Evaluación externa a Proyecto - Víctimas sujetos de derechos y constructoras de paz en el Departamento de Antioquia - Colombia Nº. EXPTE: ...
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Evaluación externa a Proyecto Víctimas sujetos de derechos y constructoras de paz en el Departamento de Antioquia – Colombia Nº. EXPTE: 0DH005/2016 AACID – PAZ CON DIGNIDAD – CORPORACIÓN JURÍDICA LIBERTAD Evaluadora: Octubre 2021 Karin Adriana Rodríguez Rodríguez
Tabla de contenido 1. Resumen ejecutivo ................................................................................................................ 3 2. Introducción: Antecedentes y objetivos de la evaluación. ................................................... 7 Objetivos del proyecto ............................................................................................................... 8 Resultados e indicadores verificables objetivamente................................................................ 8 1 Cobertura territorial ................................................................................................................... 8 Población destinataria................................................................................................................ 8 3. Breve descripción del objeto de evaluación y su contexto................................................... 9 Objetivo general de la evaluación .............................................................................................. 9 Objetivos específicos .................................................................................................................. 9 Contexto del proyecto y de la evaluación ................................................................................ 10 El contexto de la evaluación..................................................................................................... 15 Limitaciones de la evaluación .................................................................................................. 19 4. Enfoque metodológico y técnicas usadas en la evaluación .................................................... 20 La fase de preparación ............................................................................................................. 20 Fase de exploración con actores claves ................................................................................... 22 La fase de elaboración y difusión del informe de evaluación .................................................. 22 Cronograma de la evaluación................................................................................................... 24 Unidades de observación ......................................................................................................... 25 Organización contraparte ........................................................................................................ 25 5. Análisis e interpretación de la información recopilada y resultados de la evaluación ....... 25 Modificaciones ......................................................................................................................... 26 Hallazgos de la evaluación y la matriz de planificación de la intervención ................................ 27 Pertinencia ............................................................................................................................... 27 Impactos ................................................................................................................................... 28 Eficacia...................................................................................................................................... 29 Eficiencia .................................................................................................................................. 48 Apropiación y fortalecimiento institucional ............................................................................... 1 Sostenibilidad ............................................................................................................................. 1 Diversidad cultural ..................................................................................................................... 2 6. Conclusiones de la evaluación en relación con los criterios de evaluación.............................. 2 Pertinencia ................................................................................................................................. 3 Eficacia........................................................................................................................................ 3 Eficiencia .................................................................................................................................... 4 Enfoque de género ..................................................................................................................... 4 Impacto ...................................................................................................................................... 3 Apropiación y fortalecimiento institucional ............................................................................... 4 Sostenibilidad ............................................................................................................................. 4 Sostenibilidad ambiental ............................................................................................................ 5 Diversidad cultural ..................................................................................................................... 5
7. Recomendaciones de la evaluación. ......................................................................................... 5 Hacia la CJL ................................................................................................................................. 5 Hacia Paz con Dignidad .............................................................................................................. 6 Hacia la AACID ............................................................................................................................ 7 Anexos........................................................................................................................................... 8 Referencias ................................................................................................................................... 8 2
Evaluación externa a Proyecto Víctimas sujetos de derechos y constructoras de paz en el Departamento de Antioquia – Colombia 3 1. Resumen ejecutivo Este documento refleja el proceso de evaluación externa del proyecto “Víctimas sujetos de derechos y constructoras de paz en el Departamento de Antioquia – Colombia”, contando con Paz con Dignidad (PcD) como entidad solicitante e implementado por la Corporación Jurídica Libertad (en adelante CJL), financiado por la AACID en convocatoria 2016. El proyecto fue implementado desde el 1º. de octubre de 2018 al 31 de diciembre de 2020. Se trata de una evaluación externa independiente del proyecto que tuvo el objetivo de fortalecer la participación e incidencia de víctimas del conflicto armado y organizaciones sociales de Antioquia, en escenarios regionales y nacionales de paz orientados a la exigencia de la verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición, que permitiera evidenciar los efectos logrados por el trabajo de la Corporación. La evaluación tuvo su avance en 3 fases, haciendo el análisis de acuerdo a la información compilada con entrevistas, una encuesta, informes de la CJL y la pertinente revisión documental. Se construyeron 3 unidades de observación: la organización contraparte, las organizaciones sociales, de víctimas y plataformas y los actores interinstitucionales. La evaluación externa se orientó teniendo en cuenta los cuatro ejes estratégicos del proyecto de donde sobresalen los siguientes resultados: Memoria A la Comisión de la Verdad le llegan informes con casos documentados y donde se visibiliza Histórica el acompañamiento de la CJL, en un proceso sin precedentes que exigió aprender sobre la marcha y dar cumplimiento a los requerimientos para poder llegar a la entrega de dichos informes. Se entregan 3 informes a la CEV, 2 de ellos con énfasis en derechos de las mujeres y 1 sobre las violaciones a los derechos humanos cometidos en la comuna trece de Medellín (Memorias de un territorio en resistencia: graves violaciones a los derechos humanos y resistencias a la violencia en la comuna 13 de Medellín durante el periodo 1995-2020) que fue entregado en mayo de 2021, pero se preparó durante este y permitió una articulación con organizaciones de víctimas como Mujeres Caminando por la Verdad y otras organizaciones de derechos humanos de la ciudad como: el Instituto Popular de Capacitación, la fundación Social Santa Laura Montoya y el Centro de Fe y Culturas. Para llegar a la consolidación de los procesos, hay un recorrido importante que promovió la participación de víctimas de crímenes de estado, consolidando la activación de distintos frentes de trabajo: se incluyó un proceso pedagógico que involucró a víctimas en los diferentes grupos poblacionales. El apoyo psicosocial se convirtió en un ejercicio que se aprovechó en todos los ejes estratégicos del proyecto. Hay un cubrimiento de medios en cuanto a los procesos acompañados en la Comuna 13 y en los demás ejes del proyecto. Avance Litigio Se superó la expectativa del número de casos en investigación y seguimiento en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH), se llevó un caso ante el Comité de Derechos
Estratégico Humanos de Naciones Unidas y se superó la expectativa de los casos de desaparición forzada con información válida; sobresalen los Casos de Comuna 13 y el de la vereda La Esperanza para el cual la Corte Interamericana de Derechos Humanos transmitió a Fiscalía la solicitud de investigar a los máximos responsables. Fiscalía General de la Nación accedió a proyectar acciones para identificar a los máximos responsables. Y el caso de Ejecuciones Extrajudiciales con denuncia y solicitud de investigación en contra de brigadier general Mario Montoya aprobada por la Fiscalía General de la Nación. Se evidencia el accionar internacional de la CJL 4 ante mecanismos de derechos humanos. A lo largo de la acción se presentaron denuncias y se hizo seguimiento a las acciones judiciales de casos individuales y colectivos de desapariciones forzadas de la Comuna 13 y de la Vereda La Esperanza, de familiares de víctimas de extrajudiciales acompañadas por la CJL y de agresiones a defensores/as de derechos humanos. La entrega de tres informes a la Sala de Reconocimiento de Verdad, de Responsabilidad y de Determinación de los Hechos y Conductas de la JEP, permitió avances en cuanto al impulso del caso 03 e incidencia de la CJL en la expedición del Auto 033 de febrero de 2021 que reconoce 6.402 ejecuciones extrajudiciales. La JEP reconoce que el aporte de la CJL ha sido significativo en este proceso. Fortalecimiento Importante avance en el reconocimiento de distintas violencias que han sufrido las mujeres de liderazgo y sus colectivos, agudizadas por el conflicto armado, específicamente con relación a su femenino o condición de género. Las organizaciones de mujeres se fortalecieron en acciones de reparación incidencia y ganaron reconocimiento de sus acciones. Se evidenció un cambio cualitativo en individual y el empoderamiento y liderazgo de las mujeres que repercutió positivamente en los procesos colectiva de exigibilidad de los derechos de las víctimas y la búsqueda de las personas desaparecidas. Además, los colectivos de mujeres se articulan a otros procesos y se relacionan con la agenda del movimiento de las mujeres en la región, participando en la conmemoración de fechas emblemáticas. La CJL se fortaleció en la implementación de su enfoque de género en los procesos de reparación y construcción de memoria. De las propuestas de reparación construidas por las víctimas la mayoría incluyen enfoque diferencial de género. El avance se vio reflejado en el trabajo realizado por las mujeres en el marco del Paro Nacional en 2021. Protección y Sobresale el fortalecimiento organizativo de la articulación Proceso Social de Garantías (PSG) garantías. y el aumento en la capacidad de denuncia de las organizaciones en los territorios. Avances significativos en la incidencia y exigencias ante el Estado apalancando la política pública de DDHH de Antioquia, las rutas de atención y protocolos de protección y seguridad a líderes, lideresas sociales y personas defensoras de DDHH, asunto que se aprovecha notablemente en el contexto del año 2021. La Mesa Territorial de Garantías cuenta con respaldo de organismos internacionales, de la institucionalidad pública y el PSG, lo que evidencia un mejoramiento en la interlocución entre los actores, se ganó confianza y las solicitudes del PSG son tenidas en cuenta. Organizaciones de mujeres se integran al PSG, se incide en una comisión de género y desde la CJL se hacen aportes para el enfoque de género en este proceso. Se impulsó la Campaña No+ derechos vulnerados por los uniformados que buscó la transformación de la fuerza pública en contexto de construcción de paz, sumando esfuerzos con plataformas de defensores/as de derechos humanos a nivel nacional, repercutiendo en la agenda pública, dando a conocer las graves violaciones a los derechos humanos, visibilizando el debate por las ejecuciones extrajudiciales y la responsabilidad de altos mandos del ejército nacional. Se reflejan los hallazgos considerando los criterios de evaluación, resaltando como parte de las conclusiones:
El proyecto fue pertinente porque cumplió con las necesidades y expectativas de una población específica, tal como se expuso en la formulación del proyecto. Hay coherencia en la respuesta de acuerdo a las necesidades de los grupos con los que trabajó la CJL, respondiendo a las exigencias del contexto y a las prioridades que se trazaron en el proyecto. Teniendo en cuenta que se inició después de lo previsto en el proyecto, a nivel de eficiencia el proyecto presentó la cronología planificada en cuanto a la duración de la intervención, incluso durante el tiempo de 5 pandemia, se hicieron los ajustes necesarios para dar respuesta a lo requerido y planteado en el proyecto. En cuanto a la eficacia, el proyecto resultó plenamente eficaz en la consecución de resultados y objetivos en los términos definidos en la formulación, contando con un contexto dinámico que repercutió en el desarrollo del proyecto. La CJL supo adaptarse a las condiciones que impuso el contexto del post-acuerdo de paz y a los requerimientos y condiciones para hacer los aportes en materia de memoria, verdad, justicia y reparación. El proyecto impulsa sus acciones incorporando un enfoque de género con un componente grueso de empoderamiento a mujeres víctimas del conflicto armado, asunto que se ve reflejado a lo largo de la intervención, logrando visibilizar a las mujeres, sus grupos y potenciando su participación en procesos de memoria, verdad, justicia, reparación y no repetición. Los colectivos de mujeres fortalecieron sus liderazgos, diversificaron vocerías en la interlocución con la institucionalidad, y ganaron confianza y reconocimiento para su incidencia política. A lo largo de la acción, también se tiene en cuenta la interseccionalidad, entendiendo que hay distintas condiciones particulares a cada mujer y sus colectivos. El impacto del proyecto es positivo, dado que hay una combinación satisfactoria de las acciones emprendidas y el costo económico de las mismas. Adicionalmente, surgieron resultados no esperados que impactaron positivamente la vida de la población y de los grupos con los que trabajaron. Las acciones del proyecto lograron cualificar la incidencia de las organizaciones sociales y de derechos humanos y en cuanto a la apropiación y fortalecimiento institucional, se debe mencionar que hay un notable avance en el reconocimiento del Proceso Social de Garantías y de la CJL como interlocutor fortalecido. Los protocolos de protección y seguridad construidos también son implementados bajo el contexto de manifestaciones y protesta presentados en el 2021; es decir, los defensores/as de derechos humanos se han apropiado de estas herramientas que se vuelven muy útiles en momentos de crisis. En el marco del Paro Nacional que se desarrolló en Colombia entre el 28 de abril y el 20 de julio de 2021, la CJL aprovechó el acumulado logrado durante la ejecución del proyecto al establecer un mecanismo denominado Puesto de Monitoreo Unificado Popular en el cual se articularon diez organizaciones de derechos humanos con las que se trabajó en el marco del proyecto. Dicha articulación permitió aplicar los protocolos de seguridad, protección y autoprotección en desarrollo de las manifestaciones y movilizaciones. Así mismo, las organizaciones designaron personas para acompañar las manifestaciones e interlocutar con las autoridades locales, atender a los/las manifestantes que sufrieron diversas modalidades de agresión y violación a los derechos humanos y documentar los casos que luego han sido presentados ante diversos organismos, entre ellos la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. También se resalta el trabajo realizado con las mujeres lideresas que hacen parte del Proceso Social de Garantías, las cuales documentaron las violencias basadas en género y que están recogidas en el Informe: Violencias sexuales y otras violencias contra mujeres en el contexto del Paro Nacional de Colombia 2021 que también fue presentado a la CIDH y a la directora de la Oficina de la Alta Comisionada de Naciones
Unidas para los Derechos Humanos Juliete de Rivero. Además, el impulso de la Misión de Observación Internacional por las Garantías de la Protesta Social y Contra la Impunidad en Colombia, realidad entre el 3 y 12 de julio en articulación con otras organizaciones regionales y nacionales de derechos humanos y en la que participaron 41 delegados/as de Estados Unidos, Canadá, Cataluña, España, Italia, Alemania, Gran Bretaña, México, Ecuador, Chile, Bélgica, Guatemala y Ciudad del Vaticano. 6 El proyecto logra la sostenibilidad porque la CJL ha asumido un compromiso de seguir impulsando sus acciones estratégicas a favor de los derechos de las víctimas y sus procesos, así como hay evidencia del acompañamiento y respaldo que ha brindado Paz con Dignidad a diferentes procesos y proyectos de la CJL. Los procesos locales acompañados, como las organizaciones de víctimas (Mujeres Caminando por la Verdad, Tejiendo Memorias, Familiares de la Vereda La Esperanza, Movice y Mesa Departamental sobre Desaparición Forzada), las organizaciones territoriales del PSG y las mujeres se vieron fortalecidos y han seguido impulsando acciones aprovechando las fortalezas ganadas en el marco del proyecto. Esto se evidencia, como ya se ha señalado, en las acciones emprendidas en el marco del Paro Nacional y en la participación de las acciones impulsadas por el SIVJRNR hoy nombrado como Sistema Integral de Paz. En cuanto a la sostenibilidad ambiental, acorde con su vocación de protección del medio ambiente, el territorio y los derechos de la naturaleza, la CJL promueve criterios de respeto por las economías campesinas asumiendo la compra de alimentos directamente a productores y comercializadoras de las comunidades, el manejo de reciclaje y el rechazo a la utilización de productos contaminantes como son los productos de un solo uso y utensilios de icopor. En cuanto a la diversidad cultural, reconociendo que en la región se debe responder a un enfoque pluriétnico y se cuenta con una amplia diversidad cultural, la CJL tuvo que combinar metodologías pedagógicas que garantizaran la inclusión de los diversos grupos, respetando sus saberes y orientando el trabajo hacia el alcance de los resultados. En el marco del acompañamiento al PSG se fortaleció la relación con las comunidades indígenas en las subregiones de Urabá y Bajo Cauca, especialmente con el pueblo embera, el resguardo Los Santos en el municipio de Cáceres y la Organización Indígena de Antioquia. Del mismo modo, en el acompañamiento a las mujeres lideresas se posibilitó la articulación con el colectivo de mujeres Trans y el liderazgo de dos e ellas dentro del PSG. Finalmente, se presenta el resumen de las recomendaciones orientadas por un lado a la CJL, a Paz con Dignidad y a la AACID. A la CJL Mantener y seguir sistematizando experiencias de los procesos que se emprenden. Para visibilizar todos sus logros y alcances, se podría mejorar la manera de comunicar y dar a conocer todo lo que hacen. Se sugiere que la CJL de continuidad a cada uno de los procesos emprendidos.
Específicamente se recomienda que la CJL diversifique su acompañamiento, permitiendo que más grupos y sectores reciban su acompañamiento. La CJL debe seguir impulsando acciones que le permitan afianzar su compromiso con el enfoque de género. La CJL debe seguir contando con personal multidisciplinario para continuar dando un acompañamiento integral. 7 A Paz con Dignidad Se hace un reconocimiento al acompañamiento que PcD ha brindado a la CJL y por ende a las víctimas en Colombia. Se sugiere dar continuidad a este proceso, sobre todo con otros posibles recursos hacia el futuro, teniendo en cuenta el contexto de la difícil implementación del Acuerdo de Paz y la construcción de mejores condiciones para la verdad, justicia, reparación y no repetición en los próximos años. PcD podría ser el puente entre la Agencia Andaluza de Cooperación y la entidad contraparte que en este caso es la CJL, buscando apalancar más acompañamiento político en materia de protección y lo que se requiera para avanzar en lo referente al SIVJRNR y la implementación del Acuerdo de Paz. Aunque se tienen algunos elementos, se sugiere a PcD fortalecer los mecanismos de visibilización del financiador y de la entidad solicitante a lo largo de la implementación del proyecto, relacionado al uso de logos y mención de quienes apoyan la acción. A la AACID: Se sugiere que se pueda facilitar formas para que la CJL junto con Paz con Dignidad puedan obtener más recursos para dar continuidad a las acciones emprendidas. Se sugiere abrir más canales de interlocución política entre las partes, en el sentido que estos proyectos tienen un carácter especial y requieren asesoramiento y acompañamiento en momentos claves. Que se permita incluir en la destinación de recursos, la posibilidad de acompañamiento y apoyo psicosocial al equipo implementador. 2. Introducción: Antecedentes y objetivos de la evaluación. En el contexto de post-acuerdo y construcción de paz en Colombia, el proyecto busca el fortalecimiento y empoderamiento de víctimas, líderes sociales y defensores de DDHH a través de acciones formativas, investigativas, jurídicas y de incidencia para que actúen de manera cualificada y articulada en procesos regionales y nacionales de implementación y seguimiento al Acuerdo de Paz en lo referente al Punto 5 sobre Víctimas, y a la defensa de sus derechos a la Verdad, Justicia, Reparación integral y Garantías de no repetición. Acompaña a víctimas de ejecución extrajudicial y desaparición forzada del departamento de Antioquia en 3 procesos de litigio estratégico, con enfoque de equidad de género a través de la construcción de memoria histórica y Planes de Reparación Colectiva en base a las necesidades específicas de las mujeres afectadas por el conflicto. Produce información para la Comisión de la Verdad, impulsa casos en la Jurisdicción Especial para la Paz y fortalece
un Proceso Social de Garantías para líderes y lideresas sociales y personas defensoras de los DDHH para exigir mecanismos de prevención y protección a las autoridades responsables. Fecha de inicio: 01/10/2018 Fecha de finalización: 31/12/2020 Objetivos del proyecto 8 Objetivo General: La sociedad civil antioqueña participa de manera cualificada en la construcción de un proceso de paz que reconoce los derechos de las víctimas y propicia la reconciliación social en Colombia Objetivo específico: Fortalecida la participación e incidencia de víctimas del conflicto armado y organizaciones sociales de Antioquia en escenarios regionales y nacionales de paz orientados a la exigencia de la verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición. Resultados e indicadores verificables objetivamente Resultado esperado 1. Consolidados procesos participativos de recuperación y divulgación de la memoria histórica de víctimas de crímenes de Estado, con énfasis en los daños y procesos de resistencia de las mujeres afectadas por el conflicto. Resultado esperado 2. Avanzan los procesos judiciales acompañados por la CJL en escenarios de justicia transicional y/u ordinaria, hacia el reconocimiento de los derechos de las víctimas de tres Litigios Estratégicos y líderes víctimas de represión. Resultado esperado 3. Se fortalece el liderazgo femenino en la exigibilidad de los derechos a la Reparación por los daños individuales y colectivos causados a víctimas de graves violaciones a los derechos humanos en el marco del conflicto social y armado. Resultado esperado 4. Fortalecidas la articulación y capacidad de acción de organizaciones de la sociedad civil antioqueña hacia la exigencia de condiciones y medidas de protección que garanticen la no repetición de violaciones a los derechos humanos en el departamento Cobertura territorial El proyecto se desarrolla en Medellín y otros municipios de 6 subregiones de Antioquia: Urabá, Norte, Nordeste, Bajo Cauca, Oriente y Valle de Aburrá. La sede del proyecto se encuentra en Medellín donde se realizan actividades que integran a personas de las 6 subregiones. Población destinataria El proyecto se dirige a víctimas de graves violaciones a los DDHH perpetrados por agentes del Estado en alianza con estructuras paramilitares; son familiares de personas ejecutadas extrajudicialmente o desaparecidas forzosamente, que muchas veces son además víctimas directas de otras modalidades de agresión como lesiones personales, agresión sexual, amenazas, deterioro de la vivienda, intimidaciones, impunidad, etc. Todas las víctimas de la Comuna 13 son pobladores urbanos de bajos ingresos que, en su mayoría, que llegaron a la ciudad víctimas del conflicto armado y de desplazamiento forzado. Se establecieron en zonas de poca inversión social del Estado y carentes de infraestructura y equipamiento adecuados para asegurar los derechos básicos. La mayoría de las víctimas acompañadas en el marco de los litigios estratégicos, como es el de casos de ejecución extrajudicial, las desapariciones forzadas y los
desalojos, entre otras, que llegaron a Medellín luego del homicidio de sus familiares, presenta estas mismas características. Otras víctimas de ejecución son familias campesinas que permanecieron o regresaron a sus territorios, característica que comparten con las víctimas del caso de la Esperanza y con gran parte de los destinatarios del Nunca Más; en el sector rural, las familias se dedican a la producción agropecuaria, la acuicultura y silvicultura, y en menor medida, a la minería artesanal. En los tres casos, los destinatarios directos son personas adultas: un 55% tiene entre 30 y 59 años, un 30% son mayores 9 de 60 años y el resto tiene entre 18 y 29 años. En los 3 casos de Litigio Estratégico (LE), el 80% de las personas son mujeres, la mitad aproximadamente cabeza de hogar. Todas estas familias disponen de fuentes de ingresos informales o precarios; en su mayoría, es una población mestiza, pero aumenta cada vez más la proporción de familias afrodescendientes en Medellín. La población destinataria directa del PSG y Campaña sobre Doctrina Militar son integrantes de organizaciones sociales y comunitarias, líderes sociales, defensores/as de DDHH, tanto de la zona rural como de los centros urbanos del departamento, que, por su acción de exigibilidad de derechos, están en una situación de visibilidad y vulnerabilidad y se enfrentan a amenazas y agresiones que ponen en riesgo su vida, su integridad física y emocional y el desarrollo de sus actividades. Son hombres y mujeres en una proporción equivalente. La evaluación se lleva a cabo sobre la acción desarrollada por la CJL en articulación con las 3 organizaciones de víctimas (Mujeres Caminando por la Verdad, Familiares en Vereda La Esperanza, Tejiendo Memorias) y la plataforma del PSG, acompañadas en procesos formativos, de articulación e incidencia, orientados a la reconstrucción de la memoria, atención jurídica, exigibilidad de reparación y garantía de no repetición, desde una perspectiva integral de los derechos humanos y de búsqueda de la paz. Para este proceso se contó con todo el apoyo y acompañamiento de la CJL para facilitar la interlocución y trabajo de la evaluadora en relación con todos los actores. 3. Breve descripción del objeto de evaluación y su contexto. Objetivo general de la evaluación La Corporación Jurídica Libertad cuenta con una evaluación independiente del proyecto apoyado por la AACID en convocatoria 2016, orientado al fortalecimiento de la participación e incidencia de víctimas del conflicto armado y organizaciones sociales de Antioquia, en escenarios regionales y nacionales de paz orientados a la exigencia de la verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición, que permita evidenciar los efectos logrados por el trabajo de la Corporación. Objetivos específicos • Se cuenta con el análisis y la valoración de la pertinencia, eficacia, eficiencia, efectos de las acciones implementadas en el marco del proyecto: “Víctimas sujetos de derechos y constructoras de paz en el Departamento de Antioquia - Colombia”. • Se tiene una valoración de la integración del enfoque de género en los procesos desarrollados con los 4 colectivos acompañados. • Se tiene una valoración de la sostenibilidad del proyecto y recomendaciones para la continuidad de las acciones emprendidas en el marco del desarrollo del proyecto.
Contexto del proyecto y de la evaluación Acuerdos de paz: pugna entre un sentido de la justicia y la paz (2012-2016) Transcurridos más de cincuenta años de conflicto armado, a principios del año 2012 inició la fase exploratoria del último proceso de diálogo entre la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del 10 Pueblo (en adelante, FARC-EP) y el Estado colombiano bajo el Gobierno de Santos Calderón (2010-2018). Dichos acercamientos, en sus momentos secretos, se dieron lugar en La Habana, Cuba, y Oslo, Noruega. Para principios de septiembre del mismo año, se hicieron públicas las negociaciones que, entre críticas y optimismos, se llevaron a cabo hasta 2016. Para las elecciones presidenciales de 2014, el eje temático giró en torno a la continuidad, condicionamiento o terminación de los diálogos. Así, reelecto Santos Calderón, se profundizaron, por parte de las delegaciones del Gobierno y las FARC-EP, los esfuerzos por consolidar los consensos en torno a la agenda de diálogo. Entre los puntos a dialogar, se encontraba la cuestión en torno a las víctimas del conflicto armado, es decir, sobre qué tratamiento tendrían estas de cara a un posible acuerdo entre el Estado y la insurgencia, y cómo (a través de qué mecanismos) serían satisfechos los derechos a la verdad, a la justicia y a la no-repetición de las víctimas, así como las medidas de reparación necesarias para la consecución de una paz estable y duradera. Frente a este ítem de la negociación (quinto punto del Acuerdo), se concentraron varias de las tensiones y críticas. Siguiendo a Orozco (2005) y su lectura sobre la pugna de lo que él denomina ‘hacedores de paz’ y ‘defensores de derechos humanos’, se podría establecer un paralelo frente al proceso de paz llevado a cabo entre el Estado y las FARC-EP, específicamente entre la justicia y la paz. En este sentido, los hacedores de paz —Gobierno Nacional, FARC, algunos políticos como congresistas, alcaldes, gobernadores, partidos políticos (particularmente los de la coalición gubernamental y de izquierda), algunos movimientos sociales, sectores de la iglesia católica, especialmente de corriente jesuita, los países garantes (Cuba y Noruega), entre otros—, desde una visión político- pragmática, propusieron la configuraron de un mecanismo de justicia adaptable a los implicados en el conflicto armado, ya que partieron de la necesidad contextual propia de la guerra colombiana al erigir un tipo de alternativa institucional transicional, el cual se denominó como Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No- Repetición (en adelante, SIVJRNR). Por su parte, el grupo de denominados ‘defensores de derechos humanos’, algunos partidos de derecha declarados en oposición al gobierno de aquel momento, algunas fundaciones de víctimas de las FARC, algunos políticos de centro, movimientos y ONGs de conciencia moral universal humanitaria, algunas iglesias evangélicas, entre otros, se opusieron a la manera en cómo los hacedores de paz buscaban la solución al conflicto armado, específicamente respecto al intento de las delegaciones de las partes de equilibrar la paz con la justicia. Para ese tiempo, un lema de los opositores al proceso de negociación fue “paz sí, pero no así”, haciendo referencia al supuesto incumplimiento a los tratados internacionales en materia de derechos humanos suscritos por Colombia, y su preocupación de que a responsables de graves violaciones a los derechos humanos no se les aplicase la justicia retributiva (prisión). Basta con recordar cuando el senador Uribe Vélez, uno de los principales opositores al proceso de paz afirmaba lo siguiente en el marco del Plebiscito por la Paz: “[...] los que apoyamos el No queremos la paz tanto como los del Sí, lo que pasa es que tenemos una manera diferente de verla [...] donde no hay sanción de cárcel, no hay pena adecuada. Y la justicia sin pena adecuada no es justicia” (El País, 2016).
Esta pugna por un sentido de la justicia, se ha hecho presente hasta la actualidad. Junto al segundo punto del Acuerdo, sobre participación política, la relación entre la justicia, la paz y la vocería de las víctimas, han centrado el debate político en los años recientes, lo cual ha dificultado la implementación y el funcionamiento de las disposiciones del Acuerdo. Entre los componentes del SIVJRNR, se encuentran: la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No-Repetición (CEV), como entidad extrajudicial encargada de contribuir a satisfacer el derecho a la verdad de las víctimas; la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), como organismo establecido para dar respuesta a los familiares de víctimas de desaparición en el marco 11 del conflicto armado, aportando a la reparación y a la verdad; y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), como componente judicial para el establecimiento de responsabilidades a ex-combatientes, militares y terceros civiles, dando así cumplimiento al derecho a la justicia para las víctimas. Estas y otras disposiciones más —tales como la reforma rural integral y la dejación de armas—, fueron sometidas, el 2 de octubre de 2016, a refrendación mediante un plebiscito, mejor conocido como Plebiscito por la Paz, y sobre el cual se planteó, de manera dicotómica (Sí o No), la aprobación o desaprobación frente a lo negociado en La Habana. Contra la mayoría de expectativas, la opción No se impuso por un estrecho margen de diferencia menor al 1%, de los votos por el Sí. Los resultados adversos a la salida negociada al conflicto armado con las FARC-EP dieron paso a la reapertura de los diálogos, en aras de que se realizaran algunos ajustes demandados por los opositores al Acuerdo. Posteriormente, incorporados algunos puntos, el Acuerdo final se refrendó vía Congreso de la República, dando inicio al proceso de implementación, logrando, en 2017, la dejación de armas por parte de las FARC-EP y la aplicación del Estatuto de Oposición. El desvanecimiento del conflicto armado y la emergencia de la conflictividad social: el post-Acuerdo y la paz neoliberal desde 2017 a la actualidad. A pesar de las dificultades y las barreras de algunos sectores al proceso de paz, y la reconfiguración fragmentada de los grupos armados en varias zonas del país, la implementación, desde 2017, ha arrojado rendimientos sociales de considerable avance desde una perspectiva retrospectiva. Según datos del Observatorio de Memoria y Conflicto (OMC) del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), entre 2012 y lo que va del presente año 2021, se han disminuido los casos y víctimas de todos los repertorios de violencia. Así, por ejemplo, mientras la cifra de asesinatos selectivos entre 2012 y 2013 fue de 1,138 casos, los cuales dejaron 1,326 víctimas, este número, para 2016 y 2017, fue de 776 casos y 884 víctimas; lo cual sucedió con el resto de los once repertorios. La siguiente tabla presenta la evolución del número de casos, desde 2012 hasta la actualidad, de cada uno de los repertorios de violencia registrados por el CNMH, que sin embargo se queda corta frente a los datos registrados por otras organizaciones de derechos humanos y a propia CJL: Repertorio/Año 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021 Asesinatos selectivos 687 451 508 333 298 478 431 324 416 81 Acciones bélicas 1,932 1,933 487 411 91 700 210 57 75 52 MAP, MUSE y AEI 471 371 275 128 49 186 68 13 28 9
Daños a bienes civiles 694 685 398 191 67 93 82 54 41 4 Secuestro 546 203 59 66 38 72 41 23 16 3 Desaparición forzada 605 132 152 64 53 46 32 28 20 3 Violencia sexual 391 411 666 317 52 9 2 3 4 1 12 Reclutamiento 184 146 110 58 17 7 2 1 7 1 Masacres 18 17 5 6 3 7 7 5 29 4 Atentado terrorista 24 4 4 12 1 n/a 1 1 n/a 1 Ataques a 8 3 1 n/a n/a n/a n/a n/a n/a n/a poblaciones Fuente: elaboración propia con datos del Observatorio de Memoria Conflicto (OMC) del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH). Disponibles en: http://micrositios.centrodememoriahistorica.gov.co/observatorio/portal-de-datos/base-de-datos/ Como se evidencia en los datos del CNMH, las cifras tuvieron una disminución durante los primeros dos años de la entrada en vigencia del Acuerdo de Paz en varias zonas del país, pero el proceso de democratización derivado del Acuerdo ha sido, desde 2016 hasta hoy, interrumpido y obstaculizado por la configuración de nuevas dinámicas violentas. Estas se deben, por un lado, al desconocimiento en términos prácticos, del Acuerdo de paz por parte del partido de gobierno y el actual Gobierno de Duque Márquez (2018-2022), expresado en señalamientos, demoras, recortes de presupuesto, objeciones al funcionamiento de los mecanismos transicionales, entre otros condicionamientos desfavorables hacia la implementación. Según el estudio realizado por Grasa (2020) sobre el balance a cuatro años de la firma de los Acuerdos, y tomando en cuenta los informes del Instituto Kroc, “el período que va de diciembre de 2018 (con la casi totalidad de la nueva Administración desplegada) a noviembre de 2019, fecha que cierra la fase de corto plazo del PMI. Cuantitativamente, el resultado global presenta un avance lento, menor que en los años anteriores, el 6%” (Ibíd, p. 10). La CJL en la base de datos del Proyecto Colombia Nunca Más ha podido establecer que son 1.184 Líderes/as sociales y defensores/as de DD.HH asesinados desde el 2017 (sólo en el 2021 ya van 136, 20 de ellos en Antioquia). Entre 2020 y 2021 se han cometido 162 masacres en el país que han dejado 639 personas asesinadas (24 en Antioquia con 92 víctimas). Colombia es el país que ocupa el primer lugar en líderes ambientalistas asesinados, desde el 2017 ya son 611 de ellos/as asesinados (55 en Antioquia). Además, ya suman 286 los firmantes de paz asesinados, de los cuales 38 fueron en Antioquia. Pero más grave aún lo ocurrido en la marco del Paro Nacional en el 2021. Según los propios datos de la CJL, fueron cientos las agresiones cometidas por la fuerza Pública en contra de la población entre las cuales se cuentan el asesinato de 2 manifestantes, 242 víctimas de desaparición forzada (187 aparecieron con vida y 55 siguen registrados como desaparecidos), 825 privaciones arbitrarias de la libertad y 205 que sufrieron torturas, tratos crueles y degradantes. Estos hechos se suman a las documentadas en
el marco de la Campaña Fuerza Pública Para la Paz realizada en el marco del proyecto. Algunos de esos datos son los siguientes: 13 (Cuadro elaborado por la CJL en septiembre de 2021) Según un informe de la Jurisdicción Especial para La Paz (JEP) han establecido que son 276 los firmantes de paz asesinados. El presidente de la JEP, Eduardo Cifuentes, aseguró que la vida de esas personas "está en altísimo riesgo por cuenta de las amenazas, homicidios, desapariciones, secuestros, desplazamientos y otros ataques" de los que han sido víctimas desde la firma del pacto. También afirmó que, en 280 municipios de Colombia, que corresponden al 25 % del país, se han cometido homicidios selectivos contra líderes sociales. Solo en 17 zonas, se concentran el 32 % de los casos. Otro punto que destacó el informe es que muchos de los exguerrilleros asesinados, el 92 % del total, son justamente personas que comparecían ante la JEP. “De estos 276 asesinatos, 253 fueron contra personas que comparecían ante la JEP (...) Hay una ominosa maquinaria que desalienta las contribuciones a la verdad", declaró Cifuentes1. “las expectativas de paz democrática se están frustrando. En su lugar, ha surgido la paz neoliberal, que, lejos de ser una verdadera paz, es la continuación de la violencia política, ahora de forma aparentemente despolitizada. El control territorial de la guerrilla se sustituye por el control territorial de las empresas multinacionales y el narcotráfico. Esta sustitución implica la proliferación del asesinato selectivo de líderes sociales comprometidos con la defensa de territorios ancestrales” (Sousa Santos, 2020, p. 9). Desde el año 2016 que se firmó el Acuerdo de Paz entre el gobierno nacional y la guerrilla de las FARC, al menos 904 líderes sociales y 276 excombatientes de la exguerrilla de las FARC han sido asesinados, según un informe de la Jurisdicción Especial para La Paz (JEP). El presidente de la JEP, Eduardo Cifuentes, aseguró que la vida de esas personas "está en altísimo riesgo por cuenta de las amenazas, homicidios, desapariciones, secuestros, desplazamientos y otros ataques" de los que han sido víctimas desde la firma del pacto. También afirmó que, en 280 municipios de Colombia, que corresponden al 25 % del país, se han cometido homicidios selectivos contra líderes sociales. Solo en 17 zonas, se concentran el 32 % de los casos. Otro punto que destacó el informe es que muchos de los exguerrilleros asesinados, el 92 % del total, son justamente personas que comparecían ante la JEP. 1 https://www.france24.com/es/am%C3%A9rica-latina/20210420-colombia-asesinatos-lideres-sociales-exfarc-jep Recuperado el 9 de julio de 2021.
“De estos 276 asesinatos, 253 fueron contra personas que comparecían ante la JEP (...) Hay una ominosa maquinaria que desalienta las contribuciones a la verdad", declaró Cifuentes2. De acuerdo con cifras del Estado, en 2020 se registraron 53 asesinatos de personas defensoras de derechos humanos, mientras la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas (OACNUDH) reportó 133 asesinatos10 contra dicho colectivo en ese mismo periodo. Por otra parte, el Instituto de Estudios para 14 el Desarrollo y la Paz (INDEPAZ) registró 310 homicidios de personas con liderazgo social y defensoras de los derechos humanos durante 202011. Adicionalmente, la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia constató el asesinato de 73 firmantes del Acuerdo de Paz en ese mismo año3. A pesar de la diferencia de los datos, lo que si queda claro es que hay un alto número de asesinatos contra líderes y defensores y defensoras de derechos humanos. Para el departamento de Antioquia, uno de los más afectados por el conflicto armado, de 2016 a 2021, la frecuencia de asesinatos selectivos contra líderes sociales fue de alrededor del 90% del total. A lo anterior, se suma la arremetida contra los ex-guerrilleros desmovilizados de las FARC-EP, los cuales, desde 2016 hasta el 21 de septiembre de 2021, suman 288 asesinados a nivel nacional (Bermudez, 2021): El contexto en el cual se desarrolló el proyecto Víctimas sujetos de derechos y constructoras de paz en el Departamento de Antioquia – Colombia, llevado a cabo por la Corporación Jurídica Libertad, se caracteriza por un doble proceso: en primer lugar, por el desescalamiento de las confrontaciones derivadas del cese bilateral y el posterior desarme y desmovilización de las FARC-EP, es decir, por la disminución del conflicto armado; y, en segundo lugar, por la emergencia —fenómeno previsible desde los diálogos de paz— de la conflictividad social, debido a que el argumento que aducía la conexión entre la insurgencia y la protesta y las expresiones de movilización quedó, al momento del desarme y la desmovilización, sin fundamento. Tales expresiones de malestar social contra el orden social vigente se han dado lugar en los últimos años, empezando por el paro estudiantil de 2018, seguido del gran Paro Nacional de 2019 (21N) y las recientes movilizaciones del Paro de 2021 (28A). La formulación del proyecto se dio en el marco de una realidad de esperanza por el diálogo y la firma del Acuerdo de Paz, y como ya se evidenció, de un desescalamiento de la violencia. Sin embargo, la ejecución del mismo estuvo 2 https://www.france24.com/es/am%C3%A9rica-latina/20210420-colombia-asesinatos-lideres-sociales-exfarc-jep Recuperado el 9 de julio de 2021. 3 https://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/ObservacionesVisita_CIDH_Colombia_SPA.pdf
atravesada por el inició y consolidación de un nuevo ciclo de violencia ocasionado por la decisión del actual gobierno de no apoyar la implementación del mismo y permitir que otras guerrillas, grupos paramilitares y de narcotráfico coparan los territorios abandonados por la ex guerrilla de las FARC. La paradoja de Colombia es que estamos viviendo un post acuerdo, un proceso de transición, en medio de un incremento de las hostilidades y la agudización del conflicto armado y otras violencias. Esto, sumado a la pandemia, tuvo efectos en el desarrollo del proyecto, pues no se evidencia una mayor vulneración de derechos contra los líderes, lideresas sociales y comunidades que exigieron un mayor nivel de acompañamiento, pero que también limitaron la entrada a otros 15 territorios. El contexto de la evaluación Teniendo en cuenta los términos de referencia presentados desde noviembre de 2020, se da inicio al proceso de evaluación externa al proyecto: “Víctimas sujetos de derechos y constructoras de paz en el Departamento de Antioquia - Colombia” a partir de 1º de mayo de 2021, momento en el que el país está atravesando una profunda crisis social. El 28 de abril de 2021 se lleva a cabo el Paro Nacional en Colombia con manifestaciones y marchas simultáneas a lo largo y ancho del país, en contra del presidente Iván Duque y de la propuesta de una reforma tributaria promovida por el gobierno que posteriormente tuvo que ser retirada del Congreso. A esta crisis, se sumaron otros factores de descontento de orden estructural en lo político, económico y social. Cabe mencionar que estas protestas se presentan en el momento pico de la pandemia de Covid – 19. El gobierno nacional ha interpretado estas protestas, en su mayoría pacíficas, como un problema de orden público y ha estigmatizado a los manifestantes. Inclusive, se ha llegado a sugerir que el paro es financiado por grupos al margen de la ley, disidencias de las FARC o a fuerzas extranjeras como desde el gobierno de Venezuela. Es así como el gobierno ha incrementado su pie de fuerza y a lo largo de los meses de mayo, junio y julio, en el marco de las manifestaciones se ha visto una ola de violencia sin precedentes en el país. Al abordar el derecho humano a la protesta, la Comisión recuerda que los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes; es decir, que todos los derechos humanos están relacionados entre sí y se refuerzan mutuamente, sin que exista, en principio, la preeminencia de uno de ellos que vacíe el contenido esencial de otros. Asimismo, recuerda a los Estados que, en el ejercicio de sus obligaciones de respetar y garantizar los derechos humanos, debe contemplarse el principio de no discriminación, como norma imperativa del Derecho Internacional de los Derechos Humanos4. En este contexto, los datos de agresiones, desapariciones, lesiones personales, judicializaciones y violaciones de los derechos humanos en general, presentan inconsistencias. Por un lado, la Defensoría del Pueblo reporta desapariciones mientras que, por otro lado, el gobierno y autoridades locales no reconocen dichos datos. Los enfrentamientos entre los manifestantes, la policía y el Escuadrón Móvil Antidisturbios – ESMAD, han generado una serie de denuncias por las violaciones a los derechos humanos cometidas por los agentes estatales, lo que implicó un rechazo nacional e internacional respaldado por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la Unión Europea, el Departamento de Estado de los Estados Unidos y ONGs reconocidas como Human Rights Watch y Amnistía Internacional. La difícil situación desencadenó la necesidad de solicitar una visita de la CIDH para hacer revisión de los procedimientos y lo sucedido. En medio de una polémica discusión, al 4 https://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/ObservacionesVisita_CIDH_Colombia_SPA.pdf
final el gobierno nacional acepta esta visita de la CIDH del 8 al 10 de junio y el 7 de julio se conoce el informe final a tener en cuenta. Antes de continuar con los hallazgos en esta visita de la CIDH, es indispensable incluir los elementos de análisis que han llevado al nivel de protesta sostenido, con un alto índice de impunidad y presencia de acciones que se salen del marco de la protesta social. Por un lado, un asunto detonante fue la reforma tributaria que, entre otros aspectos, buscaba subir los impuestos 16 indirectos en productos de la canasta familiar, y aplicar impuestos a productos que no los tenían. Esto es muy mal recibido en medio de una crisis económica generalizada y exacerbada por la pandemia del Covid – 19. Aunque la reforma tributaria fue retirada y el entonces Ministro de Hacienda Alberto Carrasquilla renunció a su cargo, las protestas no aflojaron, por el contrario, se sostienen y en momentos precisos toman fuerza y otros matices. Hay que tener en cuenta que el Paro Nacional se venía gestando desde finales del año 2019, respondiendo a un descontento generalizado por asuntos estructurales que empezaron a emerger de distintas maneras y que la sociedad ya no tiene las condiciones para seguir resistiendo. A esta situación, se le suma ese paso del conflicto armado al conflicto social que ya se describió en la primera parte del contexto del proyecto. Al Paro Nacional se adhirieron pueblos indígenas, transportadores, sindicatos, educadores, diferentes sectores sociales que se han visto afectados por la privatización de sistemas de salud y pensiones. Sin embargo, más allá de esta problemática, también se hace evidente la falta de oportunidades para acceder a educación superior, al mercado laboral y a los servicios de salud con calidad y dignidad. Esta problemática pone en evidencia la creciente desigualdad e inequidad existente en Colombia. Aunque las protestas se han menguado, se esperan repeticiones y reconfiguración del paro nacional. No se sabe qué pueda pasar, pero es cierto que el país socialmente no sigue en las mismas condiciones en las que estaba antes de la pandemia. Las distintas posiciones hacen fuerza, los movimientos sociales también tienen diferencias y no hay acuerdos con el comité del paro nacional. Hay diversidad de expresiones, pero sí queda claro la vigencia de la estigmatización hacia la protesta social. Los gobiernos locales intentan llegar a acuerdos con el gobierno nacional a fin de controlar las protestas y eliminar los bloqueos, pero todo indicó que las alternativas no son sostenibles, principalmente por la falta de compromiso del gobierno nacional en materia de respeto de los derechos humanos y la implementación del acuerdo de paz. No es sencillo agrupar las solicitudes de la sociedad civil, dado que es un amplio abanico de demandas, ya que se combinan sectores políticos tradicionales y otros emergentes, así como la fuerza que toman los jóvenes en las calles. Adicionalmente, la polarización aturde en los diferentes medios de comunicación. Las redes sociales son rebosadas de tensiones, pero a la vez, se constituyen en una forma de activismo social que da muchos giros a diario. Además, no se escapan del aire preelectoral que ya se respira en el país, lo que hace más compleja la situación alrededor de un paro nacional. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos entregó un documento5 en donde se encuentra el contenido de las 40 recomendaciones y observaciones que se hace al país en materia de Derechos Humanos. En el escrito se dejó claro que las principales preocupaciones se dieron sobre 5 https://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/ObservacionesVisita_CIDH_Colombia_SPA.pdf
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