Qué se viene para los gimnasios cuando el trauma termine?
←
→
Transcripción del contenido de la página
Si su navegador no muestra la página correctamente, lea el contenido de la página a continuación
Por Por Paul Plummer Thomas Beldford www.thomasplummer.com Consultor El regreso ¿Qué se viene para los gimnasios cuando el trauma termine? ¡Será todo acerca de la confianza! Hay esperanza en este sector y siempre hay oportunidades en el caos. Los gimnasios que venzan el cierre estarán en condiciones de atacar y es probable que esos sobrevivientes tengan la mejor carrera de septiembre a mayo en la historia reciente de la industria del fitness. Pero el 30% de los gimnasios que ahora han cerrado no volverá a abrir. Malas noticias primero. Creo que si permanecemos cerrados hasta finales de junio, perde- remos al menos el 30% de los gimnasios que actualmente operan en Estados Unidos. Cuesta al menos el 70% de sus costos operativos permanecer cerrados y habrá una gran cantidad de operadores que no podrán obtener el dinero necesario para continuar. Habrá algo de dinero de rescate para las cadenas de gimnasios, pero la cantidad necesaria para salvarlas será impresionante y la tarea les tomará tiempo. Cuando se vuelvan a abrir, o mejor dicho si se vuelven a abrir, la mayoría comenzará lentamente desde cero, lo que requerirá meses para reorganizarse y reagruparse. Si permanecen cerrados durante al menos tres meses también tendrán una base de clientes destruida con la que lidiar y será como si estuvieran comenzando nuevamente desde los primeros días. Aunque ahora estarán reabriendo con instalaciones más antiguas y con clientes que no necesariamente van a hacer cola para volver. La mayoría de los propietarios no entiende que los miembros que no asistían regularmente antes del cierre destruirán la economía del gimnasio luego del cierre. Por ejemplo, si tienen un 70% de clientes que no han usado el gimnasio ocho o más veces el mes anterior al cierre, no espere que esa gente vuelva a aparecer automáticamente cuando reabra. No estaban usando el gimnasio antes del cierre, por lo que es dudoso que regresen. Los gimnasios independientes o los estudios que trabajan con grupos pequeños se recuperarán más rápidamente. Las cadenas con múltiples sedes se verán particularmente afectadas. Tendrán que reconstruir un negocio en el que la confianza es baja y la competencia
CORONAVIRUS es alta. Pero es cierto que si perecen 30% de los operadores actuales, también habrá clien- tes que querrán retomar su actividad y no tendrán su gimnasio para hacerlo. Las franquicias también estarán mareadas por la reapertura. Será una franquicia rara la que pueda adoptar un modelo basado en una supuesta consistencia y ser lo suficientemente fuerte como para modificarlo y adaptarse a lo que se viene en la industria. La vieja regla general que la hizo exitosa hace años es exactamente lo que podría matar su negocio ahora. Surgirán dos tipos de clientes La clientela se dividirá en dos grupos distintos: El consumidor menor de 35 años, que fue el que estuvo en las playas de la Florida durante el virus creyendo que son a prueba de balas; El consumidor mayor de 35 años que quiere un gimnasio, pero cuyo concepto de lo que debe ser un gimnasio ha cambiado. Esto es lo que el próximo consumidor, en su nueva normalidad, querrá de nosotros: - El factor confianza será central. No tendrá que ver con ofrecer el mejor entrenamiento, ni con tener la mejor la calidad en equipamientos o con la cantidad de clases, se trata de si el consumidor confiará su salud al gimnasio y a su equipo de trabajo. - Las sesiones personalizadas y en grupos pequeños -de hasta 4 personas- serán las más requeridas. El gimnasio tendrá que ofrecer una experiencia más individualizada. Durante años hablé sobre el concepto de gimnasios dentro de los gimnasios: espacios de 30m2 en los que 4 personas puedan entrenar juntas, sin tener que deambular por toda la instalación. De este modo, los socios no necesitarán compartir equipamiento con nadie. Entra, llega a su espacio designado y el material está limpió y listo para usar. Como cliente, no quiero esperar a que otra persona termine de usar y limpiar lo que yo necesito. De este modo, con pequeños espacios y grupos reducidos, cada socio usará el material del que disponga. - Las clases grupales no están muertas, pero quedarán dañadas. Tendría que ser alguien muy desprevenido para hacer ejercicio con 30 personas más en un espacio de 100 m2, sudando durante una hora y compartiendo accesorios. Claro que habrá a quienes no les importe, pero también habrá una nueva generación de clientes que observará esas cosas. Por eso, los que ofrecen clases grupales tendrán que encontrar una manera de crear espa- cio entre los clientes, individualizar los materiales y mantenerlos limpios entre sesiones. Por ejemplo, puede ser necesario invertir en guantes durante tres meses para dárselos a cada cliente en cada clase y luego descartarlos cuando hayan terminado y desinfectado. - Limpio, espacioso, estéril -casi antiséptico- son las cualidades a vender. El viejo gimnasio sucio y desordenado de mediados de los años ochenta, lleno de equipamiento, está muerto. Recientemente entré en un restaurante, al que suelo ir con frecuencia, para buscar algo de comida para llevar. Mientras estaba allí, noté lo desordenada que estaba la recepción: había desde menús tirados hasta regalos que los clientes dejaron y un plato de caramelos, me pareció asqueroso. Me pregunté cómo se podría limpiar un lugar con tantos años de basura acumulada y luego me di cuenta de que nunca podrían limpiar ese espacio correctamente.
CORONAVIRUS Este problema lo tienen casi todos los gimnasios en Estados Unidos, que han acumulado durante años capas de porquería, que hoy difícilmente logren limpiar ni desinfectar para convertirse en lugares seguros en el nuevo contexto al que se enfrentan. - Los clientes necesitarán espacio para sentirse seguros. Demasiado equipamiento quedará exagerado. En una típica cadena de gimnasios las cintas caminadoras casi se tocan entre sí. ¿Pueden imaginar al nuevo consumidor entrenando a menos de un metro de distancia de otra persona sudada, que respira con dificultad por el esfuerzo? Comience a pensar en la regla de los 2 metros de distancia (4 m2) entre usuarios. Tome una cinta métrica y coloque el extremo en el centro del asiento de una bicicleta. Luego mida dos metros alrededor en círculo y asegúrese que el centro del asiento más cercano esté a 2 metros o más de distancia. - Tu puerta de entrada es un obstáculo. No quiero entrar y tocar una manija en la puerta que fue acariciada por cientos de personas ese día. Entro y debe haber una unidad de desinfección para manos justo al lado de la puerta. Y luego una igual para cada área de entrenamiento y otra en el baño con jabón. Las personas serán cautelosas y deberás antici- par todas las áreas de contacto que puedan representar una amenaza para el cliente. Ganarán los dueños que están detrás del mostrador Los próximos años, en la industria de gimnasios, serán de aquellos que puedan personali- zar el servicio de entrenamiento. Voy a un gimnasio, entreno en un ambiente excepcional- mente limpio y puedo controlar mi contacto con otros clientes. Si me siento bien con las clases grupales, puedo hacerlas, pero si estoy incómodo también tengo opciones. Esto es algo a lo que las grandes cadenas no podrán adaptarse rápidamente. Además, el principal problema que enfrentamos es el crecimiento de la industria. En los últimos años, el avance de las cadenas fue impulsado por el dinero fácil que aportaron los grupos de capital privado. Ese crecimiento es impulsado por la necesidad de invertir, pero no provocado por un aumento en la demanda de los clientes. El segmento principal del mercado–de menos de U$ 39 dólares- creció muy rápido y hay un exceso de oferta. Pero los training gyms -pequeños centros que trabajan con grupos muy reducidos- no tienen este problema. La mayoría nació de un instructor, que consigue un lugar, conoce el mercado y sólo necesita unos pocos cientos de clientes para tener éxito. En cambio un gimnasio de cadena necesita 3000 clientes para que el plan de negocios funcione. El crecimiento que es alimentado por la demanda de clientes es sostenible. Pero el creci- miento que sólo impulsado por la inversión realizada hasta la saturación del mercado siem- pre alcanzará un punto máximo y luego caerá. La economía también es una preocupación, pero hay esperanza. Esta recesión es autoindu- cida, lo que significa que el gobierno ha desacelerado el crecimiento como lo hizo durante los últimos doce años. Ésta no es la misma situación que la Gran Recesión en la primera parte de este siglo, que fue inducida por el mercado. Los operadores de gimnasios saldrán del otro lado de esta crisis con menos competencia, un consumidor diferente y con un modelo que se adapte a las personas en el futuro. La
CORONAVIRUS economía va a tambalear un poco, pero el sector retomará impulso en el otoño (septiembre a diciembre) y la ventana de enero a mayo de 2021 podría ser un momento récord. Piense en su reapertura en tres fases: ¿Qué hará ahora para prepararse antes de que se le permita abrir? Probablemente tendrá entre dos semanas y un mes para poder abrir nuevamente. ¿Cuál es su plan durante esas semanas? ¿Cómo serán los primeros tres meses cuando esté abierto? El consumidor será diferente y espera que su gimnasio cambie para satisfacer sus nuevas necesidades. Deberá ofrecer un entorno controlado en el que el consumidor disfrute de la sociali- zación, pero pueda estar más aislado durante su entrenamiento. El entrenamiento uno a uno aumentará nuevamente, pero la mayoría de los gimna- sios ya no puede ofrecer este servicio. Los nuevos clientes no quieren compartir materiales ni ser arrastrados a través de un gimnasio esperando para compartir equipamiento. Las clases grupales sufrirán en muchos mercados. Deberá aprender cómo ofrecerles alternativas que aíslen aún más al cliente para trabajar en grupos más pequeños. Sí, aquellos en el grupo de 24 a 36 años, que creen que vivirán para siempre, no se verán afectados, pero muchos de los clientes tradicionales querrán diferentes opciones. Un grupo pequeño, limitado a cuatro personas, mantenido en espacios físicos separados será una oferta sólida. Los gimnasios deben ser rediseñados mientras están inactivos, agregando espacios de entrenamiento más aislados. Mostradores austeros, nada en las paredes, ningún almacenamiento expuesto, estaciones de sanitización en todos los salones y espacios libres de basura serán imprescindibles. Piénselo, pero no podrá abrir el mismo gimnasio que tenía cuando cerró. La programación horaria será secundaria al factor de confianza. Si el cliente cree que está limpio, volverá. Si tuvo problemas de limpieza antes de cerrar, puede volver a abrir pero pinte todo el gimnasio, deshágase de todo lo que pueda tirar, reemplace los accesorios desgastados si puede y deje que los clientes vean un gimnasio moderno, simple y limpio. Tendrá de dos semanas a un mes para volver a abrir. Ésta es su fase de marketing. Debe volver a abrir con un plan de marketing totalmente lanzado, un plan para llegar a todos los clientes durante las últimas semanas y otro plan para impactar a todos los ex clientes que ahora pueden estar sin gimnasio. Todo debe hacerse ahora. Los correos electrónicos deben estar listos para clientes actua- les, ex clientes desde 2018 y planes perdidos desde principios de 2019. La gente elegirá un nuevo gimnasio y usted debe ser el primero. Si espera más tiempo para remodelar y limpiar, será demasiado tarde. Prepárese ahora para abrir. Los primeros noventa días serán sobre lo básico. Aquí es donde también se verá la segun- da ola de fallas en la mayoría de los dueños de gimnasios. Porque aquellos que esperan que toda su base de clientes regrese, se sentirán decepcionados. Si usted no hizo el trabajo necesario mientras estaba cerrado, no hay mucho que pueda hacer después de abrirlo.
CORONAVIRUS Básicamente estará comenzando de nuevo. Reaparecerá el pago del alquiler, el pago a empelados y necesitará tres meses de capital operativo para recuperarse. Muchos de uste- des, que tropezaron durante el cierre, probablemente ahora saben de la necesidad de contar con capital de reserva. Cuando vuelva a abrir, vuelva a lo básico del negocio. Estará frente a una segunda oportuni- dad y la mayor parte de lo que ha aprendido en los últimos años es más importante ahora que nunca. Las clases online lo salvaron mientras estaba cerrado, pero no lo salvarán cuando esté abierto. El cliente necesita y quiere socialización, por eso todavía está conectado con usted. Su cliente no está en su gimnasio solo por el entrenamiento, sino por el contacto con usted y por la orientación que recibe, preferentemente de manera personal en su gimnasio. El gimnasio como espacio social nunca será tan importante como el año próximo. Los clientes quieren más que una clase y volver a sus casas. Quieren pertenecer a una comuni- dad, algo que la mayoría de los propietarios de gimnasios recién descubrieron cuando estaban cerrados. Conocer a personas sanas en un entorno seguro es lo que usted le venderá al cliente en la nueva normalidad. Socializar en un ambiente controlado, además de ser limpio, tres o cuatro veces por semana es lo que realmente estaremos vendiéndole al cliente, no sólo resultados físicos. No se quede sentado esperando a que esto pase. Ésta es su oportunidad de redefinir su negocio ahora y abrir más fuerte de lo que cerró, pero usted y su gimnasio deben ser dife- rentes para aprovechar al nuevo cliente que vendrá a su puerta. Traducción: Vanina Delfino.
También puede leer