EL HABITANTE DE LA CALLE EN - COLOMBIA: Presentación desde una
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U R Í D I C A J C T U A L I D A D A EL HABITANTE DE LA CALLE EN COLOMBIA: Presentación desde una perspectiva social-preventiva1 The homeless in Colombia: Presentation from a social-preventive outlook Carolina Gómez Urueta2 1 2 Resumen La distinción conceptual entre indigente y habitante de la calle permite que exista un tratamiento jurídico diferenciado. En principio, la indigencia es un asunto de las políticas económicas, mientras que la habita- bilidad en la calle es un asunto social. La incipiente política pública colombiana para el habitante de la calle, enmarca la preocupación del Estado Social de Dere- cho por mitigar este fenómeno de miseria, pero esta, ____________ resulta ser insuficiente a la hora de eliminar la difusa 1 Este artículo surge de la investigación Habitantes de la calle: derechos sociales vs. barrera que separa dichas categorías conceptuales libertad civil, elaborada por L. F. Aroca, He- en la realidad. La Ley 1641 de 2013 intenta combatir razo, R. Hoyos, M. Granados, M.. Otero & C. la situación de la habitabilidad en la calle a través del Gómez, C., para la asignatura de Metodolo- gía de la Investigación de la Universidad del restablecimiento de los derechos del individuo, esto es, Norte, Barranquilla, Colombia (2013). Esta reparando el daño que ya se ha consumado, y deja investigación no ha sido publicada. por fuera del espectro de atención al sector que vive en la indigencia, y con ello, todo intento por prevenir 2 Estudiante de séptimo semestre de De- recho de la Universidad del Norte (Barran- que el indigente adquiera la calidad de habitante de la quilla, Colombia). ucarolina@uninorte.edu. calle desde las políticas sociales concretas. co 28
La mencionada zona difusa está integrada por 1. Introducción aquellas personas que viven en la indigencia y se encuentran en alto riesgo de habitabilidad Las complejas situaciones de miseria que se vi- en la calle. Lo que aquí se propone, es precisa- ven en Colombia no son aisladas ni desprovistas de mente una política de tinte social como fór- un trasfondo histórico y social. En este artículo se mula preventiva para cobijar a este sector que hace un esfuerzo por darle una mirada crítica a la vive en situación de vulnerabilidad, para así situación de indigencia estudiando algunas de las evitar que lleguen a un estado de degradación causas que originan dicha situación, el marco nor- tal, que acojan la calle como su hogar. mativo que resulta aplicable a dichos casos y las cir- cunstancias que han permitido que este fenómeno Palabras clave: habitante de la calle, indigen- te, Estado Social de Derecho, alto riesgo de se prolongue en el tiempo. Lo anterior, mediante habitabilidad en la calle, prevención, restable- un análisis de estudios científicos, apoyados en los cimiento de los derechos. conceptos de ilustres autores colombianos. Abstract 2. Nociones The conceptual distinction between the indigent and the homeless allows a different 2.1 Indigente y habitante de la calle legal treatment. Firstly, indigence is a matter of economic policy, while homelessness is a En el plano jurisdiccional, la noción de habitan- social issue. In Colombia, the incipient public te de la calle (equiparable en un inicio a la de in- policy for the homeless, frames the concern digente) fue contemplada por primera vez por la of the Social State to mitigate this misery Corte Constitucional colombiana en una sentencia phenomenon. Initiative which results insuffi- de tutela de 1992, en la que se establecen las con- cient when it comes to remove the gray area diciones o presupuestos para que un “indigente”, that separates these concepts in its material de manera excepcional, sea asistido por parte del application. The Law 1641 tries to fight the Estado de forma inmediata en alguna necesidad,3 situation of livability in the streets through the restoration of the person rights, that is, en razón de su situación de debilidad manifiesta4. repairing the damage that has already been accomplished leaving out of the spectrum of Sin embargo, solo hasta 2013, el legislador colom- care the group of people who live in indigen- biano mediante la Ley 1641, define al habitante de ce and with this, every attempt from social la calle: “Artículo 2. (...) Habitante de la calle: Per- policy to prevent this group from acquiring sona sin distinción de sexo, raza o edad, que hace the quality of homeless. It said gray area is de la calle su lugar de habitación, ya sea de forma represented by those living in indigence and also in a high risk of livability in the streets. It is a social tinting policy here proposed as a preventive formula to cover those excluded 3 Requisitos: (i) incapacidad absoluta de la persona de va- from society and to prevent them from rea- lerse por sus propios medios; (ii) existencia de una necesidad ching such a state of indignity as to adopt the vital cuya no satisfacción lesiona la dignidad humana en sumo street as their home. grado; (iii) ausencia material de apoyo familiar” (Corte Consti- tucional de Colombia, Sentencia T-533 de 1992). Keywords: homeless, indigent, Social State, 4 Nota: “Una persona demuestra la circunstancia de de- high risk of livability in the streets, preven- bilidad manifiesta en que se encuentra, debido a su condición tion, rights recovery. económica, física o mental, sin que ella misma o su familia pue- dan responder, excepcionalmente se genera para el Estado una obligación de proteger especialmente a la persona colocada en dicha situación” (Corte Constitucional de Colombia, Sentencia T-533 de 1992). 29
U R Í D I C A J C T U A L I D A D permanente o transitoria y, que ha roto vínculos territoriales, democrática, participativa y plu- con su entorno familiar”5 (subraya del texto). ralista, fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las Posteriormente la Corte Constitucional hace la di- personas que la integran y en la prevalencia ferenciación conceptual entre el habitante de la del interés general. calle y el indigente aduciendo que todo habitante de la calle es indigente, pero no todo indigente es A habitante de la calle. Se hace necesario entonces detenerse en la expre- sión Estado Social de Derecho, pues estas son las Tanto la noción de indigente como la de habitan- letras que definen nuestro modelo de Estado. La te de la calle tienen en cuenta un componente so- connotación social implica que cioeconómico que pone énfasis en la situación de pobreza y un componente geográfico que, en el La acción del Estado debe dirigirse a garanti- caso de las personas o grupos en situación de calle, zarles a los coasociados condiciones de vida advierte sobre su presencia en el espacio público dignas. Es decir, con este concepto se resalta urbano, donde transcurren sus vidas, denotando la que la voluntad del Constituyente en torno al falta de vivienda, variable que distingue a quienes Estado no se reduce a exigir de éste que no viven en la calle de otros grupos indigentes (Corte interfiera o recorte las libertades de las per- Constitucional de Colombia, Sentencia C-385 de sonas, sino que también exige que el mismo 2014). se ponga en movimiento para contrarrestar las desigualdades sociales existentes y para Evidentemente, la condición de habitante de la ca- ofrecerle a todos las oportunidades necesarias lle no se agota allí. Como se muestra en los estu- para desarrollar sus aptitudes y para superar dios (ver Thompson, 1993, pp. 365-374) −y mejor los apremios materiales. (Corte Constitucional aún en la realidad− habitar en la calle implica situa- de Colombia, Sentencia SU-747 de 1998) ciones más complejas que se encuentran por fuera del tenor de estos textos como: el hambre, estar expuesto a la intemperie, a una variedad de enfer- 2.3. Causas de habitabilidad en la calle medades y quebrantos de salud, estar expuesto a la humillación, al desempleo, a la explotación, al Este texto, es resultado del proyecto de investiga- hostigamiento (físico y mental), a la depresión, a la ción titulado Habitantes de la calle: Derechos So- desesperación y probablemente a optar por la vía ciales vs. Libertad Civil (Aroca et al., 2013), en el criminal como medio de subsistencia. cual se realizó un análisis de la situación del habi- tante de la calle desde una perspectiva de derechos humanos. La tesis central consistió en la presenta- 2.2 Estado Social de Derecho ción de una colisión de los derechos sociales con la libertad civil en el evento en que el habitante de la De acuerdo con el artículo 1° de nuestra Constitu- calle, en ejercicio de su autonomía y con ánimos de ción Política6: permanecer en la calle por distintos factores, como continuar en la drogadicción, no adquirir cargas Colombia es un Estado Social de Derecho, or- o deberes, rehabilitarse y trabajar, etc., se niega ganizado en forma de República unitaria, des- a recibir la asistencia social del Estado. En sentido centralizada, con autonomía de sus entidades metafórico, este individuo “renuncia a lo irrenun- ciable”, es decir, a derechos como la educación, 5 Véase Ley 1641 de 2013, art. 2º; texto subrayado fue de- clarado inexequible en Sentencia C-385 de 2014. la salud, la seguridad social, entre otros, porque su voluntad es constatar su libertad y continuar 6 Véase Constitución Política de Colombia (1991). 30
con su vida en las condiciones que tiene hasta el IV. Definido el habitante de la calle y des- momento. Para explicar dicha colisión, el estudio crito nuestro modelo de Estado, en este se enfocó en el habitante de la calle que opta por artículo se hará un análisis de las causas permanecer en el camino de la indigencia en ejer- mencionadas anteriormente, el tratamien- cicio de su voluntad sin distinguir las causas que to jurídico al habitante de la calle y, por lo llevaron hasta allí; por consiguiente, se tuvo en último, de la diferenciación entre habitan- cuenta primordialmente los motivos que justifican te de la calle e indigente a la hora de la su permanencia en la calle y no las causas origina- aplicación de las políticas públicas. rias de dicha situación. 3. Pobreza extrema y El presente artículo, se centrará en las causas ori- marginalidad como ginarias del status de habitante de la calle y más causas directas de la exactamente, en las causas que en principio se en- habitabilidad en la calle tiende que están fuera del control de la persona y que tienen su génesis en flagelos típicos de una Según la Comisión Económica para América Lati- sociedad excluyente y profundamente fraccionada: na y el Caribe (Cepal, 2010), la pobreza extrema se pobreza extrema y marginalidad. Por lo anterior, evidencia en las personas que viven por debajo del resulta necesario diferenciar los motivos que pue- estándar internacional del mínimo de pobreza ($1 den llevar a un individuo a habitar en la calle. US dólar al día), el cual existe desde 1991. Esta, es una perspectiva económica de la pobreza extrema Las causas que figuran en la jurisprudencia de tri- que indica solo un aspecto del problema. bunales nacionales e internacionales, doctrina y es- tudios de investigación que tratan la habitabilidad Hay estudios que ofrecen perspectivas interdisci- de calle, se podrían clasificar de la siguiente manera plinares de lo que entrañan la pobreza extrema y -la lista no es taxativa ni mucho menos definitiva-: la marginalidad, como los de los profesores Peter Kellett y Jeanne Moore (2011), que desde la arqui- I. Las derivadas de razones internas: que ven tectura y la psicología hacen un estudio sobre la al habitante de la calle como resultado construcción de un hogar en situación de calle, de- de problemas psicológicos, de salud y de terminando que el fenómeno de la indigencia es conflictos de carácter privado como pro- una consecuencia directa de la pobreza y una grave blemas familiares -o carencia de la mis- inequidad en la distribución de la riqueza y el po- ma-, que le impiden sostenerse económi- der, tanto a nivel nacional como internacional. camente y consecuentemente, la persona se ve despojada de su hogar (ver Aroca et Otros autores, hablan de “pobres” y “marginados” al., 2013). como una especie de subcultura al interior de las sociedades con contrastes. La colombiana, es una II. Las derivadas de la pobreza extrema y de de ellas, lo cual es empíricamente verificable, pues- la marginalidad: que ven al habitante de to que en nuestro país existe una heterogeneidad calle como la representación de una so- de grupos desde el plano cultural hasta el plano ciedad desigual y excluyente (ver Kellet & económico-social. Lo anterior tiene un aspecto po- Moore, 2003). sitivo que está representado por la pluralidad ét- nica, racial y cultural del país; verbigracia, en un III. Las derivadas del conflicto armado: que mismo territorio tenemos distintas comunidades ven al habitante de la calle como conse- indígenas, negras, raizales, entre otras. Por otro cuencia del conflicto armado, y más espe- lado, el aspecto negativo de esta heterogeneidad, cíficamente del desplazamiento. 31
U R Í D I C A J C T U A L I D A D está representado por la coexistencia de distintas son utilizados por la sociedad para describir nega- capas sociales que muestran una desigualdad eco- tivamente a las personas, -como en el caso de los nómica marcada, como el sector que vive en la in- habitantes de la calle (desechables)-, sino también digencia. por el Estado, para generar efectos deseados en los coasociados a través del simbolismo de las normas, En nuestro país tenemos simultáneamente, grupos entendiendo que tanto el lenguaje del legislador étnicos reconocidos por la historia y grupos históri- como el de la administración, están compuestos A camente marginados. La imagen de contraste eco- por palabras que evocan en los individuos senti- nómico-social más significativa la encontramos en mientos de confianza y que buscan y ordenan la la capital del país; si nos ubicáramos en el centro fidelidad de los mismos al ordenamiento jurídico. de la ciudad de Bogotá, nos encontraríamos con que a pocos metros de la sede del Gobierno se en- Así, en el libro El derecho como conjuro se aborda cuentra –el ahora llamado- “sector de tolerancia” la idea del fetichismo legal, que es el medio utiliza- (El tiempo, 2002, 24 de mayo), la antigua “Calle del do por el Estado para generar una especie de cons- Cartucho, donde se confunden con la basura y con ciencia de tranquilidad social a través de la promul- las costras de la tierra numerosos seres humanos gación de normas con un lenguaje sugestivo que de esos que nuestra insensibilidad llama desecha- tiene efectos sobre el ciudadano –generalmente bles” (Ospina, 1996, p. 21). distorsionadores- en su aprehensión de la realidad. Con otras palabras, existe un ritualismo al interior Para autores como William Ospina (1996), esta de las normas que solapa el abismo que separa los imagen no es más que un símbolo de “la plenitud contenidos normativos de la realidad, que permite caricatural de nuestras instituciones: poder y esco- que se posponga “indefinidamente la confronta- ria conviviendo en el mismo barrio” (p. 21). ción de la norma con sus problemas de aplicación” (Lemaitre, 2009 p. 384). Dice la autora de esta 11 Véase Annual Review of Anthropology,(1996),que obra, que el fetichismo legal “sirve para indicar una define las “sociedades con contrastes” como aque- complicidad con la injusticia del sistema (…) con la llas donde se aprecia una evidente ruptura y divi- absurda creencia de que el derecho cambia la reali- sión de las capas sociales dad social” (p. 384); y asimismo, el uso del término desechable tiene en el ciudadano un efecto que le La denigrante denominación “desechable”, es uti- permite sentir, inferir que el habitante de la calle lizada en el lenguaje común para referirse al habi- es una “cosa no aprovechable” (RAE). El efecto de tante de la calle, expresión descrita como “conde- las palabras sobre el pensamiento y el imaginario nable” por la Corte Constitucional en la Sentencia social, toma relevancia a la hora de comprender el C-385 de 2014, pues como ya había aclarado dicha porqué de las situaciones de miseria del país. corporación en 2006, los indigentes -equiparándo- lo a habitante de la calle-, son personas que gozan El hecho de que una persona acoja la calle como de plena titularidad de todos los derechos recono- último recurso para sobrevivir por causa de la cidos en la Constitución y “son iguales a los demás desigualdad y la marginalidad de la sociedad a la en sus características y en su condición esencial de cual pertenece, termina siendo más que el reflejo seres humanos” (Corte Constitucional de Colom- de una sociedad excluyente, de un Estado que no bia, Sentencia T-523 de 2006). Emplear este térmi- funciona “del todo bien” (Ospina, 1996). En pala- no, es reducirlo, cosificarlo, tildarlo de cosa inservi- bras de William Ospina y aplicando los conceptos ble e inútil; esto, si reparamos en la definición que de Julieta Lemaitre, resulta un Estado que a veces establece la Real Academia Española: “Desechable “existe infinitamente” (Ospina, 1996) −como para es algo que ya no es aprovechable y puede tirarse”. promulgar normas en forma de conjuros− y otras El juego de palabras y el uso de metáforas, no solo veces “no existe en absoluto” −como cuando ne- 32
cesita rendir cuentas de la aplicabilidad de sus dis- partamento Administrativo Nacional de Estadísti- posiciones− (Lemaitre, 2009). ca (DANE), el Ministerio de Salud, el Ministerio de Educación, el Instituto Colombiano de Bienestar En las sociedades desiguales se hace necesario rom- Familiar (ICBF) y demás entes administrativos, sin per atavismos y enfocar la atención en las situacio- excluir a entidades privadas, tienen la corresponsa- nes de miseria (que muchas veces son desplazadas bilidad de tomar las medidas necesarias para aten- por situaciones de distinta índole, que aparecen der a la población infantil que habita en la calle. ante nosotros como más importantes gracias, en- tre otras cosas, a los medios de comunicación). En El DANE debe realizar la caracterización demográfi- el caso del habitante de la calle y del indigente, se ca y socioeconómica de los habitantes de calle con torna necesario romper con el conjuro del Derecho el fin de establecer una línea base para construir para evaluar las causas y las soluciones efectivas los parámetros de intervención social en sus tres para dichos fenómenos, empezando por las políti- fases: formulación, implementación, seguimiento y cas públicas que cobijan a estos sujetos. evaluación del impacto de esta Política Pública. Lo que demuestra que el trabajo propuesto en mate- 4. El tratamiento jurídico ria de habitantes de la calle es una labor que en- al habitante de calle traña compromiso, pues se requiere de un estudio en Colombia previo y de un seguimiento a los impactos que tie- nen las medidas en esta población. Las políticas públicas nacionales en torno a la po- blación que habita en la calle están básicamente La Ley 1641 tiene un alcance orientado a las per- orientadas hacia un mismo punto: al restable- sonas que ya están en situación de calle, personas cimiento de sus derechos. En Colombia, el trata- que ya han adoptado este lugar como su residencia miento jurídico para el habitante de la calle está -según la norma, de forma transitoria o permanen- enmarcado en la Ley 1641 de 2013, por medio de te-, pero no se encarga de aquellos que se encuen- la cual se establecen los lineamientos para la polí- tran en alto riesgo de habitabilidad en la calle7, es tica social que entraría a regular su situación. Los por esto que se enfoca en el restablecimiento de principios que inspiran la formulación de esta inci- derechos. piente normatividad son: “la Dignidad Humana, la Desde esta perspectiva, la política pública guarda Autonomía Personal, la Participación Social, la Soli- coherencia con el carácter asistencial del Estado daridad y la Coordinación, Concurrencia y Subsidia- Social de Derecho, pues como propuesta y como riedad entre los diferentes niveles de la Adminis- lineamiento general, la Ley 1641 de 2013 prevé me- tración Pública” (art. 5); y como principales fines: didas de restablecimiento que suponen una acción “garantizar, proteger y restablecer los derechos de positiva por parte del Estado (otra vez, solo para los habitantes de la calle” (art.1), los cuales deben quienes ya habitan en la calle). ser desarrollados por los entes territoriales y tradu- cidos en mecanismos para la atención integral al Como se dijo al principio de este título, el marco habitante de calle en caso de que necesite rehabili- jurídico para el habitante de la calle tiene como fi- tación y posterior inclusión social. nalidad el restablecimiento de sus derechos, pero la discusión que aquí podría suscitarse es que di- Estos lineamientos generales trazados por el legis- lador deben materializarse en programas integra- 7 Nota: Con alto riesgo de habitabilidad en la calle se hace les de atención de nivel local y realizarse por medio mención al estado en que se encuentran ciertas personas que del trabajo mancomunado de todas las institucio- acogen la calle como lugar de explotación económica o como nes del Estado que tengan competencia sobre esta lugar de habitación de manera provisional. Piénsese en el niño que trabaja 10 horas al día vendiendo artículos en un semáfo- población. Por ejemplo, instituciones como el De- ro, el hombre que vende alimentos en un andén, etc. 33
U R Í D I C A J C T U A L I D A D cho restablecimiento aparece como la cura para los La idea de prevención de la habitabilidad en la ca- males sin existir ningún tipo de medida preventiva lle no es una idea alejada del querer del legisla- para que un indigente no adquiera la calidad de dor, pues en la definición de habitante de calle que habitante de la calle cuando es susceptible de ello. ofrece la Ley 1641 de 20138 se deja ver que la acti- El restablecimiento ha de ser la última medida, la vidad estatal no debería estar orientada únicamen- última salida, y antes del mismo deberían agotar- te a la persona que reside permanentemente en la se otros mecanismos de inclusión que eviten que calle, sino también a la persona que hace de la calle A el individuo llegue a dicho estado de indignidad y su lugar de habitación de manera transitoria, y es necesite del restablecimiento de sus derechos. Es precisamente de esta expresión de la que se des- precisamente esta discusión la que da origen a la prende la necesidad de atender a aquellos que se propuesta de este artículo: la prevención de la ha- encuentran en alto riesgo habitabilidad en la calle. bitabilidad en la calle. Las preguntas que surgen en este punto son: ¿quié- nes son los habitantes de la calle que residen de 5. Prevención de la manera transitoria? Y ¿Se podría incluir en esta ca- habitabilidad en la calle tegoría a las personas con alto riesgo de habitabili- “El constituyente colombiano reaccionó en contra dad en la calle? Ambas preguntas, aparentemente de la secular ausencia de respuesta institucional a sencillas, podrían ser respondidas con un ejemplo: la miseria y reconoció la responsabilidad de todos “Mañe” es un hombre de 41 años, arquitecto de en lo que llamó gran deuda social” con los secto- profesión, decepcionado de la vida, que empezó a res pobres de la sociedad (Corte Constitucional de consumir estupefacientes hace 5 años, desde en- Colombia, Sentencia T-533 de 1992). El tratamiento tonces, dice él, no es el mismo que era antes. Mañe jurídico y asistencial a la población habitante de la terminó viviendo en un parque de un barrio resi- calle es la manifestación de ese compromiso esta- dencial y pasa dos o tres días allí; luego regresa a tal con lo social. su casa a pedir ayuda; a veces se queda, a veces no, Para autores como James P. Thompson (1993), la y vuelve al parque. Podríamos decir que “Mañe” es situación de indigencia “representa una pérdida de un habitante transitorio de la calle porque habita potencial humano, el cual se está desperdiciando en ella a veces si, a veces no9. en las calles de todas las naciones del mundo” (p. Pero si pensamos que “Mañe” es padre, esposo y 365). Siguiendo esta tesis, la pérdida de potencial junto con su señora e hijo trabaja en los semáfo- humano en Colombia ascendería a 4.6 millones ros haciendo de “mimo” y mientras “Mañe” actúa, de personas, según las estadísticas de la Comisión su mujer recoge el dinero que los transeúntes y/o Económica para América Latina y el Caribe (2010). conductores le dan. “Mañe” y su familia siempre El presupuesto necesario para el restablecimiento tienen un lugar donde descansar, duermen en una de los derechos del habitante de la calle es el no residencia ubicada al sur de la ciudad que logran goce o la insatisfacción de los mismos, por lo que pagar diariamente con el producido, y luego están la idea de atacar las causas originaria -las que in- teresan para efectos de este trabajo: pobreza ex- trema y marginalidad- supondría la no necesidad 8 Ley 1641 de 2013: “Artículo 2 (...) Habitante de la calle: Per- de restablecimiento, en la medida en que se pueda sona sin distinción de sexo, raza o edad, que hace de la calle su lugar de habitación, ya sea de forma permanente o transitoria avanzar hacia una prevención de dicha condición y, que ha roto vínculos con su entorno familiar”. (Subraya del en virtud de los principios contenidos en la Carta texto). Fundamental. 9 Nota: este primer supuesto del ejemplo es tomado de una experiencia real. 34
todo el día deambulando por las calles tratando de estos individuos con alto riesgo de habitabilidad en conseguir para la comida y para la pieza. la calle, al ser indigentes, deben recurrir a la tutela como una vía para ser asistidos en sus necesidades; “Mañe” y su familia se levantan a las 5 de la ma- y entonces, ¿cuántas tutelas o cuantas violaciones ñana y salen de la residencia con un maletín donde a derechos deben probar estas personas para lo- tienen todo su patrimonio. Si desayunan, almuer- grar algún tipo de inclusión social y amparo? Hay zan y cenan, lo hacen en la calle; si su hijo juega, es que recordar que esta asistencia jurisdiccional es junto con los hijos de los vendedores ambulantes; de carácter excepcional, por lo que deben llenar los si tienen charlas, peleas o regaños, el escenario es requisitos establecidos por la Corte Constitucional la calle. En fin, de las 24 horas del día, “Mañe” y mencionados anteriormente: su familia pasan aproximadamente la mitad en la calle. Este es el alto riesgo de habitabilidad en la (i) Incapacidad absoluta de la persona de va- calle, que, tomando la diferencia establecida entre lerse por sus propios medios; (ii) existencia habitante de la calle e indigente, es un concepto de una necesidad vital cuya no satisfacción que aplicaría para los indigentes. Por ser indigen- lesiona la dignidad humana en sumo grado; tes, “Mañe” y su familia no podrían ser cobijados (iii) ausencia material de apoyo familiar. (Corte por las ayudas del marco jurídico al habitante de la Constitucional de Colombia Sentencia T-533 calle. Pero, ¿hay derechos que restablecerles? Cla- de 1992) ro que hay derechos que restablecerles, pero, otra vez, no son habitantes de la calle (por lo menos no De manera que, por esta vía, a estas personas les en el sentido de la Ley 1641). espera una posible ayuda, antecedida de un proce- dimiento cargado de mucha incertidumbre. El segundo supuesto del ejemplo no podría en- cuadrar entonces en la expresión “que hace de la La prevención de la habitabilidad en la calle implica calle su lugar de habitación de forma transitoria” llegar a estas personas en riesgo, sea que las consi- porque no residen en ella, pero su vida familiar y deren indigentes o habitantes de la calle; lo impor- laboral allí se desarrolla. tante es que existan políticas públicas que puedan tener aplicación directa para esta población, ya sea “Mañe” y su señora hacen parte del gran número a través del marco jurídico para el habitante de la de colombianos “empleados” al ser considerados calle o de una política intermedia que permita evi- trabajadores del sector informal. He aquí uno de tar que lleguen a tal estado de indignidad. los conjuros del derecho, personas como “Mañe” y su familia hacen que las cifras de desempleo se Entonces, esta prevención debería tener un susten- reduzcan, y esto le permite a quienes ostentan el to político, más aun tratándose de un Estado Social poder, decir que en Colombia tenemos una econo- de Derecho; pero el solo sustento político serviría mía en crecimiento.10 de muy poco si la apreciación de las situaciones de miseria no tienen una recepción distinta a las ac- Quizá el término habitar debería hacer referencia a tuales en el imaginario social, debido a que la sim- un concepto más amplio y no solo a vivir o residir, o ple contemplación de la realidad y su traducción puede que la solución a la situación de “Mañe” y su en políticas públicas –carentes de fondo- puede re- familia no esté precisamente al interior de la legis- sultar insuficiente para lograr un proceso de trans- lación para el habitante de calle, pero, ¿qué cami- formación social, que es lo que se requeriría según nos tienen? Aparentemente, siguiendo el sentido algunos autores11. Con otras palabras, se podrían de la Ley 1641 -que los excluye de su aplicación-, 11 Véanse obras de Estanislao Zuleta como Colombia: vio- lencia, democracia y derechos humanos (1991) y Conferencias 10 Véase La Republica (2013, 05 de noviembre). sobre historia económica de Colombia (1976). 35
U R Í D I C A J C T U A L I D A D prevenir fenómenos como la habitabilidad de calle otorgar como derecho. No se trata de pretensiones con el enfrentamiento de sus causas, esto es, con muy complejas ni costosas: el hecho de suplicar por el fortalecimiento de políticas sociales de inclusión necesidades básicas como la salud, la educación, el que busquen la mitigación de la pobreza extrema, acceso a la justicia, la seguridad social, entre otras; con el adecuado sorteo de las situaciones y con- suplicar para que se le atienda en las oficinas ad- secuencias del conflicto armado, e inclusive con la ministrativas, para ser incluido en el sistema, para terminación del mismo, y por último, pero no me- que se le concedan aquellas prerrogativas que se A nos importante, con la correcta interiorización de supone el Estado debe proporcionar y a las cuales la realidad política y social del país por parte de los debe su existencia, pues esa es la razón para orga- ciudadanos. Lo anterior contribuiría en gran medi- nizar una sociedad en forma de Estado Social de da a mantener la estabilidad social, y con esto, la Derecho. seguridad de no recurrir a la habitabilidad de calle como medio de supervivencia. Si se incluye la prevención de la habitabilidad en la calle como objetivo político, se podrían abrir algu- En este punto es imprescindible precisar la idea de nos caminos para tal fin, como modificar y ampliar la “correcta interiorización de la realidad política el espectro de atención de la Ley 1641 de 2013 o y social del país”. Se trata de una real y acertada establecer una nueva normatividad exclusiva para aprehensión de la situación nacional, es decir, con la población en riesgo. tintes de crítica y de objetividad, de manera que se defina la línea que separa el simbolismo del de- Conclusiones recho con su aplicación y que, además de ser con- veniente para el caso de los habitante de la calle, El grueso de la cuestión no está solo en dar una serviría de base para la construcción de una nueva cura para los males, sino en prevenir dichos males; consciencia social y un cambio de paradigma que y eso no se puede lograr sino siguiendo posturas abarque sin reservas a todos los sectores histórica- como la de los autores mencionados, porque sin la mente marginados, que borre las profundas bre- real aprehensión de los fenómenos de miseria y sin chas sociales producto de una sociedad dividida y romper los conjuros del derecho y de sus normas, excluyente, esto es, una iniciativa que surja en el no se puede hablar de evitación. interior de la sociedad. Como se ha expuesto, habitar en la calle eviden- Según algunos críticos, el Estado se ocupa de re- temente no es una situación fácil, pero lo que en habilitar lo que él mismo destruye, cual imperio principio no parece tan evidente, es que esta situa- “sostiene inmensos aparatos estatales dedicados ción, además de ser producto de problemas psico- a instigar el tráfico para conocerlo y poder repri- lógicos, pobreza, y conflicto armado, puede ser re- mirlo (…) y convoca la cruzada de los puros contra sultado también de una decisión, deliberada o no, los demonios” (Ospina, 1996, p.15); incluso “acos- pero llevada a cabo mediante un proceso interno tumbra a sus propios ciudadanos a mendigar” al (como se describió en la investigación previa) (ver no cumplir sus funciones alegando que “no tiene Aroca et al., 2013). dinero” porque “los ciudadanos no tributan como debieran” y que “son unas personas en particular Habitar en la calle representa, en el Estado moder- las que administrando el poder malversan y mal- no y especialmente, en el Estado colombiano -si gastan fondos, corrompen el sistema” (Ospina, se permite llamarlo moderno-, la coexistencia de 1996, p.115). dos mundos y la consecuente corresponsabilidad del fenómeno: en mundo habitan los que gozan La negligencia estatal obliga al ciudadano del co- de cierta estabilidad económica o aun sin ella tie- mún a pedir a título de favor lo que se le debe nen un lugar donde vivir, una relación más mediata 36
con los demás seres en sociedad (sin perjuicio de la sociedad necesita para permanecer en armonía. lo compleja que esta pueda ser) y un cierto grado Situaciones que finalmente le pasan factura a la de inclusión social; quienes pueden tener mucha o historia del país y “por ello ahora paga las conse- poca fidelidad al Estado y a sus instituciones. Y por cuencias de su inaudita falta de carácter” (Ospina, otro lado, como si fuera un mundo paralelo pero 1996, p.184). casi que invisible, el mundo de los habitantes de la calle, sin estabilidad económica e incluso sin saber La habitabilidad en la calle fue contemplada por lo que ello significa, sin hogar, sin conexión al me- los diligentes miembros de la Asamblea Constitu- nos significativa con la sociedad y, paradójicamen- yente de 1991: te, con todo o con ningún ápice de esperanza en el Estado y en demás ciudadanos, los que habitan en Esa ingente muchedumbre sobrante por la in- la “normalidad”. equidad, producto del sistema, yace sumida en la desesperanza y deambula por las calles La indigencia no es sino una parte de la gran malla buscando un porvenir cada día más lejano, de situaciones de miseria que decantan de la socie- anhelando las sobras que una minoría afortu- dad colombiana que, a priori, aparece en las des- nada consume y disfruta con avidez ofensiva cripciones normativas como un país tan “pluralista, de toda austeridad. No sólo hay que dar, sino incluyente, democrático, solidario y respetuoso de acertar a compartir. Pero en todo. Y la inte- la dignidad humana” (art. 1° Constitución Política gridad es eso. Un todo. (Gaceta Constitucional de Colombia de 1991), por lo que resulta casi una Núm. 46, abril de 1991, p.13) blasfemia confrontar estos conjuros vertidos en las disposiciones constitucionales con la realidad. Lo que indica que fenómenos como este deben ser Pero si se pretende acabar con las situaciones de mirados con objetividad y tratados de manera co- desigualdad y pobreza del país, más efectivo que herente con la realidad del país. El ciudadano per- corregirlas, resultaría prevenirlas. teneciente a una sociedad de contrastes como la nuestra, debe ponerse los lentes de la democracia, La pasividad de los ciudadanos con respecto a fe- la igualdad, la crítica y la verdad, para que con esto nómenos como este, que con un trasfondo histó- pueda enfocar su visión -muchas veces tergiversa- rico, político y social tienen origen en la no apre- da por los conjuros vertidos en los textos legales hensión e interiorización de la realidad y en la no y/o medios de comunicación- en la realidad. No implementación de políticas y mecanismos que obstante, esto no se logra sino con cierto grado rompan con el subsuelo que mantiene la desigual- de educación social12: si el ciudadano conociere su dad, coadyuva al mantenimiento de las situaciones historia, interiorizara su realidad de manera ade- de marginalidad (Ospina, 2013). Siguiendo esta cuada, se tomare la tarea de mirar al indigente, postura, a lo mejor lo desechable de Colombia preguntarse ¿por qué está realmente allí? Y tan- no son los habitantes de calle, sino las falsas y/o to este como el que lo observa exigiere en vez de prestadas ideas y valores que sin aplicabilidad en la mendigar sus derechos, tal vez la tesis de la preven- realidad nos han permitido perpetuar esta clase de ción de las penosas situaciones de miseria que se situaciones por un poco más de doscientos años, presentan en los países en desarrollo como Colom- de solaparlas bajo el ropaje de la delincuencia, la bia tuviera lugar. demencia, la invisibilidad, lo que no es más que irresponsabilidad social (Ospina, 2013). Desplaza- William Ospina (1996) refiriéndose a su maestro E. miento, indigencia, trabajo en el sector informal, Zuleta escribió que entre otros, son situaciones que comprometen la estabilidad de cualquier sociedad y son muestra de 12 Al respecto, véase Estanislao Zuleta. (1991). Colombia: la incapacidad del Estado para brindar aquello que violencia, democracia y derechos humanos. 37
U R Í D I C A J C T U A L I D A D Desde su vasta formación, desde su capacidad diferentes y que, con objetividad, pueden mirar a de asociar y de reflexionar, desde su versación los ojos al problema, pueden cruzar unas pablaras en muchas disciplinas, su continua curiosidad con los “intratables”, pueden llegar a visualizar con y su amor por el desciframiento de los textos base en su educación social o simplemente desde y la discusión de las verdades, Estanislao nos su sensibilidad innata que el peligroso a lo mejor hacía sentir que todos éramos dignos de pen- no es ese aislado personaje que habita en la calle, samiento, dignos de arte, dignos de la verdad sea este un pequeño delincuente o un drogadicto, A y de la belleza… Que ni la filosofía, ni el arte, pues este, entre otras cosas, viene a ser un pro- ni el conocimiento eran patrimonio de casta ducto de nuestra sociedad excluyente. El ciudada- alguna, ni privilegios debidos al origen, a la no con formación social podría dimensionar que fortuna o una posición de poder. Mucho más más peligroso puede ser el habitante común, él importante que pulir una teoría era esforzarse que ignora, es indiferente, se aprovecha de la si- por desarrollar un discurso hecho para permi- tuación del marginado, y que más peligroso, puede tir que pudiera acceder a la cultura una socie- ser también el Estado que instrumentaliza a estas dad formada en la exclusión y el desprecio. personas para desviar la atención de los reales pro- (p.118) blemas y de las reales causas con el fin de evadir responsabilidades. La educación social funciona mejor si está acom- pañada de la sensibilidad humana de la que tanto Realidades como la nuestra son las que llevaron a hablan los sabios y los estudiosos de la humanidad. Gabriel García Márquez en alguno de sus relatos a Colombia, no se queda atrás, filósofos compro- referirse a “un hombre que está muriendo de indi- metidos con el desarrollo del país, como el men- gencia en el paraíso. Cualquier colombiano, rico o cionado Estanislao Zuleta (y sus discípulos), han pobre, puede hoy reconocerse allí”14. mostrado en sus obras la importancia de darle un verdadero contenido a la ley, hacer una concilia- ción entre realidad y norma desde una perspectiva de transformación, de reconstrucción de país, de reinvención de las instituciones y, más importante aún, de reencuentro con los valores propios. 13 Hablar de Colombia como un país de esos que “no se permiten la indignidad de tener sus calles infestadas de mendigos, países que no se permi- ten el espectáculo degradante de tener personas que se alimenten de las basuras”(Ospina, 1996 p. 24), sería hablar de un país con ciudadanos que no se dejan embelesar por el ritualismo y el simbo- lismo de las normas, que no se permiten ser in- 13 Nota: en Conferencias sobre la historia eco- nómica de Colombia, (1976), E. Zuleta plantea la idea de recuperar el país que alguna vez estuvo en manos de colombianos que realmente se sentían como tal (no como hijos de españoles sino como nativos orgullosos de su mestizaje, de su originalidad, de su autenticidad, conscientes de su riqueza nacional, su diversidad y de 14 Aparte extraído del prólogo de la obra de William Ospina sus tesoros ancestrales etc. (1996). ¿Dónde está la franja amarilla? 38
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