Ciudad, Estado y sistema internacional: el mundo árabe en el sistema occidental
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Ciudad, Estado y sistema internacional: el mundo árabe en el sistema occidental Estado; finalmente me enfocaré en el sistema internacional y sus actuales cambios, indican- do la importancia de los mismos tanto para el mundo occidental como para el musulmán. En este artículo utilizaré ampliamente el proceso de comparación imaginativa, basado en una concepción utilizada por Robert Cox en su acercamiento a la obra de Ibn Khaldun: “el primer problema es captar las relevancias intersubjetivas, aquellas que hubieran podido ser compartidas entre contemporáneos. En otras palabras, se trata de definir el contenido ontológico de su mundo” (Cox 1992:158)1. Así, y utilizando fuentes secundarias, en este artículo intento captar las relevancias intersub- jetivas del mundo del Islam con Occidente. Es necesario justificar este manejo del argumento por el hecho de que no soy experto en el Islam y, además, porque mi interés se centra en la Mark Atila* comparación de ciertos comportamientos del Islam frente a categorías importantes para el Los acontecimientos del 11 de septiembre de mundo de Occidente, todo ello enmarcado en 2001 pusieron en el centro de interés a las los últimos acontecimientos mundiales. preguntas vinculadas con el Islam. Bajo ese Si bien desde un punto de vista más orto- interés, este artículo presenta una compara- doxo puede resultar dudoso el valor político ción entre las bases de las realidades político- de la categoría “ciudad”, en este artículo será sociales de Occidente y el mundo árabe. Así, tratada con igual importancia a las otras. En abarcaré un análisis a tres niveles. Primero este argumento, la ciudad se entiende como compararé algunos conceptos sobre la ciudad, unas de las bases más importantes de nuestras su desarrollo y su significado; después intro- sociedades, es el bloque edificador de las cate- duciré las diferencias al interior de la idea de gorías sobrepuestas (Estado y sistema interna- cional). Sin embargo, me es imposible ofrecer la incorporación de todas las bases político- * Politólogo. Deseo agradecer la ayuda brindada por la bi- blioteca de la Universidad San Francisco de Quito en la elaboración de este artículo. 1 Las traducciones aquí utilizadas son del autor. ICONOS 129
frontera sociales que podrían tener relevancia, por eso es decir, nacional. Durante este período, la categorías como “individuo” o “familia” no ciudad renuncia a su propia defensa y se pasa forman parte de esta presentación. a un concepto nacional de la defensa. Las tres categorías serán tratadas como ar- En la última fase del desarrollo de las ciu- gumentos distintos, dejando para la conclu- dades, durante el proceso de urbanización, sión la evaluación de su significado y su uni- nos encontramos con cambios aún más pro- ficación en un argumento redondo. fundos. Primordialmente hay que anotar un crecimiento asombroso: “en toda la historia de la civilización urbana sólo cuatro ciudades La ciudad alcanzaron a tener un millón de habitantes hasta antes de la segunda mitad del siglo XIX: El primer nivel de análisis es uno de los luga- Roma, Constantinopla, Pekín y Londres” res más importantes para la realidad humana (Olea 1993:49). Los últimos tiempos produ- de nuestros días, e incluso de todos los tiem- jeron mega-ciudades, aquellas que se igualan pos, no sólo en un sentido literario, sino por a naciones enteras. Por otro lado, mientras los el hecho de que la mayoría de nosotros somos acontecimientos de las últimas décadas per- ciudadanos, lo cual vierte luz sobre el hecho mitieron el ingreso de varias poblaciones a la que le brinda a la ciudad un estado particular. ciudad, no se pudo incorporarlas en la comu- Aunque la travesía total del desarrollo de la nidad “ciudadana”, lo que resultó en un dis- ciudad traspasa el marco de este artículo, no tanciamiento entre la ciudadanía y la ciudad puedo evitar enumerar unos puntos funda- (Albrow 2000). Por último, como resultado mentales de aquel desarrollo. Desde sus pri- del proceso de globalización, la ciudad volvió meras apariciones, Ur, Eridú en el Medio a ser un “lugar estratégico en escala global” Oriente o en el valle de México, la ciudad (Sassen 1998:xx). siempre se caracterizó por un nivel avanzado Sin desarrollar el punto, Sassen (1998) de la división del trabajo (Cox 1992): la ciu- menciona un hecho significativo: las ciudades dad cumplía con roles múltiples, desde los portuarias están en declinación. Lo que en originarios roles como brindar servicio reli- realidad podemos observar es el declive de los gioso, seguridad a través de la defensa y orden puertos navales tradicionales, que es por lo a través de la burocracia. menos una parte determinante que viene co- Salvo los últimos sesenta años, el desarro- mo resultado del establecimiento de los puer- llo de las ciudades siguió un patrón de desa- tos aéreos. En este sentido, todas las ciudades rrollo parsimonioso o, como indica Olea, “el volvieron a ser portuarias. Con estos cambios, crecimiento y estructuración de la ciudad se aceptaron también todas las desventajas: la ocurrió en tiempo lento” (Olea 1993:46). Sin vulnerabilidad frente al ingreso de enferme- embargo, la ciudad siempre fue escenario y dades y las olas migratorias son sólo ejemplos testigo de cambios profundos. Entre los pun- de una lista amplia. tos clave del desarrollo de la ciudad, después En el mundo del Islam, en cambio, uno del auge de la ciudad-estado, están los cam- encuentra un concepto de la ciudad diferente bios que ocurrieron en la época de la revolu- del que prevalece en Occidente. Las diferen- ción dual (1780-1840) (Hobsbawm 1980). cias provienen de varios orígenes de los cuales En dicho período, la ciudad se establece co- aquí trataremos solo unos. En primer lugar, mo un factor unificador en el marco del na- debemos mencionar que la ausencia de la fa- cionalismo emergente. A través de la cristali- se nacionalista del desarrollo (véase más aba- zación del Estado-nación, las ciudades que jo) resulta en que las ciudades nunca pasaron anteriormente estaban “encajadas en la eco- por una época en la cual se presentarían como nómica regional” (Sassen 1998:xxvi) volvie- promotores de la unidad nacional. Así, la im- ron a establecerse en el nivel supra-regional, portancia de la ciudad es considerada de ma- 130 ICONOS
nera diferente. Por un lado, la ciudad es en- La base de la unificación social toma un tendida como comunidad local y funciona giro, de lo religioso a lo nacional, después de como puerta abierta hacia “la membresía uni- un doloroso proceso de absolutismo (Hobs- versal del Islam” (Cox 1992:160). En cambio, bawm 1980). En este período existía una por otro lado, la ciudad también es vista co- fuerte tendencia modernizadora, la cual bási- mo la “culminación del lujo” (Cox 1992:161) camente sólo intentaba servir a los intereses y sigue un paso que con seguridad resulta ser del monarca, lo que trajo consigo la erosión degenerativo. total de las bases reli- En segundo lugar, la suerte de la ciudad giosas de la comuni- para el Islam esta determinada por una duali- dad política. Aunque Hasta 1789 la dad entre dos sociedades “distintas”. Cox dinámica, la situa- no-separación entre poderes (1992), basándose en el obra de Ibn Khan- ción fue empeoran- celestes y terrestres no se dun, indica una oscilación entre las socieda- do. El resultado fue presenta como un problema. des urbana y tribal. Ciudades brillantes como una amplia búsqueda Estambul, El Cairo o Bagdad constituyen de nuevas bases, de- La brecha aparece con la uno de los fundamentos de la sociedad mu- rechos y obligaciones implementación del sulmana, mientras en el otro extremo se en- del ejercicio del go- nacionalismo moderno en cuentran las tribus no asentadas, transitando bierno. A finales del hasta hoy en lugares como el gran Sahara. Di- siglo XVIII surge la Europa. En el mundo del cha oscilación se presenta como un círculo nueva forma del Es- Islam, en cambio, la religión que empieza con el éxito de la ciudad para tado basado en un nunca ha perdido luego resultar en la producción de lujo y así contrato social su fuerza unificadora. en la degeneración, como he mencionado (Rousseau 1973), en más arriba. Finalmente, “la decadencia urba- la cual los nuevos na abre paso a las incursiones de grupos nó- ciudadanos estable- madas y a un re-inicio del ciclo” (Cox cen las bases de una 1992:162). soberanía popular. El proceso se concretó en la Revolución El Estado Francesa así como en el formación de los Estados Unidos. Se esta- Tal como nosotros lo conocemos, el Estado bleció una nueva forma, se estableció el Esta- empezó a formarse a partir del Tratado de do moderno, secular, donde la separación de Westphalia (1648), lo que marcó el final de la los poderes terrestres y celestes llegó a su últi- guerra de treinta años y a su vez el fin de las ma fase, expulsando los poderes celestes del guerras religiosas entre católicos y protestan- manejo de lo terrestre. Por supuesto, la ausen- tes. Dicho Tratado, a más de indicar la renun- cia de la comunidad religiosa requirió de la cia al Reino de Dios, establece la reconcilia- formación de otro tipo de comunidad: la ción entre las dos partes y obliga a los amos ideología de la nación basada en la ciudada- de un territorio dado (príncipes, duques, re- nía, que aparece desde el primer día de la Re- yes) a designar su religión oficial. Sin embar- volución Francesa. Esta ideología de lo nacio- go, el concepto básico de Estado siguió ba- nal reemplaza las ideas religiosas en el estable- sándose en el concepto anterior (rey=autori- cimiento de lo moral y, así, pone nuevas ba- dad divina), con una pequeña diferencia: la ses para el manejo político (Cassels 1996). aceptación de una multi-polaridad en el con- Si analizamos el desarrollo de los países cepto del camino hacia la salvación, permi- árabes a la luz de estos fenómenos políticos de tiendo así la posibilidad de la existencia de Occidente, encontramos diferencias sustan- otros países. ciales con el concepto primario de las forma- ICONOS 131
frontera ciones políticas permitidas bajo el Islam. Lo Por consiguiente, hasta la época de la Re- que ante todo podemos observar es la impo- volución Francesa la ausencia de la separación sibilidad de una verdadera implementación entre los poderes celestes y terrestres no se del Tratado de Westphalia. El obstáculo pro- presenta como un problema, pues hasta en- viene del hecho de que los conceptos políti- tonces el mundo del Occidente y el mundo cos del Islam provienen de una fuente religio- musulmán habían sido manejados de manera sa, el Corán. La base fundamental del con- semejante (feudalismo o absolutismo). La cepto político es la primera brecha fundamental aparece con la unidad de dios (taw- implementación de las ideologías modernas El tribalismo urbano hid), que es acompa- en Europa. Aquellas ideologías establecen el ñado por leyes inspi- camino hacia el nacionalismo. En el mundo moderno tiene más radas divinamente. del Islam, en cambio, la religión nunca ha oportunidades que peli- La unidad de dios y perdido su fuerza unificadora. Por tanto, no gros para el Islam: la leyes divinas ga- es sorprendente que el único país nacionalis- primero, el Islam maneja con rantizan -y dependen ta (en su sentido original) sea Turquía; aquel de- la unidad de la país era la última sede del califato y en su éxito la existencia de tribus y, comunidad musul- emergente nacionalismo realizó un cambio segundo, por su fase de mana (Haynes total del alfabeto, al igual que uno de los pri- crecimiento poblacional, el 1994). Dicha unidad meros genocidios de gran escala contra los ár- se manifiesta en el menos (ortodoxos cristianos). Islam se presenta como concepto del Umma Desde el siglo XVI en adelante, la coloni- proveedor neto de flujos (el establecimiento zación europea bloqueó la expansión del Is- migratorios, una del Umma por Ma- lam (en sentido geográfico). Primero en Asia “exportación” continua de homa marca el inicio (Gowing 1989) y después en África (Haynes del calendario del Is- 1994). Después de la Primera Guerra Mun- fuerza laboral. lam y no las revela- dial, el propio califato fue repartido en esta- ciones -Haynes dos separados (Owen 1992) y ocupados por 1994-). En su próxi- estados-nación europeos. En la época apare- ma fase de desarro- cen estudios hechos por musulmanes sobre el llo, en la época de Estado musulmán en el mundo moderno. Al-Gazzali (1058- Uno de los más prominentes menciona que 1111), los califatos se “un Estado-Islam aceptable no difiere pro- transforman a un fundamente de los de Ayatolá Khomeini” feudalismo maduro. Al-Gazzali estableció (Hayes 1994:66). Sin embargo, el proceso que “Dios y el Sultán eran absolutos” (Hana- modernizador europeo pudo establecer un fi 1997:114). Durante la época de su estable- nacionalismo tan fuerte que eventualmente cimiento, el mundo del Islam experimentó pudo emprender, en algunos casos, un proce- una expansión asombrosa. En diez años ocu- so de descolonización (Owen 1992:22). Este pó la península árabe y después del estableci- casi nacionalismo, sin embargo, no pudo im- miento del califato se ubicó entre China y el pedir el desarrollo de lo que Jackson (1990) océano Atlántico (Hanifi 1989). Dicha ex- llama “casi-estados”. Finalmente, a través del pansión se realizó básicamente a través de la proceso de “indigenización” (Huntington expansión militar (Haynes 1994); sin embar- 1997) éstas bases de unificación nacional de- go, en muchas partes se emplearon métodos saparecen y dan lugar a un nuevo renacimien- pacíficos como comercio o matrimonios, co- to islámico. mo por ejemplo en el sur-este asiático (Soe- Regresando ahora a Occidente, encontra- bardi y Woodcraft-Lee 1989). mos una bibliografía creciente sobre el tema de los cambios en el rol del Estado. Aún ha- 132 ICONOS
blamos sobre los problemas del Estado como El permiso de la existencia de unidades factor unificador aunque ya hay literatura so- igualmente capaces de encontrarse con el ca- bre el fin del Estado-nación (Ohmae 2000). mino hacia la salvación resultó en dos hechos Por una parte, tenemos una dinámica dimi- fundamentales. Primero, permitió y permite nutiva, desde el nivel de la nación hacia nive- cierta tolerancia religiosa: el asentimiento so- les inferiores, que conlleva un tribalismo re- bre múltiples caminos de salvación abrió ca- naciente (Barber 1995); por otro lado, tene- mino para la aceptación de países seculariza- mos una contraposición en el intento de esta- dos de diferentes orígenes religiosos. Segun- blecer formaciones políticas supra-nacionales. do, la presente inviolabilidad de las fronteras, El ejemplo perfecto podría ser la Unión Eu- una vez establecidas, también tiene su raíz en ropea. Esta formación enfrenta los desafíos el mencionado Tratado. Este resultado es alta- del mercado optando por una ampliación de mente relevante por el hecho que en el pre- las posibilidades vía la reunión de los recur- sente el Umma se encuentra fraccionado en- sos. La propuesta intenta balancearse entre tre fronteras nacionales (Owen 1992) sin la dos fundamentos (localismo-globalismo), posibilidad de la reunificación vía la tradicio- buscando un papel unificador y enfocando su nal forma militar -lo que además sería permi- atención por sobre los Estados-naciones y al tido bajo el Islam-. Así, pues, es perfectamen- nivel de la región europea. El proceso parece te posible imaginarse que un día fuerzas uni- corresponder a una lógica que permite imagi- das de varios partes seculares (es decir solda- nar niveles más y más amplios que aquellos dos cristianos, protestantes, hindúes, budis- que permiten la satisfacción de la necesidad tas, etc.) bajo mando de la ONU defenderían social. Este proceso proviene del nivel de la a Arabia Saudita de tropas árabes decididas a ciudad-estado, seguido por el Estado-nación (re)ocupar las ciudades santas del Islam. Si- y con vistas hacia el estado-“regional” (por milar a lo ocurrido en la Guerra del Golfo. ponerlo de alguna manera). Sin embargo, el hecho que parece deter- minante para el sistema internacional es el proceso de profundos cambios que ocurren El sistema internacional en el presente. George Bush celebró en el 11 de septiembre de 1990 la llegada de un “Nue- La formación de nuestro sistema internacio- vo Orden Mundial”, sobre lo cual dijo lo si- nal lleva consigo, nuevamente, al Tratado de guiente: “fuera de los tiempos de problemas, Westphalia. El nuevo sistema formado en es- nuestro quinto objetivo –un nuevo orden ta fecha derrumbó al sistema suzeriano (Bull mundial– puede surgir; una nueva era, más 1977). Dicho sistema generalmente corres- libre de la amenaza del terror...” (Calvert ponde a una visión del mundo donde existe 1994). Once años después, su hijo George W. un solo soberano, quien desempeña los roles Bush tiene que enfrentarse con los primeros de máximo poder sobre lo terrestre al igual “frutos” del nuevo orden: guerra contra el te- que sobre lo celeste. El papado hasta 1648, el rrorismo en un orden que por suposición “es califato o el emperador chino serían ejemplos más libre de la amenaza del terror”. perfectos. Este tipo de sistema internacional En su artículo escrito sobre Ibn Khandun, establece una fuerte unipolaridad desde el Robert Cox prevé tres posibles escenarios fu- centro hacía afuera, a las colonias o vasallos. turos del orden mundial. Los tres escenarios En cambio, el sistema establecido en Westp- son pos-hegemónico, pos-westphalia y pos- halia indica cierta equivalencia entre unida- globalización2. El primero aparecería en el ca- des supuestamente iguales. so de ser realizado un Tratado de Westphalia a nivel mundial, donde las distintas civiliza- 2 La siguiente parte esta basada predominadamente en ciones aceptarían la existencia igualitaria de Cox 1992. otras civilizaciones. En el sistema pos-hege- ICONOS 133
frontera mónico podemos esperar nuevas interpreta- nal. Dicho proceso puede resultar en una pér- ciones de la inviolabilidad de las fronteras y dida de competitividad (en el corto plazo), un tiempo transitorio mientras la tolerancia pero sin embargo, es un proceso que ya resul- westphaliana (estatal) daría lugar a una nueva tó en la realización de proyectos nacionales tolerancia cultural. unificadores como educación fiscal o seguro El segundo escenario, en caso que se vuel- social. va realidad, indicaría un cambio profundo en Con todo, hay varias visiones del futuro el estricto manejo de la territorialidad, lo cual orden mundial. Uno de ellos es el de Buzan, en primer lugar daría “un alcance mayor de quien, desde las premisas del análisis de la se- acción para los organismos sociales y econó- guridad, llega hasta la visión de un posible or- micos de la sociedad civil, aquellos con activi- den mundial formado tan sólo de dos partes dades que cruzan fronteras territoriales” (Cox opuestas, un seguro centro y una caótica pe- 1992:154). El sistema pos-westfaliano permi- riferia (Buzan 1995). Si esto fuese el resulta- tiría cierta disolución de las fronteras ya esta- do de los cambios en el sistema, tendríamos blecidas, basándose en la internacionalización que enfrentarnos con un sistema altamente del Estado. El cambio de las fronteras puede inestable, como resultado de la ausencia del indicar dos tendencias contrarias: movimien- factor balanceador, la semi-periferia (Wallers- tos de secesión o de unificación. Por una par- tein 2000). te, permitiría el establecimiento de unidades sub nacionales (vascos, bretones, timorienses Conclusión del este, etc.) como unidades iguales, mien- tras que por otra, en el otro fundamento, per- La inestabilidad que se encuentra en cada mitiría también el establecimiento supra-na- uno de las categorías de la investigación es el cional. Esta segunda posibilidad tiene mucho hecho más importante que aparece en el interés para nosotros si nos ponemos a pensar transcurso del argumento arriba presentado. en qué podría suceder si los países de habla La ciudad amenazada: en nuestro primer árabe se unirían, estableciendo así un bloque nivel de análisis nos encontramos con una basado en lo lingüístico-cultural, lo cual por ciudad amenazada por razones internas y ex- su parte podría corresponder con el califato ternas (por ejemplo, por las oleadas de inmi- desmantelado en 1924 por Ataturk. Si ese grantes). El resultado de los cambios internos fuera el caso, los países musulmanas podrían es la disolución de la ciudad como factor uni- reunirse en un país que no ha sido visto hace ficador dentro de la empresa nacional; junto casi cien años. Sin embargo, no está asegura- a este proceso, sin embargo, se manifiestan do ni la secularización ni la aceptación de otros peligros. El hecho de que todas las ciu- otras culturas. Además, es temible que si se dades son puertos (hacia el mundo) contradi- concretara la posibilidad tendríamos que en- ce al desarrollo anterior que fue demarcado frentar un imperio que correspondería más por la “desportualización” de las capitales por bien a un sistema pre y no pos-westphaliano. razones de seguridad (el caso de la capital bra- El último escenario prevé una situación silera, por ejemplo). Además, la desconexión donde la sociedad es capaz de responder a los económica entre la ciudad y su región crea desafíos presentados por la globalización. Co- una situación inédita en la cual Nueva York mo ya pasó una vez en la historia cuando las esta más conectada con Londres que con sociedades crearon un factor unificador a tra- Nueva Jersey, lo que presenta aún más peli- vés de la implementación de la idea de nación gros en el funcionamiento normal de la ciu- que, además, fue capaz de contrabalancear las dad. Entre los desafíos externos podemos ob- fuerzas del mercado, es decir, condicionar al servar un creciente tribalismo que acompaña mercado y establecer un mano visible para al enriquecimiento urbano. corregir los errores del mercado incondicio- 134 ICONOS
En cambio, comparado con el mundo oc- mente toma la forma de la cooperación eco- cidental, estos últimos acontecimientos men- nómica, e intenta avanzar en lo político utili- cionados llegan a una suma mucho más posi- zando el éxito de dicho proceso económico. tiva para el mundo del Islam. En primer lu- Este tipo de unificación pacífica data desde gar, la ciudad árabe nunca cumplió un rol de los cincuenta en el intento de crear un merca- promotor nacional. La dualidad (sociedad ur- do común, propuesta hecha ya en 1957. Al bana-sociedad tribal) en el mundo árabe pue- año siguiente éramos testigos de la unión de desacelerar y hasta cierto punto contrarres- Egipto-Siria (Owen tar el proceso de la desconexión entre la ciu- 1992). Lo más asom- dad y su región. El tribalismo urbano moder- broso en dicho pro- Los hechos demuestran que no mantiene más oportunidades que peligros ceso es que fue im- el nuevo orden que está por para el Islam. En primer lugar, el Islam mane- plementado paralela- ja con éxito la existencia de tribus. En segun- mente al desarrollo venir puede ser mucho más do lugar, por su fase de crecimiento poblacio- en otras partes del permisible para el Islam y nal (Hungtinton 1997), el Islam se presenta mundo como en para sus instituciones que como proveedor neto de flujos migratorios, lo América Latina o para el mundo occidental. que resulta en una “exportación” continua de Europa. fuerza laboral. Finalmente, el tribalismo es En el futuro siste- Los atentados de 11 del acompañado por el proceso descrito por Israe- ma: en nuestra últi- septiembre podrían ser una li: “cuando una minoría musulmana se en- ma categoría de aná- primera demostración de un cuentra viviendo en un Estado no musulmán lisis de nuevo encon- se mantiene en muchas formas fuera de la po- tramos una imagen creciente poder en la tierra lítica (estatal) y fomenta ideas de separación muy similar a los de la luna creciente. que pueden ser llevadas a cabo cuando la presentados en las oportunidad se presenta” (Israeli, 1989:228). categorías anteriores: El Estado disociado: nuestro segundo nivel en una parte tene- de análisis también nos muestra una posible mos un sistema que situación provechosa para el Islam: el Estado- parece sobrepasado nación es contradictorio al Islam como hemos en nuestros días y demostrado arriba. Ni la ideología nacional ni que da lugar a nue- la existencia de procesos de secularización po- vos desarrollos; también podemos observar lítica pueden ser entendidas en el marco mu- que mientras el sistema (recientemente pasa- sulmán. Así, la porosidad de los límites terri- do) era totalmente incompatible con los con- toriales para nada es nueva (Owen 1992). Por ceptos del mundo musulmán. Sin embargo, tanto, podríamos decir que la posibilidad de los tres escenarios de posibles nuevos ordenes aquella permeabilidad de las fronteras tiene mundiales enumerados por Cox parecen per- provecho directo. Por ejemplo, ya no hay que mitir una nueva implementación de normas intentar realizar un proceso de unificación na- favorables para el Islam. Solamente en el or- cional según los cánones occidentales, sino den pos-hegemónico se presentan posibles que es permitido el desarrollo de nuevos mar- problemas en la realización de proyectos mu- cos conceptuales supra o subnacionales. Así, sulmanes. la revitalización del concepto de Umma pue- de presentarse de nuevo como una propuesta válida del manejo supranacional. Palabras de cierre Entre las nuevas circunstancias hay una posibilidad del empleo de la diplomacia co- A lo largo del presente artículo se intentó de- mo herramienta de la unificación pacífica. En mostrar básicamente que los cambios en tres su inicio esta forma de unificación general- de los puntos determinantes de nuestras vidas ICONOS 135
frontera (ciudad, Estado, sistema internacional) pre- New Realism: Perspectives on Multilatera- sentan un desafío profundo para Occidente. lism and World Order, Macmillan Press Como hemos visto, los hechos demuestran Ltd., London. que el nuevo orden que está por venir puede Hanifi, M.J., 1989, “Islam in Contemporary ser mucho más permisible para el Islam y pa- Afghanistan”, en Israeli, R. (ed.), The ra sus instituciones que para el mundo occi- Crescent in the East, Curzon Press Ltd., dental. Esto da una nueva visión sobre los London. atentados de 11 del septiembre del año ante- Haynes J., 1994, Religion in Third World Po- rior: a la luz de los argumentos presentados litics, Lynne Rienner Publishers, Boulder. anteriormente podrían parecer como una pri- Hobsbawn, E.J., 1980, Las Revoluciones Bur- mera demostración de un creciente poder en guesas, Labor, Barcelona. la tierra de la luna creciente. Huntington, S.P., 1997, El Choque de Civili- zaciones y la reconfiguración del orden mun- dial, Paidós, Buenos Aires. Bibliografía Israeli, R., 1989, “Muslim Plight under Chi- nese Rule”, en Israeli, R. (ed.), The Cres- Albrow, M., 2000, “Travelling Beyond Local cent in the East, Curzon Press Ltd., Lon- Cultures”, en Lechner F.J. y Boli, J. edito- don. res, The Globalization Reader, Blackwell Jackson, R.H., 1990, Quasi-States: sove- Publishers Ltd., Oxford. reignty, International Relations, and the Barber, B.R., 1995, Jihad vs. McWorld, Ba- Third World, Cambridge University Press, llantine Books, New York. Cambridge. Bull, H., 1977, The Anarchical Society, Co- Ohmae, K., 2000, “The End of Nation Sta- lumbia University Press, New York. te”, en Lechner F.J. y Boli J. (eds.), The Buzan, B., 1995, “The ‘New World Order’ Globalization Reader, Blackwell Publishers and Beyond”, en Lipschutz R.D. (ed.), Ltd., Oxford. On Security, Columbia University Press, Olea, O., 1993, “Catástrofes y monstrociu- New York. dades urbanas”, en Marina Heck, (ed.), Calvert P., 1994, The International Politics of Grandes Metrópolis de América Latina, Latin America, Manchester University Fondo de Cultura Económica, México. Press, Manchester. Owen, R., 1992, State Power and Politics in Cassels, A., 1996, Ideology and Internatonal the Making of the Modern Middle East, Relations in the Modern World, Routledge, Routledge, London. London. Rousseau, J.J., 1973, El contrato social, Edi- Cox, R.W., 1992, “Towards a posthegemonic ciones Orbis S.A., Barcelona. conceptualization of world order: reflexio- Sassen, S., 1998, Globalization and Its Dis- nes on the relevancy of Ibn Khaldun”, en content, The New York Press, New York. Cox, R.W y Sinclair T.J., Approaches to Soebardi, S. y Woodcroft-Lee, C.P., 1989, world order, Cambridge University Press, “Islam in Indonesia”, en Israeli R. (ed.), Cambridge. The Crescent in the East, Curzon Press Gowing, P.G., 1989, “The Muslim Philipino Ltd., London. Minority”, en Israeli, R. (ed.), The Cres- Wallerstein, I., 2000, “The Rise and Future cent in the East, Curzon Press Ltd., Lon- Demise of the World Capitalist System”, don. en Lechner F.J. y Boli J. (eds.), The Globa- Hanafi, H., 1997, “Multilateralism: An Isla- lization Reader, Blackwell Publishers Ltd., mic Approach”, en Cox, R.W. (ed.), The Oxford. 136 ICONOS
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