SOLO Plus 2021 Zweite Runde 1. Wettbewerbssprache Spanisch - Bundeswettbewerb Fremdsprachen
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SOLO Plus 2021 Zweite Runde 1. Wettbewerbssprache Spanisch El ‘cohousing’: la revolución ‘viejenial’ contra la soledad La generación que ahora cumple 60 años busca un nuevo modelo de vida, a base de compartir piso, cuidados y tareas con amigos Quelle: https://elpais.com/sociedad/2019/04/20/actualidad/1555761718_539199.html Maribel e Ignacio viven en un chalet de dos plantas, con un jardín interior donde corretea su perro, en Valencinas, a las afueras de Sevilla. Una casa espaciosa donde, a priori, cualquier matrimonio a las puertas de la jubilación querría pasar sus años de retiro. Una idea que, sin embargo, no entra en sus planes. El matrimonio aspira a vivir esta nueva etapa de su vida, lo que se ha bautizado como madurescencia, junto con otros amigos, cuidándose los unos de los otros, compartiendo e intercambiando aficiones, manteniendo una vida activa y garantizándose su autonomía personal en un lugar diseñado por ellos de acuerdo con sus necesidades. “Nos negamos a ser una carga para nuestros hijos y no queremos acabar viviendo solos o en una residencia que no nos podemos permitir; queremos estar rodeados de gente que nos entienda, con la que compartamos intereses y que juntos podamos atendernos entre todos”, explica Ignacio desde el sofá de su salón. Maribel, de 61 años, funcionaria de la Junta de Andalucía desde hace más de cuatro décadas, y su marido Ignacio, de 63, directivo de banca prejubilado, buscan, como muchos de su generación, conjurar los fantasmas de la soledad, el aislamiento y la dependencia y han encontrado en el cohousing la solución perfecta. “La sociedad no está preparada para la madurescencia”, asegura Ignacio. El cohousing o vivienda colaborativa es una fórmula de convivencia en la que sus residentes o socios diseñan y autogestionan el edificio en el que viven, en el que se integran viviendas privadas con zonas comunes amplias de las que también se encargan ellos y que funcionan como una extensión de los pisos particulares. En la comunidad, que suele constituirse como cooperativa, se organizan y se reparten todas las tareas, aprovechando todas las sinergias -personales y profesionales de los socios, y funcionales, en virtud de la arquitectura y disposición del inmueble y los terrenos que lo rodean- con la intención de colaborar y cuidarse hasta el fin de sus días. El matrimonio forma parte, junto con otros cuatro compañeros de Abante Jubilar Sevilla, una asociación que ha iniciado los trámites para construir el primer modelo de cohousing de la provincia.
Este fenómeno, asentado desde hace años en el centro y el norte de Europa, aún está dando sus primeros pasos en España, pero se está expandiendo con gran rapidez. En la actualidad hay unos 30 proyectos en todo el país, la mayoría ubicados en Andalucía, Cataluña y Madrid. “El cohousing es una forma de revolucionar el envejecimiento”, afirma Pedro Ponce, impulsor de una iniciativa de Senior Cohousing en Huelva. La forma de envejecer en el siglo XXI no tiene nada que ver con la del siglo XX. Una inercia más de la generación de los babyboomers, la que rompió moldes con el Mayo del 68. “El concepto de envejecimiento ha cambiado, envejecer ya no es sinónimo de deterioro, es una etapa más, como la adolescencia, con sus nuevas tareas de identidad”, explica José. A. Sánchez Medina, psicólogo de la universidad Pablo de Olavide de Sevilla y experto en cohousing. “El cohousing permite elegir con quién quieres vivir y envejecer. Esta solución habitacional permite luchar contra la soledad porque recupera las relaciones de vecindad y promueve un envejecimiento activo”, incide el profesor. Abante Jubilar Sevilla aún está buscando suelo, uno de los principales obstáculos del cohousing y que ralentiza el desarrollo de los proyectos. “Nuestros perfiles no encajan con muchas ofertas de suelo urbano público. El suelo privado encarece todo el proyecto y es difícil de encontrar porque requerimos de amplio espacio”, sostiene Maribel. La financiación también supone un problema. Pocas entidades bancarias se atreven a avalar estos proyectos, que suelen recaer en manos de la banca cívica. Todos los proyectos de cohousing, con sus variaciones, están perfectamente organizados en fases. En la primera, el grupo motor, un número reducido de individuos, define el modelo de convivencia y adopta las decisiones por unanimidad; luego se pasa a la etapa de captar socios y buscar suelo y financiación, para acabar ya con el período de iniciar la convivencia. Desde que se idea el proyecto hasta que se entra a vivir, la media es de unos seis años. “Una duración determinada es bueno porque el grupo se cohesiona, pero si se alarga demasiado puede acabar agotándolos”, advierte Sánchez. Si algo les sobra a quienes se involucran estas iniciativas es ilusión y paciencia. El cohousing no es una residencia de ancianos ni una comuna de abuelos modernos o viejenials. Cada modelo es distinto: unos proyectan más habitaciones -se aconsejan unas 35 o 40 de unos 50 metros cuadrados- o zonas comunes distintas (peluquería, biblioteca, restaurante, baño terapéutico…), otros priman la uniformidad de las franjas de edad, como en el caso de Abante Jubilar -la media está en 65 años-, mientras que en el caso de Huelva se busca combinar gente joven, de 40 años, con más mayores “para evitar envejecer a la vez y que no podamos ayudarnos los unos a los otros”, defiende Ponce, pero todos buscan compartir sus inquietudes y aportar sus experiencias personales o profesionales al proyecto a través de actividades: cine fórum, debates, cursos, conferencias, audiciones musicales… Y todas sus actividades están abiertas al resto de vecinos porque lo que buscan no es aislarse sino integrarse en la sociedad.
El cohousing tampoco es una alternativa a los geriátricos tradicionales. Lo que prima es el cocuidado entre todos y lo que se llama ayuda integral centrada en la persona: promocionar la salud de una manera personalizada de acuerdo con las necesidades de cada uno de los inquilinos. Todos los proyectos cuentan con habitaciones preparadas para aquellos socios que necesiten atenciones especiales. “A nadie se nos escapa que vamos a morir aquí. Si me encuentro en una situación de dependencia, voy a estar rodeado de gente que me ayude”, recuerda Ignacio. El ejemplo de Trabensol Aunque cada iniciativa ha buscado adaptar los distintos modelos existentes a sus propias necesidades, todas han buscado cierta inspiración en el ejemplo de la residencia Trabensol, en Torremocha del Jarama, la primera experiencia de cohousing que surgió en España. Sus 54 socios -cada socio puede ser una pareja o una persona individual, en total son 80 residentes- llevan desde 2013 viviendo bajo el sistema de vivienda colaborativa, una forma de organización que no les era ajena, ya que la mayoría proviene del mundo del cooperativismo. Un estudio de arquitectos jóvenes les diseñó un edificio que respondía a sus reclamaciones: que fuera bioclimático, tuviera un impacto mínimo sobre el medio ambiente y que conllevara poco gasto de mantenimiento. Se organizan en distintas comisiones, que van desde la de economía a la de jardinería y desarrollan actividades abiertas a todo el pueblo. Tienen una lista de espera de 26 socios. Quienes acaban de comenzar con esta experiencia son los miembros de Residencial Antequera 51, que se mudaron a su edificio a comienzos de febrero. Como en todos los casos de cohousing, los muebles de las viviendas individuales son de sus inquilinos. La pérdida de espacio y la imposibilidad de poder llevarse todo lo que tenían en sus anteriores hogares no han sido especialmente traumáticas. “La mudanza es uno mismo”, dice Manuel Ruiz, uno de los socios fundadores. “Los que ya están viviendo están locos de alegría”, asegura. “El secreto del éxito es la convivencia”, asegura Moreno. La determinación por eludir la soledad, no verse reducidos a ser una carga para los hijos y, en definitiva, escoger libremente cómo vivir la jubilación y la vejez de manera autónoma es el vínculo sobre el que tejen la base de su relación todos los socios de las distintas iniciativas de cohousing y el que les permite vencer las trabas de la falta de suelo o los recelos de las entidades financieras e instituciones públicas para financiar estos proyectos de vida. “La edad y la vulnerabilidad son factores que deberían tenerse en cuenta por las Administraciones”, sostiene Sánchez.
SOLO Plus 2021 Zweite Runde 1. Wettbewerbssprache Spanisch II. Mediationstext Wohnen für Hilfe: Mein Mitbewohner ist ein Rentner Quelle: http://www.zeit.de/studium/uni-leben/2012-12/wohnen-fuer-hilfe-studenten/ Von ihrem Schreibtisch aus blickt Anna Weigelt auf die Häuser und sauber angelegten Gärten der Kieler Vorstadt. Etwas über 20 Quadratmeter ist ihr Zimmer groß, nebenan liegen noch ein kleines Bad und eine Kochnische. Rund 20 Minuten braucht die Italienisch- Studentin von hier zur Uni. "Ich genieße die ruhige Umgebung und das Zimmer ist als Rückzugsort zum Lernen ideal", sagt sie. Ein Stockwerk darunter lebt ihr Wohnpartner und Hauseigentümer Heinz-Hermann Bald, ein rüstiger 81- Jähriger mit funkelnden Augen und norddeutschem Humor. Zusammengebracht hat die beiden Wohnen für Hilfe. Das in Schleswig-Holstein noch junge Projekt vermittelt Wohnraum an Studenten. Für ihr Zimmer zahlen diese nichts, stattdessen helfen sie im Alltag – eine Stunde im Monat pro Quadratmeter Wohnfläche. Darunter fallen zum Beispiel die Mitarbeit im Haushalt oder Garten, Nachhilfe für die Kinder oder der Spaziergang mit dem Hund, pflegerische Dienste sind ausgeschlossen. In welchem Rahmen die Hilfe gesucht wird, klären alle Beteiligten im Vorfeld. Für die passenden Wohnpartnerschaften sorgt in Kiel Alexandra Dreibach vom Studentenwerk1 Schleswig-Holstein. Sie verwaltet auch die Bewerbungsbögen der Studenten und Wohnraumanbieter. "Ich habe im Gefühl, wer zu wem passt. Das Zwischenmenschliche muss stimmen. Schließlich vermitteln wir keine Putzkräfte, sondern Wohngemeinschaften", sagt sie. Mehr Leben in der Bude Für Anna ist das Projekt ein Glücksfall, schon vor Semesterstart hatte sie die Zusage für das Zimmer, unter Kieler Studenten keineswegs die Regel. Wie in vielen Universitätsstädten ist auch hier Wohnraum knapp. Laut dem Studentenwerk Schleswig-Holstein waren zu Semesterstart über 800 Studierende ohne Wohnung. Die übliche Besichtigungsodyssee2 blieb der 20-Jährigen erspart. Kurz bevor sie mit ihren Eltern zur Wohnungssuche nach Kiel fahren wollte, stieß sie im Internet auf Wohnen für Hilfe. "Eigentlich habe ich gar nicht lange überlegt und den Online-Bewerbungsbogen ausgefüllt. Kaum 24 Stunden später stand ich in 1 eine Einrichtung der Universität, die sich um die Belange der Studierenden kümmert 2 eine Reise oder Unternehmung mit vielen Hindernissen und Schwierigkeiten
meinem heutigen Zimmer und habe das Wohnpartnerschaftsabkommen unterzeichnet", erzählt sie. Bei Heinz-Hermann Bald und Anna Weigelt hat die Chemie auf Anhieb gestimmt. Die Studentin hilft beim Laubharken und Schneeschippen, auch den Garten haben beide zusammen winterfest gemacht. Wie die meisten beteiligten Senioren ist auch der Witwer im Alltag selbstständig. "Wir leben beide unsere Leben und manchmal läuft man sich über den Weg", sagt er. Sauber zu machen oder zu kochen braucht die Studentin nicht. Dafür kommt die Diakonie3 drei Stunden in der Woche. Eine Haushilfe habe er ohnehin nicht gesucht, sagt Bald. "Ich wollte vielmehr etwas Leben in der Bude." Auch ein wenig Absicherung für den Notfall soll die 20-Jährige sein, schließlich sei er in einem Alter, in dem schon mal etwas passieren könne. [...] Jeder hat seine Privatsphäre Mit 15 vermittelten Wohnungen ist es bereits das größte Projekt seiner Art in Norddeutschland. In Hamburg und Hannover steht man noch am Anfang, etablierter ist die Idee im Süden der Republik. Auch Bald wurde von seinen Kindern auf Wohnen für Hilfe aufmerksam gemacht. Etwas Wohnraum zur Verfügung zu stellen, ist für ihn auch ein Akt der Solidarität. Er selbst hat in Kiel Jura studiert und ist der Stadt treu geblieben. "Als ich damals anfing zu studieren, gab es nur 3.500 Studenten. Heute sind es zehnmal so viele. Die müssen ja irgendwo wohnen", sagt er. [...] Das Zusammenleben in der Kieler Vorstadt läuft reibungslos, die Routinen des Alltags haben sich längst eingespielt. "Wir leben harmonisch zusammen", sagt Bald und Anna nickt bekräftigend. Das Gefühl, sich einschränken zu müssen, hat die 20-Jährige nicht. "Ich habe meine Privatsphäre, auch Besuche von Freunden sind kein Problem. Gleichzeitig ist immer jemand da, mit dem man mal reden kann." 3 sozialer Dienst der evangelischen Kirche
!! Bitte genau lesen !! Die Aufgaben: Die Reihenfolge, in der Sie die Aufgaben bearbeiten, ist Ihnen freigestellt. Beginnen Sie jeden Aufgabenteil mit einem neuen Blatt! Sie haben für alle Aufgaben Ihrer Wettbewerbssprache insgesamt 3 Stunden (180 Minuten) Zeit. Bearbeiten Sie alle Aufgaben vor dem Hintergrund des vorliegenden Textes. Ein Wörterbuch darf verwendet werden. I. Comprensión Explique el modelo de la vivienda colaborativa que han elegido Maribel e Ignacio. (aprox. 200 palabras) II. Redacción (250 – 350 palabras) Elija uno (¡!) de los temas: a) Comente la afirmación que el cohousing es la solución perfecta para “conjurar los fantasmas de la soledad, el aislamiento y la dependencia”. b) Comente el modelo cohousing para ancianos teniendo en cuenta que “la edad y la vulnerabilidad son factores que deberían tenerse en cuenta por las Administraciones”. III. Mediación: Javier, su compañero español de intercambio, quiere estudiar en Kiel y busca una vivienda económica. Por casualidad ha encontrado este artículo sobre el proyecto „vivienda por asistencia“ en Internet. Escríbale una carta a Javier comunicándole las ventajas para los participantes y qué Javier tiene que hacer para participar en el proyecto. zu erreichende Punktzahl: Sprache: 20 Inhalt: 20 zu erreichende Punktzahl insgesamt: 40 Viel Erfolg!
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