El mundo invisible y la educación del espíritu
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El mundo invisible y Educación la educación del espíritu David Luque Universidad Rey Juan Carlos (Madrid) E-mail: david.luque@urjc.es Recibido: 22 de septiembre de 2020 Aceptado: 4 de diciembre de 2020 RESUMEN: El reconocimiento de la educación del espíritu dentro de la legislación educativa británica consolidó y enriqueció una profunda discusión internacional que ya venía desarrollándose previamente. Algunas de sus aportaciones más relevantes coinciden en señalar que se dirige a educar valores de naturaleza superior, aunque todavía no se comprende muy bien cómo. Este artículo entiende que esa dimensión trascendente puede identificarse con lo que el cristianismo confiesa como “mundo invisible” y que ha sido estudiado por John Henry Newman y Pável Florensky. Así que su objetivo es estudiar las aportaciones de estos teólogos para discernir una se- rie de orientaciones pedagógicas que puedan aportar algunos matices a la discusión internacional. PALABRAS CLAVE: Educación del espíritu; educación religiosa; John Henry New- man; Pável Florensky; mundo invisible. The invisible world and the education of the spirit ABSTRACT: The recognition of the spiritual education within British educational leg- islation consolidated and enriched a deep international discussion, that had already been developing previously. Some of its most relevant contributions coincide in point- ing out that it is aimed at educating values of a higher nature, although how is not yet well understood. This article understands that this transcendent dimension can be identified with what Christianity confesses as the “invisible world”, and that has been studied by John Henry Newman and Pável Florensky. So its objective is to study the contributions of these theologians to discern a series of pedagogical orientations that can contribute some nuances to the international discussion. KEYWORDS: Spiritual education; religious education; John Henry Newman; Pável Florensky; invisible world. Razón y Fe, 2021, t. 283, nº 1449, pp. 65-76, ISSN 0034-0235 65
David Luque 1. Introducción que debería ser la educación del espíritu. En el contexto de la filosofía de la Aunque esta discusión se desarro- educación, la discusión sobre la lla principalmente en el contexto educación del espíritu adquirió un nuevo relieve como consecuencia anglosajón, y por lo tanto es ne- de una nueva legislación educati- cesario advertir la influencia del va en Inglaterra en la que, en vir- anglicanismo en el espíritu de esta tud del desarrollo integral de los ley educativa, lo cierto es que toca estudiantes, se pedía a todas las temas que afectan a la naturaleza instituciones educativas que aten- más profunda del fenómeno edu- dieran el desarrollo del espíritu en cativo, y en ese sentido se puede sus aulas. Antes –más en el ámbito decir que no debería ser una dis- psicológico que en el filosófico–, cusión ajena a la filosofía educa- ya se había producido un rico y tiva de otros países como el nues- polémico debate sobre aquello que tro. Pero la verdad es que lo es. Howard Gardner llamó “inteli- En nuestro país, este vacío podría gencia espiritual” como una más atribuirse a que se asocia a la edu- de sus inteligencias múltiples, y cación religiosa y esta se ha movi- que terminó retirando por diver- do en el terreno de la politización sas razones. Aunque con matices y la judicialización durante todo el distintos, lo cierto es que también periodo democrático, lo que ade- esta nueva demanda emanada del más me parece que ha impedido Parlamento británico fue recogida el desarrollo de una discusión por la comunidad pedagógica con rica y profunda sobre la forma y división de opiniones. Quienes ya los desarrollos que debería adqui- se encontraban estudiando esta di- rir. Basta estudiar con cuidado las mensión vieron que sus esfuerzos revistas pedagógicas más impor- académicos habían dado frutos y tantes de nuestro país para cons- quienes recelaban de cualquier tatar que apenas hay estudios que matiz trascendente entendieron intenten articular una teoría de la que había una injerencia religiosa educación religiosa que discierna en el ordenamiento público de la sus posibles consecuencias en la educación, y debieron esforzar- vida práctica de las aulas. Aunque se en comprender cómo sería esa la educación del espíritu no tiene educación pensada al margen de porqué asociarse exclusivamente lo religioso. Con todo, no parece a la educación religiosa, aquí, en que ni unos ni otros hayan llega- este artículo, me gustaría abordar do a una conclusión clara sobre lo esos dos vacíos, es decir, la forma 66 Razón y Fe, 2021, t. 283, nº 1449, pp. 65-76, ISSN 0034-0235
El mundo invisible y la educación del espíritu que podría tener una educación Ahora bien, antes de comenzar es del espíritu para imaginar un tipo necesario realizar dos precisiones de educación religiosa. de carácter epistemológico, que re- tomaré ya en el último punto del Para ello, voy a intentar articular artículo y que a la postre refuerzan la idea del “mundo invisible”. Ca- una misma idea. Como he dicho, sualmente, es un concepto que es- cuando estudio la educación del tudiaron de forma específica John espíritu aquí lo hago en la relación Henry Newman y Pável Florens- que mantiene con la educación re- ky, cuya importancia no es nece- ligiosa, entre otras cosas porque sario subrayar al lector: Newman las premisas del argumento bro- fue uno de los mayores protago- tan de teologías que estudian la nistas del Movimiento de Oxford noción del “mundo invisible”, que e influyó fuertemente en algunas es parte de una confesión de fe, y de las decisiones más importantes por tanto las deducciones lógicas del Concilio Vaticano II mientras se mueven necesariamente en ese que Florensky escribió una de las ámbito. En este sentido, y esta es investigaciones más originales la segunda precisión, la educación que existen sobre Trinidad y fue del espíritu puede contener la edu- ejecutado luego de diez años con- cación religiosa y darle forma del finado en un campo de concentra- mismo modo que la desborda y ción soviético. Sin conocerse entre la excede a partes iguales porque sí, ambos coincidieron en justificar supone también la capacidad de su interés por el mundo invisible cualquier persona para saber es- por cuanto es un artículo de fe cuchar a Bach, y deleitarse con la que confesamos en el credo nice- Sinfonía n.º 3 de Henryk Górecki, no. “Creo en un solo Dios, Padre para ser capaz de penetrar hoy en Todopoderoso”, oramos, “creador la mente de Don Quijote, deján- del cielo y de la tierra, de todo lo dose empapar por su sed ingenua visible y lo invisible”. Así, dividi- de justicia, o para abnegarse en el ré el artículo en tres partes, que cuidado de los enfermos que lo proporcionarán los datos básicos necesitan, aun a riesgo de contraer sobre la discusión de la educación cualquier posible enfermedad. Ya del espíritu, la fisonomía del mun- digo que me centraré exclusiva- do invisible en los pensamientos mente en la íntima relación que de Newman y Florensky, y unas mantienen la educación del espíri- últimas deducciones de carácter tu y la educación religiosa desde la pedagógico que harán también las idea frontal del “mundo invisible”, veces de cierre conclusivo. pero el lector debe saber que hay Razón y Fe, 2021, t. 283, nº 1449, pp. 65-76, ISSN 0034-0235 67
David Luque otras vías para entender la educa- con la naturaleza, las personas que ción del espíritu en el contexto de están en el entorno más próximo y una discusión pública que no tra- Dios. Esas relaciones aparecerían taré en este espacio. Comencemos. como sobrenaturalizadas. Porque toda realidad natural aparece ro- deada del asombro y la maravi- 2. Los principales hallazgos lla que suscitan, y las personas pedagógicos en torno cercanas originan relaciones tan a la educación del espíritu íntimas y profundas que marcan incluso el carácter de los jóvenes. Una breve introducción a los prin- Quedaría Dios mismo, que apare- cipales núcleos argumentales so- cería de forma espontánea como bre la educación del espíritu obli- una realidad incuestionada hasta ga a moverse en dos grupos de la adolescencia, donde emerge una investigaciones. Uno primero, yo búsqueda de sentido más intensa1. diría que de naturaleza antropoló- En el ámbito de la filosofía de la gico-psicológica, y otro más, don- educación, se ha intentado com- de se encuentran las discusiones prender más el sentido y la forma de naturaleza filosófico-educativa. que debería tener una educación El primer núcleo de discusiones del espíritu para poderla articular ha partido de la hipótesis de que, en el contexto de una teoría curri- aunque es difícil definir qué es cular o una visión institucional. el espíritu, parece indudable que existe una dimensión antropológi- 1 Cf. K. Adams. – R. Bull, M. – L Maynes, ca que mueve a los seres humanos “Early childhood spirituality in educa- tion: Towards an understanding of the internamente y les concede cuali- distinctive features of young children’s dades especiales que no compar- spirituality”, European Early Childhood ten de una forma tan refinada con Education Research Journal 24/5 (2015) el resto de las criaturas. Si esto es 760–774; L. Jones, “What Does Spiritual- así, entonces, estas investigaciones ity in Education Mean?” Journal of Col- lege and Character 6/7 (2005); R. Wills, han aventurado algunas conclu- “Beyond relation: A critical exploration siones interesantes. Han entendi- of ‘relational consciousness’ for spiritual do que el elemento fundamental education”, International Journal of Chil- del desarrollo del espíritu en la dren’s Spirituality 17/1 (2012), 51-60; infancia y la juventud es la capaci- A. Schinkel, “Wonder and Moral Edu- cation”, Educational Theory 68/1 (2018), dad especial que se tiene para esta- 31-48; C. Kilcup, “Secret wisdom”, Gifted blecer relaciones significativas con Education International 32/3 (2016), 242- la realidad que les rodea, es decir, 257. 68 Razón y Fe, 2021, t. 283, nº 1449, pp. 65-76, ISSN 0034-0235
El mundo invisible y la educación del espíritu Me parece que hay tres aportacio- En fin, me parece que se pueden nes que destacar aquí. La primera extraer dos conclusiones de los es la del profesor David Carr, que argumentos desarrollados hasta escribe desde una perspectiva cris- aquí. Que el desarrollo del espíri- tiana. Sostiene que la educación del tu se expresa en la transformación espíritu se relaciona con fines que de las relaciones que las perso- son sobrenaturales y, en virtud de nas mantienen con su entorno en esta apreciación teleológica, sería su vida cotidiana. Y que debe- necesario cultivar las destrezas in- ría orientarse a hacer pedagógi- telectuales y morales que permiten camente explícitos esos valores una comprensión y actitud de esos trascendentes para formarlos de valores más elevados 2. Por su par- un modo que todavía no se ha lle- te, Michael Hand, que escribe des- gado a comprender. Sobre ambos de un cierto agnosticismo, entiende discursos parece sobrevolar la rea- que la educación del espíritu debe- lidad de un mundo invisible. ría consistir en formar el corazón para hacerlo más sensible al mun- do que rodea a los estudiantes 3. Fi- 3. Los mundos invisibles nalmente, Hanan A. Alexander, en de San John Henry Newman el marco de una filosofía semítica, y Pável Florensky entiende que la educación del espí- ritu es la búsqueda intelectual crí- Como dije, estudiaré la idea de tica de un tipo de bondad superior, mundo invisible a partir de algu- que termine conformando la vida nos escritos de Newman y Flo- ética de una persona, para lo que rensky. Los escritos del santo pro- sería necesario formarse en comu- ceden de los volúmenes tercero y nidades educativas que pertenecen cuarto de la colección de Parrochial a tradiciones determinadas 4. and Plain Sermons, a excepción de Invisible Presence of Christ, cuyo 2 Cf. D. Carr, “Towards a Distinctive texto se encuentra en Sermons on Conception of Spiritual Education”, Subjects of the Day 5. Los del mártir Oxford Review of Education 21/1 (1995), ortodoxo están contenidos mayo- 83-98. 3 Cf. M. Hand, “The Meaning of ritariamente en su libro El Iconos- ‘Spiritual Education’”, Oxford Review tasio, aunque algunas ideas tam- of Education 29/3 (2003) 391-401. 4 Cf. H. A. Alexander, Reclaiming 5 Cf. J. H. Newman, “Invisible presence goodness. Education and the spiritual of Christ”, en Sermons on Subjects of the quest, University of Notre Dame day. Cf. http://www.newmanreader. Press, Notre Dame, Indiana, 2001. org/works/subjects/sermon21.html Razón y Fe, 2021, t. 283, nº 1449, pp. 65-76, ISSN 0034-0235 69
David Luque bién aparecen en La Columna y el se puede sostener que los ángeles fundamento de la verdad. intervienen en la historia huma- na, por ejemplo, o aquella primera época de una altísima densidad San John Henry Newman y la vida epifánica. Del mismo modo, po- interna del mundo visible demos tener conocimiento de ese mundo invisible a través de los El mundo invisible que pareció movimientos que experimentan entrever Newman podía percibir- nuestras emociones o sentimien- se no a través de los sentidos, sino tos, cuyo ejemplo lo podemos en- sólo por la fe. En base a esta vía de contrar en la turbación de Jacob acceso, el cardenal intentó articu- cuando despierta del sueño donde lar una explicación. ha peleado cuerpo a cuerpo con Newman entendió que la relación Dios, la misma inquietud y sor- entre el mundo visible e invisible presa de las mujeres en el sepulcro podía intentar explicarse en torno o el momento en que los de Emaús a tres vías de aproximación. La caen en la cuenta de que habían primera sostenía que así como se estado cerca del maestro 7. habla de otros mundos como el Pero me parece que es el último político, el artístico o el animal, argumento, mucho más profun- donde se reúnen criaturas que do, donde se expresa lo verdade- comparten elementos en común ramente newmaniano. Aquí, el y de los que poco o nada saben cardenal extrapola la dinámica de quienes no pertenecen a ellos, así las estaciones del año a la vida del también podía existir un mundo espíritu –con ciertas resonancias invisible de naturaleza religiosa paulinas–. Si la primavera expre- que contuviera elementos de los que no tenemos un conocimiento sa una vida interna que hace que detallado6. La segunda vía sosten- la vegetación se abra a una nueva dría que nos relacionamos con ese vida después del otoño, también mundo de una manera física. Esto este mundo visible debe contener se puede dar cuando los elementos una fuerza del espíritu que haga que forman parte del mundo invi- posible no sólo conjeturar la exis- sible se revelan físicamente ante tencia de un mundo invisible, sino nuestros sentidos sensoriales. Así la relación de ambas dimensiones –cómo decirlo– casi en una dimen- sión espacial y temporal semejan- 6 Cf. J. H. Newman, “El mundo invisi- ble”, en Sermones parroquiales, vol. 4, En- cuentro, Madrid 2010, 229. 7 Cf. Ibíd., 228, 232. 70 Razón y Fe, 2021, t. 283, nº 1449, pp. 65-76, ISSN 0034-0235
El mundo invisible y la educación del espíritu te 8. Pero para comprender un poco Al hilo de este último contenido, más estas intuiciones es necesario Newman desarrolla unos argu- explicar todavía algunas ideas. mentos que intentan profundizar todavía en la relación que mantie- Según el santo inglés, el mundo ne este mundo con el invisible. Al invisible constaría de tres elemen- margen de unas alusiones eclesio- tos. Dios-Trinidad, es decir, la vida lógicas donde aparece la noción de divina en todas sus formas y en “invisible” pero en escasa relación unidad 9. Además, como ya he su- con estos contenidos12, Newman gerido anteriormente, el mundo entiende que dentro de cada ser invisible contendría también la humano hay una inhabitación existencia de los ángeles y los ar- crístico-penumatológica13. Esta in- cángeles y todo el resto de formas habitación le permite argumentar, de vida suprasensibles que apare- en continuidad con el argumento cen testimoniadas por la Sagrada sobre esa vida interna de las esta- Escritura y que “son servidores y ciones del año que hace estallar la compañeros nuestros, colaborado- primavera, que los seres humanos res que velan y defienden al más pasan a formar parte del mundo humilde de nosotros si pertenece- invisible con su fallecimiento en mos a Cristo”10. Finalmente, con- tendría el alma de los difuntos, virtud de que poseen la misma es decir, la existencia de los seres presencia de Cristo dentro de sí14. humanos cuando fallecen, que es Algo, además, que adopta también el momento en que pasarían a for- la forma de una ley escrita en el mar parte de ese mundo invisible. fondo de nuestros corazones -lo De ellos llega a escribir que “Vi- que en Newman alude explícita- ven como vivían antes, pero la es- mente a su noción de conciencia tructura exterior por la que man- moral. tenían contacto con otros hombres En suma, Newman entiende que se separa de ellos no sabemos “consideradas en conjunto las co- cómo, se seca y marchita como las sas que vemos y las que no vemos, hojas desprendidas de un árbol. hay que afirmar que el mundo Las almas permanecen, pero sin los medios usuales de acercarse y mantener relación con nosotros”11. 12 Cf. J. H. Newman, “Iglesia visible e invisible”, en Sermones parroquiales, vol. 3, Encuentro, Madrid 2009. 8 Cf. Ibíd., 232-235. 13 Cf. Ibíd., 214. 9 Cf. Ibíd., 227. 14 Cf. J. H. Newman, “Invisible presence 10 Cf. Ibíd., 228. of Christ”, en Sermons on Subjects of the 11 Cf. Ibíd., 228. day. Razón y Fe, 2021, t. 283, nº 1449, pp. 65-76, ISSN 0034-0235 71
David Luque invisible es mucho más excelen- que incluso ya se habría produci- te que el mundo que vemos”15. do el mismo juicio de Dios17. En Florensky tiene intuiciones muy el extremo opuesto se encontraría semejantes, pero llega a ellas por el “semblante”, que sería el refle- una vía completamente distinta. jo de la imagen de Dios, a cuyo estado se llegaría tras una trans- formación de la mente que per- Pável Florensky o el icono como mitiría reconocer, cumplir y gus- pórtico de entrada al mundo invisible tar la voluntad de Dios18. Y así se llega al segundo argumento que En su mayoría, las alusiones al tiene una pretensión litúrgico-es- mundo invisible de Pável Florens- piritual. Florensky entiende que ky se encuentran en el marco de el templo es un camino que con- una teoría estética. Sostiene que duce hacia el cielo y en él, en el sería posible acceder al mundo in- camino quiero decir, el altar es el visible a través del sueño o la mís- lugar más importante. Sin embar- tica, pero será el icono lo que se go, hay orantes que se encontra- constituye como “el confín entre el rían todavía en una situación de mundo invisible y el visible”16. debilidad espiritual y no son ca- A esa idea llega Florensky a tra- paces de apreciar esta dimensión vés de dos argumentos interrela- del mundo invisible que esconde cionados. El primero tendría una tras de sí la arquitectura, por lo naturaleza antropológica. Toma- que se hace necesario el iconosta- ría el rostro como punto de refe- sio, es decir, la colocación de unos rencia para discernir el estado de iconos donde los santos que apa- condenación o santidad de una recen en ellos ofrecen insinuacio- persona. En sí mismo, el rostro se- nes que permiten captar progre- ría el fenómeno que expresa visi- sivamente el mundo invisible en blemente el interior del ser huma- virtud de sus semblantes. Como no. En base a ello, se puede cubrir “hagiofonías” o “angelofonías”. como de una pátina de suciedad Lo que conduce el discurso a la o una máscara que desfiguraría el ontología del icono. propio rostro como consecuencia del pecado, lo que haría evidente En realidad, lo que proporcio- nan los iconos es una revelación del contenido del mundo invi- Newman, El mundo invisible, 227. 15 16 P. Florensky, El iconostasio. Una teoría de la estética. Sígueme, Salamanca 2018, 17 Cf. Ibíd., 57. 67. 18 Cf. Ibíd., 61-62. 72 Razón y Fe, 2021, t. 283, nº 1449, pp. 65-76, ISSN 0034-0235
El mundo invisible y la educación del espíritu sible, que Florensky concreta en te ver el semblante de los santos “el grupo unido de los santos, la que debe pintar. En un canon que nube de testigos que circundan debe respetar porque expresa la el Trono divino, la esfera de la continuidad de las revelaciones24. gloria celeste, testigos que anun- Y en la sumisión a la Iglesia, que cian el misterio”19. Más concre- es quien reconoce que el icono tamente, “el iconostasio son los pintado expresa en verdad el con- propios santos”20 que perpetua- tenido del mundo invisible25. Lo rían su existencia en este mundo interesante es que, al hilo de esa visible de ese modo para contri- teoría del proceso creativo, Flo- buir así al acceso espiritual de las rensky sugiere algunas intuicio- personas al mundo invisible. De nes que comienzan a centrar el hecho, Florensky entiende que si discurso en la dimensión filosófi- los iconos dejaran de cumplir su co-educativa de la última parte de función como pórtico de entrada este artículo. Porque sostiene que a una realidad suprasensible, no los iconos cumplen una función dejarían de ser más que tablas gnoseológica por cuanto revelan una dimensión de la realidad que pintadas 21. “El carácter fenomé- amplía la estrecha perspectiva nico de los iconos en el sentido que proporciona el mundo visible propio de la palabra indica los por sí solo26. Además, escribe que fenómenos generados por ellos, las “es precisamente función del cul- señales de la gracia divina que se to revelar las imágenes sagradas han manifestado mediante el ico- y es él quien educa y guía a las no. La curación del alma que se personas”27. produce mediante el contacto con el mundo espiritual a través del Esta misma intuición pedagógica icono es ante todo y sobre todo de Florensky casi abre ya el dis- la manifestación de un socorro curso a las sugerencias que cabe milagroso”22. Por ello, concede deducir sobre la educación del es- una importancia fundamental píritu. al pintor de iconos 23, que se mo- vería como en tres ámbitos. En una vida monástica que le permi- 19 Ibíd., 67. 20 Ibíd., 67. 24 Cf. Ibíd., 88 y ss. 21 Cf. Ibíd., 71. 25 Cf. Ibíd., 110. 22 Ibíd., 82. 26 Cf. Ibíd., 69, 152-153. 23 Cf. Ibíd., 103-118. 27 Ibíd., 119. Razón y Fe, 2021, t. 283, nº 1449, pp. 65-76, ISSN 0034-0235 73
David Luque 4. Orientaciones pedagógicas esta intuición, pero existe una co- sobre el mundo invisible rrespondencia en el mundo de la y la educación del espíritu pedagogía. Cuando Max Van Ma- nen quiere hablar sobre la manera En efecto, las argumentaciones en que los docentes toman deci- que Newman y Florensky articu- siones en el aula sugiere la idea de lan en torno a la idea del “mundo que perciben a sus estudiantes de invisible” se prestan a una inter- un modo distinto a si fueran sus pretación pedagógica que aporta nietos, hijos o sobrinos, y ello de- algunas líneas muy sugerentes termina su conducta. Quiero de- para pensar la educación del espí- cir, que los ven con una finalidad ritu. Pienso que habría tres puntos distinta que marca la relación que que es necesario comentar. mantienen con ellos. En formar algo así consistiría la educación Me parece que una interpretación del espíritu. En provocar que los que puede ayudar a orientar la estudiantes vean la realidad y se práctica de la educación del espí- relacionen con ella de modo que ritu consiste en entenderla como sepan que hay una dimensión in- una educación en la capacidad de visible que les afecta. ver los elementos que componen la realidad. Newman aludía a una Obviamente, una relación con la necesidad de ver a través de la fe 28 realidad como la que cabe deducir y Florensky llegó a describir el del punto anterior tendría como efecto de los iconos en el espíritu consecuencia el hecho de que del orante como la consecuencia la persona experimentaría una de haber “retirado las escamas transformación integral. Las argu- de los ojos”29. Ambas intuiciones mentaciones de Florensky sobre el parecen dirigirse a la necesidad “rostro”, la “máscara” y el “sem- de percibir la realidad del mun- blante” así como la leve intuición do visible, que es la realidad que de Newman sobre la conciencia penetra en nosotros a través de moral y la inhabitación crístico- los sentidos, como si contuviera pneumatológica parecen señalar dentro o estuviera inmersa en un en esta dirección. Ambos entien- mundo invisible, que es el mundo den que la capacidad de discernir que se percibe a través de los ojos el mundo invisible transforma al de la fe. Es difícil hacer operativa sujeto internamente 30 y eso sig- 28 Cf. Newman, El mundo invisible, 226. 30 Cf. Newman, El mundo invisible, 231; 29 Florensky, El Iconostasio, 76. Florensky, El Iconostasio, 59-61. 74 Razón y Fe, 2021, t. 283, nº 1449, pp. 65-76, ISSN 0034-0235
El mundo invisible y la educación del espíritu nifica, ya en una deducción filo- de Dios-Trinidad. El segundo, casi sófico-educativa, que se relaciona basándonos exclusivamente en las con todas las potencias educables intuiciones de Florensky, sosten- del ser humano en virtud del es- dría que la educación estética in- píritu. Desde el punto de vista de troduce al estudiante en un grupo la educación intelectual, la educa- de contenidos y sensaciones que ción del espíritu conduciría a una casi per se ayudan a introducirse comprensión ampliada de la reali- en el mundo invisible y, por tanto, dad que sería capaz de compren- a configurar su experiencia espi- der ésta en virtud de la dinámica ritual -además de abrir las posi- propia del mundo invisible, que es bilidades a personas sin creencias el ámbito donde habita Dios-Trini- religiosas. Así, la religión y la esté- dad y su cohorte de ángeles, san- tica establecen un vínculo especial tos y difuntos. En lo que tiene que que forma el espíritu y se extiende ver con la educación moral, y casi al resto de materias. en virtud de una noción inexpre- sada de sabiduría, parecen sugerir En definitiva, y con esto cierro ya que el conocimiento condiciona la el texto, parece obvio que la edu- expresión moral. De manera que cación del espíritu es de suyo des- se podría decir que el individuo bordante. Así, cuando se habla de actuaría en el mundo visible casi ella no es posible referirse sólo a en función del mundo invisible la educación religiosa, sino a una que percibe a través de la fe. interpretación de todo el proceso educativo -cuya expresión, quizá, El tercer punto incide todavía más eso sí, adquiere mayor profundi- en el currículo. Porque si lo que dad bajo una forma religiosa. Lo acabo de decir debiera permear que quiero decir es que debemos un currículo, ambos autores pa- comprender que hay valores supe- recen sugerir que hay contenidos riores de la existencia que deben que ayudan a percibir mejor el ser cultivados con independencia mundo invisible tal y como afec- de haber recibido el don de la fe. ta a la educación del espíritu. Esos Intelectualmente, todos los seres contenidos podrían sintetizarse en humanos deben adquirir las des- dos. El primero, que es deudor del trezas mentales básicas para pen- pensamiento newmaniano, diría sar críticamente, con independen- que la propia educación religiosa cia de que los cristianos sepamos proporciona contenido y senti- que cualquier cosa que conozca- do al mundo invisible refiriendo mos queda transformada bajo el todo otro contenido a la realidad peso de la cruz y el grito del aban- Razón y Fe, 2021, t. 283, nº 1449, pp. 65-76, ISSN 0034-0235 75
David Luque dono. Moralmente, todos los se- cemos buscando el Reino de Dios res humanos deben actuar de tal y su justicia. Estéticamente, todas forma que su libertad enriquezca las personas deben tener la actitud su propia dignidad y la de todos receptiva para saber apreciar la los otros, con independencia de belleza cuando la tienen delante, que los cristianos lo hagamos en la con independencia de que los cris- amorosa obediencia a la Voluntad tianos veamos en ella un reflejo de de Dios. Políticamente, las perso- la luz divina. En fin, en fin, pienso nas deben buscar la justicia y de- que la educación del espíritu tiene nunciar la opresión por todos los como base estos argumentos y al- rincones de la tierra, con indepen- canza su culminación en la educa- dencia de que los cristianos lo ha- ción religiosa. n 76 Razón y Fe, 2021, t. 283, nº 1449, pp. 65-76, ISSN 0034-0235
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