VERSION PRELIMINAR SUSCEPTIBLE DE CORRECCION UNA VEZ CONFRONTADO CON EL EXPEDIENTE ORIGINAL

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“2020 – Año del General Manuel Belgrano”

   VERSION PRELIMINAR
SUSCEPTIBLE DE CORRECCION
  UNA VEZ CONFRONTADO
CON EL EXPEDIENTE ORIGINAL
“2020 – Año del General Manuel Belgrano”

                                       (S-1018/2020)

                                  PROYECTO DE LEY

El Senado y Cámara de Diputados,…

Artículo 1°. Institúyese el día 28 de mayo de cada año como “Día
Nacional de la Salud Menstrual”.

Artículo 2º. El Poder Ejecutivo, a través de los organismos que
correspondan, desarrollará en la semana previa al 28 de mayo de
cada año actividades para generar conciencia y promover la salud
menstrual desde una perspectiva de género y de derechos. Asimismo,
y a los fines de este artículo, la fecha deberá incluirse en el calendario
educativo de celebraciones y conmemoraciones.

Artículo 3º. El Poder Ejecutivo determinará la autoridad de aplicación
de la presente ley.

Artículo 4º. Comuníquese al Poder Ejecutivo.

Norma H. Durango

                                     FUNDAMENTOS

Señora Presidenta:

Impulsada por la necesidad de visibilizar los estereotipos y las
desigualdades en torno al acceso a la salud menstrual y a los
productos de gestión menstrual, y en sintonía con otros proyectos que
he presentado en la temática, propongo esta iniciativa para
institucionalizar el 28 de mayo de cada año como “Día Nacional de la
Salud Menstrual”.
Este día tiene su antecedente en aquel que por iniciativa de la
organización alemana WASH United1, se conmemora desde el año
2014 en todo el mundo bajo la denominación “Día Internacional de la
Higiene Menstrual”.

¿Por qué se eligió esa fecha? Mayo es el quinto mes del año,
representa los 5 días que en promedio dura la menstruación cada
mes. Y el 28 representa el número promedio de días de un ciclo
menstrual completo2.
Agua potable, saneamiento e higiene, incluyendo la gestión de la
higiene menstrual –se sostiene desde esa organización-, es la base

1
    https://wash-united.org/
2
      Página   12,    “La     industria    necesita   que     sintamos    vergüenza”,    27/05/16,
https://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-300386-2016-05-27.html
“2020 – Año del General Manuel Belgrano”

para que las personas vivan una vida sana y digna y alcancen su
pleno desarrollo. Ello incluye abordar la discriminación, los
estereotipos y los obstáculos que millones de personas sufren por algo
tan natural como menstruar.

Para cumplir con sus objetivos, WASH United trabaja con un amplio
número de Estados, de organizaciones no gubernamentales, de
representantes del sector privado, con el Banco Mundial, la
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media
Luna Roja, y con agencias del sistema de Naciones Unidas, entre las
que se destacan el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia
(UNICEF) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

En el año 2014, la organización realiza su primera campaña bajo el
hashtag #MenstruationMatters. La misma se centró en sensibilizar e
incrementar en el conocimiento acerca de la importancia de la
temática. En 2019, y tras haber intensificado las vinculaciones con
distintos organismos internacionales, con empresas del sector privado
y con organizaciones sociales en distintos países, bajo el lema
#ItsTimeForAction, centró sus esfuerzos en destinar recursos para
acciones concretas, como concientizar y modificar normas y prácticas
sociales; en medidas para educar a las mujeres y las niñas sobre la
higiene menstrual; así como para garantizar el acceso a los productos
de gestión menstrual y a una infraestructura de saneamiento
adecuada para que mujeres y niñas puedan transitar sus períodos.

Como      señalamos,    distintos  organismos    internacionales     y
organizaciones sociales, se han sumado a las acciones de
sensibilización en torno de la higiene menstrual y al derecho de
mujeres y niñas a acceder a la educación, a información y a los
productos de gestión menstrual en igualdad de oportunidades y trato.

En el caso de nuestro país, a su vez, distintas organizaciones sociales
también se suman a la conmemoración de esta fecha, acompañando
con acciones de visibilización. Entre ellas, Economía Femini(s)ta,
organización que en el marco del Paro Internacional de Mujeres del 8
de marzo de 2017, y con foco en la falta de acceso que muchas
personas tienen a los productos de gestión menstrual, lanzó la
campaña #MenstruAcción con el objetivo de visibilizar la menstruación
como un factor de desigualdad más que afecta a las personas.
Sostiene, con ello, que se trata de un problema transversal que “tiene
que ver con la educación, la política, la distribución de ingresos, la
salud y la identidad”.
En las últimas décadas hemos avanzado con políticas y con una
legislación respetuosa de la definición de salud promovida por la
Organización Mundial de la Salud, es decir, en tanto que el derecho a
la salud “implica gozar del más óptimo estado de bienestar físico,
“2020 – Año del General Manuel Belgrano”

mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedad o
malestar”.

Sin embargo, a pesar de la vigencia del Programa Nacional de Salud
Sexual y Procreación Responsable (Ley N° 25.673, 2003), y del
Programa de Educación Sexual Integral (Ley N° 26.150, 2006), resulta
necesario repensar el lugar que se le asigna a la menstruación en las
políticas públicas, no sólo en lo que respecta al acceso a la salud y a
la mirada acerca de ella en los contenidos curriculares, sino también
en lo cuanto a la participación de las personas que menstrúan en otros
ámbitos sociales, como los económicos y laborales.

Tal como se expresa desde la campaña #MenstruAcción, “la creación
de políticas públicas que ataquen directamente las desigualdades
producidas por la restricción de acceso a la gestión menstrual es un
eje fundamental en el camino a instalar nociones inclusivas en la
sociedad (...) Queremos que la menstruación deje de ser “cosa de
mujeres” para ser un tema de Estado a la hora de pensar cómo
garantizar igualdad de oportunidades para todos”.

Como señalé en otra iniciativa que he presentado, debemos pensar la
salud y la gestión menstrual desde otra mirada. Eugenia Tarzibachi,
psicóloga y doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de
Buenos Aires, quien realizó su investigación doctoral y posdoctoral
sobre los tabúes y mitos en torno a la menstruación, y al rol de la
industria del llamado “cuidado personal femenino”, señala que:
“Necesitamos pensar la salud menstrual en el marco de los derechos
humanos y la equidad de género. La falta de información, las
narrativas tradicionales con las que educamos y la falta de políticas
públicas de salud impiden gestionar las menstruaciones de un modo
adecuado que permitan procesos higiénicos y ruptura de tabúes. La
falta de acceso a tecnologías de gestión menstrual es, además, una
barrera de acceso al espacio público: cuando menstrúan miles de
mujeres dejan de ir a la escuela y al trabajo. Y en situaciones de
catástrofes el Estado provee pañales para bebés pero jamás brinda
toallitas femeninas para las mujeres”3.

En la mayoría de las culturas han existido y siguen existiendo mitos y
tabúes en torno a la menstruación, tales como: “las mujeres cuando
menstrúan tienen mal humor”, “sólo las verdaderas mujeres
menstrúan”, “la menstruación es sucia o peligrosa”, “limita la capacidad
de las mujeres” o “indica preparación para el matrimonio y el sexo”;
mitos que han llevado a mujeres y niñas a la exclusión de todo tipo de
actividades y ámbitos4.

3
   Eugenia Tarzibachi (2018): “Sacar la menstruación del closet”,            Revista   Anfibia,   UNSAM,
http://www.revistaanfibia.com/ensayo/sacar-la-menstruacion-del-closet/
4
    UNFPA, https://www.unfpa.org/es/menstruaci%C3%B3n-preguntas-frecuentes
“2020 – Año del General Manuel Belgrano”

Esos mitos se han visto legitimados desde el ámbito de la salud y de la
educación. Tal como explica Eugenia Tarzibachi “los materiales
educativos clásicos que hasta ahora hablaron sobre la menstruación
suelen estar atravesados por la narrativa biomédica tradicional sobre
ese proceso fisiológico (…) En la educación formal, niños, niñas y
adolescentes aprenden que menstruar es hacerse mujer, y eso coloca
a esas personas en el horizonte de la heteronorma, y a las mujeres se
las posiciona dentro del horizonte deseable de la maternidad. (…)
Urge hacer lugar a la diversidad. Necesitamos una educación inclusiva
que contemple a los varones como destinatarios de la educación
menstrual y que incluya otras identidades de género como las trans.
Por eso hoy hablamos de “personas que menstrúan” más que de
mujeres para referirnos a quienes viven esa experiencia”5.

Ello también se complejiza porque existen determinadas personas y
grupos sociales que afrontan obstáculos específicos en relación al
ejercicio del derecho a la salud, en particular a la salud menstrual,
debido a prejuicios y estereotipos de género y porque atraviesan
situaciones de vulnerabilidad social y económica. Tal el caso de
muchas niñas, adolescentes y mujeres; de niños y varones trans; de
personas con discapacidad; de refugiadas y migrantes; de personas
que viven en zonas suburbanas o rurales; de personas indígenas; y de
personas privadas de su libertad o alojadas en instituciones de salud
mental.

Por todo lo expuesto, motiva este proyecto la necesidad de garantizar
que un simple hecho biológico como menstruar no se convierta en un
obstáculo para que las personas que menstrúan accedan a participar
de los diversos ámbitos sociales, educativos, culturales y laborales en
igualdad de condiciones.

Esta iniciativa se suma a otras dos que he presentado: una, para
contar con una ley de acceso universal y gratuito a los productos de
gestión menstrual (S-600/20); y otra, para eximir del impuesto al valor
agregado a dichos productos (S-762/19).

¿Porqué un día para hablar de la salud menstrual en nuestro país?
Según proyecciones en base al Censo Nacional del año 2010, se
calcula que alrededor de 13 millones de personas menstrúan en
Argentina. Casi todas ellas lo hacen en promedio cada 28 días durante
aproximadamente 5 días6.

5
   Eugenia Tarzibachi (2018): “Sacar la menstruación del closet”,        Revista   Anfibia,   UNSAM,
http://www.revistaanfibia.com/ensayo/sacar-la-menstruacion-del-closet/
6
  Economía Femini(s)ta (2018): “MenstruAcción. La promoción de políticas públicas para una sociedad
igualitaria”.
“2020 – Año del General Manuel Belgrano”

Además de las distintas maneras en que las personas transitan la
menstruación, debemos sumar el costo económico que deben afrontar
para acceder a los productos de gestión menstrual, más aún en un
contexto de feminización de la pobreza y de precariedad laboral. Tal
como señala un informe de la recientemente creada Dirección
Nacional de Economía, Igualdad y Género, “las mujeres son las que
sufren los mayores niveles de desempleo y precarización laboral.
Ganan, en promedio, un 29% menos que sus pares varones, brecha
que se amplía para las asalariadas informales, alcanzando un 35,6%.
La mitad de quienes no consiguen empleo son jóvenes de hasta 29
años y, entre estas personas, son las mujeres quienes enfrentan las
tasas más altas de desocupación de toda la economía con un 23%”7.

Por ello, la gestión menstrual tiene un impacto significativo en la
economía y en la vida cotidiana de las personas que menstrúan.
Según estimaciones de la organización Economía Femini(s)ta para el
año 2018 en Ciudad de Buenos Aires, utilizando precios de góndola, el
gasto promedio en productos de gestión menstrual era –entonces- de
entre $1.000 y $2.200 pesos.

A precios de septiembre de 2019, el costo promedio por año por
persona si utilizaba toallitas era de $2.468 y de $2.966 si utilizaba
tampones. El Índice de Precios al Consumidor de octubre del año
pasado, según cálculos de la citada organización, evidenció que las
toallitas aumentaron un 27,8% y los tampones un 39,4% en tan sólo
seis meses, colocándose ambas tasas por encima del nivel general de
inflación (ubicada en un 23,2% para ese mismo período). En el caso
de los tampones, su variación de precios superó también la inflación
del rubro Salud, que ha rondado el 33,6%8. Hoy, en tiempos de
emergencia sanitaria por el virus COVID-19, el costo promedio de las
toallitas ascendió a $2.900, y el de los tampones a $3.800.

Con estos números, el acceso a los productos de gestión menstrual, y
al cuidado de la salud menstrual se complejiza para millones de
personas, más aún si a eso le sumamos la incidencia de mitos y
estereotipos en torno a la menstruación.

Por ello la importancia de visibilizar la temática y las desigualdades de
género en el acceso a la salud y a los productos de gestión menstrual;
para romper con esos mitos y estereotipos. Tal como se señala desde
la campaña #MenstruAcción, necesitamos que se reconozca la
importancia del 28 de mayo “para romper el tabú y generar conciencia
sobre el tema. Para hablar de los desafíos y dificultades que muchas

7
    Ministerio de Economía (2020): “Las brechas de género en la Argentina. Estado de situación y desafíos”.
8
 Economía Femini(s)ta (2019): “¿Cuánto cuesta menstruar? ¿Cuál es la inflación de la toallitas y tampones?,
https://economiafeminita.com/menstruaccion/cuanto-cuesta-menstruar-cual-es-la-inflacion-de-las-
toallitas-y-tampones/
“2020 – Año del General Manuel Belgrano”

personas enfrentan durante su menstruación. Para abrir el diálogo
sobre proyectos y políticas públicas relacionadas con la gestión
menstrual a nivel nacional y mundial. Porque es motivo de ausentismo
escolar. Porque nuestros ingresos son menores y los productos para
gestionar la menstruación son caros. Porque si nos manchamos no
podemos estar en público. Porque en los colegios nos dan poca
información”.
¿Por qué hablar de “salud menstrual” y no de “higiene menstrual”?
No pretendemos invalidar la relevancia del Día Mundial promovido por
WASH United, que ha permitido poner en agenda la temática en
muchos países. Al contrario. Al institucionalizar este día en nuestro
país, creemos necesario dar un paso más allá de las concepciones en
torno a la menstruación, en tanto asociada a la medicalización y a la
higiene del cuerpo femenino, al acceso a condiciones sanitarias aptas,
y al uso de los productos de gestión menstrual. Y también, en analizar
cómo impacta la llamada industria del “cuidado personal femenino” en
las condiciones de vida de las personas, en el sentido de que el
cuerpo de las personas que menstrúan se convierte en un territorio de
disputa entre saberes médico-institucionales, políticas públicas y el
mercado9.

Traemos a colación, en este sentido, las palabras de la investigadora
Eugenia Tarzibachi, quien destacó que “sería interesante renombrar
esta fecha de conmemoración reemplazando la cuestión de la higiene
menstrual, para incluir armoniosamente la misión de intentar erradicar
el estigma con que aún carga la menstruación. La idea de la higiene
reproduce un modo de cargar de significante al cuerpo de las
personas que menstrúan como sucio. Es tiempo de sacar a la
menstruación del closet. Es tiempo de reconocer la “densidad” que
carga la menstruación en todo sentido. Es tiempo de comprender que
menstruar es más que una mera una cosa de mujeres, algo
estrictamente confinado al espacio de lo íntimo, lo privado”10.

Menstruar “es profundamente social, cultural, político”11, enfatiza. En
este sentido, apelamos a contar con un día nacional que, con sentido
crítico, posibilite el diálogo en torno de la salud menstrual, en centrar
los esfuerzos para romper con mitos y estereotipos en torno a la
menstruación, y visibilice las dificultades que muchas personas tienen
para acceder a la salud menstrual y a los productos de gestión
menstrual de forma digna y sin estigmatizaciones.

9
  Kuntala Lahiri-Dutt (2014): Medicalising menstruation: a feminist critique of the political economy of
menstrual hygiene management in South Asia, Gender, Place & Culture: A Journal of Feminist Geography,
http://dx.doi.org/10.1080/0966369X.2014.939156
10
    Eugenia Tarzibachi (2018): “Sacar la menstruación del closet”, Revista Anfibia, UNSAM,
http://www.revistaanfibia.com/ensayo/sacar-la-menstruacion-del-closet/
11
    Eugenia Tarzibachi (2017): “Menstruar es también             político”,   Revista   Bordes,   UNPAZ,
http://revistabordes.com.ar/menstruar-tambien-es-politico/
“2020 – Año del General Manuel Belgrano”

Consideramos, incluso, que contribuirá a fortalecer y legitimar el
esfuerzo y las acciones que distintas organizaciones como Economía
Femini(s)ta y el colectivo de mujeres Ama Tu Luna12 –de las que
conocemos su trabajo comprometido- vienen realizando en pos de
promover y garantizar los derechos de las personas que menstrúan, y
en dar a conocer el rol que tiene la salud menstrual en la economía, en
el acceso a la educación y a la salud, y en el cuidado del ambiente.
Por los motivos expuestos, solicito a mis pares me acompañen en el
tratamiento y aprobación de la presente iniciativa.

Norma H. Durango

12
     www.amatuluna.com / Facebook: amatulunabarrio31 / Instagram: Toallitelas.lavables
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