SAINT DOMINIC CHURCH Paquete Para La Misa En Vivo - DECIMOTERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO - 27 DE JUNIO DE 2021
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SAINT DOMINIC CHURCH Paquete Para La Misa En Vivo www.saintdominics.org DECIMOTERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO - 27 DE JUNIO DE 2021
DECIMOTERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO IGLESIA DE STO. DOMINGO LOS ANGELES, CALIFORNIA 27 DE JUNIO DE 2021 RITOS INTRODUCTORIOS Canto de Entrada – consulte las páginas de música anteriores en su paquete Sacerdote: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre, y la comunión del Espíritu Santo estén con todos ustedes. Pueblo: Y con tu espíritu. Acto Penitencial Todos: Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión; por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor. Sacerdote: Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén. Sacerdote: Pueblo: V. Señor, ten piedad. R. Señor, ten piedad. V. Cristo, ten piedad. R. Cristo, ten piedad. V. Señor, ten piedad. R. Señor, ten piedad. Gloria – consulte las páginas de música anteriores en su paquete Gloria a Dios en el Cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias. Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor Hijo único, Jesucristo, Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre: Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros: porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén. Oración Colecta
Sacerdote: Señor Dios, que mediante la gracia de la adopción filial quisiste que fuéramos hijos de la luz, concédenos que no nos dejemos envolver en las tinieblas del error, sino que permanezcamos siempre vigilantes en el esplendor de la verdad. Por nuestro Señor Jesucristo…Amén. LITURGIA DE LA PALABRA Primera lectura: Lectura del Libro de la Sabiduría Sb 1, 13-15; 2, 23-24 Dios no hizo la muerte, ni se recrea en la destrucción de los vivientes. Todo lo creó para que subsistiera. Las creaturas del mundo son saludables; no hay en ellas veneno mortal. Dios creó al hombre para que nunca muriera, porque lo hizo a imagen y semejanza de sí mismo; mas por envidia del diablo entró la muerte en el mundo y la experimentan quienes le pertenecen. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. Salmo Responsorial – consulte las páginas de música anteriores en su paquete Segunda Lectura: De la Segunda Carta del apóstol San Pablo a los Corintios 2 Cor 8, 7. 9. 13-15 Hermanos: Ya que ustedes se distinguen en todo: en fe, en palabra, en sabiduría, en diligencia para todo y en amor hacia nosotros, distínganse también ahora por su generosidad. Bien saben lo generoso que ha sido nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, se hizo pobre por ustedes, para que ustedes se hicieran ricos con su pobreza. No se trata de que los demás vivan tranquilos, mientras ustedes están sufriendo. Se trata, más bien, de aplicar durante nuestra vida una medida justa; porque entonces la abundancia de ustedes remediará las carencias de ellos, y ellos, por su parte, los socorrerán a ustedes en sus necesidades. En esa forma habrá un justo medio, como dice la Escritura: Al que recogía mucho, nada le sobraba; al que recogía poco, nada le faltaba. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. El Aleluya – consulte las páginas de música anteriores en su paquete Evangelio: Mc 5, 21-43 En aquel tiempo, cuando Jesús regresó en la barca al otro lado del lago, se quedó en la orilla y ahí se le reunió mucha gente. Entonces se acercó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo. Al ver a Jesús, se echó a sus pies y le suplicaba con insistencia: “Mi hija está agonizando. Ven a imponerle las manos para que se cure y viva”. Jesús se fue con él, y mucha gente lo seguía y lo apretujaba.
Entre la gente había una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho a manos de los médicos y había gastado en eso toda su fortuna, pero en vez de mejorar, había empeorado. Oyó hablar de Jesús, vino y se le acercó por detrás entre la gente y le tocó el manto, pensando que, con sólo tocarle el vestido, se curaría. Inmediatamente se le secó la fuente de su hemorragia y sintió en su cuerpo que estaba curada. Jesús notó al instante que una fuerza curativa había salido de él, se volvió hacia la gente y les preguntó: “¿Quién ha tocado mi manto?” Sus discípulos le contestaron: “Estás viendo cómo te empuja la gente y todavía preguntas: ‘¿Quién me ha tocado?’ ” Pero él seguía mirando alrededor, para descubrir quién había sido. Entonces se acercó la mujer, asustada y temblorosa, al comprender lo que había pasado; se postró a sus pies y le confesó la verdad. Jesús la tranquilizó, diciendo: “Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y queda sana de tu enfermedad”. Todavía estaba hablando Jesús, cuando unos criados llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle a éste: “Ya se murió tu hija. ¿Para qué sigues molestando al Maestro?” Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: “No temas, basta que tengas fe”. No permitió que lo acompañaran más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Al llegar a la casa del jefe de la sinagoga, vio Jesús el alboroto de la gente y oyó los llantos y los alaridos que daban. Entró y les dijo: “¿Qué significa tanto llanto y alboroto? La niña no está muerta, está dormida”. Y se reían de él. Entonces Jesús echó fuera a la gente, y con los padres de la niña y sus acompañantes, entró a donde estaba la niña. La tomó de la mano y le dijo: “¡Talitá, kum!”, que significa: “¡Óyeme, niña, levántate!” La niña, que tenía doce años, se levantó inmediatamente y se puso a caminar. Todos se quedaron asombrados. Jesús les ordenó severamente que no lo dijeran a nadie y les mandó que le dieran de comer a la niña. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús. Homilía Credo Niceno Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible e invisible. Creo en un Solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho. que por nosotros los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, (En las palabras que siguen, hasta se hizo hombre, todos se inclinan) y por obra del Espíritu Santo se encarnó de maría la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato, padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo
vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén. Oración de los Fieles Sacerdote: Inspirados por las palabras y acciones compasivas de Jesús en el Evangelio de hoy, venimos ante nuestro amoroso Padre con nuestras necesidades. Lector: a cada petición responderemos… Señor, escucha nuestra oración. 1. Por la Iglesia y por todos los cristianos, que sigamos el ejemplo de Jesús y llevemos compasión, sanación y nueva vida a otros necesitados... Oremos al Señor. Señor, escucha nuestra oración. 2. Por todos los que están luchando con las adicciones, que Dios los libere y los ayude a encontrar la asistencia que necesitan. Oremos al Señor. Señor, escucha nuestra oración. 3. Por todos los que están de luto por la pérdida de un ser querido, que Dios les de consuelo y paz a todos. Oremos al Señor. Señor, escucha nuestra oración. 4. Por todos los que buscan darle sentido a sus vidas: para que puedan encontrar en Dios un propósito renovado, gozo y paz. Oremos al Señor. Señor, escucha nuestra oración. 5. Para un mayor cuidado de la tierra: que Dios nos ayude a respetar y ser administradores responsables de la creación que Dios ha confiado a nuestro cuidado. Oremos al Señor. Señor, escucha nuestra oración. 6. Por el eterno descanso de Omar Sánchez a quien recordamos de manera especial en esta misa... Oremos al Señor. Señor, escucha nuestra oración. 7. Por todas las intenciones que tenemos en el silencio de nuestros corazones (PAUSA)... Oremos al Señor. Señor, escucha nuestra oración. Sacerdote: Señor, te pedimos que escuches nuestras oraciones y nos concedas nueva vida y esperanza a través de la fe en tu amor infinito y generosidad. Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor. Amén.
Sacerdote: Nuevamente les recordamos que sigan donando a la parroquia. Si gustan, en este momento del Ofertorio, pueden preparar un cheque o efectivo para su donación. Pueden donar por correo o depositándola en el buzón de la oficina de nuestra parroquia justo afuera de la puerta de la oficina, o por ingresar a nuestro sitio web (www.saintdominics.org), o por hacer clic aquí. Gracias por su continua generosidad. LITURGIA DE LA EUCARISTÍA Canto de Ofertorio – consulte las páginas de música anteriores en su paquete Sacerdote: Bendito seas, Señor, Dios del Universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros pan de vida. Pueblo: Bendito seas por siempre, Señor. Sacerdote: Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros bebida de salvación. Pueblo: Bendito seas por siempre, Señor. Sacerdote: Oremos, hermanos, para que este sacrificio, mío y de ustedes, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso. Pueblo: El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia. Oración sobre las Ofrendas Sacerdote: Señor Dios, que bondadosamente realizas el fruto de tus sacramentos, concédenos que seamos capaces de servirte como corresponde a tan santos misterios. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. El Santo, Santo – consulte las páginas de música anteriores en su paquete
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo. Sigue la Plegaria Eucarística… RITO DE LA COMUNIÓN Padre Nuestro Fieles a la recomendación del Salvador, y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir: Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Líbranos, Señor, de todos los males, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, aguardando la venida gloriosa de Jesucristo, nuestra esperanza. ¡Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor! Señor Jesucristo, que dijiste a tus Apóstoles: “La paz les dejo, mi paz les doy”, no tomes en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. La paz del Señor sea siempre con ustedes. Y con tu espíritu. Démonos fraternalmente la paz. Fracción del Pan: Se canta Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz. Comunión Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor. Señor, yo no soy digno de que entres en mí casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme. Acto de Comunión Espiritual Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo
y en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas, y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma. Pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya te hubiera recibido, te abrazo y me uno del todo a ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de ti. Amén. Canto de Comunión – consulte las páginas de música anteriores en su paquete Oración después de la Comunión Sacerdote: Que la víctima divina que te hemos ofrecido y que acabamos de recibir, nos vivifique, Señor, para que, unidos a ti con perpetuo amor, demos frutos que permanezcan para siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. RITO DE CONCLUSIÓN Anuncios 1. Ahora se leerá una carta del Arzobispo Gómez proclamando el año jubilar en honor al 250 aniversario de la fundación de la Misión San Gabriel. 2. Nuestro programa de formación en la fe para niños busca adultos y jóvenes para ser catequistas para este ministerio. El programa está en inglés. Si está interesado, deje su nombre y número de teléfono en la oficina parroquial. 3. Los formularios de registro de Confirmación del Año 1 están disponibles en la oficina parroquial. Los formularios de reinscripción del año 2 también están en la oficina parroquial. Ver detalles en el boletín. 4. Padre Roberto estará de vacaciones por un par de semanas. Regresará el 9 de julio. Última Bendición y Despedida Sacerdote: El Señor esté con todos ustedes. Pueblo: Y con tu espíritu. Sacerdote: La bendición de Dios, Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre todos ustedes
y permanezca para siempre. Pueblo: Amén. Sacerdote: Vayamos en paz, glorificando al Señor con nuestras vidas. Pueblo: Demos gracias a Dios. Canto de Despedida – consulte las páginas de música anteriores en su paquete Un Mensaje de Padre Roberto Nuevos Dominicos en Sto. Domingo Como algunos de ustedes ya saben, daremos la bienvenida a dos dominicos más a nuestra comunidad. En marzo elegimos un nuevo prior (superior) para nuestra comunidad llamado P. Isaías María Molano. Algún tiempo después, nuestro provincial en Oakland nos informó que estaba asignando a otro fraile para que se uniera a nosotros, el P. Michael Carey. Quizás recuerden al P. Michael dado que fue asignado a Sto. Domingo antes. A continuación se les da un poco de información sobre nuestros nuevos hermanos. Lamentablemente, ninguno de los dos habla español. P. ISAÍAS MARÍA MOLANO, O.P., ha sido sacerdote de la Orden Dominicana por más de diez años. Sus padres emigraron de Pangasinan, Filipinas, antes de que él naciera. Nació en Filadelfia, Pensilvania. En el momento de escribir este artículo, todavía no se le ha dado la oportunidad de aprender ni pangasinán ni tagalo. Cuando tenía 10 años, sus padres se mudaron a California. Se graduó de la escuela pública y asistió a la Universidad de California en Riverside, donde conoció a la Orden de Predicadores. Casualmente, ¡P. Francisco Goode fue uno de los primeros dominicos que conoció! Durante su tiempo en el seminario y más allá, ha visitado partes de América Latina y Hong Kong. Fue ordenado sacerdote en junio de 2010, donde había servido en Stanford y en Sto. Domingo en San Francisco. Uno de sus proyectos más apasionantes es la Sociedad Misionera Laica S. Francisco Xavier, un grupo de católicos laicos que sirven como misioneros extranjeros en Hong Kong, Goa y Calcuta, India, donde se desempeña como Director Espiritual. Sus intereses incluyen descubrir al Cristo oculto en la cultura popular y el compañerismo espiritual.
FR. MICHAEL R. CAREY, O.P. Nací en Chicago, Illinois y viví en un suburbio cercano hasta los quince años. Soy el mayor de cuatro hermanos; tres de nosotros seguimos vivos. Cuando era niño asistí a la escuela primaria de mi parroquia y me enseñaron hermanas franciscanas, a quienes sigo en deuda de gratitud por su buen trabajo. Después de un año de escuela secundaria, mi familia se mudó a Arizona, donde terminé la escuela secundaria y luego la universidad en la Universidad Estatal de Arizona. Me estaba preparando para ser profesor de inglés en la secundaria. Inmediatamente después de la universidad, sin embargo, me uní a los dominicos de la Provincia Occidental. Incluso en la escuela primaria me sentí llamado a ser sacerdote. Como monaguillo, aprendí las oraciones en latín y las rúbricas de la antigua Misa e hice todo lo posible por no tropezar con mi sotana. Recuerdo que me sentí atraído, incluso entonces, por la oración silenciosa frente al Santísimo Sacramento y pensé que algún día me gustaría decir Misa como los sacerdotes que conocí. Durante esos años también desarrollé un profundo amor por nuestra Santísima Madre a través de la devoción a Nuestra Señora de los Dolores que se rezaba en mi parroquia. A medida que mi vida se desarrollaba, finalmente no respondí al llamado del Señor de ser sacerdote hasta que completé mis años universitarios. Fue entonces cuando conocí a los dominicos. Creo que Dios estaba manteniendo viva mi vocación dominicana hasta que pudiera conocerlos. Como dominico, he tenido la oportunidad de ministrar de diversas formas. De joven sacerdote hice algunos trabajos parroquiales. Mientras hacía mis estudios de doctorado, trabajé como predicador itinerante, el ministerio dominicano preeminente, trabajando en todo el oeste de los Estados Unidos. Después de completar mis estudios de doctorado en teología, trabajé principalmente en seminarios, enseñando y ayudando a formar jóvenes para el sacerdocio. Fue este trabajo el que reunió todos los hilos de mi vocación: la vida de oración contemplativa y de enseñanza, especialmente la teología de Santo Tomás de Aquino, y todo ello bajo el manto de nuestra Santísima Madre. Anteriormente viví en Sto. Domingo en Eagle Rock desde 2010 hasta 2016. Durante un par de esos años fui capellán de las monjas dominicas en Hollywood, y el resto del tiempo trabajé en la parroquia. En 2012 fui con un grupo de feligreses a Tierra Santa como su capellán. Ahora que me jubilo del ministerio de tiempo completo, agradezco a Dios por mi vida, y a su Hijo, Jesucristo, por haberme llamado a ser sacerdote, y a Santo Domingo por permitirme ser llamado uno de sus hijos.
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