La política lingüística de la Real Academia Española y el BILRAE Un análisis
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1 Julian Strehle La política lingüística de la Real Academia Española y el BILRAE Un análisis La Real Academia Española El órgano central de la lengua española, la Real Academia Española (RAE), se fundó en 1713 por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco con la intención de «fijar las voces y vocablos de la lengua castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza» [http://www.rae.es/rae/gestores/gespub000001.nsf/voTodosporId/ CEDF300E8D943D3FC12571360037CC94?OpenDocument&i=0]. Tal finalidad es representada con un emblema formado por un crisol en el fuego con la leyenda Limpia, fija y da esplendor. Con las veintiuna Academias de América y Filipinas, la Real Academia Española forma desde 1951 la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE). En las siguientes páginas se presentan los principios de la política lingüística de la RAE y se expone un análisis de las cuatro entregas del Boletín de información lingüística de la Real Academia Española (BILRAE), una iniciativa que comenzó en marzo de 2012 con carácter experimental. La política lingüística panhispánica En los últimos años, la ASALE viene desarrollando una política lingüística, basada en la colaboración de todas las veintidós academias, en pie de igualdad y responsabilidad común. El resultado de esa colaboración mencionada se refleja en las tres grandes obras académicas centrales: • El Diccionario de la lengua española (última edición data del año 2001) • La Nueva gramática de la lengua española (2009) • La Ortografía de la lengua española (2010) Como propósito, las tres obras sustentan y deben expresar la unidad del idioma español en su rica variedad. La evolución y los progresos de las nuevas tecnologías en las últimas décadas se repercuten también en la manera de trabajar de las Academias. Las facilidades de comunicación resultantes han privilegiado el trabajo concertado de las Academias.
2 Con la creación de una poderosa y activa red de colaboración entre las veintidós Academias se realiza una política de alcance internacional y transcontinental. Unidad en la diversidad Una tradición secular, oficialmente reconocida, encomienda al conjunto de las veintidós Academias la responsabilidad de fijar la norma regulativa del uso correcto de la lengua española. Las Academias efectúan esa tarea desde la conciencia de que la norma del español no tiene un centro único, sino que su carácter es, debido a su historia y su extensión, policéntrico. En consecuencia, la RAE considera plenamente legítimos los diferentes usos de las regiones lingüísticas, a no ser que infrinjan la única condición de que estén generalizados entre los hablantes cultos de su territorio y no rompan con el sistema en su conjunto. Lo fundamental es que no ponga en peligro la unidad de la lengua española. El requisito indispensable para lograr esa unidad es un intercambio permanente de las veintidós Academias de la Lengua Española. Ellas redactan un consenso para fijar la norma común para todos los hispanohablantes en el mundo respecto al léxico, a la gramática y a la ortografía, en armonía con la rica diversidad del idioma con su unidad. Las obras académicas El cumplimiento de ese principio normativo testimonian las tres grandes obras de la RAE, el Diccionario, la Gramática y la Ortografía, que ya han sido mencionadas anteriormente. Al Diccionario de la lengua Española (DRAE) (2001) «se otorga un valor normativo en todo el mundo de habla española» [http://lema.rae.es/drae/]. La Asociación de las veintidós Academias trabaja en este ámbito «mancomunadamente al servicio de la unidad del idioma tratando de mejorar y actualizar un diccionario de carácter panhispánico» [http://lema.rae.es/drae/]. La Nueva gramática de la lengua Española (2009) subraya igualmente la exigencia panhispánica y normativa. Los académicos de la ASALE fijan en ella «la norma común para todos los hispanohablantes, armonizando la unidad del idioma con la fecunda diversidad en que se realiza» [http://www.rae.es/rae/gestores/gespub000016.nsf/ (voAnexos)/arch81783F098CA4E696C12572C60031796A/$FILE/ngramatica.htm].
3 Además, la gramática expone de carácter descriptivo «las pautas que conforman la estructura del idioma y analiza de forma pormenorizada las propiedades de cada construcción» [ibd.]. La tercera gran obra académica, la Ortografía de la lengua española (2010), cumple con los mismos criterios. Además de la fijación de «las normas [ortográficas] que regulan el uso correcto», se «describe de forma exhaustiva el sistema ortográfico de la lengua española» [http://www.rae.es/rae/gestores/ gespub000039.nsf/ voTodosporId/C6A856FB135C6450C12576D60041BDC7?OpenDocument]. Después de esta introducción general en los principios de la política lingüística de la RAE, la segunda parte se dedica al análisis de las cuatro entregas del Boletín de información lingüística de la Real Academia Española (BILRAE). BILRAE En el BILRAE, una publicación de actualidad, en formato electrónico, se recogen periódicamente artículos e informes relacionados con el buen uso del español en los distintos ámbitos de la sociedad. Esa iniciativa comenzó en marzo de 2012 con carácter experimental. La propia Academia y sus miembros aportan «sus observaciones y sus análisis acerca del estado actual de la lengua con el propósito de hacerlos llegar a todos los hablantes interesados por la realidad del español» [http://www.rae.es/rae/Noticias.nsf/Portada3?ReadForm&menu=3]. Hasta el presente se han publicado las cuatro entregas sobre los siguientes temas: • Unidad interactiva del DRAE (junio de 2012) • Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer (marzo de 2012) • Las huellas del castellano en el dialecto del hassaniyya saharaui (junio de 2012) • Tecnicismos, neologismos y extranjerismos en el español (marzo de 2013) Unidad interactiva del DRAE Este artículo informativo, redactado por la propia Academia en junio de 2012, tiene 18 páginas. El propósito de esta entrega es la descripción del procedimiento de la redacción del DRAE. Primero se listan las comisiones académicas y sus miembros participantes junto al Pleno de los académicos en su elaboración. Las Academias Americanas tienen un papel fundamental también. Su tarea es la revisión de todo el material antes de su publicación y la realización de propuestas sobre el léxico propio de sus países. Pero la Academia cuenta también plenamente en el aporte de los
4 lectores, porque el Diccionario es una obra con derecho a participación popular (véase en el prólogo de su primera edición de 1726). Este espíritu se ha mantenido hasta hoy y, además, se ha creado un vehículo para facilitar y canalizar la participación de todos: la Unidad interactiva del DRAE (UNIDRAE). Esta unidad se ocupa de la revisión y respuesta a las consultas externas sobre el DRAE, que se puedan enviar a la Academia tanto por correo ordinario como por correo electrónico. A continuación se muestran tres casos del proceso de sus estudios y de sus diferentes resultados. En el primer ejemplo se trata de una consulta desde Australia sobre la palabra champú. La consultante propone una modificación de la definición de la palabra champú, porque según ella y la definición en inglés no es una loción para el cabello, como aparece en el DRAE, sino es jabón líquido para el cabello. Aquí empieza el trabajo de la UNIDRAE. Pronto se revisan las entradas de las palabras champú y loción con el resultado que no les ha incurrido en ningún error, porque la definición de champú hace referencia a la segunda aceptación de loción. Sin embargo, el órgano toma la decisión de proponer una nueva redacción para la definición siguiendo la sugerencia de la consultante para actualizar y mejorar su obra. Por lo tanto, se consulta el artículo en el que aparece la palabra champú por primera vez (Diccionario de 1936). De misma manera se revisan también el artículo loción y otros al hilo de champú como jabón y gel. Estas propuestas se llevan como consecuencia del estudio a la Comisión de Ciencias Humanas que las revisa y aprueba. Después, la Comisión Delegada del Pleno tiene que dar el visto bueno definitivo. Todo lo aprobada, como este caso, se introduce en el banco de datos y se envía por e-mail a las Academias Americanas para que hagan sus observaciones y su revisión. El proceso de enmienda se considera terminado, una vez recibidas las observaciones. Al fin y al cabo, la responsable de la UNIDRAE envía una carta al consultante comunicándole que su propuesta ha sido estudiada y que en la siguiente edición del DRAE (en 2014) se podrán ver reflejados los acuerdos tomados por dicha Comisión. Los dos otros casos no tienen un resultado tan favorable. La sugerencia de incluir el término desmuerzo, poniendo juntas las palabras desayuno y almuerzo, como equivalente de la palabra inglesa brunch, se rechaza después de la investigación por los académicos por los motivos siguientes. No existe para la palabra desmuerzo ningún apoyo documental y la RAE solamente recoge en su Diccionario voces
5 suficientemente documentadas en textos, preferentemente de autores de reconocido prestigio. Lo mismo sucede con los términos diexismo y diexista, rechazados por los mismos motivos. El consultante, no satisfecho con la respuesta e insistiendo en su opinión, vuelve a escribir. Por consecuencia, la UNIDRAE contesta más detalladamente, explicando su argumentación para que el consultante quede satisfecho. En este caso la inclusión en el DRAE ha sido rechazada, pero formará parte del banco de datos. La entrega se termina con una estadística de las actividades de la UNIDRAE en el curso 2011-12. Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer En este artículo de 18 páginas y subdividido en once párrafos, redactado por el académico Ignacio Bosque, se comentan nueve guías de lenguaje no sexista, publicadas en España en los últimos años. Al principio se critica que la mayoría de ellas «han sido escritas sin la participación de los lingüistas» y que los textos «contravienen […] las normas de la RAE […] y de varias gramáticas normativas» [Bosque 2012: 1]. Entre las nueve guías Bosque escoge cuatro premisas verdaderas que ellas tienen en común, subsumiéndolas en la última, que «es necesario extender la igualdad social» [Bosque 2012: 3] de los sexos y hacer la presencia de la mujer más visible. Otro punto común, considerado insostenible, es la suposición que el léxico, la morfología y la sintaxis tienen que garantizar la visibilidad de la mujer. Bosque critica también la confusión del verdadero sexismo verbal con la alerta infundada ante construcciones sintácticas que parecerían ser sexistas y presenta pruebas de este fenómeno en las guías. Por lo demás, el uso genérico del masculino para la designación de los dos sexos es más bien un fenómeno de las lenguas románicas, anclado en su sistema gramatical, porque en español faltan construcciones indefinidas (al. man, fr. on) que existen en otros idiomas. A continuación constata que la mayor parte de las mujeres no se sienten discriminadas por el uso genérico y menciona una lista de autores femeninas que no siguen las directrices en las guías. En el próximo párrafo Bosque se refiere a las pautas del desdoblamiento de la RAE explicadas en su Gramática y lo acompaña con ejemplos. Después evoca casos en los que no se puede evitar el lenguaje sexista (adjetivos como felices, el otro, los padres) y pregunta dónde hay que fijar los límites ante este problema lingüístico.
6 Otra consecuencia es que las propuestas en las guías dificultan la comunicación por no ser adaptadas al lenguaje común y que supuestamente afectan sólo el lenguaje oficial (textos legales, declaraciones), lo que parece contradictorio con el intento actual de adaptar esos textos al español común. A continuación Bosque echa un vistazo al fenómeno de la @ para incluir los dos sexos en una expresión (alumn@s) y se refiere al papel de los profesores en la enseñanza, igual que a la recomendación de la RAE de evitar estas expresiones. Después se comentan alternativas como términos que hacen referencia tanto a hombres como a mujeres y la omisión de los artículos masculinos en plural para evitar el uso sexista. Pero, de hecho no son verdaderas soluciones para todos los contextos. En conclusión, Bosque renuncia a un juicio evaluador definitivo. La verdadera lucha por la igualdad concierne más las prácticas sociales y la mentalidad de los ciudadanos. El idioma y la enseñanza de la lengua por su parte tiene el trabajo de ayudar a los jóvenes para superar las dificultades de su vida personal y laboral lo mejor posible. Las huellas del castellano en el dialecto del hassaniyya saharaui Este artículo descriptivo de tres páginas, redactado por la RAE, presenta brevemente, con la mayor objetividad posible, el libro de Abdurrahaman Budda con el mismo título, en el que muestra la presencia del léxico español en el dialecto árabe africano hassaniyya saharaui. Contiene informaciones generales sobre este dialecto, la situación de la lengua española en el Sahara Occidental, igual que sobre el autor. En la parte principal se presenta un resumen del libro, mostrando las voces del hassaniyya saharaui de origen español agrupadas con diferentes ámbitos semánticos. Como ejemplo práctico sirve un diálogo entre saharaui en hassaniyya con la traducción al castellano. Tecnicismos, neologismos y extranjerismos en el español En el centro de esta reflexión (de 9 páginas) sobre tecnicismos, neologismos y extranjerismos por la RAE están los discursos de dos académicos (de Cortázar de 1899 y Terradas Illa de 1946), citados por partes. Los dos mensajes principales de de Cortázar son los siguientes: las necesidades diarias piden los neologismos y en la ciencia los neologismos hacen posible la universalidad del lenguaje. Terradas Illa
7 subraya en su discurso el papel importante de asociaciones técnicas en la introducción de términos foráneos, prefiriendo las versiones castellanas de tecnicismos. En contra de esta posición purista se cita el doctor Gregorio Marañón que está en favor de que los neologismos vivifiquen al español. A continuación se refiere al Diccionario de la RAE y su manejo de ese fenómeno lingüístico. Su misión es la protección de la lengua española ante voces foráneas, un desafío en el siglo de las telecomunicaciones. Por eso la RAE colabora con otras asociaciones profesionales y firma convenios en lo referente al vocabulario técnico. En lo sucesivo, se acentúa el carácter selectivo del DRAE que no recoge el léxico general y se justifica con ello le existencia de tecnicismos que solamente se usan en la lengua común y culta. Finalmente se presenta un correo de un lector que intercede a favor de que se premie una revista científica por su cuidadoso uso del español. Se termina el artículo en citando otras obras que muestran un uso cuidadoso del idioma en ese ámbito. Los cuatro artículos del BILRAE tienen estructuras muy diferentes que no dejan ver una base común. En sus entregas la propia RAE y sus miembros renuncian a un juicio definitivo y evaluativo respecto a los fenómenos lingüísticos tratados y conceden mayor peso al comentario y a la descripción de los artículos e informes observados.
8 Fuentes de internet: Bosque, Ignacio (3/2012): «Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer», (30.05.2013) Real Academia Española (6/2012): «Unidad interactiva del DRAE», (30.05.2013) Real Academia Española (6/2012): «Las huellas del castellano en el dialecto del hassaniyya saharaui», (30.05.2013) Real Academia Española (3/2013): «Tecnicismos, neologismos y extranjerismos en el español», (30.05.2013) Real Academia Española: http://www.rae.es/rae/Noticias.nsf/Portada3?ReadForm&menu=3 (30.05.2013) http://www.rae.es/rae/Noticias.nsf/Portada4?ReadForm&menu=4 (30.05.2013) http://lema.rae.es/drae/ (30.05.2013) http://www.rae.es/rae/gestores/gespub000016.nsf/(voAnexos)/arch81783F098CA4E 696C12572C60031796A/$FILE/ngramatica.htm (30.05.2013) http://www.rae.es/rae/gestores/gespub000039.nsf/voTodosporId/C6A856FB135C64 50C12576D60041BDC7?OpenDocument (30.05.2013) http://www.rae.es/rae/gestores/gespub000001.nsf/voTodosporId/CEDF300E8D943D 3FC12571360037CC94?OpenDocument&i=0 (30.05.2013)
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