Siete Mitos y Realidades sobre Inmigración
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Siete Mitos y Realidades sobre Inmigración Mito: La Inmigración a los Estados Unidos es mala para los trabajadores estadounidenses. Realidad: Es la política inmigratoria mala, y no la inmigración por sí misma, la que daña a los trabajadores estadounidenses. Muchos estudios han determinado que la inmigración no afecta negativamente a los trabajadores estadounidenses, y varios investigadores han encontrado que, en realidad, la 1234 inmigración tiene un efecto neto positivo para muchos trabajadores nacidos aquí. , , , Esto se debe a que los inmigrantes son trabajadores y consumidores a la vez, y su presencia en Estados Unidos incrementa la demanda de productos y servicios dentro de los Estados Unidos, creando nuevos empleos y aumentando los sueldos en el proceso. Sin embargo, el actual sistema deficiente de inmigración perjudica a los trabajadores estadounidenses. El sistema de distribución de un número fijo de visas de trabajo en base a cupos arbitrarios que no responden a las fluctuaciones de las demandas laborales de la economía del país crea incentivos para que millones de personas inmigren a los Estados Unidos sin autorización legal para hacerlo. Como resultado, hoy hay entre 10 y 12 millones de trabajadores indocumentados en los Estados Unidos. Tales trabajadores están en situación vulnerable ante empleadores inescrupulosos que se aprovechan de su situación indocumentada a fin de no pagarles los salarios prevalecientes o de cumplir con las normas básicas de salud y seguridad. Como los trabajadores inmigrantes indocumentados trabajan en industrias junto con inmigrantes documentados y trabajadores nacidos en los Estados Unidos, la explotación de los trabajadores indocumentados también hace caer las normas para los trabajadores nacidos aquí. Esta dinámica ha aumentado en años recientes, porque la mayor atención en la aplicación de la ley de inmigración ha empujado a los trabajadores no autorizados aún más a la clandestinidad, bajando su paga y creando una mayor demanda de estos trabajadores. Cuando una empresa recorta los costos contratando trabajadores no autorizados para bajar los sueldos, es más probable que sus competidores también contraten trabajadores no autorizados por 5 sueldos más bajos, a fin de beneficiarse del mismo ahorro de costos. Los inmigrantes documentados, los trabajadores nacidos en el país y los inmigrantes indocumentados, todos pierden en esta carrera hacia el fondo. Mito: Los enfoques que sólo se basan en la aplicación de la ley para tratar la crisis de inmigración del país, tales como un aumento de seguridad en las fronteras y la ley "muéstreme sus papeles" de Arizona, pueden mantener eficazmente a los inmigrantes indocumentados fuera de Estados Unidos. Realidad: Los enfoques que sólo se basan en la aplicación de la ley para tratar la crisis de inmigración del país resultaron ser costosos, ineficaces, letales y tener efectos desastrosos para los derechos de los trabajadores.
El número de inmigrantes no autorizados en los Estados Unidos aumentó drásticamente desde comienzos de la década de 1990, a pesar de los miles de millones de dólares que el gobierno federal gasta en aplicación de la ley. El presupuesto anual de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos aumentó en más del 700% desde 1992, el año anterior a la época actual de aplicación concentrada de la ley de inmigración a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos. A la vez, el monto de dinero gastado en cada arresto aumentó en más del 1,000%. El presupuesto para Aduanas y Protección de Fronteras de los Estados Unidos, la agencia matriz de Patrulla Fronteriza dentro del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), aumentó casi al doble, de $6,000 millones en 2003 a $11,300 millones en 2009. Y el presupuesto para Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), el organismo de DHS para aplicación interna de la ley que es contraparte de Aduanas y Protección de Fronteras, también aumentó en más del 80%, de $3,300 millones en 2003 a 6 $5,900 millones en 2009. A pesar de los masivos aumentos presupuestarios de los últimos veinte años, la población inmigrante no autorizada en los Estados Unidos triplicó aproximadamente su tamaño, de un estimado de 3.5 millones en 1990 a 11.9 millones en 2008. El hecho es que casi todos los migrantes no autorizados en última instancia logran entrar a los Estados Unidos. De hecho, uno de los estudios mostró que la gran mayoría de inmigrantes no autorizados —entre el 92% y el 7 98%— siguen tratando de cruzar la frontera hasta que lo logran. Aunque no es eficiente para frenar la migración de los trabajadores indocumentados, las consecuencias no deliberadas de la política de inmigración centrada en el cumplimiento de la ley han sido que la frontera suroccidental es más mortífera. Al canalizar a los migrantes no autorizados por zonas montañosas y desérticas sumamente peligrosas, en vez de a través de los corredores urbanos seguros que los migrantes usaban en el pasado, el aumento de patrullaje fronterizo resultó en que el número de muertes de migrantes se duplicó en la década 8 que siguió a 1995. Un informe estima que 5,607 migrantes murieron mientras cruzaban la 9 frontera entre 1994 y 2008. Otra consecuencia del aumento de los niveles de aplicación de la ley de inmigración ha sido la socavación de los derechos laborales. La atención centrada solamente en el cumplimiento de la ley de inmigración del gobierno de los Estados Unidos, sin atender a las violaciones de las leyes del lugar de trabajo, ha permitido que los empleadores con violaciones desenfrenadas de leyes laborales y de empleo prosperen contratando trabajadores indocumentados que tienen terror de quejarse por los sueldos más bajos que los normales, las condiciones inseguras y la falta de beneficios, o de exigir su derecho a negociar colectivamente. Lo que es peor, hubo varios casos documentados de ICE y otros organismos gubernamentales que socavan directamente el ejercicio de los derechos laborales. ICE ha realizado prominentes redadas a los lugares de trabajo en medio de investigaciones del Departamento del Trabajo y otras agencias sobre violaciones de leyes laborales y de empleo. Igualmente, ICE ha cooperado con solicitudes de los empleadores de verificar el estatus de inmigración de trabajadores en medio de disputas en el lugar de trabajo, y en otros casos, agentes gubernamentales tales como oficiales locales de aplicación de la ley han interferido con la afirmación de los trabajadores de sus derechos laborales, cuminando en arrestos de ICE de los 10 trabajadores victimizados por parte de ICE. Estas acciones, que ilustran la atención de ICE centrada únicamente en hacer cumplir la ley de inmigración a toda costa, han tenido el previsible efecto de enfriar los intentos de afirmar y ejercer de los derechos en el lugar de trabajo, perjudicando a todos los trabajadores, sin importar su estatus de inmigración. Las leyes
"muéstreme sus papeles", como la SB1070 de Arizona, agregan otra herramienta al cinturón de herramientas antiunión y antiobrero de los empleadores empresariales. Mito: Una legislación de reforma integral de inmigración que incluya un camino hacia la ciudadanía para trabajadores indocumentados perjudicará aún más la economía en un momento en que nuestra economía menos puede permitirse el lujo. Realidad: Una reforma integral de inmigración que cree un camino hacia la ciudadanía para inmigrantes no autorizados en los Estados Unidos sería provechosa para la economía y una pieza integral para corregir la economía deficiente para todos los trabajadores del país. Se ha estimado que la reforma integral de inmigración rendiría por lo menos $1.5 billones en 11 producto interno bruto de Estados Unidos acumulado en el curso de 10 años. Esto se debe a que al eliminar la clase inferior de trabajadores indocumentados que los empleadores usan para recortar los sueldos y reducir las normas, la reforma integral de inmigración asegurará que todos los trabajadores cuenten con plenos derechos laborales, lo que resultará en salarios más altos para todos. Mito: Los inmigrantes cometen crímenes a tasas más altas que los nacidos en este país. Realidad: Un siglo de investigación muestra que las tasas de criminalidad de los inmigrantes son en realidad más bajas que las de los nacidos en este país. Numerosos estudios de investigadores independientes y comisiones gubernamentales en los últimos 100 años repetidamente y consistentemente mostraron que los inmigrantes tienen menos probabilidades de cometer crímenes o ir a la cárcel que los nacidos en el país. En las primeras décadas del siglo XX, durante la época anterior de inmigración a gran escala, varias comisiones federales encontraron niveles de criminalidad más bajos entre los nacidos en el extranjero que entre los nacidos en el país. Más recientemente, la Comisión sobre la Reforma 12 de Inmigración de los Estados Unidos llegó a una conclusión similar en un informe de 1994, lo 13 mismo que el Departamento de Justicia de los Estados Unidos en un informe de 2000. De la misma manera, las tasas de criminalidad han disminuido de manera más marcada en los estados con crecimiento de inmigración más alto. Entre 1999 y 2006, el índice total de criminalidad disminuyó 13.6% en los 18 estados que reciben más inmigración, comparado con 14 una disminución del 7.1% en los otros 32 estados. Según el FBI, las cuatro ciudades grandes de los Estados Unidos (con poblaciones de por lo menos 500,000) con tasas de criminalidad más bajas —San Diego, Phoenix, El Paso y Austin— están en estados fronterizos y tienen 15 poblaciones de inmigrantes muy numerosas.
Mito: Dar a luz a un niño dentro de los Estados Unidos permite que los inmigrantes indocumentados se vuelvan residentes legales del país rápida y fácilmente y les evita la deportación. Realidad: Tener hijos nacidos en el país no les da a los inmigrantes indocumentados un pase libre para obtener estatus legal. Bajo la Enmienda 14, todos los bebés nacidos dentro de los límites de los Estados Unidos son ciudadanos estadounidenses. No obstante, los hijos ciudadanos no pueden patrocinar a sus padres para la ciudadanía hasta que cumplan 21 años de edad. Más aún, si los padres de un niño ciudadano están en algún momento en los Estados Unidos sin un estatus legal, deben volver a su país de origen por 10 años antes de solicitar inmigración a los Estados Unidos legalmente. Por lo tanto, el argumento de los "bebés ancla" que las mujeres embarazadas cruzan la frontera a los Estados Unidos ilegalmente a fin de dar a luz aquí y ganar fácilmente estatus legal por medio de sus hijos ciudadanos es una exageración ilógica, en el mejor de los casos. Tales madres deberían estar pensando veinte a treinta años por adelantado y anticipar pasar 10 años separadas de sus hijos ciudadanos estadounidenses. De la misma manera, ser padres de niños ciudadanos de Estados Unidos no protege contra la deportación. Un estudio de enero de 2009 de la Oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional encontró que más de 100,000 padres no ciudadanos de hijos ciudadanos estadounidenses fueron deportados de los Estados Unidos entre 1998 y 16 2007. Muchas de esas deportaciones resultaron en familias destrozadas, que dejaron a sus hijos ciudadanos estadounidenses, y comunidades enteras traumatizadas y vulnerables. Mito: Los inmigrantes y sus hijos vienen a los Estados Unidos motivados por el oportunismo y son una carga para nuestros servicios sociales y nuestra economía. Realidad:La gran mayoría de los inmigrantes vienen a los Estados Unidos para trabajar duramente y atender a las necesidades de sus familias y de sí mismos, y al hacerlo contribuyen más a los fondos gubernamentales que lo que usan en servicios sociales. Numerosos estudios de fundamental importancia han encontrado que los inmigrantes generan ingresos públicos en exceso de su costo público a lo largo del tiempo. De hecho, un estudio concluyó que los inmigrantes pagan aproximadamente $80,000 más en impuestos que lo que 17 reciben en beneficios estatales, federales y locales en el transcurso de sus vidas. Otro estudio determinó similarmente que "el impacto a largo plazo de la inmigración en los presupuestos públicos es probablemente positivo", agregando que "sólo una proyección al futuro de los impuestos y gastos del gobierno puede ofrecer una visión exacta de las consecuencias fiscales 18 a largo plazo de admitir nuevos inmigrantes". Los inmigrantes indocumentados no califican y por lo tanto no pueden recibir ningún beneficio público más allá de servicios de emergencia y educación pública primaria y secundaria. Los inmigrantes indocumentados no califican para bonos de alimentos, Seguro Social, Seguridad
de Ingreso Suplementario, Asistencia Temporal para Familias Necesitadas, Medicaid, Parte A de Medicare libre de prima, vivienda pública o programas de la Sección 8. Más aún, los residentes permanentes legales no califican para los programas mencionados salvo que hayan residido legalmente en los Estados Unidos por lo menos durante cinco años. La participación de los inmigrantes en la fuerza laboral es consistentemente más alta que la de los nacidos en el país, y los trabajadores inmigrantes constituyen una proporción más alta de la 19 fuerza laboral de los Estados Unidos (14%) que de la población de Estados Unidos (11%). Debido a la alta tasa de participación en la fuerza laboral de sus padres, una abrumadora mayoría de niños nacidos en los Estados Unidos de padres inmigrantes (88%) viven en hogares trabajadores. Y a pesar del hecho de que es más probable que esos niños vivan en pobreza que otros niños cuyos padres nacieron en los Estados Unidos (20% frente a 16%), es 20 menos probable que esos niños reciban bonos de alimentos (14% frente a 17%). Dicho de manera simple, los inmigrantes no vienen a este país para tener a sus hijos y recibir limosnas del gobierno de los Estados Unidos. La gran mayoría de los inmigrantes viene a los Estados Unidos a trabajar y mantener a sus familias y a sí mismos. Mito: Los políticos anti inmigración tienen los mejores intereses de los trabajadores estadounidenses en su mente. Realidad: Los políticos más rabiosamente anti inmigrantes en la política de los Estados Unidos son también algunos de los políticos más antiobrero del país. Muchos de estos políticos han desviado hábilmente la atención de su agenda antiobrera fomentando en los votantes la ansiedad y el miedo en contra de los inmigrantes. Cada dos años, uno de los principales grupos anti inmigrante, la Federación para la Reforma Migratoria Americana (FAIR, por sus siglas en inglés), publica un "Informe de Votaciones del Congreso" evaluando si los Miembros del Congreso votaron como ellos recomendaron. FAIR no es un grupo de interés común; el Centro de Leyes para la Pobreza en el Sur lo ha calificado como grupo de odio por sus conexiones alarmantes con individuos y organizaciones nacionalistas blancas y es parte de una red de organizaciones extremistas creada por el muy conocido nacionalista blanco John Tanton. FAIR es también la organización por detrás de la Coalición para el Futuro Trabajador Estadounidense, un grupo pantalla diseñado para darle un rostro "pro obrero" a la agenda antiobrera de los cabilderos anti inmigrante. De los 87 Miembros de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos que recibieron una "A" de FAIR en el Congreso 110, el 94% votó contra la Ley de Libre Elección del Empleado, el 93% votó contra igual paga para las mujeres y el 83% votó contra la extensión de la compensación por desempleo. Por ello, no es de sorprender que el 93% de los defensores de FAIR recibieran una "F" de AFL-CIO. A pesar de los esfuerzos de formular sus políticas anti inmigratorias en retórica populista pro trabajador, la verdad es que muchos de los políticos que se encuentran entre los principales oponentes de los trabajadores inmigrantes son también los más grandes oponentes de los trabajadores estadounidenses.
Fuentes 1. Shierholz, Heidi. 2010. “Immigration and Wages: Methodological advancements confirm modest gains for native workers”. Instituto de Política Económica, Briefing Paper no. 225. Disponible en http://epi.3cdn.net/81ac21ed8143664879wvm6bakyu.pdf. 2. Peri, Giovanni. 2010. “The Impact of Immigrants in Recession and Economic Expansion”. Instituto de Política Migratoria. Disponible en http://www.migrationpolicy.org/pubs/Peri-June2010.pdf. 3. Barcellos, Silvia. 2009. “The Dynamics of Immigration and Wages”. Manuscrito, Universidad de Princeton. Disponible en www.princeton.edu/~silvie/BarcellosJMP.pdf. 4. Card, David. 2005. “Is the New Immigration Really So Bad?”. The Economic Journal. 115(507):F300-F323. Disponible en http://www.nber.org/papers/w11547.pdf?newwindow=1. 5. J. David Brown, Julie L. Hotchkiss y Myriam Quispe-Agnoli. 2008. “Undocumented Workers Employment and Firm Survivability”. Working Paper 28. Banco de la Reserva Federal de Atlanta. Disponible en http://www.frbatlanta.org/filelegacydocs/wp0828.pdf. 6. Hinojos-Ojeda, Raúl. 2010. “Raising the Floor for American Workers: The Economic Benefits of Comprehensive Immigration Reform”. Centro para el Progreso Americano y Centro de Política de Inmigración. Disponible en http://www.americanprogress.org/issues/2010/01/raisingthefloor.html. 7. Cornelius, Wayne A., et al., “Controlling Unauthorized Immigration from Mexico: The Failure of „Prevention Through Deterrence‟ and the Need for Comprehensive Reform”, Centro de Política de Inmigración y Centro de Estudios Comparativos de Inmigración de la Universidad de California San Diego. Disponible en http://www.immigrationforum.org/images/uploads/CCISbriefing061008.pdf 8. Oficina General de Contraloría, “Illegal Immigration: Border-Crossing Deaths Have Doubled Since 1995”, GAO-06-770, Informe al Honorable Bill Frist, Líder de la Mayoría, Senado de los Estados Unidos, Agosto de 2006, pp. 3-4. 9. Jimenez, Maria. “Humanitarian Crisis: Migrant Deaths at the U .S.-Mexico Border”, Unión Americana de Libertades Civiles de los Condados de San Diego e Imperial y Comisión Nacional de Derechos Humanos de México. 10 . Rebecca Smith, Ana Avendano y Julie Martinez Ortega. 2009. “ICED OUT: How Immigration Enforcement Has Interfered with Workers‟ Rights”. Proyecto de Ley de Empleo Nacional, AFL-CIO y el Fondo de Educación de Derechos Estadounidenses en el Trabajo. Disponible en http://www.nelp.org/page/-/Justice/ICEDOUT.pdf?nocdn=1 11 . Hinojos-Ojeda, Raúl. 2010. “Raising the Floor for American Workers: The Economic Benefits of Comprehensive Immigration Reform”. Centro para el Progreso Americano y Centro de Política de Inmigración. Disponible en http://www.americanprogress.org/issues/2010/01/raisingthefloor.html. 12 . Ruben G. Rumbaut y Walter A. Ewing. “The Myth of Immigrant Criminality and the Paradox of Assimilation: Incarceration Rates among Native and Foreign-Born Men”. (Centro de Política de Inmigración, Fundación Americana de Derecho de Inmigración, primavera de 2007). 13 . Instituto Nacional de Justicia, una agencia del Departamento de Justicia de los Estados Unidos. “On Immigration and Crime”, Ramiro Martiniez, Jr., y Matthew T. Lee, Julio de 200. 14 . Richard Nadler. “Immigration and the Wealth of States”. Overland Park, KS: Americas Majority Foundation: Enero de 2008). 15 . Tim Padgett. “The „Dangerous‟ Border: Actually One of America‟s Safest Places”, Time, 30 de julio de 2010. 16 . Departamento de Seguridad Nacional, Oficina del Inspector General. “Removals Involving Illegal Alien Parents of United States Citizen Children”. Enero de 2009. 17. Consejo Nacional de Investigación. The New Americans: Economic, Demographic, and Fiscal Effects of Immigration, ed. James P. Smith y Barry Edmonston. Washington, D.C.: National Academy Press, 1997. 18 . Consejo de Asesores Económicos. “Immigration‟s Economic Impact”, Washington, D.C. 20 de junio de 2007. 19 . Randy Capps, et. al. A Profile of the Low-Wage Immigrant Workforce. The Urban Institute, Programa de Estudios de Inmigración, Immigrant Families and Worker Facts and Perspectives Brief 4, Noviembre de 2003. 20 . Children of Immigrants Data Tool. http://datatool.urban.org/charts/datatool/pages.cfm. The Urban Institute. Datos de las Series de Microdatos Censales Integrados de Uso Público obtenidos en la Encuesta de la Comunidad Estadounidense en 2005 y 2006.
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