AVATARES DE LA MODERNIDAD AVANZADA LA SOCIEDAD CIVIL ENTRE LA CIUDAD OLIGÁRQUICA Y LA SOCIEDAD BUENA
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Avatares de la modernidad avanzada La sociedad civil entre la ciudad oligárquica y la sociedad buena Víctor Pérez-Díaz Universidad Complutense de Madrid 1. Retos y agobios de las sociedades El siglo XIX, del final de las guerras napo- civiles hoy: tiempos de tribulación leónicas al arranque de la Gran Guerra, pareció traer consigo una promesa de consolidación de La teoría social trata de ayudar a las gentes a este modelo en Occidente; pero fue el escenario ordenar un mundo desordenado, proporcionán- de tensiones políticas y culturales muy violentas dolas algunos instrumentos conceptuales (p.e., (nacionalismos encontrados, luchas de clases, los conceptos de sociedad civil y de modernidad), colonialismo et alia) y no disfrutó de mucha paz, haciendo preguntas sobre lo que sea un verdadero aunque sí alimentó una ilusión de progreso, aso- orden, y situando los problemas en su contexto ciado al crecimiento de la economía, la ciencia, la histórico1. El concepto de sociedad civil en su innovación técnica y la comunicación. versión moderna ha surgido en áreas de civilización Una intensa sensación de drama acompaña al como Europa y América del Norte. En ellas, a lo siglo XX. El trauma de las guerras civiles europeas largo de períodos dilatados, que van de algunos de 1914/1945, entrelazadas con graves dificultadas siglos a un milenio, se han constituido sociedades económicas, culmina en guerras mundiales que que han adoptado la forma de estados naciones empujan a Occidente al borde del abismo; aunque operando, primero, como gobiernos represen- en la segunda parte del siglo, una forma de socie- tativos, y, luego, como democracias liberales, dad civil prevalece contra la amenaza totalitaria, sobre las bases de unas economías de mercado Occidente se convierte en un modelo para todos y de unos tejidos sociales plurales y complejos. y algunos creen ver cerca el ‘final de historia’. Esta combinación de comunidad política liberal, Pero, al entrar en el tercer milenio, todo economía de mercado y tejido de asociaciones y parece sobresaltarse. La promesa y el desorden de redes sociales ha sido reconocida como un tipo los tiempos parecen, ambos, igualmente plausibles. singular de sociedad, a veces entendido como un Occidente se enfrenta con las turbulencias causa- orden de libertad, y ha recibido diversos nombres, das por el terrorismo global y lo que algunos ven entre ellos, allá en el siglo XVIII, el de sociedad como una repetición de la gran crisis económica civil (entendida en un sentido amplio). de los años 30. Cierto que, entretanto, el mar ha elevado todas las barcas y centenares de millones de personas, en todo el mundo, han cruzado el 1 Este trabajo es una versión de una ponencia en la Conferencia umbral de la pobreza. Pero ahora estamos ante una sobre «Cultura y valores en tiempos de globalización», patroci- crisis que sugiere un déficit masivo de previsión y nada por la Fundación Faes, realizada en Madrid el 10 de junio de 2011, con la participación de los profesores Richard Madsen prudencia por parte de los mercados y los estados y Margaret Archer. para manejar la situación. Mediterráneo Económico 20 | ISSN: 1698-3726 | ISBN-13: 978-84-95531-52-0 245
Balance de una década. Diez años de Mediterráneo Económico [2002-2011] Ahora parece que estamos ante un fallo de 2. La sociedad civil de la modernidad ambos, mercados y estados. Reguladores, super- avanzada (SC de MA), y la ciudad visores y políticos han sido sorprendidos. Su ac- oligárquica tuación indica que podemos esperar de ellos poco más sino que sean prudentes y usen un sentido 2.1. Variantes de sociedad civil, y su común no muy distinto del que tenga el público eventual degeneración en una ciudad en general. Pero sabemos que el sentido común oligárquica de las gentes funciona al nivel inmediato, local, pero es de una utilidad limitada en situaciones de El abanico de variantes de sociedades civiles gran complejidad como las actuales (Friedman, históricas (a distinguir de su tipo ideal) es bastante J. 2009). Es difícil que el pueblo pueda com- amplio. Deberíamos atender con cuidado a esas prenderlas, ni controlar a sus políticos o rectificar variaciones; y ello, por una razón análoga a la de el curso de su acción. Tanto más cuanto que, Aristóteles al dedicar su atención a las formas particu- dejando aparte las divisiones dramáticas entre lares de la experiencia política de los griegos (y otros izquierdas y derechas, un establishment de elites pueblos) en su Política (Aristóteles, 2005). Porque oligárquicas (políticos, elites económicas, medios incluso aunque tengamos una teoría plausible sobre de comunicación et alia) puede estar empujando a la ‘naturaleza’ de la sociedad civil, la naturaleza de las la ciudadanía a una posición marginal. En ese caso, cosas elude a la teoría (o la intuición) que prescinde las democracias occidentales se arriesgan a seguir el de la observación de la experiencia, que debería per- curso del Imperio Romano, con su miríada de mu- mitir corregirla una y otra vez (Milbank, 2005). En nicipalidades, ahora convertidos en gobiernos que este caso, la experiencia nos dice que la SC aparece de se dedican a gestionar los asuntos locales, mientras muchas formas, con frecuencia defectuosas cuando que del imperio se ocupa una red de gentes aparte, se las mide por los standards del modelo. ostensibles o discretas, que deambulan por las salas Trataré ahora de dos variantes históricas de y pasillos de las altas instancias. la SC: el caso límite de la ciudad oligárquica, que Las asociaciones, por su parte, pueden ser hoy se sitúa en rigor justo extramuros del modelo, y lo más numerosas y activas que nunca, pero juegan que llamo la SC en su versión de MA. el papel de un segundo violín en la orquesta. Sus Incluso en tiempos propicios suele observarse sonidos, sus voces, por lo demás, son bastante dis- que las SC tienen como dos caras, una brillante y cordantes; algunas hacen contribuciones impor- otra oscura. Por ejemplo, en la Inglaterra del siglo tantes al bien común, otras apenas se distinguen XVIII, los Whigs lideran el país y lo empujan en de los grupos organizados en torno a un interés la dirección de un ‘orden de libertad’, próspero y particular, y otras parecen vinculadas a estrategias dinámico, que sirve de trasfondo para el cultivo de sectarias y demagógicas. la ciencia y para una cultura de sense and sensibility. Lo que trato de decir es que vivimos en tiem- Al tiempo, son responsables de (lo que se llamó) pos muy turbados, y que tanto los mercados y la la «vieja corrupción», la manipulación del sistema política democrática como las asociaciones todavía político en su beneficio, y explotan sus campesinos tienen que demostrar que están a la altura de estos y se apoderan de las tierras comunes, y castigan con tiempos; y pueden hacer que, de esta forma, la singular dureza a quienes incumplen sus reglas, sociedad civil, en su sentido amplio, funcione. por ejemplo, condenando a trabajos forzados y Pero, ¿de qué clase o variedad de sociedad desterrando a Australia a un número significativo civil estamos hablando? de gentes (Porter 1990; Langford 1989). 246 Mediterráneo Económico 20 | ISSN: 1698-3726 | ISBN-13: 978-84-95531-52-0 | [245-273]
Avatares de la modernidad avanzada. La sociedad civil entre la ciudad oligárquica y la sociedad buena | Víctor Pérez-Díaz En tiempos menos propicios (pero bastante a Bajo estas condiciones, el orden social que menudo) un régimen oligárquico puede prevalecer puede obtenerse es poco más que el de un modus hasta el punto de que las instituciones civiles se le vivendi entre diferentes intereses, pasiones y dis- subordinen. Tenemos entonces la ciudad oligár- cursos morales. Este modus vivendi, inestable, se quica. Su carácter puede reconocerse en dos trazos. orienta hacia un encuentro, o enfrentamiento, de Primero, la dominación oligárquica. Oligarcas de voluntades; y el desenlace de este encuentro/en- todos los géneros (económico, político y cultural) frentamiento suele depender, en última instancia, resuelven sus conflictos dividiendo o compartien- de la relación de fuerzas. do el poder, o alternándose en él (Pérez-Díaz, Si se quiere evitar que este reino cotidiano 2008). Les une su implicación diaria en un sistema de la Realpolitik degenere en una guerra de todos de intercambios mutuamente provechosos. Do- contra todos, hay que suavizar aquellos encuen- minan al resto de la sociedad, que gasta la mayor tros/enfrentamientos mediante una ligera cultura parte de su tiempo y energía, primero, en resistirse, moral de tolerancia y un módico de confianza y luego, en imitar las maneras de sus amos. generalizada. Pero una cultura ligera y un módico Segundo, el egoísmo universal. Si la gran de confianza ofrecen cimientos morales endebles estrategia oligárquica tiene éxito, al final, el motto para que el sistema de relaciones sociales pueda de todos será «cada uno a lo suyo». Y habrá todo funcionar salvo en épocas de ‘buen tiempo’, bajo tipo de incentivos, institucionales y culturales, circunstancias económicas y políticas benignas. para que se lleve a la práctica. Si no es así, la sociedad puede convertirse en una ciudad oligárquica, o evolucionar hacia una socie- dad totalitaria (o ideocrática) (Gellner, 1994), o 2.2. La sociedad civil en su versión de desintegrarse (en un estado de desorden creciente). modernidad avanzada La SC en la forma que generalmente adopta 3. Factores culturales bajo las condiciones de la MA no llega al extremo de la ciudad oligárquica, pero se queda suficien- Determinados algunos factores culturales temente cerca como para incorporar muchos de pueden jugar un papel crucial a la hora de impul- sus rasgos. sar la SC en MA a lo largo de una u otra senda, La SC en su versión de MA es un sistema de acercándose a la ciudad oligárquica o alejándose relaciones sociales en el que las gentes buscan sobre de ella. Cierto que las instituciones son asimismo todo su interés particular, con poco más que una importantes. Pero hay que tener en cuenta que, en atención residual e intermitente al bien común, última instancia, las instituciones no son sujetos y a la práctica de la mutualidad y la benevolencia de verbos de acción. No se perpetúan a sí mismas, recíproca. En los mercados y en la política de- ni se desvían a sí mismas. La senda que toman mocrática se da importancia fundamental a que depende de decisiones humanas. Puesto que los cada individuo y grupo cuide de sus «intereses y humanos son agentes infra-determinados, sus pasiones», definidos éstos según sus valores, que elecciones están influidas pero no determinadas cada uno afirma a su manera, en un acto que por el marco institucional en el que habitan. Sus mezcla voluntad y sentimientos, en un despliegue, movimientos reflejan su cultura (motivaciones, digamos, de emotivismo moral. fines, valores) y su entendimiento de la situación, que está a su vez inspirado en esa cultura. Los Mediterráneo Económico 20 | ISSN: 1698-3726 | ISBN-13: 978-84-95531-52-0 | [245-273] 247
Balance de una década. Diez años de Mediterráneo Económico [2002-2011] factores culturales son, por tanto, de importancia de un arreglo beneficioso con ese mundo, con decisiva para explicar, y hasta cierto punto prever, vistas a sobrevivir y prosperar el día en el que sus la senda por la que tales humanos (y no sus insti- compromisos políticos se terminen, o pasen a un tuciones) se adentran. segundo plano. Limitaré mis observaciones a tres temas En la medida en la que estas prácticas tienen culturales: el espacio público, la educación y el éxito, ello reduce la dependencia de los políticos carácter moral. Voy a analizarlos (y subrayo este respecto a su partido y a su público, les da autono- punto) desde una perspectiva crítica, i.e., una que mía, y reduce su necesidad de atender las exigencias enfatiza la dificultad para que tales factores, siendo de transparencia y responsabilidad que el público les los que son en las condiciones de la MA, ayuden pueda formular. A su vez, no atender estas exigencias a las gentes a rectificar la senda que lleva, precisa- reduce la probabilidad de que se sigan formulando; mente, en la dirección de la ciudad oligárquica. ya que el público puede dejarse ir a un espiral de pa- sividad, sentimiento de impotencia, falta de interés en la política y desconfianza de los políticos. Problemas en el espacio público: los Claro es que la familiaridad práctica con fallos de los políticos la política no basta para resolver los problemas políticos. Hace falta también algo de sabiduría En principio, en la política democrática, política; aunque a veces parece como si bastara la los debates sobre política y políticas públicas tie- mera apariencia de esa sabiduría. nen lugar en un espacio común, compartido por En general, los sistemas políticos suelen vivir políticos y ciudadanos. Pero de hecho, ese espacio con muchos problemas sin resolver. Si los tiempos es compartido sólo hasta cierto punto. Está dividido son apacibles, cabe que los políticos, incapaces, entre el escenario donde tienen lugar las maniobras esperen a que los problemas se resuelvan solos. y se toman las decisiones políticas, y donde políti- También pueden hablar y hacer gestos como si cos y elites se mezclan, y el espacio relativamente tuvieran carismas y dotes visionarias, y confiar en silencioso donde se sienta la audiencia. el aplauso de una ciudadanía crédula o indiferente. Los políticos tienen más acceso a los asuntos Existe el peligro, sin embargo, de que los públicos, pero no se trata sólo de una cuestión de problemas se tornen más difíciles, la proporción acceso, sino sobre todo de familiaridad práctica de políticos incapaces aumente y la confusión con la política: con «las cosas prácticas» del dinero del público se extienda, en cuyo caso el espacio y el poder que se entremezclan en el manejo de público se convierte en el lugar de encuentro de los asuntos públicos. Por supuesto, los políticos malentendidos insuperables. Por ejemplo, las cosas necesitan recursos de todo tipo para ganar elec- pueden llegar al punto en el que, en una protesta ciones, hacer programas y conseguir apoyos para popular contra los políticos, las gentes despliegan sus políticas, que obtienen del mundo de los ne- indignación moral y airean sus sentimientos de gocios, y otros medios (medios de comunicación, frustración. Estas expresiones de desasosiego pue- profesionales, etc.). Además, es una cuestión obvia den distraer la atención de los problemas cruciales pero importante, y con frecuencia silenciada, del momento, fragmentar el espacio público en que los políticos desarrollan, inevitablemente, un diferentes espacios y, con ello, hacer más difícil que interés en cultivar relaciones personales con ese las gentes comparan información y conversen los mundo de los negocios y en usar su experiencia unos con los otros, y con ello se inhiba el proceso y su influencia en el estado para crear las bases de deliberación que se pretende impulsar. 248 Mediterráneo Económico 20 | ISSN: 1698-3726 | ISBN-13: 978-84-95531-52-0 | [245-273]
Avatares de la modernidad avanzada. La sociedad civil entre la ciudad oligárquica y la sociedad buena | Víctor Pérez-Díaz La explosión ritual puede desembocar en El problema educativo: los fallos de la impresión de que la política es una mezcla de la educación gestos y de inercia, activismo con pocos resultados. Las gentes pueden acabar sintiéndose testigos de En la SC en MA, la mayor parte de la pobla- una parodia de control del destino. Si su confianza ción está semieducada y poco informada sobre las en la clase política se erosiona, también lo hace su cosas públicas, y agobiada de trabajo. Por tanto, confianza en ellos mismos, los unos en los otros y muestra una profunda falta de interés en los bie- todos en la sociedad en su conjunto. nes comunes y un interés casi obsesivo por sus Al final, estas experiencias políticas de dis- preocupaciones personales, prácticas e inmediatas. tancias entre políticos y ciudadanos, de dilaciones Ya hemos observado que no es probable que reci- en la solución de los problemas, de ceremonias de ban su educación cívica de la política, ya que los confusión operan como una suerte de pedagogía políticos no son aristoi que puedan educarla; más incivil, que no disimula la incompetencia de los bien son ellos quienes necesitan educarse. políticos pero refuerza el déficit cívico de los ciu- ¿Puede ocurrir que la educación cívica de la dadanos corrientes. gente deba ser el resultado... del sistema educati- Ahora bien, como decía Santayana (y ha vo, simplemente? La sabiduría convencional dice repetido Voegelin), la democracia liberal necesita, que cuando el nivel de educación (o más bien, de para su buen funcionamiento, una base social escolaridad formal), información y comunicación de «plebeyos patricios», de gentes corrientes que aumenta, aumenta también la capacidad de las comparten el ethos de los aristoi (Voegelin 2000). gentes para tomar decisiones racionales, incluyen- Deberían ser, todos, en cierto modo, como do las que se toman en la esfera pública, es decir, Cincinato. Atentos a su interés pero dispuestos la decisiones colectivas. a cumplir con sus deberes cívicos en cualquier Éste puede ser el caso respecto al abanico de momento. El problema es que, siendo las gentes decisiones para las que se precisa el ejercicio de como Cincinato, de por sí, poco frecuentes, la la racionalidad instrumental. Pero el argumento experiencia de la democracia liberal, en las con- no se aplica a la racionalidad axiológica, a la bús- diciones de la MA, tampoco les proporciona la queda de respuestas a cuestiones normativas, que capacidad y la disposición cívica precisas. son la clave de una esfera pública mejor y de una Voegelin, de nuevo, nos recuerda que Herá- sociedad mejor. clito distinguía entre quienes se sienten concer- Una mirada desapasionada al sistema edu- nidos por los asuntos comunes, y los ‘idiotas’ que cativo actual en muchos países avanzados indica no lo están; y que Hesíodo hacía una distinción que no siempre es de gran ayuda al respecto. Claro análoga entre los aristoi que saben de lo que hablan es que las experiencias varían, y hay que atender cuando lo hacen sobre asuntos comunes, junto con al contenido de la educación, y a la forma de quienes les escuchan, aprenden y se convierten así impartirse la enseñanza, a varios niveles, en espe- en aristoi, y quienes ni saben ni escuchan. cial al de la educación general. La escuela ayuda La pregunta sería, ¿cómo hacer para que las cuando desarrolla la inteligencia, el ejercicio de gentes escuchen, aprendan y se conviertan en aris- una libertad responsable, la capacidad de debatir, toi? Pero una pregunta previa es, ¿cómo es posible la sensibilidad hacia las necesidades de los demás, que las gentes aprendan de los aristoi, cuando no la disposición al trabajo en equipo, el valor y el hay aristoi alrededor? autocontrol; y no, cuando no lo hace así. Estas Mediterráneo Económico 20 | ISSN: 1698-3726 | ISBN-13: 978-84-95531-52-0 | [245-273] 249
Balance de una década. Diez años de Mediterráneo Económico [2002-2011] cuestiones no se resuelven con nuevas tecnologías modo que, a pesar de la pretensión de tales institu- de la enseñanza. Son cuestiones morales cruciales. ciones de preparar a sus estudiantes para controlar En este sentido, las escuelas pueden ser un lugar de su destino en este mundo, lo que transmiten, a las entrenamiento bien para adquirir virtudes cívicas, elites y las gentes ordinarias que salen de sus aulas bien para comprometerse en una carrera hacia en números crecientes, es desconcertante, y apenas el éxito, aprovechando las oportunidades que se relevante para realizar esa misión. Porque apenas presenten en el camino y acumulando los recursos les capacita para juzgar ese mundo y confirmar o precisos para conseguirlo. alterar su rumbo, y, lógicamente, tampoco para Si la eficacia cívica de la educación general es entender su papel en él. dudosa, existen asimismo dudas razonables acerca de los efectos cívicos últimos de la educación su- perior en la modernidad avanzada. Por ejemplo, Virtudes y valores: los fallos morales de lo que la sabiduría convencional estima como el mejor sistema universitario del mundo, el de Si la política y la educación van, en lo fun- Estados Unidos. damental, en la dirección que he sugerido (y sin De hecho, este sistema ha ido evolucionando contracorrientes de suficiente fuerza, que procedan en las últimas décadas hacia una situación en la que de la economía y de la sociedad: un tema en el que las mejores universidades tratan de desempeñar el no entraré aquí), podríamos concluir que, en SCs papel de «multi-versidades» mundiales, orientadas en condiciones de MA, las gentes tenderían a desa- a situarse «en la cima del mundo», transmitiendo rrollar un carácter moral e intelectual defectuoso, un número creciente de technés útiles para el con- o al menos con hábitos intelectuales y morales que trol del mundo, y tratando de atraer a gentes con redundan en un déficit de su virtud cívica. ambiciones y aspiraciones de ese mismo mundo, Para empezar, cabe argüir que, estar demasia- profesores, estudiantes y empresarios culturales. do ansioso por el éxito y dejar al albur del juego Llama la atención que en bastantes de ellas de intereses y pasiones las decisiones de vida, en sea el conocimiento especializado el que se con- las condiciones de la modernidad avanzada, puede sidera, de verdad, relevante en última instancia, reflejar, y reforzar, un déficit del cultivo de las vir- aunque se entretenga una retórica de ideas vagas tudes, cardinales, tradicionales, i.e., transmitidas, acerca de la educación en general. Estas ideas se al menos, desde los tiempos axiales, digamos, hace intercambian en y seminarios y reuniones de fa- dos milenios y medio. Sin entrar ahora en el detalle cultad, y se despliegan en ceremonias solemnes en del argumento, cabe resumirlo así: un déficit en un lenguaje reminiscente del de otras épocas. Es prudencia o razón práctica a la hora de deliberar difícil prescindir de este lenguaje, en parte, porque y decidir entre posiciones normativas distintas; en está arraigado en la memoria de los mayores, y, en sentido de la justicia, o sensibilidad para respetar parte, porque encaja con un clima sentimental lo que pertenece a los demás y para atender al bien difuso adherido a la arquitectura neogótica de una común (frente a la disposición a dejarse arrastrar parte de sus campuses (aunque no de los nuevos por el principio de «primero yo y los míos»); y en edificios, que siguen otros cánones). valor y en templanza, para mantener el rumbo en Estos discursos sobre la educación no acaban medio de una agitación creciente. de encajar con el clima de prisas y ansiedades de No quiere decir esto que las gentes no de- ese mundo en el que aquellas «multi-versidades sarrollen capacidades y disposiciones útiles o no mundiales» tratan de jugar un papel relevante. De acumulen recursos importantes. Parece lógico 250 Mediterráneo Económico 20 | ISSN: 1698-3726 | ISBN-13: 978-84-95531-52-0 | [245-273]
Avatares de la modernidad avanzada. La sociedad civil entre la ciudad oligárquica y la sociedad buena | Víctor Pérez-Díaz referirse a estos recursos con el término de «ca- Del diagnóstico a la terapia: qué hacer pital» (educación qua capital humano o cultural, y conexiones qua capital social, por ejemplo), Ordenar el mundo es una tarea tanto teórica puestos que son recursos a invertir en la venta del como práctica. En la práctica, cara a la SC en MA, producto que es uno mismo, con la vista puesta hay que tomar algunas decisiones. En el supuesto en un rendimiento en términos de poder, riqueza de que mi esbozo de la SC en MA se acerque a y status, principalmente. como las cosas son realmente, podemos decidir (1) Pero cabe esperar que centrar el foco de la contribuir a que la sociedad siga el curso actual, atención moral, de manera tan decidida, en la ra- continúe su huida hacia adelante y se convierta cionalidad instrumental y en el emotivismo moral, en una sociedad «cada vez más avanzada y más y este déficit en virtudes, se traduzcan en lo que moderna»; lo que sería una decisión muy com- algunos neurofisiólogos de las emociones (Dama- prensible puesto que está apoyada por una mayoría sio 2000) llaman un sujeto autobriográfico (auto- de la opinión ilustrada (de muy varias tendencias) biographical self) poco desarrollado, o, digamos, un urbi et orbi. Alternativamente, podemos contribuir sujeto postmoderno; lo que puede ser un nombre (2) a que esta SC degenere en una ciudad oligár- paradójico, y sin embargo conveniente, para un quica (o algo peor), o (2) a que mejore, mediante sujeto realmente muy moderno, caracterizado por reparaciones y reformas, tal vez porque se convierta cierta pérdida de memoria y de continuidad, ergo, en una SC reformada de acuerdo con los criterios de identidad, y por cierta pérdida del sentido de la de algún modelo de sociedad buena, en la que, dirección en el tiempo (hacia el futuro) y en el espa- por ejemplo, tomemos los mercados, la política cio (hacia el mundo exterior). Un número elevado democrática y las asociaciones como elementos, de individuos con una personalidad postmoderna como cimientos para construir esa sociedad mejor. da lugar a comunidades inestables, a pequeña y a La cuestión que se plantea es, por tanto, qué gran escala. En ellas, la vida social se convierte en hacer y cómo hacerlo. una negociación continua entre gentes olvidadi- Tomaré tome aquí pie en una de mis últimas zas y algo desorientadas, ansiosas por resolver los observaciones. He dicho que uno de los rasgos del problemas del día mientras hablando del futuro, carácter defectuoso de los sujetos postmodernos que desconocen, casi sin parar. es una disminución del sentido del tiempo y el Como ya he señalado, esta situación puede espacio, que se traduce en una pérdida de narrativa desembocar en una «lucha a muerte» o en un mo- personal y de sensibilidad para el mundo alrede- dus vivendi entre unidades individuales y sociales dor. Podemos aplicar estos rasgos, por analogía, que buscan su éxito en términos de autorrealiza- al carácter de las sociedades, y, con el ánimo de ción y de autoexpresión. En el caso de un modus corregir sus defectos, incorporar en el horizonte vivendi, los agentes se convierten en instrumentos de nuestro debate sobre las sociedades modernas, los unos de los otros. La lógica del sistema con- enseñanzas que nos llegan de otras civilizaciones duce a reducir a los demás al nivel de obstáculos y otros tiempos. potenciales de mi triunfo, y bien a presionarles Y es en este espíritu, de deliberado arcaísmo hasta el punto en que su resistencia se convierta (otros tiempos) y exotismo (otros lugares), en el en un coste insoportable para uno mismo, bien que propongo que escuchemos ahora la voz de un a crearles incentivos para que se conduzcan del testigo peculiar. modo que me interesa. Mediterráneo Económico 20 | ISSN: 1698-3726 | ISBN-13: 978-84-95531-52-0 | [245-273] 251
Balance de una década. Diez años de Mediterráneo Económico [2002-2011] 4. Qué hacer: la historia de Zhiang Zu del lugar, no persuadirá a nadie. Aunque haga lo imposible por adaptarse a la situación, y espere el 4.1. La historia momento más propicio para dar un paso, al cabo de un tiempo todo lo que conseguirá es perder su El libro de Zhiang Zu ha sido traducido y propio rumbo. Y una vez que extravíe su rumbo, comentado por, entre otros muchos, un monje se tornará ansioso, perderá su equilibrio interno benedictino, Thomas Merton (Merton 2004). y no servirá ya para nada. En su introducción, Merton traza un paralelo Desesperado, Yen Hui pregunta; pero enton- entre, de un lado, el Pequeño Tao de Confucio ces ¿Qué debo hacer? Y Confucio/Zhiang Zu res- y el Gran Tao de Zhiang Zu, y, de otro, la ley ponde: «ayuna en tu corazón». Y le explica: man- del Viejo Testamento y la regla de la caridad de ténte tranquilo, no fuerces los acontecimientos, San Pablo en el Nuevo Testamento; como si, de aguarda a que las cosas ocurran, y entonces, espera acuerdo con el principio de que en estos tiempos a que, en lugar de un arreglo efímero y superficial, globales cada tradición debiera ahondar en su emerja algo parecido a un orden espiritual. propia experiencia mediante el diálogo con otras Cierto que las gentes seguirán sus senderos tradiciones, Merton sugiriera que Zhiang Zu fue torcidos, que les sugieren su carácter y la mezcla a Confucio, en el mundo de la antigua sabiduría habitual de intereses y pasiones, y sin embargo, es china, como el reino de la caridad es al de la justicia posible que algunas cosas buenas surjan en el pro- en la tradición judeo-cristiana. pio flujo de la vida, incluso que ocurran milagros Pues bien, en el libro de Zhiang Zu nos (¿y por qué deberíamos descontarlos del todo?). encontramos con una curiosa narración cuyo Todo puede suceder así, con un aditamento: con título podría ser el de «El ayuno del corazón». el poco de ayuda que consiste en «abrir una ventana En ella, Yen Hui, el discípulo preferido de Con- y dejar que la habitación sea invadida por la luz, fucio (que en este caso es sólo una máscara para que entonces se convertirá en una influencia, el propio Zhiang Zu), pregunta a su maestro lo una fuerza espiritual, por la que los otros serán que debe hacer al enfrentarse con un mundo en secretamente transformados». desorden. De hecho, Yen Hui le explica que la En el entretanto, su consejo es, «ayuna en premisa de su pregunta es que tiene ya todo un tu corazón», mantén tu mente abierta y, por lo plan para ir a los dominios del príncipe de Wei, demás, no trates de ser un héroe. cuyo pueblo se encuentra sumido en un estado de gran turbación; y precisamente, porque quiere aplicar las enseñanza del propio Confucio, de que 4.2. Algunas lecciones por aprender debe aplicar su sabiduría a resolver los asuntos del mundo. Entiendo que este cuento, antiguo y quizá Para su sorpresa, Confucio, o más bien de- un poco irónico, tiene poco que ver con las ape- beríamos decir Zhiang Zu, le contesta que está laciones al progreso indefinido de la humanidad en un completo error, y se está comprometiendo al estilo moderno. No encaja con el evangelio de en una aventura absurda. Por supuesto, nadie le la modernidad aplicado a los individuos, de la escuchará. El Príncipe resentirá sus consejos y hará autorrealización y la autoexpresión, ni con el que todo lo posible por estropear sus planes. Incluso se aplica a naciones enteras y las incita a hacer si Yen Hui actúa con la mayor cautela, y se cubre lo necesario para estar entre las más avanzadas con el manto de la tradición y las convenciones del planeta y acercarse a la cima del mundo. Sí, 252 Mediterráneo Económico 20 | ISSN: 1698-3726 | ISBN-13: 978-84-95531-52-0 | [245-273]
Avatares de la modernidad avanzada. La sociedad civil entre la ciudad oligárquica y la sociedad buena | Víctor Pérez-Díaz lo entiendo. Pero, con todo, creo que se pueden lo que ya es una razón para no hacer demasiadas aprender algunas lecciones de este cuento, de cosas. Primero, porque el mundo debe tener algún algún interés. orden para que pueda existir; y de hecho, existe. La primera lección es que estamos ya com- Segundo, porque debe tener algún grado de orden prometidos con un orden moral, y con los ideales si queremos introducir en él un grado de orden de una buena vida, un buen ser humano y una mayor. Puesto que, no siendo dioses omnipoten- buena sociedad, seamos o no plenamente cons- tes, nuestra capacidad para crear orden del caos cientes de ello; y que la clave de esa buena vida total es nula, y necesitamos un rudimento de orden se puede resumir en alguna variante del motto de previo sobre el que podamos construir. «sabiduría y amistad». Al considerar la mezcla de orden y desorden En el cuento, nadie le dice a Yen Hui que, de SC en MA cabe concluir que debemos repa- una vez que, como fiel discípulo de su maestro, se rarlas o reformarlas pero que no conviene destruir compromete con poner orden en el mundo, por lo las dosis significativas de orden que hay en el pronto en los dominios del Príncipe de Wei, deje funcionamiento de los mercados y la democracia de hacerlo simplemente porque la tarea sea muy liberal, por dos razones. difícil. El compromiso se mantiene porque define a La primera es que la experiencia muestra que Yen Hui; como nos definiría a todos, en tanto que es probable que otras alternativas institucionales sean seres humanos. La idea subyacente aquí es similar peores; porque atribuyen el poder último a grandes a la del argumento básico de Platón: debemos líderes, agencias centrales o asambleas populares considerar nuestro movimiento hacia la idea del sobre el supuesto de que unos y otros tienen los Bien (o hacia «el suelo o fundamento divino de conocimientos y la virtud precisas para su tarea. la existencia», en los términos de Voegelin, 2000) Ahora bien, este supuesto es falso. Los humanos son como una parte crucial y definitoria del bagaje todos limitados en sus conocimientos y su virtud; de nuestra condición. Está con nosotros desde el son falibles. Mejor, no confiar demasiado poder en arranque; y no como algo que se puede añadir o ninguno de ellos, o grupos de ellos. Aunque simple- quitar a voluntad una vez que se haya hecho una mente por el hecho de diseminar el poder tampoco exploración del terreno y se hayan puesto nombres deberíamos esperar maravillas, la experiencia muestra a las cosas y los hechos, y añadido la etiqueta de unos que, con ello, aumentamos la probabilidad de que valores (que se pudieran, igualmente, poner o quitar). los humanos aprendan de sus errores o se corrijan El supuesto implícito del consejo del maes- unos a otros, y encuentren recursos para resistir la tro es que es bueno «saber», y es bueno «ayudar tiranía de los demás y para no caer en la tentación a la gente; en otras palabras, que la sabiduría y de convertirse en tiranos ellos mismos. la amistad son el bien al que tiende, sabiéndolo Además, y ésta es la segunda razón, la demo- o ignorándolo. Lo que, por cierto, nos recuerda cracia liberal y los mercados apelan a una suerte enseñanzas parecidas de nuestra tradición occiden- de orden de un tipo superior basado en la liber- tal, que nos han llegado en un lenguaje religioso o tad humana; de lo que se sigue que los humanos filosófico, también desde tiempos antiguos. deberían tener la oportunidad no de imponer a La segunda lección concierne la idea de lí- los demás su versión de lo que es una sociedad mites. Implícita en la prescripción de Confucio/ buena, pero sí de proponérsela, y en cierto modo Zhiang Zu de hacer poco y esperar (hasta cierto de ensayarla. En otras palabras, Zhiang Zu y Yen punto), está la idea de que el mundo es una mez- Hui deberían tener la oportunidad de intentar la cla de orden y desorden de la que sabemos poco, difusión de su «ayuno del corazón». Mediterráneo Económico 20 | ISSN: 1698-3726 | ISBN-13: 978-84-95531-52-0 | [245-273] 253
Balance de una década. Diez años de Mediterráneo Económico [2002-2011] La tercera lección se refiere al tema de la Referencias bibliográficas virtud, lo que se relaciona con el tema anterior. Porque si estamos ante una mezcla de orden y Aristóteles (2005 [384 aC-322 aC]): La Política. desorden, se precisa cierta capacidad en el sujeto Traducción de Pedro López Barja de Quiroga para discernir entre uno y otro. Y si éste tiene un y Estela García Fernández. Madrid, Istmo. profundo desorden interno, ¿cómo podrá discernir Damasio, A. (2000): The Feeling of What Happens: el orden fuera de él? Necesita la actitud moral y Body, Emotion and the Making of Consciousness. emocional que le permita comprender, y aquí es Londres, Vintage. donde viene la llamada al «ayuno del corazón». Friedman, J. (2009): «A crisis of politics, not Y la cuarta lección concierne al tema de la economics: complexity, ignorance, and policy comunidad, que subyace el cruce de sentimientos, failure»; en Critical Review (21, 2-3); pp. entendimientos y compromisos morales entre 127-183. Zhiang Zu y Yen Hui, maestro y discípulo, y Friedman, M. (1989): «Feminism and Modern constituye el núcleo moral y emocional que da su Friendship: Dislocating the Community»; en impulso a esta narración. Ethics (99, 2); pp. 275-290. La importancia de las comunidades basadas Gellner, E. (1994): Conditions of Liberty: Civil en afinidades morales es crucial. Pensemos, por Society and its Rivals. Nueva York, Allen Lane. ejemplo, en que la democracia liberal asegura Langford, P. (1989): A Polite and Commercial puntos de acceso y una voz a la mayoría de la gente People: England 1727‑1783. Oxford, Oxford para que aporte su contribución (conocimientos, University Press. energía, compromiso) al proceso político, y para Merton, T. (2004): The Way of Chuang Tzu. que haga responsables a los políticos, y les exija Boston, Shambhala. que aclaren, expliquen y justifiquen sus políticas; Milbank, J. (2005): «The Invocation of Clio: A a condición de que el espacio público funcione response»; en Journal of Religious Ethics (33, correctamente y haya una masa crítica de políti- 1); pp. 3-44. cos y ciudadanos virtuosos, con la disposición y Pérez-Díaz, V. (2008): El malestar de la democra- capacidad cívicas correspondientes. cia. Barcelona, Crítica. Pero la clave para que esta condición se Porter, R. (1990): English Society in the 18th cumpla estriba, en buena medida, en el papel de Century. Londres, Penguin Books. comunidades y asociaciones; porque éstas son los Voegelin, E. (2000): The collected works of Eric lugares principales donde recibe su contenido la Voegelin. Vol. V: «Modernity without restraint». voz que se proyecta en el espacio público, y donde Columbia, University of Missouri Press. se forma el carácter de quienes proyectan esa voz. De hecho, esa voz sólo es creíble en la medida en la que no se limita a expresar un argumento sino que se presenta como expresión de una forma de vida, y, como tal, está anclada en experiencias compartidas en redes familiares y sociales, en comunidades locales, asociaciones voluntarias o «comunidades de elección» (Fried- man, M. 1989). 254 Mediterráneo Económico 20 | ISSN: 1698-3726 | ISBN-13: 978-84-95531-52-0 | [245-273]
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