-                 En cuanto a dedicarle una calle o ha-
       Así, pues, honrarle es honrar al        cer otra cosa que perpetúe su recuerdo,
  pueblo que lo vio nacer y morir, y de-       sin renunciar a algo de mas fuste para lo
  jarlo en el olvido sería un crimen que       futuro, servirá más que nada al prestigio
  no podrían perdonar las futuras genera-      del concejo que tuvo la gloria de ser su
  ciones, máxime cuando en al coyuntura        patria chica y puede ponerlo sin desdoro
  que vivimos no son precisamente hechos       al lado de otros hijos que en un pasado
  gloriosos de sus hijos los que sobran a      no muy remoto le proporcionaron igual
  Laviana.-                                    gloria.-
       Por otra parte, nuestra ignorancia
                                                     Esto es lo menos que puede y debe
  de la situación municipal nos impide
  discurrir sobre la mejor forma de tribu-     hacerse para honrar la memoria de este
  tarle el homenaje debido.- Sin embargo,      hijo de Laviana, cuya muerte hizo ex-
  nos adherimos sin reservas a las dos         clamar a otro poeta comprovinciano,
  propuestas de que tenemos noticias: la       en metáfora no desprovista de soporte
  edición de sus obras y la dedicación de      real.
  una calle de la villa.- L primera –lan-         ¡Rayos de Dios! Cuando murió en Laviana
  zada por su pariente y también poeta,           el cantor de la Virgen del Otero,
  Emilio Díaz- parece la más acorde con           mi gran amigo en la radiante Habana,
  la personalidad del llorado poeta, e in-        se fue en sollozos el Nalón minero.
  dudablemente haría un gran bien a sus
  compoblanos, que casi le desconocen en                               Emilio Barbón
  cuanto literato, y a todos los amigos y          Barredos (Laviana), agosto de 1961

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