CURSO DE VERANO URJC "EFICIENCIA ENERGÉTICA Y TRASPORTE SOSTENIBLE: ALMACENAMIENTO DE ENERGÍA Y VEHÍCULO ELÉCTRICO"
←
→
Transcripción del contenido de la página
Si su navegador no muestra la página correctamente, lea el contenido de la página a continuación
CURSO DE VERANO URJC “EFICIENCIA ENERGÉTICA Y TRASPORTE SOSTENIBLE: ALMACENAMIENTO DE ENERGÍA Y VEHÍCULO ELÉCTRICO” Vicálvaro, 7-11 de Julio de 2014 La pasada semana del 7 al 11 de julio tuvo lugar el curso “Eficiencia energética y transporte sostenible: almacenamiento de energía y vehículo eléctrico“ co-dirigido por D. Vicente López- Ibor Mayor, Presidente de Estudio Jurídico Internacional y Ex consejero de la Comisión Nacional de Energía y D. Guillermo Calleja Pardo, Catedrático de Ingeniería Química de la Universidad Rey Juan Carlos. El curso que se desarrolló en la sede del campus de Vicálvaro de la Universidad Rey Juan Carlos, fue co-financiado por la Cátedra “Regulación y Eficiencia Energética” Dalkia-URJC y organizado por la Fundación Universidad Rey Juan Carlos. Los diversos seminarios abordaron los aspectos más destacados relacionados con la eficiencia energética y el transporte sostenible basado en el vehículo eléctrico, centrándose en los retos tecnológicos, económicos y regulatorios. Se desarrollaron sesiones sobre producción y demanda de energía eléctrica, la obtención de electricidad de fuentes renovables de energía para un transporte sostenible, los retos y perspectivas del almacenamiento de energía eléctrica (baterías y super-condensadores), el futuro coche eléctrico y la situación de la regulación energética en el sector eléctrico. Para ello, se contó con ponentes relevantes del mundo científico, del sector productivo y de la administración, tales como Samuele Furfari, Consejero del Director General de la Dirección General de Energía, Comisión Europea, Andrés Seco, Director General de Operación de Red Eléctrica de España (REE), Rafael Gómez-Elvira González, Director Adjunto a Presidencia de OMI-Polo Español S.A. (OMIE), Eduardo Romero Palazón, Director de Tecnología, Refino, Marketing y GLP. Centro de Tecnología de Repsol (CTR), Antonio González García-Conde, Presidente de la Asociación Española del Hidrógeno, AeH2. Director del Departamento de Aerodinámica y Propulsión, INTA, Tomás Vera Romeo, Director General de Urbathel Consulting, Jesús Palma del Val, Instituto Madrileño de Estudios Avanzados, IMDEA-Energía, Joaquín Chacón, Director de Desarrollo de Negocio de Baterías en Jofemar S.A. , Cristobal Sánchez Garrido, Director de Operaciones en DALKIA, José María López Martínez, Subdirector del Instituto Universitario de Investigación del Automóvil (INSIA), Thomas Brachmann, Senior Engineer-Automobile Engineering & Rersearch HONDA I+D Europa, Offenbach (Alemania), David Fernández Llorca, Profesor Titular del Departamento de Automática en la Universidad de Alcalá de Henares, Santiago González-Varas, Catedrático de Derecho Administrativo en la Universidad de Alicante, Alexandre Díez Baumann, Socio en Estudio Jurídico Internacional y Carlos López Jimeno, Director General de Industria, Energía y Minas de la Consejería de 1
Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid, que han aportado su experiencia y su visión en estos temas de tanta relevancia para un sistema energético sostenible. Entre las diversas conclusiones alcanzadas en el Seminario, se subraya que: El continuo crecimiento de la demanda mundial de energía, particularmente marcado en países en pleno desarrollo y con un elevado crecimiento demográfico, ponen en cuestión el actual sistema energético, que no es sostenible. El transporte es hoy en día una de las llaves de la economía. El consumo de energía en el transporte (del cual un 80% corresponde al transporte por carretera), requiere medidas tecnológicas, económicas y reguladoras. La energía para el transporte debe ser de alta concentración, limpia, segura y asequible, pero la disponible actualmente – basada en el petróleo en un 96% - no cumple todos estos requisitos. La mejora de la situación energética en el mundo exige cambios estratégicos a nivel global, pero que se han de materializar de forma diferenciada para cada región geográfica. La aparición y explotación de nuevas reservas de combustibles fósiles y nuevas técnicas de explotación en países como Estados Unidos (fracking) o Mozambique (inmensas reservas de gas natural), complican la situación geopolítica. La UE, muy dependiente del suministro de energía, sufre más de esta situación. La I + D es clave en la búsqueda de soluciones al problema energético. El sector del automóvil, uno de los más sensibles, es el primero en dedicación de esfuerzos a la I + D en la UE y el tercero en el mundo, lo que demuestra la importancia de este reto. Otra de las claves para mejorar la situación energética es el aumento de la eficiencia energética, tanto por la vía de mejores tecnologías, procesos y productos que supongan ahorro energético, como por la implantación del consumo responsable y el cambio de hábitos de los usuarios. El transporte sostenible requiere no solo motores más eficientes, sino también conductores más eficientes y ciudadanos más eficientes. El transporte sostenible apunta, cada vez más, a la electrificación de los medios de transporte. Países como EEUU y Noruega son buenos ejemplos de esta tendencia, gracias a sus mayores esfuerzos en política energética y política educativa, mantenidas a largo plazo. El vehículo eléctrico, en sus diversas variantes, va ganando gradualmente cuota de mercado. En España todavía queda un largo camino por recorrer. A pesar de los más de 700 postes de recarga eléctrica existentes actualmente en nuestro pais, la todavía 2
escasa demanda de vehículos eléctricos y recargables (800 en 2013) hace que muchos de ellos estén dados de baja. El mercado interior de la energía en la UE todavía no es una realidad, a pesar de llevarse casi 20 años intentando crearlo. La energía nuclear, con implantación tan diferente en los países de la UE (apuesta francesa, rechazo español, vaivén alemán…) es un ejemplo de la falta de armonía que impide consolidar un mercado interior de la energía estable y eficiente. Sólo el 8% de la capacidad eléctrica de cada país está actualmente interconectada, habiéndose propuesto por la UE alcanzar el 15% en 2030. Si no se consigue conectar España a la red eléctrica europea con unos 17.000 MW de interconexión, la UE no conseguirá cumplir sus objetivos en los compromisos energéticos. Este es uno de los objetivos estratégicos que contribuirá de forma importante a la electrificación del transporte. El 90% de la energía para el transporte a escala mundial proviene del petróleo. Esta dependencia seguirá creciendo, así como su uso preferente en la industria y en la producción eléctrica. Por ello se requieren soluciones al problema. Pero no faltan, entre tanto, reservas de petróleo, a pesar de ser un recurso energético finito (con las actuales reservas queda petróleo para al menos 50 años). Es más bien la dificultad de acceso al petróleo, por problemas geopolíticos, y las consecuencias ambientales de su uso como combustible, lo que constituye un problema serio. Entre las soluciones a la dependencia del petróleo están las siguientes: o Reducir el consumo de petróleo en el transporte (mediante tecnologías nuevas, comportamientos y hábitos nuevos…) o Incorporar otros combustibles como biodiesel y bioetanol, al menos parcialmente (en España ya tienen todos los gasóleos un 5% de bioetanol en forma de ETBE), y también incorporar gas natural y gas licuado de petróleo (propano y butano), menos contaminantes que éste. La penetración del vehículo eléctrico en el transporte, y particularmente en España, es todavía muy escasa (0,17% del total en 2013). Todas las previsiones han sido excesivamente optimistas. Pero todo apunta a que se producirá un despegue fuerte y definitivo en los próximos años, con la implantación masiva de coches híbridos y eléctricos puros. Serán necesarios vehículos con hidrógeno y pila de combustible además de los vehículos eléctricos e híbridos. Ninguna tecnología es descartable. Hoy por hoy no hay una solución única para el transporte sostenible. 3
El hidrógeno en su uso final es intrínsecamente limpio, y si se tiene en cuenta la cadena desde su producción hasta su uso final, el hidrógeno ofrece ventajas en la reducción de gases de efecto invernadero. Ese es su gran valor frente a los combustibles fósiles. El hidrógeno al revés que la electricidad, es almacenable, por lo que los excedentes de producción eléctrica de origen renovable se pueden almacenar en forma de hidrógeno (por electrolisis del agua) y con ello se puede equilibrar la curva de carga de la red eléctrica. Por ello, hidrógeno y electricidad (obtenidos a partir de energías renovables) se combinan y complementan para proporcionar una energía sostenible. Los diversos modelos de transporte público y movilidad sostenible en las ciudades densamente pobladas deben adaptarse a cada situación, acordes con la estructura urbanística, características propias y situación económica. La planificación urbanística es en cualquier caso necesaria para la previsión de crecimiento de las ciudades y la dotación de servicios, incluido el transporte. La autoproducción y el autoconsumo de energía, todavía no autorizados en España (almacenamiento de electricidad para frio y calor), permitirían hacer un uso más racional y diverso de la energía, contribuyendo a mejorar la eficiencia de la red eléctrica si se hace un diseño adecuado de conexiones. La eficiencia energética en edificios es otro de los grandes retos actuales. Las necesidades de alumbrado y calefacción/climatización, debidamente ajustadas y optimizadas, permitirán alcanzar notables ahorros energéticos y en consecuencia, importantes reducciones de emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero. Las baterías de nueva generación de mayor capacidad (carga acumulada) y mayor potencia eléctrica, así como los supercondesadores (condensadores electroquímicos) tienen aplicación importante en los futuros vehículos eléctricos. Es un reto notable de I + D conseguir que estos dispositivos de almacenamiento electroquímico de energía den el impulso definitivo al vehículo eléctrico, superando las limitaciones de las baterías actualmente conocidas (plomo-ácido, ión litio…) Las baterías metal-aire y las baterías de flujo, pueden llegar a proporcionar prestaciones muy superiores a las actuales. Las primeras, por aportar valores de energía específica (Wh/Kg) hasta 300 veces superiores a las de ión litio, y las segundas por permitir desacoplar potencia específica y capacidad. El destino de las grandes inversiones en energía irá dirigido a cuatro áreas principales: 4
o Aumento de la eficiencia energética o Respuesta ágil a la demanda de energía o Generación distribuida y consumo o Almacenamiento energético Las alianzas estratégicas entre fabricantes de vehículos (Toyota, Honda, Hyundai, G.M, Daimler…) y entre empresas energéticas productoras de petróleo, gas natural y electricidad, permitirán avanzar en el desarrollo de tecnologías basadas en la electrificación de los vehículos que facilitarán un progreso más rápido hacia un transporte sostenible. Los vehículos eléctricos alimentados por baterías y por pilas de hidrógeno, y los puestos y estaciones de recarga de electricidad y de hidrógeno, serán cada vez más visibles y más asequibles. Para ello, deberán evolucionar más las tecnologías actualmente conocidas (baterías, pilas de combustible, sistemas de almacenamiento de hidrógeno, etc.). El coche eléctrico puede ser, además de una apuesta tecnológica en favor del medio ambiente, una vía eficiente de reducir la importante dependencia actual del suministro de petróleo y gas, tan sujeta a fuentes incertidumbres de origen geopolítico. Los nuevos sistemas de transporte eléctrico exigirán un mayor desarrollo de sistemas de seguridad y prevención de accidentes, incluidos los peatones, mediante dispositivos avanzados basados en la visión artificial y mecanismos de actuación de emergencia en situaciones límite. Sin embargo, queda mucho camino por recorrer hasta tener esta tecnología bien desarrollada e implantada. La nueva ley del sector eléctrico derivada de la normativa europea, ha liberalizado el mercado eléctrico, pasando de comportamientos territoriales monopolistas a una competencia abierta, donde se pretende establecer una interconexión con presencia de otros operadores sin limitaciones geográficas. El sector público ya no gestiona, sino que regula. La regulación específica del vehículo eléctrico, así como de las infraestructuras necesarias, es un reto actual en vías de desarrollo. Sin ella, la implantación del vehículo eléctrico será mucho más lenta y caótica. Los incentivos al coche eléctrico (subvenciones, desgravaciones fiscales, prioridades para aparcamiento gratuito y circulación etc.) contribuirán a su implantación. 5
El nuevo libro blanco “Transporte 2050” de la UR recoge una buena parte de las líneas de actuación en el camino hacia el transporte sostenible y las bases de la nueva normativa que haya que aplicar. La Comunidad de Madrid constituye una referencia en la preocupación por disponer de tecnologías limpias para un transporte eficiente y sostenible, basado en el concepto de electrificación. A pesar de los esfuerzos, sigue quedando mucho camino por recorrer. En los próximos 10 años ya se verá un cambio importante en el modelo energético de nuestra sociedad y nuestra economía, más orientada a la producción, distribución y utilización de energía limpia sin emisiones, mejor aprovechada (con mayor eficiencia energética), y por tanto, más sostenible. Las nuevas generaciones de jóvenes universitarios serán las que en un futuro sepan desarrollar y extender patrones de comportamiento para un mundo más sostenible. Confiamos en ellas. 6
También puede leer