Fiebre amarilla: miasmas, microbios y mosquitos. Una historia a vuelo de pájaro vista desde Brasil

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Rev Biomed 2010; 21:247-266                                                                                 Historia de la Ciencia

Fiebre amarilla: miasmas, microbios y mosquitos. Una historia
a vuelo de pájaro vista desde Brasil
Jaime Larry Benchimol

Investigador y docente del Programa de Post-grado en Historia de las Ciencias y de la Salud, Casa de Oswaldo Cruz/Fun-
dación Oswaldo Cruz, Río de Janeiro, Brasil

INTRODUCCIÓN
       Los problemas de salud de Brasil comenzaron                        cólera, enfermedades que estaban en el centro
a ser debatidos en la primera mitad del siglo XIX,                        de la gran controversia entre contagionistas y
principalmente en instituciones creadas después                           anticontagionistas en todas las áreas de influencia
de la separación de la metrópoli colonial: la                             de la medicina europea (1,2).
Sociedad de Medicina y Cirugía, inaugurada en
1829 y transformada en Academia Imperial de                               Fiebre amarilla, miasmas y esclavitud
Medicina tres años después de la creación (1832)                                La fiebre amarilla arribó a ésta y a otras
de las Facultades de Medicina de Río de Janeiro                           ciudades del litoral brasileño en el verano de
y de Salvador.                                                            1849-50, exponiendo las entrañas de una sociedad
       En 1763, Río de Janeiro se tornaba la capital                      medularmente escindida entre señores y esclavos;
de los virreyes de Portugal, en lugar de Salvador.                        Río de Janeiro prosperaba articulando la plantación
Eso acarreó cambios importantes en la vida de la                          esclavista de café, en expansión en el Valle del
ciudad, pero nada comparable a los efectos de la                          Paraíba, con el mercado mundial. La segunda
fuga de la corte portuguesa a su colonia, cuando                          revolución industrial –la de los artefactos de hierro
los ejércitos napoleónicos invadieron Lisboa, en                          y acero, de los bienes de capital, de las líneas férreas
noviembre de 1807. Teniendo que acoger, de un día                         y navíos a vapor– robustecía el poderío industrial
para otro, a cerca de 15 mil personas, casi un tercio                     de Inglaterra, aunque otros países, revolucionados
de su población, Río de Janeiro se convirtió en la                        también por la gran industria, despuntasen como
cabeza del decadente imperio lusitano, después en                         competidores. Las exportaciones de capital, bajo la
el epicentro del proceso de independencia (1822)                          forma de préstamos públicos e inversiones directas,
y de las guerras subsecuentes con las provincias.                         impulsaron la modernización de las economías
A mediados del siglo XIX, estaban subyugadas las                          periféricas como la brasileña en la segunda mitad
fuerzas que resistían a la política centralizadora                        del siglo XIX, preparándolas para responder a
del Imperio y a la hegemonía económica de la                              los nuevos flujos de materias primas y productos
región Sudeste.                                                           industrializados. En Brasil, ese proceso tuvo otras
       Su élite médica, formada por nativos o                             dimensiones: abolición del tráfico negrero en 1850;
profesionales emigrados poco tiempo antes de                              consolidación política del Imperio; guerra contra
una Europa convulsionada por las revoluciones                             el Paraguay (1864-70); expansión demográfica;
liberales burguesas, resaltaba la ausencia, en                            ampliación gradual del trabajo libre, sobre todo en
Brasil, de fiebre amarilla, peste bubónica y                              las ciudades. En los años de 1870, el imperio de

Solicitud de sobretiros: Dr. Jaime Benchimol. Casa de Oswaldo Cruz/Fundación Oswaldo Cruz, Río de Janeiro, Brasil. E-mail: jben@coc.fiocruz.br

Recibido: el 20 de diciembre de 2010. Aceptado para publicación: el 30 de diciembre de 2010

Este artículo está disponible en http://www.revbiomed.uady.mx/pdf/rb1021311.pdf

                                                                            Vol. 21, No. 3, septiembre-diciembre de 2010
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Don Pedro II y de los barones del café parecía vivir   haberse difundido hacía más tiempo en África, a
su apogeo de grandeza y de estabilidad, y Brasil,      veces de forma tenue, produciendo inmunidad en
su destino de país esencialmente agrícola. En Río      los ya expuestos al virus. Sabemos, también, que es
de Janeiro, su más próspero emporio comercial y        causada por un arbovirus del género Flavivirus. En
financiero, irrumpían epidemias todos los años,        el hombre, la fiebre amarilla presenta varias ma-
variando los índices de morbilidad y mortalidad        nifestaciones clínicas: fiebre alta, cefalea, dolores
conforme la sinergia, al mismo tiempo biológica        musculares, todas las señales, en fin, de un cuadro
y social, de los vivientes que se concatenaban en      infeccioso que es el resultado de la replicación del
el curso de cada enfermedad.                           virus en el organismo, después de ser inoculado
       Aunque existan evidencias de la presencia       por mosquitos. Pero casi un siglo pasaría hasta que
de la fiebre amarilla en Brasil desde 1694, fue so-    fuesen establecidos estos saberes, en circunstan-
lamente a partir de mediados del siglo XIX que se      cias que luego examinaremos.
volvió la gran cuestión sanitaria nacional. Según             En la época que estamos tratando, los hi-
estimaciones del Dr. José Pereira Rego (1878, p.       gienistas situaban las múltiples causas de la fiebre
159), alcanzó a 90,658 de los 266 mil habitantes de    amarilla y de otras enfermedades epidémicas,
la capital brasileña, causando 4,160 muertes. Hubo     por un lado, en las predisposiciones orgánicas de
quien refiriese hasta 15 mil muertes (3).              los individuos; por el otro, en el medio ambiente
       Administrativamente, las cuestiones relati-     –tanto la naturaleza de aquellas latitudes tórridas,
vas a la salud pública no se diferenciaban de otros    consideradas hostiles para la aclimatación del
aspectos de la vida urbana a cargo de la Iglesia,      europeo, como el ambiente artificialmente creado
de la Cámara Municipal o de la Intendencia de          por el hombre en los crisoles en ebullición que
Policía. Fue en medio de aquella crisis sanitaria      eran las ciudades dieciochescas. Los cuerpos de
que se volvió competencia de un poder autóno-          los enfermos eran investigados por medio de las
mo: una Junta Central de Higiene Pública que, en       herramientas de la clínica y de las nuevas disci-
1886, se separó en Inspección General de Higiene       plinas experimentales, que llevaron a los médicos
e Inspección General de Salud de los Puertos. El       de los hospitales a abrir cadáveres para examinar
radio de acción de los dos órganos se restringía a     las lesiones dejadas por cada enfermedad en los
las ciudades del litoral, con total predominio de la   tejidos y órganos. Los higienistas elaboraban
cabeza urbana del país, Río de Janeiro.                inventarios de los componentes insalubres del am-
       Los médicos que se ocupaban de la higiene       biente natural y urbano con la ayuda de las nuevas
pública tuvieron que conquistar espacio frente         ciencias físico-químicas y sociales, conservando,
a los defensores de la explicación religiosa, que      sin embargo, como piedras angulares, conceptos
encaraban el “vómito negro” como manifesta-            de la medicina hipocrática. Las llamadas “consti-
ción de la ira divina, para ser aplacada con rezos     tuciones epidémicas” de los lugares donde la fiebre
y procesiones. Para muchos, el contraste entre la      amarilla y otras enfermedades brotaban –aquellas,
elevada mortalidad de los blancos, en particular       por ejemplo, que el presidente de la Junta Central
de los europeos recién llegados, y la resistencia      de Higiene Pública rehacía, todos los años, con la
de los negros llevó a suposiciones conspirativas,      intención de prever y prevenir las próximas epi-
infundiendo el temor de insurrecciones de es-          demias– eran como construcciones barrocas que
clavos semejantes a las ocurridas en las Antillas      ascendían desde el movimiento de las poblaciones
(revolución haitiana) y en Bahía (revuelta de los      al de los astros, articulando enorme cantidad de
malês) (3).                                            datos obtenidos con el auxilio de la astronomía,
       Sabemos hoy que la relativa benignidad de       geografía, geología, química, historia, economía
la enfermedad en los negros se debía al hecho de       y estadística.

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       “Año de mangos, año de fiebre amarilla” de-      disciplinarias; las calles estrechas y tortuosas que
cían los cariocas, expresando en lenguaje coloquial     dificultaban la renovación del aire y la penetración
la relación que los médicos establecían entre el        de la luz del sol; las playas como inmundos de-
calor, la humedad y las epidemias de fiebre ama-        pósitos de heces y basura; la casi inexistencia de
rilla. Éstas se correlacionaban con la regularidad      plazas arboladas en Río de Janeiro, que era, así,
de otras frutas estacionales, siempre en aquella        como un cuerpo sin pulmón.
larga temporada de calor y lluvias que se extendía             Los higienistas pusieron en evidencia la ma-
desde noviembre hasta marzo o abril. Se suponía         yor parte de los nudos gordianos que los ingenieros
que, como otras plantas, la fiebre amarilla se am-      intentarían desatar. Ubicados en instituciones cuya
bientaba a la perfección en los valles del litoral,     capacidad de influir en las decisiones del Estado y
especialmente en las ciudades portuarias, donde         del capital fue mucho menor que lo que suponen
las materias en putrefacción, de origen vegetal y       los historiadores de cuño foucaultiano, aún así los
animal, constituían el humus ideal para ella.           higienistas contribuyeron para que se promulgasen
       Las epidemias de viruela aparecían, en ge-       las primeras leyes que regulaban el crecimiento de
neral, en invierno. El cólera afectó Río de Janeiro     la ciudad. Aunque no hayan conseguido detener
en 1855-56, en la cola de la tercera pandemia del       las epidemias, ayudaron a promover cambios, a
siglo XIX, y no ocurrieron otros brotes hasta los       veces sustantivos, tanto en los padrones de socia-
años de 1890, cuando Brasil fue afectado por otra       bilidad como en las formas de organización del
pandemia, la de la peste bubónica. La tuberculo-        espacio (4-6), observándose la sedimentación de
sis, las disenterías, la malaria y fiebres llamadas     un discurso sobre lo urbano cuyos argumentos se
por decenas de nombres aparecían como flagelos          repiten hasta el comienzo del siglo XX, en todo
crónicos en la capital y las provincias.                lo que escribieron ingenieros, políticos y otros
       Los higienistas proponían intervenciones         actores sociales. En los años 1870-1880, las élites
más o menos drásticas para restaurar el equilibrio      y los estratos medios ya constituían una influyente
del organismo urbano. En Río de Janeiro, los            opinión pública, favorable a todo tipo de mejorías
pantanos se consideraban los principales focos de       que transformase la capital del Imperio en una
exhalación de los miasmas que desencadenaban las        metrópoli saludable y moderna (7).
enfermedades epidémicas. Los morros impedían la
circulación de los vientos capaces de disipar esos      La República y el agravamiento de la crisis
malos aires. De ellos, bajaban las aguas de los ríos    sanitaria
y de las lluvias que se estancaban en la planicie             Estos debates recrudecieron entre dos epi-
sobre la cual se erguía la mayor parte construida       demias muy violentas de fiebre amarilla, las de
en la capital brasileña. Entre los factores insalu-     1873 y 1876 que causaron, respectivamente, 3,659
bres sobresalían las viviendas colectivas, donde se     y 3,476 muertes en una población estimada de
aglomeraban los pobres: pequeñas, húmedas, sin          274,972. Entre los años 1870 y 1890, la población
aire y luz, espacios de fermentación o putrefacción     de Río se duplicó, pasando a 522,651 habitantes.
capaces de liberar nubes de miasmas sobre la ciu-       En 1906, se elevaba a 811,444 habitantes. Era la
dad. Los higienistas condenaban otros aspectos de       única ciudad del país con más de 500 mil habitan-
la vida urbana: los cuerpos enterrados en las igle-     tes. Después, venían São Paulo y Salvador, con un
sias; mataderos, carnicerías y mercados peligrosos,     poco más de 200 mil.
tanto desde el punto de vista de la integridad de los         Al mismo tiempo en que sucedían los mo-
alimentos como por constituir potenciales corrup-       vimientos que llevaron a la abolición de la escla-
tores del aire; fábricas, hospitales y prisiones que    vitud (mayo de 1888) y a la proclamación de la
se igualaban en la ausencia de reglas higiénicas y      República (noviembre de 1889), y las luchas que

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convulsionaron los primeros años del nuevo régi-       inútiles o perniciosas: “la alta administración del
men, afluían a la ciudad grandes contingentes de       país, sin la orientación que sólo las autoridades
inmigrantes europeos y ex-esclavos de las zonas        científicas pueden darle, no ha hecho nada” (8).
cafetaleras en decadencia. Además de negociarse               En el pasaje del Imperio a la República,
emprendimientos urbanos, se fundaron diversas          se multiplicaron las concesiones al gran capital,
fábricas de bienes de consumo corriente. Como          que prometía regenerar la ciudad a través
en la primera revolución industrial inglesa, el        de avenidas, viviendas higiénicas, mejoras
sector de punta era el de hilado y tejido. Crecieron   portuarias, etc., ofreciendo el gobierno garantía
los barrios residenciales servidos por tramways        de tasas de interés, derechos de expropiación,
y los suburbios más distantes, a lo largo de los       privilegios de zona y otros mecanismos usados
ejes ferroviarios. A pesar de ello, el epicentro de    para estimular las construcciones ferroviarias. Se
la crisis sanitaria era todavía, y cada vez más, la    intensificaron en este período, sin embargo, las
Ciudad Vieja y sus zonas adyacentes, incluso la        controversias relativas al papel del Estado y de
zona portuaria, donde las epidemias causaban           la iniciativa privada en las mejorías urbanas de
devastaciones jamás vistas, exacerbando la fama        gran envergadura. Otros aspectos del saneamiento
internacional que tenía Río de Janeiro como una        urbano eran objeto de controversias candentes,
ciudad apestada y mortífera.                           relacionados con los profundos cambios ocurridos
       La fiebre amarilla arrojó 4,454 muertos en      en la manera de afrontar la etiología y el modo de
1891, sobre todo en los barrios centrales, donde       transmisión de las enfermedades que se propagaban
había más viviendas colectivas, concepto que           epidémicamente, sobre todo la fiebre amarilla.
abarcaba, principalmente, conventillos, villas
y casas de habitaciones, pero a veces, también         De los miasmas a los microbios
cuarteles, prisiones, pensiones, manicomios,                  En diciembre de 1879, el Dr. Domingos
hospitales, etc. La viruela mató a 3,944 habitantes.   José Freire, catedrático de química orgánica de la
La malaria fue responsable de 2,235 muertes. La        Facultad de Medicina de Río de Janeiro,1 anunció
tuberculosis segó 2,202 vidas en 1890 y 2,373 al       en los periódicos el descubrimiento de un microbio
año siguiente.                                         que pensaba ser el causante de la fiebre amarilla.
       Según el Inspector General de Higiene           En el primer semestre de 1883, desarrolló una va-
Pública Bento Gonçalves Cruz, padre del sanitarista    cuna contra la enfermedad, atenuando por medio
Oswaldo Cruz, se hacía todo lo “racionalmente          de técnicas recién concebidas por Louis Pasteur
aconsejable” para reducir el impacto de                el alga microscópica que denominó Cryptococcus
esas enfermedades: visitas correccionales,             xanthogenicus. Con excepción de la antivariólica,
desinfecciones, aumento de los espacios de             no había otro recurso profiláctico de esa naturaleza
aislamiento en hospitales, distribución de médicos     para enfermedades humanas. Las realizaciones de
en los barrios para fiscalizar las condiciones de      Pasteur en esa área se restringían aún a las vacunas
higiene, etc. A comienzos de 1891, escribió el         contra el cólera de las gallinas (1880) y el ántrax o
médico Aureliano Portugal, “el acuerdo entre           1 Inició la carrera como cirujano en la Guerra del Paraguay.
los higienistas brasileños era, por lo menos,          Después de obtener la cátedra de química, viajó a Europa,
aparentemente unánime. La ejecución de las             y durante el tiempo que permaneció allí (1874-1876) envió
medidas propuestas por el II Congreso de Medicina      a la Congregación de la Facultad informes conteniendo in-
haría surgir, como se dio últimamente en Nápoles,      ventarios de los progresos en curso en química, biología y
                                                       medicina. Los informes contribuyeron para la reforma de la
una nueva ciudad salubre e higiénica”. Pero las        enseñanza médica en los años de 1880: énfasis en la ciencia
epidemias reinaban con intensidad jamás vista y        experimental y en la enseñanza práctica en laboratorio (9).
las medidas consideradas básicas parecían ahora        De los varios laboratorios creados entonces, el que tuvo re-
                                                       sultados experimentales más exuberantes fue el de Freire.
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carbúnculo hemático (1881). Su incursión en las                  rrespondieron en la época en que el cubano usaba
patologías humanas, con la vacuna antirrábica,                   mosquitos infectados en “amarillentos” como in-
envolvería complejas exigencias socio-técnicas                   munizantes vivos contra la enfermedad. La vacuna
superadas solamente en 1886 (10,11).                             de Domingos Freire llegó a Puerto Rico, Jamaica,
       A fines de 1883, Freire asumió la presiden-               las Guyanas y otras colonias francesas (17).
cia de la Junta Central de Higiene Pública, lo que                     En su segundo viaje a Europa (1886-1887),
facilitó la difusión de su vacuna entre los conven-              sometió dos comunicaciones a la Academia de
tillos de Río de Janeiro. La receptividad que tuvo               Ciencias de París, en colaboración con Rebour-
entre inmigrantes y nativos se debió al miedo que                geon y un investigador del Museo de Historia
la fiebre amarilla inspiraba y también al apoyo de               Natural de aquella ciudad, Paul Gibier (18,19).
los republicanos y abolicionistas, a los que Freire              Éste y otros hechos ocurridos en la capital francesa
estaba ligado. En la prensa y en la Academia Im-                 repercutieron con fuerza en la capital brasileña y, al
perial de Medicina, hubo reacciones contradicto-                 regresar a ella, Domingos Freire fue recibido como
rias, especialmente después que la vacuna recibió                héroe de la “ciencia nacional” por estudiantes y
el apoyo tácito del emperador Don Pedro II y la                  profesores de las escuelas técnicas y superiores,
entusiasmada adhesión de un discípulo de Pasteur,                periodistas de diversos diarios, militantes de los
Claude Rebourgeon, veterinario francés contrata-                 clubes republicanos y sociedades abolicionistas.
do por el gobierno brasileño para iniciar, en Rio                Semanas después, viajaba a Washington para par-
Grande do Sul, la producción de la vacuna animal                 ticipar en el IX Congreso Médico Internacional,
contra la viruela. Rebourgeon presentó el descu-                 que aprobó una resolución recomendando que su
brimiento de Freire a las academias de Medicina y                vacuna recibiese la atención de todos los países
de Ciencias de París (12), donde obtuvo reacciones               afectados por la fiebre amarilla (17).
favorables por parte de personajes importantes                         La proclamación de la República, en no-
de la medicina francesa, como el patólogo Alfred                 viembre de 1889, ocurrió en medio de una grave
Vulpian y el veterinario Henry Bouley.2                          epidemia y, mientras el gobierno negociaba la
       Por lo menos, 12,329 habitantes de Río de                 federalización de los servicios de salud, la vacuna
Janeiro y de otras ciudades fueron inoculados con                se transformó en institución gubernamental.
la vacuna de Domingos Freire entre 1883 y 1894.                        En Brasil, el principal competidor de
Su alcance se debió, en parte, a las relaciones                  Freire era João Batista de Lacerda, director por
que vinculaban a su descubridor con los intereses                largo tiempo (1895-1915) del Museo Nacional
coloniales y comerciales, con otros cazadores de                 de Río de Janeiro (20). En 1883, incriminó otro
microbios, con asociaciones médicas y científi-                  microbio como el verdadero agente de la fiebre
cas y con autores de tratados que sistematizaban                 amarilla. Su Fungus febris flavae y microorga-
resultados alcanzados por la microbiología. El                   nismos similares, descritos en esa época, tenían
mexicano Manoel Carmona y Valle (15,16) era el                   una característica común: el polimorfismo, o sea,
más notorio rival del bacteriólogo brasileño. El                 la capacidad de cambiar de forma y función por
Micrococcus tetragenus de Finlay fue concebido                   influencia del medio, sobre todo de los factores
como alternativa al alga de Freire, y ellos se co-               climáticos. Zoólogos, botánicos y bacteriólogos
2 Las tentativas de Pasteur, en 1881, de identificar el micro-   tenían opiniones encontradas al respecto. Pasteur
bio de la fiebre amarilla fueron un fracaso, como muestra        y Koch consideraban el polimorfismo incompati-
Vallery-Radot (13). Igualmente frustrados fueron los es-         ble con procedimientos experimentales rigurosos
fuerzos emprendidos por D. Pedro II de traerlo a Brasil para
descifrar la etiología y prevención de la enfermedad. Las
                                                                 y con la noción de especificidad etiológica, pero
cartas reproducidas por Vallery-Radot (14) y otras se en-        otros investigadores reconocían esa propiedad en
cuentran en el Museo Imperial, Sector de Documentación y         los hongos, algas y bacterias que estudiaban. La
Referencia, Archivo de la Casa Imperial (Petrópolis).
                                                                  Vol. 21, No. 3, septiembre-diciembre de 2010
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cuestión tenía que ver con la clasificación aún       cuando los republicanos lo nombraron director del
problemática de los “infinitamente pequeños”.         “Instituto Bacteriológico Domingos Freire”, insti-
El término genérico “microbio”, incluso, había        tución federal con atribuciones tan amplias como
sido recientemente acuñado con el propósito,          aquellas conferidas por el gobierno de São Paulo al
justamente, de contornear las confusas categorías     Instituto Bacteriológico creado concomitantemen-
taxonómicas usadas en los textos científicos de la    te en aquel estado (17). La dirección del instituto
época, que perjudicaban la discusión de la teoría     paulista fue otorgada a Le Dantec, quien pronto
de los gérmenes entre los no especialistas, incluso   regresó a Francia con materiales para estudiar la
los clínicos e higienistas (17).                      fiebre amarilla. Asumió el cargo el vice-director,
       El polimorfismo fue el cemento utilizado       Adolpho Lutz, quien poseía una considerable ex-
por Lacerda para componer su más abarcadora           periencia no sólo en clínica y bacteriología, sino
teoría sobre “El microbio patogénico de la fiebre     también en helmintología, entomología y otras
amarilla”, presentada a la Academia Nacional de       disciplinas que, poco después, conformarían la
Medicina y al Congreso Médico Panamericano            llamada Medicina Tropical (22).
en 1892-93: todas las descripciones producidas               Son conocidas las polémicas que suscitó
hasta entonces darían cuenta de diferentes fases      con los clínicos a propósito de fiebres que éstos
o formas de un hongo extremamente proteiforme.        llamaron por diversos nombres, atribuyéndolas
En la misma época, George Sternberg, presidente       a las condiciones telúricas locales, y que Lutz
de la American Public Health Association de           diagnosticó como fiebre tifoidea, basándose en
los Estados Unidos, producía una demoledora           la identificación del bacilo descubierto por Karl
investigación sobre las teorías y vacunas en          Joseph Eberth en 1880. Las llamadas “fiebres
boga en el continente (21), al mismo tiempo que       paulistas” lo llevaron a emprender la primera
buscaba evidencias a favor de un microorganismo       investigación epidemiológica sobre la malaria
parecido al del cólera, descubierto por Robert        en São Paulo, al mismo tiempo en que, en Río
Koch en 1884. El bacteriólogo alemán y el francés     de Janeiro, Fajardo, Chapot Prévost y Oswaldo
Félix Le Dantec defendían la analogía entre esta      Cruz investigaban el hematozoario descubierto
enfermedad y la fiebre amarilla, cuyo principal       por Charles Louis Alphonse Laveran, en 1880
síntoma, el ‘vómito negro’, se localizaba también     (Oscillaria malariae, después denominado
en el intestino. La tabla rasa creada por Sternberg   Plasmodium malariae).
en el campo entonces saturado de hongos y algas              Éstos fueron algunos episodios del conflic-
abrió algún camino a los bacilos que competirían      tivo proceso transcurrido en los años de 1890,
por la condición de agente causal de la fiebre        involucrando a diversos actores sociales en des-
amarilla en la década de 1890.                        acuerdo sobre el diagnóstico, la profilaxis y el
                                                      tratamiento de enfermedades que acometían los
Una nueva generación en campo                         centros urbanos del Sudeste brasileño, convulsio-
       En aquellos años, en medio de los desafíos     nados por el colapso de la esclavitud, la avalancha
sanitarios sin precedentes enfrentados por la         inmigratoria, las turbulencias políticas, fruto de la
sociedad brasileña, una nueva generación de bac-      proclamación de la República, y las turbulencias
teriólogos despuntó en conflicto abierto con los      económicas asociadas con la crisis del café y con
maestros que la habían introducido a la teoría de     nuestra revolución industrial retardataria.
los gérmenes. Francisco Fajardo, Eduardo Chapot              Un episodio bien documentado fue la lle-
Prévost, Carlos Seidl, Oswaldo Cruz y otros médi-     gada de la peste bubónica a Santos, en 1899, y
cos recién graduados habían pasado por el labora-     los conflictos suscitados por el diagnóstico hecho
torio de Freire. Los discípulos se enfrentaron a él   por Adolpho Lutz, Vital Brazil, Chapot Prévost

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y Oswaldo Cruz, y cuestionado por clínicos y             1894-1895 en los laboratorios que Oswaldo Cruz,
comerciantes de aquella ciudad portuaria, que            Francisco Fajardo y Chapot-Prévost mantenían
exportaba gran parte de la producción cafetalera         en sus propias residencias, y en el laboratorio
de Brasil (23). La peste motivó la creación de los       público paulista, bajo la jefatura de Adolpho Lutz,
Institutos Seroterápicos de Butantã y de Manguin-        comprobaban la presencia del bacilo de Koch en
hos. El primero, con la dirección de Vital Brazil,       aquella región, sirviendo de base, así, para un
pronto se desprendería del Instituto Bacteriológico      riguroso programa de desinfecciones, aislamiento
de São Paulo, singularizándose por los trabajos          y cuarentenas, implementado por primera vez en
en el área del ofidismo. Oswaldo Cruz asumió la          ciudades, puertos y estaciones ferroviarias del
dirección técnica del Instituto Seroterápico Federal     Sudeste de Brasil. Como jefe de un instituto oficial,
(más tarde, Instituto Oswaldo Cruz), inaugurado          Domingos Freire cuestionó la presencia del bacilo
en Río de Janeiro en julio de 1900, cargo que lo         de Koch y apoyó a los adversarios del cólera y de
llevaría a la dirección de la Salud Pública tres años    la intervención federal, los clínicos del interior
después (24).                                            que diagnosticaban diarreas determinadas por
                                                         factores locales. El principal opositor de Koch en
Fiebre amarilla: un atolladero para la salud             Europa era el renombrado higienista bávaro Max
pública                                                  von Pettenkoffer (26). Su teoría sobre el papel
       Como mostró Nara Azevedo (25), este mé-           crucial de las condiciones climáticas y, sobre
dico, nacido el 5 de agosto de 1872 en el interior       todo, telúricas en la activación o inactividad de
de São Paulo, se doctoró en Río de Janeiro en            los gérmenes del cólera y de otras enfermedades
1892 con una tesis sobre El transporte microbia-         ejercía considerable influencia también sobre la
no por las aguas. Al año siguiente, se casó con          comprensión de la fiebre amarilla, ya que permitía
la hija de un rico negociante portugués. Con su          explicar el carácter estacional y la especificidad
ayuda, Oswaldo Cruz viajó a Francia en 1896 para         geográfica de ésta. Según la boden theorie (teoría
perfeccionarse en el Instituto Pasteur, en pleno         del suelo), para que ocurriese una epidemia eran
boom de descubrimientos de microorganismos               necesarios cuatro factores: además del germen,
patógenos y cuando parecían ilimitadas las pers-         determinadas condiciones relativas al lugar, al
pectivas no sólo de vacunas para la prevención           tiempo y a los individuos. Por sí solo, el germen
de enfermedades infecciosas, sino también de la          no causaba la enfermedad, lo que excluía el
seroterapia con fines curativos. Esta tecnología,        contagio directo. La susceptibilidad individual
recién desarrollada para el tétanos y la difteria por    era importante, pero variables relacionadas con el
Emil von Behring, Shibasaburo Kitasato y Émile           clima y con el suelo actuaban sobre el germen, que
Roux, fue presentada por éste en el 8º Congreso          maduraba y se transformaba en materia infecciosa,
Internacional de Higiene y Demografía, realizado         de manera análoga a la transformación de la
en Budapest en 1894.                                     semilla en planta.
       Al regresar a Brasil, en 1899, Oswaldo                  Para los partidarios de Pettenkofer, la insa-
Cruz montó un consultorio de enfermedades                lubridad de Río de Janeiro tenía sus raíces en el
genitourinarias y un laboratorio de análisis             “pantano sofocante” que existía debajo de la ciu-
clínicos, el primero de Río de Janeiro. Su primera       dad, repleto de materia orgánica en putrefacción;
experiencia importante como bacteriólogo al              cuando era expuesto a las oscilaciones de las capas
servicio de la salud pública ocurrió antes del viaje a   de agua subterráneas, durante los veranos lluvio-
Francia, en ocasión de una epidemia de cólera que        sos, se activaban los gérmenes allí depositados y
afectó el valle del Paraíba, la columna vertebral de     florecían las epidemias. Los llamados pavimentos
la economía cafetalera. Los informes producidos en       impermeables y el drenado del subsuelo fueron,

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así, las medidas consideradas más urgentes para               actores sociales interesados en la reforma del
sanear la capital brasileña, entre aquellas reco-             espacio urbano.
mendadas en el Segundo Congreso Nacional de                          La nueva cosecha de gérmenes de la fiebre
Medicina y Cirugía de 1899. Floriano Peixoto,                 amarilla fue recibida con exasperación. La inca-
jefe del gobierno republicano provisorio, intentó             pacidad de los médicos para decidir, intramuros y
contratar a Pettenkofer para que extirpara la fiebre          entre pares, quién había encontrado la manera de
amarilla del suelo de la ciudad (17).                         desatar el nudo gordiano de la salud pública brasi-
       Después de la crisis del cólera en el valle            leña llevó inclusive a la proposición, en el Congre-
del Paraíba, una nueva oleada de descubrimientos              so y en la prensa, de tribunales que dirimieran la
incriminó a los bacilos como agentes de la fiebre             cuestión. Pero fue un cambio radical en el enfoque
amarilla, ligados ahora con profilácticos similares a         de la enfermedad que llevó a la nueva generación
los sueros antitetánico y antidiftérico. El personaje         de bacteriólogos al proscenio de la salud pública,
más importante de este nuevo ciclo fue Giuseppe               con el liderazgo de Oswaldo Cruz.
Sanarelli, experimentado bacteriólogo italiano
que trabajaba en el Instituto Pasteur, antes de ser           De la etiología a la transmisión de la fiebre
contratado por el gobierno uruguayo para implantar            amarilla
la medicina experimental en Montevideo. Con                          Las narraciones sobre este viraje privilegian,
el auxilio de jóvenes bacteriólogos de Río de                 en algunos casos, a Estados Unidos y, en otros,
Janeiro, decidió seguir el rastro del microbio de             a Cuba, de acuerdo con el valor atribuido a dos
la fiebre amarilla y en una concurrida conferencia            episodios: la formulación de la hipótesis de la
en la capital uruguaya, en junio de 1897, anunció             transmisión por el mosquito, de Carlos Juan
el descubrimiento del bacilo icteroide. Meses                 Finlay en 1880-81, o su demostración por parte del
después, inició en São Paulo las pruebas de                   equipo liderado por Walter Reed, en 1900. Según
campo de un suero curativo. Sus jugadas rápidas               Delaporte (27), la decisión del médico cubano
obligaron a otros bacteriólogos brasileños a revelar          de tomar el mosquito como objeto de estudio y
los resultados parciales o finales alcanzados en el           el tiempo transcurrido hasta la confirmación de
mismo campo de investigación.3                                su teoría son enigmas cuya explicación radica
       La opinión pública de Río de Janeiro y de              en la medicina tropical inglesa, en las relaciones
otras ciudades ya había asimilado la noción de que            de filiación conceptual que ligan a Finlay con
la fiebre amarilla era causada por un microbio. El            Patrick Manson –quien descubrió el modo de
relativo consenso fundamentado en la teoría de los            transmisión de la filariosis en 1879-, y a Walter
miasmas, respecto a lo que debería hacerse para               Reed con Ronald Ross, quien esclareció el modo
higienizar puertos como Río de Janeiro, dio lugar             de transmisión de la malaria.
a un impasse y a candentes polémicas sobre los                       En los años de 1890, en la prensa médica y
eslabones que deberían romperse en la cadena de               en la lega de Río de Janeiro, se multiplicaron las
la insalubridad urbana. Las elecciones variaban               especulaciones sobre el papel de los insectos en
de acuerdo con las características de cada germen             la transmisión de enfermedades, incluso la fiebre
incriminado y con el punto de vista de los diversos           amarilla. Eran vistos no como hospedadores de
                                                              microorganismos que cumplían parte de su ciclo
3 Los resultados de Wolf Havelburg, Chapot Prévost, Jo-       vital en el organismo del insecto parasitado, sino
hannes Paulser, João Batista de Lacerda y otros, así como     principalmente como agentes mecánicos de trans-
las controversias suscitadas por estos trabajos se encuen-
tran en Benchimol (17). En este ambiente competitivo, el      misión. Se sospechaba de mosquitos, chinches,
alineamiento más conspicuo oponía Sanarelli a Freire que,     pulgas, garrapatas y, sobre todo, de las moscas que,
en 1898, profirió una concurrida conferencia en la Facultad   pasivamente, trasportaban los microbios hasta los
de Medicina para contraponerse al italiano.
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alimentos, y de allí a la boca, la puerta de entrada           y de litoral, caliente y húmedo, donde los hongos,
del organismo humano. El hecho de ser insectos                 algas y bacilos incriminados cumplían parte de
tan comunes en las ciudades parece haber facilita-             su ciclo vital antes de adquirir la capacidad de
do su incorporación al imaginario colectivo como               infectar a los hombres, apenas en ciertas estaciones
fuente de peligro, zumbando en la atmósfera aún                del año y en ciertas regiones geográficas. Las
contaminada por los miasmas.                                   redes que esos microorganismos recorrían,
       La transmisión de la filaria por mosquitos              interrelacionando suelo, agua, aire, alimentos,
Culex, de los hematozoarios de la fiebre de Texas              navíos, casas y hombres, acogían con dificultad
por garrapatas y del protozoario de la nagana,                 a los invertebrados, puestos en evidencia por la
otra enfermedad de bovinos y equinos, por la                   medicina tropical.
mosca tse-tse había sido divulgada en Brasil antes                    Las experiencias realizadas en Cuba en 1900
del descubrimiento de Ross. En 1898, se leía en                forman, sin duda, un divisor de aguas en la historia
los periódicos que los insectos diseminaban los                de la fiebre amarilla. Alejaron a la salud pública
microbios del carbúnculo, de la oftalmia de Egipto,            de las interminables querellas sobre su etiología,
del botón de Biskara (leishmaniasis tropical), del             permitiendo el desarrollo de acciones capaces,
pian (bouba) y del muermo. Yersin había verificado             por un tiempo, de neutralizar las epidemias en los
que moscas muertas cargaban el bacilo de la peste              núcleos urbanos del litoral de América. Stepan (30)
y podían, por lo tanto, infectar las aguas de beber.           muestra que los norteamericanos sólo se rindieron
Y Joly confirmó que depositaban los bacilos de la              a Finlay cuando quedó clara su incapacidad de
tuberculosis en los alimentos y bebidas, cargándolos           lidiar contra la enfermedad en Cuba, después de
consigo aún después de muertas y disecadas, idea               ocuparla en febrero de 1898. Parece haber sido
ya planteada por Utinguassú y Araújo Goes en la                importante, también, la confluencia en aquella
Academia de Medicina, en octubre de 1885. En                   isla de los médicos norteamericanos, orientados
la conferencia de Montevideo (1897), Sanarelli                 hacia un programa de investigaciones bacterio-
(28) formuló la hipótesis de que existía un moho               lógicas, con los ingleses, quienes exploraban la
con poder específico de estimular el desarrollo de             fértil problemática de los vectores biológicos de
las colonias del bacilo icteroide. Lacerda (1900)              enfermedades.
presentó entonces a Aspergillus icteroide: sus                        En 1898, Ross develó el ciclo del parásito
esporas serían las “muletas” con que el bacilo de              de la malaria de las aves en mosquitos Culex; al
la fiebre amarilla dejaba las atmósferas confinadas            año siguiente, Giovanni Battista Grassi, Amico
para proliferar a la distancia. Al mecanismo de                Bignami y Giuseppe Bastinelli revelaron el del
propagación acrecentó, en seguida, las moscas,                 parásito de la malaria humana en mosquitos del
por haber encontrado sus deyecciones mezcladas                 género Anopheles. Inmediatamente, se planteó la
con las colonias de moho y bacilos (17).4                      hipótesis de que los mosquitos cumpliesen idén-
       La impresión que nos dan los artículos escritos         tico papel en la fiebre amarilla, cuyo diagnóstico
al respecto es que las partes componentes de las               clínico con frecuencia se confundía –y por mucho
teorías microbianas estaban como ‘imantadas’ por               tiempo aún se confundiría– con el de las fiebres
el campo de fuerza de la medicina tropical. Nuevos             causadas por el protozoario descubierto veinte
eslabones vivos se encajaban en las construcciones             años antes por Laveran. El descubrimiento de Ross
elaboradas para explicar la transformación extra-              y el de los italianos hicieron posible el proyecto,
corporal del microbio de la fiebre amarilla. En                que defendía en Inglaterra Patrick Manson, de in-
las teorías existentes, el medio exterior era un               vertir en la formación de médicos habilitados para
agente compuesto, orgánico e inorgánico, urbano                luchar en lo que llamó “medicina tropical”. Ya en
4 Sobre el papel de las moscas y de los microbios en el ima-   1898, comenzó a funcionar la Liverpool School of
ginario de la población norteamericana, ver Tomes (29).
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Tropical Diseases y, al año siguiente, la London         fección malárica”, escribieron Durham y Myers,
School of Tropical Medicine (31-33).                     “algún medio de transmisión que involucre a un
       El 30 de junio de 1900, Herbert Edward            hospedero intermedio –un hospedero amante de
Durham y Walter Myers, integrantes de la 4ª expe-        la ciudad para esa enfermedad que ama, también,
dición ultramarina de la Escuela de Liverpool, se        a la ciudad, es más plausible de lo que podría su-
dirigieron a Brasil para investigar la fiebre amarilla   ponerse” (34).
en la región amazónica. Llevaban la hipótesis de                En su primera comunicación, Walter Reed
su transmisión por mosquitos, que obtuvo mayor           atribuiría el súbito interés por el mosquito, sobre
consistencia en La Habana, donde confabularon            todo, a la lectura de Carter. Para Löwy (35) y
con los miembros de la misión americana (Walter          Delaporte (27), fue, en realidad, despertado por
Reed, su jefe, James Carroll, Jesse William Lazear       la yuxtaposición de las observaciones de Carter
y Aristides Agramonte). Estuvieron también con el        con la hipótesis de Finlay hecha por Durham y
mayor William Crawford Gorgas, jefe del Bureau           Myers. La sensación que provoca la lectura del
of Inspection of Infectuous Diseases; con Henry          primer artículo de éstos es que, si los americanos
Rose Carter, del U. S. Marine Hospital Service; y        no hubiesen abrazado la teoría del médico cubano,
también con médicos cubanos: Finlay, Juan Guite-         ella habría sido justificada por los ingleses en el
ras Gener, profesor de la Escuela de Enfermedades        norte de Brasil.
Tropicales de La Habana, y los doctores Bango y                 En agosto de 1900, después del paso de los
Martínez, clínicos de la ciudad.                         mismos, Lazear inició las experiencias con mos-
       En un artículo publicado en septiembre de         quitos proporcionados por Finlay, mientras Carrol
1900 (34), Durham y Myers expresaron su escep-           y Agramonte proseguían los estudios (entonces
ticismo en relación con el bacilo que perseguían         prioritarios) sobre el supuesto bacilo de la fiebre
los norteamericanos. Entre las numerosas evi-            amarilla. En septiembre, Lazear falleció como con-
dencias conflictivas respecto a la fiebre amarilla,      secuencia de una picadura accidental. A toda prisa,
enfatizaban aquellas contrarias a la contagiosidad:      Reed redactó la Nota Preliminar mencionada arriba
ni el contacto con enfermos y sus fomites, ni las        (36) e inició experiencias mejor controladas para
necropsias contaminaban al personal médico no            probar que el mosquito –después clasificado como
inmune; cargas en navíos no transportaban la en-         Stegomyia fasciata (actual Aedes aegypti)– era
fermedad. Parecía casi cierto que el enfermo podía       el hospedero del “parásito” de la fiebre amarilla,
infectar la casa en que vivía. En brotes ocurridos       que el aire no transmitía la enfermedad y que los
en el Mississippi, en 1898, Carter había podido de-      fomites no eran contagiosos.
terminar el tiempo transcurrido entre la aparición              Cuando Gorgas inició la campaña contra
de casos infecciosos y casos secundarios: de 14          el transmisor en La Habana, las comisiones sa-
a 21 días. En la casa infectada, la exposición por       nitarias en São Paulo ya combatían las larvas del
algunas horas podía contagiar la enfermedad, con         mosquito. En 1902-1903, Adolpho Lutz y Emilio
incubación normal de 4 a 5 días. Estas duraciones        Ribas, directores respectivamente del Instituto
sugerían “el desarrollo del factor infeccioso en         Bacteriológico y del Servicio Sanitario de São
el interior o alrededor de algún agente o materia        Paulo, reprodujeron las experiencias de Reed en
que se encuentra en el domicilio”. Aunque no             la capital paulista para neutralizar las reacciones
conociese su naturaleza, “la teoría propuesta por        contra la llamada “teoría habanera” de médicos
Finlay, de La Habana, hace unos veinte años, de          alineados con bacilos y hongos incriminados hasta
que la enfermedad se disemina por intermedio de          entonces (37).
mosquitos deja de parecer tan fantasiosa a la luz               En otros lugares serían verificados los re-
de los recientes descubrimientos relativos a la in-      sultados de la comisión Reed. La marina norte-

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                                                                           Fiebre amarilla en Brasil
americana envió a Veracruz, México, a Herman            námicas de la medicina tropical, la protozoología.
B. Parker, George E. Beyer y Oliver L. Pothier.         Concomitantemente, parasitólogos, bacteriólogos,
En Río de Janeiro, estuvieron Hans Erich Moritz         zoólogos, veterinarios y botánicos reconfiguraban
Otto y Rudolf Otto Neumann, del Instituto de En-        la red de actores que colaboraban o competían en la
fermedades Marítimas y Tropicales, recién creado        búsqueda de transmisores alados de enfermedades
en Hamburgo. Por un tiempo más largo, permane-          semejantes a la malaria y a la fiebre amarilla.
cieron en la capital brasileña tres investigadores             La historiografía destaca el hecho de que la
del Instituto Pasteur de París: Émile Marchoux,         comisión Reed no consiguió probar que el agente
Paul-Louis Simond y Alexandre Tourelli Salim-           de esta última era un “virus filtrable”, pero es un
beni (35, 37).                                          anacronismo proyectar sobre este concepto el ac-
      Para Nuno de Andrade (38), director de la         tual, de virus. En la época de Reed, la filtrabilidad
recién creada Dirección General de Salud Pública,       no era incompatible con los supuestos ciclos de
el descubrimiento de Finlay apenas sumaba un            vida de protozoarios. Trabajos sobre el paludismo
elemento nuevo a la profilaxis de la fiebre amarilla.   habían diseminado la suposición de que el agente
“Confieso que la hipótesis de la inexistencia del       de la fiebre amarilla era un parásito similar al de
germen de la fiebre amarilla en el medio externo        Laveran. El propio Finlay la defendió en abril de
me perturba seriamente,” –declaró- “porque los          1903 (39). Los médicos de la marina norteamerica-
documentos científicos y nuestra propia observa-        na identificaron, en el organismo de Stegomyia fas-
ción ha acumulado un mundo de hechos que serán          ciata, el Myxococcidium stegomyiae (40). Simond
totalmente inexplicables si las deducciones de la       (41), en Río de Janeiro, también se concentró en
profilaxis americana fueran aceptados integral-         un microsporidio del género Nosema, localizado
mente”. La indeterminación del microbio dejaba          en el tubo digestivo de Stegomyia.
expuesta la teoría habanera a dudas perturbadoras.             La expedición de la Escuela de Medicina
Nuno de Andrade consideraba la guerra al mosqui-        Tropical de Liverpool desarrolló sus actividades
to en Cuba mera “obra de remate” de las medidas         en Belém do Pará en medio de este viraje, entre
sanitarias que las autoridades militares habían eje-    agosto de 1900 y mayo de 1901. La investigación
cutado antes. Eso fue el centro de la confrontación     pronto salió del rumbo previamente demarcado:
que se dio en el Quinto Congreso Brasileño de           Durham y Myers resbalaron hacia adentro de aquel
Medicina y Cirugía, realizado en Río de Janeiro, a      caldo de teorías bacteriológicas conflictivas que
mediados de 1903. Los partidarios de la teoría de       venían minando el campo médico con controver-
Finlay, liderados por Oswaldo Cruz, llamados “ex-       sias que paralizaban cualquier acción contra la
clusivistas”, hicieron de todo para obtener el aval     enfermedad (42).
de la corporación médica a la nueva estrategia de              Llegaron a Belém el 24 de agosto de 1900
combate a la fiebre amarilla, enfrentando cerrada       y su laboratorio fue instalado en el hospital recién
oposición de los “no convencidos”.                      inaugurado con el sugestivo nombre de ‘Domingos
                                                        Freire’. Cinco meses después, los dos contrajeron
Etiología de la fiebre amarilla: ¿bacilo o pro-         fiebre amarilla y Myers falleció el 20 de enero de
tozoario?                                               1901.
      En la coyuntura anterior, el ántrax y, en                Antes de partir hacia Brasil, habían elabo-
seguida, el cólera y la fiebre tifoidea sirvieron de    rado un programa de investigación para develar
modelo a los cazadores del microbio de la fiebre        la etiología de la enfermedad, ámbito ya saturado
amarilla. Ahora, esa búsqueda estaría pautada por       de teorías controvertidas. El estudio “tendrá que
otras enfermedades, especialmente aquellas estu-        comenzar desde cero (…). Que existe un microbio
diadas por una de las áreas de investigación más di-    de la fiebre amarilla no hay dudas. Sea de natu-

                                                         Vol. 21, No. 3, septiembre-diciembre de 2010
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Benchimol

raleza protozoaria o bacteriana, tendremos que           ahora”. En compensación, escribió Durham, “el
empeñarnos para definir su modo de transmisión           esfuerzo para demostrar la transmisión de hombre
y su modo de vida en el mundo externo” (43).             a hombre de la fiebre amarilla por medio de un
       Los conocimientos sobre las patologías            tipo particular de mosquito, por la reciente Co-
causadas por parásitos animales y la especifici-         misión Americana, es difícilmente inteligible en
dad geográfica de la fiebre amarilla sugerían un         las enfermedades bacilares. Además, no parece
protozoario. Por otro lado, el curso rápido de la        (…) satisfacer condiciones endemiológicas. Nos
enfermedad y la subsecuente inmunidad eran               proponemos tratar más extensamente sobre la en-
compatibles con especies bacterianas. Para los mé-       demiología y la epidemiología de la enfermedad
dicos de Liverpool, desde este punto de vista, las       en una ocasión posterior” (44).
patologías que mejor se prestaban a una analogía                 Durham dejó Belém do Pará en mayo de
eran el botulismo y el tétanos. Una bacteria que         1901 y no volvió más a ocuparse de la fiebre ama-
causara condición septicémica o que se encontrase        rilla, pero el 19 de abril de 1905 desembarcaron en
en gran número en los tejidos, como en la peste          Manaos, capital del estado de Amazonas, otros dos
bubónica, no habría escapado al reconocimiento de        investigadores de la Escuela de Liverpool, Harold
los investigadores. En 1897, el belga Emile Pierre       Howard Shearme Wolferstan Thomas y Anton
van Ermengen consiguió encontrar el Bacillus bo-         Breinl. Su misión era investigar aún la enfermedad
tulinus (Clostridium botulium) en los órganos de         y establecer un laboratorio en la región.
casos mortales, pero en números muy bajos. Aun                   En el intervalo entre la 4ª y esta 15ª expedi-
así, consiguió reproducir la enfermedad por la ab-       ción, transcurrieron procesos muy dinámicos en
sorción de la toxina a través del canal alimentario,     los ámbitos de la fiebre amarilla y de la medicina
induciendo en el hígado del animal una alteración        tropical.
grasosa de las más intensas (lesión igualmente ca-               Adolpho Lutz fue uno de los primeros que
racterística de la fiebre amarilla). Por otro lado, lo   integró la red internacional formada en 1899 por
que Durham había verificado respecto a las vías de       el Museo Británico, con el objetivo de registrar
infección en la nagana, como miembro de la Tsetse        en el mundo entero a los mosquitos que pudiesen
Fly Disease Committee (1896), podría aplicarse           transmitir enfermedades. Durante todo el siglo
a la fiebre amarilla: el microorganismo podría           XIX, habían sido descritas apenas 42 especies en
encontrarse con más facilidad en el sitio primario       el ámbito de la familia de los culicídeos. Solamente
de la infección o en sus cercanías (42).                 en la primera década del siglo XX, fueron más
       En febrero de 1901, Durham publicó en The         de doscientas especies nuevas, la mayoría descu-
British Medical Journal las conclusiones a las que       biertas por Theobald, Lutz y un entomólogo del
había llegado con su compañero recién fallecido y        Museo Nacional de Washington, Daniel William
que se mantendrían en el informe definitivo (43).        Coquillett (45,46).
En los órganos de los 15 casos que habían pasado                 En 1899, Lutz comenzó a estudiar la dis-
por autopsia, habían encontrado no un protozoario,       tribución de Culex taeniatus y Culex fatigans,
sino un bacilo, probablemente el mismo microor-          inquilinos frecuentes en las viviendas humanas.
ganismo descrito por Sternberg, Freire y Carmona         Rápidamente concluyó que el primero era el único
y Valle. Según Durham, no lo habían reconocido           capaz de explicar la distribución de la fiebre amari-
porque se teñía con dificultad y, con dificultad         lla en São Paulo. La especie fue descrita con varios
también, crecía en medio artificial. “Creemos que        nombres en todos los lugares donde reinaba la en-
las evidencias a favor de la significación etiológica    fermedad. En 1901, al crear el género Stegomyia,
del pequeño y delgado bacilo son más robustas            Theobald incluyó las especies de Culex asociadas
que cualquier otra que se haya presentado hasta          con la transmisión de la fiebre amarilla, incluso

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