La integración sudamericana en perspectiva. Problemas y dilemas - Documento de proyecto
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Documento de proyecto La integración sudamericana en perspectiva. Problemas y dilemas Fernando Porta Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Este documento fue elaborado por Fernando Porta, investigador del Centro REDES-CONICET y consultor de la Oficina de CEPAL en Buenos Aires, con la colaboración de Pablo Moldovan, investigador del Centro REDES-CONICET, en el marco del programa de trabajo de la Oficina (2008). Las opiniones expresadas en este documento, que no ha sido sometido a revisión editorial, son de exclusiva responsabilidad del autor y pueden no coincidir con las de la Organización. Publicación de las Naciones Unidas LC/W.211 LC/BUE/W.32 Copyright © Naciones Unidas, septiembre de 2008. Todos los derechos reservados Impreso en Naciones Unidas, Santiago de Chile La autorización para reproducir total o parcialmente esta obra debe solicitarse al Secretario de la Junta de Publicaciones, Sede de las Naciones Unidas, Nueva York, N. Y. 10017, Estados Unidos. Los Estados miembros y sus instituciones gubernamentales pueden reproducir esta obra sin autorización previa. Sólo se les solicita que mencionen la fuente e informen a las Naciones Unidas de tal reproducción.
CEPAL – Colección Documentos de proyectos La integración sudamericana en perspectiva. Problemas y dilemas Índice Resumen .................................................................................................................................. 5 I. El mercado común del sur ....................................................................................................... 7 1. Evolución histórica y comercial reciente del Mercosur .................................................... 7 2. El patrón de comercio y el impacto de las inversiones .................................................. 12 2.1 El perfil de especialización y los procesos de reestructuración intra-firma............ 13 2.2 Las dificultades del proceso de complementación productiva ............................... 14 2.3 La reversión del saldo en el comercio argentino-brasileño.................................... 17 3. Algunas dinámicas novedosas....................................................................................... 19 3.1 La adhesión de Venezuela al Mercosur: ¿factor de integración o de desestabilización? .......................................................................................... 19 3.2 Las inversiones brasileñas en Argentina: ¿un nuevo eje de complementación privado?..................................................................................... 21 3.3 Fondos estructurales y foros de competitividad: ¿un nuevo eje de coordinación de políticas? .......................................................................................... II. La Comunidad Andina de Naciones ..................................................................................... 25 1. Evolución de la Comunidad Andina de Naciones .......................................................... 25 2. Tendencias del comercio y la inversión en la Comunidad Andina de Naciones ....................................................................................................... 30 2.1 El patrón de comercio............................................................................................. 30 2.2 La inversión y los procesos de completación productiva ....................................... 34 3. La agenda actual de la Comunidad Andina de Naciones y los tratados bilaterales con Estados Unidos........................................................................ 39 III. Problemas de la integración sudamericana........................................................................... 43 1. Condiciones para la diversificación productiva y la complementación regional ............ 43 3
CEPAL – Colección Documentos de proyectos La integración sudamericana en perspectiva. Problemas y dilemas 2. Una evaluación a partir de la experiencia del Mercosur................................................ 46 2.1 Las políticas de promoción..................................................................................... 46 2.2 Asimetrías y problemas de coordinación ............................................................... 46 2.3 El predominio de los incentivos “perversos”........................................................... 48 3. Una mirada al caso andino ............................................................................................ 50 4. La fragilidad de los proyectos de unión aduanera ......................................................... 51 IV. Dilemas de la integración sudamericana............................................................................... 53 1. Los tratados de libre comercio bilaterales ..................................................................... 53 2. La cooperación en infraestructura y energía ................................................................. 54 3. La profundización de las uniones aduaneras ................................................................ 56 V. Nota final ................................................................................................................................ 61 Bibliografía..................................................................................................................................... 63 4
CEPAL – Colección Documentos de proyectos La integración sudamericana en perspectiva. Problemas y dilemas Resumen La crisis que predominó en la mayoría de las economías sudamericanas entre finales de la década pasada y principios de la actual alcanzó también a los dos proyectos de unión aduanera que conviven en el sur del continente, la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y el Mercosur. Repitiendo su tradicional comportamiento pro-cíclico, el comercio intra regional se redujo en forma severa; paralelamente, las respectivas negociaciones sumaron nuevos conflictos y el incumplimiento de algunas de las normas y estándares previamente acordados deterioró la calidad institucional de ambos acuerdos y sembró fundadas incertidumbres sobre las perspectivas del pretendido proceso de profundización de la integración regional. La recuperación de las economías en los últimos tres o cuatro años, en un contexto de fuerte crecimiento en toda la región, le devolvió cierto dinamismo a los intercambios intrazona, modificando una de las condiciones que dificultaban el avance de las respectivas agendas integracionistas. Sin embargo, la mejora de la situación económica y comercial no ha sido suficiente para relanzar la marcha institucional; por el contrario, con rasgos diferentes, ambos procesos atraviesan por una coyuntura crítica. La CAN presenta signos de disolución y el Mercosur transita por un fuerte debate interno sobre su diseño estratégico. Con influencia y peso específico diverso, se combinan tres factores en la explicación de la conflictiva situación actual en ambos esquemas. Probablemente el más importante sea la insatisfacción acumulada sobre su trayectoria de largo plazo: los beneficios potenciales de la integración aparecen sólo muy morosamente y su distribución ha sido desigual; más aún, las asimetrías existentes entre los socios han tendido a acentuarse. Un segundo factor es el cuestionamiento al paradigma de desarrollo predominante en la década pasada: las reformas pro mercado, que informaron también el diseño y la gestión de los programas regionales, no produjeron la trayectoria de competitividad esperada por sus ejecutores; en este contexto, la racionalidad de la integración es objeto de debate. El tercer factor es el pronunciado bilateralismo de Estados Unidos –actor clave en la región- y Europa, que contrasta con la coyuntura de impasse en el plano multilateral y la propia situación de estancamiento de los procesos regionales en Sudamérica; esta presión ha comenzado a sumar efectos disruptivos sobre la CAN –muy marcadamente- y sobre el Mercosur. Muy sintéticamente, puede afirmarse que lo que está en crisis es la posibilidad misma de constituir uniones aduaneras en esta parte del continente. En este documento, se analiza la situación actual de ambos esquemas de integración, enfatizando la consideración de los problemas de diseño y de coordinación de políticas que han 5
CEPAL – Colección Documentos de proyectos La integración sudamericana en perspectiva. Problemas y dilemas perjudicado el alcance de los beneficios esperados, al tiempo que acentuaron los costos del ajuste estructural implícito; en función de estos antecedentes, se discuten las perspectivas abiertas por el nuevo escenario. Las dos primeras secciones tratan la evolución histórica y reciente del Mercosur y la CAN, respectivamente, considerando las dimensiones de comercio, inversión y complementación productiva. En la tercera sección se analizan, precisamente, las limitaciones encontradas por el proceso de diversificación y complementación regional, revisando particularmente el caso del Mercosur y señalando algunos rasgos equivalentes o similares que se han presentado en el esquema andino. En la cuarta sección se examinan los probables efectos de las negociaciones bilaterales y algunas nuevas iniciativas que, al menos por el momento, son más representativas de esfuerzos de cooperación en rubros específicos que de un rediseño estratégico claro; complementariamente, se sugieren algunas líneas de acción para revitalizar los intentos de una integración profunda. La nota final, más allá de la convicción sobre la necesidad de retomar este último camino, refleja el escepticismo sobre su factibilidad política. 6
CEPAL – Colección Documentos de proyectos La integración sudamericana en perspectiva. Problemas y dilemas I. El mercado común del sur 1. Evolución histórica y comercial reciente del Mercosur Desde principios de los años noventa, en el marco de reformas comerciales que instalaron condiciones de economía abierta, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay experimentaron un fuerte crecimiento de su comercio exterior; entre 1991 y 2006, las exportaciones totales de los cuatro países, tomados en conjunto, se incrementaron en un 313,4%, mientras que sus importaciones lo hicieron en un 309%. La contemporánea constitución del Mercosur1 y la implementación de un rápido programa de desgravación arancelaria entre los socios del esquema contribuyeron a facilitar y consolidar ese desempeño; de hecho, los inicios del proceso de integración trajeron consigo un incremento del comercio entre los países del bloque superior al registrado con terceros. De esta forma, los intercambios intra Mercosur fueron ganando sostenidamente participación en los totales comerciados por los países miembros. El período comprendido entre los años 1991 y 1998 concentra la primera gran expansión del comercio entre los socios. En este lapso, las exportaciones intra-bloque crecieron a un promedio anual de 22,6%, casi cuadruplicando el ritmo de incremento de las ventas hacia otros mercados, que fue del 6%. Por su parte, las importaciones entre los socios del bloque se expandieron a razón del 20,6% anual, en promedio, superando también, aunque con mucho menor margen, al crecimiento de los abastecimientos con origen en extrazona, que fue del 16,5% promedio. Como resultado de estos diferentes dinamismos relativos, la interdependencia comercial entre los socios pasó del 11,1% en 1991 al máximo histórico de 25% registrado en 1998. Por el lado de las importaciones, la participación del comercio intra Mercosur en el total de compras externas de los socios se incrementó en el mismo período de 18,8% a 23%. Puede decirse que, en un período en el que los países del Mercosur acumularon déficit comerciales importantes con el resto del mundo, la dinámica del mercado regional facilitó el surgimiento de una corriente exportadora que tuvo efectos relativamente compensatorios. 1 En marzo de 1991, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay firmaron el Tratado de Asunción, acordando la conformación del Mercado Común del Sur. En ese mismo acto se estableció un programa de desgravación arancelaria para el comercio interno y se comprometió la puesta en funcionamiento de un arancel externo común a partir de enero de 1995. 7
CEPAL – Colección Documentos de proyectos La integración sudamericana en perspectiva. Problemas y dilemas Quedó dicho que la evolución del comercio intra y extra bloque refleja, esencialmente, el ritmo y los volúmenes de las transacciones que tienen a Argentina o Brasil como protagonistas; ambos, en conjunto, suman a lo largo de este período más del 90% de las exportaciones. Ahora bien, no todos los socios sacaron igual partido de la ampliación y crecimiento del mercado regional en este período; si bien es cierto que los cuatro países incrementaron sus exportaciones regionales, sólo Argentina ganó participación relativa, pasando de contribuir con el 38,7% de las ventas intra-bloque en 1991 a superar el 46% en 1998. Los otros tres países perdieron participación en las exportaciones al mercado regional, siendo esta tendencia particularmente marcada para Uruguay y Paraguay, las dos economías más pequeñas, que vieron reducirse su ponderación relativa a menos de la mitad de los guarismos iniciales. Por otra parte, Argentina y Brasil también ampliaron su participación como socios compradores, aunque lo hicieron en fases distintas: Argentina tendió a absorber más importaciones originadas en sus socios hasta 1994 y Brasil pasó a ser la “locomotora” del esquema desde 1995. Los ciclos económicos internos de las economías más grandes impusieron así su sello a la evolución del mercado regional. Hacia 1998, el Mercosur era considerado el caso más exitoso del nuevo “regionalismo abierto”; si bien subsistían algunas críticas sobre el nivel arancelario de los segmentos más protegidos (más de 30% para automotores y algunos bienes de capital), se reconocía que el promedio arancelario (menos de 13%) era moderadamente bajo y, sobretodo, muy inferior al vigente en los países miembros sólo diez años atrás. Además, aquella evaluación se fundaba, principalmente, sobre el notable desempeño comercial externo y sobre la muy dinámica evolución de los intercambios intrazona. Sin embargo, hacia finales de la década de los noventa, un conjunto de factores, entre los que destacan particularmente la volatilidad cambiaria de las principales economías del bloque y las crisis recesivas que afectaron a la región hasta 2003, impactó negativamente sobre los flujos comerciales de los socios, reduciendo la interdependencia comercial previamente alcanzada. A partir de 1999 y hasta 2002, las exportaciones destinadas al mercado común cayeron cerca de un 33% (a razón de 8,1% cada año). Por el contrario, las exportaciones de los países del Mercosur al resto del mundo se expandieron en el mismo período a una tasa anual promedio de 6,8%, para sumar una variación positiva total de 34,6%; como resultado de estas tendencias contrarias, en esos tres años la participación relativa de las ventas intrazona en las exportaciones totales del bloque se desplomó hasta registrar un 11,4% en 2002, sólo tres décimas por encima del nivel de 1991. GRÁFICO 1 EXPORTACIONES DEL MERCOSUR 1991-2006 (Millones de dólares FOB) 200 000 180 000 160 000 140 000 120 000 100 000 80 000 60 000 40 000 20 000 0 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006* Extrabloque Intrabloque Fuente: elaborado sobre la base de datos del Ministerio de Economía Argentina, BCB, BCU, BCP y CEI. 8
CEPAL – Colección Documentos de proyectos La integración sudamericana en perspectiva. Problemas y dilemas Del lado de las importaciones, en cambio, el movimiento fue homogéneo: tanto las compras a intrazona como las realizadas al resto del mundo declinaron abruptamente. Entre 1999 y 2002, las importaciones totales del bloque cayeron casi 30%; ciertamente, fue mayor el descenso de las importaciones de intrazona, 13,8% de variación anual negativa en promedio, frente a una tasa de -8,1% registrada para las importaciones provenientes del resto del mundo. La crisis recesiva predominante en el mercado regional, compartida por los cuatro países aunque con las expresiones más extremas en Argentina y Uruguay, explica el tipo de ajuste observado en el comercio exterior. A partir de la maxidevaluación brasileña de principios de 1999 y de la evidencia de los desequilibrios acumulados en Argentina en el marco de su rígido régimen monetario y su alto nivel de endeudamiento, el Mercosur ingresó en una espiral de volatilidad cambiaria y, principalmente, de caída de los niveles de actividad y demanda interna. Las importaciones cayeron como consecuencia, fundamentalmente, del ajuste recesivo, mientras las exportaciones hacia fuera de la región mantuvieron su dinamismo, en parte, por haber mejorado su competitividad-precio, pero también, en gran parte, por un comportamiento contracíclico. En este contexto, el mercado regional dejó de funcionar como un vector dinámico del crecimiento de los socios para transformarse en un escenario de fuertes controversias comerciales y de progresivo incumplimiento de la normativa comunitaria. Las economías del Mercosur gestionaron la crisis a partir de un realineamiento cambiario importante, la generación de superávit fiscal permanente y la reducción del peso de los servicios financieros sobre sus flujos externos. A partir de la mayor consistencia de este cuadro macroeconómico interno, favorecidos por la situación de altos precios internacionales para varios de sus principales productos de exportación, y contando con amplios márgenes de capacidad instalada ociosa, los cuatro países han venido protagonizando desde 2003 un proceso de recuperación que, en espejo de la situación previa, tiene a Argentina como el caso más extremo. En estas condiciones, el mercado regional ha vuelto a recuperar cierto dinamismo, aunque con un comportamiento bastante diferente al de su anterior etapa de auge en los noventa. GRÁFICO 2 IMPORTACIONES DEL MERCOSUR 1991-2006 (Millones de dólares CIF) 140 000 120 000 100 000 80 000 60 000 40 000 20 000 0 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006* Extrabloque Intrabloque Fuente: elaborado sobre la base de datos del Ministerio de Economía Argentina, BCB, BCU, BCP y CEI. 9
CEPAL – Colección Documentos de proyectos La integración sudamericana en perspectiva. Problemas y dilemas Entre 2003 y 2006, las exportaciones totales originadas en los países del bloque crecieron a tasas inéditas para la región, del orden de un 22% de promedio anual; no sólo los buenos precios internacionales explican esta trayectoria, también la emergencia de nuevos y muy dinámicos mercados, saltos de productividad considerables en algunos sectores productivos internos y, por supuesto, las mejoras de competitividad generadas por la política cambiaria. Esta fase expansiva del sector externo del bloque ha sido, nuevamente, acompañada por un comportamiento relativamente más dinámico de las transacciones intrazona; las exportaciones entre los países del Mercosur se incrementaron a razón de 26,1% anual en este período, por lo que la participación de las ventas intrazona ha alcanzado a representar el 13,5% del total en 2006. Es evidente que, en la presente fase, las exportaciones, en general, están jugando un rol dinamizador del crecimiento agregado de estas economías; el mercado regional ha vuelto a ser parte de este vector de arrastre, pero sin asumir el protagonismo central y casi excluyente que tuvo en la década pasada. La recuperación de la demanda interna ha estimulado el crecimiento de las importaciones; luego de sostener un crecimiento anual promedio algo superior al 22%, las compras externas de los países del Mercosur considerados en conjunto ya casi duplican en el 2006 los volúmenes del crítico 2002 y son casi un 30% más elevadas que las registradas en el pico del nivel de actividad de los noventa, previo a la crisis. Es evidente que el realineamiento cambiario no tuvo, en general, un efecto desalentador de las importaciones, aunque quizás sí, para algunos países del bloque, algún impacto sobre la composición de sus proveedores. Hay que señalar que las importaciones de intrazona se expandieron en este período a una tasa media anual del 28%, bastante más elevada que la registrada por las compras realizadas a otros destinos, cuyo rango fue de 19,6% en promedio. De modo tal que la participación relativa de las importaciones provenientes del Mercosur se ha recuperado rápidamente y ya ha alcanzando en 2006 el 22,7% del total. GRÁFICO 3 PARTICIPACIÓN DE LOS SOCIOS EN LAS EXPORTACIONES INTRACOMUNITARIO (En porcentaje) 100 5,98 4,29 7,58 3,50 4,69 90 3,43 80 70 40,70 47,25 51,68 60 50 40 30 49,82 20 41,74 39,34 10 0 1991-1998 1999-2002 2003-2006 Argentina Brasil Paraguay Uruguay Fuente: elaborado sobre la base de datos del Ministerio de Economía Argentina, BCB, BCU, BCP y CEI. La novedad más importante dentro de este escenario de recuperación del comercio está en el desempeño de Brasil sobre el mercado regional vis-à-vis sus socios Mercosur. Tras la crisis, la 10
CEPAL – Colección Documentos de proyectos La integración sudamericana en perspectiva. Problemas y dilemas economía brasileña se ha transformado en el principal exportador dentro del bloque, totalizando en 2006 un 54% de las ventas que se realizan dentro del mercado ampliado. Paraguay y Uruguay no han dejado de ver declinar su participación relativa, tal como en la década anterior, en tanto que Argentina, antes el mayor beneficiario del crecimiento del mercado regional, ha disminuido su share en varios puntos porcentuales. En otros términos, Brasil parece haber salido de la crisis con mayor capacidad competitiva que sus socios regionales; si se considera que, en los últimos tres años, la moneda brasileña ha tenido un proceso de apreciación relativa en relación con las restantes del Mercosur, particularmente frente el peso argentino, hay que concluir que sus ganancias de competitividad deben responder más a razones de tipo estructural o microeconómico. La otra cara de esta situación está en el efecto de absorción que cada uno de los países del Mercosur supone para sus socios regionales. Los tres países de menor talla han aumentado su participación relativa en las compras intrazona, mientras que Brasil –sin dejar de ser un destino voluminoso- continúa perdiendo importancia relativa como mercado para los productos de la región. Esta situación se ha hecho más manifiesta para el caso de Argentina, que en el 2006 absorbe ya el 46,3% de todas las importaciones intra-bloque; Paraguay acusa también registros en alza y Uruguay ha estabilizado su ponderación como comprador en el orden del 8%. Está claro que el Mercosur es un esquema de integración regional con marcadas diferencias de tamaño en las economías que forman parte; Brasil tiene una talla económica que multiplica, aproximadamente, por 5, 50 y 100 veces a la de Argentina, Uruguay y Paraguay, respectivamente. En estas condiciones, si la economía líder no funciona como locomotora del conjunto y, en cambio, acumula mayores partes del mercado regional, lo más probable es que se generen fuertes resistencias al proceso. Las quejas actuales de las dos economías más pequeñas por la ausencia de consideración de las asimetrías estructurales y los reclamos argentinos por las medidas promocionales brasileñas resultan una expresión de estas tensiones. GRÁFICO 4 PARTICIPACIÓN DE LOS SOCIOS EN LAS IMPORTACIONES INTRACOMUNITARIAS (En porcentaje) 100 10,02 9,14 8,00 90 5,72 8,37 9,03 80 70 37,12 60 42,31 47,68 50 40 30 46,52 20 38,65 37,46 10 0 1991-1998 1999-2002 2003-2006 Argentina Brasil Paraguay Uruguay Fuente: elaborado sobre la base de datos del Ministerio de Economía Argentina, BCB, BCU, BCP y CEI. 11
CEPAL – Colección Documentos de proyectos La integración sudamericana en perspectiva. Problemas y dilemas 2. El patrón de comercio y el impacto de las inversiones La participación de las exportaciones intra Mercosur en el total de sus ventas externas muestra un comportamiento inestable a lo largo del período. Tras una gran expansión en el período 1991- 1998, en el que se alcanza a superar una ponderación del 25%, las ventas entre los socios se desploman, regresando en 2002 al nivel inicial apenas superior al 10%. En gran medida, esta tendencia es resultado del descenso de la absorción por parte de Brasil, pero hay también una contribución proporcional de las situaciones recesivas en los otros tres países. Al igual que en el caso de la Comunidad Andina, los socios del Mercosur ven declinar en forma más abrupta las importaciones provenientes del mercado ampliado que las de proveedores extrazona situación que podría estar reflejando no sólo la distinta elasticidad ingreso de los productos provistos por los socios, respecto de aquellos adquiridos fuera de la región, sino también la incapacidad del proceso de integración de sustituir importaciones de carácter vital para el desarrollo de las economías del bloque. GRÁFICO 5 PARTICIPACIÓN DE LAS EXPORTACIONES Y LAS IMPORTACIONES INTRA-BLOQUE EN EL COMERCIO TOTAL, 1991-2006 30 25 20 15 10 5 0 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006* Exportaciones Importaciones Fuente: elaborado sobre la base de datos del Ministerio de Economía Argentina, BCB, BCU, BCP y CEI. Hacia 2003, superada la peor etapa de la crisis, las exportaciones con destino al Mercosur comienzan a recuperarse, aunque están lejos no sólo de igualar los mejores registros de la década del noventa, sino también de exhibir un dinamismo comparable. El desempeño exportador de los países del Mercosur en los últimos años –que muestra saltos significativos- se sustenta principalmente en la relación con terceros mercados. La participación de las importaciones intra- bloque refleja, en cambio, un menor grado de fluctuación; en líneas generales, su evolución, al igual que la de las importaciones originadas en el resto del mundo, acompaña al ciclo económico de los países miembros. Cabe recordar que, en virtud de los tamaños relativos de estas economías, estas tendencias agregadas resultan, fundamentalmente, del comportamiento de los flujos comerciales correspondientes a Argentina y Brasil. 12
CEPAL – Colección Documentos de proyectos La integración sudamericana en perspectiva. Problemas y dilemas 2.1 El perfil de especialización y los procesos de reestructuración intra-firma La mayor interdependencia generada entre las economías del Mercosur no se circunscribió al plano comercial, sino que fue acompañada por algunas tendencias de especialización y complementación inter e intra-sectoriales, movimientos de relocalización de actividades existentes y la instalación de nuevas, con ritmo diverso a nivel sectorial. Esta evolución se tradujo en el aumento de las corrientes de inversión asociadas al mercado ampliado –principalmente, en las etapas de auge económico-, en algunos procesos de reestructuración a nivel sectorial y en la consideración de la variable Mercosur como un elemento decisivo en la definición de la estrategia microeconómica de las firmas. Al mismo tiempo, estos movimientos tendieron a subrayar un perfil de especialización dual en los países miembros –con la excepción de Paraguay por su economía escasamente diversificada-, en el que el mercado regional cumple un papel preponderante en las tendencias de internacionalización del sector manufacturero. La composición de las exportaciones regionales muestra diferentes sesgos relativos de especialización, según los mercados de destino. Por ejemplo, entre las ventas argentinas al resto del mundo, predominan ampliamente las exportaciones de base agraria, sean materias primas o manufacturados derivados; en la pauta exportadora al Mercosur (y a Brasil), en cambio, fue creciendo paulatinamente un componente de manufacturas de origen industrial. En el caso brasileño, se reproduce una tendencia relativamente similar: la fuerte participación relativa que sobre sus ventas al Mercosur (y a la Argentina, en particular) tienen los productos industrializados de mayor grado de elaboración contrasta con la importante ponderación de los productos básicos y semi-manufacturados entre sus exportaciones al resto del mundo. El análisis del contenido factorial y tecnológico de las exportaciones regionales lleva a observaciones similares. En ambos países, el perfil de especialización en relación al mercado mundial se afirma en industrias basadas en recursos agrícolas y trabajo intensivas, con un predominio casi exclusivo de actividades de baja y media-baja tecnología para el caso argentino, y en industrias basadas en recursos agrícolas, intensivas en economías de escala y en trabajo, con una participación menos concentrada en actividades de baja, media-baja y media-alta intensidad tecnológica para el caso brasileño. El perfil de exportaciones hacia el Mercosur, en cambio, tiene un mayor componente de industrias intensivas en escala y de proveedores especializados (intensivas en mano de obra calificada), con una ponderación mayor de las actividades de media- alta y media-baja tecnología tanto para Argentina como para Brasil. Estas tendencias del comercio revelan la maduración de algunos emprendimientos industriales asociados a la lógica del mercado ampliado. En el caso de los intercambios entre Argentina y Brasil, las ramas manufactureras en las que se registran flujos de comercio administrado y de tipo intra-firma lideraron el proceso de emergencia de nuevas exportaciones. Los índices más altos de comercio intraindustrial se registran en los sectores de material de transporte (casi exclusivamente, vehículos automotores y sus partes) y químicos; se presentan también flujos considerables en las ramas de neumáticos, material fotográfico, aluminio, papel y cartón y algunos segmentos del complejo textil. Es probable que, en estos casos, la acumulación de ganancias de eficiencia derivadas de la mayor especialización y aprovechamiento de las economías de escala haya esterilizado el efecto de desvío de comercio asociado a la vigencia de las preferencias arancelarias. Una parte importante del aumento del comercio intraindustrial en el Mercosur se explica por la emergencia de una lógica de especialización y complementación productiva que, en el caso de empresas transnacionales (ET), es parte de un proceso de reestructuración intra-firma. Los flujos de IED se multiplicaron a lo largo de los años noventa, más tempranamente en Argentina y luego en Brasil. Si bien en ambos países el proceso de privatizaciones de empresas y servicios 13
CEPAL – Colección Documentos de proyectos La integración sudamericana en perspectiva. Problemas y dilemas públicos ha sido un importante factor de atracción de las nuevas corrientes, las inversiones externas en el sector manufacturero y de servicios privados no han sido menores. En Argentina, estos sectores lideraron la IED desde mediados de esa década y en Brasil compartieron el dinamismo con un programa de privatizaciones más tardío. A diferencia de la estrategia de segmentación de mercados predominante en la IED asociada a las anteriores condiciones de economía cerrada, estas nuevas inversiones tendieron a aprovechar las condiciones del mercado ampliado regional y, en consecuencia, produjeron una mayor integración entre las filiales localizadas en distintos países socios. En otros términos, la consolidación del Mercosur redefinió las ventajas de localización para las ET y se constituyó en uno de los principales factores de atracción. Ahora bien, los nuevos flujos de IED se concentraron en un grupo acotado de sectores específicos. Dentro de la industria manufacturera, las ramas que han recibido la mayor proporción son las industrias de bienes intermedios privatizadas (siderurgia y petroquímica), los sectores tradicionales basados en ventajas naturales (commodities y semimanufacturas de base primaria), las manufacturas de productos diferenciados de consumo masivo (alimentos, cosmética y limpieza) -que adoptan una estructura de “bienes regionales”- y el complejo automotriz, para el que el Mercosur devino uno de los principales mercados y centros regionales de producción emergentes. En el caso del Mercosur, la mayor articulación regional de las filiales de ET (especialmente en las últimas dos categorías) no ha sido acompañada de la localización de actividades de innovación o de gestión estratégica ni de funciones de world product mandate, por lo que importantes y potenciales externalidades positivas teóricamente asociadas a la nueva fase de IED continúan ausentes. 2.2 Las dificultades del proceso de complementación productiva Formalmente, el Mercosur está definido como una unión aduanera (Acuerdos de Ouro Preto, diciembre de 1994), lo que supone el libre comercio intra-zona y una política comercial externa común. Este status normativo no ha sido aún plenamente alcanzado: por un lado, subsisten excepciones –tanto al arancel cero intra-zona, como al arancel externo común (AEC)- cuyos plazos originales todavía no han caducado o han sido prorrogados; por otro, ha habido menores avances a los esperados en el proceso de armonización aduanera y técnica; y, por último, se han introducido –principalmente desde fines de la década de los noventa, de un modo consensuado o unilateralmente, nuevos tratamientos excepcionales que vulneran aquellos principios. En síntesis, en la actualidad, el Mercosur funciona como un Área de Libre Comercio muy imperfecta. Después de más de quince años de funcionamiento, la construcción del Mercosur sigue enmarcada en una ya vieja polémica sobre la rationale de la integración económica: ¿se trata de una vía de tránsito para facilitar o acelerar la liberalización unilateral y la aparición de los efectos que de ésta se esperan, o bien de un espacio de creación de ventajas dinámicas y nuevas capacidades productivas, expuesto a la competencia internacional, pero favorecido, a su vez, por la certidumbre de recíprocas condiciones de acceso y otras regulaciones de promoción? Teóricamente, los beneficios esperados de la integración dentro de un esquema de unión aduanera suponen la generación y diversificación de un nuevo perfil de exportaciones y de exportadores, en el marco de estrategias de especialización y complementación productiva e intercambios de tipo intra-industrial, con ventajas potenciales en términos de desarrollo tecnológico, calificación de recursos y elevación de los ingresos reales. Hasta ahora, sin embargo, la mayor parte del comercio intra-regional se ha explicado por la existencia de ventajas comparativas complementarias, regímenes especiales temporarios (y de poca densidad de eslabonamientos) o estrategias específicas en algunos sectores con predominio de las empresas transnacionales; los procesos teóricamente más “virtuosos” se han concentrado en pocos actores y el comercio intra-industrial del Mercosur es, esencialmente, un comercio intra-firma. En las condiciones en que fue concebido, y regulado, el espacio regional fue relativa y ventajosamente 14
CEPAL – Colección Documentos de proyectos La integración sudamericana en perspectiva. Problemas y dilemas aprovechado por la trama de filiales de empresas transnacionales, quienes, en el punto de partida, estaban en mejor posición para organizar sus estructuras corporativas de acuerdo con la situación de libre comercio regional. En la medida en que las PyMEs han accedido apenas marginalmente a las ventajas de la especialización regional, los beneficios potenciales de la complementación intra- industrial se han distribuido de modo desigual y más bien en términos regresivos. El caso de la política y la industria automotriz Desde finales de los años cincuenta, varias de las principales empresas internacionales del sector automotriz desarrollaron en Argentina y Brasil producción propia; durante décadas, la industria instalada en cada uno de estos países se caracterizó por un marcado rezago en la tecnología de producto, por su alto grado de integración productiva a nivel nacional y por abastecer exclusivamente el respectivo mercado interno. En los noventa, en cambio, el Mercosur se constituyó en un centro regional de producción automotriz, con una capacidad instalada superior a los 3 millones de vehículos por año, estándares tecnológicos internacionales y una creciente integración productiva entre ambas localizaciones. Las políticas sectoriales adoptadas con simultaneidad en Argentina y Brasil y el avance general del proceso de integración económica regional fueron decisivos para la reorganización de la producción local y la atracción de nuevas inversiones. Durante los noventa, se modificó la concepción de la política industrial en ambos países y se privilegió la utilización de instrumentos de carácter horizontal por sobre los sectoriales; sin embargo, la política hacia el sector automotriz constituyó una excepción importante dentro de esta tendencia. Argentina y Brasil redefinieron y mantuvieron mecanismos promocionales muy activos y potentes y, a la vez, fueron compatibilizando progresivamente sus respectivos regímenes sectoriales. A través de estas normativas, ambos países alcanzaron una rápida modernización de la industria automotriz; la contrapartida estuvo dada por la presión negativa sobre sus cuentas externas derivada de los cambios en la modalidad de internacionalización del sector. Con el nuevo marco normativo, la estrategia de modernización y de búsqueda de eficiencia desarrollada por las firmas terminales redundó en déficit externos y en fragilidad de los encadenamientos productivos locales. Los instrumentos principales del acuerdo automotriz del Mercosur fueron: a) un nivel de protección elevado para los vehículos (arancel de 35%, el más alto del bloque); b) un menor nivel de protección, en promedio, para las autopartes y los componentes; c) un requisito de integración de partes regionales del 60% (equivalente a la regla de origen Mercosur); y d) un programa de comercio administrado entre Argentina y Brasil, cuyo coeficiente de compensación fue modificándose sucesivamente, por lo general, en función de necesidades coyunturales. La industria terminal pasó a desenvolverse en un marco de elevada protección efectiva y de mayor integración de componentes importados; a la vez, se promovió un proceso de modernización de la tecnología de producto, de especialización, de ganancia de escala productiva y de desverticalización. En Argentina, entre 1991 y 2000, la inversión fue específicamente promovida transfiriendo a las automotrices ya instaladas el negocio de la importación de vehículos no producidos en la región, exceptuándolas del pago de los aranceles respectivos. En Brasil, en una primera etapa, se estableció un régimen impositivo especial para la producción en gran escala de un vehículo de bajo precio; a partir de 1995, esta normativa fue reemplazada por un régimen de líneas similares al argentino. La homologación por parte del Mercosur de estos regímenes sectoriales similares y la confirmación de una regla de comercio entre ambos países instalaron un poderoso incentivo para la reestructuración de la industria; este escenario se potenció con las perspectivas de crecimiento de la demanda regional a partir del éxito del programa de estabilización en Brasil en 1994 y la temprana recuperación en Argentina post “efecto tequila”. Esta nueva fase permitió consolidar 15
CEPAL – Colección Documentos de proyectos La integración sudamericana en perspectiva. Problemas y dilemas una plataforma de producción regional afianzada en la redefinición de las estrategias de inversión de las empresas transnacionales. Los proyectos de inversión se orientaron a la instalación de plantas cercanas al state of the art para la producción de modelos con poco rezago en relación con los principales centros de consumo, en una lógica de especialización y complementación intra- regional que exigió a cada firma la disponibilidad de capacidad de producción en ambos países. En cualquier caso, e independientemente de la escala instalada, la estrategia implicó la concentración de la producción en un conjunto relativamente reducido de modelos compactos o utilitarios y la importación de extrazona del resto de los modelos. La productividad sectorial tuvo un salto muy importante, a favor del mayor aprovechamiento de escala por modelo producido y de la implantación de nuevas técnicas organizacionales en la producción y los departamentos administrativos. Los cambios en la tecnología de producto y en la lógica de producción de las terminales automotrices redefinieron también los estándares de producción en el sector autopartista. Por un lado, en algunos casos se modificó el producto mismo, tendiendo a desarrollarse como subconjuntos. Por otro, en general, aumentaron fuertemente las exigencias de calidad, escala, costos y plazos de entrega. Las firmas autopartistas que ya eran proveedoras de las automotrices a escala internacional tuvieron algunas ventajas decisivas sobre los fabricantes locales; las terminales optaron por abastecerse con proveedores globales, desarrollar joint ventures con firmas internacionales o priorizar autopartistas locales que producían bajo alguna licencia internacional. Este factor explica en gran medida el ingreso de nueva IED al sector autopartista en Argentina y Brasil, en muchos casos a través de un proceso deliberado de “importación” de proveedores por parte de las montadoras. Este cuadro limitó las posibilidades de desarrollo tecnológico y la misma sobrevivencia de los proveedores locales, más aún cuando, excepción hecha de los requisitos de contenido regional, los respectivos regímenes nacionales no incorporaron instrumentos eficaces para el desarrollo de proveedores regionales. Quedó dicho que los regímenes promocionales vigentes establecieron condiciones de apertura a las importaciones fuertemente administradas y cedieron a las terminales -vía aranceles diferenciales e instrumentos de compensación de comercio- el control efectivo de ese proceso. De este modo, en ambos países más del 80% de las importaciones desde extra-zona resultó efectuado por las propias filiales radicadas. A su vez, el comercio intra-firma dentro del Mercosur se volvió particularmente intenso, en función de la estrategia predominante de división regional del trabajo. Cabe señalar que el complejo automotriz ha sido el principal generador de comercio de tipo intra-industrial en el Mercosur y que el intercambio de vehículos terminados –flujos casi exclusivamente intra-firma- ha constituido, a su vez, su componente mayoritario. El comercio de autopartes, en cambio, ha sido dominado cuantitativamente por las importaciones y abastecimientos desde extra-zona; en el caso de los intercambios entre Argentina y Brasil, por su parte, ha predominado un patrón de tipo vertical, concentrándose la exportación de partes tecnológicamente más complejas en la industria brasileña. Las transferencias fiscales implícitas al sector de las empresas terminales en el régimen automotriz fueron elevadas, redundantes y generadoras de rentas extraordinarias. El derrame de beneficios hacia el resto de la estructura productiva fue sumamente pobre: no se registró un adecuado proceso de desarrollo de proveedores, se desmantelaron planteles locales de desarrollo y adaptación de partes y productos y, como resultado, se perdieron capacidades previamente desarrolladas, debilitando la trama productiva local y el proceso de aprendizaje tecnológico. En este sentido, los costos incurridos resultan desproporcionados frente a los beneficios obtenidos y la política automotriz regional fue desarrollada en un contexto institucional que favoreció asimetrías en la evolución y distribución de costos y beneficios. No se institucionalizó un espacio de competencia entre las firmas terminales por el acceso a los incentivos, no se coordinó una política efectiva para desarrollar armónicamente todas las etapas del complejo, ni se establecieron resguardos sobre las condiciones de desempeño de los recursos humanos involucrados. 16
CEPAL – Colección Documentos de proyectos La integración sudamericana en perspectiva. Problemas y dilemas 2.3 La reversión del saldo en el comercio argentino-brasileño La conformación del Mercosur contribuyó a un fuerte incremento del comercio entre los dos principales socios del bloque y desde 1994 la relación bilateral se caracterizó por la acumulación de saldos comerciales a favor de Argentina. La crisis cambiaria brasileña de 1999 y la contemporánea recesión y posterior colapso económico en Argentina llevaron a una fuerte caída del intercambio comercial; de todas maneras, el signo del saldo bilateral se mantuvo sin alteraciones hasta 2003. Desde entonces, junto con la importante recuperación del intercambio entre los dos países, los resultados del comercio pasaron a ser positivos para Brasil; esta tendencia ha sido acompañada por una pérdida de participación de los envíos argentinos en el total de importaciones brasileñas y, en cambio, por un aumento sostenido de la participación de las ventas brasileñas en el conjunto de las compras externas de Argentina. La consolidación de este sesgo en los intercambios con el bloque regional ha instalado cierta preocupación en Argentina sobre los efectos y las perspectivas del proceso de integración y, más en general, sobre el posicionamiento competitivo del aparato productivo doméstico vis-à-vis su principal socio en la región. GRÁFICO 6 SALDO COMERCIAL ENTRE LA ARGENTINA Y BRASIL 1995-2005 3 000 000 Fase del superavit argentino 12 000 000 2 000 000 10 000 000 1 000 000 Devaluación Punto de inflexión brasileña en el saldo comercial 8 000 000 0 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 -1 000 000 6 000 000 -2 000 000 4 000 000 -3 000 000 2 000 000 -4 000 000 Devaluación -5 000 000 argentina 0 Saldo comercial de la relación Argentina-Brasil Exportaciones a Brasil en miles de dólares FOB Importaciones de Brasil, en miles de dólares CIF Fuente: elaborado sobre la base de datos del Indec e IBGE. Con independencia del ajuste provocado en los precios relativos por la devaluación de enero de 2002, y una vez lanzado el proceso de reactivación de los niveles de demanda y actividad interna, las importaciones argentinas también se expandieron a un ritmo elevado y sostenido, superando hacia el 2006 los niveles máximos de la década anterior. Brasil es por lejos el principal origen de estos despachos y su participación se ha incrementado hasta explicar más del 40% de los totales. Emergen dos posibles factores explicativos de esta tendencia, uno de origen micro y otro de origen macroeconómico. El primero alude al crecimiento de la competitividad de la producción brasileña en los últimos años –afirmada por la potencia 17
CEPAL – Colección Documentos de proyectos La integración sudamericana en perspectiva. Problemas y dilemas promocional de algunos mecanismos vigentes-, evidenciada por el fuerte dinamismo de sus exportaciones en general; el segundo recuerda que el ajuste cambiario en Argentina ha sido comparativamente menor en relación con la moneda brasileña que frente a los otros socios comerciales. Complementariamente, debe señalarse la probable influencia de una redefinición de las estrategias de aprovisionamiento de las empresas transnacionales en la región, sesgando a favor de las filiales instaladas en Brasil. Por otra parte, llama la atención que, conservando el acceso preferencial en virtud de los acuerdos del Mercosur, la Argentina pierda relativamente terreno frente a otros proveedores internacionales en el mercado brasileño, siendo que las importaciones han venido creciendo sostenidamente. Las explicaciones para este fenómeno son relativamente similares a las consideradas en el caso del flujo inverso: por un lado, si bien la competitividad-precio de la economía argentina ha mejorado sustantivamente con la devaluación de su moneda, este efecto ha sido comparativamente menor frente Brasil; por otro, Argentina estaría perdiendo competitividad genuina en relación con otros países proveedores y este efecto sería más pronunciado en la canasta de exportaciones al mercado brasileño. Precisamente, se han venido produciendo en los últimos dos años algunas modificaciones en la composición de las exportaciones argentinas a Brasil. En primer lugar, se observa una caída en las ventas de combustibles, rubro en que Argentina ha sido relativamente desplazada, principalmente, por Bolivia y Nigeria. También las exportaciones de productos primarios y de manufacturas de base agropecuaria dirigidas al mercado brasileño han crecido menos que las despachadas a otros destinos. En cambio, y en particular a partir de 2005, las exportaciones de las manufacturas de origen industrial (MOI) recuperaron el dinamismo que evidenciaron ya en la segunda mitad de los noventa; sin embargo, este dinamismo dista mucho de ser generalizado y, aún más que en ese período de referencia, se explica fundamentalmente por el desempeño de la rama automotriz, a favor del régimen especial que la regula a nivel regional. En la mayoría de las MOI restantes, el desempeño de las exportaciones argentinas hacia Brasil ha sido comparativamente más débil. Está claro que, en cualquier proceso de integración, uno o más socios presentarán saldos bilaterales deficitarios; esta situación debería ser menos conflictiva si, como sucede actualmente en el caso argentino, los protagonistas registran una balanza comercial global favorable. Que esta circunstancia despierte preocupación en Argentina no debe, sin embargo, confundirse con una mera visión “mercantilista”; la inquietud está más bien relacionada con consideraciones acerca del problema de las asimetrías en el bloque, de su reproducción a mediano y largo plazo y, en consecuencia, con la perspectiva de la distribución de los beneficios esperados de la integración regional. La consolidación de Brasil como el socio superavitario del bloque es un indicador de que los incentivos de escala no han operado en el sentido teóricamente esperado y que, en consecuencia, los productores de los países de menor dimensión relativa no han accedido en igual medida a los beneficios potenciales del aumento en el tamaño del mercado. Estas consideraciones y algunos conflictos sectoriales vinculados a rápidos y fuertes aumentos de importaciones en diversas coyunturas, llevaron a los gobiernos de Argentina y Brasil a acordar en febrero del 2006 la creación de los denominados Mecanismos de Adaptación Competitiva (MAC). Este instrumento posibilita la aplicación de medidas de protección arancelaria temporal para el comercio intrazona (por un período de hasta 4 años) cuando las importaciones de algún producto aumentan sustancialmente y se evalúa que afectan el tejido productivo doméstico. Durante el tiempo de aplicación efectiva de la cláusula del MAC, tanto el Estado como el sector privado respectivo asumen el compromiso de promover una reestructuración competitiva del sector en cuestión. Este acuerdo firmado tiene carácter bilateral, no ha sido extendido al resto de los socios del Mercosur y no ha dado lugar todavía a ningún caso de implementación concreta. 18
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