Correlaciones entre Sá de Miranda y Garcilaso de la Vega

Página creada Fabio Ruisenor
 
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Correlaciones entre Sá de Miranda y Garcilaso
                              de la Vega

                                                      Adrien Roig
                                         Universidad Paul Valéry de Montpellier

              En tres estudios precedentes1 ya hemos mostrado la importancia del conocimiento de
          la vida y de la obra de Sá de Miranda para la interpretación de las églogas de Garcilaso de
          la Vega2. Apoyándonos en documentos históricos, en el análisis preciso de los textos y
          en una profunda meditación de muchos años sobre las creaciones poéticas de los dos
          autores, desenvolveremos el estudio metódico de sus correlaciones (analogías y
          relaciones recíprocas) en sus existencias, en sus papeles de innovadores, en sus amores
          por una misma dama y los poemas correspondientes. A lo largo de este paralelo
          insistiremos más detenidamente en los rasgos respectivos a Sá de Miranda por ser
          generalmente menos conocidos que los referentes a Garcilaso. Esta prospección nos
          permitirá corroborar y completar nuestros resultados anteriores para mejor conocimiento
          de las vidas y más acertada interpretación de las obras de ambos poetas.

          CORRELACIONES EN LAS EXISTENCIAS

             Muchos datos de sus existencias permanecen dudosos u obscuros. No se conocen con
          precisión las fechas límites. Nacimiento: Sá de Miranda, 28 de agosto de 1481 o década
          de 1480-14903; Garcilaso: 1501. Muerte: Sá de Miranda: posteriormente al 16 de mayo

              1
                  Adrien Roig, «¿Quiénes fueron Salicio y Nemoroso?», Actas del sexto Congreso Internacional de
          Hispanistas (1977), Toronto, 1980, pp. 617-640 y, en versión más desarrollada, Criticón, 4, Toulouse-Le
          Mirail, 1978, pp. 1-36. «L'églogue Nemoroso de Sá de Miranda, Llanto pour la mort de Garcilaso»,
          Mélanges offerts au Professeur Nelly Clemessy, Nice, 1993, t. II, pp. 535-547.
              2
                  Cf. Antonio Gallego Morell, «Sá de Miranda y Garcilaso de la Vega», Garcilaso, Actas de la W
          Academia Literaria Renacentista, Ediciones de la Universidad de Salamanca, 1986, pp. 235-246.
              3
                  Sá de Miranda, Poesías escolhidas por José V. de Pina Martins, Lisboa, Editorial Verbo, 1969, p. 9.

          Studia Áurea. Actas del 111 Congreso de la AISO, I, Toulouse-Pamplona, 1996

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         de 1558; Garcilaso: 10, 13 o 14 de octubre de 15364. Vivieron pues contemporáneos, a
         principios del siglo XVI, durante los 36 años que corresponden a la existencia de
         Garcilaso.
             Nacieron respectivamente en Coimbra y en Toledo: dos ciudades históricas, de pasado
         prestigioso y focos intelectuales resplandecientes en el Renacimiento peninsular.
             Descendían de familias ilustres, de antigua nobleza. Para Sá de Miranda lo atestigua
         la Tabla genealógica establecida por Carolina Michaélis de Vasconcelos5. El solar de los
         Mirandas es vecino, en Asturias, tierra de cristianos viejos, del de los Lasos6. Se ha
         demostrado también el parentesco entre las diferentes familias por varios casamientos:
             - Enlace de los Sás y Lasos de la Vega con los Sotomayores7.
             - El hermano mayor de Garcilaso, Pedro Laso de la Vega, comunero, fue desterrado a
         Portugal donde se casó con Brites de Sá, prima hermana de Sá de Miranda y, en segundas
         nupcias, con la cuñada, Isabel de Sá, camarera de la Emperatriz8.
             - El sobrino de Garcilaso, Garcilaso de la Vega y Guzmán, casó secretamente, en
         Ávila, contra la voluntad del Emperador, con Doña Isabel de la Cueva, sobrina del duque
         de Albuquerque, en agosto de 1531. El sobrino tuvo que refugiarse a Portugal9
          «acolhendo-se aos parentes que eram a familia de Sá de Miranda»10.
             - La esposa de Garcilaso, Doña Elena, era hija de Iñigo de Zúñiga, primo hermano
         del conde de Miranda1'.
             Sá de Miranda alude con satifacción a uno —o varios— de estos enlaces
         matrimoniales en la Égloga Nemoroso:

                              Al muy antiguo aprisco
                              De los Lasos de Vega
                              Por suerte el de los Sás viste juntado (vv. 518-520)

         Estos vínculos familiares pudieron favorecer relaciones directas entre los dos poetas y
         encuentros, por ejemplo cuando Garcilaso visitó a su hermano en Portugal.

             4
                  Antonio Gallego Morell, Garcilaso: Documentos completos, Barcelona, Editorial Planeta, 1976,
         pp. 30-32.
              5
                  Carolina Michaélis de Vasconcelos, Poesías de Francisco de Sá de Miranda, Halle, Max
         Niemeyer, 1885. Citaremos por esta edición, modernizando la ortografía.
              6
                  Ibid., p. 837.
              7
                  Ibid, pp. 831-832.
              8
                  Enrique Martínez López, «El rival de Garcilaso: esse que de mi s'está reyendo» (Egl. I, 180),
         Boletín de la Real Academia Española, Madrid, t. 51, cuaderno 223, Mayo, agosto de 1981, pp. 197-198. Cf.
         Jacinto Peres, «Notas soltas a propósito de Sá de Miranda», Occidente, Lisboa, I, 15 de octubre, 1878,
         p. 158.
              9
                  A. Gallego Morell, Documentos, op. cit. Documentos 26, 32-44, 46: p. 131: «El licenciado Juanes...
         no proveyó lo que devia, porque, pues confesaba el desposorio de la manera que esta dicho fuera justo que
         le prendiese o a lo menos que le detuviera y no le dexara libre para se ir a Portugal como lo hizo».
              10
                  Jorge de Sena, «Isabel Freiré, a amada de Garcilaso», Jornal de Noticias, Lisboa, 6 de Setiembre
         de 1973.
              11
                  Eustaquio Fernández de Navarrete, Vida del célebre poeta Garcilaso de la Vega, Madrid, 1850,
         p.23.

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CORRELACIONES ENTRE SÁ DE MIRANDA Y GARCILASO DE LA VEGA                           477

              Perfectos cortesanos, ocuparon lugares preeminentes en las Cortes de sus respectivos
          países y disfrutaron de grandes favores de los soberanos. Sá de Miranda obtuvo de D.
          Juan III la encomienda «da Ordem de Cristo de Santa María das Duas Igrejas» (Miño)12.
          Carlos V concedió a Garcilaso el hábito de Santiago y le dio una encomienda13.
          Garcilaso se granjeó los favores del duque de Alba.
              Pero la entereza de sus caracteres les acarreó graves dificultades provocando su
          alejamiento de la Corte. Sá de Miranda se retiró a sus tierras «das Duas Igrejas»:

                              Homem dum só parecer,
                              Dum só rosto e duma fé,
                              Dantes quebrar que torcer
                              Outra coisa pode ser
                              mas de Corte homem nao é (Carta I, vv. 111-115)

           No se sabe si fue apartamiento voluntario como el de Horacio o provocado por la
           oposición con el valido omnipotente D. Antonio de Ataíde14.
               Garcilaso, por su firme actitud en el casamiento de su sobrino fue desterrado a una
           isla del Danubio, entre marzo y junio de 1522: «Preso y forzado y solo en tierra ajena»
           (Can. III, v. 16).
               Emprendieron los dos el viaje cultural a Italia, deseando traer de fuera nuevas formas
           de arte, nuevas concepciones de la poesía lírica. Recorrieron en sus peregrinaciones gran
           parte de Italia. Sá de Miranda cuyo viaje se sitúa entre 1521 y 1526 enumera con cierto
           orgullo las encantadoras ciudades italianas que visitó:

                              Eu vi Roma, Veneza e vi Milao,
                              Em tempo de Espanhóis e de Franceses. (Carta VI, vv. 8-9)

           Garcilaso que se fue repetidas veces a Italia (1528, 1532, 1534, 1536) podía afirmar otro
           tanto y añadir Bolonia, Ñapóles, Florencia, Genova, Rivarotta... Fue ocasión, para Sá de
           Miranda, de atravesar a España, lo que pudo proporcionarle la ocasión de encuentros con
           Garcilaso:

                              Os jardins de Valenca de Aragao.

                              As coisas de Sevilha soterranhas (Carta V, 10, 14).

               12
                   Francisco Sá de Miranda, Obras completas por M. Rodrigues Lapa, Lisboa, Sá da Costa, 1960, vol.
          II, p. VII.
               13
                   Documentos, op. cit., p. 35: «El día 11 de Noviembre de 1523, de acuerdo con dicha instrucción,
          Garcilaso es armado caballero por don Pedro de Toledo, marqués de Villafranca, en el monasterio de San
          Agustín de Pamplona».
               14
                   Poesías, p. 766.

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            Casaron ambos con mujeres nobles y ricas y tuvieron hijos legítimos. Garcilaso
         casó en 1525 con D. Elena de Zúñiga de quien tuvo tres hijos. Sá de Miranda casó con
         D. Briolanja de Azevedo, poco antes de mayo de 153O15; tuvieron dos hijos.
            Garcilaso fue soldado y poeta: «Tomando ora la espada, ora la pluma» (Ég. III, v.
         40). Tuvo un fin trágico: herido mortalmente de una pedrada al escalar la Torre de Le
         Muy, en Provenza, el 19 de septiembre de 1536, murió casi un mes después en Niza. Sá
         de Miranda tenía un conocimiento perfecto de los acontecimientos de la vida de Garcilaso
         como lo demuestra en la Égloga Nemoroso que compuso para celebrar el primer
         aniversario de la muerte del poeta amigo:

                               Hoy cumple el año del buen Nemoroso16
                               Que solos nos dejó (vv. 373-374).

         El título y la designación «Nemoroso de la Vega» confirman el significado de este
         seudónimo específico de Garcilaso. Sá de Miranda sigue hablando con el seudónimo
         Salido que le había atribuido Garcilaso en su Égloga I17.
             Sá de Miranda no fue soldado. No obstante dos versos de su Epitafio rezan18:

                               Podendo com su espada passar a honra de seus avós
                               Quis somente pelejar com a pena da poesia.

         Y conoció el dolor de perder a su hijo primogénito, Goncalo Mendes de Sá, muerto en
         Ceuta, el 18 de abril de 1553, a la edad de 16 años, en una emboscada.
            Garcilaso había consignado, en su testamento, la disposición siguiente: «Si muriere
         passado la mar, déjenme donde me enterraron»19. Al final de la Égloga Nemoroso, Sá de
         Miranda lamenta que los restos del poeta toledano estén fuera de su patria:

                               El mal es todo de España
                               Si enriquecen tus huesos tierra extraña, (vv. 522-523)

          D. Elena, un año después (1538) hizo trasladar los restos del esposo a Toledo, al túmulo
          familiar de San Pedro Mártir.
             Sá de Miranda expresó una voluntad diferente, en la Égloga Alejo:

              15
                   Rodrigues Lapa, op. cit., p. XVI. José V. de Pina Martins, José Adriano de Carvalho, «Sá de
          Miranda entre a poesia e a Biblia», Arquivos, París, Centro Cultural Portugués, vol. X, p. 69, n. 13 y p. 74, n.
          24.
              16
                   Este verso indica que esta Égloga era destinada a ser representada, como homenaje de «cabo de
          año», el día del primer aniversario de la muerte de Garcilaso.
              17
                   Termina esta Égloga con el verso: «Se fueron recogiendo paso a paso» (v. 421). Después de la
          muerte del amigo, Sá de Miranda, con la lectura de los versos de Garcilaso, continúa esa convivencia en la
          Ég. Nemoroso: «Iré paseando así mi paso a paso» (v. 65).
               18
                   Rodrigues Lapa, op. cit., p. XV, da el texto latino y la traducción portuguesa.
               19
                   Garcilaso de la Vega, Obras completas, edición de Elias L. Rivers, Madrid, Castalia, 1974, p. 503.
          Citaremos todas las obras de Garcilaso por esta edición.

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                                Si muriere en otra tierra
                                Aquí los huesos me traigan, (vv. 352-353)

          Fue sepultado con la esposa en la capilla de Nossa Senhora da Apresentacáo de la iglesia
          de Sao Martinho de Carrazedo, arzobispado de Braga.
              Las existencias de los dos poetas presentan pues muchas analogías y posibilidades de
          relaciones.

          DOS GRANDES INNOVADORES

              Los viajes a Italia favorecieron en Sá de Miranda y en Garcilaso el deseo de
          imitación. Pudieron conocer y admirar las obras de grandes poetas e imitar a algunos de
          ellos. Algunos biógrafos de Sá de Miranda citan a Bembo, Sanázaro, Giovio, Rucellai,
          Tolomei, Sadoletto, Ariosto, la parienta suya Vittoria Colonna20... En la Égloga
          Nemoroso, Sá de Miranda evoca a tres pares de modelos italianos. Empieza por dos
          grandes bucólicos: Sanázaro, autor del romance pastoril Arcadia y Juan Joviano Pontano
          que escribió en latín con el seudónimo de «Meliseus»:

                                En compañía viendo
                                Aquel buen Sanázaro,
                                De un Sebeto más claro
                                Por la fresca ribera departiendo
                                Con el su Meliseo
                                De nuestro tiempo uno Lino el otro Orfeo. (vv. 473-478)

           Siguen Petrarca y Bocaccio determinados por los nombres de las damas que celebraron:

                                Dos pastores toscanos
                                Que en tiempos antiguos
                                Laura uno, otro Fiameta acá han cantado, (vv. 479-481)

          El último par junta al florentino Rucellai el poeta de Sena, Tolomei:

                                Y aquellos que han alzado
                                Sena y Florencia tanto,
                                Por noble sangre y lengua,

                                Juan Rucellai, Lattanzio Tolomei! (vv. 485-487, 491)

          Este último verso recuerda el del soneto XXIV de Garcilaso compuesto con tres nombres
          de poetas italianos contemporáneos: «A Tansilo, a Minturno, al culto Tasso» (v. 3).

              20
                    Cf. Rodrigues Lapa, op. cit., vol. I, p. XII, «por parte dos Sás Coluneses», con una columna en el
          blasón.

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             Con Cristóvao Falcao y Bernardim Ribeiro, Sá de Miranda fue uno de los iniciadores
         del género bucólico en Portugal. Manuel de Faria y Sousa presenta a Garcilaso y a Sá de
         Miranda como introductores de las Églogas:

             En España no se puede negar que Garcilaso es Príncipe ... En Portugal hubo las de
             Bernardim Ribeiro ... Siguiósele Francisco de Sá de Miranda, que en los propios versos
             tiene algunas, con mucho de lo bueno a lo rústico.

             Sá de Miranda introdujo en Portugal los nuevos géneros: soneto, canción; nuevos
         versos como el endecasílabo, con nueva distribución de los acentos y el heptasílabo, su
         pie quebrado; los tercetos la octava rima, los versos encadenados, la rima al mezzo.
         Acompañaba el dolce stil nuovo una nueva concepción de la poesía lírica, con nuevos
         temas y una nueva sensibilidad21.
             Sá de Miranda reconoce todo lo que debe a Garcilaso, en la Égloga Nemoroso que
         dedicó a Antonio Pereira, su noble vecino, quien le había proporcionado los poemas
         manuscritos de Garcilaso: «Enviásteme el buen Laso» (v. 64). Este verso ha sido objeto
         de varias interpretaciones. ¿Sería un presente cuando Sá de Miranda se casó? ¿Un
         presente del mismo Garcilaso siendo Antonio Pereira mero intermediario? De todos
         modos es de sumo interés el saber que Sá de Miranda leía, apreciaba y elogiaba los
         poemas de Garcilaso, mucho antes de su publicación (1543). Declaraba en la carta al
         mismo Antonio Pereira:

                              Liamos polo alto Laso
                              E seu amigo Boscáo
                              Honra de España que sao. (vv. 145-148)

               Confiesa Sá de Miranda la ayuda decisiva que recibió con esta lectura que le permitió
          vencer su encogimiento y emprender en Portugal la obra de renovación de la poesía
          lírica. Reconoce que el papel de Garcilaso fue determinante:

                               Pudiste nos hacer y deshacer,
                               Que tu fuiste el primero
                               Que encheste el bosque del son extranjero, (vv. 502-504)

          Ya no cita a Boscán para conferir la preeminencia a Garcilaso. El último verso citado
          nos parece ser el desarrollo del seudónimo «Nemoroso» de Garcilaso: Nemus, en latín,
          es el bosque22 y el sufijo -oso expresa la abundancia que traduce el verbo «encher»;
          «son» corresponde a la poesía melodiosa y «extranjero» alude a la influencia italiana.
               21
                   Fuente de Aganipe, Parte IV, Madrid, Juan Sánchez, 1644, paragr. 9, 11 (Ejemplar de nuestra
          Biblioteca). Ver Costa Pimpáo, Historiada Literatura Portuguesa, «Francisco de Sá de Miranda, Introdutor
          do Renascimento em Portugal», Coimbra, Vol. II, pp. 229-255. Rafael Lapesa, Garcilaso:             Estudios
          completos, Madrid, Istmo, 1985, pp. 169-176.
               22
                   Sobre el histórico de las atribuciones sucesivas de los dos seudónimos, ver Adrien Roig, op. cit.,
          Criticón, 4, pp. 1-5. Hayward Keniston, A critical study ofhis Ufe and works, 1922, p. 242, hizo notar para
          nemus, la acepción de «vega».

AISO. Actas III (1993). Adrien ROIG. Correlaciones entre Sá de Miranda y Garcila...
CORRELACIONES ENTRE SÁ DE MIRANDA Y GARCILASO DE LA VEGA                               481

              La parte final de la Égloga Nemoroso        tiene el título «En la muerte del pastor
          Nemoroso de la Vega». Constituye el «llanto» de Sá de Miranda por la muerte del poeta
          toledano, su amigo y su modelo.
              La admiración por Garcilaso tuvo por consecuencia la imitación: El castellano
          pareció a Sá de Miranda más apto para la poesía lírica y, sin abandonar el portugués y
          los metros tradicionales (medida velha), compuso buena parte de sus poemas en
          castellano (45%) con una clara predilección para los versos nuevos (71%), como lo
          indica el cuadro sinóptico de repartición de sus versos 23 .

            Idiomas        compociciones        % Medida Velha %              Endecasil %           Total %

            Castellano           74             39       1650         29      4024         71        5674 45

            Portugués          115              61       5010         73       1853        27        6863     55

              TOTAL            189                       6660         53       5877        47       12537

              La imitación se extiende a la estructura de las estrofas. Por ejemplo, en la Égloga
          Nemoroso, la parte final consta de 10 estrofas y un terceto. Las estrofas de 13 versos
          reproducen el esquema de rimas a b C a b C c d e e D f F , que es la forma estrófica de
          canción utilizada por Salicio (¡siempre él!) en la Égloga II de Garcilaso, con observancia
          de la distribución de versos largos y de versos quebrados y el mismo tono laudativo 24 .
              Si Garcilaso fue el modelo e innovador unánimemente reconocido en España, como
          jefe de la nueva escuela, lo mismo ocurrió con Sá de Miranda en Portugal y sus «zagales
          de Extremadura» 2 5 . Numerosos poetas portugueses le manifestaron su admiración y
          reconocieron su papel de innovador y de maestro 26 . Entre ellos, Antonio Ferreira en la
          Carta «A Francisco Sá de Miranda»:

                               Mestre das Musas, Mestre da virtude. (v. 3)

                               Novo Mundo bom Sá, nos foste abrindo
                               Com tua vida, com teu doce canto,
                               Nova agua e novo fogo descobrindo. (vv. 31-33)

          Y en la Égloga Miranda que le dedicó a su muerte:

              23
                   Cf. C. Michaelis de Vasconcelos, Poesías, op. cit., p. CXXVin.
              24
                   Tres estrofas de 13 versos (vv. 38-76) para la alabanza de la vida en el campo, lejos de la ciudad y
          de la corte, con el tono de panegírico del Epodo II de Horacio y que corresponde bien al ideal de vida
          retirada de Sá de Miranda.
               25
                   Égloga Celia: «Mas dícenme que vienen a correr / Ciertos zagales de Extremadura / Que ora ora
          asomaran por esa altura» (vv. 318-320).
               26
                   Cf. Poesías, «Poesías dedicadas a Sá de Miranda», pp. 600-676; Poemas de Bernardim Ribeiro,
          Dom Manuel de Portugal, Diogo Bernardes, Antonio Ferreira, Jorge de Montemayor, Pedro de Andrade
          Caminha, André Falcáo de Resende, Manuel Machado de Azevedo.

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                               Corría á voz da nova Tosca rima. (v. 64)
                               Ah meu bom Mestre! Ah pastor meu amigo! (v. 111)

              Para completar nuestro cotejo, podemos poner en paralelo el bilingüismo de Sá de
          Miranda con la existencia en la obra de Garcilaso de composiciones en latín (3 odas
          latinas) al lado de sus obras en castellano. Por fin, los dos poetas no vieron editados sus
          poemas; fueron publicados postumos. La primera edición de las poesías de Garcilaso
          (con las de B osean) es de 154327; la primera edición de las obras de Sá de Miranda es de
           159528.

          UNA MISMA AMADA

              Garcilaso es el cantor de Elisa (Égl. I y III). Desde el Brócense (1574) se admite que
          este seudónimo representa a la portuguesa Isabel Freiré, dama de honor de la Emperatriz
          Isabel de Portugal, hermana de D. Juan III y esposa de Carlos V. Vino a España en
          1526. Se casó —o la casaron— con D. Antonio de Fonseca, «un hombre fuera de su
          condición»29 y murió de parto, en 1533 ó 1534, al nacer su tercer hijo. Jorge de Sena
          identificó, en genealogías portuguesas, a Isabel Freiré, entre cuatro damas
          contemporáneas homónimas30. Demostró que ella, Garcilaso y Sá de Miranda estaban
          todos «aparentados», lo que podía facilitar los encuentros entre ellos. Enrique Martínez
          afirma que «el poeta Joao Rodrigo Sá de Meneses que era primo de Miranda lo era
          también de Isabel»31.
              En nuestros estudios precedentes, mostramos que el seudónimo Salido no puede
          representar a Garcilaso y que convenía perfectamente a Sá de Miranda. Aceptada por
          varios críticos y muchos colegas, nuestra atribución fue particularmente discutida por
          Enrique Martínez López32 y Rafael Lapesa33. A pesar de declarar el primero: «El
          ingenioso y en algunos aspectos útil artículo de Adrien Roig» ... y el segundo: «La
          argumentación de Roig es inteligente y bien trabada ...»; «agudamente presentada por
          Roig» es la candidatura de Sá de Miranda al papel de Salido... no aceptan nuestra
          atribución. Para rechazarla invocan ambos la autoridad de Carolina Michaélis de
          Vasconcelos, autoridad que reconocemos enteramente. Verdad es que la ilustre

               27
                    Las obras de Boscán y algunas de Garcilaso de la Vega, Barcelona, 1543. Edición facsimilar d e M .
          Artigas, San Sebastián-Madrid, 1936.
               28
                    As Obras do Celebrado Lusitano, o doutor Fracisco de Sá de Mirada, Collegidas por Manoel de
          Lyra... 1595. V e r José V. d e Pina Martins, Sá de Miranda e a cultura do Renascimento,          I, Bibliografía,
          Lisboa, 1972.
               29
                    Cf. Enrique Martínez López, op. cit.
               30
                    Op. cit., «tres primas direitas urnas das outras, e a quarta "tia- avó" délas». Cita a Filgueiras Gaio,
          Nobiliario das Familias de Portugal, 1.1, p. 8 1 : «Bernardino de Almeida casou com D. Guiomar Freiré, filha
          de Nuno Freiré de Andrade, viúva de Estevao de Brito, alcaide-mor de Beja. Teve Isabel Freiré, raulher de
          D. Antonio de Fonseca, o Louro, Senhor de Villa Nueva de Cañedo».
               31
                    Op. cit, pp. 205.
               32
                    Op. cit., pp. 202-203.
               33
                    Op. cit, pp. 202-203.

AISO. Actas III (1993). Adrien ROIG. Correlaciones entre Sá de Miranda y Garcila...
CORRELACIONES ENTRE SÁ DE MIRANDA Y GARCILASO DE LA VEGA                      483

          investigadora, como señalan los dos, en la página 820 de Poesías, se niega a identificar
          la Celia de Sá de Miranda «com ninguna dama de la realidad». Pero, en la misma obra,
          página 833, declara de manera categórica y definitiva:

             Á pergunta que fizemos sobre quem era aquela Celia-Elisa, que Miranda deplora na Écloga
             dedicada ao Infante D. Luis, podemos agora responder fundindo-a em urna com a Elisa de
             Garcilaso.

             Sá de Miranda compuso la Égloga Celia en 153534. M. Rodrigues Lapa afirma35:

             A Écloga «Celia» dedicada ao Infante D. Luís, o herói de Túnis, foi composta por 1536 e
             celebra urna das damas mais fermosas do tempo, D. Isabel Freiré, a mulher que inspirou
             Garcilaso.36

          T. Navarro Tomás indica:

             Sá de Miranda, que acaso recibió al mismo tiempo la noticia de esta muerte [de Isabel
             Freiré] y la égloga de Garcilaso, lloró también sentidamente la que había sido su Celia.

             Celia es el anagrama de Elisa (siendo s y c de sonidos vecinos). Celia evoca Cielo
          con terminación -a, para el femenino, y se aviene con los versos de Garcilaso:

                               Divina Elisa, pues agora el cielo
                               Con inmortales pies pisas y mides. (Egl. I, vv. 393-394)

             Otros elementos de la Égloga de Sá de Miranda justifican la identificación. Los
          versos de presentación de la muerte de Celia:

                                ¡Cómo la muerte fue tan villana!

                                ¡Cortó la tela ante tiempo sañuda! (vv. 78-79)

          recuerdan los versos de Garcilaso para la muerte de Elisa:

                               ¡O tela delicada
                               Antes de tiempo dada
                               A los agudos filos de la muerte! (Égl. I, 260-262)
          Celia, como £7/sa-Isabel, deja a sus hijos:

                               Sus hijos (como en vida ella decía)
                               Aquel su amor tan dulce parecía. {Celia, vv. 175-176)

              34
                   Cf. Poesías, pp. 821-822.
              35
                   Op. dí.,p. 180.
             36
                  Op. cit., p. XXXVI. Ver Teófilo Braga, Sá de Miranda e a eschola italiana,   Porto, Livraria
          Chardron, 1896, pp. 53-64.

AISO. Actas III (1993). Adrien ROIG. Correlaciones entre Sá de Miranda y Garcila...
484                                             A. ROIG

          En la nueva redacción de su Égloga por la muerte de Celia, Sá de Miranda evoca al
          mismo Garcilaso dos veces. Al final de la Dedicatoria al Infante D. Luís que estaba con
          Garcilaso en el sitio de Túnez:

                              El gran Cario escuchaba (¡Oh muerte ciega!)
                              Cantando Nemoroso de la Vega. (vv. 55-56)

          y también en el cuerpo del poema: «Cantaba Laso en el Andalucía» (v. 327).
              Otra correlación aparece entre Elisa y Celia a partir de la Égloga III de Garcilaso. La
          «ninfa delicada» declara:

                              Elisa soy, en cuyo nombre suena
                              y se lamenta el monte cavernoso,
                              testigo del dolor y grave pena
                              en que por mí se aflige Nemoroso
                              y llama «Elisa»; «Elisa» a boca llena
                              responde el Tajo, y lleva presuroso
                              al mar de Lusitania el nombre mío,
                              donde será escuchado, yo lo fío. (vv. 241-248)

             El grito patético del epitafio de Elisa fue atentamente oído y su deseo fielmente
          cumplido —dos veces— por el poeta amigo lusitano Sá de Miranda que escribió la
          Égloga Celia para la amada y Musa común y que se dirige a Garcilaso, en la Égloga
          Nemoroso, como si estuviera vivo, asociándolo, una vez más, a Elisa:

                              Elisa el tu cuidado
                              Que acá tanto plañíste
                              Por muerte (¡Ai suerte!) falta
                              Plañiéndola en voz alta
                              ¿Quién no plañió después do la subiste?
                              Ora ella al cielo erguida37
                              ¡Dejas la muerte atrás, vaste a la vida! (vv. 524-530)

             Deseoso de manifestar que está cumpliendo la voluntad del difunto amigo, Sá de
          Miranda incluye en sus versos «el Tajo», confidente fiel de Garcilaso y su mensajero
          hacia Portugal, «el mar», el de «Lusitania», paradero del voto:

                              Que se iba el Tajo ufano
                              De tu naturaleza
                              Más que del gran tesoro
                              De las arenas de oro
                              Con que al mar va envuelto en su riqueza

             37
                 Este verso es como el eco de los versos de Garcilaso citados: «Divina Elisa, pues agora el cielo /
          Con inmortales pies pisas y raides...» (Égl. I, vv. 393-394).

AISO. Actas III (1993). Adrien ROIG. Correlaciones entre Sá de Miranda y Garcila...
CORRELACIONES ENTRE SÁ DE MIRANDA Y GARCILASO DE LA VEGA                                  485

                                Regando el buen terrón
                                De nuestra Lusitania hasta Aragón, (vv. 511-517)

             El célebre y enigmático verso de la Égloga I de Garcilaso: «Salid sin duelo, lágrimas,
          corriendo»38 halla su prolongado eco en este verso de la Égloga Celia de Sá de Miranda:
          «Corren lágrimas justas sin parar» (v. 55).
             Esa singular abundancia de lágrimas en Salido puede haber dado origen al
          seudónimo: Salido; del latín salix, salids, «el sauce», árbol tradicionalmente símbolo
          de la melancolía y asociado a los ritos funerarios. En la poesía lírica, es imagen de las
          lágrimas, particularmente con su variedad salix babylonica, el sauce llorón39. El apellido
          Sá pudo facilitar la identificación Sá (de Miranda) —Salido. Más decisiva nos parece ser
          una característica de la índole de este poeta consignada en la Vida integrada, por primera
          vez, en la segunda edición de sus Obras (1614)40:

              .... se contava dele, estando sem gente de cumprimento, (e ainda com ela) se suspendía
              algumas vezes, e mui de ordinario derramava lágrimas sem o sentir; porque quando lhe
              acontecía á vista dalguem, nem as enxugava, nem torcia o rosto, nem deixava de continuar
              no que ia falando, parece que, como outro Heráclito, com a mágoa do que lhe revelava o
              espirito dos infortunios da sua térra...

          A Heráclito41 le dieron el apodo: «El Llorón». La asimilación Sá de Miranda-Heráclito
          por su común propensión a llorar justifica plenamente el seudónimo Salido para Sá de
          Miranda, en sus propios versos y en los de Garcilaso.
              Esta identificación permite una interpretación lógica, global, sin contradicciones
          internas, sin hipótesis de épocas diferentes de composición, de todas las obras de
          Garcilaso y de Sá de Miranda en que interviene Salido*2. No olvidemos que las Églogas
          eran destinadas a la representación43. La presencia de dos pastores distintos «Salido y

                    Verso 70 que se repite al final de las 10 estrofas siguientes, como un estribillo. Sobre sus diferentes
          interpretaciones, cf. Elias L. Rivers, op. cit., pp. 271-272.
               39
                    En portugués, Chordo; en italiano, salice piangente. Recordemos los versos elegiacos de Alfred de
          Musset, Poésies, «Lucia»: «Mes chers amis, quand je mourrai, / Plantez un saule au cimetiére; / J'aime son
          feuillage éploré; /La páleur m'en est douce et enere».
               40
                    As obras do Doctor Francisco de Saa de Miranda, Agora de nouo impressas com a Relacao de sua
          calidade, e vida... Por Vicente Aluarez. Anno de 1614. La «vida» es de autor anónimo.
               41
                    Louis Moreri, Le Grand Dictionnaire Historique, París, chez Jean-Baptiste Coignard, 1768, t. III,
          p. 487: «La connaissance qu'il avoit des infirmitez humaines, & peut-étre son tempérament mélancholique,
          lui tiroient á tout moment des larmes des yeux: cette triste habitude, jointe á son style enigmatique le fit
          surnommer le Philosophe Tenebreux ou le Pleureur».
               42
                    Églogas I y II de Garcilaso, Nemoroso de Sá de Miranda: el Soneto 88 de Sá de Miranda, Poesías,
          pp. 74, 75, en que Salido dialoga con Amor y el Soneto 31 de Antonio Ferreira, en respuesta al precedente,
          en que aconseja a Salido componer sus versos en portugués y no en castellano, Poemas Lusitanos, 1598, f.
          23 v°: «Por ventura que em quanto á estrangeira / Língua entregas teus doces acentos, / Nao é tua voz com
          tanto efeito ouvida. / D á pois á dor sua língua verdadeira, / Dá os naturaes suspiros teus aos ventos, / Por
          ventura será tua dor mais crida».
               43
                    Cf. Cervantes, Don Quijote, Madrid, Atlas, 1948, P. II, cap. LVIII, p. 287: «Traemos estudiadas dos
          églogas, una del famoso poeta Garcilaso y otra del excelentísimo Camóes, en su misma lengua portuguesa,
          las cuales hasta ahora no hemos representado». Manuel de Faria e Sousa, Fuente de Aganipe, Parte IV, op.

AISO. Actas III (1993). Adrien ROIG. Correlaciones entre Sá de Miranda y Garcila...
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         Nemoroso» en las Églogas de Garcilaso permite su representación que resultaría
         imposible con el supuesto doble desdoblamiento: Garcilaso-Sa/¡'cio y Garcilaso-
         Nemoroso...44
             Las relaciones de admiración y de amistad entre los dos poetas son una fuente más de
         lirismo, particularmente en la Égloga Nemoroso de Sá de Miranda. El hecho de que
         celebraron a una misma amada confiere un acento de sinceridad, de naturalidad, con
         registros diferentes, al género convencional de la Égloga. Ecos poéticos conmovedores
         retumban, de una a otra obra, de Toledo a Portugal, prolongando el contrastado y
         maravilloso dúo de la Égloga I de Garcilaso, el doloroso y confiante llamamiento de su
         Égloga III en las Églogas Celia y Nemoroso de Sá de Miranda. Así las correlaciones
         puestas de manifiesto entre los dos poetas aclaran a la vez sus existencias paralelas, la
         concepción, la elaboración y la recepción de sus obras cuyo lirismo intensifican.

          cit., Prólogo, § 20: «A mí me pareció siempre que visto ser ellas un modo de representación, no deben ser
          tan breves como las de Teócrito, Virgilio, Sanázaro y otros. Paréceme se les puede dar el espacio de una
          jornada, o acto de las Comedias que hoy se usan».
                44
                    La imposibilidad de representación sería particularmente manifiesta en la Égloga II donde Salido y
          Nemoroso acuden al socorro del pobre Albanio, hablan con él, luchan para detenerle: «SAL. ¡Llega tú, que
          no puedo detenerle! / NEM. Pues ¿qué quieres hacerle? SAL. ¿Yo? Dejarle, / Si desenclavijarle yo acabase
          / La mano a que escapase mi garganta» (vv. 993-996). Con el doble desdoblamiento, no tendría sentido el
           verso final: «SAL. Adiós hermano. NEM. Adiós Salicio amigo» (v. 1885). Resulta armonioso y conmovedor
          con nuestra identificación y el conocimiento de las correlaciones entre Sá de Miranda y Garcilaso.

AISO. Actas III (1993). Adrien ROIG. Correlaciones entre Sá de Miranda y Garcila...
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