Por qué el venture capital asiático aún no despega en Latinoamérica?

Página creada Inés Gacías
 
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Por qué el venture capital asiático aún no despega en Latinoamérica?
¿Por qué el venture capital
asiático aún no despega en
Latinoamérica?
Más lento que sus incursiones en comercio y servicios
financieros, el sector de capital de riesgo proveniente de
Asia no ha invertido regularmente en emprendimientos de
nuestra región, a excepción de Softbank. Si bien para los
expertos hay muchos factores que explican esa aparente
reticencia, la apuesta de los próximos años es que va a
cambiar al alza, pero con parsimonia oriental.

Si a usted le pasó desapercibida la inversión de US$ 125
millones en noviembre pasado en la fintech mexicana Stori
Card, no está solo. Aunque es uno de los mayores fondeos en
serie C para una startup latina, uno de los fondos de
inversión detrás de la transacción, el singapurense GIC, no
suele hacer titulares, a pesar de que lleva en el negocio 50
años y que ha invertido pequeñas sumas en la fintech
colombiana Addi y en el supermercado brasilero online Shopper,
de modo que su presencia hoy en Latinoamérica es el 4% de su
portafolio.

En sus previas series A y B, Stori, firma mexicana que provee
inclusión financiera con tarjetas de crédito para pagos
digitales fundada por la mexicana Marlene Garayzar y el chino
Bin Chen, recibió también fondeo de parte de Vision Plus
Capital y Source Code Capital. Ambos son fondos de capital de
riesgo provenientes de China, además de BAI Capital, una firma
de venture capital (VC) de origen estadounidense que funciona
desde China.

Lo cierto es que, desde 2019, el protagonismo de las
incursiones asiáticas en la región se lo ha llevado la
mediática Softbank, a través de su Latin America Fund, de U$
Por qué el venture capital asiático aún no despega en Latinoamérica?
5.000 millones y con el que ha invertido hasta ahora US$ 3.500
millones en 48 compañías, y con el recientemente anunciado
Softbank Latin American Fund II, que parte con un capital de
US$ 3.000 millones.

De todos modos, los fondeos del conglomerado creado por
Masayoshi Son representan apenas el 2% del total de venture
capital invertido en Latinoamérica. Y los fondos de capital
chinos son el 1%, de acuerdo con un reporte de la empresa de
análisis de riesgo Momentum Works y la firma Cento Venture
Capital de enero de este año, denominado «América Latina y
Sudeste Asiático: caminos de mercados emergentes digitales»
(ver cuadro 1).

Este estudio habla de una gran disparidad, si se busca hacer
un paralelo, de las relaciones de los VC asiáticos y la región
respecto de los volúmenes comerciales que naciones
latinoamericanas ostentan con países asiáticos, por ejemplo,
pero que se explica en parte por aspectos como distancia y
diferencias culturales. Y también es una gran distancia
respecto del volumen de venture capital proveniente de Silicon
Valley, que tiene mucha mayor presencia en Latinoamérica.

Para identificar qué estaba pasando en torno a la llegada –o
la ausencia de ella– de los VC asiáticos, en septiembre
pasado, la Fundación Chilena del Pacífico organizó un webinar
sobre venture capital asiático en Latinoamérica, en el que se
destacaron las oportunidades para que fondos de inversión de
origen asiático empiecen a llegar a la región, ya que se
cuenta con un ecosistema startup dinámico y en crecimiento.

Se mencionó también, sin embargo, que hay hándicaps que
podrían obstaculizar el proceso, como la distancia, las
diferencias culturales e idiomáticas de América Latina
respecto de Asia.

“La incursión de fondos asiáticos en el mundo del venture
capital latinoamericano es bastante reciente, y generalmente
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ha sido a través de fondos grandes, como el caso de Softbank”,
indica a AméricaEconomia Pedro Lyon, abogado a cargo del tema
de venture capital en el estudio jurídico chileno Guerrero,
Olivos, Novoa & Errázuriz.

Lyon asegura que no se ha visto todavía que fondos [asiáticos]
vengan al continente. Solamente algunos grandes que operan
entre Estados Unidos y desde ahí realizan sus inversiones en
Latinoamérica. «Pero todo indica que están viniendo ya, con la
globalización que se da en los emprendimientos».

“Independiente de la barrera geográfica, lo que hacemos es
observar compañías, desde el punto de vista financiero y del
retorno, pero también desde el punto de vista estratégico.
Esto quiere decir que buscamos a las startups que puedan
proporcionar productos interesantes para nuestra compañía […].
Cuando vamos tras ellas, tendemos a ver si existe una sinergia
estratégica. Por ejemplo, si una compañía tiene un producto
muy interesante que puede traernos nuevos clientes, obviamente
vamos a estar interesados en invertir”, dijo Tim Lee,
vicepresidente de desarrollo corporativo de Taiwan Mobile, una
de las empresas asiáticas que participaron del webinar de la
Fundación Chilena del Pacífico.

Su firma, una de las más relevantes de la isla, tiene una
oficina de desarrollo corporativo que está a cargo de
inversiones en distintas compañías, cuenta con un área de
inversiones directas y fondos de Inversión con la meta de
capturar los siguientes unicornios globales, ya sea en el área
nuclear de la firma, como son las telecomunicaciones, como en
otros negocios en ascenso, principalmente en e-commerce.

Aun así, todavía no invierten en startups latinas.

“Hemos mirado algunas compañías en Sudamérica que nos ha
presentado Soma Capital, una firma de VC con base en los
Estados Unidos que ya ha invertido en startups de la región y
que nos ha apoyado antes, presentándonos buenas compañías en
otras latitudes”, detalla Tim Lee a AméricaEconomía.

“En 2021, específicamente, tuvimos en la mira a dos compañías
[latinoamericanas] fantásticas como son Rappi [de Colombia] y
Yummy [de Venezuela], pero no concretamos la inversión, porque
el proceso fue muy corto así que tuvimos que dejarlo pasar y
quizás participemos en la siguiente ronda”, afirmó el
ejecutivo.

TENCENT Y EL VC CHINO
2017 fue un año excelente para el VC chino, particularmente
para el corporate venture capital (CVC). Ese año, Didi
Chuxing, la compañía de viajes compartidos china, anunció una
inversión considerable en la startup brasileña 99 para
ayudarla a expandir sus servicios a otros países de América
del Sur. Aunque no se reveló el tamaño exacto del acuerdo,
trascendió que la inversión superaba los US$ 100 millones.

Ese mismo año, Bluesmart, una startup de equipaje inteligente
de América Latina, anunció una ronda serie A de US$ 12
millones liderada por Tsing Capital, una de las firmas de
capital de riesgo más grandes de China.

Antes, en 2013, la compañía brasileña de antivirus, PSafe,
había recaudado en serie C la cifra de US$ 30 millones de
parte de Qihoo, el servicio de seguridad en línea más grande
de China.

Hoy los dos fondos de CVC chinos más grandes son Tencent y
Alibaba.

En el caso de Tencent, estableció su fondo de venture capital
corporativo, Tencent CVC en 2011, con US$ 785 millones en
activos.

Como explican en su web, la estrategia de inversión de Tencent
CVC es fortalecer su negocio principal y al mismo tiempo
descubrir posibles disruptores del mercado, buscando fintechs
de servicios empresariales, comercio electrónico, inteligencia
artificial, atención médica y educación.

Este gigante invirtió en abril de 2019 US$ 150 millones en la
fintech argentina de pagos móviles Ualá, una de las pocas
incursiones realizadas en Latinoamérica y aportó US$ 90
millones en octubre de ese año a Nubank, en Brasil. Luego, en
agosto de 2021, volvió a fondear- junto a Softbank – a Ualá,
lo que hizo subir su valoración a US$ 2.400 millones.

También participó de la serie F del unicornio brasileño de
transportes CargoX, en noviembre de 2021.

Pero, en general, no han sido incursiones frecuentes en el
continente, como sí ha hecho Softbank, que invirtió en 39
startups latinoamericanas solo en 2021.

Buscamos hablar del tema con Softbank, pero no alcanzó a
llegar al cierre de este artículo. Del mismo modo,
AméricaEconomía intentó acercarse a algunas firmas de venture
capital chinas que han invertido en Latinoamérica, pero todas
ellos se excusaron de emitir declaraciones, ya que por regla
general no hablan con medios.

“La verdad es que en el sector tecnológico [de origen chino],
debido a la competencia, generalmente no se habla sobre nuevas
iniciativas hasta que existen algunos logros”, dice Jianggan
Li, CEO de la firma singapurense Momentum Works, intentando
explicar la reserva con la que se mueven en general estos
fondos de capital de riesgo.

Su firma, autora del reporte que compara los mercados de
inversión en startups de América Latina y Sudeste Asiático,
postula que ambos mercados parecen tener una serie de
paralelismos o similitudes en cuanto a población, desarrollo y
hasta composición urbana, pero con caminos de desarrollo muy
diferentes.

Pero cuando se compara la cantidad de venture capital y deals
involucrados hay una gran disparidad: “El sudeste asiático
(SEA, por sus siglas en inglés) ha estado disfrutando de una
afluencia de capital de crecimiento durante varios años con
procedencias de capital mucho más diversas (chino, japonés y
coreano) en comparación con América Latina”, destaca la
publicación.

Ese   exceso   podría   ser   una   buena   noticia   porque,   a
continuación, el estudio destaca que especialmente en los
últimos dos años, el desbordamiento de talento, capital e
ideas comerciales de países más competitivos como China e
India han “comenzado una polinización”, donde iniciativas como
Shopee y J&T, que funcionan con modelos comerciales chinos y
que comenzaron en el sudeste asiático ahora se están
expandiendo agresivamente en América Latina.

Así, mientras el área de SEA recibió el doble del monto de
inversión que A. Latina en los últimos cuatro años, la región
latinoamericana mostró un fuerte crecimiento en el primer
semestre de 2021, superando al sudeste asiático (ver gráfico
2).

“Históricamente en Latinoamérica, la falta de capital de
crecimiento significó que las salidas tendieran a ser más
pequeñas. Mientras que en SEA, donde el capital de crecimiento
había estado disponible, las empresas tendían a recaudar más
dinero para crecer en etapas posteriores en lugar de buscar
una salida desde el principio”, subraya el reporte.

Ahora, ese boom de inversión en Latinoamérica si bien no es
exclusivamente de capitales asiáticos, sí existen iniciativas,
pues mientras inversionistas locales, estadounidenses y
globales están en la mayoría de los acuerdos de inversión, el
reporte indica que los inversores chinos, japoneses y
surcoreanos también se suman a la mezcla.

“Cuando Baidu y Didi llegaron a América Latina, había muchas
expectativas de que el capital chino fluiría hacia América
Latina. Eso no sucedió hasta hace poco, con Tencent, pero
también algunos capitales iniciales, comenzando a ser más
activos en acuerdos en la región”, reporta el estudio.

Por ejemplo, la singapurense Sea Capital fue un inversor
importante en la última ronda de financiación de la serie E de
la startup mexicana de compraventa de automóviles Kavak, que
ocurrió en septiembre del año pasado.

El estudio apuesta a que esta tendencia continuará.
“Históricamente América Latina y el Sudeste Asiático están
separados por grandes distancias e influencias de sus
respectivos vecinos del norte. [Pero] las interacciones
recientes entre las dos regiones, sin embargo, traerán algunos
posibles cambios interesantes: tarde o temprano, el capital
chino, coreano y japonés formará parte de ese proceso,
siguiendo el ejemplo de las inversiones de Tencent o
Softbank”, afirma.
BUSCANDO LA ADECUACIÓN LOCAL
¿Qué falta entonces para que más fondos de inversión asiáticos
quieran llegar al continente?

“La realidad es que aterrizar en América Latina para los
inversionistas asiáticos es obviamente más difícil que para un
fondo local”, aclara Kay Mok-Ku, managing partner en Gobi
Partners, un fondo de VC basado en Malasia, pero con presencia
en 13 naciones asiáticas, como China, Singapur y Corea del
Sur.

“Softbank es diferente, porque son globales y son demasiado
grandes. No son diferentes de firmas de VC gigantes como
Sequoia [Capital], y cuando eres así de grande tienes que
volverte global”, señala.

El gestor de fondos considera que es más realista que startups
latinas con potencial aterricen en Asia para crecer allá. “De
esa forma sería más fácil para nosotros ingresar, porque el
venture capital es sobre dinero inteligente, no es solo
proveer fondos”, enfatiza.

También imagina otros escenarios para fondear startups: una
relación G2G (de gobierno a gobierno) de colaboración entre
gobiernos de Asia y de América Latina; el establecimiento de
un Fondo de Fondos (FOF, por sus siglas en inglés), es decir
un fondo de inversión que se arma para ser destinado a otros
fondos, como Bancoldex en Colombia; e iniciativas de corporate
venture capital de empresas asiáticas que mantienen
operaciones en el continente. (Ver recuadro)

“Asia y Latinoamérica son mercados muy similares que se han
desarrollado en paralelo. Hace 10 o más años, no había VC,
solo inversionistas ángeles y en cierto momento el mercado se
vuelve lo suficientemente grande y sucede que las grandes
inversiones pueden llegar de cualquier parte […]. Hoy, ambos
ecosistemas son grandes, así que quizás en diez años en el
futuro las cosas pueden ocurrir antes”, comenta.

Para algunos de los entrevistados, también es necesario
estimular la llegada de los fondos asiáticos preparando los
ecosistemas locales.

“De alguna manera Asia se auto-consume en venture capital,
porque tienen muchas economías complementarias, como Japón,
Corea, Indonesia, Singapur, China. Entonces entre todos esos
países, que son bastante enfocados en tecnologías hay un tema
interno que no los motiva mucho a salir de esa jurisdicción,
en una primera etapa”, aventura Pedro Lyon.

Y es que, más que una geografía en particular, muchas firmas
de VC son agnósticas en cuanto a la ubicación de sus
inversiones, de la misma forma que lo son en cuanto a áreas de
interés. Y en ese sentido, algunos piensan que las startups
latinas están en su mayoría pensadas para solucionar problemas
latinos, más que globales.

“Los emprendimientos locales van a tener que saber adecuarse
para poder ofrecer sus servicios a países asiáticos, y ese
también es un desafío importante. Hay un tema de idioma, de
experticia, de tecnología, que allá está muy desarrollado, y
también un tipo de emprendimiento que sea atractivo para
ellos, porque por ejemplo en Japón un emprendimiento
relacionado con servicios a la minería, puede que no sea tan
interesante como sí lo puede ser para Indonesia”, recalca el
abogado.

De todos modos, Lyon cree que el continente está viviendo algo
así como una segunda etapa, con fondos como SoftBank y otros
asiáticos que ya están empezando a mirar a América Latina con
otros ojos.

“Me parece que después de Rappi y su levantamiento de US$
1.000 millones [de parte de Softbank] se vio el potencial de
invertir en la región y el atractivo de obtener fondeos
asiáticos”, coincide Juan Pablo Torres Cepeda, académico de la
Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de
Chile.

Porque para él, el interés de cualquier fondo de venture
capital, independiente de si es asiático, va a depender de si
hay emprendimientos atractivos en la región.

Pero Kay Mok-Ku lo atribuye más al tamaño de los fondos de
inversión de riesgo asiáticos.

“Los inversionistas que no manejan fondos tan grandes, tienden
a focalizarse en mercados locales o regionales, porque
dependen de los operadores o de los emprendedores para ser
exitosos y resulta muy difícil manejarlos si es una relación a
larga distancia”, sentencia.

Otra razón por la que algunos teorizan que los VC asiáticos no
llegan a Latinoamérica es que aún queda mucho espacio para
crecer localmente, en la misma Asia, con fondos chinos,
japoneses y surcoreanos apostando por emprendimientos de
naciones emergentes, como Indonesia, Malasia o Filipinas.

Al respecto, Tim Lee, de Taiwan Mobile, no cree que sea un
asunto de crecimiento, sino de presencia.

“Latinoamérica tiene buen crecimiento. Es más probable que las
firmas asiáticas de venture capital no inviertan tanto en la
región debido a la distancia física, porque tienen una
dificultad [añadida] a la hora de identificar oportunidades de
inversión: es difícil hacer networking y cerrar tratos en
Latinoamérica desde Asia”, reflexiona.

En tanto que para Juan Pablo Torres, el factor decisivo es
que exista un ecosistema emprendedor que llame la atención de
Asia.

“Primero, tiene que haber muchos fondos de capital semilla y
emprendedores dispuestos a hacer este tipo de emprendimientos,
startups de base tecnológica”, detalla Torres. “Pero del otro
lado, tiene que haber inversionistas de riesgo, y si
Latinoamérica crea más fondos de riesgos, los fondos asiáticos
podrían vernos como atractivos”, considera el académico.

Pero para él, eso tiene mucho que ver con políticas de Estado.
“Y si estas políticas no atraen a inversionistas de riesgo,
salvo que vean mucho potencial, ¿por qué vendrían?”, concluye
Torres.

SPARK: LA INICIATIVA STARTUP DE HUAWEI
CLOUD
Aunque no es corporate venture capital sino aceleración, es
decir, la etapa previa, Huawei Cloud, la división en la Nube
del gigante tecnológico chino Huawei tiene un especial interés
en apoyar a startups latinoamericanas.
Para ello lanzó, a fines de 2021, el programa Spark, una
iniciativa de apoyo y capacitación a emprendimientos para que
se inserten en el ecosistema latinoamericano.

Huawei explicó que durante 2022 su meta es apoyar a más de 130
emprendimientos con soporte técnico y de comercialización,
además de cursos de especialización en materias útiles para
hacer crecer los emprendimientos.

“Es la primera vez que el programa se realiza en América
Latina. Solo se había hecho una vez antes en Asia Pacifico en
2020”, detalla a AméricaEconomía Miao Mengxing, encargada de
Latin America Cloud Ecosystem & Partner Development
Department, de Huawei.

“El objetivo es acelerar a los startups, apoyarles para
crecer. No es mandatorio que trabajen con Huawei, sin embargo,
agradecemos que nos apoyen a mejorar los productos y servicios
de Huawei Cloud”, especifica Mengxing.

El interés de Huawei se debe, como ellos mismos reconocen, a
sus intenciones de crecer en el continente.

“A través de la aceleración de las startups, construimos un
ecosistema con beneficios para todos: las startups reciben
apoyo de parte nuestra y a su vez, la experiencia que ellos
comparten, los desafíos que enfrentan, nos ayuda a nosotros a
entender sus necesidades y demandas, de esta manera podemos
mejorar los productos y servicios de Huawei Cloud”, aclara la
ejecutiva.

Foto: Unsplash. Gráficos: Momentum Works.
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