Relevancia clínica de la FDG-PET en los traumatismos craneoencefálicos graves
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ORIGINAL Relevancia clínica de la FDG-PET en los traumatismos craneoencefálicos graves L. de la Cueva-Barrao a, E. Noé-Sebastián b, P. Sopena-Novales a, D. López-Aznar a, J. Ferri-Campos b, C. Colomer-Font b, C. Martínez-Carsi a, P. Abreu-Sánchez a, E. Uruburu-García a, N. Lull-Noguera c,d, M. Robles-Viejo c, J. Chirivella-Garrido b RELEVANCIA CLÍNICA DE LA FDG-PET EN LOS TRAUMATISMOS CRANEOENCEFÁLICOS GRAVES Resumen. Objetivo. Demostrar la utilidad de la tomografía por emisión de positrones (PET) como predictor de la discapaci- dad a largo plazo tras un traumatismo craneoencefálico (TCE). Pacientes y métodos. Se evaluó neuropsicológica y funcional- mente a 56 pacientes que habían sufrido un TCE grave al inicio y aproximadamente seis meses después de su inclusión en un programa de rehabilitación multidisciplinar. A todos los pacientes se les realizó una tomografía por emisión de positrones con fluordeoxiglucosa al inicio del tratamiento. De forma ciega, se determinó la presencia o ausencia de alteraciones en cuatro áreas corticales y tres subcorticales, y se determinaron tres índices cualitativos de metabolismo cerebral (cortical, subcorti- cal y total). Los índices de metabolismo se correlacionaron con las variables relacionadas con la gravedad del traumatismo, y con la situación cognitiva y funcional de los pacientes en el momento de realizar la PET y al finalizar el programa de reha- bilitación. Resultados. Todos los pacientes mostraron alteraciones en el metabolismo cerebral, y el tálamo fue el área más fre- cuentemente afectada. La intensidad del hipometabolismo cerebral se correlacionó significativamente con la gravedad del TCE y con la alteración cognitiva y funcional tanto al inicio como al final del tratamiento. Conclusiones. Las técnicas de neu- roimagen funcional presentan una excelente sensibilidad para detectar alteraciones tras un TCE, además de ofrecer una bue- na correlación anatomoclínica. No obstante, las variables relacionadas con la gravedad del TCE, siguen siendo las mejores predictoras de la discapacidad resultante tras un TCE. [REV NEUROL 2009; 49: 58-63] Palabras clave. Discapacidad. Neuroimagen. Neuropsicología. Pronóstico. Traumatismo craneoencefálico. Tomografía por emisión de positrones. INTRODUCCIÓN moderadas, difusas frente a focales, intracerebrales frente a ex- Los traumatismos craneoencefálicos (TCE) constituyen en la tracerebrales, bihemisféricas frente a unihemisféricas, fronto- actualidad un importante problema sociosanitario. La alta inci- temporales frente a parietooccipitales y, finalmente, subcortica- dencia de accidentes de tráfico, principal causa de TCE, asocia- les o troncoencefálicas frente a corticales [3-5]. Con estas pre- da al aumento en la supervivencia por esta patología, está gene- misas, la presencia de un prueba de neuroimagen estructural rando un alto porcentaje de pacientes con secuelas susceptibles ‘normal’, bien fuera tomografía computarizada (TC) o resonan- de tratamiento. Hoy en día, no hay discusión en aceptar que la cia magnética (RM), representaba hasta la fecha una ‘señal de recuperación del paciente, la mejoría de su calidad de vida y el alivio’ para el clínico desde el punto de vista pronóstico. La pri- éxito de su integración sociolaboral dependerán en gran medida mera preocupación en este sentido la han mostrado recientes es- de la puesta en marcha de programas de rehabilitación multidis- tudios comparativos entre técnicas o secuencias de diferente ciplinares e individualizados de acuerdo con el nivel de discapa- precisión, así como la aparición de técnicas de neuroimagen cidad de cada paciente [1]. Con este objetivo, una vez superada funcional, que resultan mucho más sensibles para detectar cam- la fase aguda inicial, existe un esfuerzo científico por identificar bios dinámicos sutiles, inapreciables por las técnicas de neuroi- aquellos factores que de forma precoz nos permitan predecir el magen tradicionales. No debemos olvidar que aproximadamen- grado de respuesta del paciente que ha sufrido un TCE a dife- te sólo un 20% de las lesiones por daño axonal difuso (DAD), rentes programas de rehabilitación, así como su nivel de disca- principal representación neuropatológica del daño cerebral pos- pacidad final. traumático, son macroscópicas y, por tanto, visibles por técni- La importancia pronóstica de las pruebas de neuroimagen cas como la TC, y que dichas lesiones son visibles sólo durante en la patología cerebral postraumática se conoce desde los estu- un período limitado de tiempo [6,7]. La irrupción de la tomo- dios del Traumatic Coma Data Bank (TCDB) [2]. Desde enton- grafía por emisión de positrones (PET) ha venido a demostrar la ces, conocemos el efecto negativo de lesiones masivas frente a limitación de las técnicas de imagen previas por su capacidad para detectar cerca de un 40% de anomalías no detectadas en la Aceptado tras revisión externa: 25.02.09. RM, así como un mayor volumen en cerca del 30% de ellas [8]. a Servicio PET-Medicina Nuclear. Hospital 9 de Octubre. b Servicio de Da- Estos porcentajes, aunque pueden variar de un estudio a otro, ño Cerebral de Hospitales NISA. Fundación Instituto Valenciano de Neu- siempre se mantienen en favor de las pruebas de neuroimagen rorrehabilitación (FIVAN). c ITACA Informática Biomédica. Universidad Politécnica de Valencia. d Universidad CEU Cardenal Herrera. Valencia, Es- funcional y nos obligan a aceptar las limitaciones técnicas de paña. aquellos predictores obtenidos de pruebas que dependen de la Correspondencia: Dr. Enrique Noé Sebastián. Servicio de Daño Cerebral. tecnología. En este contexto, nuestro grupo de trabajo ha confir- Hospital Valencia al Mar. Río Tajo, 1. E-46011 Valencia. Fax: +34 963 352 501. mado esta superioridad de la PET frente a la TC y a la RM a la E-mail: enoe@comv.es hora de detectar lesiones, especialmente subcorticales, en una © 2009, REVISTA DE NEUROLOGÍA muestra de pacientes que habían sufrido un TCE grave [9]. 58 REV NEUROL 2009; 49 (2): 58-63
FDG-PET EN TCE GRAVES Aun con toda la información derivada de las pruebas de neu- motores. Ocho pacientes que se encontraban en estado vegetativo (n = 3), en roimagen en general, y de neuroimagen funcional en particular, estado de respuestas mínimas (n = 2) o presentaban un deterioro cognitivo hoy en día todavía no disponemos de una adecuada correlación tan intenso que no comprendían los test neuropsicológicos (n = 3) no pudie- entre imagen y función, y no disponemos de la suficiente infor- ron ser valorados desde el punto de vista cognitivo en el momento de la in- clusión. En estos pacientes se consideró su puntuación en cada uno de los mación que nos ayude a interpretar cuál es la relevancia clínica test como la mínima obtenible. Tras el período de rehabilitación, y dada la de muchos de los hallazgos de neuroimagen. En nuestro estudio mejoría tanto cognitiva como motora, se reevaluó cognitivamente a todos los previo, los valores de metabolismo cerebral se correlacionaron pacientes, salvo a dos de los tres pacientes que no pudieron realizar las prue- con la situación funcional de nuestra muestra en el momento de bas verbales al inicio, a uno de los tres que no pudieron realizar las pruebas realizar la PET, pero carecíamos de información a medio largo manipulativas y a seis de los pacientes que se encontraban en estado vegeta- plazo que nos permitiera estimar el valor pronóstico de los datos tivo (n = 2), respuestas mínimas (n = 1) o deterioro cognitivo grave (n = 3). de neuroimagen funcional [9]. El presente estudio amplía el aba- Neuroimagen funcional nico de correlaciones anatomofuncionales previamente publica- A todos los pacientes se les realizó, en el momento de su inclusión en el es- do por nuestro grupo de trabajo a otras funciones cognitivas y, tudio, un estudio de neuroimagen funcional mediante una tomografía por dado su carácter prospectivo, pretende, además, determinar el emisión de positrones con fluorodeoxiglucosa (FDG-PET). Los estudios de valor predictivo del metabolismo cerebral sobre la situación neu- imagen funcional con FDG-PET se realizaron con los pacientes en ayunas rológica a medio-largo plazo tras un TCE grave, en un grupo de de seis horas y tras permanecer 30 minutos en reposo. Se inyectaron entre pacientes incluidos en un programa de rehabilitación. 200-300 MBq de 18F-FDG vía intravenosa y 30-60 minutos después se rea- lizó una adquisición 3D durante 10 minutos en tomógrafo PET (Advance ®, General Electric Health-Care Technical Systems). Los datos se reconstruye- ron mediante algoritmo de retroproyección filtrada (filtro Hanning, cut off PACIENTES Y MÉTODOS 4,8) y corrección de atenuación por contornos, obteniendo cortes de 4,5 mm Muestra que se reorientaron siguiendo el eje orbitomeatal para obtener secuencias Participaron en este estudio un total de 56 pacientes (40 hombres y 16 mu- transversas, coronales y sagitales. jeres), con una edad media de 28,8 ± 12,4 años, ingresados en nuestro servi- De forma ciega a la valoración clínica, un miembro del equipo analizó la cio tras sufrir un TCE. Todos los pacientes habían sufrido un TCE grave, de- existencia o ausencia de afectación en el metabolismo en cuatro áreas corti- finido por una puntuación ≤ 8 en la escala de coma de Glasgow [10]. La du- cales (frontal, temporal, parietal, occipital) y dos subcorticales (ganglios ba- ración media del período de amnesia postraumática (APT) fue de 135 ± 149 sales y tálamo) de cada hemisferio cerebral. Con el fin de establecer corre- días, y la duración media del coma, de 35 ± 31 días. Como corresponde a laciones con las variables a estudio, se sumaron las puntuaciones de las áreas TCE graves, sólo ocho pacientes presentaron una duración de la fase de APT cerebrales para cada paciente, y se obtuvo un valor de metabolismo cortical, inferior a 28 días y una duración de coma inferior a siete días. La causa del otro de metabolismo subcortical y otro de metabolismo cerebral total, suma TCE fue un accidente de tráfico (coche/moto en 45 pacientes y atropello en de los dos anteriores. nueve pacientes) o caída por accidente laboral (dos pacientes). Análisis estadístico Evaluación clínica Todos los análisis estadísticos se llevaron a cabo mediante la versión 11.0 del En el momento del ingreso en nuestro servicio, se llevó a cabo una evalua- programa SPSS. La asociación entre la intensidad de la afectación cortical, ción clínica inicial según el protocolo expuesto a continuación. El tiempo subcortical y cerebral total en la FDG-PET y los índices de intensidad del medio transcurrido desde el traumatismo hasta la evaluación clínica fue de traumatismo, de discapacidad, de alteración cognitiva, funcional y motora, 162 ± 225 días. Dado que uno de los objetivos del estudio era determinar la tanto en el momento inicial como al final del período de seguimiento, se de- relevancia pronóstica de los hallazgos de neuroimagen funcional realizada terminaron mediante el coeficiente de correlación de Pearson. Para todas las en el momento de la inclusión, todos los pacientes fueron reevaluados de correlaciones se estableció un nivel de significación estadística p < 0,05. forma prospectiva una media de 364 ± 161 días después de su inclusión en Finalmente, se empleó un modelo de regresión logística uni y multiva- un programa de rehabilitación multidisciplinar. riante para determinar el valor pronóstico del índice de metabolismo cere- La valoración clínica incluía variables de intensidad del TCE sufrido, así bral total, sobre el grado de discapacidad, medido con el valor dicotomiza- como indicadores de la situación neurológica, funcional y neuropsicológica do del índice de Barthel, tanto en el momento de realizar la FDG-PET como de cada paciente. El grado de deterioro funcional se valoró a través del test al final del proceso rehabilitador. Las variables predictoras candidatas a en- de Barthel-modificado [11]. Como medidas de discapacidad global se em- trar en el modelo de regresión logísitica univariante incluían variables clíni- plearon la Differential Outcome Scale [12] y la Care and Needs Scale [13]. cas y demográficas (edad, sexo, duración del coma en días y duración del Los resultados del test de Barthel-modificado se dicotomizaron para facili- período de APT en días), así como el índice de metabolismo cerebral total tar su análisis e inclusión en modelos de regresión logística de acuerdo con determinado según lo expuesto previamente. Se realizaron diferentes ecua- lo expuesto en estudios previos (punto de corte ≥ 60) [14]. ciones de regresión logística univariante para cada variable con potencial La valoración neuropsicológica incluyó dos pruebas de reconocido valor predictor. Todas aquellas variables que en el modelo univariante resultaron ecológico en la evaluación de pacientes que han sufrido un TCE, como son significativas (p < 0,05) se incluyeron en un modelo de regresión logística el test de aprendizaje verbal Complutense (TAVEC) [15] como medida de multivariante por pasos hacia delante. aprendizaje y memoria verbal, y el test de clasificación de cartas de Wiscon- sin (WCST) [16] como medida de funcionamiento ejecutivo. Además, se va- loró una medida de inteligencia general mediante el test de Inteligencia de RESULTADOS Wechsler para adultos (WAIS-III) [17]. Del TAVEC se obtuvieron los índi- Correlaciones entre la FDG-PET y las variables clínicas ces de aprendizaje total de la lista A, memoria inmediata libre y memoria Todos los pacientes presentaron alteración del metabolismo glicolítico cere- tardía libre. Asimismo, se obtuvieron los cocientes intelectuales verbal, ma- bral en los estudios de neuroimagen funcional con FDG-PET, 53 pacientes nipulativo y total del WAIS-III, y el número de perseveraciones y de catego- (95%) en alguna de las áreas corticales analizadas y 47 pacientes (84%) en rías del WCST. Para todos los test se calculó la puntuación directa, su pun- áreas subcorticales. Las áreas más frecuentemente lesionadas fueron el tála- tuación centil correspondiente y una puntuación cualitativa (normal = 0 mo (el 68% de pacientes el tálamo derecho y el 75% el tálamo izquierdo) y frente a alterada = 1). Esta puntuación cualitativa se estableció de forma que ambos lóbulos temporales (el 61% de pacientes el temporal derecho y el el test se consideraba normal si la puntuación directa correspondía a una pun- 64% el temporal izquierdo). El grado de afectación del metabolismo cere- tuación Z ≥ 2 (2 desviaciones estándares respecto a la media normativa) [18]. bral total y cortical se correlacionó de forma estadísticamente significativa Tres pacientes no pudieron realizar las pruebas verbales en el momento de con las variables de intensidad del traumatismo sufrido, como la duración la inclusión por presentar problemas de lenguaje, y otros tres pacientes no del coma, del período de APT y la escala de coma de Glasgow en el mo- pudieron realizar las pruebas manipulativas por presentar graves problemas mento del ingreso (p < 0,05). Ninguna de las tres variables alcanzó una co- REV NEUROL 2009; 49 (2): 58-63 59
L. DE LA CUEVA-BARRAO, ET AL rrelación estadísticamente significativa con el grado Tabla I. Correlaciones entre los índices de metabolismo cerebral (cortical, subcortical y total) y las de lesión subcortical (Tabla I). La gravedad de la variables demográficas y clínicas antes y al final del programa rehabilitador. dependencia funcional, medida con el índice de Barthel-modificado, la Differential Outcome Scale Inicial Final y la Care and Needs Scale, demostró correlaciones Cortical Subcortical Total Cortical Subcortical Total significativas de intensidad moderada, tanto al ini- cio como al final del programa rehabilitador, con la Variables de intensidad del TCE gravedad de la afección metabólica cortical, sub- cortical y total. Días en coma 0,3 a NS 0,4 a Las correlaciones entre las variables de los dis- tintos test neuropsicológicos aplicados y los índices Días en amnesia postraumática 0,3 a NS 0,2 a de metabolismo cerebral se muestran en la tabla I. GCS al ingreso –0,4 b NS –0,3 a Globalmente, las correlaciones fueron más numero- sas entre las variables del TAVEC y el WAIS-III va- Variables funcionales y de discapacidad global loradas al final del programa rehabilitador y el me- tabolismo cerebral, tanto cortical como subcortical. Índice de Barthel-modificado –0,4 b –0,3 a –0,4 b –0,3 a NS –0,3 a Específicamente, algunas variables, como el índice Differential Outcome Scale –0,4 b –0,4 b –0,5 b –0,3 b –0,3 b –0,4 b de recuerdo libre del TAVEC, no mostraron correla- ción alguna con el metabolismo cerebral en el mo- Care and Needs Scale 0,3 a 0,3 a 0,3 a 0,25 a –0,2 a 0,4 b mento de la inclusión, pero sí correlacionaban de forma estadísticamente significativa al final del pro- Variables neuropsicológicas grama de rehabilitación. Globalmente, las variables Aprendizaje (TAVEC) NS –0,3 a –0,3 a –0,3 a –0,3 a –0,4 b del WCST fueron las que mostraron un menor nú- mero de correlaciones con los índices de metabolis- Memoria inmediata (TAVEC) NS NS NS –0,3 a –0,3 a –0,4 b mo cerebral. Existía tan sólo una leve correlación (r = –0,3; p < 0,05) entre el número de categorías al Memoria tardía (TAVEC) –0,3 a NS –0,3 a –0,3 a NS –0,3 a final del programa rehabilitador y el metabolismo Perseveraciones (WCST) NS NS NS NS NS NS cerebral total. Número de categorías (WCST) NS NS NS NS NS –0,3 a Regresión entre la FDG-PET y las variables clínicas CI verbal (WAIS-III) –0,3 a NS –0,3 a NS –0,3 a –0,3 a Se realizó un análisis de regresión logística univa- CI manipulativo (WAIS-III) –0,4 b –0,3 a –0,4 b –0,3 a –0,3 a –0,4 b riante para determinar la relación entre las variables clínicas y demográficas (variables independientes) CI total (WAIS-III) –0,4 b NS –0,4 b –0,3 a –0,3 a –0,4 b y el grado de dependencia en actividades básicas de CI: cociente intelectual; GCS: escala de coma de Glasgow; NS: no significativo; TAVEC: test de aprendi- la vida diaria, medido con el índice de Barthel, tan- zaje verbal Complutense; TCE: traumatismo craneoencefálico; WCST: test de clasificación de cartas de to al inicio como al final del programa rehabilitador Wisconsin; WAIS-III: test de inteligencia para adultos de Wechsler-III. Spearman. a p < 0,05, b p < 0,01. (variable dependiente). El análisis estadístico, in- cluyendo error estándar, odds ratio y significación estadística, se muestra en la tabla II. La duración del tiempo en coma (p < de alteraciones del metabolismo, perfusión o función cerebral 0,01), tiempo en APT (p < 0,05) y el metabolismo cerebral total (p < 0,01) resultaron variables significativas en el modelo univariante. El modelo de en zonas aparentemente ‘normales’ para las técnicas de neuro- regresión multivariante final se muestra en la tabla II. El análisis multiva- imagen estructural clásicas (TC/RM) [19,20]. En un estudio riante mostró que el tiempo en coma (p < 0,05) y el tiempo en APT (p < previo con una muestra similar, nuestros resultados han confir- 0,01) resultaron los predictores más potentes para determinar el grado de mado la mayor sensibilidad de las técnicas de neuroimagen fun- discapacidad al inicio y al final del tratamiento, respectivamente. El modelo cional, concretamente de la FDG-PET, en la detección subagu- clasificó correctamente al 61% de los pacientes de acuerdo con su funciona- da de alteraciones corticales, y especialmente subcorticales, tras lidad al inicio, y al 87,5% de los pacientes incluidos en el análisis al final un daño cerebral postraumático grave. A pesar de esta mayor del tratamiento. sensibilidad, muchos estudios cuestionan la relevancia clínica de los hallazgos detectados con técnicas de neuroimagen funcio- nal [6,21]. En este sentido, nuestros resultados sugieren que glo- DISCUSIÓN balmente los datos de neuroimagen funcional reflejan la situa- Una de las primeras preguntas que con mayor frecuencia plan- ción cognitiva y funcional resultante tras un TCE y son un indi- tean familiares y pacientes afectos tras un TCE hace referencia cador que puede resultar de utilidad, junto con otras variables al pronóstico en términos de morbimortalidad. Establecer unas clínicas de reconocido valor pronóstico (tiempo en coma y expectativas adecuadas resulta de especial importancia en esta tiempo en APT), a la hora de establecer un pronóstico adecuado patología, en la que la prevalencia es especialmente alta entre en términos de discapacidad. sujetos jóvenes, con el consiguiente impacto familiar, social y A efectos prácticos, se asume que las fuerzas dinámicas ge- económico que sobre éstos genera una larga supervivencia aso- neradas tras un TCE cerrado suelen provocar lesiones focales ciada a una grave discapacidad. contusivas por efecto golpe o golpe-contragolpe, y/o lesiones di- Desde la descripción inicial de la clasificación TCDB a co- fusas por fenómenos de aceleración-desaceleración o rotación mienzos de los años noventa, diferentes estudios han demostra- del parénquima cerebral dentro de la estructura ósea del cráneo. do el valor pronóstico de los hallazgos de las pruebas de neuro- En consonancia con nuestros resultados, las lesiones focales pre- imagen estructural en pacientes que han sufrido un TCE [2]. dominan en la región ventral y polar de los lóbulos frontales y Durante esta última década, el desarrollo de nuevas técnicas temporales por la contusión del parénquima sobre la bóveda cra- de neuroimagen funcional ha permitido demostrar la presencia neal y el macizo temporal. Estas lesiones focales resultan relati- 60 REV NEUROL 2009; 49 (2): 58-63
FDG-PET EN TCE GRAVES a1 a2 a3 de los axones ante fuerzas rotacio- nales de progresión centrípetas. Estas lesiones difusas pueden pa- sar desapercibidas, o ser visibles sólo de forma parcial y durante un tiempo limitado con técnicas de neuroimagen poco sensibles, o in- cluso con técnicas de neuroimagen avanzadas si no se usan secuencias específicas [22-24] (Figs. 1 y 2). Todos los pacientes incluidos en nuestro estudio habían sufrido un TCE grave de acuerdo no sólo b1 b2 b3 con las características propias del traumatismo (escala de coma de Glasgow, tiempo en coma, tiempo en APT, etc.), sino también a la gravedad del grado de dependen- cia funcional y a la intensa afecta- ción neuropsicológica que mostra- ban. Hoy día se acepta que, cuanto mayor es la intensidad del TCE, mayor será el vector de fuerza ro- tacional de progresión centrípeta generado, y mayor será la profun- didad de aparición de las lesiones Figura 1. Imágenes de resonancia magnética (RM) (a), tomografía computarizada (TC) (b1) y tomografía por de DAD [4]. La gravedad del TCE, emisión de positrones con fluorodeoxiglucosa (FDG-PET) (b2 y b3) de un paciente que había sufrido un trauma- junto con las limitaciones en el tismo craneoencefálico ocho meses antes. Los cortes axiales muestran las diferentes sensibilidades de dichas técnicas para visualizar lesiones focales (a1, b1 y b2) y difusas (a2, a3, b2 y b3). Los estudios FDG-PET (b2) y método cualitativo de cuantifica- PET-TC (b3) muestran un hipometabolismo marcado en las zonas en las que la TC y la RM identifican lesiones ción del metabolismo empleado focales que se extienden hacia áreas estructuralmente indemnes, como la corteza temporoparietoocipital. en nuestro estudio, justificaría la presencia de alteraciones en el Tabla II. Modelo de regresión logística uni y multivariante con la puntuación del test de Barthel inicial y final metabolismo cerebral del 100% (± desviación estándar) como variable dependiente. de los pacientes estudiados, la ele- vada frecuencia de afectación de Univariante Multivariante estructuras subcorticales como el Puntuación p OR (IC 95%) Puntuación p OR tálamo (84% de pacientes), y la Barthel inicial mayor correlación de las variables dependientes de la gravedad del Edad – NS – – NS – TCE con la afectación metabólica Metabolismo cerebral total 0,34 ± 0,14 0,02 1,4 (1-1,8) – NS – cortical y total. En este sentido, no es de extrañar que ante la presen- Tiempo en coma (días) 0,088 ± 0,03 0,001 1,1 (1-1,15) 0,08 ± 0,03 0,001 1 (1-1,1) cia de alteraciones del metabolis- Tiempo en APT (días) 0,008 ± 0,004 0,02 1 (1-1,01) – NS – mo subcortical en la práctica tota- lidad de nuestra muestra, sea el Cronicidad (días) – NS – – NS – número de áreas corticales afectas Barthel final el mejor indicador de la gravedad del TCE de nuestros pacientes. Edad – NS – – NS – Nuestros resultados coinciden con Metabolismo cerebral total 0,52 ± 0,2 0,008 1,7 (1,4-2,4) – NS – los de otros grupos de trabajo, que describen la existencia de corre- Tiempo en coma (días) 0,03 ± 0,01 0,009 1 (1-1,05) – NS – lación entre la gravedad del TCE y Tiempo en APT (días) 0,012 ± 0,003 0,001 1 (1-1,02) 0,012 ± 0,03 0,001 1 (1-1,02) la del hipometabolismo cerebral global [20,21,25-27]. Nuestro gru- Cronicidad (días) – NS – – NS – po de trabajo ha demostrado que, APT: amnesia postraumática; IC 95%: índice de confianza al 95%; NS: no significativo; OR: odds ratio. empleando técnicas de análisis de imagen más sensibles (análisis ba- sado en vóxel), es posible detectar vamente fáciles de identificar por las técnicas de neuroimagen diferencias también en el metabolismo de estructuras subcorti- convencional. En contraposición, las lesiones de DAD se produ- cales entre pacientes que han sufrido un TCE grave y que se en- cen en la sustancia blanca por efecto de la torsión y estiramiento cuentran en diferentes situaciones clínicas (estado vegetativo, REV NEUROL 2009; 49 (2): 58-63 61
L. DE LA CUEVA-BARRAO, ET AL estado de respuestas mínimas, APT, etc.) [28]. La afecta- a b ción de estas estructuras profundas resulta especialmente relevante en tanto en cuanto dichas estructuras actúan de nodos de enlace entre las diferentes áreas corticales y subcorticales y a la vez asumen el papel de contacto en- tre las vías encargadas de mantener el nivel de alerta, conciencia y atención [29]. Basándose en esto, hoy día se acepta que las lesiones subcorticales reflejo del DAD suelen tener una relación más directa con la recuperación final que la presencia y el volumen de lesiones cerebrales focales [7,30]. La compleja combinación de lesiones cerebrales fo- cales y difusas hace problemáticos los intentos de esta- blecer correlatos anatomoclínicos en pacientes que han c d sufrido un TCE. Esto resulta especialmente complicado en el caso de los problemas cognitivos resultantes tras TCE graves, en los que es difícil atribuir qué déficit co- rresponden a problemas por desaferentización debido al DAD y cuáles a la pérdida de sinapsis y/o neuronas por lesiones focales directas. Por problemas metodológicos, el diseño de nuestro estudio ni permite ni pretende resol- ver estas cuestiones. El método de interpretación visual de las imágenes de FDG-PET reduce la sensibilidad pa- ra establecer asociaciones estructura-función, pero ofre- Figura 2. Imágenes de tomografía computarizada (TC) (a), tomografía por emisión ce la ventaja de ser una técnica visualmente sencilla para de positrones con fluorodeoxiglucosa (FDG-PET) (b) y PET-TC (c y d) de un paciente el clínico y equiparable a las tradicionalmente emplea- que sufrió un traumatismo craneoencefálico cuatro meses antes. Los estudios FDG- das en la detección de lesiones en neuroimagen estructu- PET (b) y PET-TC (c y d) muestran un hipometabolismo talámico derecho, sin que en la TC (a) se aprecien lesiones estructurales. ral. Mediante un análisis visual de imágenes de RM, TC, PET y tomografía simple por emisión de fotón único si- milar al aquí empleado, Umile et al [31] han demostrado la su- tales y corteza cingular, con tareas de memoria y funciones eje- perioridad de las técnicas de neuroimagen funcional y la vulne- cutivas en pacientes que habían sufrido un TCE moderado o rabilidad de los lóbulos frontotemporales a los efectos dinámi- grave, tanto en estadio subagudo como crónico [19,26]. cos de las fuerzas generadas tras un TCE. Estos mismos autores Característicamente, los índices de metabolismo cerebral se encontraron tan sólo una correlación parcial entre hipometabo- correlacionaron con la situación cognitiva y funcional de nues- lismo e hipoperfusión temporal y alteraciones de memoria. tros pacientes, no sólo al inicio, sino también seis meses des- Nuestro estudio ha empleado medidas globales de metabolismo pués de su inclusión en un programa de rehabilitación multidis- y función para tratar de aumentar la relevancia clínica de los re- ciplinar. Además, nuestros resultados coinciden con previos es- sultados, asumiendo que cuanto más global es la medida, más tudios que demuestran el valor del tiempo en coma y de la dura- áreas o sistemas representará y más sensible será a detectar alte- ción del período de APT como dos de los más potentes predic- raciones. En este sentido, nuestros resultados muestran una bue- tores de la discapacidad resultante tras un TCE [33,34]. na correlación entre hipometabolismo corticosubcortical y total, Los resultados descritos deben interpretarse considerando las y las escalas cognitivas y de discapacidad global. Las mayores características demográficas y clínicas de nuestra muestra. Por correlaciones entre metabolismo cerebral y tareas cognitivas se ejemplo, el tiempo transcurrido desde el traumatismo hasta la encontraron con tareas que exigen amplios recursos cognitivos, inclusión de los pacientes en el estudio dependió de su gravedad como son los cocientes intelectuales, o con funciones controla- clínica y del proceso de derivación a nuestro servicio, que en al- das por redes difusas vulnerables a sufrir los efectos del TCE, gunos casos fue especialmente prolongado. Puede resultar inte- como el aprendizaje y la memoria. Hoy en día se acepta que los resante incluir en el futuro pacientes con TCE más leves, croni- problemas de aprendizaje y evocación que acontecen después cidades homogéneas o en períodos diferentes al aquí reflejado. de un TCE se deben a una compleja combinación de lesiones, Los resultados obtenidos en esta serie de pacientes sugieren tanto en la corteza temporal, encargada de los procesos asociati- que la FDG-PET es una herramienta de evaluación útil en el vos básicos responsables de la consolidación de la información, TCE grave en estadios crónicos. A efectos prácticos, el clínico como en los circuitos frontosubcorticales, encargados de regu- debe interpretar nuestros resultados como una señal de alerta lar los procesos estratégicos de codificación y reconocimiento ante pacientes que han sufrido un TCE y que presentan sínto- del material aprendido [32]. La naturaleza multifocal o difusa mas clínicos, aun en ausencia de lesiones estructurales en las de estos problemas facilita su correlación con medidas de fun- pruebas de neuroimagen clásicas. Globalmente, nuestros resul- cionamiento cerebral global, frente a otras funciones de locali- tados sugieren que los estudios de neuroimagen funcional aña- zación más específica. Subsanando las limitaciones de nuestro den información suplementaria a los hallazgos de neuroimagen método y empleando procesos de cuantificación más precisos, estructural y ayudan individualmente a interpretar los síntomas otros grupos de trabajo han sido capaces de demostrar buenas clínicos, así como a estimar un pronóstico en términos de disca- asociaciones entre consumo de glucosa en las regiones mediales pacidad. No obstante, ninguna técnica de imagen predice la re- de los lóbulos temporales, regiones mesiales y laterales prefron- cuperación de forma más certera que las variables clínicas. 62 REV NEUROL 2009; 49 (2): 58-63
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All patients underwent a FDG-PET at baseline. A physician blind to clinical data performed a semi- quantitative analysis (normal vs altered) of functional neuroimaging (PET), including four cortical and three subcortical areas. The total number of lesions (cortical, subcortical and total) was correlated to the intensity of the TBI and to clinical data at admission and at follow-up. Results. All patients showed changes in cerebral metabolism, being the thalamus the area most frequently affected. The degree of cerebral hypometabolism showed a significant correlation with TBI severity, functional disability, global outcome and cognitive impairment not only at baseline but also at follow-up. Conclusions. According to our results, FDG-PET may be a useful tool when studying brain dysfunction after severe TBI. FDG-PET findings correlate with the TBI severity, and with the level of patients’ disability, as well as with the degree of memory and intelligence impairment. However, clinical variables related to the severity of the TBI, still are the best predictors of functional outcome after TBI. [REV NEUROL 2009; 49: 58-63] Key words. Disability. Neuropsychology. Outcome. Positron emission tomography. Rehabilitation. Traumatic brain injury. REV NEUROL 2009; 49 (2): 58-63 63
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