El impacto de la pandemia de la COVID-19 en el sector musical
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El impacto de la pandemia de la COVID-19 en el sector musical Francia, Alemania, Países Bajos, Finlandia, España, Italia, Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Costa Rica, Argentina, Brasil, Japón, Indonesia, Kenia, Zimbabue 1. Balance de las restricciones gubernamentales impuestas al sector musical El sector de los espectáculos en vivo ha sido el primero en verse azotado por las restricciones gubernamentales y será también el último en volver a la normalidad. En la mayoría de los países, se han visto afectados todos los sectores del ámbito musical (producción, conciertos, actuaciones, distribución, explotación audiovisual, radiodifusión). Sólo se observa un cierto nivel de actividad en el ámbito del streaming. En Francia, después de haber sido castigados por el «yoyó» del protocolo sanitario, con salas a medio aforo y adelanto de la hora de cierre debido al toque de queda, al final, las salas de espectáculos echaron el candado el 30 de octubre pasado. Sólo está permitido hacer grabaciones, ensayos y sesiones de streaming en directo en los estudios y salas de espectáculos, pero los conciertos con público están prohibidos. En Alemania, no hay espectáculos desde el pasado mes de abril. Las óperas y grandes teatros que dependen de los ayuntamientos o de los Länder vivieron un pequeño repunte en septiembre y octubre (con un máximo de 37 músicos en el escenario y un aforo de 500 espectadores para salas con 1.500 butacas). Finalmente, en noviembre se decretó el cierre total de las salas de espectáculos. Las orquestas radiofónicas siguen realizando sus grabaciones en estudio con normalidad, aunque con un número reducido de músicos. Sin embargo, hay grandes diferencias entre unas regiones y otras, debido a la autonomía de los Länder. A guisa de ejemplo, en Fráncfort, están prohibidos los ensayos y los conciertos hasta Semana Santa. En Países Bajos, actualmente, se encuentran en un semiconfinamiento con toque de queda de las 21:00 a las 4:30, que se va a prolongar como mínimo hasta el 2 de marzo. Las salas de conciertos están cerradas desde el 4 de noviembre y sólo está permitido hacer grabaciones para la retransmisión de conciertos en streaming sin público. Desde septiembre hasta el 4 de noviembre, las orquestas podían tocar en formaciones reducidas de 30 músicos y con un máximo de 30 espectadores en la sala. Se daban dos conciertos seguidos de una hora de duración durante la misma tarde. Los músicos, evidentemente, estaban encantados de poder tocar, pero comentaban que, con frecuencia, los conciertos acababan durando mucho más de lo previsto. Para los músicos freelance, se planteó la duda de si tenían que cobrar por un concierto o por dos. Muchos músicos indicaron que ese doblete de conciertos les había causado un mayor estrés. Si bien, al principio, Finlandia gestionó bien la crisis sanitaria (con un funcionamiento casi normal de la sociedad y conciertos permitidos con un aforo reducido), al final se cerraron todos los establecimientos culturales, salas de espectáculos y teatros en diciembre de 2020. En la actualidad, España es el país con menos restricciones para el sector cultural, aunque hay diferencias entre las 17 comunidades autónomas. Por lo general, el toque de queda va desde la medianoche hasta las 6:00, pero los horarios y las restricciones pueden variar. Por ejemplo, los bares, restaurantes, salas de conciertos y teatros de Madrid están abiertos, mientras que en Barcelona y en la mayoría de las comunidades autónomas, los establecimientos culturales están cerrados y sólo está permitido salir 2 horas por la mañana y 2 horas por la tarde, lo cual resulta incompatible con los espectáculos nocturnos. En Madrid, en la Orquesta Nacional de España, se ha ideado una modalidad consistente en dos conciertos de una hora y cuarto sin intermedio, lo que ha permitido mantener la actividad artística. Tanto el número de músicos que están en el escenario como el aforo en sala se han reducido en un 25%. En Italia, instituciones culturales, teatros y óperas están cerrados y no se lleva a cabo ningún tipo de actividad artística (grabaciones o retransmisiones) en espacios interiores. 1 / 10
En el Reino Unido, tras una tímida reapertura de los centros culturales durante la temporada estival (con distanciamiento físico y sólo un 30% de los ingresos de taquilla habituales), se ha introducido un régimen similar al francés: están permitidas las grabaciones profesionales, ensayos y retransmisión en los estudios, cines, salas de conciertos y al aire libre. Los bares, pubs y restaurantes sólo ofrecen comida para llevar (takeaway) y la música en vivo está prohibida. En Estados Unidos, las restricciones varían según el estado. En general, ya que no se pueden programar conciertos con público, sólo se permiten las grabaciones y las sesiones de streaming. Hace unos meses, antes de que se disparasen los casos de COVID-19, en algunos estados se podían ofrecer actuaciones con un aforo de 100 personas en salas de 1.000 butacas. En el escenario podía haber un máximo de entre 30 y 40 músicos, pero cada vez es más difícil quedar con otros músicos para ensayar o grabar, por no decir imposible. En Canadá, se ha agravado la crisis sanitaria, sobre todo en las provincias de la Columbia Británica, Ontario, Alberta y Quebec. La situación del sector musical es catastrófica: todos los espacios culturales están cerrados y las grabaciones profesionales suelen hacerse en casa (home studio streaming), a excepción de algunas provincias donde los artistas pueden actuar en el escenario con un límite máximo de diez personas. En Costa Rica, las restricciones sanitarias se han ido introduciendo de manera progresiva, empezando por el cierre de establecimientos culturales, hasta la anulación de todos los eventos artísticos, pasando por la imposición de un toque de queda en todo el país, con pequeñas diferencias en las restricciones en función del cantón. A los músicos de orquesta les está permitido ensayar para las retransmisiones por Internet, salvo los que tocan instrumentos de viento. En Argentina, se ha impuesto un toque de queda general, pero el nivel de actividad varía de una región a otra: algunas provincias están funcionando casi con total normalidad, mientras que otras están completamente paralizadas. La mayoría de los músicos están sin trabajo o trabajan de manera parcial. En la provincia de Córdoba, el número máximo de espectadores autorizado se ha reducido a la mitad, pero en otras provincias ha mermado hasta situarse en un 30%. La mayoría de los espacios culturales están cerrados, aunque algunos han podido seguir parcialmente abiertos, con un aforo de 500 a 1.000 personas. En Brasil, los teatros, bares y demás locales de espectáculos en vivo están cerrados. Los eventos artísticos nacionales e internacionales, el Carnaval de Río incluido, se han cancelado o aplazado, lo que ha acarreado importantes pérdidas para la economía del país En Japón, el gobierno decretó el estado de excepción el 8 de enero, tras un marcado incremento de las infecciones a finales de 2020. Se han limitado las salidas y los restaurantes tienen que cerrar a las 20:00, lo que reduce las posibilidades de ofrecer conciertos o actuaciones con público. A finales de enero, sólo había 300 casos de COVID-19 por 100.000 habitantes, pero tras detectarse 700 casos nuevos en Tokio, se decidió aplazar o cancelar algunos conciertos. En general, las salas de conciertos y los teatros se mantienen abiertos, pero algunos establecimientos han cerrado por decisión del gobierno local. Las salas de conciertos sólo pueden admitir a menos del 50% del aforo total. En Indonesia, el sector musical está en crisis desde marzo de 2020. Todos los centros culturales están cerrados y sólo se permiten algunas grabaciones acústicas con un máximo de 4 músicos. El gobierno está alentando la colaboración entre artistas y entre disciplinas artísticas en las plataformas digitales. En la actualidad, Kenia se encuentra semiconfinada, con un toque de queda de las 22:00 a las 4:00. Los clubes y los establecimientos culturales están cerrados y las pocas actuaciones que se programan se realizan durante el fin de semana, lo que reduce de manera drástica las posibilidades de empleo en el sector. En Zimbabue, la situación del sector musical es más desastrosa si cabe: no se permite ningún tipo de actividad que requiera la presencia física de los artistas y apenas hay actividad a través de Internet, puesto que son muy pocos los músicos que tienen acceso a las plataformas de streaming. 2 / 10
Un cambio digital poco viable a largo plazo En estos países, la pandemia ha obligado a la mayoría de los músicos y de las instituciones musicales a prescindir de los eventos con público para dedicarse al streaming de conciertos a través de plataformas digitales. De manera paulatina, se van realizando grabaciones y retransmisiones (en Zoom, YouTube, Instagram Live…), en especial de las grandes orquestas sinfónicas, con venta de entradas por Internet. Pero esto no es la norma general, ni mucho menos. El uso de las plataformas digitales suscita mucha inquietud debido a cuestiones como la remuneración de los músicos, las desigualdades entre artistas derivadas de la brecha digital, los costes de los estudios de grabación o la incertidumbre sobre la viabilidad de este modelo. De hecho, hace falta invertir unos recursos de producción considerables sin que haya quedado demostrado todavía el interés del público. 2. Medidas gubernamentales y sindicales en apoyo a los músicos «Se habla constantemente de los trabajadores del sector turístico, de los restaurantes o de las compañías aéreas. Todos han tenido acceso a unos fondos de apoyo importantes. Mientras tanto, se está dejando morir al sector musical…» Horace Trubridge, Secretario General del MU (Reino Unido). En el mundo de la música, existen varios tipos de contratos diferentes, desde el de asalariado a los que contemplan todo tipo de formas atípicas de empleo, como músicos que trabajan por cuenta propia o freelance. En general, las ayudas públicas que se han introducido durante la crisis sanitaria son poco adecuadas, a veces incluso inaccesibles, para los profesionales sujetos a estas formas de empleo precario. A ello se le añade el hecho de que la mayoría de estas ayudas financieras están dirigidas a las instituciones, no a los artistas asalariados que trabajan en las mismas, ni mucho menos a los músicos considerados como “trabajadores por cuenta propia”. El 29 de octubre de 2020, Roselyne Bachelot, ministra de Cultura de Francia, aseguraba que «la creación artística sobrevivirá», al tiempo que alentaba al sector musical a seguir preparando espectáculos y grabaciones de espectáculos sin público. En la práctica, sólo las instituciones públicas consiguen, de mejor o peor manera, seguir estas recomendaciones, lo que deja fuera a toda una parte del sector: los músicos que trabajan por cuenta propia. El Snam-CGT, por su parte, ha pedido que se cree un fondo de garantía o un régimen de apoyo al empleo para poder reanudar y financiar actividades como los ensayos, las residencias y las grabaciones, a fin de que todos los artistas del sector musical puedan volver a trabajar, sea cual sea su estilo. Si bien, hasta ahora, el régimen de indemnización para los denominados trabajadores intermitentes del sector de los espectáculos ha permitido limitar considerablemente los daños, los centenares de millones de euros que se han destinado a medidas de apoyo (133 millones de euros del Estado, 180 millones del Centro Nacional de Música y otras sumas abonadas por entidades territoriales) sólo han llegado a los bolsillos de las empresas. El Snam- CGT pide que se establezcan ayudas adicionales destinadas a los artistas intérpretes. Por lo demás, todavía está pendiente de resolución el acceso de los trabajadores intermitentes a los dispositivos de desempleo parcial. El Estado no ha tomado todavía ninguna medida para que los empleadores cuyos espectáculos hayan sido cancelados abonen a los artistas y técnicos afectados indemnizaciones por actividad parcial. Sin embargo, los más de 8 millones de trabajadores asalariados que hay en Francia sí tienen derecho a esta prestación. En Alemania, el sindicato DOV ha creado una plataforma para donaciones que ha permitido recaudar y distribuir unos 4 millones de euros entre los músicos que trabajan por cuenta propia, sin importar si están afiliados al sindicato. Las ayudas públicas a las que podrían optar los freelance no son muy eficaces, puesto que, a diferencia de lo que sucede en Francia, no existen prestaciones por desempleo específicas para esta categoría de trabajadores. El gobierno ha prometido instaurar un sistema de ayuda financiera tomando como referencia la declaración de la renta del año anterior. En Países Bajos, hay una ayuda pública para el sector cultural, pero está destinada únicamente a las instituciones, no a los músicos y mucho menos a los freelance. Se ha puesto en marcha un régimen de cobertura temporal para los trabajadores por cuenta propia afectados por la COVID-19: el TOZO (en torno a 1.000 euros mensuales per cápita). Sin embargo, el derecho a acceder a este fondo de recuperación se determina teniendo en cuenta los ingresos del cónyuge o pareja del trabajador en cuestión. Tampoco está destinado de manera específica al sector cultural, sino al conjunto de los trabajadores autónomos. Hay muchos músicos que no están 3 / 10
inscritos en la Cámara de Comercio como trabajadores por cuenta propia, por lo que en torno a un 33% de los músicos no pueden optar a esta ayuda temporal. En Finlandia, el Ministerio de Cultura ha concedido 70 millones de euros en ayudas para el sector cultural. Muchos de los afiliados al sindicato finlandés de músicos (SML) han podido acceder a estos fondos, así como a ayudas concedidas por fundaciones del sector musical o cultural. El sindicato ha recibido 72.000 euros para la financiación de un proyecto de estudio con los empresarios del sector enfocado en las diferentes opciones para adaptar el formato de los espectáculos en directo (como reacción a la pandemia, pero también para tener en cuenta preocupaciones medioambientales), así como en la viabilidad del formato en línea para el sector musical. Todos los trabajadores finlandeses tienen derecho a percibir una prestación por desempleo de unos 750 euros mensuales o del 60% de los ingresos previos (con la condición de haber suscrito un seguro de desempleo). Sin embargo, más de la mitad de los músicos que trabajan por cuenta propia (unos 1.500 de los 2.500 músicos freelance afiliados a SML) no han podido beneficiarse de este subsidio. SML ha concedido dos tramos de ayuda financiera a los artistas intérpretes a través de la aplicación para teléfonos móviles del sindicato. En junio, se distribuyeron 500.000 euros y entre octubre y noviembre se repartieron 200.000 euros adicionales entre los afiliados. Estos pagos ascendían a 1.000 o 500 euros cada uno, como un suplemento a los posibles ingresos básicos (poco frecuentes). Dichas ayudas se financiaron mediante subvenciones de Gramex Finlandia. En España, a partir de marzo de 2020, los ayuntamientos suprimieron las subvenciones culturales y los fondos se canalizaron hacia los servicios sociales y sanitarios. Desde septiembre, los 140.000 millones de euros de fondos públicos, que incluyen 72.700 millones de ayuda directa otorgados por la Unión Europea, han permitido a los músicos autónomos reanudar parte de su actividad con conciertos en los auditorios municipales. El 5 de mayo de 2020, se aprobó un proyecto de ley de ayudas públicas para el conjunto de los trabajadores autónomos, pero sólo han podido cobrarlas los músicos con contrato que no recibían ninguna prestación por desempleo. En Italia, se concedió un subsidio de 600 euros por músico a partir de marzo de 2020 (Decreto Cura Italia) dirigido a los trabajadores inscritos en el Fondo de Pensiones de los Trabajadores del Espectáculo que no contaran con una pensión. Para percibir esta prestación, era necesario contar con un mínimo de 30 jornadas cotizadas en 2019 y unos ingresos inferiores a 50.000 euros. Los pagos los efectúa el INPS, previa solicitud, por un importe total máximo de 48,6 millones de euros. Más adelante, estas prestaciones aumentaron a 1.000 euros (Decreto Rilancio en mayo y Decreto Ristori en octubre), pero muchos músicos se quedaron sin poder acceder a las mismas por no poder presentar un contrato como justificante. Mediante el decreto Cura Italia (Fondo emergenze spettacolo, cinema e audiovisivo), se creó un fondo de ayuda de 20 millones de euros para apoyar a actores, cantantes, bailarines, músicos, coristas y artistas de circo que estuvieran inscritos en el Fondo de Pensiones para los Trabajadores del Espectáculo y que tuvieran contratos con las instituciones culturales y artísticas (ayuda financiera para el período del 23 de febrero de 2020 al 31 de diciembre de 2020). Las prestaciones de la Cassa integrazione guadagni (protección social) están destinadas a todos los trabajadores (independientemente del sector de actividad) que estén temporalmente sin trabajo y que puedan justificar, como mínimo, 90 días de antigüedad laboral. Esta ayuda se abona durante un máximo de 9 semanas y equivale al 80% del salario que no se ha percibido. El gobierno está considerando toda una serie de peticiones entre las que cabe destacar la modificación de los criterios para la atribución de las ayudas, que ya no se basarían únicamente en el número de días cotizados, sino que tendrían en cuenta también los ingresos del músico. En el Reino Unido, el gobierno movilizó 1.570 millones de libras esterlinas para apoyar al sector artístico. El 5 de julio de 2020, se anunció el Cultural Recovery Fund (500 millones de libras). Este fondo está destinado a las instituciones y organismos dedicados a las artes, la cultura y el patrimonio (con ayudas que van de las 500.000 a los 3 millones de libras por organización), pero no hay ninguna ayuda financiera que esté dirigida directamente a los artistas intérpretes de Inglaterra, a diferencia de lo que sucede en Escocia, Gales e Irlanda del Norte. 4 / 10
Se ha establecido el régimen SEISS (Self-Employed Income Support Scheme) para los trabajadores por cuenta propia, con una prestación del 80% de la media de sus ingresos en los tres últimos años. Para disfrutar de esta prestación, hay que cumplir una serie de criterios, entre ellos, la obligación de haber presentado la declaración de la renta para el ejercicio fiscal 2018-2019, que sólo tiene en cuenta el trabajo declarado, incluso para los músicos callejeros (buskers). El organismo Art Council England ha preparado un proyecto de financiación para los artistas, previa inscripción, pero son muy pocos los músicos que han podido acceder a este programa, ya que la demanda supera la oferta. El sindicato de músicos ha lanzado un fondo de apoyo (MU Coronavirus Hardship Fund), a través del cual se concede una ayuda de 200 libras por músico y 6 meses de afiliación gratuita al sindicato. Entidades como Help Musicians UK, la Royal Society of Musicians o British Assistance for Performing Arts Medicine (BAPAM) han ofrecido subvenciones o ayuda material a los músicos, pero también en cantidades limitadas. En Estados Unidos, el acuerdo Integrated Media Agreement (IMA) regula el uso de las plataformas digitales para todas las orquestas sinfónicas. La rama sinfónica de la AFM (Symphonic Services Division, o SSD) negoció con la organización patronal, la EMA (del inglés, Employers Electronic Media Association), una enmienda del IMA, según la cual a partir de marzo de 2020 el acuerdo incluye también el streaming y permite que los músicos sigan percibiendo su salario habitual cuando autoricen la retransmisión en directo de grabaciones o de archivos. En la práctica, este acuerdo garantiza a los músicos 30 días de salario a partir del momento en el que se publique la grabación en una plataforma digital. A iniciativa de la AFM, se introdujo otra enmienda en el IMA para alentar a las orquestas a que mantengan los salarios de los músicos durante la crisis sanitaria. Según esta enmienda, cuanto más paguen las orquestas a sus trabajadores, más tiempo de streaming gratuito mensual podrán disfrutar (con 4 escalas salariales: 75 a 100%, 60 a 75%, 30 a 60%, 15 a 30%). En virtud de esta medida, la mayoría de las grandes orquestas sinfónicas han seguido pagando a sus músicos como mínimo el 60% de su salario. El pago de la prestación por desempleo para todos los sectores es competencia de cada estado. Hasta finales de 2020, la prestación era de 600 dólares semanales, pero luego pasó a 300 dólares semanales. Sin embargo, sólo se puede percibir este subsidio durante un máximo de 26 semanas en total y hay que poder justificar un determinado número de horas trabajadas con contrato. Estas restricciones han hecho que un elevado número de músicos no haya podido acceder a esta prestación. No se ha diseñado ningún tipo de apoyo específico para los artistas. La AFM puso en marcha un fondo de solidaridad para los músicos freelance, pero sólo ha podido aportar cantidades modestas. En Canadá, el sindicato ha desempeñado un papel muy importante, ya que ha logrado que el sector musical recibiera ayudas desde el principio de la pandemia. Se ha ampliado la cobertura del Music Performance Trust Fund para incluir el streaming. En un principio, se había concebido este fondo para indemnizar a los músicos cuyos contratos se habían cancelado, pero ahora incluye la comunicación al público de conciertos y espectáculos gratuitos. Cubre entre el 30% y el 50% del caché de los músicos, a condición de que se respeten unas normas mínimas. Sin embargo, han sido pocos los músicos que han podido percibir esta remuneración, debido a las dificultades para acceder a los estudios de grabación, el material digital adecuado, las plataformas de streaming, etc. El Canadian Emergency Relief Benefit (CERB) ofrece una ayuda financiera de 2.000 dólares canadienses durante cuatro semanas a los trabajadores por cuenta propia y ajena afectados por la COVID-19. En un principio, esta ayuda era incompatible con cualquier otro tipo de ingreso, pero tras la presión ejercida por los sindicatos canadienses, ahora se puede recibir este pago siempre que el total percibido en subsidios no rebase los 2.000 dólares canadienses mensuales. El Canadian Recovery Benefit (CRB), administrado por la Agencia Tributaria de Canadá hasta junio de 2020, otorga un pago de 897 dólares canadienses cada dos semanas. Para optar a esta ayuda, es obligatorio reinscribirse cada dos semanas durante un máximo de 13 períodos subvencionados en total, es decir 26 semanas entre el 27 de septiembre de 2020 y el 25 de septiembre de 2021. No obstante, muchos músicos no han podido acceder a esta ayuda suplementaria por desempeñar trabajos atípicos. Además, se ha ampliado el período de afiliación al sindicato sin penalizaciones para todos los miembros. 5 / 10
En Costa Rica, el Programa Proteger ofrece apoyo financiero temporal durante tres meses a los trabajadores de todos los sectores afectados por la COVID-19. La ayuda asciende a 84,88 € mensuales para las personas que trabajan a tiempo parcial al 50% o menos. Las personas que hayan sufrido despidos o cancelaciones de contratos, los trabajadores autónomos afectados y aquellas personas cuyas actividades se hayan reducido en un 50% o más tienen derecho a recibir 169,76 € mensuales. No se ha habilitado ningún tipo de ayuda específica para los músicos. En Argentina, el Estado ha concedido ayudas importantes: – a los trabajadores por cuenta propia hasta diciembre de 2020, con 12 millones de trabajadores que han recibido una ayuda mensual de en torno al 50% de la base mínima salarial; – a los empleadores, con una ayuda del 50% del salario de cada empleado como incentivo para el mantenimiento de los contratos. Entre marzo y mayo de 2020, los músicos con contrato siguieron cobrando su salario íntegro. A partir de noviembre de 2020, el gobierno puso en marcha medidas específicas destinadas a la cultura, con una garantía de mantenimiento del salario mínimo y medio para los trabajadores del sector (unos 35.000 trabajadores, desde técnicos a actores, en todo el territorio nacional). La administración provincial ha otorgado ayudas a 1.000 músicos mediante subvenciones equivalentes al salario mínimo. En algunas provincias, a raíz de una iniciativa sindical, se está distribuyendo ayuda alimentaria financiada por el gobierno (por ejemplo, en Buenos Aires, se recogieron y distribuyeron entre 9.000 y 12.000 toneladas de alimentos entre los músicos necesitados). En Brasil, se concedió una ayuda pública a los trabajadores de todos los sectores afectados por la COVID-19, aunque por un monto muy bajo, y se puso en marcha una ayuda financiera específica para el sector cultural (ley Aldir Blanc). Algunas empresas, tanto públicas como privadas, han brindado apoyo financiero a proyectos artísticos en Internet. En Japón, hay subvenciones municipales, de escasa cuantía, para los músicos por cuenta propia que difunden sus actuaciones a través de Internet. En abril de 2020, el gobierno concedió una ayuda de un millón de yenes (en torno a 8.000 euros) a todos los trabajadores que hubieran perdido más del 50% de sus ingresos salariales. La Agencia de Asuntos Culturales concede ayuda temporal a los artistas y agrupaciones artísticas profesionales para que puedan seguir desarrollando sus actividades, tras presentar prueba de su actividad profesional. El pago de prestaciones de la seguridad social a los trabajadores por cuenta propia se ha ampliado hasta febrero de 2021. Las empresas musicales que tienen a músicos con contrato laboral recibirán, hasta marzo o abril del 2021, una subvención pública para ajustes laborales. En Indonesia, los trabajadores que no reciben ningún tipo de salario pueden optar a una ayuda gubernamental del 25% de sus ingresos previos. El sindicato FeSMI está recibiendo algunas donaciones de empresas privadas, lo que le permite entregar entre 100 y 200 dólares indonesios mensuales a cada afiliado del sindicato. Se están organizando conciertos solidarios con la ayuda de patrocinadores y el dinero recaudado se redistribuye entre los músicos. En Kenia, el gobierno ha asignado al Ministerio de Cultura un fondo simbólico de 100 millones de chelines (unos 750.000 euros) para distribuirlo entre todos los agentes culturales (bailarines, músicos, actores...). Para poder acceder al mismo, los artistas deben registrarse y presentar un vídeo o una grabación que acredite su actividad artística. Esta medida puntual se tomó unos seis meses después del inicio de la pandemia y ascendió a unos 5.000 chelines por persona (es decir, entre 50 y 100 euros). Muy pocos músicos se beneficiaron de esta medida, principalmente por el desfase entre la escasa cuantía ofrecida y el engorroso procedimiento necesario para solicitarla. 6 / 10
Durante el año 2020, el sindicato recibió raciones de alimentos de diversas empresas. Se distribuyeron entre todos los afiliados, lo que permitió a algunos músicos alimentarse durante al menos uno o dos meses. No obstante, esta operación no puede continuar por el momento debido a las dificultades que están atravesando las empresas del ramo alimentario. En Zimbabue, se ha creado un fondo gubernamental, el Fondo de Ayuda a los Deportistas y las Artes (AARF), de 20 millones de dólares zimbabuenses (55.000 dólares estadounidenses), para ayudar a artistas y deportistas cuyas actividades y fuentes de ingresos se hayan visto afectadas por la pandemia de la COVID-19. El fondo de ayuda a los artistas se distribuye a través del Consejo Nacional de las Artes de Zimbabue (NACZ). Para poder acceder al mismo, los artistas deben demostrar dos años de actividad continua. Las subvenciones pueden ser de hasta 5.000 dólares zimbabuenses (13,8 dólares). Las asociaciones de artistas y las organizaciones sociales inscritas en el Consejo Nacional de las Artes o en el Museo de Bellas Artes de Zimbabue pueden recibir hasta 7.500 dólares zimbabuenses (20,7 dólares). Los músicos que han tenido acceso a esta ayuda suplementaria no llegan a 100. El sindicato ha denunciado la falta de transparencia del gobierno. El sindicato ha movilizado todos los recursos disponibles para comprar paquetes de primeros auxilios y alimentos para ayudar a los más vulnerables (unos 300 músicos en total). 3. Empleo e ingresos en el sector y situación de los sindicatos de músicos Desde marzo de 2020, el sector musical de todos los países se encuentra en un estado lamentable, con contratos cancelados antes de la firma, los debutantes y los jóvenes artistas totalmente olvidados y una financiación endeble que no permite continuar con las actividades artísticas ni prepararse adecuadamente para el retorno post-COVID. Mientras que en países como Alemania, Canadá, Costa Rica, España, Francia o Países Bajos los músicos empleados por el Estado o las autoridades municipales prácticamente no han sufrido pérdidas salariales, la mayoría de los músicos freelance se encuentran desempleados y carecen de ayudas específicas. A menudo, se ven obligados a buscar un segundo trabajo o a reciclarse trabajando en almacenes, venta de frutas y verduras, lavado de coches o montando su propia empresa... El verano de 2020 fue especialmente catastrófico, ya que la mayoría de los músicos que trabajan por cuenta propia viven, en gran medida, de los ingresos generados durante la temporada estival. Este año, se calcula que todos los músicos freelance han ganado en un mes lo que solían ganar en una semana de trabajo. Las cuotas de afiliación a los sindicatos de músicos están disminuyendo, lo que está afectando significativamente a sus recursos. Se están lanzando llamamientos a la solidaridad. En este momento, es más importante que nunca permanecer unidos para lograr que los gobiernos escuchen la voz de los artistas. Francia Una encuesta realizada a principios de octubre por el SNAM (900 respuestas) arroja unos resultados desastrosos: – Uno de cada dos músicos ha realizado o tiene previstas menos de 14 actuaciones entre marzo de 2020 y febrero de 2021 (frente a las 53 habituales); – En el 91% de los contratos cancelados no se abonó ninguna indemnización; – El 56% de los músicos dudan de que vayan a seguir teniendo derecho al seguro de desempleo en agosto de 2021. El 26% cree que será imposible; – Entre marzo de 2020 y febrero de 2021, el número de actuaciones realizadas o previstas se redujo en un 68% respecto al año anterior; – El 41% de los músicos que no desempeñan ninguna actividad paralela no cumplen los requisitos para poder disfrutar de una baja por enfermedad o por maternidad. Esta cifra ascendería al 54,5% si tuvieran un contrato en noviembre, ya que cambiaría el período de referencia. Finlandia Se estima que el nivel global de empleo se sitúa en un 20% del nivel de 2019. Las pérdidas sufridas por los músicos que trabajan por cuenta propia ascendieron a unos 80 millones de euros en el año 2020. Algunas orquestas han suspendido temporalmente los contratos laborales, pero los músicos de estas orquestas no han sufrido grandes pérdidas. 7 / 10
Reino Unido – El 38% de los músicos no han podido acceder, o sólo han accedido parcialmente, a las ayudas del gobierno. – El 34% de los músicos están pensando en cambiar de profesión y dejar el sector musical. – El 47% de los músicos se han visto obligados a buscar trabajo fuera del sector. – El 70% no pueden realizar más de una cuarta parte de su trabajo habitual. – El 36% de los músicos no tienen ninguna actividad profesional en este momento. – El 87% de los músicos ganaron menos de 20.000 libras en 2020, muy por debajo de los ingresos medios del Reino Unido, que ascienden a 29.600 libras. – Las pérdidas colectivas del sector rebasan los 20 millones de libras. Estados Unidos Algunas orquestas han cesado toda su actividad y pagan poco o nada a sus músicos; por ejemplo, los músicos de la Orquesta de Nashville sólo reciben 300 dólares semanales. El 50% de los músicos que trabajan por cuenta propia no perciben ningún salario. Algunas orquestas han despedido a todos sus músicos. Canadá Las instituciones culturales y las grandes orquestas se enfrentan a un déficit del 25% debido a la falta de ingresos por venta de entradas. Una encuesta realizada por la AFM en noviembre de 2020 muestra que, en Montreal, el 20% de los miembros del sindicato se plantean dejar la industria musical y reciclarse. Costa Rica El presupuesto del Ministerio de Cultura para el 2021 se ha reducido en unos 2 millones de euros, lo que hará mella en las posibilidades de recuperación económica y debilitará toda la cadena de creación musical y cinematográfica. El 25 de junio de 2020, se lanzó la Estrategia Nacional Costa Rica Creativa y Cultural 2020-2030 con el objetivo de identificar, a través de "mesas sectoriales", las necesidades y soluciones para la reactivación de cada uno de los sectores a corto y medio plazo. El sindicato UTM está participando en la mesa sectorial de la música. Se han creado comités de artistas para presentar propuestas al gobierno, pero no se observa una evolución significativa y las reformas legislativas van muy lentas. Argentina La movilización ciudadana y la presión de los sindicatos impidió la disolución de la Orquesta de José C. Paz y de la Orquesta Sinfónica de Pilar. Los recursos de SADEM se han reducido en un 50% respecto al año 2019, pero el sindicato ha conseguido mantenerse a flote gracias al apoyo del gobierno. SADEM está desempeñando un papel importante en el debate sobre los protocolos de ámbito nacional para las actuaciones musicales por Internet, la protección de las instituciones culturales, el control de las restricciones y los contratos, el apoyo a los trabajadores y la lucha contra el aislamiento social. Brasil Muchos conservatorios de música y tiendas de instrumentos han cerrado de manera definitiva. Se han desarrollado cursos de música por Internet y los músicos que trabajan por cuenta propia y tienen acceso a Internet están ofreciendo actuaciones virtuales. El Estado brasileño está haciendo gala de gran negligencia en la gestión de la pandemia y de sus consecuencias, en especial en lo que al sector cultural se refiere. 8 / 10
Indonesia Se está fomentando la publicación de música en Internet, pero sigue siendo difícil para aquellos artistas que no tienen un gran público. La brecha digital es especialmente notable en los barrios periféricos de las grandes ciudades. El gobierno está barajando una serie de políticas de regulación de las actividades artísticas y creativas en las plataformas digitales. Kenia El 85% de los músicos están en paro y carecen de ingresos. Debido al elevado coste de los estudios de grabación, hay muy pocos artistas que puedan publicar su música en Internet. Zimbabue El coste de acceso a los estudios de grabación asciende a 2.000 dólares zimbabuenses, lo que limita considerablemente las posibilidades de utilizarlos. Las plataformas digitales tienen un proceso de selección muy estricto y sólo los artistas famosos pueden publicar su música en Internet, por lo que la diversidad artística es casi inexistente. Ya no hay ningún afiliado al sindicato ZIMU que pueda pagar las cuotas. Recientemente, se ha dado una situación polémica: al parecer, un responsable policial prohibió los conciertos por Internet, por lo que los músicos son cada vez más reacios a difundir sus actuaciones en las plataformas digitales por miedo a las represalias. Documento elaborado por Éloïse Tropea – febrero de 2021 9 / 10
Government support Support fund for the Elegibility to support Trade union provides Venues allowed to Venues may open for for independant cultural sector based on previous direct support host performances w/ recordings / streamed workers contracts audiences performances Argentina Yes Yes Yes Yes Yes/No Yes Brazil Yes Yes Yes No No No Canada Yes Yes Yes Yes No No Costa Rica Yes No / No No Yes Finland Yes Yes / Yes No Yes France Yes Yes Yes No No Yes Germany Yes Yes Yes Yes No Yes 10 / 10 Indonesia Yes No Yes Yes No No Italy Yes Yes Yes No No No Japan Yes Yes / No Yes Yes Kenya No Yes No Yes No No The Netheralnds Yes Yes Yes No No Yes Spain Yes Yes Yes No Yes Yes United Kingdom Yes Yes Yes Yes No Yes United States Yes No Yes No No No Zimbabwe No Yes No Yes No No
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