Or genes y evoluci n del concepto de educaci n no formal

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Orígenes y evolución del concepto de educación no formal

            Orígenes y evolución del concepto
                 de educación no formal
                           por María Inmaculada PASTOR HOMS
                                Universitat de les Illes Balears

1. Los orígenes                                sitivamente al desarrollo de los individuos
    Como ha sido reconocido en numerosas       y de las comunidades, así como al
ocasiones, el origen de la popularidad de      autoenriquecimiento cultural y autorrea-
los calificativos informal y no formal apli-   lización personal. Por tanto, vemos que ya
cados a la educación hay que buscarlo en       hay en esta obra un reconocimiento claro y
la obra de Philip H. Coombs (1971, 201)        explícito de que existe «otro sistema inde-
La crisis mundial de la educación, en la       finido» de enseñanza, de que tal sistema
cual encontramos un capítulo bajo el título    es importante y de que merece más aten-
de «Enseñanza informal: alcanzar, mante-       ción de la que se le ha dispensado hasta el

                                                                                             año LIX, n.º 220, septiembre-diciembre 2001, 525-544
nerse y avanzar» que, precisamente, co-        momento. Aunque también se plantea el
mienza con una referencia a lo que Coombs      problema de la excesiva «amplitud» y «he-
denomina                                       terogeneidad» del sector educativo al que
       «ese desconcertante surtido de edu-     se hace referencia como un todo, bajo las
    cación no formal y actividades de for-     denominaciones de educación «informal» o
                                               educación «no formal», utilizadas indistin-
                                                                                                                  revista española de pedagogía

    mación que constituyen —o deberían
    constituir— un importante complemen-       tamente. No obstante, como un presagio
    to de la enseñanza formal en el esfuer-    de futuras aclaraciones terminológicas y
    zo total de la enseñanza de cualquier      conceptuales, el autor precisa que «el con-
    país».                                     junto de la enseñanza formal e informal
Más adelante, se reconoce en el mismo tex-     comprende todos los esfuerzos educativos
to la diversidad y confusión terminológica     organizados de la nación sin tener en cuen-
existente para referirse a este conjunto de    ta como deben ser financiadas y adminis-
actividades (educación de adultos, forma-      tradas dichas actividades» pero, además,
ción en el trabajo, educación de continui-     añade que más allá de estos ampliados lí-
dad, etc.) que, sin embargo, afectan a las     mites existen miles de ocasiones en que se
vidas de muchas personas y que, cuando         producen actividades que son naturalmen-
están bien enfocadas, contribuyen muy po-      te educativas y que incluyen cosas tan co-

                                                                                             525
María Inmaculada PASTOR HOMS

                                                       rrientes como los libros, periódicos y revis-    informal. Pero, más adelante, el propio au-
                                                       tas que leemos, las películas, la radio, la      tor aclara que, en el marco de su trabajo y
                                                       televisión, la relación familiar, etc. Sin em-   con fines operativos, limitará el significado
                                                       bargo Philip Coombs (1971, 199) aclara que,      de «educación no formal» a
                                                       de entre todo este amplísimo universo edu-               «toda actividad educativa e instruc-
                                                       cativo, únicamente se va a referir a                 tiva estructurada y sistemática, de du-
                                                               «aquellas actividades que se organi-         ración relativamente breve, por medio
                                                           zan intencionadamente con el propósi-            de la cual las entidades patrocinadoras
                                                           to expreso de lograr determinados                se proponen lograr modificaciones con-
                                                           objetivos educativos y de aprendizaje».          cretas de la conducta de grupos de po-
                                                       Nos encontramos, pues, ante una primera              blación bastante diferenciados».
                                                       aproximación a lo que podría ser una defi-
                                                       nición de educación no formal —aún sin                En esas primeras definiciones, aún
                                                       usar explícitamente este término— dentro         cuando se intuye claramente que hay dos
                                                       de este amplio sector educativo «informal»,      tipos de educación diferenciados fuera del
                                                       mediante la distinción clara entre aquellas      marco de la educación formal, todavía im-
                                                       actividades que son potencialmente educa-        pera el confusionismo terminológico y la
                                                       tivas —y cuyo número sería amplísimo—,           utilización indistinta de los calificativos in-
                                                       pero que no han sido conformadas a partir        formal y no formal. Pero pronto se impon-
                                                       de intervenciones pedagógicas específicas,       dría la necesaria clarificación y
                                                       y aquellas otras que, no siendo escolares,       diferenciación que vendría de la mano de
                                                       están organizadas para el logro de objeti-       Philip. H. Coombs, Roy C. Prosser y
                                                       vos educativos explícitamente formulados.        Manzoor Ahmed (1973a, 10-12), quienes
                                                       En una primera fase, pues, el autor divide       por primera vez distinguirían entre educa-
año LIX, n.º 220, septiembre-diciembre 2001, 525-544

                                                       el universo educativo en dos sectores cla-       ción formal, educación no formal y educa-
                                                       ramente diferenciados: formal e informal,        ción informal y propondrían una definición
                                                       aunque es consciente, como decíamos, de          para los tres conceptos, aunque, quizás por
                                                       que dentro de este último sector hay que         la poca difusión de la obra citada, sólo pu-
                                                       diferenciar entre las actividades que han        blicada en lengua inglesa, es frecuente
                                                                                                        leer en muchas publicaciones sobre el tema
revista española de pedagogía

                                                       sido conformadas a partir de intervencio-
                                                       nes pedagógicas específicas y aquellas que       que tales definiciones se formularon por
                                                       no lo han sido.                                  primera vez en 1974 en la conocida obra
                                                                                                        de Coombs y Ahmed La lucha contra la
                                                           Un proceso semejante, aún cuando los         pobreza rural. Hay que aclarar también
                                                       términos son utilizados en sentido opues-        que en el mismo año de 1973, apareció al
                                                       to, es el realizado por Roland G. Paulston       poco tiempo de publicarse la obra en cues-
                                                       (1976, 101) que incluye dentro de la eti-        tión, un resumen de las ideas principales
                                                       queta de «educación no formal» todos los         de la misma en un artículo de la revista
                                                       procesos de socialización y de aprendizaje       Perspectivas (Ph H. Coombs y colaborado-
                                                       de habilidades que se dan fuera del ámbi-        res, 1973b, 287-306). Hechas estas peque-
                                                       to de la educación formal, es decir, lo que      ñas precisiones y siguiendo el tema que
                                                       para Coombs, en principio, es educación          nos ocupa, observamos que en su obra de

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Orígenes y evolución del concepto de educación no formal

1973a, Coombs, Prosser y Ahmed, aún re-        ción por parte de los autores, observan que
conociendo la imperfección de las «etique-     el término «no formal» simplemente indica
tas» utilizadas, justifican la conveniencia    que un programa educativo dado, organi-
de crear una «nueva terminología educati-      zado de alguna manera, no forma parte
va» que permita la discusión acerca de las     del sistema formal. En ningún caso impli-
diversas formas no convencionales de edu-      ca que los métodos pedagógicos utilizados
cación [1], proponiendo al respecto la si-     sean necesariamente no convencionales.
guiente clasificación:                         Por otra parte, saliendo al paso de las nu-
       «Al hablar de educación informal nos    merosas definiciones alternativas del con-
   referimos exactamente al proceso a lo       cepto de educación no formal elaboradas
   largo de toda la vida a través del cual     por autores coetáneos, afirman, no sin iro-
   cada individuo adquiere actitudes, va-      nía, que «lo mejor de ellas, nos parece, re-
   lores, destrezas y conocimientos de la      side en decir lo mismo de diferentes
   experiencia diaria y de las influencias y   maneras» (p. 11). Respecto al término en
   recursos educativos de su entorno –de       sí, defienden la denominación «no formal»
   la familia y vecinos, del trabajo y el      frente a las también habituales de «educa-
   juego, en el mercado, la biblioteca y en    ción no escolar» o «educación extraescolar»
   los medios de comunicación» (p. 10)         («out-of-school education»), puesto que, a
                                               su juicio, estas últimas no marcan con ni-
      «La educación formal significa, des-     tidez las fronteras entre educación no for-
   de luego, el «sistema educativo» jerar-     mal e informal y, por otra parte, algunos
   quizado, estructurado, cronológicamente     de los programas educativos no formales
   graduado, que va desde la escuela pri-      tienen lugar dentro del contexto escolar,
   maria hasta la universidad e incluye,       aunque fuera de horario lectivo. Un año

                                                                                              año LIX, n.º 220, septiembre-diciembre 2001, 525-544
   además de los estudios académicos ge-       después, en La lucha contra la pobreza ru-
   nerales, una variedad de programas es-      ral. El aporte de la educación no formal
   pecializados e instituciones para la        (1974; versión traducida en castellano,
   formación profesional y técnica a tiem-     1975; pp. 26-28), M. Ahmed y Ph. H.
   po completo» (p. 11)                        Coombs parten de «una consideración fun-
                                                                                                                   revista española de pedagogía

                                               cional de la educación», es decir, que, al
       «(…) definimos la educación no for-     contrario del enfoque estructural e
   mal como cualquier actividad educati-       institucional utilizado entonces en toda la
   va organizada fuera del sistema formal      planificación y administración educativa,
   establecido —tanto si opera independien-    parten del análisis de las necesidades de
   temente o como una importante parte         los estudiantes para pasar inmediatamen-
   de una actividad más amplia— que está       te al problema de los medios educativos
   orientada a servir a usuarios y objeti-     que serían más apropiados para responder
   vos de aprendizaje identificables (p. 11,   a estas necesidades [2]. Igualmente com-
   en cursiva en el texto original)            parten la convicción de la Comisión Inter-
                                               nacional para el Desarrollo de la Educación
   Respecto a esta última definición, que      de la Unesco (1972) en el sentido de que la
es la que obviamente recibe mayor aten-        educación no puede considerarse como un
                                                                                              527
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                                                       proceso limitado en el tiempo y en el espa-       comprendiendo incluso el de una perso-
                                                       cio, confinado a las escuelas y medido por        na altamente «escolarizada» (p. 27)
                                                       los años de asistencia a las mismas. Desde
                                                       estas consideraciones, adoptan como pro-              (educación formal) «es, naturalmen-
                                                       pia la definición de la educación entendida       te, el »sistema educativo« altamente
                                                       como                                              institucionalizado, cronológicamente
                                                               «un proceso permanente que se ex-         graduado y jerárquicamente estructu-
                                                           tiende desde los primeros años de la          rado que se extiende desde los prime-
                                                           infancia hasta la edad adulta y que im-       ros años de la escuela primaria hasta
                                                           plica, necesariamente, una gran varie-        los últimos años de la Universidad»
                                                                                                         (p. 27).
                                                           dad de métodos y fuentes».
                                                       A partir de ahí, insisten en valorar como             (educación no formal) «comprende
                                                       «analíticamente útil, y de acuerdo en gene-       toda actividad organizada, sistemática,
                                                       ral con las realidades corrientes», la dis-       educativa, realizada fuera del marco del
                                                       tinción entre tres modos de educación             sistema oficial, para facilitar determi-
                                                       (reconociendo que entre ellos existen mu-         nadas clases de aprendizaje a subgrupos
                                                       chas superposiciones e interacciones): 1)         particulares de la población, tanto adul-
                                                       educación informal; 2) educación formal, y        tos como niños» (p. 27)
                                                       3) educación no formal. Aún admitiendo
                                                                                                           Definida de este modo, la educación no
                                                       nuevamente que tales expresiones «dejan
                                                                                                      formal comprende, citando a los propios
                                                       algo que desear»[3] plantean, por segunda
                                                                                                      autores, los programas de extensión agrí-
                                                       vez, una definición clara y ligeramente ma-    cola y de capacitación de agricultores, los
                                                       tizada de los tres modos educativos y, así,    programas de alfabetización de adultos, la
                                                       afirman nuevamente que:
año LIX, n.º 220, septiembre-diciembre 2001, 525-544

                                                                                                      formación acelerada impartida fuera de la
                                                                                                      enseñanza oficial, los clubes juveniles con
                                                              «Educación informal tiene aquí el       fines esencialmente educativos y varios pro-
                                                          sentido de un proceso que dura toda la      gramas comunitarios de instrucción sobre
                                                          vida y en el que las personas adquieren     sanidad, nutrición, planificación familiar,
                                                          y acumulan conocimientos, habilidades,      cooperativas, etc. Vemos, pues, que, a dife-
revista española de pedagogía

                                                          actitudes y modos de discernimiento me-     rencia de lo que sucede con la educación
                                                          diante las experiencias diarias y su re-    formal, que es un auténtico sistema cohe-
                                                          lación con el medio ambiente; esto es,      rente e integrado en el sentido de que to-
                                                          en la casa, en el trabajo, divirtiéndose;   das sus partes — al menos como principio—
                                                          con el ejemplo y las actitudes de sus       están interconectadas y se apoyan
                                                          familias y amigos; mediante los viajes,     mútuamente, las actividades englobadas
                                                          la lectura de periódicos y libros, o bien   dentro de la educación no formal son gene-
                                                          escuchando la radio o viendo la televi-     ralmente independientes unas de otras,
                                                          sión y el cine. En general, la educación    aunque pueda darse el caso de que formen
                                                          informal carece de organización y fre-      parte integrante de otros sistemas más am-
                                                          cuentemente de sistema; sin embargo,        plios de desarrollo (industrial, sanitario,
                                                          representa la mayor parte del aprendi-      etc.). O también que estén muy vinculadas
                                                          zaje total de la vida de una persona,       al sistema de educación formal como, por
528
Orígenes y evolución del concepto de educación no formal

ejemplo, algunos programas de adultos o        capaz de aprender de la educación infor-
de tipo compensatorio de los llamados «de      mal depende, a menudo, del grado de for-
segunda oportunidad». Otras diferencias        mación, sensibilización o conocimiento
claras que se destacan entre ambas son         previo que tenga respecto a la experiencia
relativas a su patrocinio, a sus medidas       informal. Así pues, probablemente disfru-
institucionales y, con frecuencia, a sus ob-   tará y aprenderá más de una visita a una
jetivos educativos y a los grupos a los que    exposición en una galería de arte o museo
atienden.                                      una persona que tenga una formación de
                                               base artística, que conozca algo del artista
    Entre sus semejanzas, sin embargo, se      y sus circunstancias, que tenga desarrolla-
apunta que tanto la educación formal como      da por su educación una sensibilidad hacia
la no formal han sido organizadas para         el arte, etc., que otra persona que no haya
aumentar y mejorar el proceso de aprendi-      tenido la oportunidad de adquirir ese ba-
zaje informal y que, en ocasiones, sus for-    gaje previo. Podríamos poner otros ejem-
mas y métodos pedagógicos son también          plos respecto a la lectura de libros,
muy parecidos. Tras la publicación y am-       asistencia a conciertos de buena música
plia difusión del Informe para el Banco        (especialmente clásica, puesto que carece
Mundial de M. Ahmed y Ph. Coombs (1974)        de la ayuda del gancho publicitario), asis-
quedó establecida con bastante rotundidad      tencia a obras de teatro, etc., que triste-
la diferenciación entre estas tres modali-     mente quedan reducidas, en la mayoría de
dades educativas —formal, no formal e in-      los casos, a determinados sectores mas o
formal— a partir de las definiciones           menos «cultos» de la población. Queremos
propuestas en el mismo, que fueron am-         decir con ello que, si bien es imposible e
pliamente aceptadas entre la comuni-           inconveniente pretender controlar las múl-

                                                                                                año LIX, n.º 220, septiembre-diciembre 2001, 525-544
dad científica, especialmente en el ámbito     tiples experiencias de educación informal
anglosajón, así como por parte de los orga-    que nuestro entorno nos ofrece, sí podemos
nismos internacionales como después co-        contribuir, a través de una buena educa-
mentaremos. El propio Ph. Coombs (1985;        ción formal y no formal, a que muchas de
45 y ss.) contribuyó aún mas a su              esas experiencias sean más placenteras, in-
internacionalización y consolidación en el
                                                                                                                     revista española de pedagogía

                                               tensas y provechosas.
lenguaje pedagógico al retomarlas en prác-
ticamente los mismos términos en La cri-           Todo ello enlazaría con las palabras de
sis mundial de la educación. Perspectivas      Ph. Coombs (1974; 12) cuando afirma, si
actuales. En esta última obra, además, el      bien refiriéndose a otra problemática den-
autor hace algunas precisiones y matiza-       tro de un contexto rural, que la educación
ciones que vale la pena comentar, como,        formal y la no formal han sido utilizadas
por ejemplo, la afirmación de que lo que       por diversas instancias
una persona aprende de la educación in-                «para potenciar y perfeccionar el pro-
formal se limita a «lo que le ofrecen las          ceso de aprendizaje informal; en otras
circunstancias de su entorno personal» (p.         palabras, para promover y facilitar de-
47). A lo que nosotros añadiríamos, tam-           terminados tipos de aprendizaje muy
bién, que lo que una persona realmente es          valiosos que los individuos no pueden

                                                                                                529
María Inmaculada PASTOR HOMS

                                                            adquirir tan fácil o rápidamente por el   dando en el tema de las semejanzas y dife-
                                                            simple contacto con el medio».            rencias que se dan entre los conceptos de
                                                       A pesar de éste y algunos otros puntos de      educación informal, formal y no formal de-
                                                       contacto, señala Coombs que entre la edu-      finidos por Coombs, cabe mencionar el in-
                                                       cación formal y la no formal existen signi-    teresante análisis realizado al respecto por
                                                       ficativas diferencias. Por ejemplo, en lo      G. Vázquez (1998, 12-13) tomando como
                                                       referente a sus organizadores, la educa-       base los aspectos de duración, universali-
                                                       ción no formal presenta un abanico amplí-      dad, institución y estructuración. Por cues-
                                                       simo de entidades e instituciones, privadas    tiones de espacio, nos limitaremos a
                                                       y públicas, gubernamentales y no guber-        comentar brevemente dos de ellos, el de
                                                       namentales, locales, internacionales, nacio-   institucionalización y el de universalidad.
                                                       nales…, e incluso de comunidades y             En relación al aspecto institucional, se re-
                                                       sectores de la población que organizan sus     conoce que, mientras que la educación for-
                                                       propias actividades de educación no for-       mal
                                                       mal, en contraste con la financiación, ges-            «es propia y absolutamente institu-
                                                       tión y planificación generalmente                   cionalizada, y la única que se da en
                                                       centralizadas y a cargo del Ministerio de           una institución específica: la escuela, en
                                                       Educación correspondiente, propias de la            cualquiera de sus niveles o forma de
                                                       educación formal. Otras diferencias que             organización»,
                                                       apunta Coombs se refieren a los objetivos      la educación no formal «puede desarrollar-
                                                       y contenidos educativos, a los grupos a los    se tanto dentro de las organizaciones» —
                                                       cuales se destinan las actividades y a la      abarcando, por cierto, tal diversidad de ellas
                                                       duración temporal de las mismas, ya que,       que también incluye a las propiamente es-
                                                       en general, mientras que la educación for-     colares—, «como fuera de ellas». Hemos de
año LIX, n.º 220, septiembre-diciembre 2001, 525-544

                                                       mal abarca una serie de períodos de años o     observar, sin embargo, que la educación
                                                       cursos que exigen una dedicación a tiempo      formal no siempre se lleva a cabo física-
                                                       completo en el marco de un programa re-        mente dentro de instituciones escolares,
                                                       lativamente estable, los programas de edu-     puesto que las ofertas formales de educa-
                                                       cación no formal permiten una dedicación       ción a distancia, por ejemplo, tienen un
revista española de pedagogía

                                                       a tiempo parcial, su duración es más corta     carácter no presencial y, por tanto, la acti-
                                                       y, además, se centran en conocimientos más     vidad educativa se da fuera del contexto
                                                       específicos y prácticos y en la adquisición    escolar. Otra cosa es afirmar que los agen-
                                                       de habilidades de aplicación casi inmedia-     tes, promotores u organizadores de la edu-
                                                       ta; en cualquier caso —prosigue Coombs—        cación formal son siempre instituciones
                                                       gozan de una «inherente flexibilidad» que      escolares y que sólo ellas tienen capacidad
                                                       les permite dar respuesta inmediata a las      para reconocer legalmente los estudios pro-
                                                       nuevas necesidades de aprendizaje que van      pios de la educación formal. Por su parte,
                                                       surgiendo.                                     la educación informal «es la menos
                                                                                                      institucional», aunque ello no quiere decir
                                                          Haciendo un pequeño inciso en ese de-       que no pueda darse en el seno de una ins-
                                                       venir cronológico que nos hemos propuesto      titución. En cuanto a la característica de
                                                       abordar en el presente artículo y, abun-       universalidad, observa que «la educación
530
Orígenes y evolución del concepto de educación no formal

informal afecta a todas las personas, pues     más nuevas y sofisticadas tecnologías, has-
todo hombre o mujer tiene y, dentro de         ta diversos programas para apreciar y co-
ciertos límites, mantiene a lo largo de toda   nocer el patrimonio de la ciudad, entre
la vida la capacidad de adquirir y acumu-      otros) y, sin los cuales —afirma con
lar aprendizajes». En cambio, la educación     rotundidad— «el progreso social, económi-
formal es universal «sólo dentro de ciertos    co y tecnológico de los mismos sufriría un
límites o, dicho de otro modo, sólo en algu-   preocupante frenazo». A pesar de esta cla-
no de sus niveles». Efectivamente, sólo en     ra posición de Coombs, coherente, además,
los niveles que abarca la escolaridad obli-    con su propia definición de educación no
gatoria, la cual generalmente, aunque no       formal, encontramos en los años setenta
siempre, coincide con unas determinadas        voces que se esfuerzan por unir los concep-
edades y que es la única para la que no se     tos de «cambio social» y «educación no for-
exigen requisitos previos.                     mal». Un ejemplo destacado a citar sería
        «A su vez,» —prosigue Gonzalo          Thomas J. La Belle (1976, 1-2) quien afir-
    Vázquez— «la educación no formal,          ma que sólo en el marco del «cambio so-
    como tal, afecta a todas las personas,     cial» debe analizarse y valorarse la
    pero cada una de las acciones a través     educación no formal y añade que, cuando
    de las que se especifica está concebida    deseemos juzgar la eficacia de los esfuer-
    y va dirigida a una persona en concreto    zos llevados a cabo en educación no for-
    o a un grupo de ellas con característi-    mal, debemos mirar justamente hacia los
    cas comunes».                              sectores socio-económicamente desfavoreci-
                                               dos. Hemos de aclarar, no obstante, que
    Hemos querido intencionalmente hacer       dicha afirmación se hace en un contexto
referencia al tema de la universalidad de      muy específico como es el análisis de pro-

                                                                                                año LIX, n.º 220, septiembre-diciembre 2001, 525-544
la educación no formal, pues ha sido cier-     gramas de educación no formal que se es-
tamente polémico en los primeros años de       taban llevando a cabo en América Latina
su desarrollo y expansión y, por ello, tal     y, dentro de ellos, aquellos relacionados con
vez precise de alguna mayor atención. Cabe     la acción comunitaria, la formación técnica
decir al respecto que fue el propio Philip     o vocacional, la alfabetización y educación
Coombs (1985, 48) quien se esforzó por acla-   básica, la formación agrícola, la educación
                                                                                                                     revista española de pedagogía

rar lo que consideraba como dos frecuen-       sanitaria, la gestión de cooperativas y em-
tes concepciones erróneas en torno a esta      presas comunitarias, etc., todos ellos, como
modalidad educativa. La primera se refie-      es lógico suponer, destinados a los sectores
re a la idea de que la educación no formal     más pobres de la población. En relación a
«está pensada sólo para los pobres o para      esta tendencia, cabe mencionar el estudio
los países en vías de desarrollo», a lo cual   de carácter bibliográfico-estadístico sobre
responde Coombs haciendo mención de la         la educación no formal realizado por J. Tri-
ingente cantidad y variedad de programas       lla (1992, 41 y ss.) en base a los datos apor-
de educación no formal —aunque quizás          tados por el Educational Resources
no se utilice ese nombre— que existen en       Information Center (ERIC) entre los años
los países más desarrollados (desde cursos     1982-1991, que demuestran que ha habido
para familiarizar a los trabajadores con las   un sesgo en el uso del término y, por tanto,

                                                                                                531
María Inmaculada PASTOR HOMS

                                                       es cierto que se ha aplicado más a unos       tramos actividades no formales que tienen
                                                       tipos determinados de actividades y secto-    presupuestos espectacularmente bajos en
                                                       res. Por nuestra parte, en una consulta       relación a los aprendizajes conseguidos,
                                                       exhaustiva a las referencias de la base de    mientras que puede haber otras que ten-
                                                       datos ERIC entre los años 1966-1997, ob-      gan costes realmente muy elevados y re-
                                                       servamos que la tendencia señalada por        sultados desalentadores. En definitiva, lo
                                                       Trilla continuaba vigente, aunque el nú-      que quiere decir es que la educación no
                                                       mero de publicaciones referidas a experien-   formal no tiene el «poder mágico» que ga-
                                                       cias de educación no formal en contextos      rantice costes bajos y buenos resultados,
                                                       urbanos o en países desarrollados se había    sino que, como ocurre en la modalidad edu-
                                                       incrementado ligeramente en los últimos       cativa formal, puede ser muy eficaz en unos
                                                       años (M. I. Pastor, 1998).                    casos e ineficaz en otros. La única «ventaja
                                                                                                     económica» que cabría apuntar a la educa-
                                                            Pero volviendo hacia atrás en nuestro    ción no formal es su capacidad de obtener
                                                       discurso, recordemos que Coombs tenía         recursos de una amplia gama de institu-
                                                       también interés en aclarar otro error fre-    ciones o fuentes, algo que no ocurre gene-
                                                       cuente con respecto a la educación no for-    ralmente en la educación formal, cuyos
                                                       mal: la creencia de que ésta es menos         recursos proceden mayoritariamente de los
                                                       costosa que la educación formal e intrínse-   presupuestos del Ministerio de Educación
                                                       camente más eficaz. Precisamente, toman-      o autoridad educativa competente. Esta, de
                                                       do como punto de referencia la obra de        alguna manera, desmitificación de las ven-
                                                       Manzoor Ahmed (1975, 46) que trata so-        tajas intrínsecas de la educación no formal
                                                       bre el tema, hace algunas puntualizaciones    por parte de quienes han defendido incan-
                                                       como, por ejemplo, que no tiene sentido       sablemente su necesidad e importancia y
año LIX, n.º 220, septiembre-diciembre 2001, 525-544

                                                       comparar los costes de la educación formal    han contribuido decisivamente a su con-
                                                       y los de la no formal a no ser que se den     ceptualización actual, es de un extraordi-
                                                       las circunstancias de que ambas persigan      nario valor por cuanto sitúa a esta
                                                       idénticos objetivos de aprendizaje, vayan     modalidad educativa en sus justos térmi-
                                                       dirigidas a alumnos de similares caracte-     nos. De hecho, el concepto de educación no
                                                       rísticas y se puedan comparar también sus
revista española de pedagogía

                                                                                                     formal formulado por Coombs, Prosser y
                                                       resultados didácticos. Si no es así, no se    Ahmed, si bien es, a nuestro juicio, claro e
                                                       puede afirmar que la educación no formal      inequívoco, abarca una enorme heteroge-
                                                       sea en conjunto más barata que la formal,     neidad de actividades y experiencias que
                                                       aunque sí podemos encontrar muchas acti-      obliga, como advierte Trilla (1992: 38) a
                                                       vidades educativas no formales que real-      «ser precavidos con él». Precavidos, en el
                                                       mente tienen un coste más barato por          sentido de evitar caer en las generalizacio-
                                                       alumno que las formales. Otra puntualiza-     nes fáciles y excesivas, como por ejemplo
                                                       ción que hace el mismo autor se refiere a     afirmar, como apuntábamos antes, que la
                                                       la extraordinaria diversidad de costes que    educación no formal es menos costosa, o
                                                       hay dentro de la educación no formal, en      que es mas igualitaria, participativa, de-
                                                       contraste con la mayor uniformidad que        mocrática, que facilita mejor el desarrollo
                                                       puede apreciarse en la formal. Así, encon-    y la liberación personal o, incluso, que es

532
Orígenes y evolución del concepto de educación no formal

libre o voluntaria, pues, efectivamente, no       ilustrar sus hipótesis en relación a las con-
hay ninguna Ley General de Educación que          secuencias cognitivas diferentes que tienen
obligue a la población de unas determina-         los distintos tipos de educación, establecen
das edades a asistir a unas actividades de        una diferenciación bipartita entre «educa-
educación no formal, pero se dan cursos de        ción formal», que para ellos abarca un cam-
formación laboral en empresas o para per-         po más amplio que el de la educación
sonas en paro que, en la práctica, son obli-      escolar, y «educación informal». Concreta-
gatorios para los trabajadores pues, de su        mente entienden por educación formal,
asistencia y aprovechamiento, dependen la                 «cualquier proceso de transmisión
consecución de un puesto de trabajo, el co-           cultural que: (i) se organiza delibera-
bro de unos subsidios, la promoción o, in-            damente para cumplimentar el pro-
cluso, la permanencia en la propia empresa.           pósito específico de la transmisión, (ii)
No debemos, por tanto, caer en la califica-           que se extrae de la diversidad de la
ción fácil y precipitada, sin, por ello, eludir       vida diaria, se situa en un contexto
el reto y el compromiso de establecer una             especial y se lleva a cabo según ruti-
caracterización general, válida y rigurosa            nas específicas, y (iii) que pasa a ser
de la educación no formal (M. I. Pastor,              responsabilidad del grupo social más
1988, 141-154), a lo cual esperemos que               amplio» (1982, 9).
contribuya la aportación de los cada vez
más numerosos profesionales de la Peda-               En una concepción tan amplia de la edu-
gogía que se van incorporando a este vasto        cación formal como la que proponen
e interesante sector.                             Scribner y Cole, que abarcaría el conjunto
                                                  de lo que otros autores entienden como edu-
2. Matizaciones y controversias en el             cación formal y educación no formal, se

                                                                                                  año LIX, n.º 220, septiembre-diciembre 2001, 525-544
                                                  hace necesaria una subdivisión interna que
proceso hacia la consolidación del                ellos resuelven diferenciando entre «edu-
concepto                                          cación formal escolar» y «educación formal
    A pesar de que las definiciones de Ph.        en contextos no institucionales». Ambos ti-
H. Coombs y sus coautores han sido las            pos de educación quedarían claramente di-
más divulgadas y las que han recibido una         ferenciados de la «educación informal»,
                                                                                                                       revista española de pedagogía

aceptación más amplia e internacional, de-        definida por los citados autores como,
bemos también mencionar los esfuerzos de                  «la que se da en el transcurso de las
conceptualización de otros autores, algu-             actividades habituales de los adultos en
nos de ellos dentro de la línea de los ante-          las que el joven toma parte en función
riores, aunque aportando interesantes                 de sus posibilidades» (1982, 8).
matizaciones y precisiones, y otros plan-             Creemos que hay un rasgo especialmen-
teando opciones distintas en algunos as-          te interesante en la concepción de educa-
pectos. Entre estos últimos, destacaremos         ción formal utilizada por Scribner y Cole,
la posición defendida por S. Scribner y M.        que se refleja en el punto (ii): la inclusión
Cole (1973, versión traducida al castellano       en ella de todos aquellos procesos educati-
en 1982), quienes con el objeto, no tanto de      vos deliberados y metódicos, que se extraen
establecer precisiones conceptuales, sino de      de la diversidad de la vida diaria, tienen

                                                                                                  533
María Inmaculada PASTOR HOMS

                                                       lugar en contextos especiales e implican        por ejemplo, José M.ª Quintana (1991, 50-
                                                       rutinas específicas, tanto si se dan en la      55), quien admite la existencia de la edu-
                                                       institución escolar —entendida como la ins-     cación «formal» e «informal» estableciendo,
                                                       titución educativa por excelencia—, como        dentro de la primera, una diferenciación
                                                       fuera de ella. Esta última precisión es la      entre educación «reglada» a la que define
                                                       que les hace, a su vez, distinguir entre edu-   como «educación sistemática escolar» y «no
                                                       cación formal «escolar» y educación formal      reglada» o «educación sistemática extraes-
                                                       «no institucional». Sin embargo, hoy en día,    colar». Los criterios en los que se funda-
                                                       es evidente que no todos los procesos edu-      menta el profesor Quintana son, en primer
                                                       cativos institucionales se dan en la escuela    lugar, el criterio de la sistematización del
                                                       puesto que, de cada vez más, las institu-       proceso educativo para distinguir entre
                                                       ciones políticas, culturales, económicas, sa-   educación formal e informal —lo cual ha
                                                       nitarias, deportivas, etc. incorporan           sido admitido por la mayoría de autores—,
                                                       programas educativos institucionales, aun-      y, en segundo lugar, el criterio de inclu-
                                                       que no escolares y, por otra parte, la insti-   sión, o no, en el sistema escolar para dife-
                                                       tución escolar ofrece desde hace tiempo         renciar la educación formal «reglada» de la
                                                       programas educativos institucionales, que       «no reglada» (equivalente, esta última, a
                                                       no están incluidos dentro del curriculum        la educación no formal). Las razones adu-
                                                       legalmente establecido, ni en los niveles y     cidas por el profesor Quintana para recha-
                                                       etapas propios del sistema educativo ofi-       zar expresamente la utilización de la
                                                       cial, por ejemplo, actividades de las llama-    denominación «no formal» son, como mani-
                                                       das «Escuelas de padres», actividades de        fiesta él mismo, de índole terminológica o
                                                       vacaciones como colonias urbanas, campa-        semántica, más que conceptual. Sin em-
                                                       mentos, escuelas de verano, actividades         bargo, consideramos que, teniendo en cuen-
año LIX, n.º 220, septiembre-diciembre 2001, 525-544

                                                       «complementarias» o «extraescolares» fue-       ta que los términos que utilizamos para
                                                       ra del horario lectivo o en los fines de se-    referirnos a la realidad cambiante son de
                                                       mana, etc.                                      hecho «convenciones» sociales que muchas
                                                                                                       veces sobrepasan el ámbito nacional para
                                                            Por tanto, consideramos que los crite-     enmarcarse en el ámbito internacional, los
                                                       rios de sistematización, diferenciación, es-
revista española de pedagogía

                                                                                                       beneficios en términos de clarificación y
                                                       pecificación de objetivos, rutinización, etc.   unificación del discurso pedagógico que con-
                                                       utilizados por Scribner y Cole son útiles       lleva la utilización del término «educación
                                                       para diferenciar a la educación informal        no formal» sobrepasan los posibles incon-
                                                       de las demás, pero, dada la extraordinaria      venientes que pueda tener su uso entre
                                                       complejidad y heterogeneidad de los proce-      nosotros. Por otra parte, y a pesar de la
                                                       sos educativos que ellos incluyen en la edu-    inclusión de los términos «educación for-
                                                       cación formal, resulta que el criterio de       mal reglada» y «no reglada», con cuya uti-
                                                       «institucionalización» propuesto para su or-    lización, si no fuera por lo dicho
                                                       denación o clasificación interna es clara-      anteriormente, podríamos estar perfecta-
                                                       mente insuficiente y se presta a la             mente de acuerdo, apreciamos en el traba-
                                                       confusión. Esta partición bipartita ha teni-    jo de J. M.ª Quintana una cierta confusión
                                                       do eco en nuestro país entre autores como,      al presentar los términos «reglada» y «no
534
Orígenes y evolución del concepto de educación no formal

reglada» como equivalentes a «escolar» y       pañol en 1976, 9) apuesta, sin tampoco des-
«extraescolar», lo cual no es, como hemos      viarse de las cuestiones de fondo, por una
comentado anteriormente, rigurosamente         conceptualización menos genérica de la
cierto. Tal vez, de todo ello, podríamos de-   educación no formal, de la que afirma que
ducir que lo realmente importante, más         abarca las actividades de aprendizaje
que la discusión sobre la pertinencia de                «que tienen lugar fuera del sistema
unos términos convencionales que pueden            educativo formalmente organizado (…)
adoptarse en un momento histórico dado             para educar hacia unos objetivos espe-
—discusión que, por otra parte, creemos            cíficos, y que son patrocinadas por per-
bastante superada en la actualidad— es la          sonas, grupos u organizaciones
diferenciación y definición clara de las di-       identificables».
versas clases o tipos de educación que con-    Otro autor al que merece la pena citar es
figuran este universo complejo, dinámico y     Thomas La Belle (1976, 21-24) que, aún
heterogéneo y, en este sentido, creemos que    reconociendo la validez de la división
la aportación de Coombs, Prosser y Ahmed       tripartita propuesta por Coombs, opina que
ha sido decisiva.                              en la práctica, los aprendizajes informales,
                                               no formales y formales deberían entender-
    Entre los autores que definen los tres     se como formas o modos predominantes o
tipos de educación de modo muy semejan-        de énfasis, más que como entidades sepa-
te a los autores antes citados, podemos        radas. Así, pone como ejemplo que en los
mencionar, por ejemplo, a R. Paulston          programas de cambio microsocial, en los
(1972, 9), quien los representa gráficamen-    que la educación no formal es la modali-
te mediante un modelo de círculos              dad predominante, debemos tener en cuen-
concéntricos. En el centro, o corazón del      ta también el aprendizaje informal que

                                                                                              año LIX, n.º 220, septiembre-diciembre 2001, 525-544
modelo, sitúa a la educación formal; en el     tiene lugar a partir de la simple participa-
segundo círculo concéntrico, a la educación    ción en esos programas. Poniendo un ejem-
no formal y en el tercer anillo a la educa-    plo concreto, advierte que en un programa
ción informal, añadiendo un cuarto anillo      instructivo diseñado para fomentar la co-
al que denomina «educación internacional»      operación entre los participantes y para
y que incluye las influencias procedentes
                                                                                                                   revista española de pedagogía

                                               enseñar la administración y organización
de fuera de las instituciones nacionales.      de una cooperativa, los participantes, si-
La definición que da dicho autor de «edu-      guiendo el proceso instructivo no formal,
cación no formal» difiere de la de Coombs      funcionan en la cooperativa aprendiendo
y otros más bien por cuestión de énfasis,      unos de otros o por ensayo y error asociado
afirmando que comprende las actividades        a la simple participación. Estaríamos, en-
educativas y de formación «estructuradas,      tonces, ante una modalidad de aprendizaje
sistemáticas, no escolares, de relativamen-    a la que podríamos referirnos como una
te corta duración, en las cuales los agentes   característica informal de la educación no
promotores buscan cambios concretos en         formal. Por otra parte, si la expedición de
la conducta de grupos de población com-        diplomas se contempla como acreditación
pletamente distintos». Por su parte, Cole      del aprendizaje en la dirección de una coo-
Brembeck (1973, versión traducida en es-       perativa, podemos referirnos a este proce-
                                                                                              535
María Inmaculada PASTOR HOMS

                                                       so como una característica formal de una       ducida al español en 1976 por la editorial
                                                       modalidad educativa predominantemente          Guadalupe, se realizó precisamente bajo
                                                       no formal. Así pues, según afirma La Belle,    los auspicios de uno de los Programas que
                                                       debemos reconocer que existen caracterís-      se pusieron en marcha, en los Estados Uni-
                                                       ticas predominantes y secundarias de           dos fundamentalmente, para el estudio de
                                                       aprendizaje dentro de cada modalidad edu-      la educación no formal, concretamente el
                                                       cativa y que todas ellas pueden ser de igual   de la Universidad del Estado de Michigan
                                                       trascendencia para lograr los objetivos pro-   que en 1970 adoptó la educación no formal
                                                       puestos. Lo importante sería, por consi-       como una de las principales líneas de tra-
                                                       guiente, aprovechar tantas modalidades         bajo de su Oficina de Asistencia Técnica,
                                                       educativas como sea posible dentro del pro-    contando para ello con la colaboración de
                                                       ceso de cambio y no ceñirse a ninguna de       la Agencia de Estados Unidos para el De-
                                                       ellas como si de un ente separado se trata-    sarrollo Internacional (USAID). El progra-
                                                       se. La aportación interesante de Thomas        ma Michigan/USAID, que incorporó en
                                                       La Belle consiste, por tanto, a nuestro en-    1974 un «Centro de Información sobre edu-
                                                       tender, en que, sin cuestionar la validez de   cación no formal» (NFEIC), ha desarrolla-
                                                       las categorizaciones establecidas por          do una interesante labor de elaboración de
                                                                                                      materiales didácticos y de metodologías.
                                                       Coombs y otros, aceptadas ampliamente en
                                                                                                      (Véase al respecto la reseña de D. J.
                                                       sus postulados básicos por la mayoría de
                                                                                                      Radcliffe y N. J. Colletta en la Enciclope-
                                                       autores, se esfuerza por mostrar las
                                                                                                      dia Internacional de la Educación, 1989).
                                                       interrelaciones entre dichas modalidades
                                                                                                      Otro importante centro de estudios espe-
                                                       educativas y alertarnos de las potenciali-     cializado en esta temática en esos años fue
                                                       dades inherentes a cada una, previniéndo-      la California Society for Nonformal and
                                                       nos, al mismo tiempo, ante la tentación de     Youth Education de la University of
año LIX, n.º 220, septiembre-diciembre 2001, 525-544

                                                       caracterizaciones fáciles y estereotipadas     California Cooperative Extension. Eviden-
                                                       con la utilización poco cuidadosa de crite-    temente, la propia existencia de estos gru-
                                                       rios metodológicos, procedimentales,           pos y programas institucionalizados que, a
                                                       organizativos, intencionales, etc.             su vez, dan origen a la publicación de abun-
                                                                                                      dante bibliografía sobre la educación no for-
                                                           Podríamos citar otros trabajos publica-
revista española de pedagogía

                                                                                                      mal [4] son, como bien dice Trilla, un
                                                       dos en la década de los setenta, que abor-     indicador claro de la consolidación del con-
                                                       dan distintas cuestiones en relación a la      cepto a partir de los años setenta en ade-
                                                       educación no formal como, por ejemplo, los     lante. Hay que destacar también en esos
                                                       contenidos en la obra colectiva anterior-      años el proceso de oficialización a nivel in-
                                                       mente citada dirigida por C. Brembeck y        ternacional del término «educación no for-
                                                       T. J. Thompson (1973) que fue una de las       mal», que aparece por primera vez en el
                                                       primeras publicaciones enteramente dedi-       Tesauro de la Educación de la UNESCO
                                                       cadas a la educación no formal y que contó     (1977, 84) definida como aquella que incluye
                                                       con la participación de los especialistas en           «las actividades o programas orga-
                                                       el tema más relevantes en aquellos mo-             nizados fuera del sistema escolar, pero
                                                       mentos (Coombs, Brembeck, Paulston,                dirigidos hacia el logro de objetivos edu-
                                                       Anderson, Callaway, etc.). Dicha obra, tra-        cacionales definidos» .
536
Orígenes y evolución del concepto de educación no formal

Y, más adelante, aparece en la Terminolo-       aparición de obras traducidas al español
gía de la Educación de Adultos de la            como la clásica Teoría de la Educación de
UNESCO (1979, 91), aunque en ella sim-          R. Nassif (1980) en la que se la define como
plemente se hace mención a que los pro-         una forma intermedia entre lo que el au-
gramas de educación no formal son aquellos      tor llama la educación funcional (en otros
que no requieren «el enrolamiento formal        términos, informal) y la educación formal
del estudiante». Vemos, pues, que básica-       tradicional e implica la realización de
mente en los documentos de la UNESCO                    «acciones educadoras, deliberadas e
se adopta como propia la propuesta de con-          intencionales, sólo que cumplidas fuera
ceptualización de Coombs, Prosser y Ahmed           de los comunes carriles escolares».
y sus seguidores. Paralelamente, cabe re-       Cabe decir, por lo que respecta a la difu-
saltar el hecho de que comiencen a apare-       sión del término en sus inicios, que la in-
cer en distintas revistas internacionales [5]   fluencia de los autores hispanoaméricanos
abundantes artículos sobre el tema, así         fue significativa-mente importante. Un
como algunas interesantes monografías de-       ejemplo de ello fue la celebración del Semi-
dicadas enteramente a la educación no           nario Iberoamericano sobre «Modalidades
formal como, por ejemplo, las de                no formales en la educación de adultos» [6]
Documentation et Information Pedagogi-          que llevaron a cabo, conjuntamente, la Or-
ques (nn. 212 y 213, año 53, 1979),             ganización de los Estados Americanos, a
International Review of Education (vol. 28,     través del Proyecto PREDE y la Sección de
n. 2, 1982) o Perspectivas (vol. XIII, n. 1,    Ciencias de la Educación de la Universi-
1983), en las que colaboran los más presti-     dad Autónoma de Barcelona, cuyos traba-
giosos especialistas del momento. También,      jos fueron publicados casi en su totalidad
como no, nos hemos de referir a las diver-      en la revista Educar (n. 1, 1981-82) dirigi-

                                                                                                año LIX, n.º 220, septiembre-diciembre 2001, 525-544
sas y extensas entradas dedicadas a la edu-     da por el profesor Sarramona, autor, a su
cación no formal que aparecen en la             vez, de un artículo (J. Sarramona, 1981-
Enciclopedia Internacional de la Educación      82, 49-60) que, junto al de Luís Tarín (1981-
dirigida por T. Husen y T.N. Postlethwaite      82, 61-69), quizás sean los que de modo
(versión española, 1989) que, a nivel con-      más específico —exceptuando, claro está,
                                                                                                                     revista española de pedagogía

ceptual, recogen las definiciones clásicas      las descripciones de distintas experiencias
elaboradas por Coombs y otros (Véase en         y programas concretos— abordaban la te-
particular la entrada «educación no formal»     mática de la educación no formal. Otro
a cargo de D. J. Radcliffe y N. J. Colletta,    acontecimiento que consideramos reseña-
pp. 1837 y 1842).                               ble en el proceso de progresiva introduc-
                                                ción del concepto en España, fue el
                                                «Seminario Interuniversitario de Teoría de
3. Planteamientos y aportaciones de los         la Educación» celebrado en Salamanca en
autores españoles                               1983 en el que una de las ponencias estu-
    A comienzos de la década de los ochen-      vo dedicada a los conceptos de educación
ta, se da ya plena entrada al concepto de       formal, no formal e informal con trabajos,
educación no formal entre los autores de        entre otros, de J. M. Touriñán (1983), A.
nuestro país, especialmente a partir de la      Requejo (1983) o J. Trilla (1983). Algunos

                                                                                                537
María Inmaculada PASTOR HOMS

                                                       años más tarde, en 1990, se celebró en Ma-     cativas sistematizadas
                                                       drid la «V Semana Monográfica» organiza-              «que acontecen fuera del estricto
                                                       da por la Fundación Santillana que tuvo            marco escolar aunque algunas de ellas
                                                       como tema «La educación no formal, una             puedan estar vinculadas a él».
                                                       prioridad de futuro», cuyos trabajos se pu-    Más recientemente, hay que destacar la
                                                       blicaron al año siguiente (AA. VV., 1991),     aportación al tema conceptual de los profe-
                                                       año en que también se dedicó monográ-          sores A. Colom, J. Sarramona y G. Vázquez
                                                       ficamente a esta temática otro «Seminario      (1998), que se inscriben igualmente en la
                                                       Interuniversitario de Teoría de la Educa-      corriente anglosajona y que ya hemos co-
                                                       ción» esta vez el celebrado en Llanes          mentado en páginas precedentes.
                                                       (Asturias), algunas de cuyas ponencias se
                                                       recogen en J. Sarramona (Ed.), 1992. An-            Podríamos ampliar las referencias a
                                                       teriormente a la celebración de los impor-     otros autores españoles que, desde distin-
                                                       tantes eventos citados, hay que reseñar la     tas perspectivas (metodológicas, de plani-
                                                       aparición de la obra de J. Trilla (1985, 22)   ficación, evaluación, ámbitos, etc.), han
                                                       quien ya, por cierto, había planteado sus      abordado el tema de la educación no for-
                                                       propuestas en trabajos anteriores (A.          mal, pero en el tema que nos ocupa, cen-
                                                       Sanvisens, 1984, 337-365), en la cual defi-    trado en la génesis y desarrollo
                                                       ne los procesos, medios o instituciones no     terminológico y conceptual de dicho sector
                                                       formales como aquellos                         educativo, nos referiremos de nuevo a J.
                                                               «que no forman parte del sistema       Trilla (1992, 1993) para concluir este apar-
                                                           educativo graduado o que formando par-     tado dedicado a las aportaciones al tema
                                                           te de él no constituyen formas estricta    llevadas a cabo por autores españoles, con
                                                           y convencionalmente escolares».            una revisión de los «criterios» que se han
año LIX, n.º 220, septiembre-diciembre 2001, 525-544

                                                                                                      venido utilizando habitualmente para di-
                                                           Dentro de esta misma línea hay situar      ferenciar los tres tipos de educación y que
                                                       a otros autores del país como J. Sarramona     dicho autor utiliza para precisar su propia
                                                       (1989, 35) quien define la educación no for-   definición. Trilla se basa en un trabajo de
                                                       mal como                                       J. M. Touriñán (1983) en el que éste afir-
                                                              «el conjunto de actividades clara-
revista española de pedagogía

                                                                                                      ma que la educación formal y la no formal
                                                           mente intencionales que acontecen fue-              «tienen entre sí un atributo común
                                                           ra del sistema escolar formal, y que no         que no comparten con la educación in-
                                                           pretenden concluir con aprendizajes re-         formal: el de la organización y sistema-
                                                           conocidos oficialmente»,                        tización»,
                                                       añadiendo que el nivel de organización de      resultando de ello que, en realidad, exis-
                                                       tales actividades puede ser muy variable,      ten dos «especies educativas» separadas por
                                                       desde una estructura al estilo escolar, has-   una frontera fuerte a la que denomina «x»
                                                       ta un nivel mínimo de estructuración. Pos-     y que, de esas dos especies, una está divi-
                                                       teriormente, (J. Sarramona, 1992, 7)           dida, a su vez, por dos «subespecies» sepa-
                                                       reafirma la anterior definición añadiendo,     radas por otra frontera débil a la que llama
                                                       tal vez, la matización de que serían educa-    «y». Pues bien, aún aceptando el esquema
                                                       ción no formal todas aquellas acciones edu-    general de Touriñán, Trilla analiza y criti-
538
Orígenes y evolución del concepto de educación no formal

ca los criterios que sirven a aquel para        ción en tanto que proceso educativo. Di-
marcar dichas fronteras. En primer lugar,       chos criterios son el criterio metodológico,
cuestiona los criterios utilizados habitual-    en base al método utilizado, y el criterio
mente para diferenciar la educación infor-      estructural, en base a la inclusión o exclu-
mal de las otras dos, o si preferimos, los      sión del sistema educativo reglado. El pri-
criterios que marcan la frontera «fuerte»,      mer criterio ha sido utilizado por algunos
es decir, la intencionalidad del agente y,      autores que han tratado de caracterizar a
sobre todo, el carácter metódico o sistemá-     la educación no formal como aquella que
tico del proceso. Trilla critica la utilidad    utiliza metodologías, procedimientos o ins-
del primer criterio, afirmando que, si bien     tancias que rompen con la «concepción clá-
se puede admitir que la educación no in-        sica» que se tiene de la escuela (una forma
tencional forma parte de la informal, re-       colectiva y presencial de enseñanza, un es-
sulta mucho más cuestionable aceptar que        pacio propio definido, unos tiempos prefi-
«toda la educación informal sea no inten-       jados, etc.). Entre esos autores cabría citar,
cional». En cuanto al segundo criterio, el      por ejemplo, a M. S. Knowles (1983), quien
del carácter metódico o sistemático del pro-    afirma que los métodos de enseñanza pro-
ceso, también presenta inconvenientes           pios de la educación no formal son con fre-
pues, como bien dice, ¿quien puede negar        cuencia relativamente flexibles, están
que no hay «método» en la publicidad, por       centrados en el alumno y no en el profesor,
ejemplo, o que su actividad no es «sistemá-     son concretos y experimentales en lugar
tica»? Lo mismo podría decirse de los mass      de abstractos y teóricos y sus efectos son a
media, del mundo de la moda, del cine,          corto plazo y resultan claramente eviden-
etc. Por tanto, el citado autor, una vez des-   tes.
cartados los dos anteriores, retoma el úni-

                                                                                                 año LIX, n.º 220, septiembre-diciembre 2001, 525-544
co criterio válido que diferenciaría los            De igual modo, García Garrido (1991,
contenidos que se suelen adjudicar a los        160) afirma, refiriéndose a los agentes de
términos formal y no formal, por un lado,       la educación no formal, como aquellos que
e informal, por el otro, y que no sería otro    realizan «tareas verdaderamente educati-
que el ya citado, como recordaremos, por        vas por vías no convencionales». La utili-
                                                zación de este criterio como determinante
                                                                                                                      revista española de pedagogía

Scribner y Cole (1982), es decir, el de espe-
cificidad y de diferenciación de la función     ha sido, sin embargo, rechazado por otros
o del proceso educativo, cuando éste se da      autores, como A. J. Colom (1992, 51) quien
como algo distinto y predominante en el         afirma categóricamente que
curso general de la acción. En segundo lu-              «no existe diferencia alguna que
gar, revisa los criterios utilizados básica-        discrimine un método como propio de
mente para marcar la frontera llamada               los sistemas educativos, en contra de
«débil» y que diferencia la educación for-          otros métodos exclusivos de la educa-
mal de la no formal, las cuales comparten           ción no formal»,
una serie de rasgos comunes, tales como la      sino que el pedagogo, del amplio listado de
explícita intencionalidad, la existencia de     métodos existentes, elegirá el que conside-
objetivos preestablecidos de formación o        re más pertinente para cada situación, de-
aprendizaje y la especificidad o diferencia-    pendiendo su elección, claro está, de la

                                                                                                 539
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