ANTHROPOS - Nomos eLibrary

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ANTHROPOS
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                              El relato folclórico del ánima del cura
                                  y la misa no celebrada en vida
                                  Versiones comparadas del dominio de Oïl
                                                      Joan Mahiques Climent

Abstract. – This article provides a table of twenty-four variants            pre cuando un cristiano viviente hace de acólito o
of a folktale that agree on the fact that present an unanticipated           simplemente está presente en la misa de ultratumba
encounter between the ghost of the priest and the visionary, in
a church or chapel, with a mass of the other world. Although
                                                                             y responde de manera oportuna a las palabras del
from a geographical point of view all the stories refer to the               cura. El propósito de este artículo es ofrecer, a tra-
branch of Oïl languages and to the states of the France, Belgium             vés de una tabla, un muestrario ordenado de diver-
or Canada, most of them are also inserted in the culture of oth-             sos testimonios que responden a las variantes más
er language communities, such as Breton or Occitan. [France,                 típicas del relato al que nos estamos refiriendo, to-
Belgium, Canada, ethnography, purgatory, apparitions, mass,
negligence, ­acolyte]                                                        mando como ámbito de análisis los lugares en los
                                                                             que se hablan las diferentes lenguas de Oïl, aunque
Joan Mahiques Climent, licenciado en las Filologías Catalana e               incluimos algunas muestras que se han transmiti-
Hispánica por la Universitat de Barcelona, donde se ha doctora-              do en otras modalidades lingüísticas, como supo-
do en 2009. – Desde 2010 y durante dos años ha completado su                 nemos que sucede en el conjunto de las narraciones
formación en el Institut National d’Histoire de l’Art, de París, y
actualmente es profesor de Filología Románica en la Universitat
                                                                             que forman parte del folclore bretón. Por otra parte,
de Barcelona. – Una de sus líneas de investigación preferentes se            hemos incorporado algunos ejemplos oitánicos que
refiere al estudio histórico, cultural y literario de las apariciones        geográficamente pertenecen a la Romania Nueva: es
de difuntos y las representaciones de ultratumba, especialmente              el caso de algunas versiones canadienses y francó-
en el ámbito geográfico de la antigua Corona de Aragón, y aten-              fonas que añadimos a nuestro estudio. Aparte de los
diendo de manera más particular al análisis de fuentes manuscri-
tas o impresas de origen catalán, algunas de ellas inéditas o des-
                                                                             criterios lingüísticos y geográficos que acabamos de
conocidas. Véase la bibliografía.                                            establecer, los elementos esenciales para limitar y
                                                                             ordenar nuestro corpus se fundamentan básicamente
                                                                             en la distinción de diversos motivos temáticos y su
                                                                             distribución y significación en la trama argumental
Introducción                                                                 del relato. Todas las versiones que estudiaremos en
                                                                             este artículo contextualizan el momento de la apari-
Dentro del conjunto de relatos folclóricos de apare-                         ción y de la misa dentro del templo. Solamente una
cidos circunscritos a diferentes zonas monolingües                           de ellas se produce de día, a diferencia de todas las
o plurilingües del área galo-románica destaca la his-                        demás, que sitúan la medianoche como el momen-
toria tantas veces reiterada del cura difunto conde-                         to crucial para marcar el inicio de la visión de ul-
nado a volver a una determinada iglesia u a otro lu-                         tratumba.
gar con la intención de decir una misa cobrada y no                              Como tendremos ocasión de ver más adelante
celebrada en vida. La condena se cumple casi siem-                           con cierto detalle, unas veces los visionarios per-

                                                   https://doi.org/10.5771/0257-9774-2014-2-583
                                            Generiert durch IP '46.4.80.155', am 02.02.2022, 23:20:35.
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noctan dentro de una iglesia, consciente o incons-                          oficio divino gracias a la ayuda de un cristiano no
cientemente; otras, perciben el prodigio desde fuera                        difunto, el cura suele confesar el motivo de su apari-
del recinto sagrado a través de una insólita e intem-                       ción. Aunque podemos suponer que casi siempre se
pestiva iluminación, o simplemente acuden a des-                            trata de una misa negligida en vida, la falta no se es-
hora a la iglesia al escuchar unas campanadas, cre-                         pecifica en una gran parte de los relatos (cf. núm. 2,
yendo que se trata de un anuncio inminente de la                            3, 4, 5, 8, 9, 13, 15, 18, 22 y 24).2 Y tampoco faltan
celebración cotidiana del oficio divino. Todas estas                        excepciones en las que el pecado cometido es otro
situaciones concuerdan en el hecho de presentar a                           directamente relacionado con las obligaciones pro-
un visionario que, inicialmente, desconoce el pro-                          pias del clero, como por ejemplo no llevar el viático
digio de la misa – truncada si no hay respuesta o,                          a un moribundo o tener un comportamiento ligero y
en caso contrario, plenamente realizada – que está                          distraído en el altar (cf. núm. 16 y 23).
a punto de acontecer. Podríamos decir que, en apa-                              Ese mismo momento en el cual el difunto apro-
riencia, la misa compartida por el cura ya difunto y                        vecha para entablar un breve diálogo con el buen
el asistente todavía vivo es fruto de la mera casua-                        cristiano que le ha respondido a la misa también nos
lidad, ya que ninguno de los dos toma la iniciativa                         introduce en el tema de la reversibilidad de favores,
de buscar al otro: simplemente se encuentran y, en-                         pues el cura suele aprovechar la ocasión para agra-
tonces, cada uno actúa de acuerdo con su papel. La                          decer y premiar al asistente por la ayuda prestada.
distinción que acabamos de establecer es una condi-                         De todos modos, no pocos visionarios reciben en-
ción que se cumple en todas las versiones que anali-                        tonces la triste noticia de su muerte no lejana, dulci-
zaremos en este artículo.1                                                  ficada con la buena nueva de su entrada próxima en
                                                                            la Gloria celestial. De hecho, tal como sentencia el
                                                                            último verso de una leyenda, “Un revenant est pré-
Personajes y situaciones                                                    sage de mort” (núm. 6; cf. núm. 7, 13 y 16). Es ver-
                                                                            dad que los curas difuntos de algunas versiones con-
Quisiéramos esbozar algunos de los rasgos funda-                            ceden otros galardones más diversos a sus acólitos,
mentales que pueden extraerse a partir del corpus                           como la noticia de cincuenta años más de vida, o
representado en los veinticuatro ejemplos de la ta-                         bien la considerable suma de 30.000 francos de oro,
bla de este artículo. No cabe duda que el personaje                         o bien la bendición no solo para el sujeto premiado
del cura es uno de los pilares más estables en la                           sino también para toda su familia hasta la séptima
construcción de este relato, pues, a pesar de diferen-                      generación (cf. núm. 2, 14 y 20).
cias puntuales que podamos señalar de una versión                               De las veinticuatro historias que forman nuestro
a otra, suele aparecer con los mismos ornamentos                            pequeño corpus, la que caracteriza de manera más
sacerdotales, mostrando su rostro descarnado y ho-                          atípica al personaje del cura es quizás el núm. 17. El
rrendo, reiterando hasta tres veces la demanda de                           espectro comienza la misa e intenta beber del cáliz,
ayuda para decir la misa, casi siempre con las mis-                         pero todo es en vano. Está condenado al Infierno por
mas palabras. Y una vez acabada la celebración del                          el incumplimiento del voto a Nuestra Señora, más
                                                                            concretamente una misa. De manera reiterada inten-
                                                                            ta cumplir su promesa diciendo él mismo la misa,
 1 Así pues, reseñaremos en este artículo las versiones en las
   que, sin que nadie sospechase previamente la existencia de
                                                                            revestido de los ornamentos sacerdotales aunque el
   ningún prodigio o misterio, en la misa se encuentran visiona-            relato parece sugerir que en realidad sea un seglar,
   rio y aparecido inesperadamente. Los otros casos serán estu-             pues confiesa tener un hijo.
   diados en Mahiques (2015), donde abordamos el análisis de                    Aunque se deduce que el lugar de ultratumba
   otras modalidades en las que el visionario conoce la existen-            que inicialmente correspondería al cura difunto es
   cia de un prodigio persistente y no resuelto que mantiene en
   vilo a toda una comunidad local. Este esquema responde al                el Purgatorio, este receptáculo a penas es aludido en
   paradigma del héroe que debe superar una prueba para que                 siete casos y no siempre en relación con su destino
   el pueblo vuelva a vivir en paz y con toda normalidad. Si en             personal tras la muerte (cf. núm. 2, 3, 6, 7, 14, 22
   estos casos el visionario toma la iniciativa, en otros el difunto        y 23). Uno de los elementos que quizás más clara-
   se aparece personalmente al visionario, generalmente en su               mente podríamos relacionar con el culto de las áni-
   habitación o en un espacio abierto, para advertirle que debe
   asistir a la misa de ultratumba. Otras historias o leyendas re-          mas del Purgatorio es la idea de la solidaridad de
   presentan algunos encuentros fortuitos del visionario con el             los vivos con los difuntos. En efecto, cuando el asis-
   cura difunto no ya en la iglesia o la sacristía sino en otros lu-
   gares, como los caminos. Esta pluralidad de manifestaciones
   nos permitiría indagar en el tema de las relaciones, confluen-             2 Como hemos hecho en esta ocasión, a partir de ahora marca-
   cias y mutaciones que pueden establecerse entre el paradig-                  remos en negrita los números que se refieren a los veinticua-
   ma argumental del ciclo narrativo del cura difunto y otros re-               tro ejemplos de la tabla descrita y reproducida en el apartado
   latos folklóricos de aparecidos.                                             siguiente.

                                                                                                                        Anthropos  109.2014
                                                       https://doi.org/10.5771/0257-9774-2014-2-583
                                                Generiert durch IP '46.4.80.155', am 02.02.2022, 23:20:35.
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El relato folclórico del ánima del cura y la misa no celebrada en vida                                                               585

tente accede a responder a la misa, muchas veces
se pone en relieve hasta qué punto acaba pesando,
más que el temor de enfrentarse a lo deconocido,
el piadoso deseo de ayudar a aquellos que, todavía
manchados por el pecado, no han comparecido en
presencia de Dios (cf. núm. 9 y 22). También puede
percibirse de manera bastante evidente la importan-
cia que adquiere la mediación clerical, porque, de
hecho, muchas de las narraciones que reseñaremos
no solamente nos hablan del cura difunto sino tam-
bién del sacerdote que interpreta el quid de la cues-
tión, que aconseja al visionario que vuelva otra no-
che a la misa de ultratumba, y que incluso es capaz
de conjurar al espíritu del difunto o cumplir con los
sufragios demandados por este. Casi la mitad de los
veinticuatro relatos de este corpus establecen la di-
cotomía entre la aparición del cura difunto y la in-
tervención de un clérigo que en ocasiones es capaz
de consultar los archivos parroquiales no solamente
para descrifrar la identidad del aparecido sino tam-
bién para notificar la existencia de alguna misa pen-
diente de celebrarse (cf. núm. 4, 5, 7, 10, 11, 12, 13,                     Mapa: Distribución del cuento sobre apariciones de un cura di-
20, 21, 23 y 24).                                                           funto.
    La personalidad del visionario es muy diversa
según la pieza que tomemos como punto de refe-                              de esta breve introducción, nos centraremos ahora
rencia. Aunque con mucha frecuencia sacristanes y                           en la presentación de la tabla y de la metodología
chantres están involucrados en la trama argumental,                         que hemos seguido al confeccionarla.
nuestro corpus solamente cuenta con tres sacrista-
nes que realmente tengan la ocasión de responder
al cura difunto (cf. núm. 17, 21 y 24).3 Otros visio-                       Una tabla con veinticuatro versiones
narios, que a pesar del miedo que pasan, reconocen
explícitamente su aptitud para servir al altar de la                        Como podemos observar en el mapa anterior, la ma-
misa, son un conde que de pequeño había sido niño                           yor parte de los testimonios reseñados en la tabla de
del coro y un muchacho del seminario menor que en                           las veinticuatro versiones del relato remiten a algu-
futuro llegaría a ser sacerdote jesuita (núm. 2 y 23).                      nos departamentos noroccidentales de Francia que
Todas las versiones también concuerdan en preferir                          corresponden a las actuales regiones administrati-
que el acólito sea varón y no hembra, ya que en los                         vas de Países del Loira (núm. 1, 11 y 20), Bretaña
dos únicos casos que una mujer acude al templo, en                          (núm. 3, 4, 7, 8, 9, 10, 13 y 16), Baja Normandía
lugar de ayudar ella misma a la misa de ultratum-                           (núm. 15, 19 y 21) y Alta Normandía (núm. 17).
ba, tiene que avisar a su hijo o a su nieto para que la                     Aparte de estos casos, se circunscriben a la geogra-
acompañen y hagan de monaguillos (núm. 13 y 14).                            fía francesa una leyenda del Franco Condado, un
En relación a estos dos últimos ejemplos, hay otra                          relato localizado en la isla de Córcega y otras dos
historia en la que los visionarios no son madre e hijo                      muestras de la región Auvernia (respectivamente,
o abuela y nieto, sino un hombre y un niño del coro                         los núm. 14, 6, 2 y 18).
(núm. 18). En estas tres narraciones en las que inter-                          Más allá de los límites de la República Francesa,
viene una persona adulta y un niño, este último des-                        hemos localizado dos versiones valonas en Bélgica
conoce inicialmente que el cura es un difunto y, aun-                       (núm. 12 y 22) y tres relatos más en el área francó­
que lo sospecha al contemplar su figura descarnada,                         fona de Canadá, uno de ellos en la isla del Cabo
el acompañante adulto intenta disuadirlo. Después                           Bretón y los otros dos en el Québec (núm. 5, 23
                                                                            y 24). Continuaremos con la explicación de algunos
 3 Esta breve lista se alargaría si a los veinticuatro relatos rese-        criterios relativos a la jerarquización y exposición
   ñados en este artículo añadiésemos otros a los que nos refe-             de los materiales incorporados en la tabla.
   riremos en Mahiques (2015), donde se analizará, por ejem-
   plo, una interesante narración publicada primero por Sourdon
                                                                                Aunque en las páginas precedentes ya hemos se-
   (1834) y después por Bosquet (1845: ​270–273), cuyos visio-              ñalado muchos aspectos que ahora allanan nuestra
   narios son un chantre, un sacristán y un sacerdote.                      explicación, sí que quisiéramos reincidir en el hecho

Anthropos  109.2014
                                                  https://doi.org/10.5771/0257-9774-2014-2-583
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de que nuestro corpus se ciñe a unas variantes argu-                     pecto advertimos que muchas de las noticias en esta
mentales bastante definidas que nos permiten indi-                       ocasión eludidas serán motivo de estudio en Mahi-
viduar sin excesivas dificultades los relatos suscep-                    ques (2015). También somos conscientes de que es
tibles de ser repertoriados. Todos ellos concuerdan                      casi imposible controlar la totalidad de las fuentes
en el hecho de presentar un encuentro no previsto                        galo-románicas que podrían remitirnos a la narra-
entre el cura difunto y el visionario, con la consi-                     ción del cura difunto y la misa no celebrada en vida,
guiente misa de ultratumba, truncada unas veces por                      debido a su gran popularidad y a la dispersión de las
la inhibición del asistente y acabada otras veces por                    fuentes que lo relatan. Por eso, pedimos disculpas
su activa colaboración. Las veinticuatro piezas que                      al lector por cualquier omisión en que hayamos po-
constituyen la tabla se dividen en cinco grandes gru-                    dido incurrir, y esperamos que nuestra contribución
pos, de acuerdo con la siguiente casuística:                             pueda ser un estímulo para completar y, si es nece-
                                                                         sario, rectificar nuestro análisis e inventario de las
Sin sospechar el inminente prodigio de una misa de ul-                   veinticuatro versiones.
tratumba, los visionarios …                                                  De las cuatro columnas que constituyen la tabla,
(núm. 1–6) pernoctan dentro del templo por propia ini-                   la primera incorpora la información necesaria que
ciativa, o bien para evitar la inclemencia del tiempo o la               facilita la identificación y clasificación de cada re-
noche a la intemperie, o bien para confesarse al día si-                 lato, al cual se le asigna un número. Como podrá
guiente sin necesidad de guardar una larga cola, o bien                  observarse a través de la bibliografía citada, la ma-
para cumplir una penitencia tras la confesión o ante la                  yor parte de las fuentes consultadas se inscriben en
inminencia de la muerte;                                                 el ámbito de la investigación etnográfica, pero tam-
(núm. 7–13) con una devota intención entran en la igle-                  bién incorporamos la referencia de algunas obras de
sia poco antes de la hora de cierre, pero se duermen in-                 carácter cultural o local y de índole divulgativa, o
conscientemente o, en todo caso, no se dan cuenta de                     algunas reelaboraciones literarias como sucede cla-
que han cerrado las puertas con llave y, por tanto, tienen               ramente en los núm. 6 y 23, escritos en verso por
que pasar la noche dentro del templo;                                    Auguste Dusillet y por Pierre-Joseph-Olivier Cha-
(núm. 14–17) oyen a medianoche o a la una de la ma-                      veau. Las otras tres columnas corresponden a los
drugada las campanadas y, advirtiendo explícitamente                     tres bloques en los que hemos dividido el conteni-
(en la mayor parte de los testimonios) la creencia de que                do narrativo de cada una de las veinticuatro piezas
son las campanadas de la primera misa, deciden asistir,                  reseñadas. Exponemos en el siguiente recuadro los
de modo que se dirigen hacia la iglesia y la encuentran                  elementos más destacados de cada una de estas tres
con las puertas abiertas;                                                columnas:
(núm. 18–23) van de camino cuando está atardeciendo
y, al pasar al lado de una iglesia o capilla, observan sor-              Antes y después de las apariciones: Cuando las ver-
prendidos que está iluminada. Se acercan y miran por                     siones lo indican, señalamos la fecha, el lugar y la hora
la ventana, si no es que acceden directamente desde la                   del suceso, así como los ingredientes que configuran la
puerta al interior del recinto sagrado.                                  trama inicial previa a la visión de ultratumba, ponien-
(núm. 24) Única versión sucedida de día, en que el sa-                   do especial énfasis en algunos factores como la repre-
cristán pasa por la sacristía y la iglesia, donde encuentra              sentación del espacio o la metereología. No eludimos
al cura difunto.                                                         la información contextual intradiegética o extradiegéti-
                                                                         ca, como sucede en algunas alusiones al pasado de los
Hemos intentado que este corpus sea lo más com-                          personajes, o también en alguna historia en la que el na-
pleto posible. Con este propósito hemos revisado                         rrador nos indica cuánto tiempo hace que sucedió. De
                                                                         hecho, destacamos la presencia de algunos relatos en los
una considerable cantidad de materiales que, sin                         que sobresale la personalidad del narrador en una escena
duda, sobrepasa en número a las referencias que in-                      introductoria con clara función de marco narrativo, don-
dicamos en el listado de la bibliografía.4 En este as-                   de se suelen indicar algunas relaciones de ascendencia o
                                                                         amistad que permitirían ubicar a los protagonistas de la
 4 Hemos excluido, por ejemplo, una narración compilada en               historia en un determinado contexto local eventualmen-
   Saint-Lormel y publicada con un título que podría desorien-
                                                                         te conocido para el auditorio que la escucha. Después de
   tarnos: “La légende du prêtre qui revient dire sa messe à mi-
   nuit” (Lucie de V.-H. 1905). Esta historia comparte con los           la aparición, diversos casos refieren cómo el visionario
   núm. 17–22 de la tabla el tópico de la iglesia prodigiosamen-         explica todo lo sucedido a algún amigo, familiar o sobre
   te iluminada. Sin embargo, el espectro se aparece no dentro           todo al sacerdote, de quien suele recibir la recomenda-
   del templo sino en el cementerio, y tampoco se identifica             ción de volver otra noche para cerciorarse de la natura-
   explícitamente con un cura difunto condenado por misas no             leza de la aparición o para responder a la misa.
   celebradas en vida. Más bien se trata de un difunto que, al
   ser conjurado según las reglas clericales, pide como sufragio         Penitencia y apariciones del cura: Se indican cuántas
   oraciones y una misa.                                                 apariciones se suceden a lo largo del relato en cuestión

                                                                                                                   Anthropos  109.2014
                                                    https://doi.org/10.5771/0257-9774-2014-2-583
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El relato folclórico del ánima del cura y la misa no celebrada en vida                                                                    587

y, si se da el caso, en qué se diferencian unas de otras.                  pues algunos se sobreponen a esta primera reacción,
Asimismo, se describen las circunstancias más notables                     mientras que otros encajan el golpe desde el inicio hasta
de la visión de ultratumba, no solamente considerando                      el final con una sorprendente y cordial valentía. A veces
la fisionomía, la indumentaria, las acciones y las pala-                   la experiencia de lo sobrenatural deja una impronta en
bras del cura difunto desde que se aparece hasta que se                    la psicología del visionario (que generalmente se vuelve
desvanece, sino también teniendo en cuenta otros sig-                      más serio y más triste) si no es que anticipa y anuncia su
nos que forman parte del prodigio, como podrían ser al-                    muerte próxima.
gunos efectos cromáticos o acústicos, el valor simbóli-
co de algunos objetos o componentes arquitectónicos o
decorativos, o la presencia o no de asistentes difuntos a                      La distribución de los contenidos en columnas
la misa. En cambio, eludimos la información relativa a                     es un instrumento que facilita la ordenación de los
las reacciones de los visionarios, que centrarán nuestra                   materiales, permitiendo de este modo la fácil loca-
atención en la columna siguiente.                                          lización y comparación de un determinado motivo
Reacciones de los visionarios ante las apariciones: En                     en diversos relatos, pero, con el fin de facilitar una
la medida en que cada narración lo refiere explícitamen-                   correcta secuenciación de los motivos argumentales
te, advertimos las diferentes actitudes de los visionarios                 en cada uno de ellos hemos numerado sus fragmen-
y su evolución a lo largo de las apariciones que pueden                    tos distribuidos en el espacio de las tres columnas.
sucederse en el tiempo. Unas veces, quedan aturdidos al                    La lectura de estos fragmentos según el orden esta-
contemplar la macabra escena del cura difunto y, ante su                   blecido por el factor numérico nos permite proyec-
demanda tres veces reiterada, permanecen sin responder                     tar una representación lineal y global del relato en
o lo hacen tras el último intento. No siempre son cons-                    su conjunto, que también hemos intentado facilitar
cientes de estar en medio de una escena de ultratumba,                     a través de unas pocas remisiones en las que se cru-
y a veces pasan la mayor parte de la misa sin apercibir-
se de ello. Cuando se cercioran o tienen fundadas sos-
                                                                           za la información de diferentes columnas. Pasemos
pechas sobre la naturaleza del caso, entonces pueden                       ahora a la tabla propiamente dicha.
quedar amedrentados o aterrorizados, aunque no todos,

Número, título,   Antes y después de las apa-                     Penitencia y apariciones del                Reacciones de los visionarios
bibliografía, in- riciones                                        cura                                        ante las apariciones
formante, lugar y
fecha
1. “Une messe, la      [1] Entre el 1 y el 2 de no-               [2] Los cirios se encendie-                 [3] En un primer momento, el
nuit de Toussaint”     viembre de 1804, en una no-                ron solos. Había un altar de                campesino quedó aterrorizado
(Charpentier 1900: ​   che de tempestad, un cam-                  negro a donde se dirigió el                 y sin comprender lo que estaba
10–15; cf. Sébil-      pesino se dirigía hacia la                 cura difunto, revestido de sus              viendo, pero después, recor-
lot 1901;1907: ​       parroquia de Saint-André-                  ornamentos sacerdotales, y                  dando que había sido niño de
177). Contado a        Goule d’Oie para asistir al                pronunció tres veces el inicio              coro en aquella misma abadía,
Charpentier por su     cura que diría la misa de di-              de la misa: “Introibo ad al-                respondió a la última de las
abuela, en Vendée.     funtos. A mitad de camino,                 tare Dei  ”. [4] Al escuchar la             tres veces que el cura pronun-
                       se refugió en las ruinas de la             respuesta, su triste semblante              ció el inicio de la misa. Le pa-
                       abadía de Chaudrion, donde                 se tranformó de alegría. Aca-               recía estar asistiendo a la misa
                       consiguió dormir, hasta que                bada la celebración, recono-                de un ángel y no de un simple
                       lo despertó el sonido de una               ció que hacía 10 años que se                mortal.
                       campana y contempló la vi-                 aparecía cada noche en aquel
                       sión de ultratumba.                        lugar para celebrar una misa
                                                                  olvidada.

Anthropos  109.2014
                                                 https://doi.org/10.5771/0257-9774-2014-2-583
                                          Generiert durch IP '46.4.80.155', am 02.02.2022, 23:20:35.
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Número, título,   Antes y después de las apa-                 Penitencia y apariciones del                  Reacciones de los visionarios
bibliografía, in- riciones                                    cura                                          ante las apariciones
formante, lugar y
fecha
2. “Le comte           [1] El conde Robert fue de             [2] Antes de la medianoche se                 [3] El conde Robert dedujo que
Robert” (Pourrat       caza un domingo con unos               abrió la puerta de la sacristía               el aparecido era una alma del
1989: ​361–363).       amigos, faltando al precepto           y salió un cura cuya figura era               Purgatorio que buscaba a al-
Sor Isidorine: en el   de la misa. Al final, él se que-       escuálida y descarnada como                   guien que le sirviese la misa y,
hospicio de Am-        dó solo y, debido a una tem-           un esqueleto. Miró entorno y,                 aunque él sabía hacerlo porque
bert, 13 de octubre    pestad, se refugió en una igle-        al no encontrar a nadie, vol-                 de pequeño había sido niño
de 1936.               sia solitaria, donde sucedería         vió atrás, y fue repitiendo esta              del coro, hasta la medianoche
                       la extraña visión. [6] Como            maniobra varias veces, cada                   no se decidió a ayudarle como
                       todavía viviría 50 años, el            vez más dolido. [4] Cuando                    acólito. [5] Como premio por
                       conde decidió dedicar los pri-         se ofreció el conde Robert, el                el servicio prestado, el conde
                       meros 25 a disfrutar y los de-         cura confesó agradecido que                   pidió al cura que le dijese el
                       más a hacer penitencia, pero           hacía más de un siglo que vol-                día de su muerte, para poder
                       pasados los 25 años, pospuso           vía de noche a aquella iglesia                hacerlo en estado de gracia: le
                       reiteradamente la fecha de la          sin encontrar ayuda de nadie.                 quedaban 50 años de vida.
                       conversión, hasta llegar al día        Y acabada la misa, preguntó a
                       de su muerte, en que no lo-            su ayudante qué recompensa
                       gró encontrar sacerdote que le         deseaba.
                       confesase.
3. “La légende du      [1] Al anochecer, tres borra-          [2] A medianoche, se abrió                    [3] El borracho, temeroso, solo
prêtre qui revient     chos pasaron al lado de una            la puerta, la iglesia se ilumi-               respondió afirmativamente a
dire la messe à        iglesia, y uno de ellos decidió        nó, entró una muchedumbre                     la última de las tres ocasiones
mi­nuit” (Sébillot     entrar y quedarse a dormir.            de espectros y subió al altar                 en que el cura reiteró la misma
1898). Emma Ri-        Al día siguiente, explicó a            un cura que repitió tres veces,               pregunta.
hen: en Brest.         sus dos camaradas el extra-            cada vez más dolido: “Qui
                       ño caso.                               est-ce qui veut répondre à ma
                                                              messe? ”. [4] Al terminar la
                                                              misa, dijo que eran ánimas del
                                                              Purgatorio condenadas cada
                                                              medianoche a ir a aquella
                                                              iglesia hasta que algún vivo
                                                              respondiese a la misa. Cum-
                                                              plida la pena, irían a la Gloria.
                                                              Entonces la puerta de la igle-
                                                              sia se abrió y salieron todos
                                                              los espectros.
4. Veillées bre-       [1] En una velada de noviem-           [2] Justo a medianoche, Pas-                  [3] Durante la misa de ultra-
tonnes (Luzel          bre en la casa de Coat-Tug­            quiou vio cómo un cura se                     tumba, justo en el momento de
1879: ​4–10, nº II).   dual, la gente se había reunido        acercaba para confesarlo y, sin               la comunión, Pasquiou se dio
En Lannion.            para escuchar la historia que          notar nada extraordinario, se                 cuenta de que estaba rodea-
                       el viejo Gorvel contaba de             confesó, recibió la absolución                do de difuntos, pero continuó
                       un compañero suyo de traba-            y, a instancias del confesor,                 en el servicio de la misa sin
                       jo llamado Ewenn Pasquiou.             le ayudó como acólito para la                 dejarse vencer por el miedo.
                       Hacía unos cuarenta años, en           misa. Los cirios se iluminaron                Cuando la visión se desvane-
                       época de un gran jubileo, Gor-         y la iglesia se llenó de gente,               ció, se encontró confundido y
                       vel y Pasquiou fueron a confe-         aunque reinaba un absoluto si-                aturdido, casi sin poder pensar.
                       sarse a la iglesia de Plouaret:        lencio. El cura ofició la misa,               Se puso a dormir en un confe-
                       había tanta afluencia de gente         con casulla, estola y cáliz,                  sionario y se consoló pensando
                       que Pasquiou decidió dormir            pero totalmente descarnado                    que había contribuído a salvar
                       dentro de la iglesia para ser el       y con las cuencas de los ojos                 algunas ánimas en pena. En
                       primero en confesarse por la           vacías. Al final, aseguró que él              cambio, al día siguiente, Pas-
                       mañana, mientras que Gorvel            y toda aquella gente entrarían                quiou estaba pálido, triste y

                                                                                                                         Anthropos  109.2014
                                                   https://doi.org/10.5771/0257-9774-2014-2-583
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El relato folclórico del ánima del cura y la misa no celebrada en vida                                                                   589

Número, título,   Antes y después de las apa-                     Penitencia y apariciones del                Reacciones de los visionarios
bibliografía, in- riciones                                        cura                                        ante las apariciones
formante, lugar y
fecha
(4. contin.)           se marchó y volvería al día                en la Gloria. Hacía 100 años                turbado, y solamente recobra-
                       siguiente. Mientras Pasquiou               que volvía cada noche prepa-                ría la calma y la tranquilidad
                       dormía dentro de un confesio-              rado para la misa, sin encon-               después de explicar lo sucedi-
                       nario, un sobresalto lo desve-             trar a ningún vivo que hiciese              do a un sacerdote.
                       ló. [4] Después de aquella no-             de acólito y comulgase. Des-
                       che, al encontrarse ambos de               pués, entró en la sacristía. Los
                       nuevo, el visionario explicó el            demás asistentes desaparecie-
                       caso a su amigo, que a su vez              ron, y los cirios se apagaron.
                       le aconsejó que lo contase al
                       sacerdote [→ 3]. Este confir-
                       mó su buena actuación.
5. “La messe du        [1] El caso sucedió un año                 [3] A medianoche, la puer-                  [4] Al escuchar la demanda del
revenant” (Bour-       después de la muerte de las                ta de la sacristía se abrió y               aparecido, Léon se desmayó
geois 1991).           personas (entre ellas el cura)             apareció un grupo de gente                  de miedo en la primera noche,
Charles Bourgeois      que se aparecieron a Léon,                 con un cura vestido para de-                pero en la segunda responde-
(Cheticamp, 1871–      sorprendidas por una tempes-               cir misa, que preguntaba: “Ici,             ría afirmativamente. [7] Des-
1959). Transcrito      tad de viaje hacia Albaloma,               par la grâce de Dieu, y au-                 pués, durante el oficio divino,
por Fr. Anselme        donde viven los esquimales.                rait-il pas personne pour ser-              lo sucedido le causó tal impre-
Chiasson en 1957.      [2] Léon, un vagabundo, deci-              vir ma messe? ”. [6] La noche               sión que llegó a preguntarse si
                       dió ir a confesarse por haber-             siguiente a la misma hora se                estaba soñando. Al terminar la
                       se acostado con una monja.                 repitió la escena, pero con una             misa, entabló un diálogo con el
                       Como penitencia se le impuso               respuesta afirmativa y la con-              cura difunto, con ciertas notas
                       la obligación de ir a orar a la            siguiente misa. [8] Acabada                 de ironía escabrosa, sobre todo
                       iglesia, donde permaneció de               la misa, el cura confesó que                a la hora de referir el pecado
                       noche. [5] Al día siguiente,               para que todos aquellos di-                 cometido con la monja.
                       informó de lo sucedido al pá-              funtos y él mismo entrasen en
                       rroco, que le hizo volver a la             el paraíso necesitaba que al-
                       noche siguiente para servir la             guien le ayudase a decir misa.
                       misa de ultratumba.                        Como premio, aseguró el cie-
                                                                  lo a Léon.
6. “La messe du        [1] Casi a los cien años de                [2] Se abrió la losa de una                 [3] Ante la demanda del fraile,
revenant. Légende      edad y sintiendo cerca el mo-              tumba, de donde salió Fray                  el conde calló primero, pero
franc-comtoise”        mento de la muerte (tal como               Clément, con casulla, estola,               respondió afirmativamente a la
(Dusillet 1860: ​      sucedería de hecho [→ 6]), el              alba y cáliz. Se identificó y               segunda vez, sin dejar de con-
56–59)                 conde Gauthier de Montfé-                  pidió dos veces si alguien le               jurar al espíritu con una fórmu-
                       rand se retiró a un conven-                ayudaba a decir misa. [4] El                la de discernimiento: “Si c’est
                       to para meditar y aparejarse               conde encendió el cirio. Se                 d’Enfer … qui t’envoie, / je
                       a recibir la salvación eterna.             apagó solo al acabar la misa.               t’appendrai qu’on ne redoute
                       Coincidiendo con la festividad             Clément desapareció, y la losa              rien / Sous le pavois de mon
                       de San Clemente, se durmió                 volvió a su posición inicial.               ange gardien”. Desvanecida
                       prosternado en el coro, pero               [5] Desvanecida la visión, se               la visión, dudando de lo que
                       un ruido lo despertó justo a               escuchó desde el sagrario la                había visto, el conde recibió
                       medianoche. Aparecido y vi-                voz de Clément, explicando                  nuevos signos que confirma-
                       sionario ya se conocían antes              cómo se cumplían sus 20 años                ban que su percepción era real
                       de que muriese el primero.                 de Purgatorio por haber ol-                 [→ 5]. [6] Clément anunció
                                                                  vidado una de las cien misas                que el conde moriría aquella
                                                                  que debía decir en sufragio de              mañana y subiría como él a la
                                                                  un pecador difunto. También                 Gloria. Como dicen los versos
                                                                  predijo la muerte del conde.                segundo y último: “Un reve-
                                                                                                              nant est présage de mort  ”.

Anthropos  109.2014
                                                 https://doi.org/10.5771/0257-9774-2014-2-583
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Número, título,   Antes y después de las apa-               Penitencia y apariciones del                  Reacciones de los visionarios
bibliografía, in- riciones                                  cura                                          ante las apariciones
formante, lugar y
fecha
7. “La messe du      [1] Cuando la iglesia de Saint-        [2] Mientras el vicario soña-                 [3] Una vez desvanecida la vi-
revenant” (Cerny     Jean-du-Doigt dependía de la           ba, le pareció oir un estrépi-                sión, el joven vicario se pre-
1899: ​500–503,      parroquia de Plougasnou y los          to y cómo alguien iba y ve-                   guntó si estaba soñando o no;
nº IX; cf. Markale   párrocos debían viajar de un           nía y abría los armarios de la                pero concluyó que no soñaba
1995: ​41–45). En    sitio a otro, emprendió el ca-         sacristía. Al despertarse, vio                y que la visión no había sido
Plougasnou alre-     mino para administrar los sa-          que se abría la puerta y apa-                 el resultado de la imaginación
dedor de 1880.       cramentos a un moribundo un            recía un cura de ojos pálidos                 ni de alucinaciones causadas
                     joven vicario recién llegado           y voz lúgubre y metálica, que                 por el hambre. Convencido
                     al lugar, a finales de octubre.        repitió tres veces: “Y a-t-il,                de la realidad de lo que había
                     Cuando volvió, ya muy tarde,           ici, quelqu’un pour répondre                  visto, decidió entrar en la sa-
                     entró en la iglesia, se puso a         ma messe? ”. Y sin recibir                    cristía para ver quién era, pero
                     orar y, después, se dio cuen-          respuesta, se marchó a la sa-                 no había nadie más ni en la sa-
                     ta de que el sacristán había           cristía, se apagaron los cirios               cristía ni dentro de la iglesia.
                     cerrado las puertas. Decidi-           y todo volvió a sumirse en el                 El vicario estaba sorprendido,
                     do a pasar la noche allí, entró        silencio. [5] El joven vicario                no sabía explicarse lo que ha-
                     en el coro y rezó el rosario           pasó una segunda noche en la                  bía sucedido. Sus reacciones
                     hasta dormirse. [4] Al día si-         iglesia. Justo al sonar las doce              contrastan claramente con la
                     guiente, explicó lo sucedido           campanadas, oyó cómo se                       actitud incrédula del resto de
                     a los demás sacerdotes, que            abría la puerta y un cura ves-                sacerdotes de la parroquia de
                     se pusieron a reir a pesar del         tido con ornamentos negros                    Plougasnou [→ 4, 7, 9]. [6] Ni
                     aplomo con que él asegura-             hacía lo mismo que durante                    en la primera ni en la segunda
                     ba que no estaba loco y que            la noche anterior. [8] A la ter-              noche el joven vicario respon-
                     todo era verdad. Ante las re-          cera noche, vicario y rector                  dió a la demanda del cura tres
                     servas expresadas por el rec-          contemplaron la visión. A la                  veces reiterada.
                     tor, respondió que volvería a          primera demanda del apare-
                     la iglesia aquella noche, que          cido, el vicario se levantó y,
                     no dormiría y que, si no veía          arrodillándose ante el altar, se
                     nada, aceptaría los reparos de         ofreció a servir la misa, que
                     sus compañeros. [7] Como               fue de difuntos. Al acabar, el
                     tras la segunda noche el vica-         cura confesó ser en aquella
                     rio reiteró el mismo relato y el       misma iglesia el vicario de
                     rector una reprensión todavía          hacía trescientos años. En-
                     más dura, ambos decidieron             contrarían su nombre en los
                     pasar la noche siguiente en la         registros parroquiales. Había
                     iglesia, y así el rector podría        cobrado una misa no celebra-
                     cerciorarse personalmente.             da en vida y, como peniten-
                     [9] Tras la tercera noche, el          cia, volvía al altar ocho días
                     joven vicario volvió a repetir         seguidos por aquella época
                     la historia a sus compañeros,          del año, hasta que alguien res-
                     que continuaron tomándolo              pondiese. El resto del tiempo
                     todo a burla, hasta que el rec-        lo pasaba en el Purgatorio,
                     tor cortó los estallidos de risa       pero por fin se había cumplido
                     al decir que era testimonio            la pena. También advirtió que
                     presencial. Buscaron y encon-          el vicario moriría y se verían
                     traron el nombre del difunto           en la Gloria antes de acabar el
                     en los registros parroquiales:         año: “qui répond la messe à
                     tiempo atrás, fue su primer            un mort, le suit peu de temps
                     vicario.                               après ”.

                                                                                                                       Anthropos  109.2014
                                                 https://doi.org/10.5771/0257-9774-2014-2-583
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El relato folclórico del ánima del cura y la misa no celebrada en vida                                                                    591

Número, título,   Antes y después de las apa-                     Penitencia y apariciones del                Reacciones de los visionarios
bibliografía, in- riciones                                        cura                                        ante las apariciones
formante, lugar y
fecha
8. “La légende du       [1] Caso real de un obrero de             [2] El obrero se despertó y                 [3] Ante la pregunta del cura
prêtre qui revient      Lamballe que decía que se                 vio cómo salía de la sacristía              difunto, el obrero, estupefac-
dire la messe a         quedó dormido dentro de la                un cura de descarnadas meji-                to y tembloroso, se levantó y
minuit. I” (La Val-     iglesia y se despertó cuando              llas, con hábito sacerdotal y               avanzó dando a entender una
lée 1794: ​37–39;       sonó la campana de la una de              llevando un cirio en la mano:               respuesta afirmativa. [5] El
1796: ​75–77; Sé-       la noche, que el autor del re-            “Au nom du Dieu vivant, dit-                narrador atribuye la visión al
billot 1895: ​584;      lato desacredita: “Quelques               il, d’une voix sépulcrale, si               sueño o a la impostura, y con-
1900: ​49 s.; 1907: ​   dévotes la croient encore. On             quelqu’être respire dans cette              jetura que el obrero visionario
176). En Lam-           devine aisément comment a                 église, qu’il s’approche et                 debía ser “un homme par état
balle.                  pu s’opérer ce prétendu pro-              vienne m’aider au sacrifice ”.              même peu instruit, imbu de
                        dige ”. Al reproducir esta ver-           [4] Acabada la misa, dio las                préjugés, et dont l’ame timo-
                        sión, advierte Sébillot (1900: ​          gracias al acólito por abrirle              rée est en conséquence ouverte
                        50): “J’ai supprimé les ré-               las puertas del Cielo, y con-               à toutes les illusions fantas-
                        flexions qui accompagnent et              fesó haber esperado durante                 tiques ”.
                        parfois coupent ce récit, écrit           20 años cada noche a la mis-
                        par un sceptique, qui le rap-             ma hora intentando celebrar la
                        porte en disant que c’est une             misa en aquella iglesia. Dicho
                        comédie organisée par les                 esto, la aparición se desva-
                        prêtres ”.                                neció.
9. “La messe du         [1] Antes de la Gran Revolu-              [2] Una viva luz apareció. Los              [3] El visionario tuvo tres re-
fantôme” (Sébil-        ción, cuando Bretaña era un               cirios se iluminaron solos. Un              acciones diferentes ante la pre-
lot 1880: ​277–279,     reino independiente, en una               cura con ornamentos sacerdo-                gunta del cura: la primera vez
nº XLIII). Émile        tarde lluviosa de marzo un                tales y cáliz en mano dijo en               pensó que estaba soñando; la
Frostin: en Mati-       cristiano se quedó dormido                tres ocasiones, cada vez más                segunda, acertó al suponer que
gnon, 1861.             dentro de la iglesia de Saint-            bajo y triste: “Est-il quelqu’un            se trataba del alma en pena de
                        Sébastien. Ya despierto tras la           qui veuille répondre ma                     un sacerdote; la tercera vez, se
                        última campanada de media-                messe? ”. [4] Por una falta co-             decidió a responder afirmativa-
                        noche, contempló la visión de             metida hacía 10 años, cada                  mente y ayudar de este modo a
                        ultratumba.                               noche volvía a la iglesia y re-             decir la misa, tal como sucede-
                                                                  petía la pregunta tres veces. Al            ría al final del relato.
                                                                  final, se desvanecieron él y las
                                                                  luces. La puerta del templo se
                                                                  abrió sola. El visionario salió.
10. “La cathé-          [1] En invierno, habiéndo-                [2] Un cura con una casu-                   [3] Aunque el cura no había
drale” (Fouquet         se dormido en la catedral de              lla negra que tenía una cruz                preguntado si había alguien
1857: ​106–111;         Vannes, un guantero se des-               blanca estaba preparado para                para responder a la misa, el
cf. Sébillot 1907: ​    pertó de frío a medianoche y,             la misa en un altar negro sal-              guantero se adelantó él mismo,
176 s.). En Vannes.     pasmado de encontrarse allí,              picado de blanco, con dos                   postrándose de rodillas ante él,
                        presenció la aparición. [4] De-           candelas ornadas con huesos                 pero cayó desmayado de terror
                        bido a las constantes altera-             en aspa y cabezas de muer-                  al observar que era un esquele-
                        ciones anímicas sufridas tras             tos. [5] La segunda mediano-                to de huesos sin carne con las
                        la visión, el guantero decidió            che, justo al primer toque, se              cuencas vacías. Los trastornos
                        explicarlo todo a su sacerdote            encendieron solos dos cirios,               que la primera visión provocó
                        y director espiritual. Este, des-         el altar se cubrió de negro y               en el guantero se prolongaron
                        pués de enseñarle cómo con-               se acercó un esqueleto vestido              en el tiempo. [6] En la segunda
                        jurar al espíritu distinguiendo           con casulla de duelo. [7] Re-               aparición, el guantero dialogó
                        si era un error de los sentidos           conoció que su pecado (una                  con el espíritu tomando la ini-
                        o si era cosa del demonio o de            misa encargada y no celebra-                ciativa y conjurándolo según la
                        Dios, le animó a que volviese             da) había cerrado las puertas               siguiente fórmula estereotipa-
                        a la catedral a la misma hora             del Cielo a él y al difunto por             da: “Si tu viens au nom de Sa-
                        para que resolviese el misterio           quien debía decir la misa. Co-              tan, … fuis de ce temple saint;
                        y sobre todo para que tornase             menzó a celebrarla y, tras el               mais si tu viens au nom du

Anthropos  109.2014
                                                 https://doi.org/10.5771/0257-9774-2014-2-583
                                          Generiert durch IP '46.4.80.155', am 02.02.2022, 23:20:35.
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Número, título,   Antes y después de las apa-               Penitencia y apariciones del                  Reacciones de los visionarios
bibliografía, in- riciones                                  cura                                          ante las apariciones
formante, lugar y
fecha
(10. contin.)        a estar sereno y en calma, tal “Requiescat in pace ”, desapa- Dieu tout puissant, dis … que
                     como sucedería de hecho al fi- reció. Dos rastros de luz su-  veux-tu? ”.
                     nal del relato.                bían hacia el cielo.
11. “Le gantier de   [1] Después de haber visita-           [2] A medianoche, el guan-                    [3] El guantero se desmayó
la rue Baudrière”    do a un moribundo, un guan-            tero vio la calavera del cura                 aterrorizado al contemplar la
(Soland 1858; cf.    tero de la calle Baudrière se          con una casulla negra que te-                 macabra visión y darse cuenta
Sébillot 1907: ​     detuvo en la catedral para             nía una cruz blanca, prepa-                   de que el cura era un esqueleto.
176 s.; Augereau     orar. Era tarde y estaba fati-         rado para la misa en un altar                 [6] Durante la segunda noche,
2002: ​34 s.). En    gado. Se durmió tan profun-            negro salpicado de blanco                     el visionario se sentía fuerte
Angers.              damente que ni notó el toque           con dos palmatorias en forma                  en la fe, pero débil en la carne.
                     del ángelus ni el tragín de las        de cabezas de muerto. [5] A                   Conjuró al espíritu de acuerdo
                     llaves del sacristán al cerrar         la medianoche de la segun-                    con las instrucciones de su sa-
                     las puertas. Las campanadas            da aparición, el cura respon-                 cerdote y guía espiritual [→ 4]:
                     de medianoche lo desvelaron.           dió cristianamente al conju-                  “Si tu viens au nom de Satan,
                     Tenía frío y estaba sorpren-           ro del guantero y confesó su                  ‘s’écria le gantier d’une voix
                     dido de hallarse en tal lugar.         pecado (olvidarse de decir una                émue’, retire-toi, fuis ce temple
                     Entonces contempló la visión.          misa en sufragio de un difun-                 saint; mais si tu viens au nom
                     [4] Tras la visión, el guantero        to) y su castigo (volver cada                 de Dieu Tout-Puissant, dis!
                     se volvió sombrío y taciturno.         noche a aquel altar hasta que                 .., que veux-tu? ”. Resuelto el
                     Era menos afable con su fami-          encontrase una alma caritativa                caso y desvanecida esta última
                     lia. Apenas dormía y, cuan-            que le respondiese a la misa).                aparición, el guantero recobró
                     do lo hacía, tenía pesadillas.         Bendijo al guantero por ser                   la calma. Volvió a casa con una
                     Acudió a su sacerdote y guía           instrumento de la salvación de                sonrisa en sus labios.
                     espiritual, que le comentó que         dos almas. Después, apareci-
                     debería distinguir si se trataba       do y visionario se arrodilla-
                     de un error de los sentidos o          ron al pie del altar, y comenzó
                     si era cosa del demonio o de           la misa. El cura desapareció
                     Dios, y le animó a volver a la         al pronunciar “Reciescat in
                     catedral a la misma hora para          pace ”. Dos formas blancas
                     conjurar a la aparición [→ 6].         y luminosas subían hacia el
                                                            cielo.
12. “Li messe di   [1] Versión valona en la que             [2] De la sacristía salió un                  [3] Cuando François vio que
mînute” (Hens      el narrador explica que, cin-            cura de pelo blanco y encen-                  estaba solo en la iglesia a me-
1895). En Vielsam. cuenta años antes, muchos co-            dió los cirios del altar. Volvió              dianoche, no sabía qué hacer.
                   merciantes ambulantes de la              a la sacristía y salió vestido                Al día siguiente, cuando el pá-
                   región de Ardenas viajaban a             para decir misa. Se acercó al                 rroco abrió la puerta del tem-
                   Alemania o Francia. Uno de               altar y dijo tres veces: “Introi-             plo, encontró al visionario más
                   estos, el viejo François, llegó          bo ad altare Dei!  ”. Luego se                muerto que vivo, y este le con-
                   al atardecer a un pueblo situa-          arrodilló, rezó un poco y, fi-                tó su aventura. [5] El párroco
                   do más allá de Colonia. En el            nalmente, recogió el cáliz y                  (que decidió pasar la noche si-
                   hostal le informaron de había            las aceiteras, apagó los cirios               guiente en la iglesia para con-
                   muchos confesores, pues por              y desapareció. [4] El párro-                  templar la aparición) no habría
                   aquellas fechas caía la Pascua.          co se encerró en la iglesia a la              cumplido más de treinta años,
                   Cuando François llegó a la               noche siguiente y respondió a                 pero tenía el pelo blanco al día
                   iglesia, ya no confesaban. Se            la misa que oficiaba el difun-                siguiente de su experiencia de
                   puso a rezar y, cansado por el           to. Al terminar, este contó que               ultratumba.
                   viaje, se durmió. Al sonar las           hacía casi cien años que cada
                   doce en el reloj, se despertó            noche esperaba quien le ayu-
                   y dijo: “doze heure dè l’nute,           dase a decir una misa que en
                   l’heure des dam’zelle et des             vida había prometido celebrar
                   riv’nant!  ”. Al día siguiente,          a las doce de la noche en ho-
                   lo explicaría todo al párroco            nor a un santo. Dio las gracias
                   [→ 3].                                   y desapareció.

                                                                                                                       Anthropos  109.2014
                                                 https://doi.org/10.5771/0257-9774-2014-2-583
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El relato folclórico del ánima del cura y la misa no celebrada en vida                                                                    593

Número, título,   Antes y después de las apa-                     Penitencia y apariciones del                Reacciones de los visionarios
bibliografía, in- riciones                                        cura                                        ante las apariciones
formante, lugar y
fecha
13. “La messe du       [1] Una mujer se durmió en                 [2] Los cirios se encendie-                 [3] En la primera noche la mu-
fantôme” (Sébillot     la noche de Todos los Santos               ron solos a medianoche. El                  jer, temerosa, no respondió a la
1881: ​192–194).       en la iglesia de Plévenon y,               cura, vestido para decir misa,              pregunta tres veces reiterada.
Scolastique Du-        al despertarse, se sorprendió              preguntó tres veces: “Y a-t-                [5] En la noche siguiente, la
rand: en Plévenon,     de encontrarse allí, y contem-             il quelqu’un qui veuille ré-                mujer volvió con su hijo, que
1879.                  pló la prodigiosa visión a me-             pondre ma messe? ” y, a falta               sirvió la misa. Después, cuan-
                       dianoche. [4] Al día siguien-              de respuesta, se retiró. Enton-             do el muchacho pidió el Cielo
                       te, ella lo explicó todo a su              ces los cirios se apagaron so-              como recompensa, el apareci-
                       párroco, que la instó a volver             los. [6] Al muchacho que le                 do respondió que en tres días
                       aquella misma noche con su                 había servido en la misa a la               estaría allí [→ 4].
                       hijo de menos de 10 años, a                medianoche siguiente, le con-
                       quien recomendó pedir el Cie-              fesó que hacía 25 años que se
                       lo como premio, tal como se                aparecía cada noche vestido
                       cumpliría al final con trágica             y preparado para el oficio di-
                       ironía [→ 5].                              vino.
14. “La légende du     [1] Entre la medianoche y la               [2] Las dos primeras noches                 [4] Las dos primeras noches la
prêtre qui revient     una de la madrugada, una vie-              salió de la sacristía un cura               mujer no respondió al cura y,
dire la messe à mi-    ja oyó las campanadas de la                preparado para la misa. Pidió               a la tercera, volvió con su nie-
nuit. VII” (Filippi    primera misa, que general-                 si había alguien que sirviese               to para que él sirviese la misa.
1907). En Cór-         mente sonaban a las cinco.                 la misa y, sin encontrar res-               Este sospechaba que el ofician-
cega.                  Ella fue y encontró abierta la             puesta, se marchó. [5] A partir             te era un difunto, pues no tenía
                       puerta de la iglesia. Durante              de la tercera noche, y durante              nariz ni ojos, sino agujeros en
                       dos noches se repitió esta es-             siete noches más, celebró la                su lugar, pero su abuela lo ne-
                       cena. [3] A la tercera noche,              misa con la ayuda del nieto                 gaba diciendo que estaría en-
                       la vieja fue acompañada de su              que acompañaba a la vieja, y                fermo, que era un buen cura y
                       nieto, de trece o catorce años.            la última noche confesó estar               que no tuviese miedo. Pasado
                       Después de aquella ocasión,                en el Purgatorio por misas pa-              todo y descubierta la verdad,
                       la vieja y su nieto todavía vol-           gadas y no celebradas. Premió               el niño confesó no tener más
                       vieron durante siete noches                el favor de los visionarios re-             miedo, porque el difunto ya es-
                       consecutivas a la misa de ul-              velándoles dónde había escon-               taba en el Cielo y no volvería
                       tratumba [→ 4, 5].                         dido 30.000 francos de oro.                 nunca más.
15. “La messe          [1] Durante tres noches, a la              [2] Las puertas se abrie-                   [4] Jacques se ofreció en se-
d’une heure” (Sau-     una de la madrugada, Jacques               ron solas. Brillaban en el al-              guida a servir la misa y lo hizo
vage 1869: ​109–       F. oyó cómo sonaba la campa-               tar las candelas. Apareció el               con toda normalidad. Después
111, nº XXI). En       na de la misa en la iglesia de             cura y preguntó a Jacques si                de una corta oración mental, se
Mortain.               Mortain y, aunque todavía era              sabía servir la misa, que ce-               dispuso a salir de la iglesia.
                       muy temprano y todo estaba                 lebraron entonces. A la una
                       en silencio, decidió asistir a             de la madrugada el espec-
                       la celebración del oficio divi-            tro se despidió: “A demain!
                       no. [3] Pasada aquella prime-              … à demain!  ”. Las luces se
                       ra noche, Jacques explicó lo               iban apagando poco a poco
                       sucedido a su esposa. Al día               y las puertas se cerraron so-
                       siguiente y al otro, al volver             las. [5] Al acabar la misa de
                       a sonar la campana, Jacques                la tercera noche, los ornamen-
                       dudó si ir a la iglesia o no,              tos sacerdotales cayeron a los
                       pero al final se decidió a cum-            pies del cura y, volviéndose
                       plir la voluntad del difunto.              vaporosa su figura, se disipó
                                                                  sobre el altar y subió hacia el
                                                                  cielo mientras decía: “Merci!
                                                                  Merci! – Je suis sauvé  ”.

Anthropos  109.2014
                                                 https://doi.org/10.5771/0257-9774-2014-2-583
                                          Generiert durch IP '46.4.80.155', am 02.02.2022, 23:20:35.
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