Estado Plurinacional de Bolivia - Programas de Transferencias Condicionadas en la crisis de COVID-19
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Doc umento de Dis cus ión de DAWN #37 Estado Plurinacional de Bolivia Programas de Transferencias Condicionadas en la crisis de COVID-19 Silvia Fernández Fe br E r o, 2 0 2 2 1
s i o n c u s fo r dis A F T D R RegiÓN: Á r e a POL Í TI C A : Am Érica cui dados y protecci ón s oci al Lat inA macroeconomí a Utilizando un enfoque feminista interseccional y de interrelaciones, este proyecto examina de cerca las transformaciones de políticas que han tenido lugar durante el periodo de excepcionalidad producido por la pandemia, explorando cómo pueden repercutir en el futuro en cuatro áreas políticas: macroeconomía; políticas laborales y derechos de las y los trabajadores; migración y movilidad humana; cuidados y protección social. 2
s i o n c u s fo r dis A F T D R ©2022 por DAWN bajo una licencia de Creative Commons Atribución-No comercial-Sin derivados 4.0 Internacional. (CC BY-NC-ND 4.0) Este documento forma parte de un esfuerzo internacional de investigación realizado por autoras feministas del Sur Global. Los Documentos de Discusión de DAWN tienen el propósito de generar un amplio debate y discusión de los análisis en curso sobre los diferentes temas en los que trabaja DAWN. Los documentos se ponen a disposición antes de estar terminados como parte de nuestra misión de informar, crear redes y movilizar. Opiniones y comentarios son bienvenidos y pueden enviarse a info@dawnnet.org. Este documento puede utilizarse libremente siempre que no se realicen modificaciones y se haga una clara referencia a la autora y a DAWN. Fernández, Silvia. 2022. Estado Plurinacional de Bolivia. Programas de Transferencias Condicionadas en la crisis de COVID-19. Documentos de Discusión de DAWN No. 37. DAWN. Suva (Fiji). 3
Abreviaturas ACP Asamblea Constituyente Plurinacional PTC Programas de Transferencia Condicionada CEPAL Comisión Económica para América Latina y el Caribe PIB Producto Interior Bruto IGAE Índice Global de Actividad Económica MAS Movimiento al Socialismo–Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos MESCP Modelo Económico Social Comunitario Productivo n NNUU Organización de las Naciones Unidas IVA Impuesto sobre el Valor Añadido s si o i sc u fo r d F T RA D 4
ABSTRACT En el presente artículo se evidencia que las formas de acumulación capitalista heredadas de la colonia, han transitado por la república, y llegan al Estado Plurinacional de Bolivia bajo el discurso del “derecho al desarrollo”, persiste la condición de colonialidad y la conformación racializada de la división de clases en la sociedad boliviana, condiciones que organizan las relaciones de interdependencia, configuran la vida social, siempre en condiciones de clasificación y desigualdad, de escasez, precariedad y conflicto, donde lo plurinacional termina siendo un símbolo en el poder político y un espejismo de igualdad. En la implementación de los cuatro Programas de Transferencia Condicionada (PTC) de emergencia COVID-19, se constata que la población perteneciente a los estratos de n ingresos medios y altos han sido más beneficiadas por los PTC debido al si o comportamiento económico de carácter típico, es decir, la estratificación racializada de s u clase y la desigualdad de género. Este sesgo macroeconómico mercantilista i sc desfavorable para los sectores más pobres y las mujeres profundiza la brecha de d r ingresos favoreciendo su concentración en estratos de ingresos medios y altos. T fo El criterio de “universalidad” en la cobertura de los bonos; sirve para uniformar y RA F homogenizar, para tratar a los sujetos sociales diferentes como si todos tuvieran la D misma condición y la misma necesidad. No es solo una debilidad de focalización de los bonos COVID-19, es una forma de reproducción de la concentración del capital vía el financiamiento público. I. Introducción El Estado Plurinacional de Boliviai está conformado por treinta y seis naciones indígenas originarias, un grueso sector que se define mestizo y una parte que se reconoce “blanca”. Con más de veinte lenguas originarias, la lengua predominante es el español. El reconocimiento de la plurinacionalidad se realiza a casi 200 años de la creación de la República, con la nueva Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia del año 2009. En 2007, al influjo de corrientes emancipatorias lideradas por los pueblos indígenas originarios, campesinos y sectores populares instalan la Asamblea Constituyente. Con una población que ronda los doce millones de habitantes, el país 5
está clasificado como de "ingresos medios" a partir de 2011, pero con una tasa de pobreza moderada del treinta y siete por ciento y una tasa de pobreza extrema del doce por ciento. Es una sociedad diversa por su origen y su horizonteii, pero con una misma estructura colonial capitalista y patriarcal de subordinación y discriminación (racial, de clase y de género). Perdura la herencia colonial con un modelo económico de base extractivista, dependiente de los precios internacionales de hidrocarburos, minerales y otros commodities. En el primer año del COVID-19, los sectores gobernantes implementan cuatro Programas de Transferencias Condicionadas (PTC) de emergencia, cada una otorgada n por única vez durante la crisis del COVID-19, pero con características y estructuras si o similares a los PTC desarrollados con anterioridad, que han demostrado su perfecta s c u funcionalidad para hacer frente a “las fallas distributivas del mercado”; corrigen la i s estabilidad de los consumos, pero no solucionan la desigualdad de ingresos, de acceso a medios de vida sostenibles. fo r d F T Los diferentes impactos socioeconómicos desatados por la crisis del COVID-19 reflejan RA la matriz de desigualdad social de Latinoamérica, cuyos ejes estructurantes son la D pertenencia a distintas clases sociales, el género, la edad, la condición étnico-racial y el territorio, el estatus migratorio o la situación de calle, etc. Estas desigualdades se acumulan, se potencian e interactúan entre sí, causando múltiples discriminaciones que conllevan desigualdades en el ejercicio de los derechos humanos (CEPAL 2020, Informe Especial No. 3). El marco analítico de DAWN denominado “La pandemia como portal: transformaciones (de) políticas que disputan la nueva normalidad” da origen a esta pretensión de aportar a la discusión sobre los cambios en los Programas de Transferencias Condicionadas (PTC) que pudieron desarrollarse para enfrentar la crisis del COVID-19. Siguiendo la definición de áreas temáticas establecidas por el marco analítico, trabajamos en el ámbito macroeconómico; nuestra hipótesis de trabajo es que en Bolivia los gobiernosiii han desarrollado “políticas estancadas y dependientes de trayectorias preexistentes” durante la crisis del COVID-19. 6
Desde la economía feminista se analiza el funcionamiento del orden patriarcal, la división sexual del trabajo, las relaciones de poder de género en el ámbito de la economía, y la interseccionalidad del género. Señala A. Picchio (2009) que analizar la distribución de los recursos públicos en función del impacto diferenciado en la vida de las personas sirve para revelar el sentido, la estructura y las tensiones del sistema económico en su totalidad. II. El lugar de enunciación: el Estado plurinacional de Bolivia. La crisis multidimensional del COVID-19 ha puesto en el tapete de la discusión, de quienes quieran reconocerlo, la existencia del conflicto estructural e irresoluble entre “la n vida y el capital” que, agudizado y profundizado por el neoliberalismo extractivista, si o caracteriza a este sistema de dominación. Hoy más que nunca estamos enfrentando un s u ataque contra la vida y los medios que hacen posible la vida, obligándonos a pensar y i sc analizar, más allá de la narrativa del “desarrollo”, la naturaleza misma del sistema d r capitalista en su relación con el orden y la cultura patriarcal. T fo Las dicotomías de la modernidad falsean la realidad al negar la intersubjetividad y la RA F totalidad social, al mismo tiempo que niegan la trama de interdependencia entre seres D humanos y naturaleza, generando así la vigencia de sistemas clasificatorios étnico- culturales, sexistas y antropocéntricos que estructuran las relaciones de género, de clase y de poder. Es en el cuerpo de las mujeres indígenas, cholasiv, campesinas, de clase media y burguesas que la amalgama triangular que trenza patriarcado, capitalismo y colonialismo (Gutiérrez, 2018), manifiesta sus particularidades. La invasión colonial capitalista y patriarcal es el mecanismo de internacionalización del capital e instauración del capitalismo como sistema mundial desde el siglo XVI. Genera un quiebre profundo y doloroso en las estructuras sociales de los pueblos invadidos, es la desarticulación del sistema de uso comunal de la tierra, de los sistemas de redistribución y reciprocidad, además de la imposición de la cultura moderna capitalista, que confisca tierras, territorios, cuerpos, principalmente de las mujeres indígenas y afrodescendientes. Esas estructuras de dominio han requerido implantar la racionalidad moderna y el desarrollo de estructuras familiares de colaboración, proporcionadas por el patriarcado 7
(preexistente también en los pueblos originarios), con la división sexual del trabajo, el contrato sexual y la familia patriarcal. La dialéctica del sexo es la dialéctica histórica fundamental, y la base material del patriarcado es el trabajo que hacen las mujeres al reproducir la especie (Firestone, 1976). Nombrar la perdurabilidad de las relaciones de dominio heredadas de la colonia es constatar la conformación racializada de la división de clases en la sociedad boliviana: una enunciación de partida que devela las relaciones sociales de dominio y explotación, fortalecidas por el capitalismo contemporáneo, son la manera de organizar las relaciones de interdependencia que configuran la vida social, siempre en condiciones de clasificación y desigualdad, de escasez, precariedad y conflicto. Más de 500 años después, la presencia de este orden de dominio no podía haber sido posible sin una relación de colonialidad y globalización de un poder que articula todo el mundo. si on Lo plurinacional en Bolivia no es solo una palabra en la Constitución Política del us Estado (CPE-2009) que, como concepto anclado en el lenguaje moderno encasilla, en i sc una lógica binaria cartesiana, la conformación y representación de una sociedad d r yuxtapuesta, abigarrada, como diría Zabaleta. O mejor, una sociedad ch’ixiv, que no fo solo refiere a lo humano, sino que además encierra en sí misma “mandatos antagónicos” F T de una sociedad de “alma dividida” no solo entre el pensamiento blanco, originario y RA mestizo, sino una mezcla que encierra a sus opuestos, como plantea Silvia Rivera D (2018). En este entramado multicolor de la sociedad boliviana, lo “plurinacional” adquiere una connotación de emancipación y reconstitución en el sentido de generación de lo nuevo, es el resurgimiento de una alternativa al desarrollo: el Vivir Bienvi. La condición de colonialidad persiste, ahora remozada por nuevas formas de extractivismo, de despojo y privatización de la tierra, de profunda y violenta mercantilización de la naturaleza, de discriminación, opresión y violencia contra las mujeres. Formas de acumulación capitalista heredadas de la colonia que han transitado por la república llegan al Estado Plurinacional bajo el discurso del “derecho al desarrollo” que legitima la explotación irracional de la naturaleza. La plurinacionalidad termina siendo un símbolo en el poder político y un espejismo de igualdad. Sin embargo, es imperativo reconocer como triunfo de las mujeres, que la Constitución Política incorpore la agenda liberal histórica de derechos de las mujeres, como el 8
derecho a la educación, a una vida libre de violencia, la paridad y alternancia de género en la representación política, etc.vii, conquista gestada al margen de las prioridades de la corriente ideológica dominante en la Asamblea Constituyente Plurinacional (ACP). A partir de la instalación de la ACP (2007), la participación política de las mujeres, principalmente indígenas y campesinas, en el gobierno, en la Asamblea Legislativa y en otros órganos de poder nacional, departamental y municipal es, en promedio, superior al cuarenta por ciento (Órgano Electoral plurinacional 2020); pero las reivindicaciones feministas son escasas y mucho más escasas son las conquistas. Como expone Almudena Hernando (2012), más mujeres en el poder no acaban con el orden patriarcal. Las mujeres en el poder político tienden a pactar más fácilmente y postergar las reivindicaciones feministas, poniéndose del lado del poder patriarcal (Hernando A, 2012), sirviendo de intermediarias entre el poder patriarcal legal visible y las i on reivindicaciones del movimiento feminista, como ocurrió en la batalla por la s s despenalización / legalización del aborto en 2017 – 2018 en Bolivia. i sc u Esta experiencia mostró que no se trata de la capacidad de las mujeres para el ejercicio r d del poder o de que estén ubicadas en espacios de poder real. De lo que se trata es de si fo estas mujeres en el poder patriarcal están dispuestas a traicionar ese poder con F T vindicaciones feministas, y si son o no representantes de las mujeres, no de un partido RA político. D 2.1. Modelo de economía social comunitaria productiva (MESCP) 2006-2020. A partir del año 2006, un impulso emancipatorio, que luego será encapsulado, cooptado por el gobierno del MAS en el denominado “proceso de cambio”, ha generado cambios en los siguientes ámbitos: -‐ El Estado asume el rol de productor, inversionista, empresario y redistribuidor de la riqueza. Articula principios pluralistas con acciones modernizadoras de mejora de las condiciones de vida de la población a través de la dinamización y el incremento constante de la demanda interna, traducida en la creación y/o el potenciamiento de los mercados (Ministerio de Economía, Boletín Económico 2013 (a)). 9
-‐ Los cuatro pilares del MESCP: a) crecimiento y desarrollo en base al aprovechamiento de los recursos naturales —políticas extractivistas—, b) recuperación de los recursos naturales y redistribución de los excedentes hacia sectores generadores de ingreso y empleo, c) redistribución del ingreso: transferencias condicionadas, inversión pública, incrementos salariales, subvención cruzada y otros, d) reducción de la desigualdad social y la pobreza (Ministerio de Economía, Boletín Económico 2013 (b)). Bajo parámetros del paradigma neoclásico de la economía, los criterios de éxito del modelo económico, en el periodo 2006 a 2019, son: aplicación de una política fiscal expansiva, crecimiento del consumo interno, estabilidad macroeconómica y crecimiento del PIB1. viiiSegún datos del Índice global actividad económica (IGAE), para el periodo n 2008 a 2018ix el crecimiento promedio anual del PIB es de 4,3 por ciento, originado en la dinamización de la demanda interna con PTC, subvenciones de precios y el s si o c u crecimiento sostenido de la inversión pública. El efecto del COVID-19 en la economía- i s mercado expresado en el IGAE 2020 es de – 8,2 por ciento del decrecimiento acumulado del PIBx. fo r d T El sustento filosófico oficial del MESCP es potenciar la economía social comunitaria y RA F avanzar hacia el logro del Vivir Bienxi. Paradójicamente, con este discurso se instaura D un modelo neoliberal altamente depredador y extractivista. El gráfico ilustra las características del MESCP, pero no devela lo que hace funcionar el modelo: por un lado, el trabajo de regeneración social y cuidado de la vida no remunerado desarrollado mayoritariamente por mujeres y niñas y, por otro, el carácter extractivista y depredador de la naturaleza. 10
Gráfico No. 1 Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP) si on c us r d i s T fo En el año 2011, Bolivia ingresa a la clasificación de Países de Renta Media. A partir de F ese año, la reducción de la pobreza moderada y la pobreza extrema es constante. Sin RA embargo, el dato promedio nacional que permite esa calificación de país de renta media D oculta la gran desigualdad entre las áreas rural y urbana. (Anexo 1: Tabla No 1). Más del cincuenta y cinco por ciento de la población del área rural que se declara indígena está en la línea de pobreza moderada, y el 31,3 por ciento en pobreza extrema. En el área urbana, la condición de indígena marca la diferencia: el treinta y seis por ciento de la población urbana auto identificada como indígena está en condición de pobreza moderada frente al treinta por ciento de la población no indígena. (Anexo 1: Tabla No 2). Ugarte y Bolívar (2015), con base en la Encuesta de Hogares 2013, establecen que la implementación de los PTC (Renta Dignidad, Bono Juancito Pinto, Bono Juana Azurduy) han reducido la incidencia de la pobreza moderada en Bolivia en 8,2 por ciento y la pobreza extrema en 9,6 por ciento en el grupo que recibió estas transferencias. Paz Arauco, Gray Molina, Jiménez Pozo y Yáñez Aguilar (2012) estudiando el Índice de Gini identifican que éste se reduce en dos por ciento cuando se 11
aplican las Transferencias Condicionadas (TC). Sin embargo, cuando se añade el efecto de los impuestos indirectos, esta reducción es de tan solo 0,5 por ciento. Coello y Fernández (2014) destacan que el efecto redistributivo de las TC se ve disminuido al enfrentarse con tasas y alícuotas planas de los impuestos indirectos que afectan de forma diferenciada a la población con menores ingresos. Es decir, parte del efecto redistributivo de las TC se pierde por el efecto regresivo de la tributación indirecta, como el Impuesto al Valor Agregado, con alícuotas planas y universales. La brecha de género en ingreso mensual más alta es de 262,69 USD desfavorable para las mujeres en la actividad de “información y telecomunicaciones”, sector dominado por las transnacionales de comunicación y la empresa estatal. En “servicios y comercio” la diferencia desfavorable para las mujeres es de menos 230,84 USD. Una diferencia n similar se presenta en la actividad de “Venta por mayor y menor, reparación de si o automotores”. Entre las y los “trabajadora/res por cuenta propia”, que presentan los us ingresos más bajos, la brecha de género es de menos 87,51 USD para las mujeresxii. Las i sc mujeres del sector salud y servicios de asistencia social en tiempos de pandemia ganan d r 223,52 USD menos que los hombres, con un incremento de la brecha en 200 por ciento. fo (Anexo 1: Tabla No. 3). F T RA El mecanismo a través del cual se gestan estas desigualdades de género es ignorar el aporte de las mujeres a la regeneración y el cuidado de la vida. Son la huella de los D procesos de colonización y modernización patriarcal y capitalista que ha desvalorizado el trabajo de regeneración y cuidado de la vida humana y la naturaleza, generando patrones de consumo que desvalorizan el trabajo del hogar como industria socialmente necesaria. 2 . 2 . El COVID-19 en la crisis política de 2019 -2020 en Bolivia. El COVID-19 encuentra al país sumido en una profunda crisis política con fuertes expresiones de racismo y fundamentalismo religioso. El estallido social de octubre y noviembre de 2019, alentado por las fuerzas conservadoras, declara unilateralmente la nulidad de las elecciones nacionales aduciendo fraude electoral realizado, presuntamente, por el Movimiento al Socialismo (MAS) ganador de las elecciones. 12
La posterior renuncia de Evo Morales y los/as asambleístas que estaban en la línea de sucesión constitucional generan un vacío de poder aprovechado por las fuerzas conservadoras, quienes instalan el gobierno transitorio con el apoyo de militares y policías. Veintiún días de movilización dividen al país en dos frentes: el pueblo indígena campesino y las clases subordinadasxiii frente a sectores de la oligarquía capitalista y la clase media enarbolando discursos de democracia liberal y retorno a la repúblicaxiv. En este contexto, el MAS elabora la narrativa del “golpe de Estado” que hasta la fecha continúa partiendo aguas en la escena política y social. Este conflicto pone de manifiesto que el racismo y la discriminación de género son pensamientos y prácticas todavía arraigadas en el entramado social y político del país y n particularmente en las ciudades de La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz, donde se si o han registrado las mayores vulneraciones a los derechos humanos de población us migrante interna aymara, quechua, guaraníes, guarayos, chiquitanos etc., impactando de i sc manera violenta y misógina especialmente contra las mujeres de pollera o cholas. d fo r En medio de la fuerte represión instaurada por el gobierno de transición, en marzo de T 2020 se presentan los primeros casos de COVID-19, lo que agrava el deficitario sistema RA F de salud pública y protección social del país. La pandemia se convierte en razón justificante de la restricción de las libertades democráticas impuestas por el gobierno D “transitorio”, se prohíben las reuniones, se definen horas y días de circulación de las personas y vehículos, el cierre de negocios y empresas, y la presencia de las fuerzas armadas en las calles y la sensación de miedo y desinformación se hacen más cotidianas. La suspensión de los servicios públicos y privados de apoyo a la ciudadanía y atención a la violencia contra las mujeres, la restricción de la atención sanitaria solo al COVID-19, contribuyen a crear ese clima de indefensión y miedo característico del control biopolítico ejercido sobre la población. Los Decretos Supremos (DS) N 4289 de 15/7/20 y (DS) 4200 legalizan la represión, autorizan la asignación presupuestaria adicional al Ministerio de Gobierno para favorecer a la policía, obligan a los gobiernos municipales y departamentales a financiar carburantes, alimentos y transporte para las fuerzas armadas y la policía; de esta manera, el gobierno afianza su poder. 13
Obligadas por la necesidad de generar ingresos, las mujeres indígenas y campesinas y migrantes internas al área urbana ponen a disposición de la población sus saberes y conocimiento ancestrales en el cuidado de la salud y desatan en las calles farmacias de medicina natural, con sus yerbas y ungüentos. Ellas contribuyen a cuidar la salud y reducir los efectos devastadores de la pandemia en el precario sistema público de salud. Son ellas quienes se ven enfrentadas a una mayor discriminación en el ejercicio de sus derechos económicos, sociales y culturales, con el incremento de la violencia patriarcal y el racismo. III. Análisis de los Programas de Transferencias Condicionadas (PTC) en tiempos de pandemia. En los años 90, las reformas neoliberales provocan la caída del empleo formal y se n privatizan los bienes y servicios públicos, disminuyéndose drásticamente la presencia si o del Estado en los servicios sociales. Las políticas sociales se rigen por las dinámicas del us mercado y los subsidios a la demanda. Este cambio prioriza un tipo de población que i sc denominan “vulnerable”, en la que se incluye a las mujeres, e introduce también nuevos d r actores: los organismos financieros multilaterales. T fo En ese marco, los PTC se desarrollan bajo cuatro criterios centrales que permanecen, RA F mostrando la continuidad del modelo neoliberal en el Estado Plurinacional: a) garantizar la estabilidad macroeconómica, b) tener control sobre el manejo del riesgo social que D significa la presencia de grupos “vulnerables” a impactos económicos, sociales, políticos o ambientales, manteniendo el empobrecimiento crónico; c) fortalecer el “capital humano” mediante programas de apoyo a la educación y la salud, y d) focalizar y “condicionar” el gasto social en los pobres para ser más eficientes. Estas cuatro características de los PTC están ampliamente estudiadas desde distintas vertientes como las evaluaciones del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la organización de las Naciones Unidas (NNUU). Frente a la crisis del COVID-19 la principal respuesta del gobierno de transición sigue la corriente de los gobiernos Latinoamericanos con la emisión de PTC, subvenciones en consumos básicos, alivios tributarios y otros. Las medidas tributarias de “emergencia”, exenciones y beneficios fiscales, los préstamos y el refinanciamiento de créditos con recursos públicos en favor de empresas privadas, han provocado la pérdida de recaudación fiscal. El ministerio de finanzas 14
(2021) estima que la pérdida fiscal es de 287 millones de USD, fruto de alivios tributarios en favor del sector privado, afectando más aún la recaudación y limitando la política redistributiva. Para la economía ortodoxa – neoclásica los PTC se orientan a corregir las “fallas del mercado” en la redistribución eficiente de los recursos (BM, 2009). Para ONU Mujeres (BRIEF v 1.1 15.05.2020) los PTC que responden a la crisis del COVID-19, “(…), en general, han apuntado a crear nuevas transferencias para compensar la situación de vulnerabilidad de los sectores que, por el aislamiento social, perdieron sus ingresos o sufrieron reducciones importantes”; señala también que la dimensión de género no está considerada en los mismos. En el presente trabajo abordaremos, desde la economía feminista, las características y n los sesgos de género en los PTC desarrollados en Bolivia entre marzo de 2020 y enero si o de 2021, periodo caracterizado por la crisis del COVID-19. c us Los sesgos de género son el impacto diferencial de la distribución de los recursos d i s públicos sobre hombres y mujeres debido a dispositivos sociales y conductas r fo económicas diferentes provenientes de la racionalidad neoliberal; derivan de dos T elementos centrales: por un lado, el proceso de valorización del capital que rige todas RA F las estructuras sociales, todos los conceptos, y por otro lado, la división sexual del trabajo y la división de lo público y lo privado. Los sesgos de género en la economía se D clasifican en 4 grandes grupos según Agenjo (2012): Ø Sesgos de género mercantilistas que equiparan lo económico con el mercado y el trabajo solo con el trabajo remunerado. Ø Sesgo de género androcéntrico que excluye las experiencias y necesidades de las mujeres del ámbito de la economía e invisibiliza el trabajo de regeneración de la vida. Ø Sesgo clasista, que pone como modelo de mujer y familia a la de clase burguesa. Ø Sesgo etnocéntrico, de hegemonía global y cultural, que impone como norma los modos de hacer y de pensar de los países industrializados. 15
Janet Stotsky (2005) identifica dos tipos de sesgos de género en la política fiscal: Ø Sesgos explícitos de género: expresa caracterizaciones y tratamientos diferentes para hombres y mujeres en leyes, políticas y procedimientos administrativos que explicitan esa categorización diferente, y pueden verse también reflejados en prácticas informales. Ø Sesgos de género implícitos: son disposiciones normativas y de políticas públicas que, debido a las convenciones sociales y al comportamiento económico de carácter típico, tienen consecuencias diferentes para los hombres y para las mujeres. 3 . 1 . Programas de transferencias condicionadas en Bolivia, “Bonos de emergencia n COVID-19”, AÑO 2020. s si o Según la CEPAL (Panorama Social, 2019) Bolivia es uno de los países con mayor sc u desigualdad social en el continente. Las brechas más notorias están entre la población i d urbana y la rural, entre la indígena y la no indígena y entre las relaciones y fo r oportunidades de los hombres y las mujeres. F T El ingreso promedio mensual nacional es de 340 USD, la brecha de género en ingresos RA promedio mensual es de por lo menos 100 USD desfavorable para las mujeres (234,28 D USD)xv . Los efectos de la crisis del COVID-19 en la pérdida de ingresos son del 9,2 por ciento en el trabajo asalariado urbano y del 17,54 por ciento en el área rural; en el sector de trabajadoras/es por cuenta propia del área rural la pérdida de ingresos alcanzo al 33,85 por ciento para hombres y para mujeres al 10,53 por ciento. El impacto mayor se observa en el incremento de la tasa de desocupación de 9,1 por ciento para hombres y 8,0 por ciento para mujeres en el segundo trimestre de 2020. Para fines de 2020, la tasa promedio de desocupación llego al 11 por cientoxvi . La informalidad y precariedad del empleo se presenta entre las y los trabajadoras/es del sector informal, en los quintiles más bajos de ingresos. Según el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas (2020), el 80 por ciento de los y las trabajadores/as en Bolivia trabaja en el sector informal. La población ocupada en el sector informal ha sido más afectada por las restricciones de aislamiento y circulación, teniendo que cerrar sus negocios o dejar la venta callejera 16
mayoritariamente realizada por mujeres. El 77,8 por ciento de la población ocupada en este sector presenta condiciones de alta precariedad. El sesenta y tres por ciento de las mujeres ocupadas están en el sector informal. Estos segmentos de la población comprenden hogares pobres y vulnerables, y gran parte de la clase media bajaxvii . En este marco de persistencia de la desigualdad étnica y de género, de precariedad de ingresos y del empleo, el Estado boliviano enfrenta la crisis del COVID-19 con medidas “únicas y puntuales”; cuatro PTC denominados Bonos de emergencia COVID-19 en el año 2020, aparte de los alivios tributarios y beneficios para el sector empresarial, medidas más complejas. Con el Decreto Supremo (DS) No 4200 de 25/3/20 denominado Bono Canasta Familiar, el gobierno implementa cuatro medidas: a) Bono Canasta Familiar dirigido a hogares de n ingresos bajos; b) pago de consumos de energía eléctrica inferiores a veinte USD y el si o cincuenta por ciento de consumos de agua potable por el Estado de forma temporal; c) us Las Fuerzas Armadas y la Policía Boliviana aplicarán medidas coercitivas para asegurar i sc el mantenimiento del orden público y la paz social; d) las Entidades Territoriales d r Autónomasxviii con recursos propios y transferencias de manera excepcional están fo obligadas a dotar de carburantes, alimentos, transporte y otros inherentes a las F T necesidades de los miembros de las Fuerzas Armadas, la Policía Boliviana y los RA servicios de salud. D Este DS presenta una complejidad que responde a la coyuntura política que atravesaba el país, pone el acento en el control militar y policial de la población estableciendo sanciones de privación de libertad a quienes incumplan las medidas de restricción, e incluye medidas de legalización de la represión desarrollada por el ejército y la policía nacional. El monto asignado por familia en este bono es de 57,38 USD (distribuido tanto en efectivo como en productos alimenticios). Esta transferencia se hace efectiva luego de más de cincuenta días de cuarentena total, que prohíbe la apertura de comercios y mercados de abastecimiento de alimentos, y solo se autoriza el funcionamiento de las cadenas de supermercados y negocios que cuentan con sistemas de reparto a domicilio. El bono representa el 8,47 por ciento del salario mínimo nacional y el 9,38 por ciento del ingreso real promedio nacional. La precariedad de esta TC es evidente, ya que no cubre los requerimientos alimenticios ni de salud centrales en el periodo de la 17
pandemia. Además, presenta debilidades de focalización, transparencia y distribución. Pero es claramente efectiva en la inyección de recursos al mercado por un total de 6.886.657,10 USD. El DS N 4197 de 18/3/20 crea el Bono Familia de 71,73 USD dirigido a niñas/os y adolescentes de Educación Inicial, Primaria y Secundaria de Unidades Educativas Fiscales. Adicionalmente, se establece la reducción temporal del treinta por ciento de tarifas eléctricas de la categoría domiciliaria. El DS 4215 de 04/2020 amplia la cobertura del Bono Familia a estudiantes Jóvenes y Adultas/os del Subsistema de Educación Alternativa y Especial y al sistema Privado. Integra al beneficio a familias de estratos de ingresos medios y altos, generando un desequilibrio mayor en el acceso a ingresos. Para las familias pobres con un promedio n de tres hijos por familia que han recibido un total de 215,20 USD representa cerca del si o 100 por ciento del ingreso mensual; para el estrato de ingresos altos este monto us representa hasta un ocho por ciento de su ingreso mensual. La desigualdad en la i sc distribución de los ingresos es legitimada por el criterio de “universalidad”: todos y d r todas tenemos derecho a las TC en tiempos de pandemia, pero no todas y todos estamos fo en la misma situación. Para las familias pobres el bono significó cubrir la alimentación, F T para el estrato de ingresos medios puede haber apoyado en el acceso a medicamentos, RA para el estrato de ingresos altos es probable que el bono incremente consumos D superfluos. Considerando que más del sesenta y tres por ciento de las mujeres están ocupadas en el sector informal y en el estrato de ingresos bajos, y teniendo en cuenta que el 31,3 por ciento de la población indígena está en condiciones de pobreza extrema, este beneficio resulta ser inequitativo para estas poblaciones en relación a los hombres que presentan mejores situaciones de empleo e ingresos y en relación a la población no indígena de estratos medios y altos de la población. La familia dueña de la fábrica de tabacos recibió el mismo monto de Bono Familia que la mujer que vende esos cigarrillos en la calle en jornadas de diez o doce horas y sin protección social. 18
Gráfico No 2. - Distribución de la Población según Estratos de Ingresos 70,0 57,1 59,3 60,0 54,2 50,0 42,2 39,9 37,2 40,0 30,0 20,0 10,0 3,6 3,0 3,6 0,0 2017 (1) 2018 (1) 2019 (1) Bajo Medio Alto Fuente: UDAPE en base a INE (Encuesta de Hogares). (1) Contempla la nueva Canasta Básica Alimentaria y las nuevas líneas de pobreza elaboradas por el INE. i on Estrato de ingresos bajos: personas que poseen ingresos del hogar per cápita inferiores a la línea de pobreza moderada s nacional. us Estrato de ingresos medio vulnerable: ingresos del hogar per cápita entre 1 y 5 veces la línea de pobreza moderada. sc Estrato de ingreso alto: ingresos del hogar per cápita mayor a 6 veces la línea de pobreza moderada. d i fo r A esta inequidad en la redistribución del ingreso contribuye el criterio de T “universalidad”, que encierra un sesgo macroeconómico mercantilista desfavorable para RA F los sectores más pobres y profundiza la brecha de ingresos debido al comportamiento económico de carácter típico, es decir, la estratificación de clase y la desigualdad de D género. En la dinámica de inyección de recursos al mercado y para reducir los impactos de la recesión económica, el mismo DS que amplía el alcance del Bono Familia crea el Bono Universal DS No. 4215 14/4/20; las condicionalidades para el bono de 71,73 USD son: “beneficia a los bolivianos de 18 años cumplidos hasta los menores de 60 años. Se exceptúa de este beneficio a las y los beneficiarios del Bono “Canasta familiar” y a los servidores públicos, trabajadores del sector privado; a los que reciben pensiones o rentas (jubilación, invalidez, viudez, benemérito).” Aparte del lenguaje sexista característico de los DS, éstos presentan sesgos implícitos y explícitos: de manera explícita excluye de este beneficio a las personas que cobraron el Bono Canasta Familiar. Si bien no existen datos por sexo, ingresos y pertenencia étnica de los beneficiarios de los bonos, el sesgo de género y racista implícito se presenta cuando observamos quiénes fueron los y las beneficiarios/as de la “canasta familiar”. 19
Éstos son: “los sectores más vulnerables de la sociedad, personas de la tercera edad que cobran su Renta Dignidad y no perciben otra renta o jubilación, madres que reciben el Bono Juana Azurduy y personas con discapacidad moderada, grave y muy grave xix además de los no videntes” ; esta población es excluida del beneficio del Bono Universal por ser pobre y mujer. El nuevo gobierno del MASxx emite el DS N 4293 de 13/11/20 Bono contra el Hambre por un monto de 143,77 USD. Son beneficiarias/os las y los ciudadanas/os bolivianas/os residentes en el país, mayores de 18 años de edad al 16 de septiembre de 2020 y que pertenezcan a alguno de los siguientes grupos: a) Mujeres que actualmente perciben el Bono Juana Azurduy; b) Personas con discapacidad visual que reciben el Bono de Indigencia; c) Personas con discapacidad grave o muy grave registradas; d) incluye las personas que no recibieron ningún tipo de remuneración salarial del sector público o i on privado; e) Asegurados/as Independientes en el Sistema Integral de Pensiones. s us A diferencia del Bono Universal que excluyó explícitamente a sectores más i sc “vulnerables”, las condicionalidades del Bono Contra el Hambre integra a esa d r población. Sin embargo, presenta los mismos sesgos implícitos macroeconómicos fo racistas y de género al otorgar el mismo beneficio monetario de manera uniforme a la F T población que cumple la condicionalidad independientemente del nivel de ingresos, el RA sexo, la situación laboral y la pertenencia o no a pueblos indígenas. No considerar esas D variables, que en nuestras sociedades funcionan como variables de discriminación y desigualdad, es desarrollar sesgos de género que reproducen las desigualdades en términos de raza, género y clase. En la tabla siguiente se exponen los porcentajes de cobertura poblacional estimada de cada bono COVID-19, los montos individuales de las transferencias y los montos totales en dólares americanos. 20
Tabla 1. Población beneficiaria y montos de Transferencias Condicionadas COVID-19 PTC Población (1) Población Monto Monto total Porcentaje Bonos de Potencialmente Beneficiaria Individual en Millones de de Emergencia Beneficiaria, que (2) en USD USD. (2) Cobertura COVID-19 Cumple la (2) Poblacional Condicionalidad Estimada al 2020 Bono 4.593.418 1.200.000* 57,38 68.866.571 26,12 Canasta Familiar Bono 3.487.567 3.200.000 71,73 229.555.236,7 91,75 Familia Bono 5.192.946 4.000.000 71,73 286.944.045,9 77,02 Universal Bono Contra 5.192.946 4.015.364 143,47 576.084.273,0 77,33 El Hambre Total 1.161.450.126, 6 (1) Fuente: Elaboración propia: en base a datos del INE “proyecciones de población de ambos sexos según edad 2012-‐2022” n estimaciones propias de población que cumple la “condicionalidad” para el acceso al PTC. i o (2) Fuente: elaboración propia: en base a Ministerio de Economía y Finanzas (2020) Cartilla Económica COVID-‐19 “ayudas s s económicas del gobierno para las familias y el empleo”, “Medidas económicas COVID-‐19” 2020 y Rendición pública de c u Cuentas inicial 26-‐3-‐2021 i s • Dato preliminar a agosto de 2020. d fo r El Bono Canasta Familiar dirigido al estrato poblacional de ingresos bajos (4.593.418 F T personas) alcanzó solo al veinte y seis por ciento del mismo. A manera de hipótesis, la RA baja cobertura podría deberse a debilidades de la gestión pública. Los esfuerzos D gubernamentales se concentran en las ciudades que presentan conflicto político, escasa y confusa información sobre quiénes son beneficiarias/os del Bono y la causa más probable es la corrupción y falta de transparencia en el manejo de los fondos. El Bono Universal tiene un 77,2 por ciento de cobertura, y se estima que del total de beneficiarias/os solo el 29,19 por ciento (1.516.000 personas) son de ingresos bajos. El bono de 71,73 USD podría haber beneficiado a un 70,80 por ciento de personas con ingresos medios y altos. El Bono contra el Hambre, con 77,33 por ciento de cobertura, no considera las diferencias en términos de estratos de ingresos y alcanza a 4.015.364 personas, de las cuales estimamos que 2.499.364 personas (62,24 por ciento) pertenecen a los estratos de ingresos medios y altos. Esta estimación nos proporciona solo una aproximación al incremento de las desigualdades vía la inequitativa distribución de los PTC en tiempos del COVID-19. 21
Considerando que el 78,3 por ciento de la población rural es pobre y el 37,7 por ciento de la población urbana es pobre, las transferencias condicionadas al COVID-19, al no considerar los datos de pobreza diferenciada por área geográfica han presentado un sesgo implícito de corte clasista y racista debido a que no se consideran las diferentes situaciones de pobreza y desigualdad de las poblaciones urbanas y rurales. El siguiente gráfico ilustra estas desigualdades. Gráfico 3: Porcentaje de la población que se beneficia de los Bonos COVID-19 por zona geográfica. Porcentaje de población beneficiaria de bonos COVID-‐19 según área geográfica 75,16 74,66 80 67 63,14 n 70 59,24 i o 60 s 50 s 40 33 c u 30 s 15,64 i 20 7,22 d 10 r 0 fo Bono familia Bono Canasta Bono Universal Bono Contra el T Familiar Hambre A F % de población Área Rural % de población Área Urbana R D Fuente: Elaboración propia: en base a tabulados especiales de la Encuesta de Hogares 2020 y datos del ministerio de finanzas, rendición de cuentas 3-‐2021. El criterio de “universalidad” en la cobertura de los bonos no sirve para llegar a toda la población. Sirve para uniformar y homogenizar las situaciones diferentes, tratar a los sujetos sociales diferentes como si todos tuvieran la misma condición y la misma necesidad; no es solo una debilidad de focalización, sino que denota la presencia de un sesgo macroeconómico mercantilista, porque las condicionalidades de los PTC son genéricas. Esto quiere decir que no importa a quién y cómo se beneficia o qué efectos tiene en los distintos sectores poblacionales. Lo que parece priorizarse es inyectar grandes masas monetarias al mercado y dinamizar la demanda agregada que, sumada a las exenciones tributarias y a la transferencia de recursos al sistema financiero, protegen la reproducción del capital. Esta orientación a la reproducción del capital es solo posible porque el trabajo de reproducción social no remunerado desarrollado por las mujeres no ha cesado ni un minuto en la crisis del COVID-19. 22
Los cuatro PTC COVID-19 pusieron en el mercado un total de 1.161.450.126,6 USD; sin embargo, no lograron evitar la caída de los ingresos y del empleo. En 2020, el estrato de población de ingresos bajos se incrementó en 1,77 por ciento, la población en el estrato de ingresos medios se redujo en 2,2 por cientoxxi , y además se registró la tasa global de desocupación más alta de los últimos 5 años, de 8,64 por ciento. IV. Conclusiones En la implementación de los cuatro PTC de emergencia COVID-19, se constata que la población perteneciente a los estratos de ingresos medios y altos ha sido más beneficiada por los PTC debido al comportamiento económico de carácter típico, es decir, la estratificación racializada de clase y la desigualdad de género. Este sesgo on macroeconómico mercantilista desfavorable para los sectores más pobres y las mujeres s si profundiza la brecha de ingresos, favoreciendo la concentración de los ingresos en c u estratos de ingresos medios y altos. d i s El impacto diferenciado del COVID-19 en Bolivia está vinculado a la matriz de r fo desigualdad por condición de clase, raza y género vigente, y especialmente a las F T características del empleo y el mercado de trabajo. La precariedad del sistema de RA protección social y del sistema de salud se han hechos más evidentes durante el primer D año del COVID-19. Para contener los riesgos de afectación del mercado en la vida de las personas en 2020, el Estado continúa con la aplicación de políticas contra cíclicas para compensar las caídas temporales en la demanda privada con un mayor gasto público a través del lanzamiento de los PTC para dinamizar la demanda agregada. En el análisis de los PTC se han podido evidenciar al menos 3 características que conducen a afirmar que en Bolivia las transferencias monetarias responden a “políticas estancadas y dependientes de trayectorias preexistentes”. La primera característica es que su objetivo es garantizar la estabilidad macroeconómica utilizando el dinero ahorrado y la contratación de deuda para inyectar en el mercado grandes masas monetarias; la segunda característica es que a los PTC los acompañan los importantes alivios tributarios, los subsidios de servicios básicos a través del gasto público, moratoria y flexibilidades de pago en los créditos, que beneficiarán principalmente a los 23
grandes capitales, las reducciones y/o postergaciones de las contribuciones patronales a la seguridad social, las fuertes subvenciones a empresas para el pago de salarios. Estas medidas fiscales han tenido un coste de más de 2.000 millones de USD. La crisis del COVID-19 ha permitido evidenciar también la fuerte influencia del sector privado en la definición de las políticas fiscales y económicas. En los catorce años de gobierno del MAS previos a la crisis del COVID-19, ésta influencia se ha visto reflejada en el modelo económico extractivista y los beneficios fiscales. Con el gobierno de transición se han reactivado con crudeza las prácticas autoritarias del sector privado y los sectores conservadores. La tercera característica es que los PTC presentan efectos diferenciales según los tramos de ingresos asociados al sexismo y la etnificación de la fuerza de trabajo como política n laboral. Más del sesenta y tres por ciento de las mujeres están ocupadas en el sector si o informal y la conformación de las clases subalternas tiene un origen indígena campesino us originario. d i sc Los alivios tributarios han producido una pérdida fiscal de 287 millones de USD, fo r beneficiando sobre todo a las empresas, y los impuestos indirectos como el IVA se han T mantenido sin modificaciones. Esto hace que los PTC COVID-19 pierdan su escaso RA F resultado redistributivo por los efectos regresivos de la tributación indirecta. D El funcionamiento de las relaciones de poder, la división sexual del trabajo, así como la organización y el funcionamiento del trabajo de regeneración y cuidado de la vida como mecanismo de captura de las rentas acumuladas han reforzado su normalización debido a las medidas adoptadas. Los sesgos de género evidenciados en los PTC y la educación virtual contribuyen a ello. El 44,3 por ciento de la población accede a internet y solo el 27,4 por ciento tiene una computadora en su hogar. Los PTC, al desarrollarse bajo criterios de “universalidad”, homogenizan a los sujetos y no consideran las desigualdades sociales y de género, favoreciendo a los sectores de mayores ingresos. Los 4 bonos analizados transfieren montos similares al conjunto de las familias independientemente de su nivel de ingresos y condición de pobreza, confirmando así que la intención que está detrás de estas transferencias es solo evitar mayores caídas de los consumos. Esta respuesta está enmarcada en la economía tradicional, en el modelo neoliberal, que se concentra en la preservación del capital y los niveles de consumo, y está muy alejada del cuidado y la sostenibilidad de la vida. 24
Si bien es cierto que la crisis del COVID-19 ha desatado un conjunto de dificultades para los gobiernos, no es menos cierto que los gobiernos nacionales, tanto el gobierno transitorio 2019 -2020 como el actual gobierno del MAS, realizan sus máximos esfuerzos en una sola dirección que es rescatar un sistema y un modelo económico que acelera y profundiza su incapacidad para sostener la vida de las personas y del planeta. Para evitar la reproducción de las desigualdades sociales y de género a través de los PTC, éstos deben evitar el criterio de “universalidad” y contar con estadísticas de género y estadísticas que incluyan variables referidas a la partencia étnica y que consideren la reducción de la pobreza como criterio central, no como mecanismo de incremento del consumo. si on c us r d i s T fo RA F D 25
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